Soy un caballero y cumplo lo que prometo (7)
Sólo tengo mis cojones y mi palabra, y no la rompo por nada. Al Pacino, en El precio del poder, en 30 trozos.
SOY UN CABALLERO Y CUMPLO LO QUE PROMETO
(7-30)
ESCRITA POR: SALVADOR MORALES
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Regresé con Gisela de la mano, Isaac se fue a su dormitorio a echar una siesta, pues los años no perdonan y con cada mamada, tenía que recuperar fuerzas, pues por la tarde y noche debía darme de nuevo por el culo, además de yo a él.
. - aquí te devuelvo a tu hermanita entera y sin desvirgar.
. - gracias, Salvador. No esperaba menos de ti. ¿Cómo lo has pasado, Gisela? –le dijo, mientras la chica se vestía-.
. - cuando salí de casa no sabía dónde me metía, pero ha sido una experiencia que nunca olvidaré. Ahora sí que necesito un tampón, hermanita. Estoy que rebozo.
. - ahí tienes mi bolso, sírvete. Son un poco más grandes que los tuyos, pero seguro que te amoldarás.
. - no te preocupes por eso. ¿Para cuándo me desvirgas, Salvador? -dijo Joan-.
. - no te preocupes por eso. Aún es pronto -dije-.
. - yo no estoy quemada ni mucho menos y también soy virgen.
. - Gisela, coño. ¿No has tenido bastante por hoy?
. - ¿bastante dices?, ¿no sabes que las mujeres nunca tenemos bastante?, ¿verdad, Salvador?
. - dímelo a mí. Tu hermana es un buen ejemplo de ello. Me tiene seco a mamadas.
. - ahí está, hermanita. Ni tú ni yo tenemos bastante nunca. Salvador, la próxima vez, ¿me quieres desvirgar, por favor? –dijo Gisela-.
. - si es tu deseo, así será. Vente el sábado por la mañana. Iremos a una playa nudista que conozco. Luego, por la tarde y noche os desvirgaré a las dos al mismo tiempo. Diles a tus padres que duermes con tu hermana y que regresarás el domingo, pues te costará moverte durante unas horas. Ya empiezan las clases y entre semana no tendré muchas ganas de nada. Cuando te vayas el domingo habréis disfrutado varias veces de mi polla, tú y tu hermana. Y por favor, no te pongas rellenos, que los tienes preciosos.
. - gracias –dijo mientras dejaba atrás el papel de relleno de cada pecho-, oye, ¿tanto dolerá?
. - y más –le dije honestamente-.
. - vale, así lo haremos. Ahora me voy, hermanita –le dio un largo beso en los labios, mientras le metía mano al pájaro, para luego llevarse un par de dedos a su boca-.
. - hemos hecho un monstruo, Salvador.
. - eso me temo, ya hay dos monstruos y de la misma familia.
Gisela y yo nos besamos largamente también, mientras conseguí sacarle de nuevo uno de sus pechitos y disfrutar una vez más de ellos-.
. - mira que te gusta mamármelos.
. - no lo sabes tú bien. Hasta el sábado, pues.
. - hasta el sábado. Adiós, hermanita.
. – adiós, monstruo –dijo Joan sonriendo-.
Una vez se fue Gisela, Joan me cogió la mano y se la puso en el chichi.
. - anda, porfa, que el sábado aún está muy lejos y lo tengo muy caliente.
. - sí, un verdadero monstruo he creado contigo. En fin, todo sea por la buena vecindad –dije mientras le limpiaba con el paño la zona del chichi, entonces y solo entonces, me pasé toda una hora comiéndoselo, tanto que Joan me pidió socorro y que la dejara o se iba a morir a base de orgasmos que tenía uno tras otro. Hasta la polla se me volvió a poner dura, pero no, yo soy un caballero y cumplo lo que prometo.
Las clases dieron comienzo y con ello, multitud de pollas y coños andantes se pusieron también en camino buscando relacionarse. En una de mis clases hay un chico que cuando lo vi, me dije: este es carne de abusones. Era la inocencia pintada en su cara. Como por cada inocente hay cuatro abusadores, al chico lo tenían frito. Cuando encontró en mí a su protector por haberle espantado a los moscones que le asediaban en aquel momento, se me pegó como las moscas a la miel. No se me despegaba de encima, algo que por otro lado tampoco era santo de mi devoción.
. - Mauri –de Mauricio-, deja un poco de espacio, joder. ¿No tienes más amigos?
. - no conozco a nadie en la universidad. ¿No quieres que esté contigo?, me ayudaste con esos cabrones.
. - chico, tienes que coger el toro por los cuernos y romperle los huevos. Espabila o te comen los lobos de aquí o donde estés.
. - no soy como tú, que tienes dos cojones. Yo no soy así, siempre he tenido protección.
. - ¿quién te protegía?
. - el dinero de papá. Guardaespaldas a todas horas.
. - ¿y dónde están?, no veo ninguno, ni fuera, ni dentro de la universidad.
. - ya papá no tiene el poder adquisitivo para contratarlos, la crisis se llevó las empresas de la familia.
. - pues lo tienes bien jodido.
. - ¿te puedo contratar de guardaespaldas?
. - de eso nada. Búscate la vida. Una cosa es que te eche una mano de vez en cuando, pero todo el día cuidando tu culo, nanay de la china.
. - ¿y si cobraras en especie, pues dinero no tengo?
. - joder, ¿en especies?, ¿con que me vas a pagar?, ¿con gallinas?
Acercó su boca a mi oído y me lo soltó.
. - tú no estás bien de la cabeza.
. - no puedo estar solo, te necesito. Si saben que me proteges, no me tocan un pelo.
. - aun así, te digo desde ya, que no.
. - ¿por qué?, ¿solo te gustan las tías?
. - Mauri, vente y sentémonos lejos de la gente. Vamos a hablar seriamente.
En un banco solitario dentro de la universidad nos sentamos.
. - Mauri, Mauri, Mauri.
. - no me digas que no, coño.
. - ¿y si te enseño a defenderte y te olvidas de tu proposición?
. - aunque te pegues meses conmigo, no soy para nada un chico que aprenda a pelear. Los hay que les gusta, pero no saben. A mí ni siquiera me gusta. Sería perder el tiempo.
. - coño, tío. Me lo pones difícil. No puedes estar todo el día pegado a mi culo.
. - ¿y si me pongo delante y agachado?
. - esa es la misma proposición, capullo.
. - lo sé, pero es por si colaba.
. - mira, haremos una cosa. Búscate amigos de tu manera de ser y cuando me veas, no corras a donde esté yo, pero tenme a la vista y cuando intenten abusar de ti, me haces una seña. Si puedo, te ahuyentaré a los cabrones que abusen de ti.
. - ¿y cómo te pago?
. - no tienes que pagarme nada.
. - ¿nada?
. - nada.
. - ¿y si quisiera agradecértelo haciéndote una mamada, por ejemplo?
. - por ejemplo, te daría una ostia.
. - ¿no te gustan las mamadas de un tío?
. - Mauri, te lo diré una vez y no me lo hagas repetir de nuevo. Me he follado a todo bicho viviente –mentira-, así que, entre ellos, están los tíos, las tías y sus padres y madres respectivos. Claro que me gustaría que me la mamaras y poderte romper el culo, pues disfrutaría con ello cantidad, pero yo no me aprovecho de quien está en inferioridad de condiciones y solo puede pagarme con su cuerpo. Cuando de verdad estés interesado por mí para darnos placer mutuamente por el simple hecho de darnos placer, ese día y no otro, dejaré que me la comas y me podrás dar por culo, como yo lo haría por ti. ¿Lo has cogido, Mauri?
Por toda respuesta, Mauri pegó sus labios a los míos y me besó, para luego volver a sentarse rápidamente.
. - la ostia puta. ¿Es que no has entendido nada de lo que te he dicho, joder?
. - es que me gustas y como has dicho…
. - pero cómo coño te puedo gustar si hace dos días ni me conocías.
. - fue amor a primera vista.
. - mira que eres cabrón.
. - ¿no quieres que te quiera?
. - eres de lo que no hay, chico. Como vuelvas a darme un beso en público, te capo.
. - ¿no quieres que sepan que te gustan los tíos?
. - no, lo que no quiero es que las tías crean que no me gustan ellas. Y a mí los coños de las tías me vuelven locos, lo mismo que un culo y la polla de un tío. Me gusta la variedad y nada de acaparamiento por parte de ninguno de mis amantes al igual que yo no acaparo a ninguno de ellos. Cada uno puede largarse cuando quiera.
. - pues vale. Seré tu amante secreto entonces.
. - ¿amante secreto?, valiente estás hecho tú. Por cierto, ¿cuántas pollas has mamado tú?
. - dejame que las cuente… tres pollas.
. - ¿solo tres?, vaya mierda.
. - peor es no haber mamado ninguna, ¿no crees?
. - ¿y cuantos culos has roto?
. - eso ya no.
. - ¿y cuantas veces te han roto el culo?
. - lo mismo, ninguna vez.
. - ¿y con ese currículum vitae ibas a ofrecerte para pagarme en carne?, vaya mierda de currículum.
. - ¿pero a que te mola desvirgarme?, ¿no es lo que más le gusta a uno?
. - en eso tienes toda la razón. No hay nada como desvirgar a un virgen, sea macho o hembra.
. - pues aquí tienes a un virgen que se ofrece para que lo disfrutes como Dios manda.
. - lo dices como si fuera a desvirgar a otro que no fueras tú.
. - ¿cuándo podemos empezar a querernos?
. - ¿sabes que eres un hijo de puta?, me la estás poniendo dura.
. – entonces, ¿a qué esperamos para mamártela?, solo deseo que me desvirgues en una cama, hacerlo en plena calle, como que no me gusta mucho.
. - oye, que cuando a uno le da un apretón y tiene un culo cerca, no va a buscar un hotel para desaguarse. Allí donde estés, te rompería el culo.
. - vale, eso lo entiendo, pero la primera vez al menos en una cama, las demás veces no hará falta.
. - vale, tienes razón, no hay por qué volverse loco la primera vez. ¿Ves esa arboleda tupida detrás de mí? –hice un movimiento con la cabeza y se la señalé-.
. - sí.
. - vete para allá y profundiza unos diez metros y espérame allí. En ese lugar nos la vamos a mamar. Es lo que querías, ¿no?
. - sí, y tú también, ¿verdad?
. - sí, yo también. Ya te lo he dicho, me la has puesto dura con tu petición y tu beso que espero no se repita al menos en público. Allí atrás podrás darme cuantos besos quieras.
. - vale, no tardes, mi amor.
. - ¿mi amor?
. - bueno, mi amigo, entonces.
. - bueno, eso es otra cosa.
. - ¿te espero desnudo?
. - no, ya te desnudaré yo.
. - verás lo contento que te vas a poner cuando me las veas.
. - ¿qué te las veas?, ¿en plural?, ¿el qué?
. - has ganado el premio gordo por ser como eres, mi amor, digo, amigo mío.
A aquel chico cada vez lo entendía menos. Dejé pasar unos segundos y antes de levantarme, vi que Mauricio volvía a salir cabizbajo. Se sentó y se echó las manos a la cara.
. - no puedo, no puedo. Nunca he mamado una polla, nunca.
. - mira que eres tonto, chico. ¿Y por qué querías seguir adelante?
. - te necesito, necesito tu protección.
. - la tendrás y sin que tengas que sacarte nada de los pantalones.
. - ¿estás seguro?
. - ya tú me dirás. ¿Qué es lo que sabes con seguridad que podemos hacer tú y yo?
. - besarnos, besarnos mucho.
. - eso está bien, pero lo veo poco. Será mejor dejarlo en amigos y nada más. Ni besos, ni mamadas, ni ostias en vinagre.
. - besar sí que lo deseo, pero si no quieres…
. - chico. ¿Es que no oyes o qué?, si empezamos a besarnos, querré más y más. No me contento con besar una boca. Mis manos se ponen a buscar algo que hacer y contigo, ya sabes qué es. Así que no me des ni un beso, ni te me acerques en plan cariñoso. Te cogería y te daría la vuelta y te rompería el culo, todo de una tacada. Así, que para evitar todo eso, avísame cuando se pongan tontos tus abusones e iré en tu socorro. Fin de la historia.
. - tengo una hermana.
Me lo quedé mirando. Sí, aquel chico o no entendía o le faltaba un hervor.
. - ¿y qué, si tienes una hermana?, yo también la tengo.
. - mi hermana está buscando alguien que la haga mujer.
. - me alegro por ella y por el ganador del premio.
. - ¿no te interesa ser ese ganador?, solo tiene un pero…
. - no, si encima tiene hasta peros. Vamos, como tú, ¿no?
. - tiene 37 y aun es virgen.
. - ¿más peros que deba saber?
. - no tiene brazos –dijo mirando al suelo-.
. - ¿algún pero más?
. - tiene doble polla.
. - ¿no es que tenga polla, sino que, encima, tiene dos?, ¿se te ha olvidado alguna cosita más?
. - no, eso es todo.
. - ¿nació así?, me refiero a lo de los brazos.
. - no, un accidente de coche fue el culpable.
. - ¿a cuántos le has pedido lo que a mí?
. - a un par.
. - para ti, ¿cuántos son un par?
. - ¿ocho?
. - me río por no llorar. ¿De los ocho a los que se lo has dicho y han ido a tu casa y la han visto, cuantos se han echado atrás?, supongo que todos los que fueron, si no, no se entiende.
. - obviamente.
. - ¿qué dice tu hermana?
. - la respuesta son tres intentos de suicidio. Por eso sigo buscando.
. - joder, tres intentos son muchos intentos. ¿Y con que lo ha intentado?
. - pastillas.
. - entonces entiendo que lo que tu hermana necesita es una obra de caridad. Sobre todo, para que no siga intentando matarse con pastillas.
. - básicamente.
. - ¿son de las que se enamoran o solo quiere irse para el otro barrio sin ser virgen?
. - eso no lo sé.
. - pues eso es un problema para mí. No tengo intención de casarme.
. - no tienes que casarte, solo desvirgarla y salir por patas.
. - ¿salir por patas?, eso no lo hace un caballero y yo soy un caballero, aunque no lleve bombín.
. - y si te estás preguntándote si se puede quedar embarazada, sería el milagro padre. Le quitaron toda la matriz en el accidente. Ni un regimiento de legionarios con leche de un mes, la podrían dejar preñada.
. - que tío. Mira, para dejarlo ya que se me está haciendo tarde para follarme a un amigo, que éste sí, se deja encular sin problemas, te diré una cosa final. Me preparas una cita con tu hermana, para digamos… el domingo por la tarde. Voy, hablo con ella y si veo que tiene la cabeza bien amueblada y no va a darme problemas excepto un poco de leche en su vagina, de allí vamos a tu casa y lo hacemos.
. - estupendo. Les diré a papá y a mamá que puede que se le solucionen los problemas a Remedios.
. - ¿papá y mamá estarán en casa?, claro.
. - claro, pero no te preocupes. Fueron ellos quienes me pidieron buscar alguien para apagar el fuego vaginal de mi hermana.
. - bueno es saberlo. Vale, lo dicho. Dame tu dirección y el domingo a las 6 de la tarde la veré en el parque más cercano a tu casa.
El chico empezó a garabatear en un papel la dirección y donde estaba el parque más cercano. Me lo entregó y casi me da un beso. Solo la mirada que le eché, lo frenó. Me levanté y me largué de allí, había perdido mucho tiempo, demasiado y Joan e Isaac ya me estarían echando de menos... para comer.
. - ¿factor 100?, ¿crees que será suficiente para mí?
. - no la tenía más alta en la farmacia. Me dijo que era suficiente, pero que solo tomaras cinco minutos como máximo de sol, el resto, bajo la sombrilla, viendo los pitos pasar.
. - a mí el único pito que quiero ver pasar es el tuyo hasta aquí –señaló su chumino- y lo sabes.
. - espera unas horas, hermanita. No desesperes.
. - bueno, date la crema y listo. Voy a nadar un poco.
. - voy contigo –dijo la Chen pequeña-.
. - échame la crema, Isaac, por favor.
. - claro, querida. Como estamos en un sitio público, nada en la vagina, ¿estamos?
. - no te preocupes, ya me la echaré yo.
Mientras aquellos dos se embadurnaban de crema antisolar, Gisela y yo jugábamos en el agua. Al rato se me acercó una mujer que me pareció conocida.
. - hola, Salvador. ¿De nuevo por aquí?
. - buenos días, señora…, lo tengo en la punta de la lengua.
. - Diana, la madre de Clara.
. - eso, Diana. Nada muy bien –dije mientras la miraba nadar con los dos picos emergentes-.
. - desde niña ya nadaba. Hasta estuve cerca de ir a unas olimpiadas, pero al final, no llegué a la puntuación mínima.
. - una lástima, pues con ese físico que tiene, se las hubiese llevado de calle, a todas sus contrincantes.
. - mira que eres adulador. Ya no soy tan joven.
. - pues con solo mirar a su alrededor puede darse cuenta de que pocas mujeres de su edad están tan bien como usted. Si tuviera más edad, le tiraba los tejos.
. - ay, juventud, divino tesoro… -dijo sonriendo-.
. - ¿no me la presentas, Salvador? –llegó Gisela-.
. - Gisela, Diana, la madre de una conocida.
. - ¿no se estaría ligando a mi chico, señora? –soltó la cabrona-.
. - Gisela, no seas tonta. No le haga caso, Diana. Solo piensa en una cosa.
. – sí, está a punto de hacerme mujer esta noche junto con mi hermana. A las dos nos va a desvirgar juntas.
. - Gisela, hazme el favor de ir con tu hermana, luego tendremos tú y yo unas palabras.
. - pero Salvador…
. - Gisela, lárgate ya.
Gisela, enfadada se largó y salió del agua.
. - le pido perdón.
. - no te preocupes, son cosas que pasan. ¿Con quién estás?, ¿con Gisela o con su hermana?
. - para decirle la verdad, con las dos.
. - vaya, entonces es cierto de que está a punto de ser mujer.
. – tampoco es eso. Ella y su hermana ya son dos mujeres, hechas y derechas, lo que pasa, es que su cabeza a veces no da para mucho, la verdad. En fin…, la juventud es lo que tiene, que nos podemos desdoblar.
Diana se me acercó un poco más.
. - Clara me habló de que cursas arquitectura.
. - así es.
. - y que me pedirías trabajo en primer lugar.
. - también es cierto.
. - si te casas con mi hija, me tendrás a mí también en el paquete.
. - ¿cómo dice? –casi me hundo de lo desprevenido que me cogió aquello-.
. - lo que has oído. Lleva a mi hija al altar y podrás visitarme las veces que quieras en mi cama.
. - ¿sabe esto Clara?
. - no, y no debe saberlo. Además, tendrás el cincuenta por ciento de todo mi patrimonio.
. - señora Diana, creo que me he perdido. ¿Cuándo me ha dicho Clara que quiere casarse conmigo?
. - está locamente enamorada de ti y la veo sufrir. Cuando te vio la otra vez, me llamó llorando.
. - Clara me gusta, pero casarme no entra en mis planes, señora Diana.
. - ¿y convivir con ella, sin estar casados?
. - eso sería una transacción económica y yo no me vendo, ¿Cómo se le ha ocurrido semejante idea?, seguro que los hijos de los ricachones se la rifan para añadir su patrimonio al de ellos, pero como yo no tengo ningún patrimonio, no tengo ese interés. Si me casara y no digo con quién, ni cuándo, lo haría por amor, algo que todavía no he encontrado, solo es sexo, nada más.
. - podrías compaginar a mi hija, a su madre y seguir como hasta ahora, teniendo sexo con esas chinas o con quien te dé la gana.
. - lo siento, no me convence.
La cara de Diana cambió. Cogió aire y se hundió. Luego sentí como mi polla era tragada por su boca y me la mamaba, con las dos manos de ella cogiéndome el nalgar. Me la estuvo mamando y mamando y no salía a flote la cabrona.
. - hola Salvador, has vuelto.
. - sí, he vuelto, pero no solo –dije mirando hacia las chinitas. Clara también miró-.
. - entiendo. ¿Has visto a mi madre?
. - no, lo siento.
En ese momento exploté mi corrida en la boca de la madre de la chica que tenía a mi lado. Noté que aquello nos iba a explotar en la cara, como así fue.
. - ¿te ha gustado? –dijo Diana con mi leche cayéndole por la barbilla. Su hija no podía dar crédito a lo que veía-.
. - pero mamá… –gritó la hija-.
. - Clara, Dios, estabas ahí.
. - no puedo creer lo que ven mis ojos. Las personas que más quería y me traicionan las dos. Te lo puedes quedar, mamá. Para ti solo.
. - oye, Clara, que no es lo que tú crees, que tu madre…
Ya se alejaba. Cuando llegó a la orilla, se puso las muletas y se fue hacia su sombrilla. Antes de que su madre llegara, se había vestido y largado de la playa nudista. Yo me quedé pasmado. Lo que había aguantado la casi-olímpica de Diana. No era por nada, pero me sacó la leche bajo el agua y no puedo decir nada malo de ella, al contrario, me gustó un rato.
Lo de su hija y lo que pensara de mí y su madre, era otra historia, pero yo no tenía la culpa. Mi polla fue violada por su madre, aunque disfrutara con la corrida.
Con mi polla descargada, seguí un rato más en el agua hasta que me la limpié bien. Luego salí y me tendí bajo una de las hamacas.
. - Gisela, ¿eres tonta o qué?, ¿cómo se te ocurre hablarle de esa manera a la madre de una amiga?
. - perdona, me entraron celos cuando la vi ligando contigo.
. - como si se estaba abriendo de piernas. Nunca me ha gustado las personas que tienen la lengua demasiado larga y tú te has pasado un rato.
. - ¿entonces no vas a hacerme mujer?
. - yo soy un caballero y cumplo lo que prometo. Te desvirgaré, pero a partir de mañana, no quiero volverte a ver. Eres un peligro tenerte a mi alrededor.
. - ¿qué fue lo que dijiste, Gisela? –le preguntó su hermana, intrigada-.
. - yo solo…, yo solo dije…
. - que estaba a punto de hacerte mujer esta noche junto con tu hermana. Que a las dos las iba a desvirgar al mismo tiempo. ¿Vosotros creéis que es normal que alguien diga algo así a una mujer que no conoce, que puede ser mi madre o una vecina?, joder.
. - la leche –dijo Isaac pasmado.
. - pero ¿tú estás loca o qué?, ¿cómo se te ocurre decir esa barbaridad delante de alguien que no conoces?, Salvador, te pido perdón en su nombre. Esta chica no está bien.
. - a partir de mañana no quiero verla y si viene a visitarte, avísame para no estar.
. - como quieras, Salvador –dijo Gisela compungida- pero me desvirgarás, ¿verdad?
Isaac se echó a reír, por no llorar. Yo me levanté y me vestí.
. - me largo. No me esperéis. Ya que estoy aquí, visitaré a mis padres. Nos vemos esta noche.
Me largué sin mirar atrás. Si me quedo, estrangulo a aquella idiota. En casa, avisé de que no quería descargar, porque tenía servicio de polla, así que solo me dediqué a mamar polla y comer coños, además de tragarme analmente la polla de papá. A parte de eso, hasta me eché una siesta. Luego me largué de allí.
Antes de regresar con Joan y su puta hermana, estuve deambulando por ahí. Comí en un bar cercano a la universidad, donde, por ayudar a cogerle el perro a una cacho mujer de enormes mamas, me llevó a su casa y allí se me insinuó. Al final descubrí que era un tío con grandes tetas de silicona. No digo que no me llevé un chasco, pues parecía lo que parecía, una mujer de armas tomar. Me dio pena el tío. ¿Por qué voy a negarlo?, me lo llevé al baño y le dije que se lavara bien el ojete y resto del cuerpo. Sí, mientras el tío se lavaba, yo echaba una buena cagada junto a él.
Ya limpito y en su cama, lo dejé que se sirviera bien de mí. Menos meterme su polla por el culo, porque no tenía apenas, ni la mía en el suyo, me dejé hacer de todo, huevos y polla incluida. Le impedí hacerme correr, no solo porque necesitaba hasta la última gota de leche para la noche con las dos hermanitas, sino porque no sabía si tendría o no algo encima. Sí, a venéreas me refiero. Aparte de eso, disfrutó el tío con mi cuerpo. Ni él mismo se podía creer que un tío como yo pudiera caerle del cielo para su disfrute. Fue un momento de ayuda al prójimo y olvidarme de mí mismo, lo que hice con el viejo de tetas de silicona. Os lo juro, al principio habría puesto la mano en el fuego para afirmar que era una tía. Pues era como una tía y hablaba como una tía…
. - ¿cuándo tendré de nuevo tu visita, querido?
. - la verdad es que no sé si volveré o no.
. - espero que vengas, estoy muy solita.
. - lo dicho, no sé si volveré. Dame esa boca.
Nos morreamos durante un buen rato. Lo dejé sin aire. Sus siliconadas tetas casi les hago un roto de lo que las apreté. Anoté mentalmente la dirección y me largué de allí. La habitación de Joan olía a pétalos de rosas. Ella misma olía también a pétalos de rosa. Llevaba un vaporoso vestido transparente casi. Solo en los pezones y el pubis, había opacidad.
. - ¿y tu hermana?
. - regresó a casa.
. - es lo mejor que ha hecho hoy. ¿Y dónde está Isaac?, no lo vi al entrar.
. - estamos solos. Decidió que no quería molestar y se fue al cine.
. - vaya, esperaba que me echara una mano contigo.
. - pues no está. ¿Has cambiado de idea?
. - para nada. Me doy una ducha y estoy contigo.
. - no tardes.
Fue una ducha rápida. La cena preparada por Joan estuvo apetitosa, pues era mi tortilla preferida, papas, huevos, ajo, sal y perejil, mucho perejil. Empezamos bien. El aliento a perejil me la puso dura. El de ella también era similar y estábamos a la par. Los platos se quedaron en la mesa, pues las ganas de comernos el uno al otro era superior y no íbamos a entretenernos fregando una mierda.
Comiéndonos la boca, fuimos recorriendo toda la cocina, luego todo el saloncito y terminando en su habitación. Allí la tiré en la cama y antes de caer, ya estaba desnudo. Así de rápido, soy yo. Su cuerpo pronto también estuvo desnudo y metida mano por donde nunca se pone el sol y resto de su orondo cuerpo. Gemía como un animal en celo que era. Pronto mi polla se fue a su vagina como si tuviera prisa por acabar algo que solo había empezado. Gritó de dolor cuando me sintió dentro de ella, pero más se dolería cuando se la metiera por el culo más tarde. Sus pechos fueron un manjar para mi paladar y ella disfrutaba tanto o más que yo.
Cuando su vagina estuvo libre de la follada de mi tranca, sus jugos no quise que se perdieran y allí deposité mi boca por tiempo interminable que ella empleó en fabricar más y más orgasmos que me ofrecía sin pedir nada a cambio. Como casi la tenía medio k.o. a base de polla y lengua, no le di oportunidad de reponerse y dándole la vuelta, levanté su anal culo y se la encasqueté hasta los huevos. Seguro que el viejo contratante oyó a una Joan más puta que las gallinas gritar como si se la estuvieran follando por el culo. Me volví loco mientras le rompía el culo una y otra vez y una y otra vez ella gritaba de puro dolor culero.
La estuve jodiendo hasta que la corrida sentí que venía en camino. Me salí de allí y dándole la vuelta, le hice una cubana. La corrida fue para un servidor y allí fue mi lengua que se la tomó toda, para luego ella hacerse cargo de mi polla folladora y dejármela como los chorros de oro. Cuando terminamos, ambos chorreábamos como cerdos. Quietos como difuntos, quedamos mientras mirábamos al techo. Solo cuando cogió resuello, pasamos al baño y con una ducha conjunta, volvimos, pero no a su habitación, sino a la mía, que también ella había acondicionado con la misma colonia de su habitación.
Fue recuperarnos y volver de nuevo a la carga. Ni lo sé, ni me importa las veces que me follé a la gordita de Joan, solo sé que el domingo me despertó Isaac con su polla metida en mi culo. Fue el pistoletazo para cogerme de nuevo a Joan y aun dormida como estaba, volverla a follar por todos lados mientras tenía la polla de Isaac metida en mi culo. Al final recibió dos lechadas y ella tan contenta que se quedó. A partir de ese día, ya nada sería igual en aquella casa. Pues mi polla era asidua invitada del culo y vagina de una más que puta Joan que me buscaba y encontraba siempre que quería. A Isaac, marica él, lo dejaba seco cada vez que lo encontraba. Como había pedido, Gisela solo vino lo mínimo y avisando a su hermana con antelación. Luego supe que, un mes después, le habían hecho un bombo y la habían mandado a china con una tía materna. Solo esperaba que no saliera a ella o lo pasaría negra la charlatana de Gisela.
Llegó un momento que hubo que frenar a una desbocada Joan. Claro que quería follármela cada noche, pero que dejara en paz nuestras pollas el resto del día. Así no había manera de estudiar mientras nos la mamaba. Cuando se dio cuenta que bajaba en su rendimiento escolar, bajó el ritmo y solo follábamos por las noches. A Isaac continuó, al igual que a mí, sacándonos la leche de los huevos. Ahora le tocaba a la hermana sin brazos de mi protegido Mauri con sus dos pollas. Este domingo, como habíamos quedado, la esperé en un parque cercano a su casa. Ella llegó y se sentó a mi lado. Nada dijo, solo me miró de arriba abajo.
. - ¿eres Salvador?
. - y tú, Remedios, supongo.
. - supones bien.
. - ¿te dijo tu hermano a que he venido?
. - ¿aparte de follarme?
. - mujer, no emplees ese lenguaje, no es digno de una dama.
. - ¿y cómo sabes que soy una dama y no un engendro de la naturaleza?, porque te habrá contado lo de las dos pollas.
. - me lo contó.
. - claro y querrás verla, antes de nada.
. - no, para nada.
. - vaya, esto es nuevo. Los anteriores fue lo primero que me pidieron ver, si no, no seguían adelante.
. - ¿y tú que hiciste?
. - los mandé a la mierda a todos ellos.
. - buena decisión.
. - ¿estás de acuerdo conmigo o me estás haciendo la pelota?
. - yo diría que las dos cosas. No quiero discutir contigo por nimiedades.
. - ¿nimiedades dices el tener dos pollas?
. - no, discutir por discutir.
. - ah, ¿pero no quieres ir ya al tajo?
. - no hay prisa. ¿Tienes prisa tú?
. - no, la verdad. Han sido tantos los fracasos ya, que esperar un poco más, no me las pone duras.
. - eso ha estado bien, pues me gusta decir una frase similar. Como que me la estás poniendo dura.
. - ¿yo te la estoy poniendo dura?, chico, debes ser algo especial.
. - no creas, más bien del montón. Pero tengo mis principios, no creas. Me ha dicho tu hermano que te has intentado irte para el otro barrio en tres ocasiones.
. - tu información está desfasada.
. - ¿entonces, solo dos?
. - no, ya van cuatro. La última, hace tres días.
. - jolines, ¿no piensas en tu familia?, si lo haces, hazlo bien.
. - joder, encima con cachondeo.
. - no, lo digo en serio. No puedes tener en vilo a tu familia. Al menos sé que Mauri te quiere de verdad, de tus padres no tengo información. Y Mauri no se merece que lo tengas en un sin vivir. En vez de pastillas, ¿por qué no usas una pistola y acabas de verdad o es que te da miedo morirte y lo haces con pastillas sabiendo que no vas a palmar?
. - serás hijo de puta y a mí que me estabas cayendo bien.
. - ¿te molesta que te diga la verdad?, mala cosa para ti y para tu hermano. Pues creo que vas a seguir con las putas pastillas hasta que des con la cantidad adecuada.
. - ¿tú sabes lo que sufro yo día sí y día también?, si lo supieras, te tomabas cada día un bote de pastillas.
. - de eso nada. Usaría la pistola.
. - ¿lo dices de verdad o de cachondeo?, no sé a qué quedarme contigo.
. - es broma, mujer. Piensa en tu familia y deja de intentar suicidarte, joder. Mauri no se lo merece. Habla muy bien de ti ese cabronazo –mentí-.
. - es un buen chico.
. - sí que lo es, pero demasiado tímido.
. - sí, es verdad. Me ha dicho que eres su guarda custodio, que lo proteges de los que le quieren hacer daño.
. - eso o lo tengo pegado todo el día del culo.
. - ¿por qué lo haces?, a cuidar de mi hermano, me refiero.
. - ¿no le has visto la cara de perro abandonado que tiene? Necesita confianza y espero que la coja con el tiempo, porque si no, está listo. Yo no voy a estar todo el día pendiente de él.
. - ¿ya te lo has follado?
. - joder, como has cambiado de registro. ¿Y eso a ti, que te importa?
. - ya sabes, es mi hermano y lo quiero.
. - de eso nada. Si lo quisieras tanto, no harías las cosas que haces. En cuanto a si me lo he tirado, no. Y no porque no quiera, sino que no quiere él. ¿Sabes que condición sexual tiene?, aun no acabo de aclararme con tu hermano.
. - ni él mismo lo sabe. Tiene amigos, amigas y viceversa.
. - ¿viceversa?
. - amigos gays.
. - ah, viceversa. Bueno, dejemos a tu hermano tranquilo, que ya se decidirá. Vayamos a ti. ¿Has probado a ponerte unos brazos de esos biónicos última generación?
. - ja, ja, ja. Primero, me aterra esos brazos y segundo, papá no tiene un duro.
. - en deferencia a tu hermano que me cae un rato bien, cuando tenga el dinero suficiente te compraré unos brazos de esos. Los más caros.
. - y yo voy y me lo creo. Lo que hacéis los tíos para follarse a una tía sin brazos y con dos pollas.
. - mira, si me prometes no volver a intentar matarte, me largo de aquí ahora mismo y cuando tenga ese dinero, como he dicho, te compro esos brazos. Hasta ahí puedo llegar.
. - ¿sin follarme antes?
. - sin follarte antes. Por cierto, ¿por qué esa fijación de que te follen?, ¿es que piensas al día siguiente volverlo a intentar?
. - depende de lo contenta que me dejes.
. - vamos, que, si es un fiasco y no quedas contenta, te vas al otro barrio.
. - si no tengo nada por qué luchar, ¿para qué seguir viviendo?
. - ¿y tu familia?
. - no sigas metiendo a mi familia en medio. Ya bastante han sufrido teniendo a esta cosa que no sé ni cómo llamarme.
. - por eso, precisamente. Después de que han sufrido tanto cuidándote, vas tú y te matas. Bonito, muy bonito por tu parte. Eres una cabrona que solo piensas en ti y nada en los que te quieren.
. - mira, ya me has tocado los cojones y por partida doble. ¿Vamos a follar o no vamos a follar?, ya estoy harto de cháchara que no nos lleva a ningún lado. Quiero tu polla en mi culo y en mi boca y en mi maltrecha vagina. ¿Estamos?
. - ¿es una orden o una petición?
Ella bajó la cabeza.
. - un ruego.
. - vale, eso está mejor. ¿Es necesario que te coja de la mano para levantarte?
. - tu madre.
. - de nada, preciosa. Esos muñones irían perfectos para los brazos biónicos, sí señor.
. - deja ya de reírte de una pobre inútil.
. - cuando te llegue a casa un mensajero con una carta y en ella esté que vayas a cierta clínica a recibir tus brazos, ya me reiré yo, pero eso sí, antes te pago unas sesiones en un loquero, porque si resulta que estás tarumba y sigues pensando en matarte, anulo la prótesis y me quedo tan tranquilo. Acuérdate cuando te llegue la carta. Primero psicólogo y después las manos biónicas.
. - lo tomaré como una broma pesada. Anda, sígueme al matadero.
El matadero era su casa, un dúplex moderno y bien bonito.
. - toca el timbre, semental.
. - no te pases, que me doy la vuelta.
. - ¿ahora que te he dejado llegar hasta la puerta?, a los otros los despaché antes de llegar.
. - ¿ninguno se te propasó? –dije tocando el timbre-.
. - no podían, iba con mamá-.
. - ¿y dónde está?, no la he visto.
. - Mauri me dio las máximas garantías de que eras un buen chico.
. - vaya, eso ha estado bien por parte de tu hermano.
. - y acertó.
La puerta se abrió. Era una dama de unos 60 años, vestida de domingo.
. - hola, qué sorpresa -dijo la mujer al verme con su hija-.
. - ¿a qué no creías que regresara con nadie?, pues aquí está el semental que nos ha mandado Mauri.
. - hija, no hables así de un chico tan guapo.
. - ya le he dicho que no diga esas cosas, pero no hace caso. Como siga, me voy.
. - esta chica es tonta, por una vez que traes a un chico a casa…
. - mamá, a quien va a follarse es a mí.
. - lo siento, pero este lenguaje no lo aguanto más. Perdone señora, pero me voy. Buenos días.
Di la vuelta y me largué. Hasta el día siguiente que Mauri no me encontró, no quise acordarme de aquella capulla redomada.
. - hola –dijo al verme leyendo un tocho de ética del arquitecto. Levanté la cabeza y allí estaba-.
. - lárgate, anda. No tengo ganas de oír su nombre.
. - perdona a mi hermana. Es una idiota.
. - eso es quedarse corto.
. - ¿vas a volver?
. - ni lo sueñes. Que se folle a sí misma.
. - te he oído –dijo la voz cabrona de su hermana. Estaba dos metros a mi izquierda.
. - vete a la mierda, tía.
Ella se acercó y se sentó junto a mí.
. - la he cagado, ¿eh?
En vista de que no respondía, siguió.
. - dame otra oportunidad.
. - ¿para qué?, ¿para seguir insultándome en la cara? Búscate a un verdadero semental y que te folle bien.
. - díselo hermano.
Me quedé mirando a Mauri.
. - ¿dos por uno?
. - ¿qué son?, ¿las rebajas de otoño?
. - ya habrás adivinado que tengo dos penes. Por eso no quería tener relaciones contigo. Creí que te ibas a reír en mi cara y dejarme con los pantalones bajados. Pero tú no eres así. Estabas dispuesto a hacerlo con Remedios que también tiene dos. Ahora sí que quiero que me desvirgues también a mí. Dos por uno.
. - ¿juntos o por separado? –me animé a preguntar-.
. - como quieras, ¿verdad, hermanita?
. - verdad de la buena.
. - pero con una condición.
. - tú dirás –dijo la mayor-.
. - no lo haremos en tu casa.
. - ¿dónde entonces?
. - dentro de una casa de campaña. Arriba, en la montaña.
. - ¿y eso por qué?
. - en tu casa están tus padres y no me siento a gusto desflorando a sus dos hijos con ellos en la casa.
. - es que ellos iban a estar atentos en la habitación cuando me fueras a desflorar.
. - a no, eso sí que no. En la habitación solo estará quien folle y no mirones.
Los dos hermanos se miraron.
. - ¿y si ellos también follan?
. - follar, ¿a quién?
. - a ti, por ejemplo.
. - ¿a mí?
. - se prometieron que quien me desflorara podía follárselos también a ellos y ellos al follador, en este caso, a ti.
. - anda ya, eso solo pasa en las novelas.
. - pues es verdad. Si me follas, puedes follártelos.
. - una pregunta tonta. ¿De cuantas pollas estamos hablando que hay en tu casa?
. - dejame ver, somos cuatro, pues ocho pollas.
. - ¿ocho pollas?, la ostia puta. ¿Pero qué tipo de genes tenéis en vuestra familia?, vuestros abuelos también…
. - también.
. - ¿los cuatro?
. - no, solo los maternos. Los paternos salieron normales, entre comillas.
. - la leche que me han dado.
. - todo comenzó con los abuelos maternos. Los padres de cada uno de ellos tuvieron un hijo uno y una hija el otro y los emparejaron antes de cumplir los 16 años para quitárselos de encima, porque en aquel tiempo, esto era cosa de brujería o poco menos e intentaban ocultarlo a toda costa. Pero como volvió a suceder después, todo se supo en el pueblo, hasta que emigraron nuestros ancestros a la ciudad donde era más fácil ocultar una cosa así.
. - entonces, ¿los hijos de Mauri tienen muchas posibilidades de seguir con esa costumbre doble pénica?
. - joder, cacho palabra que te acabas de inventar.
. - así soy yo de ingenioso. Bueno. Vale, follaremos a destajo en vuestra casa con vosotros y los viejos. Todo el lote completo. Me tendré que quedar el viernes noche y el sábado, yéndome el domingo, si sigo vivo.
. - los viejos se alegrarán, pues tienen un disgusto encima por mi culpa… -dijo ella-.
. - y no es para menos, eres una capulla.
. - como tú quieras. ¿Para cuándo, entonces?
. - déjame unos días que mire si puedo estar esas dos noches libre de compromisos previos –mentí descaradamente, pues no tenía planes de ningún tipo, pero había que dar sensación de tío con dos cojones y los pies en el suelo-.
La polla de Isaac me la conocía perfectamente. Pese a ello no me cansaba de disfrutarla con mi boca. Tenía unos enormes nervios que la recorrían toda y era súper sensible para su dueño.
. - Salvador, mi amor. Siento como si te estuviera violando cada vez que lo hacemos por la diferencia de edad entre los dos.
Me alcé y sin soltar de mi mano su polla, besé su boca.
. - ni se te ocurra pensarlo, Isa, querido. En todo caso me estoy aprovechando yo de ti. No me canso de disfrutar todo tu cuerpo. Eres fuerte, la tienes grande y tan venosa, que me corro solo de pensar en tenerla dentro de mí, como ahora mismo.
Posicioné mi culo y dejé que resbalara ano adentro, para luego cogerle la cara y besarlo largamente, donde nuestras lenguas no se cansaban nunca de jugar.
. - ¿sabes?, si no estuvieras en esta casa, tendría que buscar alguien como tú que disfrutara por el simple hecho de hacerlo una y otra vez y sin nada de esas gilipolleces de enamorados, donde cada uno puede irse con quien quiera sin tener que dar explicaciones. Nunca me has hablado de tu vida, de tu familia. Ahora que la tengo bien metida, sería buen momento.
. - no hay mucho que contar. Soy viudo. Me casé joven con una preciosa chica y tuvimos un niño igualito a ella. Las cosas se torcieron cuando murió antes de tiempo por un puto cáncer. Así me quedé con un adolescente de 15 años a mi cargo. Antes casi no paraba por casa y tuve que parar de golpe. Cuando cogí al chico en casa con un amigo en su cama fue el día cero de mi cambio sexual. No dormía, apenas tenía apetito. Solo cuando un día entró mi hijo al baño cuando me duchaba y se metió junto a mí dentro de la mampara, supe lo que era el placer y no fraterno, precisamente.
. - ¿te enamoraste de tu hijo?
. - locamente. En cierto modo se parecía a ti. Era bueno, se preocupaba por mi bienestar y me ayudaba en lo que podía. Dejó de estar con sus amigos para entregárseme por completo, haciéndolo cada día hasta varias veces, pero la puta fatalidad volvió a joderme la vida. El mismo tipo de cáncer le alcanzó y se me fue también. Luego me juré dejar de ser un don nadie y continuar con lo que dejé de joven y sacarme una carrera que siempre me ha gustado, pero nunca he terminado.
. - Isaac, lamento tus pérdidas. En mí tendrás siempre un amigo para consolarte y disfrutarme.
Nos besamos casi con violencia, hasta que sentí su lechada entrarme en mi culo. Solo después, me salí y levantándome, le puse mi ano en su boca. Isaac solo tenía que meterme su lengua y sorber cuanta leche salía por la fuerza de la gravedad. Cuando no salió más, me fui hacia su flácida y enlechada polla. Estaba para comérmela y me la comí con restos y todo, pues eran mis restos. Lo siguiente fue ponerse a cuatro patas y como nos gustaba a ambos, darle polla hasta reventar. Pero no me corrí en su culo, Isaac prefería tomársela directamente de mi polla y allí fui con ella hacia su boca. Mamó y mamó hasta hacerme reventar. Sin duda, eran las mejores folladas y que más contento me dejaban, al mismo nivel que con mi Adelaida querida.
De la mano, marchamos hacia el baño. Lugar de segundas reuniones después de follarnos a gusto. Era un complemento perfecto volver a comernos las flácidas pollas, pues eran sensibles a más no poder. Con un beso final, dábamos por terminada la sesión amatoria hasta la próxima vez que podía ser en cualquier momento, pues estando Joan con sus padres por no sé qué cosa, nos podíamos pasar todo el día que no lo dábamos para el estudio metidos en la habitación de uno u otro. Algunas veces sin tocarnos, solo por el simple hecho de estar juntos y desnudos mientras leemos cada uno cualquier cosa. Así estábamos cuando sonó el timbre de la puerta. Desnudos y en la cama.
. - ya voy yo, Isa. –Le dije besándole la boca-.
Isa, como me gustaba llamarlo, continuó con su libro. Yo me puse una toalla alrededor de la cintura, no era cosa de salir en cueros. Cuando abrí y la vi allí, estuve a punto de cerrar de nuevo. Me quedé mirando como si viera un fantasma.
. - ¿no me invitas a pasar?
. - me lo estoy pensando.
Clara iba vestida con el vestido más bonito que nunca había visto en una mujer. Era juvenil y caro, muy caro. Al final, me hice a un lado y entró. Llevaba uno de esos pantaloncitos minúsculos con flequillos tan del gusto de las mujeres. Sus pechos estaban que se salían, pues dos botones abiertos permitían verle la mayor parte del canalillo si te ponías de puntillas unos centímetros. Cerré tras ella y se quedó de pie.
. - ¿que se te ofrece en mi humilde morada?
. - vengo a pedirte perdón.
. - vale, ya te puedes ir.
. - no seas así, hombre. Déjame explicarme. Mamá me lo contó todo.
. - ¿sí?, ¿qué te contó tu mamá? –dije con algo de retintín-.
. - que fue ella quien se te metió bajo el agua y después…
. - y me la mamó bien mamada. Sí, tu madre es un portento, me dejó seco. ¿Y que más te dijo tu mamá?
. - que intentó comprarte con su cuerpo.
. - ¿te dijo eso?
. - ¿no es verdad?
. - sí, lo es. Y no es la primera madre que se me ofrece de esa manera tan peculiar.
. - ¿no vas a perdonarme?
. - ¿de qué me valdría? Allá en la playa era cuando tenías que pedirme perdón y no hacernos una escenita.
. - yo no sabía…
. - claro, ves a tu madre haciéndome una mamada bajo el agua y pensaste, este desgraciado se está follando a mi madre y a mí ni me toca. Quiere a mi madre, a mí no. Joder, Clara. Tú, mejor que nadie, debías de conocer a tu madre y saber lo que puede o no puede hacer por ti. Debe quererte mucho para rebajarse de esa manera, si no, no se explica.
. - ¿no hay ninguna posibilidad entre tú y yo?, estoy loca por ti. Ya a estas alturas debes saberlo. ¿Qué tengo que hacer para que me quieras un poquito?, ¿recompongo el trato que te prometió mamá, con ella también, además de que sigas con tus amigas discretamente?, estoy dispuesta a ello, pero no me des de lado, por favor.
. - por el amor de Dios. ¿Acaso yo te he dado esperanzas de tener tú y yo una historia conjunta?, si así ha sido, perdóname.
Los ojos de Clara se empañaron. Como si no fuera ella misma, se desabrochó la camisa de lujo que llevaba puesta. Yo la veía como en cámara lenta. Cuando me di cuenta, solo tenía las bragas y la pierna ortopédica.
. - ¿qué haces, Clara?
. - tómame y hazme mujer. No puedo aguantar más. Quiéreme o no sé qué haré.
. - Clara, convéncete, no te convengo. Eres preciosa e inteligente. Sí, la puta pierna. Olvídate de la pierna y sé feliz. Soy un mujeriego y más cosas.
. - te dejaré que sigas viéndote con mujeres, pero no te alejes de mí.
. - no es solo eso, también me gustan los hombres, querida. Soy lo que diría cualquier madre, un depravado. Y no quiero ni puedo cambiar.
. - no te creo. Lo dices para que te abandone y me olvide de ti.
. - no, es verdad. Ahora mismo hay en esa habitación un señor con quien mantengo relaciones sexuales cada día. Además de con la chinita que nos viste la otra vez, que ahora no está.
. - no, no te creo. No quiero oírte, me mientes.
Cogí aire y me giré hacia la habitación donde estaba Isaac.
. - Isaac, ¿puedes venir un momento, por favor?
Segundos después llegó Isaac con una toalla tapando sus vergüenzas junto a nosotros.
. - hola, joven.
Clara se tapó ambos pechos y las bragas como pudo.
. - Isa, ella es Clara. No se cree que tenga relaciones contigo. Cree que la engaño para que me olvide.
. - es verdad, señorita. Se lo juro.
. - no, estáis confabulados.
. - Dios, Clara, como eres. Isa, ¿me permites? –le dije a mi amante señalándole la polla que se vislumbraba con un montículo en la toalla-.
. - lo siento, señorita, es verdad –Isaac se sacó la toalla de encima, dejándonos ver su hermosa polla venosa-.
Me agaché delante suyo y cogiéndosela, comencé a mamársela allí mismo. Clara estaba aterrada. Cuando pasaron unos segundos eternos y se la dejé bien dura, dejé de mamársela.
. - Isa, por favor, ¿puedes volver a la habitación?, luego continuaré donde lo he dejado.
. - claro, querido –nos besamos y regresó a su habitación-.
Clara estaba sentada y callada. No sabía cómo digerir aquello. Me senté a su lado y esperé sus primeras palabras. Pero no salían de su boca.
. - querida, soy lo que soy y no me arrepiento, pues es mi vida y no hago mal a nadie. Claro que me gustas, ya te lo he dicho en otra ocasión, pero no para casarnos. Para eso aún no estoy preparado. Me encantaría disfrutar de tu cuerpo y hacerte disfrutar del mío. Incluso me gustaría acostarme con tu madre, que, por cierto, está muy buena, pero ese no es el caso. Tú te mereces algo mejor que yo. Sé feliz y olvídame, por favor.
Ella, sin decir nada, se vistió y se fue. La verdad es que me preocupaba Clara, pues me vino a la cabeza el nombre de Remedios y sus intentos de suicidio y no tenía muy claro si Clara podía hacer lo mismo por negarle mi amor. Cogí el listín telefónico y busqué la empresa constructora de la que sabía que era presidenta. Solo había números generales, pero, aun así, marqué uno. Pedí hablar con la dirección. Allí, la secretaria se me puso chula y no quería pasarme con la presidenta. Cuando le dije que era algo relacionado con su hija Clara, de inmediato oí la voz de Diana al otro lado.
. - sí, ¿qué dice usted de Clara?
. - señora Diana, soy Salvador.
. – ¿Salvador?, ¿ese Salvador?
. - sí, ese Salvador.
. - Salvador, perdona, ya hablé con Clara sobre lo sucedido la otra vez.
. - no se trata de eso o solo de eso. Se trata de que Clara ha venido a mi casa de la universidad.
. - sí, eso me dijo que iba a hacer.
. - la cosa es que ha salido peor que cuando llegó.
. - ¿qué le has hecho a mi hija, Salvador?
. - nada, no le toqué un pelo. Solo intenté que me olvidara y siguiera su vida. Pero me temo que la he jodido.
. - ¿por qué dices eso?
. - no dijo nada en concreto y eso es lo que me preocupa. La rechacé de nuevo y creo que puede hacer algo que no queremos ninguno.
. - te refieres a…
. - sí, a hacerse daño. No es que esté seguro, pero quisiera que la vigilara un poco estos primeros días por si acaso.
. - tu llamada te honra, Salvador. ¿De verdad no la quieres un poquito?
. - no le digo que no, pero no le convengo y sé lo que me digo. No podría dejar de lado mis otras relaciones sexuales y aunque ella me ha dicho que podía seguir teniéndolas, cuando le dije que también las tenía con hombres, no me creyó. Se lo tuve que demostrar in situ, pues tenía en la habitación al compañero con quien también tengo relaciones. Entonces se hundió y no dijo una palabra más y se fue. Es por eso por lo que temo que se haga daño.
. - desde luego lo tuyo es muy fuerte, pero como dices, no le convienes. Ella necesita estabilidad emocional. El problema es que te quiere con locura y sí, puede hacer una tontería. La vigilaré, gracias por llamar.
. - adiós –regresé con Isaac y continué con la mamada, pues es norma de la casa, que lo que se empieza, hay que acabarlo-.
En un 69 perfecto nos dimos de mamar polla. Luego un enculado sin prisas para ambos culos y nos corrimos en la boca del otro. La verdad era que solo pensaba en Clara mientras me lo hacía con Isa. Esa noche, jueves y mientras estábamos acostados cara con cara y abrazados de pies y manos, le conté lo de Remedios y su familia.
. - ¿te los vas a follar a todos?
. - eso espero. Ni mañana viernes, ni el sábado dormiré en casa, lo haré en la de ellos. Espero que en ese tiempo pueda hacerlo.
. - si necesitas ayuda, ya sabes que la tienes.
. - te lo agradezco, pero nada se dijo de llevar a un segundo amante y no es plan de que se echen atrás, pues nunca me he metido dos pollas.
. - yo sí.
. - déjame que siga. Me refiero a dos pollas de la misma persona. Yo también me he tragado dos pollas. Hasta una vez intenté tragarme tres, pero no hubo manera. A lo que iba, vas a estar solo, será mejor que llames a alguno de tus amigos para que te haga compañía.
. - no puedo hacerlo.
. - ¿y eso por qué, querido?
. - porque solo la estoy metiendo en tu culo. He dejado de lado a los otros amantes.
. - pero no seas tonto, Isa. ¿Y cuándo nuestros caminos dejen de cruzarse?
. - entonces retornaré con mis antiguos amantes o me haré alguno nuevo. De momento estoy muy a gusto contigo.
. - mira que eres tonto. Yo no puedo dejar de buscar nuevos culos, chuminos y pollas. Es más fuerte que yo, lo siento.
. - tenías razón.
. - ¿a qué te refieres?
. - a esa preciosidad que vino a casa. No le convienes.
. - intenté decírselo por activa y por pasiva. Tuve que recurrir a ti para que abriera los ojos, pero me temo que la he jodido bien.
. - no es culpa tuya si hace lo que me dijiste que podía hacer. Cada persona es un mundo y si es tan débil, nada podemos hacer. Unos se van sin querer y otros buscan como irse –dijo pensando en su mujer y su hijo. Unas lágrimas afloraron. Mis labios besaron sus ojos y de nuevo comenzó otra sesión de sexo entre los dos. Esta vez era Isa quien necesitaba un poco de amor por su querida familia perdida y yo estaba allí para darle un poco de felicidad.
. - ha llegado –gritó Mauri desde la puerta a los de dentro, mientras entraba. Me dio un fugaz beso en la boca aun sin cerrar la puta puerta, este chico no aprendía-.
Dentro me esperaba el resto de la familia.
(Parte 7 de 30)
FIN