Soy un caballero y cumplo lo que prometo (30)

“Sólo tengo mis cojones y mi palabra, y no la rompo por nada.” Al Pacino, en El precio del poder, en 30 trozos.

SOY UN CABALLERO Y CUMPLO LO QUE PROMETO

(30-30)

ESCRITA POR:      SALVADOR MORALES

© Todos los derechos reservados

. - él es Iker, el hijo de Raúl. Se quedará y ayudará a su padre en el jardín. Dadle una habitación. Ella es Ming, es china como podréis ver. Se quedará con nosotros unos días, no muchos. Dadle también una habitación y ropa. Ella no será tocada sexualmente por nadie, a no ser que lo pida ella, expresamente. Sus padres la entregaron en prenda hasta pagar una deuda. Eso lo estoy solucionando, pero tardará un poco. Cuando lo haga, marchará a China de nuevo. Por lo demás, le he informado de lo que hacemos y no habrá problema, se seguirá como hasta ahora. Profesores, pueden irse hasta mañana, gracias. Éstos últimos se vistieron y se marcharon con viento fresco.

. - vayamos todos a la piscina, veo que estáis sudando todos. Os sentará bien.

Ming aún estaba cohibida y era para estarlo, delante de aquellas personas orondas, casi todas ellas, y más, estando en pelota picada.

. - Ming, ¿has comido?, ¿quieres descansar?, nosotros vamos a darnos un chapuzón en la piscina -le dije-.

. - tengo un poco de hambre –dijo ella-.

. - de acuerdo. Ya irás conociendo al personal. Ahora te irás con Natalia, esta señora de aquí y ella te dará de comer.

. - gracias, salvador.

. - no hay de qué.

Llamé a Natalia.

. - querida, Ming tiene un poco de hambre, ¿puedes darle de comer?

. - claro. Me visto y la atiendo enseguida.

. - no es necesario que te vistas. Hazlo así. Tendrá que acostumbrarse a vernos desnudos y vernos practicar sexo, aunque ella no lo haga –dije besándole la boca, para después darle sendos besos en cada pezón que le llegaban al ombligo-.

Natalia, sonriendo, invitó a Ming a acompañarla. Una vez en la cocina y con señas, le dijo si le gustaba esto o aquello. Al final le sirvió un poco de leche y un trozo de pastel recién hecho. Luego allí la dejó y se fue Natalia a la piscina con los demás.

La cosa con Iker y su padre fue rápida. El hijo putativo tenía ya a su padre en una de las hamacas dándole polla culera y conmigo detrás de Iker dándole también polla en el suyo. Sin duda, fue una transición la mar de rápida, diría yo, súper-rápida..Cuando Ming acabó de comer, se acercó a la piscina y nos vio al grupo practicando sexo de varias formas y maneras. Sí, era un lupanar aquella casa. Sonrió y se fue al salón. Encendió la televisión y se quedó dormida al poco.

Por la noche y mientras el personal dormía, Raúl llegó de la mano de su hijo a mi habitación. Fue mirarlos a los ojos y sonreír. Aparté la manta y los invité a subir. Lo hicieron. Fue un sexo entre maricones de lo más completito. Los culos de los tres se usaron en cantidad, donde la leche corría como un río por bocas y culos.

Cinco días después, la chinita ya iba camino de su país. Los de la agencia de protección hablaron con los padres, informándome que todo era correcto como había dicho la chica. Para mí lo más fácil y barato hubiera sido que denunciara a la policía y así poder ser devuelta a su país, pero todos sabemos que eso no da la seguridad del dinero. Si le hubiese pasado a ella o a sus padres algo por haberlos delatado, me hubiera sentido muy mal. Y no era plan por unos euros más o menos. Claro, eso lo dice uno al que le sobra la pasta...

Una semana después de polla, mucha polla por parte de Iker hacia los demás, su padre y yo, incluidos y de los demás para con el culo del hijo del jardinero, la cara del hombre había cambiado a mejor. Ya estaba listo para el siguiente paso, visitar a su propia familia. No quiso que fuéramos nadie con él, cosa normal. Era su sangre y debía hacer acto de presencia él solo y actuar en consecuencia.

Tocó en el botón donde ponía el nombre de su mujer y otro nombre que no conocía. Le sonaba a moro. Eso ya debía de haberle alertado.La voz de su mujer algo ronca sonó por el interfono.

. - ¿dígame?

. - Roberta, soy Iker.

. - ¿Iker?

. - sí, tu marido.

Hubo un silencio de un par de segundos. Luego se oyó el cierre de la puerta eléctrica. Iker empujó y entró. Avanzó hasta el fondo, donde ponía el mismo número que en la entrada. Su mujer la esperaba en la puerta. Estaba nerviosa y solo llevaba encima un delantal, tapándole el cuerpazo que tenía.

. - hola, querida. He vuelto.

. - Iker, ¿qué haces aquí?

. - Roberta, quiero volver a casa. Eres mi esposa y quiero estar contigo y con los niños.

. - ya no eres mi esposo. Me divorcié de ti un año después de que desaparecieras. Ahora vivo con otra persona.

. - ¿cómo?, ¿por qué? –Iker se estaba perdiendo en una nebulosa-.

. - querida, no me puedes dejar así –dijo un maromo de tez árabe con otro delantal cubriéndole sus partes. La protuberancia que se le notaba decía a las claras que estaba más que empalmado. El tío medía unos dos metros de alto y de anchura era como dos veces Iker.

. - querido, este es mi ex marido Iker.

. - vaya, el que desapareció. ¿Qué haces aquí?

. - vengo a recuperar mi vida.

. - ¿tu vida?, tú ya no tienes vida con esta preciosidad –dijo colocándose detrás de su ex esposa y metiéndole mano descaradamente a los pechos y a su coño, bajo el delantal.

. - tiene razón, Iker. Tú y yo ya no somos nada, ahora tengo otra vida. Recuerda que fuiste tú quien se marchó sin decir nada.

. - quiero recuperar entonces a los niños. De ellos no me he divorciado.

. - solo tienes una hija, Juanito falleció de leucemia hace dos años.

. - ¿murió Juanito?, Dios mío –se echó el hombre las manos a la cabeza- ¿y Marisa?, ¿dónde está?

. - en la universidad, pero no te acerques a ella. Casi no te recuerda y quiero que siga así.

. - es mi hija y no me puedes impedir verla. Tengo mis derechos.

. - tus derechos se fueron contigo al desaparecer.

La puerta de la calle se abrió y entró la chica de la foto, su hija Marisa, la cual se quedó mirando al hombre que hablaba con su madre y su padrastro.

. - hola, soy tu padre –le dijo Iker antes de que se lo impidiera su madre-.

. - ¿mi padre?, mi padre murió hace años –dijo ella-.

Iker miró a su ex esposa como reprochándole haberle dicho algo así, pero no tenía con que contrarrestarle, pues se había ido del lado de su familia. La chica se puso al lado de su madre y su padrastro. Como algo automático, la hija alargó su mano izquierda y le cogió la polla al maromo para pajeársela, mientras el pajeado sonreía.

. – yo, el único padre que tengo es Omar. Es mi padre y mi amante también, ¿verdad, mamá?

. - sí, hija. Omar nos da lo que las dos queremos, seguridad y sexo. Y no se irá como tú, Iker. Es mejor que te vayas y no vuelvas, aquí no se te pierde nada.

. - lo siento, chico -dijo el tal Omar- Aquí no tienes nada que hacer, ahora ocupo yo tu lugar y a fe mía, que tu mujer y tu hija, están siempre tanto o más calientes como yo -dijo apartando las manos de la mujer, para hacer lo propio con la hija de Iker, metiéndole mano a un pecho y la otra, a su chichi sabrosón bajo la mini faldita. La chica suspiró y para nada, se apartó de su padrastro y amante árabe, al contrario, se apretó la mano que tenía dentro de sus braguitas-.

Cuando su hija y su padrastro entraron hacia adentro, iba el amante con su mano dentro de sus bragas por su parte de atrás, encima de sus nalgas, como poniéndole los dientes largos a Iker, que aún no podía salir de su asombro de lo que había cambiado allí las cosas y a peor para él, sin duda.

El tal Omar le iba a dar un buen repaso a su hija, se dijo Iker, sin poder hacer, ni decir nada. Su mundo se rompía en mil pedazos. Cabizbajo, su mujer lo vio darse la vuelta y salir de allí sin decir nada más. Ella, la ex esposa, no es que se alegrara por su marido, pero no hizo nada por consolarlo. Solo cerró la puerta y se fue donde su hija y su nuevo esposo, pues tocaba disfrutar, para variar, algo que no sucedía muy a menudo con su ex marido. Nunca más se le volvió a ver con vida. Al día siguiente se le encontró colgado de un puente cercano.

Su padre, al enterarse, le dio un infarto y estuvo dos días con sus noches en el hospital hasta que se fue apagando, muriendo también. Según parecía, las desgracias no venían solas…

Ahora me digo que debo vivir la vida y no dejar para mañana lo que me pueda follar hoy. Fue un entierro en la intimidad, pues ni su ex esposa asistió, solo los de la casa y yo mismo. Una pena, pues una vez que logró salir del abismo en que se encontraba Iker, no le sirvió de nada. Sin duda fueron demasiados golpes los sufridos por el padre y el hijo. Al menos, se reencontraron, aunque no por mucho tiempo. Descansen en paz, Raúl e Iker.

. - buenos días, jefe. ¿Ha venido a inspeccionar la obra? –Decía el encargado de construcción al verme llegar a la obra del chino que había ido por mi oficina-.

. - solo he venido a echar un vistazo sobre el terreno.

La obra iba avanzada. Ya tenía la mayor parte de las paredes. Solo faltaba el techo y su interior, claro. Regresé al auto blindado. Me gustaba que las cosas marcharan fluidamente y no hubiera atascos innecesarios. Aun así, me gustaba echar una mirada a las obras de la empresa.

Mi secretaria buenorra estaba en el auto esperándome, pues íbamos a otra ciudad a negociar la adquisición de un edificio, pues entre las nuevas medidas que estaba aplicando para la diversificación de la empresa, era adquirir inmuebles para realquilarlos como oficinas y/o viviendas. Solo edificios emblemáticos.

Marchamos y en silencio llegamos una hora después. Podía haber cogido el jet de la empresa, pero no tenía ganas de aviones, soy más de transporte de cuatro ruedas, aunque si llega a ser más lejos, ni loco voy en coche. Nos instalamos en un lujoso hotel de cinco estrellas más una extra. Puesto que aún faltaban unas horas para la reunión, la pasé disfrutando con la secretaria para todo. La jodida tenía un polvo que no veas. Sus servicios extras eran de calidad, así como su culo.

. - ¿disfruta, jefe?

. - tu qué crees, Chelo. Tienes un culo 10.

. - me alegro, jefe. A mí también me gusta tenerla dentro. Luego tómese mis jugos que no paro de fabricar.

. - lo sé, cariño. Son bien sabrosos.

Cuando la lechada venía en camino, nos hicimos un 69 y mientras ella se tragaba mi leche, yo me tragaba la suya y a fe mía, que la suya era tanto o más abundante que la mía. Una hora después ambos duchados y vestidos, salimos a almorzar. Solo teníamos una hora, pero era suficiente. Después, desde el restaurante, marchamos al edificio en cuestión. Era un bonito edificio inclinado y diseñado por un conocido arquitecto de fama mundial. La reunión se produjo en el último piso, en la oficina del banco que estaba en la base del mismo y que era el propietario.

. - 100 millones y es suyo.

. - ni en sueños –dije al anfitrión, que estaba rodeado de abogados. Yo solo llevaba a uno, más a mi secretaria- le ofrezco 60 millones.

. - imposible. Tenemos otro comprador que nos da muchos más que esa cantidad irrisoria, si no, se lo damos a él.

. - no quiera engañarme, no soy tonto –Chelo me pasó una hoja y le eché un vistazo- la Sociedad Catarí de Inversiones está en bancarrota y no le da más que 55 millones. Lo toma o lo deja. Hay más edificios donde gastarme el dinero –dije cruzando mis dedos-.

Chelo puso una hoja en la mesa delante del anfitrión, que leyó. Se le hincharon las venas.

. - imposible.

. - no se repita. No le voy a dar cinco millones de más por la cara. El personal corre a cargo de usted de liquidarlo. Quiero el edificio limpio de polvo y paja. A cero de todo, impuestos, empleados, etc., etc. Con ese dinero tiene más que suficiente según mis informes. Tiene medio minuto para decidirse o me voy.

El tío se puso a hablar al oído con los abogados y viceversa. Al rato y antes de que terminara el medio minuto, habló.

. - de acuerdo. El edificio es suyo.

Mi abogado sacó el contrato de compraventa. Luego entró un notario, el cual se sentó y cogiendo el contrato, le echó un vistazo, pidió firmas y talón. El edificio había pasado de manos, finalizando la transacción cuando estuviera todo a satisfacción del comprador de los puntos allí marcados, personal, impuestos, etc. Una vez finalizada la compra, me levanté y me fui de allí, dejando al abogado para los retoques. Era el primer edificio de la empresa. Bueno, miento, el segundo. El primero era donde estaba la empresa matriz.

De regreso al hotel, lo celebramos Chelo y yo con una follada que la dejé baldada. Caminaba de lado, mientras mi polla echaba chispas, pues era una fiera esta chica.

. - Necesitamos un jardinero, sr. Salvador –me dijo Diego, el mayordomo-.

. - cierto. ¿Conoces alguno?

. - no, la verdad es que no.

. - busca uno. Ya sabes, que sea discreto.

. - ¿que sea maricón, señor?

. - si pones un anuncio pidiendo un jardinero maricón, te comen vivo. No, será mejor que sea una mujer experimentada, que quiera experimentar un poco más, ya me entiendes. Yo le daré el visto bueno final.

. - sí, señor –dijo con una sonrisa. Luego salió de mi despacho-.

. - aaaaaahhhhhh…. Joder, tía, ten cuidado con mis huevos.

. - lo siento, jefe. Fallo mío –dijo Begoña, nieta de la cocinera, que estaba mamándomela bajo la mesa-.

. - anda, continúa y hazme correr. A ver si se me quita este estrés de caballo que tengo encima.

La chiquita continuó mamándome. En eso volvió a entrar Diego.

. - una dama llamada Marisol desea hablar con usted, sr. Morales.

. - joder. Vale, hazla pasar, por favor.

Marisol, tan guapa como siempre entró en el despacho.

. - hola, querida. ¿Que tú por aquí?

. -  han pasado bastantes días y no me has llamado. ¿Ya no estas interesado en la fundación?

. - perdona, he estado muy ocupado –cogí aire, pues la jodida me estaba dando placer, mucho placer bajo la mesa-.

. - ¿entonces?

. - siéntate, por favor.

Marisol se sentó. Estaba enfadada.

. - los expertos aceptaron tu informe con algunos cambios, pero menores. Eres la presidenta de la Fundación Lidia para discapacitados.

. - ¿así?, ¿ya está?

. - así, ya está –repetí- serán 24 millones los fondos para crear la fundación. Luego cada año se meterán 12 millones para las obras de caridad. Espero que estés a la altura. Tendrás un pequeño equipo a tus ordenes, pero recuerda, que por encima de ti hay más gente y uno de ellos soy yo, luego la presidenta.

. - vaya. ¿Cuándo empezamos?

. - ya has empezado. Te hemos asignado toda la planta 14 para tu fundación. Los empleados ya están en sus puestos. Otra cosa, el dispensario también está listo, pero no podrás ejercer de enfermera.

. - ¿no?

. - no, te hemos inscrito en la universidad. Allí estudiarás para ser médica como querías. Añadir el trabajo de enfermera es ya demasiado, así que compaginarás solo la fundación con el estudio médico. Delegarás en una persona que conoces muy bien. Serás la presidenta de la fundación, pero esta persona será la que esté allí todos los días estudiando los casos. Cada uno de ellos tendrá que tener tu visto bueno final. Así, mayormente, tendrás que dedicarte a estudiar. Cuando seas médica, te harás cargo del dispensario también.

. - no sé qué decir, salvador…

. - mejor no digas nada. Piérdete de aquí y ve a conocer a tus empleados. Ahora eres una empresaria como yo mismo. Por supuesto, cobrarás un sueldo acorde con el puesto y recuerda que eres quien tiene que dar cuenta de las cuentas, valga la redundancia. Que sea una fundación benéfica, no significa que el dinero se gaste alegremente. Tendrás una inspección cuando menos te lo esperes. Hazlo bien y harás feliz a muchas personas.

. - gracias, gracias. ¿Te puedo dar un beso?

. - no. No me lo des. Cuando realmente desees darme un beso, lo aceptaré, pero no por la fundación y demás cosas que te he ofrecido.

. - pero si yo…

No terminó la frase. Agachó la cabeza.

. - gracias, de todo corazón. Gracias, salvador.

Se dio la vuelta y salió de mi despacho y de mi casa. La corrida ya no pude aguantármela ya y exploté en la boca de Begoña.

. - la madre que te parió, Begoña, pero que bien me la mamas…

Saliendo de debajo de la mesa apareció una Begoña lamiéndose los labios y sonriendo. Luego la senté en la mesa, apartando papeles. No le bajé las bragas porque no llevaba. Metí la cabeza entre sus piernas y me tomé todos sus fluidos vaginales y que eran muchos. Su madre no apareció, tampoco Diego. Así que me la llevé al baño y allí continuamos hasta dejarla tiritando de orgásmicos orgasmos.

Cuando Marisol llegó a la planta 14 se dio de bruces con un anciano que conocía muy bien. Estuvo con ella en África. Se llamaba Pascual Calabuig. Perteneció a Médicos Sin Fronteras, ahora retirado, pero que había aceptado el reto de la fundación junto a su pupila Marisol. Eso y que por este trabajo cobraba, lo hizo decidir aceptar el empleo.

Se abrazaron y besaron, pues el viejo era como un segundo padre para ella. Con la fundación en marcha, me quité un peso de encima. Dos días después y en casa, tocó Diego en la puerta de mi despacho.

. - adelante.

. - señor, una aspirante a empleada para el jardín.

. - hágala pasar.

Entró una mujerona de armas tomar. Tenía un cuerpazo de haber estado toda la vida cortando leña en los bosques del norte con un hacha de dos metros. Vamos, que era un marimacho. Tenía unas tetas a punto de romper la tela que las aprisionaban y claro, un coño, pero todo estaba en un cuerpo masculino muy fibroso.

. - buenos días, señor –su voz me sonó a maña, zaragozana, España-.

. - buenos días. ¿Cómo se llama?

. - Marcela Olavarría, señor.

La mujer tosió violentamente, tanto que los botones de su camisa a rallas salieron volando y claro, sus pechos fueron detrás. Coño, ¿pechos voladores?

Una de las copas imitación pechos casi me da en un ojo si no lo cojo en el aire. Miré hacia la tal Marcela y no tenía pecho alguno, era de mentirijilla. Sonreí, pero ella o él, no estaba para sonreír.

. - oh, Dios mío –dijo tapándose el pecho para que no viera el desaguisado, pero ya era demasiado tarde- no es lo que usted cree -se atrevió a decir el maromo o maroma, aun no sabía a qué atenerme-.

Con un dedo le dije que se me acercara. Le hice rodear la mesa hasta mi presencia.

. - ¿eres Marcela o Marcelo?

. - Marcela, señor –dijo mirando al suelo-.

. - desnúdate y demuéstramelo.

. - no, no puedo hacer eso.

. - entonces sal por la misma puerta que has entrado. Tengo que estar seguro de lo que meto en casa. Tú decides.

Él o ella se lo pensó un momento. Luego y entre lágrimas en los ojos, se fue desnudando. Cuando quedó en pelotas, un rabo de muy señor mío apareció de entre sus piernas.

Me lo quedé mirando. A quien tenía enfrente no sabía dónde mirar, sus lágrimas se detuvieron, pero no desaparecieron sus ojos húmedos.

. - ¿por qué?

. - necesito el puesto. Soy buena, se lo juro.

. - te creo.

. - ¿me cree?

. - sí. En realidad, ¿que eres?, o, mejor dicho, ¿qué crees tú que eres? No sé cómo hacerte la pregunta.

. - le entiendo. Yo me siento una mujer. Una mujer atrapada en un cuerpo de hombre.

. - vístete, Marcela. El puesto es tuyo.

. - ¿de verdad?

. - verdad de la buena. Tendrás que firmar un papel de confidencialidad y no revelar lo que veas u oigas en esta casa. Si lo incumples, tendrás encima un regimiento de abogados.

. - sin problema. ¿Podré ser Marcela?

. - claro ¿Tienes donde vivir?

. - aún no.

. - entonces vivirás en esta casa. ¿Te gusta follar?

. - ¿perdón?

. - que si te gusta follar.

. - más bien que me follen, ya me entiende.

. - lo del papel de confidencialidad es mayormente porque en esta casa se folla y se folla mucho.

. - entiendo.

. - ¿qué entiendes?

. - que debo cerrar el pico y los ojos ante las mujeres que traiga a esta casa para eso, follársela.

. - casi, pero no.

. - ¿no?

. - no. Me refiero que en esta casa todo el mundo folla con todo el mundo.

. - ¿se refiere a los sirvientes y usted?

. - me refiero a que follo con los sirvientes, ellos conmigo y entre ellos. ¿Es un problema para ti?, estás a tiempo de irte, aún no has firmado nada.

. - no, que va. Me quedo…, me quedo… –dijo medio sonriendo-.

. - ¿por qué sonríes?

. - no sonrío, señor -y dejó de hacerlo-.

Saqué el papel de confidencialidad y se lo di a firmar. Lo hizo y luego el contrato que me habían dejado para que lo firmara. Solo faltaba rellenar los huecos, eso ya lo harían ellos. Una vez ambas firmas en los papeles, llamé a Diego.

. - pasa Diego.

El mayordomo entró.

. - ¿sí, señor Morales?

. - aquí, Marcela, es la nueva jardinera. Llamadle Marcela. Dale el cuarto de Raúl y que se instale.

. - sí señor. Acompáñame, Marcela.

. - oye, Marcela –dije-.

. - ¿sí, señor Morales?

. - se te olvida esto –dije dándole una de las copas y recogiendo la otra y entregándosela también. Diego no perdía detalle y sonrió-.

. - gracias, señor Morales.

. - pórtate bien y lo pasarás de puta madre en esta casa, haz lo contrario y no duras lo que una papelina en la puerta de un convento de monjas.

. - sí, señor. Gracias, señor Morales.

. - acompáñeme –dijo Diego a Marcela y salieron del despacho-.

En la cocina estaban reunidos casi todas las chicas de la casa. Diego llegó con Marcela para presentarla.

. - Chicas, la nueva jardinera, Marcela.

. - buenas tardes a todas.

. - tú eres un tío –dijo Begoña- te llamaré Marcelo-.

. - Begoña, el jefe quiere que le llamemos Marcela y así se le llamará, ¿capichi?

La abuela le soltó un coscorrón a su nieta.

. - ay, abuela.

. - obedece al señor Morales, majadera.

. - vale, lo siento, Marcelo, digo, Marcela –dijo la muy cabrona poniendo un pie sobre una silla para así enseñarle el afeitado chichi a Marcela-.

Marcela se la quedó mirando, no era ciega.

. - ¿te gusta mi chichi?

. - Begoña, puedes venir un momento, por favor –le dije al llegar a la cocina-.

A Begoña casi se le cae el clítoris al suelo.

. - lo siento, sr. Morales.

. - vuelve a burlarte de Marcela y no regresas a esta casa.

. - perdón. Te pido perdón, Marcela.

. - estás perdonada –dijo ella-.

. - eso está mejor, Begoña. No seas más cabrona. Cada uno puede ser lo que quiera. Ahora ponte contra esa mesa, voy a romperte el culo.

Una sonrisa de oreja a oreja se dibujó en cada cara de los que allí estaban, menos en la de Marcela. El tío o tía, vio como Begoña se apoyaba con una de sus manos en la mesa y se levantaba la minifalda con la otra, dejando a la vista el culamen precioso que portaba. Antes de llegar ante ella, ya la tenía en mi mano. Se la encasqueté hasta los huevos y le di polla hasta hartarme. Cuando me corrí en su culo, me tomé mi leche de su ojete, para luego ella desatascarme el pito, dejándome bien limpia las cañerías.

Una vez acabado, la abuela me limpió la polla con una mamada y se lo agradecí con un beso en sus labios.

. - ahora cada uno a su trabajo, gandules -El equipo se echó a reír y se disolvió- Diego, ¿aún no has alojado a Marcela?

. - ahora mismo, jefe. Vamos, vamos, Marcela.

Me senté y comí algo, para luego volver a mi oficina y acabar unos papeles.

. - éste es tu cuarto –dijo Diego a la nueva jardinera-.

. - ¿es siempre así?

. - ¿como?

. - ¿que todo el mundo esté pendiente del sr. Morales?

. - ¿eres tonta o qué?, ni se te ocurra esta noche acercarte a su cuarto, me toca a mí. Tendrás que ponerte a la cola, pero antes has de pasar un examen médico de venéreas y demás enfermedades infecciosas. Cuando tengas el papel, tú y yo vamos a follar todos los días.

Diego se fue y dejó a una pasmada Marcela. Había empalmado cantidad. Dos días después, marcela le entrega los papeles del test de venéreas a Diego.

. - deja ver… -dijo echándole un vistazo- sí, estás limpia de venéreas. Una pregunta, para que quede claro. ¿Te has hecho el test para follar con el señor Morales y con el personal o solo por saber si tenías algo?

. - bueno… yo… quisiera follar… con todos, en la casa.

. - me alegro. Bienvenida, entonces. ¿Me la dejas ver? -le dijo Diego-.

Con una sonrisa cabrona, marcela se bajó los pantalones y le enseñó su verga, un vergón de cuidado que ya estaba mirando al cielo.

. - Dios bendito, qué hermosura -dijo intentando cogérsela, pero ella se alejó de Diego-.

. - no, primero quiero que la pruebe el señor Morales.

. - sí, claro. Perdona. Pues ve a la biblioteca, está allí ahora mismo.

. - gracias -dijo subiéndose los pantalones-.

. - no, es mejor que vayas en pelotas. Y llévale el test de venéreas, le gustara echarle un vistazo también.

Marcela se desnudó allí mismo y después de colocar la ropa sobre un sillón, fue hacia la biblioteca, tocando en la puerta.

. - pase -dije-.

Marcela entró con su pito por delante y el papel en su mano derecha. Sus no-tetas la hacía una persona extraña, si ella no se sentía macho. Con polla y sin pechos…

. - pasa, cariño.

Nerviosa, ella se acercó a un servidor. Yo me giré hacia mi izquierda en mi asiento, mientras ella se ponía frente a mí.

. - ¿eso es para mí, Marcela?, ¿el papel o tu polla?

. - ambos, señor Morales -dijo sonriente-.

Sonriendo yo, le cogí el papel, echándole un vistazo rápido. Sonreí más ampliamente y lo puse sobre la mesa, luego le eché un vistazo a su polla engruesada al máximo.

. - ¿le gusta?

Sonreí y se la cogí con reverencial lentitud. Ella metió barriga.

. - que, ¿si me gusta?, vamos, marcela, ¿te estás riendo de mí? -dije y acerqué mi silla aún más a ella, para ponerme a mamársela allí mismo-.

Marcela tragó saliva, le gustaba la mamada. Me levanté y cogiéndola de la mano, me la llevé tras el sofá mayor, donde había puesto una cama sencilla, pero suficiente para cuando tuviera alguien con quien confraternizar. La tendí en la cama y me desnudé. Pronto estaba mamándola de nuevo, para luego llegarme hacia su boca, besándole todo el camino. Cuando nuestras bocas se encontraron, ella también encontró con su polla mi culo. Me la encajé bien. Sin decir gran cosa, me follé y me folló el culo.

. - no te corras en mi culo, quiero saber la calidad de tu lechada, cariño.

Ella no dijo nada, solo siguió follándome y es que consiguió, sin mucho esfuerzo, todo sea dicho, que me pusiera a cuatro patas. Entonces me dio polla hasta casi reventarme el culo.

. - te gusta mi culo, se nota.

. - me gusta, señor Morales.

. - cariño, cuando follemos, soy Salvador. Cuando no, señor Morales.

. - de acuerdo, Salvador. Sí, me encanta su culo. Le entra que es una maravilla.

. - y eso, que decías que no te gustaba follar, sino que te follaran.

. - la gente cambia -dijo sonriendo y se salió, para llevarme a la boca su polla. Me la tragué toda, hasta el gaznate, cuando su surtidor de leche fue expulsado por su pito-.

Su leche, rica leche, me entró como una mañana de primavera. Luego una mamada limpiadora, para ponerla después a ella, a cuatro patas. Su culo se notaba que ya había sido profanado habitualmente por otras pollas. No me importaba. No soy acaparador de culos vírgenes, aunque si lo fuera, sería un plus, pero no todo se puede tener en esta vida, ni aún con miles de millones en el banco.

Como ella conmigo, le di polla para reventarla, pero ella solo disfrutaba de mi trabajo y eso me gustó, pues así, ambos disfrutábamos conjuntamente. Cuando me cansé y la lechita ya venía de camino, se la saqué y se la di a probar en su boquita sonriente. Tragó, después de saborearla. Su sonrisa se amplió.

. - me gusta. Sí, me gusta tu leche de polla, Salvador.

. - gracias, querida. Y como es recíproco, diles a todos, que esta noche, repetimos en mi cama. Ya mañana, te pones en la cola de los compañeros, no puedo, ni quiero, dejar de disfrutarlos y que ellos disfruten conmigo.

. - gracias, se lo diré a los demás.

Un morreo intenso y me la llevé al baño que había allí mismo. Luego ella salió en pelotas y se vistió fuera. Yo me vestí allí mismo y proseguí con los papeles. Putos papeles…

Sí, Marcela también pasó a formar parte de la familia de los que follaban y eran follados en la casa y no solo por mí, sobre todo con Diego, que lo enculaba día sí y día también y Marcela tan contenta. Pasaba el tiempo y el bebé de Fati crecía en su interior. Ella seguía en coma y sin ganas de despertar de su letargo.

Los ejercicios desengrasantes del pelotón continuaban. La cosa iba despacio, pues era mucha grasa la que había que quemar, pero gramo a gramo, se llena un saco. Diego, en vista de lo que se esforzaban las damas por adelgazar, cogía peso también, a paso lento, pero lo cogía. La única con el peso ideal era Marcela, lo que no evitó asistir desnuda a las clases, pues allí se follaba o era follado a quien tenía más a mano, ante la mirada de los profes, que acabaron también follando entre ellos delante de sus alumnos.

Pasó el tiempo, donde los meses parecían semanas y las semanas, días. Fati ya tenía un bombo a punto de explotar y ella sin despertar. Las máquinas lo hacían todo por ella, incluso construir una nueva vida en su barriga o casi. Al final tuvieron que hacerle una cesárea para sacarle la criatura. Aun así, seguía durmiendo la siesta perpetua.

La cría, porque era una cría, nació saludable como todos los Morales nacidos anteriormente. No recibió el pecho, porque a su madre la hice desconectar. Ya no quería que sufriera más y acabó muriendo. Al bebé se le puso a una tetuda lechera que sí tenía leche para dar y tomar. Al final, Fati había hecho algo bien. Lloré por ella, por mi Fati. Mi pequeña Fati. Lo podías haber tenido todo y lo jodiste bien, hermanita. Descansa en paz, pequeñaja…

La enterré junto a papá y mamá. Ellos hubieran querido tenerla cerca.

. - te doy el pésame, Salvador –dijo Marisol a mi lado-.

Las lágrimas no me dejaron abrir la boca. Ella lo entendió. Había mucha gente en la despedida de mi hermana, gente que no la conoció en vida. Pasé varios días de una mala leche que no dejaba que se me acercara nadie. Solo cuando pensé que debía ser un hombre con dos cojones, que una vida se había ido y otra había llegado para quedarse, dejé de compadecerme y decidí centrarme en la hija de Fati, que realmente, también era hija mía, pues las pruebas lo corroboraron. La adopté como mi hija, como no podía ser de otra manera. La llegada de la cría a casa un par de semanas después de estar en el hospital fue de algarabía por parte de los sirvient

Todo el mundo quería ser quien la cuidara. Al final tuve que decidir quién lo haría y la ganadora fue Anita, la camarera hija de Flora. Al final, entre todos la criaron, no pudiendo ni queriendo evitarlo. La que lo amamantaba estuvo en casa dándole leche de sus pechos, mientras yo y otros de la casa, o la mamaban del otro pecho o le dábamos por culo o polla en su boca o coño que comer. Y es que Diego conocía a una de su familia que aceptó el reto de ser quien la alimentara. Firmó el papelito de confidencialidad y tragaba carros y carretas de pollas y de comer coños a mansalva.

Hasta la polla de Diego, su propia familia, la solía tener en su gordo culo. Luego que se destetó la cría, se volvió con su familia y punto final con aquella mujer tan caliente y tragona de todo lo habido y por haber. Pasó el tiempo y la fundación estaba asentada en buenos cimientos. Las obras de caridad eran anónimas, como quería que fueran. Solo en los papeles estaba todo registrado. Aparte de ahí, la fundación trabajaba entregando material allí donde se necesitaba, dentro y fuera del país.

Al final se extendió la ayuda no solo a los discapacitados, sino a los niños necesitados de material, ya fuera de alimentos o material didáctico. Marisol continuó con los estudios. Un año más y obtendría el tan preciado título de médica que tanto anhelaba. Los niños eran su pasión y su devoción, por eso se encariñó de mi hija, que se llamaba como su abuela, Viviana, abreviándolo como Viví.  Un día me dejó pasmado Marisol.

. - Salvador, te quiero y quiero a Viví.

. - lo sé, Marisol, Viví también te quiere.

. - ¿no tienes nada que decir?

. - ya te he dicho que nosotros también te queremos.

. - Salvador, te quiero y quiero casarme contigo.

. - ah, te referías a eso…

. - ¿y bien?

. - ¿y bien qué?

. - ¿te estas riendo de mí, salvador?

No le respondí. Me quedé pensativo, algo que alteró más aún a Marisol.

. - por el amor de Dios, di algo.

. - Marisol, en una época te hubiese dicho que sí, pero ya no soy aquel idiota que te pidió perdernos por ahí. Ahora he cambiado y tengo cuanto quiero tener.

. - ¿me estás negando, salvador?, ¿no me quieres?

. - no como antes. Lo siento, Marisol.

. - no me lo puedo creer. No puedo creerme que me hagas esto. No he estado con hombre alguno porque eras el único hombre de mi vida y me haces esto.

. - has tardado mucho en decidirte y es demasiado tarde ahora. Ya no tengo interés en casarme. Como estoy, me encuentro muy bien. Además, tú siempre has sabido que me gusta saltar de flor en flor para disfrutar de la vida y es lo que voy a seguir haciendo. Una vez me negaste, ahora te niego yo a ti.

Como supuse, los derroteros de los dos no fueron por el mismo camino y poco a poco, las líneas paralelas se fueron separando hasta que le perdí la pista. Supe que se había ido con Médicos Sin Fronteras de nuevo, pero nada más. Tampoco indagué, ¿para qué?

Mi niña se hacía una mujercita. Solo por ella dejé de ser tan promiscuo y con el dolor de mi corazón, renové la servidumbre de casa, no así a mis escoltas preferidos, pero si a mi secretaria buenorra. Ya hecha una mujer, entró a trabajar como abogada en la empresa al lado de su padre. La quería y me quería, pero nunca le puse un dedo encima sexualmente, a ella no. Viví pasó a dirigir la niña bonita de mis ojos, la fundación, aparte de dirigir el bufete de abogados que al final adquirí para ella.

Cierto día, años después, oí que una tal Marisol Echevarría había vuelto a ser secuestrada en la costa de Malí. No supe más de ella y de sus secuestradores, pues no pidieron dinero, solo la liberación de presos de las cárceles malienses, cosa que no sucedió, por lo que debió suceder lo que todo el mundo dijo en su momento. Marisol, tardaré en olvidarte. Llegaste a gustarme, pero fueron tantas las cosas que nos separaban…

. - tiene correo de China, señor Morales -dijo el nuevo mayordomo, llegándose ante mí, en el salón, donde estaba viendo las noticias-.

Lo recogí de la bandeja que traía entre sus manos. Luego el mayordomo se regresó a lo suyo. Mientras intentaba seguir la noticia de un nuevo sunami en la zona de Vietnam, abrí el sobre. Cuando tuve en mi mano su interior, sonreí. Era una foto de una familia china desnuda, junto a unos arrozales. Entre ellos, estaba la chinita que había liberado en España, Ming.

Sonriendo, le di la vuelta a la foto, donde habían escrito algo en chino.

“convencí a mis padres para que se hicieran esta foto, solo para ti, sabiendo lo que te gustan los cuerpos desnudos. Gracias de mi familia y mía por devolverme a ellos. Siempre estarás en mi corazón. Gracias, gracias y gracias, Salvador”

Cierto día, ensimismado en mis pensamientos, me tocaron en el hombro, mientras estaba viendo una función de teatro de barrio, era la obra “La discreta enamorada”, de Lope de Vega. Allí estaba una Marisol radiante, sonriéndome, delante de mí.

. - Marisol, ¿eres tú?, pero ¿cómo?

. - las fuerzas de la ONU me liberaron junto a otros secuestrados. Estuve a punto de quedarme para siempre en África, pero he vuelto para quedarme.

. - espero que para siempre.

. - eso depende de ti.

. - ¿de mí?

. - aún sigue en pie mi petición de matrimonio.

. - ¿lo dices en serio?

No, no bromeaba. Esta vez debía ser yo quien diera el siguiente paso en la línea correcta y lo hice, besé sus labios. Unos labios tantas veces besados virtualmente. Ella apretó sus labios contra los míos, para luego abrazarse y llorar como una Magdalena en mi pecho. Mis ojos también estaban húmedos y mi corazón a 200 por hora. Nos salimos de allí y con ella de mi mano, cruzamos la calle y nos fuimos al ayuntamiento a formalizar nuestro casorio. No podía volver a pifiarla, otra vez no. En su día me prometí que sería mi esposa y yo soy un caballero y cumplo lo que prometo. Un poco tarde, pero ahora sí, ahora sería mía y de nadie más…

Cuando llevábamos dos meses de casados y me insinuó, más que decirme, que su hermana quería conocerme como se debía a un cuñado como yo, casi se me saltan las lágrimas. ¿Era lo que pensaba o solo era un espejismo?

Su padre había fallecido hacía tiempo, no así su madre. Solo me puso Irma una condición para integrarse con Marisol en mi cama, que le dijera lo que sabía de su violación. Con ella y Marisol delante, se lo dije, su padre fue el causante de sus desdichas. Las lágrimas salieron a flote en ambas hermanas. Esta vez me creyeron, pues había buscado y encontrado una copia de seguridad de la grabación que había borrado en su día. Allí, el capullo que la violó lo relataba todo.

La madre de las chicas no lo sabría, me hicieron prometer. ¿Para qué?, ella no tenía la culpa de nada de lo que hacía su marido, solo le permitía hacer el cabrón con sus hijas, pero seguro que no estuvo en lo de que violaran a su hija mayor por orden de su marido. Eso nadie lo creía, así que no se le dijo nada, ¿para qué joderla el resto de la vida, amargándole la existencia?

Cuando, una noche, estaba disfrutando de Irma en nuestra cama de matrimonio, mientras su hermana Marisol le ponía el coño para que le sacara su zumo vaginal, entró mi hija Viví inesperadamente. Todos nos quedamos de piedra, pero cuando una sonrisa se fue dibujando en su cara de 27 años, la tensión fue bajando. Y más que bajó, cuando se fue desnudando y aun con una sonrisa en su cara, se subió a la cama. Ella también quería un poco de amor de su padre, un amor diferente al fraternal, un poco más… sexual…

Sí, la cosa iba ponerse de lo más caliente y no solo con mis tres chicas, sino que una vez abierta la puerta por Marisol, todo el personal de la casa fue de nuevo renovado y vuelto a ingresar. Así, Natalia, su nieta y todos los demás, incluso el mayordomo y la jardinera macho, regresaron y sí, continuamos disfrutando lo que no estaba escrito.

Marisol no podía negarme nada, una vez me pidió invitar a su hermana a nuestra cama. Así, que ella se unió al carro del placer y no paraba de tragar coños y pollas, mientras amamantaba nuestro primero retoño. Yo, a su vez, le ponía los cuernos cuantas veces me daba la gana, sobre todo, delante de ella, que es cuando más le gusta a uno poner los cuernos y ella, tan contenta, pues tampoco era manca y se aprovechaba de mis amantes, tanto como yo lo hacía.

Y como el dinero no era problema, Irma parió, Begoña, parió y hubiera parido la jardinera, si no fuera macho. Todos los retoños recibieron mi apellido, aun sin saber si habían salido de mi semen o no, pues en casa había más machos que yo, pero como les había dado mi palabra y yo soy un caballero, cumplí lo que les prometí, un hogar, dinero y sexo para toda la vida futura. Así soy yo de cumplidor con los que me aman y amo. Cuando fui de visita oficial, como si dijéramos, a China, en vez de un par de días, me pasé todo un mes recorriendo los coños, los culos y las pollas de todos mis amantes en el país. Y es que había que tenerlos contentos a todos ellos, para que rindieran más y mejor.

Solo había una pega, ninguno con los que copulaba, trabajaba para mi allí, a esos, se los follaban sus respectivas parejas. Hasta visité al padre de Joan Yan, al cual le entregué toda una semana de enculados recíprocos. Cuando abandoné su casa, tenía bajo el brazo tal cantidad de trabajos de arquitectura, que tuve que aumentar el personal en Shanghái. Así de agradecido estaba este buen hombre, que se había separado de su puta mujer, que le ponía tantos cuernos, que no pasaba por las puertas de dos hojas.

Hasta a su sirvienta, en los últimos días de su vida, le destupí las cañerías, por expreso deseo del viejo. La vieja se me murió con la polla en su culo. Así de contenta estaba la abuela sirvienta. Se la enterró en el panteón familiar por los servicios prestados a lo largo de su vida y de vuelta del entierro, le di un último repaso anal a su amo y señor. Luego, ya sí, me fui de allí, no se me muriera alguien más. Con una muerta, había bastante.

FIN

Yo:                                             Salvador Morales

Jefe de escoltas empresa:       Víctor Canales

2º escolta empresa:                 Adrián

3º escolta empresa:                 Dámaso

Papá y mamá:                           Viviana y -sólo papá-

Amante de mamá:                    Alejandro -pene ondulante-

Hermana:                                  Fátima

Novio y luego esposo Fátima: Toni

Amigas de Fátima niña:           Rosario y Rosy

Mujer pariendo en el baño:      Eusebia

Hijos Eusebia:                          Domingo + Maite + Tomasito-0

Segunda madre:                       Adelaida

Vecina encamada:                   Lidia

Padre de lidia:                          Cesar Delgado

Profesora de inglés:                 Alicia

Amigos instituto:                      Flavio, Lucas, Rita

Presidenta empresa:                 Diana

Hija presidenta empresa:          Clara

Marido Clara:                             Silverio Gutiérrez

Amiga clara:                               Susana

Niño rico conocido de Clara:     José-el gilipollas-

Colegas casa universidad 1:      Isaac, Jenny/Joan Chen

Colegas casa universidad 2:     Anika Huertas –pintora desnudos-

Hermana de Joan Chen:             Gisela

Amigo universidad:                     Mauricio (Mauri)-2 pollas

Hermana Mauricio:                     Remedios, sin brazos, 2 penes

Futura esposa:                            Marisol

Padre Marisol:                             Joaquín Echevarría.

Madre Marisol:                            Julieta Almeida

Hermana Marisol:                        Irma.

Guardaespaldas sr. Echevarría: Alonso

Sicario sr. Joaquín Echevarría:  Samuel Vallejo.

Colega casa universidad 4:        Pablo

EMPRESA MATRIZ

Encargada materiales Mto.:         Berta, flaca, fea y simpática

Ayte. Encargada Mto. Berta:        Rojas

Encargado mantenimiento jefe:   Rafael Sánchez

Empleada Mto.:                             Marta -martita-

Secretaria de secretaría:             Lorain -tetuda-

Secretaria arquitectos:                Emilia Cifuentes –grandota-

Secretaria particular empresa:    Mary Cielo –Chelo-.

Arquitecto 1:                                 Humberto Ravelo.

Arquitecto 2:                                 Sonia delgado (soy su ayte.)

Mujer vicedirector univers.:        Manuela, -fea de cojones-

Gordita mendiga:                          Patricia Ramírez

Princesa restaurante:                  “Paula” Fátima Husein Abdelasif

Hija de secret. Emilia:                  Gloria-enana

Corredora mini-maratón:              Carlota Bermúdez

Padre carlota:                               Arcángel

Compañera clase arquit.:             Rebeca

Amiga rebeca:                               Celia

Negrita mandinga:                        Guadi Conrado Nguema

Hermano de Guadalupe:               Pedro

China:

Escoltas:

Jefe:                                           Tao Qian

Profesora y escolta:                  Tzu-Yeh

Hermana Tzu-yeh:                      Li-Yeh

Socios en china:                         Xia Yan, Emiliano portales, Jordi Palau

Hermana Xia Yan:                     Joan Yan

Esposa socio Emiliano:             Juanita Valderrama

Casa hippie:                               Linsy Fu, hijo Han

Cuñada Jenny ex gordita:         Susi

Ciega:                                         Vita

Hermano ciega vita:                  Chao

Empleado inmig. -emig.:            Yuan Ban

Esclavos liberados:                   Liu, Tiny, Kiang

Casa donde vivo:

Cocinera:                                  Natalia

Cocinera nieta Natalia:            Begoña

Camarera:                                Flora

Camarera hija flora:                 Anita

Jardinero 1:                              Raúl ramos

Jardinero 2:                              Marcela Olavarría

Hijo Raúl:                                  Iker

Mayordomo:                              Diego Castaño

Esclava en España:                  Ming

2º de fundación Lidia:              Pascual Calabuig