Soy un caballero y cumplo lo que prometo (26)

“Sólo tengo mis cojones y mi palabra, y no la rompo por nada.” Al Pacino, en El precio del poder, en 30 trozos.

SOY UN CABALLERO Y CUMPLO LO QUE PROMETO

(26-30)

ESCRITA POR:      SALVADOR MORALES

© Todos los derechos reservados

Con cuidado de no despertarla, le abrí la mano y pude liberarme el rabo y los huevos. Respiré. Salí de la cama con cuidado y la tapé bien. Luego me fui al baño. Pese al agua fría, el empalme no bajaba y salí de la casa con aquello notándose cantidad. Suerte que era temprano y no había nadie aún por los pasillos. Cuando me llegué al garaje, me fui directamente al vehículo escolta. Dormían los dos. Cuando les toqué en el cristal, se despertaron sobresaltados.

. - lo siento, jefe.

. - ya sé que sois unos capullos. Solo tenéis que dormir uno, el otro que vigile, coño. Bueno, no iba por ahí. El que haga de taxi, que vaya a las diez a buscarla. Y otra cosa, no puedo ir por la calle así –dije enseñándole la polla que se vislumbraba en mis partes- ¿quién le hace los honores?

. - yo mismo, jefe- dijo el conductor- abrió la puerta y sin moverse nada él, avancé mi paquete y el escolta me la sacó y me la mamó, mientras me agarraba del auto-.

Fue una mamada muy placentera como todas las que me hacían aquellos dos mamones. Una vez corrida la polla, el mismo escolta me la limpió y me la guardó donde estaba. Un beso a cada uno y me fui a mi auto.

. - ¿Echamos a suerte quien va a buscar el otro auto y lleva a la chica por ahí? –dijo el conductor al otro escolta. Echaron la moneda al aire y ganó o perdió, según se mire, el copiloto. Se bajó y vio cómo su compañero me seguía detrás. Él se fue a la central y cogió otro auto, informando al jefe de lo que se iba a hacer. Se anotó el segundo auto, pues se cobraba aparte y listo.

Cuando llevaban una semana recorriéndose todos los barrios pobres de Shanghái, ya no pensaban en encontrar ni una pista de la hermana de la chica. La pista la encontró a ellos. Una vecina de donde estaba la hermana, vio a Liu y fue a preguntarle si era familia de Tiny.

. - ¿Conoce a mi hermana Tiny?

. - la veo casi todos los días, vive con una familia que lleva un hostal.

. - ¿dónde está ese hostal?

. - si me lleváis, os lo digo.

Liu miró al escolta-conductor y éste, asintió. La mujer entró en el auto, en la parte de atrás.

. - vaya por esa calle hasta el final, luego ya le digo.

La calle en cuestión era una ratonera que apenas cabía un coche, de tanta tienda de comida y ropa que había. Al llegar a una de las bocacalles, les hizo girar a la derecha. Casi no pasan, pero lo consiguieron.

. – en aquel alto edificio de allí es donde vive tu hermana.

No era mucho más alto que el resto, aun así, se llegaron hasta él. No se había parado el conductor, cuando Liu salió hacia la entrada y no habiendo nadie allí, comenzó a abrir puertas y más puertas. Al escolta casi le da algo, pues si le pasaba algo a la chica, lo pagaría con él y lo sabía. Así que esperó que saliera la mujer que les había indicado la dirección y cerró el auto, puesto que no quería regresar en taxi porque le hubieran birlado el carro.

Entró también en la edificación a buscar a la chica que no podía esperarse un segundo. Liu pidió perdón en las tres primeras puertas que abrió, en la cuarta los vio. Un gordo seboso estaba enculando a la que parecía ser su hermana y detrás del gordo, un chico de unos 19 años enculaba al seboso gordo.

. - pero qué coño… -comenzó a decir el gordo-.

Liu corrió hacia la cama y a empujones, echó al gordo al suelo. El chico enculador también calló al no haberse salido del culo que se estaba follando.

. - La madre que parió a esta cabrona, ¿qué diablos haces, jodida puta?

. - vamos hermanita, vámonos de aquí –decía Liu tirando de su hermana desnuda-.

. - ¿quién eres tú, chica?, no soy tu hermana.

. - sí, eres mi hermana, vamos, vamos, rápido.

. - de aquí no se va nadie, joder. Pero, ¿qué se habrá creído esta tía?

El gordo seboso se levantó. El chico no sabía qué hacer y solo miraba la escena. Cuando el gordo seboso agarró de la mano a Liu y no la soltaba, llegó el escolta.

. - suelte a la chica o le doy de ostias –dijo separando al tío gordo de Liu-.

. - ¿pero qué diablos pasa aquí?, es mi esclava y hago con mi puta lo que me da la gana, habrase visto…

. - es mi hermana y se viene conmigo, díselo tú –se dirigió al conductor-

. - niña, las cosas no se hacen así –se dirigió al gordo- ¿es verdad que es de su propiedad? -.

. - sí, los dos lo son, me costaron una pasta. La compré de segunda mano a ella y tuve que cargar con su hijo, este chupapollas de aquí-.

. - ¿tienes un hijo, Tiny?

Liu miró mejor al chico y vio cierto parecido con su hermana.

. - sí, se parece a ti, hermanita. También se viene con nosotros.

. - de eso nada, mocosa. Los dos se quedan aquí y vosotros dos, os largáis de mi casa.

Mientras el escolta se apartaba un poco y me hacía una llamada, Liu seguía en sus treces.

. - no, se irán los dos conmigo. Mi amo le pagará lo que pida.

Al oír el escolta aquello de lo que pida , casi le da un guantazo a la chica, pues en esa frase podía haber mucho dinero de por medio.

. - sí, soy yo. La hemos encontrado –me dijo el escolta cuando cogí el móvil-.

. - ¿dónde estáis?

. - páseme al compañero, será mejor que se lo explique a él, es un poco complicado.

. - espera un momento. Te llamo en un par de minutos.

. - vale. Espero.

Al rato llamé y puse al escolta con su colega. Hablaron de la dirección y nos pusimos en camino.

. - Liu, ten un poco de paciencia, Salvador ya viene de camino.

. - ¿quién es ese Salvador y a qué viene aquí? –preguntó el dueño de Tiny y su hijo-.

. - es mi nuevo amo. El que le va a pagar por mi hermana y mi sobrino. ¿Cuánto valen?

. - no están en venta, niñata entrometida.

. - quinientos por mi hermano y trescientos por mi sobrino.

. - niña, es mejor que te calles –dijo el escolta-.

. - ese tal Salvador debe estar forrado, ¿no? –dijo con media sonrisa el gordo seboso, que, por cierto, seguía en pelotas como los otros dos amantes-esclavos.

. - sí, le sale el dinero por las orejas.

. - pero niña, joder. Vale ya. ¿No ves que así este mamón inflará el precio?, ¿es que eres tonta o qué? –se calentó el escolta-conductor-.

Al final, todo el mundo sabía que tenía pasta para gastar. Hasta Liu se dio cuenta y no abrió más la boca. Una campanilla que hice sonar en la recepción fue lo que puso en alerta al escolta que iba con Liu. Asomó a la puerta y gritó.

. - Estamos en la cuarta puerta, jefe.

Mandé al escolta que me había traído a su vehículo y entré. Conté cuatro y vi que la puerta estaba abierta. Entré y vi el panorama.

. - ¿qué pasa aquí?

. - la he encontrado, Salvador. He encontrado a mi hermana.

. - ¿es ella su hermana, señora? –le pregunté a la mujer desnuda-.

. - no lo sé. No la recuerdo. Hace tiempo tuve un accidente y no recuerdo mucho de mi pasado.

. - mira, aquí estás –dijo buscando en uno de sus bolsillos, una vieja foto de una niña con sus padres- la cogí de casa el día que me vendieron a mí también-.

Le eché un vistazo a la foto y otro a la joven que decía que estaba allí fotografiada. La foto estaba en lamentable estado y apenas se veía bien, pero por lo poco que pude ver, Liu había acertado. El parecido era notable con la misma Liu, luego le enseñé la foto a la mujer. Cuando la vio, unas lágrimas les vinieron a los ojos.

. - sí, soy yo con mis padres.

. - ¿lo ves?, es mi hermana, no me había equivocado. Ellos son mis padres también.

. - ¿y ese chico de ahí? –pregunté-.

. - es su hijo, mi sobrino. También es esclavo. También se viene con nosotros.

Joder, me dije. Esto se complicaba por momentos.

. - ¿cuánto pide por los dos? –le pregunté al gordo seboso, que ya se estaba relamiendo los labios-.

. - por menos de diez mil, no se los lleva.

. - ¿qué?, será bandido. No puede pedir tanto –dijo una impulsiva Liu-.

. - ¿de dónde ha sacado esa cantidad? –le pregunté-.

. - según su esclava, le sale el dinero por las orejas. Si los quiere, pague o lárguese.

Miré a Liu, que miraba al suelo. Meneé la cabeza a los lados. Ya sabía de donde había venido la cantidad. La chica se había ido de la lengua. Hasta yo hubiese inflado el precio, cabrón que somos todos. Saqué la cartera y aparté los diez mil del ala y se los tiré en la cama.

. - vístanse los dos, nos vamos de aquí.

Al gordo le faltó tiempo para ir a por los billetes y contarlos uno a uno. La sonrisa le llegaba de oreja a oreja al muy mamón. Como si hubieran salido de una sartén con aceite hirviendo, para meterse en otra tan caliente como la anterior, madre e hijo se vistieron y como si aquello no fuera con ellos, pasaron delante de nosotros como autómatas. Ya en la calle, subieron al primer auto y salimos de allí. Nadie hablaba, solo Liu se abrazaba a su hermana sin despegarse hasta que llegamos a mi edificio. Subimos y entramos en la casa.

. - Liu, lleva a tu hermana y tu sobrino a darse una larga ducha. Luego dales de comer, mientras, yo voy a buscar algo de ropa. Que no se vuelvan a poner esos andrajos, los tiraremos como la tuya antes. Decidme las medidas, chicos.

Después de que Liu les sacara las medidas para la ropa, bajé para ir a una tienda cercana. Un escolta me siguió. El otro había ido a devolver el auto, para luego regresar con su compañero.

. - esto ya es familia numerosa, jefe –dijo el escolta-.

. - eso me temo.

Llegué cargado de bolsas con las ropas. Los chicos estaban comiendo desnudos, madre e hijo. Liu los miraba comer.

. - estáis aquí. Liu, ¿qué hacen desnudos tu hermana y tu sobrino?

. - les dije que no te gusta vernos a sí, pero no me han hecho caso. Dicen que ¿para qué?, si les vas a hacer quitárselo todo de nuevo para violarlos como sus anteriores amos.

Ellos seguían comiendo y me puse al lado de la madre.

. - Tiny, te llamas Tiny, ¿verdad? –en vista de que asintió, proseguí- no voy a tocaros un pelo, ni a ti, ni a tu hijo. Tampoco lo he hecho con tu hermana Liu. Díselo, Liu-.

. - es verdad, Tiny. Salvador no me ha tocado desde que me liberó como ha hecho contigo.

. - entonces ¿para qué nos has liberado si no es para ser nuestro nuevo amo?

. - para que te reencontraras con tu hermana Liu. No sabes lo persistente que es esta hermana tuya. Ha estado toda la semana buscándote.

. - ¿es eso verdad, Liu?

. - llevo diciéndotelo toda la tarde.

. - dijiste que tu amo tenía mucho dinero. Tu amo, lo dijiste tú, Liu.

. - fue una tontería de ella. Ni soy vuestro amo, ni sois mis esclavos. Os podéis ir cuando queráis, pero mejor será que os alimentéis bien un tiempo, estáis delgados los tres, luego os vais cuando queráis. ¿Tengo cara de alguien que tiene esclavos en su casa?

. - la verdad es que no. ¿Entonces no te gusta que vayamos desnudos por la casa para poder disfrutar de nuestros cuerpos?

. - ni por la casa, ni por la calle. Por ningún sitio. Os he comprado algo de ropa. Otro día vais vosotros y compráis lo que os guste. Cuando salgáis del baño, os ponéis una bata o una toalla encima, no quiero veros en pelotas por la casa. ¿Cómo te llamas, chico?

. - se llama Kiang y tiene 19 años. Lo tuve nada más venderme papá y mamá.

. - no habla mucho, ¿verdad?, no le he oído una palabra.

. - habla muy poco, mi niño. Ha sufrido mucho.

. - igual que su madre y tu hermana también. Por eso os he liberado, para que dejéis de sufrir. No debéis temer nada de mí, pronto me iré de vuestro país.

. - ¿cuándo? –fue lo primero que oí al chico, temeroso aún-.

. - aún no lo sé. Me lo estoy pensando, pero no ha de tardar mucho. Dije que me quedaría dos años y ya llevo casi tres.

. - no tienes que irte. Yo cuidaré de ti, Salvador -dijo Liu-.

. - gracias, Liu, pero no puede ser. En mi país hay cosas que me reclaman. Ahora os dejo. Estoy algo cansado, hoy he tenido que recorrer casi 200 kilómetros entre tren y auto y estoy que me muero de sueño. Hasta mañana, chicos. Dormid todo lo que queráis, nadie vendrá a molestaros. Liu, tendrás que llenar la nevera, ahora somos más a comer.

. - ya me encargo yo de eso, sr. Salvador –dijo su hermana mayor-.

. - Tiny, tu descansa, tu hermana lleva una semana fuera de ese mundo y está más descansada. Ya tendrás tiempo de llevar la casa si así lo quieres.

. - gracias.

. - dáselas a tu hermana, la cascarrabias de tu pesada hermana –dije sonriendo- Por cierto, mañana os llevaré a una clínica para que os hagan una revisión a ti y a tu hijo. Esta noche dormiréis los tres en mi cama, yo lo haré en otra habitación libre -Luego me fui y me di una ducha, para luego meterme en la cama. Caí roque según me acosté.

. - ¿cómo lo encontraste, Liu?

. - me encontró él a mí. Me estaba golpeando mi otro amo y me compró para liberarme. Es un buen hombre, no nos hará daño.

. - ¿has intentado agradecérselo?

. - sí, pero no se deja. Creo que ama a alguien de su tierra. A veces se le queda la vista fija sin mirar a nadie en concreto.

. - a lo mejor no le gustan las chicas… –dijo mirando a su hijo, que la miró y asintió, se levantó y fue donde yo estaba durmiendo-.

El chico entró y se metió bajo mi manta. Se colocó detrás y me cogió el pene, mientras intentaba penetrarme. Me desperté, claro y me giré hacia el chico.

. - no lo hagas. Vete a dormir. Ya mañana hablamos.

Sin decir nada, se salió y volvió con su familia.

. - me ha dicho que no.

Liu se los llevó a mi dormitorio y se acostaron. Apenas podían dormir, pero cuando lo hicieron, no los iba a despertar ni un obús de 400 milímetros.

Yo ya estaba en la cocina tomándome una taza de café. Tiny apareció en bata, media dormida.

. - ¿ya despierta?

. - buenos días. Sí, suelo levantarme temprano –dijo abriéndose un poco la bata para enseñarme holgadamente los pechos, como quien no quiere la cosa-.

Me levanté de donde estaba y le volví a cerrar la bata.

. - no es necesario, cariño. No voy a pedirte que tengamos sexo por haberte liberado.

. - puedes tenerlo cuando quieras. Era eso, una puta, en el hotel donde estaba.

. - no me importa lo que eras, sino lo que eres ahora y eres una mujer libre. No necesitas pagarme nada. ¿Un poco de café?

. - sí, por favor. ¿Hay leche?

. – sí –dije sacando de la nevera un bote nuevo-.

Le eché un chorro y se lo entregué en un plato. Ella se lo tomó despacio.

. - ¿mandaste anoche a tu hijo a mi cama?

. - sí.

. - no lo vuelvas a hacer, por favor.

. - no lo haré más.

. - gracias.

. - tengo que decirte algo. Tarde o temprano lo sabrás.

. - tú dirás.

. - estoy embarazada de nuevo.

. - entiendo. ¿Lo quieres tener?

. - es de mi hijo.

. - vaya…, ¿Lo saben ellos?

. - aún no.

. - la misma pregunta. ¿Lo piensas tener?

. - ¿lo puedo tener?

. - no, Tiny. Yo no soy quién para decirte lo que tienes que hacer. Es tu hijo y tú decides. Lo que hagas, para mi estará bien.

. - ¿saldrá tonto?

. - no necesariamente. La primera vez no suele salir así, con lo adelantado que esta la medicina hoy en día. Tendrás que decírselo a los médicos, para que te traten.

. - ¿tendré que decírselo a mi hijo o me lo cayo?

. - difícil responderte a esa pregunta. Si lo toma mal, le joderás la vida al chico más de lo que ya la tiene y si lo deseas tener y no se lo dices y se entera…, no tengo respuesta.

. - creo que no lo debe saber. Nuestro amo nos obligaba a tener relaciones, aparte de con los clientes del hotel, entre nosotros. No le extrañará que quede de nuevo embarazada. No se lo digas, por favor.

. - de mí no saldrá nada.

. - gracias.

Liu y su sobrino llegaron a la cocina y desayunaron también.

. - poneros la ropa que os compré, en una hora vamos a una clínica para que os miren bien –dije mirando a la preñada confesa-.

. - Liu, kiang, os tengo que decir algo importante.

. - ¿qué es, hermanita?

. - estoy de nuevo embarazada y voy a tener el niño.

. - ¿de verdad, mamá?

. - sí, hijo.

. - del padre, no se sabe, claro –dijo Liu-.

. - no, no puedo saberlo –dijo mirando a su hijo- lo siento, hijo.

. - no, mamá. Tú no tienes la culpa de nada. Lo cuidaremos entre los tres.

. - gracias, hijo. Sé que lo harás.

La primera semana estuvimos de médicos en médicos. La madrecita fue la que más médicos visitó. Siendo una esclava liberta que estaba preñada, se le hizo las pruebas y confirmaron que tenía el mismo tipo de sangre el bebé y se le trató como tal.

Un día los llevé a la playa a pasar el día del sábado. Allí había poco espacio para nada, dada la cantidad de gente que había, aun así, lo pasamos bien. Los chicos se estaban soltando un poco más cada día. Hasta Liu había cogido algunos kilos, pero de los pechitos, nada de nada. Su hermana no es que tuviera grandes pechos, al contrario, una naranja mandarina era más grande que los suyos y ahora un poco más con su preñez en funcionamiento.

. - me ha dado una patada –dijo ella-.

Liu corrió a poner la mano y sintió las patadas del nuevo retoño en camino.

. - es verdad. Va a ser una niña.

. - y eso ¿por qué? –le pregunté-.

. - lo presiento. Los niños son unos gandules y no quieren salir, las niñas siempre tenemos prisa por ver nuevas cosas y ésta ya quiere salir.

. - tendrás que esperar varios meses, aún es demasiado pronto, Liu –dijo Tiny sonriendo-.

Kiang vino corriendo y roja su cara. Se agarraba su paquete.

. - ¿qué te ocurre, kiang? –le pregunté levantándome-.

. - una medusa me ha picado en mis partes y me pica horrores.

. - mierda. ¿Dónde está el puesto de socorro más cercano? –Preguntó su madre-.

. - creo que vi uno hacia allí. Te llevaré, kiang –le dije-.

Le cogí de la mano y caminamos hacia allí. Cuando se cayó al suelo doliéndose, lo cogí entre los dos brazos y me lo llevé. Al llegar al puesto de socorro de la playa, lo deposité en una camilla que allí había.

. - ¿qué le ocurre al chico, caballero? –preguntó el sanitario en chino y luego en inglés-.

. - Le ha picado una medusa en sus partes –le dije en perfecto chino mandarín-.

Pasaron la cortina y lo trataron con una crema allí donde le había picado. Tenía pinchos que tuvieron que quitarle uno a uno. Cuando estuvo más aliviado, me lo devolvieron.

. - dele esta crema cada ocho horas durante un par de días.

. - gracias.

. - son 50 yuanes.

Menos mal que iba preparado y le pagué sus 50 yuanes.

Las hermanas ya estaban allí con todo lo que habíamos llevado para pasar el día. Nos marchamos de la playa. Ya se nos había quitado las ganas de estar más allí.

Ya en la casa, al chico lo acostamos. Dejamos que su madre lo mirara sola. Lo tenía todo rojo, la polla y sus alrededores.

. - ¿te pica, hijo?

. - un poco.

. - será mejor que no te rasques. Te daré la crema sobre las 6 de la tarde, que son las ocho horas que dijo el médico.

. - mamá, prefiero que me la dé Salvador. ¿Te importa?

. - hijo, ¿cuántas veces te la he visto y te la he mamado?

. - lo sé, madre, pero…

. - como quieras, hijo. No me molesta en absoluto. Se lo diré.

. - gracias, madre. Te quiero, ¿lo sabes?

. - claro, hijo. Claro que lo sé –y se besaron en los labios-.

Tiny salió de la habitación y la cerró tras ella. En la cocina, Liu estaba haciendo algo de comer, pues no lo habíamos hecho en la playa por lo de su sobrino.

. - quiere que le des tú la crema, Salvador.

. - de acuerdo. Se la daré yo, no te preocupes.

. - ¿no te importa?

. - no, mujer.

. - gracias. El chico te ha tomado mucho cariño, ¿lo sabías?

. - y yo a él. También a vosotras dos os tengo mucho cariño.

. - y nosotras a ti. Si tú quisieras… -dijo ella-.

. - no insistas, cariño.

. - eres tonto, Salvador. Cuando éramos esclavas, nos lo obligaban a hacer, ahora somos libres y somos nosotras las que nos ofrecemos y no nos aceptas. Tonto, eres un tonto –dijo Liu-.

. - debe ser eso, que soy tonto.

. - ¿y por qué eres tonto?, nosotras queremos hacerlo contigo, yo también, pese a mi embarazo, quiero verte feliz. ¿Por qué no lo eres, Salvador?

. - yo soy feliz, ¿por qué no lo iba a ser?

. - se te nota en la cara. Quieres irte a tu país y nosotras te lo impedimos, haciendo que te quedes más tiempo del que habías pensado.

. - no me importa esperar un poco más. Ahora no te puedo dejar así, querida.

. - ¿por mi embarazo?, no importa, se lo que es el estar sola rodeada de gente que solo quieren violarte. Tú no tienes la culpa y no nos debes nada, al contrario, somos nosotras quien te debe demasiado y por eso queremos hacerte feliz. Mi hijo también lo desea, si tú quieres.

. - no puedo haceros eso. Os liberté para que fuerais libres y no volvierais a pasar por lo mismo ahora conmigo.

. - no es igual y tú lo sabes. Ven y disfrútame, por favor te lo pido –dijo sacándose la ropa y quedándose en bragas y sostén, cuyos adminículos pronto también cayeron al suelo-.

Fue su mirada lo que me convenció de que debía aceptar su ofrecimiento. No sé si para pagarme lo que había hecho por ella y los suyos o por aminorar mi infelicidad, que, aunque la quería negar, había dado en el clavo, pues deseaba regresar a casa lo antes posible. Me arrodillé ante ella y mirándola una vez más a los ojos, enterré mi boca entre sus labios mayores y menores. Aquel fue el punto de inflexión sin marcha atrás. Los gemidos de Tiny, por mi experiencia, me decían que querían agradarme y lo estaba consiguiendo. Pronto tuvo orgasmos y su rico zumo disfruté en mi garganta. Liu apagó la comida y se vino hacia nosotros. Se sacó la ropa, solo tenía bragas que pronto desaparecieron también.

Fue Liu quien me desnudó mientras yo disfrutaba de su hermana. Una vez con mi pene ya libre de obstáculos, se lo di a comer a Tiny, que gustosa, le dio la primera mamada, de otras muchas que vendrían después. Dejé de comerme su chichi y cogiéndola entre mis brazos, la llevé a mi antiguo dormitorio. Cuando kiang nos vio llegar desnudos, sonriendo, se hizo a un lado. Deposité a su madre allí y comencé a darle lengua por todo su cuerpo. Cuando ella se dio la vuelta para ser enculada, vi el cielo en la tierra, pues debía saber lo que me entusiasmaban los culos.

Se la metí hasta los huevos, algo habitual para ella, pero no para mí con ella. El enculado fue acompañado por los lametones de mis huevos por parte de Liu, que no paraba quieta ni un segundo entre mis piernas. Después del primer enculado, me salí y coloqué a Liu para darle un repaso general, cosa que me hizo disfrutar cantidad, pues ayudaba que era la leche con sus movimientos pélvicos.

Kiang sustituyó a su tía en mis huevos y allí se instaló para comérselos y como era muy aplicado, dejé de encularme a Liu y dándome la vuelta, le entregué mi polla para que hiciera de su capa, un sayo. Kiang tragó polla y mamó polla como si aquello lo hubiera estado haciendo toda su puta vida, como así había sido. Cuando las dos hermanas se dieron la vuelta para ser enculadas de nuevo, kiang siguió sus pasos y se puso al lado de su madre también con el culo en pompa. Era más de lo que había soñado tener y lo tenía en casa, sin salir para nada.

Comencé con la madre, luego la hermana y finalmente, con Kiang, cuyo culo, ya abierto por infinidad de pollas allí metidas, disfruté hasta que vi que venía en camino la primera corrida del día. Me salí y corriéndome en las nalgas de Liu, su hermana y su sobrino se deleitaron tomándose mi corrida como si fuera una delicatesen, como así debía ser, sí señor. A Liu le tocó desatascarme el pene con una mamada limpiadora y a fe mía, que lo hacía como una verdadera puta profesional, cosa que desgraciadamente había sido en su etapa de esclava.

. - un descanso, por favor –dije tendiéndome entre ellos y mirando al techo-.

. - ¿has disfrutado, Salvador? –preguntó una sudada Tiny-.

. - ya lo creo que he disfrutado y mucho. ¿Os he hecho daño a alguno?

La respuesta fue negativa en las tres gargantas.

. - Salvador, hasta que nos dejes, seremos tus amantes para lo que quieras –dijo Tiny en nombre de los tres y yo acepté, ¿cómo no iba a aceptar tal ofrecimiento? -.

. - gracias, necesitaba algo así, chicos. Os sabré compensar como os merecéis.

. - ya lo has hecho. Pagando nuestra liberación y dándonos placer que no sabía que podía aun experimentar después de ser violada día sí y día también.

. - haré lo que pueda, pero no esperéis que lo haga siempre con los tres al mismo tiempo.

. - lo comprendemos. Lo dejamos en tus manos, tú decides cuando usar uno u otro de mi familia o los tres, como hasta ahora. Serás el hombre más feliz del mundo hasta el día que nos dejes.

. - os lo agradezco y como antes dije, lo necesitaba.

Me acerqué a la polla de Kiang aun enrojecida y se la mamé. Sabía a la crema que le habían puesto, pero, aun así, la disfruté. Pronto mi culo fue perforado por aquella minga china de profesional. Sabía cómo darme por culo para sentirme en la gloria.

A partir de aquel día, dejé de asistir a las otras convenciones de sexo para dedicarme en exclusiva a Liu, Kiang y su madre, Tiny. Sin duda, sabían cómo sacar el mejor partido de mi polla y de sus cuerpos, que, aunque parecían endebles, era de puro acero que me la tenían todo el día como una piedra.

El día del alumbramiento del crío de Tiny llegó. Era una niña como había pronosticado Li. El culo de Tiny nunca dejó de ser mío y ahora lo era también su leche, manjar que no podía dejar de tragar. Pero lo bueno siempre acaba por finalizar y el momento de regresar a casa ya tenía fecha. Se lo dije a los que interesaba, con un mes de antelación.

Le compré la parte de Xia a su padre, quedándome con el ciento por ciento de la empresa de arquitectura, pues quería unirla a mi empresa matriz, en España, ya que había hecho una brecha entre los chinos y ya era un poco conocido, tenía que aprovecharla. No era moco de pavo para un extranjero hacerse un hueco en este territorio tan complicado de trabajar.

Informé a los cinco arquitectos de la empresa, pues había contratado a tres más, de que me iba, pero no para siempre, pues se integraban en un consorcio internacional del que era dueño. Se sorprendieron y se alegraron al mismo tiempo. También me despedí de la familia hippie con la que tanto follé y disfruté, esperando hacerlo de nuevo cuando pasara por la zona, cosa que no sabía si lo haría o no, pues dependía de muchas cosas que aún no tenía atadas.

El día anterior a mi salida, invité a mis dos queridos escoltas a una habitación del mejor hotel de la zona. Nos lo pasamos de muerte dándonos por culo entre los tres. Una vez acabamos los servicios sexuales, le entregué a cada uno un sobre por sus servicios, pero sobre todo por sus pollas y sus culos, cosa que no mencioné para nada, por supuesto. Era un extra por los servicios prestados, nada más El mismo día en que cogía un avión para Madrid, me despedí de Liu, kiang y Tiny.

. - ya me voy, pero no os voy a dejar desamparados. Este apartamento está a nombre de los tres. Es vuestro. Tenéis los impuestos pagos de todo el año. También aquí tenéis, –les hice entrega de una cartilla de ahorros- es para que no paséis penurias los próximos dos años al menos.

Cuando vieron la cantidad de dinero que había dejado en la cuenta, quisieron devolvérmela, pero me negué en redondo.

. - Tendréis que alimentaros y alimentar a la pequeñina. Además, recordando que Liu me dijo una vez que le gustaba coser todo tipo de trapos, abajo, en uno de los locales, aquí tenéis la llave, os he dejado pago un local lleno de máquinas de coser y demás para que podáis vivir haciendo y arreglando ropa a cuantos clientes os visiten. Hasta podéis poner una tienda de ropa, lo que os dé la gana, como si queréis alquilarlo, pues es una zona cara. En fin, que ahora sí que me voy.

Las lágrimas afloraron no solo en sus ojos, sino en los míos también. No quería irme, pero lo debía hacer. Besé las bocas de los tres y antes de que me diera la vuelta, me lo impidieron, para luego sacarme la polla y entre los tres, hacerme la última mamada. Mamada cuyo premio final se llevó Liu, que había encontrado a su hermana tras buscarla tan afanosamente. Me limpié el rabo y salí de allí de prisa y corriendo, antes de que me arrepintiera y mandara al diablo el deseo de regresar a casa.

Una vez llegué al aeropuerto patrio, me despedí de mis dos escoltas y amantes. Ya, antes, en el avión, nos habíamos vuelto a dar por culo. Ahora los veía alejarse, para subirse al próximo avión que los devolviera a su país.

. - bienvenido a casa, señor Morales –me dijo Víctor. Estaba junto a Adrián y Dámaso-.

. - hola chicos, cuánto tiempo… –estábamos en la zona Vip del aeropuerto. Como no había nadie, les di un beso a cada uno en la boca-.

. - veo que no nos ha olvidado, jefe –dijo Dámaso-.

. - ¿cómo podría?, me lo hicisteis pasar muy bien y más que lo vamos a pasar de nuevo.

. - gracias, señor. Es nuestro deseo agradarle cuanto guste –dijo Adrián-.

. - os lo agradezco a los tres. ¿Cómo está la cosa por aquí?, ¿cómo no ha venido la presidenta a recibirme?

. - está en cama, señor. Tiene una fea tos, señor.

. - entonces, en primer lugar, vayamos a su casa.

Conducía Víctor, detrás iba otro vehículo con los otros dos escoltas.

. - ¿qué tal por China, jefe?

. - muchos chinos. Fuera de bromas, son buena gente cuando se las conoce, como en todas partes, supongo.

. - jefe, tardaremos aun un poco. Si gusta… -dijo mirando hacia su paquete, que, por cierto, estaba que reventaba-.

. - ¿estás empalmado, Víctor?

. - sí señor, lo siento. Fue verle en la terminal y ponérseme dura.

. - entonces tendremos que hacer algo, ¿no te parece?

. - creo que sí, señor –dijo sonriendo, mientras se bajaba la cremallera. Se la sacó y sí, estaba que explotaba. Sonreí y me solté el cinturón para ponerme a mamarlo mientras conducía, pues era él, quien lo hacía-.

Sin duda, era una buena polla y aun la recordaba, hasta parecía más venosa y gorda que la última vez que la tuve en mi boca.

. - gracias, jefe. Siempre ha sido un buen mamador de pollas.

. - he practicado mucho, Víctor.

El jefe de escoltas se agarraba fuertemente del volante mientras yo disfrutaba de su verga. Al final explotó en mi boca. Era una leche que nunca se olvida una vez que se prueba, aunque hubieran pasado varios años. Le di una última mamada limpiadora y se la limpié con un papel desechable, luego se la guardé y le subí la cremallera.

. - Víctor, Víctor. Qué buena polla tienes. Me ha gustado volver a disfrutarla.

. - y yo que me la hiciera correr, estaba que reventaba, jefe. Tendría que probar mi culo, aún recuerdo su verga dándome ese placer que solo dan los profesionales como usted.

. - serás complacido pronto, querido Víctor. ¿Qué tal con Dámaso y Adrián?, ¿seguís disfrutando entre los tres?

. - ya lo creo y no solo eso. Adrián se echó una novia gordita, la disfrutamos los tres y no le importará que usted también la disfrute, es muy complaciente la gordita.

. - si es tan complaciente, se lo hará con todo quisqui, ¿me equivoco?

. - Eso es lo bueno, somos sus únicos amigos entre comillas, ya me entiende. Nos la hemos repartido, cada día nos toca a uno diferente.

. - ¿y qué dice su familia cuando os ve un tío deferente cada vez?

. - ni idea, nunca hemos visto a nadie más en su casa. ¿He dicho que tiene unas grandes mamas?

. - no, pero lo supongo, si está gordita, como has dicho. Seguid disfrutando de ella, yo me buscaré algo más consistente, pero no hoy.

Llegamos a casa de la presidenta. No era la misma casa de la última vez, sino un bungalow rodeado de césped y arboleda varia, con una piscina bajo techo. La llave de Víctor nos abrió la puerta. Los guardas de dentro lo saludaron. Había un par de perros por el jardín sueltos. Uno era un perrazo pastor alemán. El otro era un mini-perro que corría alrededor del grande, como si estuviera jugando. Entramos en la casa y directamente me llevó al dormitorio de la presidenta. Estaba leyendo unos papeles que tenía por toda la cama. Al verme, se le iluminó la cara.

. - hola querido. Siento no haber ido a recibirte.

. - ya me ha dicho por qué. ¿Estás bien?

. - aún tengo para varios días, pero saldré de ésta. Gracias, Víctor. ¿Nos puedes dejar solos?

. – sí, señora presidenta.

Víctor se fue y me acerqué a Diana. La besé en los labios un tiempo demasiado largo, sin pensar que me podía pasar su tos de lo que fuera. La verdad, por meterle mano a Diana, me importaba una mierda y eso fue lo que hice. Ella no era tonta y también estaba sedienta de polla, así que tiró todos los papeles al suelo y allí mismo se la endilgué con su beneplácito y su calentura también. Seguía estando tan buena como siempre.

Cuando salíamos del baño, una sirvienta se iba con ropa de cama de allí, había cambiado las sábanas de la cama. Sí, era muy discreta la empleada, como deben ser todos los empleados. Una vez disfrutamos el uno del otro, tocaba hablar de negocios. Ambos en la cama con una bata puesta, estuvimos hablando durante horas de la empresa y del futuro próximo.

. - ¿te vas a poner al frente de la empresa, Salvador?

. - no, según los informes, eres la persona perfecta para seguir llevándola. Eres eficaz en la empresa y en la cama, ¿qué más se puede desear en esta vida? –dije sonriendo y abriéndole la bata, mamé el pezón más cercano a mí, luego volví a guardárselo-.

. - gracias querido. Sabía que el viejo había entregado su herencia a una persona responsable que sabe reconocer el trabajo que hago.

. - Diana, eres una persona de fiar y no voy a encontrar otra como tú. Lo había pensado, no creas, pero no lo haré. Lo que sí haré será diversificar la empresa. ¿Tenemos en China alguna sucursal?

. - aún no, aunque hemos hecho trabajos en China desde aquí.

. - Pues ya tenemos sucursal. La empresa que creé con unos socios ahora es solo mía y se añadirá a la corporación. Está funcionando muy bien. Está en Shanghái, tiene cinco arquitectos y una pequeña constructora. La reforzaremos con más arquitectos y potenciaremos la constructora.

. - salisteis en la revista Planifica y Construye. Muy interesante el dique antes del puente.

. - ya lo había enviado el año anterior, pero me lo echaron abajo. Sí, tuve suerte, pero la suerte hay que buscarla, no viene a casa sola. Por eso compré la constructora, para añadir una pata más a la empresa en que apoyarnos, aunque a pequeña escala. Era la prueba de que se puede pensar a lo grande.

. - no somos constructores, Salvador. Somos una empresa de arquitectura básicamente.

. - lo sé, pero si añadimos la construcción en nuestros trabajos, nos quedamos con buena parte del paquete. El cliente solo tendrá que poner el dinero, que no es poco.

. - ¿y los riesgos que ello conlleva?

. - para eso están los seguros. Todos los trabajos se asegurarán convenientemente.

. - ¿piensas hacer una empresa aseguradora?

. - de momento no he pensado en ello, pero sí diversificar la empresa y hacerla aún más grande de la que es, pero dejando las bases bien seguras para que no nos coja el lobo. Durante mi estancia en China he estado pensando en ampliarla a todos los niveles. Uno de los pilares principales seguirá siendo la planificación como hasta ahora. Añadiremos construcción, como valor añadido, esa es la segunda pata. Una tercera será la compra de empresas con problemas de liquidez, reflotarlas y volverlas a vender, sacando beneficios con ello.

. - ¿alguna idea más?, veo que vas a transformar la empresa en otra cosa muy diferente.

. - veo que no te gusta mucho, pero no, te equivocas, la voy a proteger con la ampliación. Una cuarta pata será la del ramo de la seguridad personal y bancaria. Todas estas ramas de la empresa estarán separadas, pero unidas al mismo tiempo. Que caiga una, no arrastrará a las otras y viceversa. Solo nos echaremos a la boca lo que nos podamos comer, ni más, ni menos. De todos modos, todo se estudiará con expertos en estos temas, aunque la decisión final será mía. En tiempos de crisis como el actual, no se debe poner todos los huevos en el mismo cesto. En el futuro pienso entrar también en el ramo de la alimentación con hipermercados a lo grande. La gente siempre tendrá que comer, haya crisis o no. Y como todo no puede ser negocio, voy a hacer una fundación con el nombre de la hija de mi benefactor, se llamará Fundación Lidia Delgado, donde ayudaremos a las personas discapacitadas como lo fue ella. Había pensado en tu hija para que la llevara. Por cierto, ¿dónde está?

. - la última vez que me llamó, estaba en Noruega, de luna de miel.

. - ¿y me lo dices así?, ¿como si nada?, hubiera venido como si era a pata para asistir a su boda. No todos los días se casa una amiga con la que compartí tan buenos momentos.

. - pospuso seis meses su boda, pero no aparecías. Al final se cansó de esperar.

. - ¿y por qué no me llamó al móvil?

. - no quería que dejaras todo por su boda, no lo creía justo. Como nos dijiste que en dos años estarías de regreso, lo planificó para cuando estuvieras en España, pero no apareciste, esperó seis meses más y luego se cansaron de esperar.

. - ¿cuándo regresan?

. - lo que tarden en cansarse de recorrer el mundo. Les di una tarjeta sin límite de gastos.

. - pues mal hecho. Así se pueden quedar toda la vida por esos mundos de Dios sin producir.

. - ella no tiene que trabajar, es mi única hija y no tiene que hacerlo si no quiere.

. - pues había pensado en ella para la fundación.

. - cuando vuelva, se lo pides, veremos qué te dice.

. - ¿y se puede saber con quién se casó Clara?

. - con uno de los hijos de un terrateniente de Extremadura. Un mozo muy guapo.

. - ¿Lo conozco?, ¿me lo he tirado?

. - no lo creo, aunque yo sí –dijo sonriendo mientras jugaba con mi polla. Tenía la mano dentro de mi bata. Acabó sacándomela y ponerse a mamármela de nuevo. Un rato después ya estaba montándome. Así era Diana, tan caliente y tan puta como yo mismo, pero en hembra-.

La diversificación de la empresa comenzó un mes después que los expertos hablaron. Solo la fundación quedó sin encargado de llevarla adelante, aun así, me hice cargo hasta ver, cara a cara, a Clara y ofrecerle el puesto, si no, ya buscaría a alguien. También me hice cargo de la compra de empresas y puesta a punto.

A China mandé a un experto que según Diana sabía lo que se hacía para encargarse de la sucursal. Allí ya contrataría más arquitectos y obreros para la constructora. Antes llamé a los cinco arquitectos y al encargado de obra para informarles de los cambios. Les dije entre otras cosas que, si había algún problema con el enviado, me llamaran directamente a mí, sin pasar por ningún otro sitio para solucionar el o los problemas que hubiera acarreado el nuevo jefe de zona. China era mi niña bonita y no iba a desentenderme tan fácilmente de ella. La nueva rama de seguridad se la encargué, previa follada, a Víctor, dada su experiencia en el ramo. Se decidió comprar una empresa conocida con años de trabajo.

Para la constructora, adquirimos una ya establecida con una dilatada cartera de clientes. Así no tendríamos que empezar desde cero. Se puso al frente y hasta nueva orden, al mismo dueño de la empresa mientras cumpliera con nuestros objetivos. Ante todos, era un jefe más de una de las empresas del grupo. Diana era la presidenta de todo el grupo Continental Building , pero las decisiones importantes pasaban por mí, que para eso tenía el 90% de las acciones de la corporación.

. - sr. Morales, es su hermana al teléfono –era mi secretaria de la parcela que tenía encargada, la de la compra y activación de empresas-.

. - lo cojo, Elsa.

A preté el botón que tenía la lucecita parpadeante y era ella, Fati, mi hermana del alma.

. - hola, hermanita.

. - eres un marrano, me han dicho que llevas más de un mes en el país y no me has llamado ni una vez.

. - yo también te quiero, Fati. ¿Cómo anda el calzonazos de tu marido?

. - lo tengo limpiando la vajilla de plata.

. - y yo voy y me lo creo.

. - no, está buscando trabajo. ¿No tendrías algo para tu cuñado favorito?

. - como que es el único que tengo. ¿En qué habías pensado?

. - de presidente no porque ya está ocupado, ¿qué tal de vicepresidente general?

. - ahora de verdad. ¿Para qué me llamas?

. - tengo un problemilla de liquidez.

. - tu siempre con la misma cantinela. ¿Aún no sabes ahorrar, jodida chiquilla?

. - ya no soy esa chiquilla de antes.

. - para mí siempre serás una chiquilla, sobre todo mientras no sepas administrarte y pienses un poco con la cabeza. ¿Cómo te las has arreglado estos 3 años que he estado fuera?, en seis meses te hice ingresar 6.000 euros, ¿también volaron?

. - ¿no me vas a ayudar?

. - tendrás que ponerte a trabajar. ¿No trabaja Toni?

. - Los trabajos no le duran mucho, no hay de lo suyo.

. - ¿y qué es lo suyo?, ¿vivir del cuento?

. - terminó contabilidad con matrícula de honor, pero no encuentra sino trabajos esporádicos de otras cosas.

. - y tú ¿qué?, ¿no piensas ponerte a trabajar nunca o vas a vivir de la sopa boba?

. - yo quiero que cumplas tu palabra de hacerme un hijo.

. - ¿y así vivir toda tu vida a costa mía? Fati, espabila. No siempre estaré ahí para que me desplumes.

. - ahora tienes recursos, cobras un pastón en esa empresa que estás.

. - lo que voy a hacer es daros un empleo a cada uno en una empresa constructora con la que estamos trabajando. Tu marido de contable y tú de secretaria. ¿Te interesa?

. - ¿no hay nada más?

. - de momento no. Más adelante, ya veremos. Ahora es lo que tengo.

. - de acuerdo. ¿A dónde tenemos que ir?

. - te llamo en cuanto hable con los responsables.

. - ¿y en cuanto a lo otro? ¿lo del niño?, me lo prometiste.

. - amor mío, ¿no prefieres tenerlo de Toni?, es tu marido. Seguro que no le va a sentar bien.

. - no se lo diré nunca. A ojos de todo el mundo, será suyo.

. - ten en cuenta lo de la consanguineidad. Somos hermanos.

. - lo sé. Ya cuento con eso. Me haré las pruebas pertinentes.

. - soy un caballero y cumplo lo que prometo. Intentaré hacerte ese hijo. Quedemos un fin de semana los dos solos. Dile a tu marido que tienes que visitar al tío José que está muy malito y que quieres ir sola conmigo.

. - pero no tenemos ningún tío que se llame así.

. - es igual. Cuando vuelvas, le dirás que lo enterramos el día anterior y listo. No va a comprobar nada.

. - de acuerdo. ¿Dime cuando nos vemos?

. - depende de ti. Mira tú calendario de ovulación y elije un viernes en que empiezas a ovular. Cuando lo sepas, dile el día anterior que te he llamado para ir los dos solos a ver al tío José que está malito. Vive fuera de la ciudad. Me mandas un correo informándome de la fecha exacta y también la hora en que quieres que te recoja. Luego iremos a un hotel discreto y pasaremos el fin de semana los dos solos. Eso sí, folla como una loca la semana anterior y la semana siguiente, así no desconfiará cuando saque cálculos, que el tío es contable. Tendrás que usar la pastillita sin que lo sepa y déjala de tomarla para que puedas ovular correctamente.

. – okey. Lo miro y lo hacemos así.

. - vale entonces. Te llamo en cuanto tenga lo del trabajo. Un beso y compórtate y no me dejes mal o la próxima vez vas a al paro a buscar trabajo. ¿Necesitas dinero en efectivo mientras tanto?

. - bueno, si tuvieras un par de miles, te lo agradecería.

. - serás cabrona. Era pura retórica, pero está bien, te enviaré con un correo tres mil euros, pero no sigas pidiendo, joder, que me dejas seco.

. - te quiero hermanito.

. - ídem de ídem, chiquilla cabrona.

Colgué y llamé al encargado de las obras y le impuse a mi hermana y a Toni.  No se quejó mucho, pues sabía lo que había. Le pedí la dirección exacta a la secretaria y después de informar a Fati, di por terminado su colocación en la constructora.

Una noticia en los telediarios me dejo k.o., un médico y dos enfermeras de la ONG Médicos Sin Fronteras habían sido secuestrados en Malí por terroristas islámicos. Aún no se sabía a qué organización terrorista pertenecían, aunque todos sabíamos a la que eran afines. El nombre de Marisol Echevarría estaba entre los tres que dijeron en las noticias. Ese día busqué el último informe sobre Echevarría y sus empresas. Lo tenía en algún sitio, pero no daba con él. Con tantos cambios, lo había extraviado. Así que pedí una copia a Víctor, que me fue enviada con un correo urgente a casa.

Ahora mismo estaba en un chalet coqueto y fácil de custodiar por los chicos, Dámaso y adrián, más tres más que hacían la vigilancia interna y externa de la casa. Siempre había un segundo coche con dos escoltas más que nos acompañaban a todas partes. Mis dos chicos eran los que me llevaban de aquí para allá. Era la misma cantidad de escoltas que custodiaban a Diana, presidenta de la corporación, pues ella estaba más a la vista que yo mismo, que seguía medio anónimo.

Las cuentas de Echevarría no estaban muy boyantes. La niña bonita de sus empresas, la fábrica de cervezas hacía aguas y del resto, apenas sacaba para pagar gastos. De la constructora que tenía, apenas ya existía. La crisis se la había llevado por delante. Si pedían, que lo pedirían, un fuerte rescate, no sé de dónde iba a sacar el dinero para liberar a Marisol.

Siempre decimos que cuando secuestran a alguien que no conocemos, que manden al ejército y a base de tiros, liberen a los rehenes. Lo malo es que no siempre la cosa acaba bien para los secuestrados. Así que cuando uno de los rehenes es de tu familia o la conoces de cerca, ya no enviás a nadie, solo mandas el dinero y esperamos que la liberen cuanto antes. Eso es seguro lo que haría yo si fuera su padre. ¿Pero tendría el dinero del rescate?, habrá que esperar acontecimientos.

Efectivamente, los terroristas eran los que todos sabíamos y pedían 12 millones de dólares por liberar a los tres. No negociaban por separado, 12 millones por los tres. Bueno, al menos no eran euros. El problema era que la ONG no tenía esos recursos, ni la familia del médico ni la de la otra enfermera. ¿Y Echevarría?

En anteriores casos, el estado ponía toda o parte de la pasta, pero no era este el caso, pues hubo un debate nacional tras el secuestro el año anterior en el cuerno de África de un par de españoles integrantes de otra ONG y donde se impuso no pagar más rescates de españoles en el extranjero, pues eso hacía que los terroristas buscaran a españoles para secuestrarlos al ser papá estado quien pagaba por ellos. Así que las familias de estos últimos secuestrados serían quienes sufragaran la liberación si querían recuperar a sus seres queridos.

Lo cierto era que Echevarría no tenía liquidez y se fue a donde estaba el dinero, los putos bancos. Ninguno aflojó un euro, pues lo que ofrecía como garantía no valían los 12 millones que pedía. El hombre se arrastró por todas las entidades, maldiciendo a más de un director que cuando tenía dinero, le besaban los pies y ahora que necesitaba el dinero, no lo conocían de nada. Ni los prestamistas usureros declarados le dieron el dinero, por lo mismo. No sabían si cobrarían algún día y estos quieren cobrar, sí o sí y pronto.

Era voz pópuli que el viejo no conseguía la pasta. Estas cosas siempre se saben. Un director habla con un amigo, éste con el otro y acaba sabiéndolo hasta el portero de noche del puticlub más selecto. El problema añadido era que los terroristas habían puesto una fecha de caducidad para el pago del rescate o se empezaban a cargar a los secuestrados y nunca sabe uno si empezarán por tu familiar o no.

Cuando le envié una nota en sobre cerrado para una reunión urgente para hablar del rescate, respiró un poco, pero no comprendía, quién, ni por qué le iba a dar un desconocido, 12.000.000 de euros. Así que fue acompañado de un abogado amigo suyo como apoyo moral y sapiencia en esto de las transacciones económicas. Pedí la reunión en un restaurante de lujo, donde había reservados para los clientes Vips. Llegué antes de la hora y allí lo esperé. Encima de la mesa puse cierta grabación que hice años atrás a cierto hijo de la gran puta. Vamos, como el que vendría dentro de poco.

Tocaron en el reservado. Era el camarero.

. - han llegado, caballero.

. - gracias, hágales pasar.

El camarero se hizo a un lado y entraron el tal Echevarría y su amigo abogado. Me puse en pie y los saludé a los dos. El viejo no tenía ni idea de quien era yo.

. - había pedido una reunión con usted solamente, sr. Echevarría.

. - mi abogado viene conmigo.

. - entonces no tenemos nada de qué hablar.

. - ¿cómo dice?

. - solo hablaré con usted del rescate de su hija, sin testigos. Si no le interesa, siga buscando el dinero que no le dan.

El hombre tragó saliva y tuvo que ceder.

. - por favor, espera fuera –le dijo a su acompañante-.

. - sí, por supuesto.

Salió el abogado e invité a Echevarría a sentarse con un gesto de mi mano. Una vez lo hizo, hice una señal al camarero.

. - ¿que desea comer? –le pregunté al viejo-.

. - no deseo nada, gracias.

. - ¿algo de beber?

. - no, tampoco.

. - Yo sí. –Le dije- Por favor, traiga un plato colmado de sopa de pollo con mariscos, una cola y pan.

. - enseguida se lo traigo, caballero.

. - gracias.

El camarero desapareció, cerrando tras de él. El viejo y yo nos quedamos mirando. Estaba más viejo que en las fotos de prensa que recordaba.

. - ¿quién es usted? –me preguntó-.

. - Salvador Morales.

. - ¿lo conozco de algo?

. - al menos el nombre, debería. Mandó apalearme hace unos años.

. - ¿cómo dice usted?

En eso tocaron y entró el camarero con lo pedido. El viejo y yo no abrimos la boca hasta que volvió a salir por la puerta.

. - ¿quién dice que es usted?

. - Salvador Morales, ya se lo he dicho.

. - no le recuerdo.

. - yo sí –cogí la grabadora y la puse en marcha. La voz del secuaz de Echevarría le hizo ponerse libido.

. - Fue el señor Joaquín Echevarría el que me paga para dar palizas. Nos lo suele mandar cada vez que alguien que no le guste, ronde a su hija Marisol para alejarlo de ella .

Apagué la grabadora y lo miré fijamente. Luego comencé a comer.

. - ¿qué significa esto?, ¿me va a hacer chantaje, precisamente ahora?

. - ¿tiene el dinero para liberar a su hija? –dije dejando de comer un segundo-.

. - no, no lo tengo.

. - yo, sí.

. - ¿los 12 millones?

. - sí y los pondré de mi bolsillo a cambio de contraprestaciones por su parte.

. - ¿qué quiere de mí?, ya me acuerdo quien es. Marisol estaba enamorada de usted y no había manera de quitárselo de la cabeza.

. - y por eso mandó a sus matones a que me dieran una paliza de advertencia. Ahora que ya sabe quién soy, le diré lo que tiene que hacer para que le dé el dinero para liberar a su hija.

Me tomé un par de cucharadas de la sopa y le miré a la cara.

(Parte 26 de 30)

FIN