Soy un caballero y cumplo lo que prometo (15)

“Sólo tengo mis cojones y mi palabra, y no la rompo por nada.” Al Pacino, en El precio del poder, en 30 trozos.

SOY UN CABALLERO Y CUMPLO LO QUE PROMETO

(15-30)

ESCRITA POR:      SALVADOR MORALES

© Todos los derechos reservados

Me acerqué donde tenían los primeros bollos ya hechos y cuando intenté coger uno, Emilia se dio cuenta y me dio un guantazo en una nalga.

. - todavía no, semental. Siéntate. Aun me faltan unos cuantos. Nos los comeremos juntos los tres.

. - ¿me puedes hacer unos cuantos que no sean en aros cruzados?

. - ¿cómo los quieres?, aun estás a tiempo.

. - que sean rectos y no muy delgados, como del tamaño de mi pene.

. - vale, como quieras.

Emilia cogió la masa e hizo una especie de puro y lo llevó junto a mi polla y lo comparó. Luego fue a por más masa y lo hizo más grueso, para luego echarlo a la sartén. Así hizo unos cinco o seis, que puso en un plato aparte, una vez hechos.

. - Gloria de mis amores, ¿te puedes comer los bollos que tu madre está haciendo?

. - claro, es harina especial para celíacos. Aquí en casa no verás nada que no pueda comerme, incluso eso que te cuelga.

. - ¿y a qué esperas, canija?

. - quieta, Gloria, en la mesa solo vamos a comer los bollos, la leche y demás cosas de la cena. Lo que Salvador trae de su casa, nos lo comeremos después.

. - vaya fiasco, pensaba comerme ahora mismo todo su bollo.

. - te lo comerás, hija, ten paciencia.

. - Gloria, ¿cómo estás de tu ano?, ¿Puedo volver a disfrutarlo?

. - ¿y si te digo que no?

. - pues que no lo tocaré. No haré nada que no quieras, ya te lo dije y lo mismo va contigo, Emilia. Me gusta hacer cosas con las mujeres que amo, pero nunca en contra de su voluntad.

. - puedes usarlo, ya ni me duele.

. - gracias, es algo que me vuelve loco, disfrutar de los culos de mis amantes.

. - no te olvides del mío –dijo Emilia desde el fogón-.

. - no puedo olvidarme, Emilia.

Al fin llegó Emilia con la bandeja con los bollos. Los alargados también. Cuando Gloria fue a coger uno, le aparté el plato.

. - estos son para después. Cuando estemos en la cama y nos entre ganas de comer.

. - alargados ¿por qué? –quiso saber la enana-.

. - ya lo veras. Emilia, por favor, necesito también un cuchillo, que no tenga punta.

. - ¿como éste?

. - no, esos de cortar carne todo metálico y punta redondeada.

. - ¿entonces como éste? –me enseñó otro-.

. - exacto. ¿Lo puedes poner en la bandeja de mis bollos especiales?

Una vez todo en regla, llené un vaso de refresco de limón y comencé a comer bollos hasta hartarme, junto con el refresco. Las mujeres también se llenaron las tripas. Estaban de puta madre, la verdad. Gloria fue la única que probó la leche también, sin duda para crecer. Chiste malo, lo siento.

. - ¿vemos un poco la televisión para bajar la comida, chicos? –Dijo Emilia, con toda la razón del mundo-.

. - me apunto –dije-.

. - pero…

. - hija, no seas impaciente. Salvador te tiene reservado una parte de su tiempo. Mira que eres de lo que no hay.

. - ¿siempre es así esta chica?

. - ahí donde tú la ves, siempre tiene prisa para todo, menos para venir a la mesa a comer. Hoy, porque estás tú, que, si no, tengo que sacarla de su habitación.

. - mamá, no seas chismosa. Va a creer que soy una gandula.

. - no, hija. Pues cuando trabajas en esa empresa, eres la mejor, pero en casa, no haces mucho que digamos. Siempre con la ropa por los suelos y tengo que llegar yo del trabajo y colocarlo todo. Ni que fueras un chico y perdona, Salvador.

. - tienes toda la razón del mundo. De chico era así, aunque ya no. He madurado.

. - ¿lo ves, querida?, madura tú también.

. - sí, mamá. Como tú quieras. ¿Qué quieres ver, Salvador?, tengo un pequeño videoclub particular. Una época me dediqué a copiar películas que sacaba del videoclub para hacerme mi propio videoclub.

. - ¿tienes alguna de alienígenas asesinos?

. - tengo varias, pero a mamá esas le horrorizan, con lo buenas que son.

. - chicos, poner alguna que yo pueda ver también.

. - pues estamos listos, Salvador. A mamá no la puedes sacar de Alfredo Landa y familia. Está anclada en el pasado.

. - eran muy bonitas y no había tiros a todas horas.

. - chicas, chicas, mejor poned la televisión, siempre hay alguna película en alguna de las cadenas.

Nos sentamos los tres en el sofá. Como no, Gloria se hizo cargo del mando. Cuando encontró una que le gustó, allí la dejó. Gloria estaba a mi izquierda y su madre a mi derecha. A ambas les di un beso en la frente. Luego ellas me besaron a mí hasta quedarse ambas con sus cabezas en mis hombros.

Gloria fue un poco más allá, me cogió la polla con su mano derecha y allí la dejó, jugando de vez en cuando con ella, pero sin pajeármela decentemente, pues sabía que, si me corría, su culo y su vagina iban a tener que esperar más tiempo de lo previsto. Su madre sonrió y me sonrió a mí también. Le eché la mano por encima a ambas y a ambas les cogí un pecho y también jugué con ellos.

. - Salvador, seriamos una familia perfecta. ¿Por qué no te quedas con nosotras?, siempre estarías servido, ya me entiendes…

. - eres un sol, Gloria –dije apretándole el pecho que tenía en mi mano –pero no. No sé si tu madre te lo dijo, pero me gusta la variedad y también los tipos.

. - ¿los tipos?

. - ambos sexos, Gloria. Me gusta tanto dar como recibir, ya me entiendes tú también.

. - ah, eso. ¿Y si metemos en casa a un tío cachas con quien puedas disfrutar cuando te penetre?

. - mejor no, querida –le dije besándole la cara- me gusta buscarme a mis amantes-.

. - ¿nosotras somos entonces tus amantes?

. - igual que yo lo soy para vosotras dos. Vosotras disfrutáis de mí y yo de vosotras. Es algo que a las dos partes nos interesa.

. - ¿porque te decidiste acostarte conmigo, una enana?, a los que no son de mi tamaño, no les gusta hacérselo con bajitas como yo, les da asco.

. - tu no me das asco, para nada. Me acuesto contigo porque me gustaste nada más verte. Con esa carita de niña mala.

. - ¿y conmigo, Salvador?, te doblo la edad –quiso saber Emilia, ya puestos-.

. - contigo Emilia fue un reto. El primer día te vi tan recta y seria, que me dije, esta mujer seguro que no es así, solo aparenta ser lo que parece para que no se le suban a la parra y me dije, tiene que ser mía.

. - y lo has conseguido. Lo que dices de mi seriedad en la oficina, es verdad. A una persona de mi edad si no la respetan, se ríen de una y tengo que aparentarlo al menos cuando estoy sentada en la oficina. Desde que te eché el ojo encima, ¿sabes en quién pensé?

. - creo que sí. En Gloria. Emilia, eres una cabrona, ya tenías en mente emparejarme con Gloria sin decirme que era canija.

. - porque sabía lo que piensan los chicos de tu edad de personas como Gloria. Había pensado en entregarme si aceptabas a mi hija en tu lecho. Dos por una.

. - gracias, mamá. Eres la mejor madre del mundo. Pero por suerte, Salvador es diferente a la mayoría de los chicos. Eligió a la madre y a la hija antes de que se lo propusieras, ¿verdad, mamá?

. - así es hija. Salvador me desea tanto como a ti y estoy encantada de gustarte, Salvador.

. - ¿cómo no vas a gustarme, Emilia?, tienes mucho que ofrecer. Me pierdo entre tus piernas y tus pechos y eso es algo que nos enloquece a los tíos. En cuanto a ti, Gloria, es como una fantasía hecha realidad, disfrutar y hacer disfrutar a alguien como tú, que es más lista que la mayoría de personas que conozco es algo que no puedo obviar. Por cierto, ¿dónde está ese broche que me ibas a regalar?, mañana quiero irme con él a casa para regalárselo a mi hermana.

. - lo tengo en una cajita que te daré mañana. Recuérdamelo, por si acaso. Mami, ¿no puedo darle ni siquiera una chupadita? –dijo señalando mi polla-.

. - creo que ya está bien de ver televisión chorra. ¿Nos vamos a la habitación, chicas?

. - bien –gritó Gloria, como si le hubiera tocado la lotería y de echo le había tocado, la lotería sexual-.

Cinco minutos después ya tenía a Gloria a cuatro patas y dándole polla a destajo. No como antes, cuidando de su culo, sino disfrutando yo de su propio culo, que era diferente. Sus gemidos seguían siendo altos, pero ya no tan dolorosos, así que la disfruté como yo quería disfrutarla la primera vez que la vi en la puerta de su casa esta mañana. Como no quería que su madre se pusiera celosa, intercalé ambos culos para disfrute de ambas y mío propio. La cosa fue que aquellas dos damas me dejaron exhausto de tanta polla que les di. Ellas, por su parte, disfrutaron de mis jugos lácteos como si yo fuera una vaca lechera. Al final y como hacía siempre para que no me mataran entre las dos, hice lo habitual, ponerlas a hacer un 69 entre ellas para comerse sus chuminos y dejar que yo me repusiera. Así, cuando estuvieran solas, no estarían pensando solo en mí, sino en comer conejo al pil-pil y así yo poder dedicarme a cazar otros conejos y conejas sin pensar que en aquella casa había dos personas tristes por no visitarlas todas las veces que hubieran querido ellas.

. - chicas, me gustaría que cada una le coma el chichi a la otra.

. - ¿qué?, es mi madre, Salvador.

. - sí, querido. Gloria es mi niña.

. - lo sé. Es por eso por lo que me pone ver a mis dos chicas disfrutar cuando yo no esté en la casa. Si supiera que os podéis dar compañía sexual entre las dos, estaría más feliz, pues no podré venir todas las veces que quisiera. ¿Lo haréis por mí?

. - bueno –dijo Gloria-, ¿lo intentamos, madre?

. - vale, podemos intentarlo, nunca se sabe. No había pensado en mi hija como algo sexual, pero probemos.

Se besaron lentamente al principio, luego fueron cogiendo carrerilla y sus labios se apretaban los unos con los otros. Luego su madre colocó a la chica sobre la cama y comenzó a pasarle la lengua por todo su cuerpecito. La hija gemía del placer bucal que le estaba ofreciendo su madre y no era de mentirijilla, sino muy real, pues se corría que era un gusto. Cuando le tocó a la hija disfrutar de su madre, se perdió entre las piernas y allí se armó la marimorena, pues se contorsionaba aún más que cuando se la metía yo por su vagina.

. - muy bien, chicas. Continuad, yo también disfrutaré ahora.

Mientras ellas seguían, dale que te dale, los culos de ambas fueron mis objetivos y acerté de lleno. Cuando se detuvieron por cansancio crónico y yo me había corrido en uno de los culos, todo fueron sonrisas y parabienes de la idea que se me había ocurrido. De esta manera, ya podía ausentarme el tiempo que quisiera, pues sabía que, si tenían ganas de sexo, la batalla la hacían entre ellas y sus felpudos, tetas y demás partes de sus cuerpos. Siempre en busca del punto G, la quimera del oro. Al día siguiente, domingo, cuando llegué a casa, me fui directamente a la habitación de Fátima. Estaba ella y su novio durmiendo. Puse la joya sobre su mesita de noche, con una nota, felicidades, hermanita . Luego me fui a mi cama y dormí hasta que las tripas me hicieron despertar. Una vez fuera de la cama y en pelotas, me fui al baño y casi me doy de ostias con un desconocido que había estado duchándose. Su rabo era portentoso. Era la ostia puta en pollas. Nunca había visto algo igual. Era una polla de longitud estándar, si por estándar se entiende como la mía, gorda y larga. Pero no era esa la característica principal, es que era ondulante, como una ola de mar, pero en polla. Me quiso recordar a los puñales de los árabes que llevan al cinto haciendo una S infinita.

. - tú debes ser Salvador. Soy Alejandro, compañero de tu madre –el tío alargó la mano y no tuve más remedio que cogérsela y saludarlo-.

Ante la cara de extrañeza que puse, el tío me interpeló de nuevo.

. - ¿no lo sabías?

. - la primera noticia que tengo. ¿Lo sabe mi padre?

. - ya lo creo. Acaba de darme por culo mientras yo me follaba a tu madre. Tienes ahí una buena herramienta. Tu padre no me mintió.

. - gracias, la tuya tampoco es moco de pavo.

. - sí, la verdad es que mi herramienta es única. Ni en internet he visto una igual.

. - ¿naciste con ella o es de fabricación casera?

. - lo segundo.

. - ¿seguro?, ¿puedo verla con más detalle?

. - claro, como no. Hasta puedes probarla, si quieres. Ya me dijeron tus padres que disfrutáis todos con todos.

. - así es.

Me agaché y se la cogí. Era algo única aquella polla.

. - ¿y cómo conseguiste hacerle estas ondulaciones?

. - años me costó y mucho dolor también.

. - ¿cómo es eso?

. - me fabriqué un tuvo ondulado como ahora es la polla y lo corté en dos mitades. Por las noches empalmaba en la cama haciéndome una manuela y antes de dormirme, unía las dos mitades con unas bridas. Al día siguiente me la quitaba. Así, noche tras noche fue cogiendo la forma del tuvo ondulante y ahora tengo una polla distinta.

. - joder, yo no lo hubiera hecho. ¿Meas y follas igual que antes?

. - sin problemas. Quien más disfruta son quienes se la tragan. Quieres probarla, ya la tengo cargada.

. - por probar, que no sea –dije mamándole la polla hasta que se le puso bien dura, pero perfectamente ondulante. Luego me giré y apoyándome en el lavabo, me incliné y me la encasquetó. La ostia puta.

Era algo diferente a lo que me había metido hasta ahora. Era como si una serpiente entrara una y otra vez en mi ojete. El disfrute casi hace que me corra allí mismo, pero pude atajarlo de raíz. Cuando se salió y se la mamé hasta hacerlo correr, comprendí que mamá y papá se hubieran puesto de acuerdo en ser follados por aquella polla ondulante.

. - tengo que admitirlo, es una polla de puta madre y muy sabrosa tanto en mi boca, como en mi culo. ¿Te quedarás mucho tiempo por aquí?

. - pues la verdad, tus padres me pidieron que me quedara el tiempo que quisiera y viendo que esta familia tiene muchas posibilidades de disfrutar, voy a hacerlo, al menos hasta que una de las dos partes se canse de la otra. ¿Sabes si tu hermana y su novio participan de la promiscuidad de tus padres y tuya misma?

. - ella, sin duda, pero su novio aún está entre sí y no. Yo me lo he follado varias veces, pero siempre le falta un punto de afirmación final. Inténtalo, a lo mejor viendo tu herramienta, se vuelve loco y deja de ser un capullo integral.

. - te haré caso. Oye, has probado mi polla, ¿qué me dices si me entierras la tuya en mi culo?, solo por probarla.

. - no hay problema. Ponte en posición.

. - antes quiero catarla bien –dijo agachándose y mamándomela. Un rato después, se dio la vuelta y se la encasqueté hasta los huevos. Su culo era un culo adecuado a mi polla, ni más ni menos-.

. - veo que ya conoces a Alejandro, Salvador –dijo mamá desde la puerta-.

. - hola, mamá. Sí, nos estamos conociendo. Perdona un segundo –y continué follándomelo a todo meter, hasta tal punto que me corrí en su culo. Seguidamente me agaché y con mi proverbial lengua y un par de dedos, succioné mi leche de su ano. Fue una buena follada, sin duda.

Un segundo después de levantarme se inclinó sobre mi polla chorreante y se la merendó toda. La mamaba como lo que era, todo un profesional mamador y enculador de pollas. Vamos, como yo mismo. Al final hasta íbamos a ser amigos del alma. Cuando se levantó, se relamía los labios.

. - he de reconocer que es la mejor leche que me he tirado a la boca y que no se entere…

. - lo sé, la he probado muchas veces yo también –dijo papá apareciendo en la puerta, tras mamá-.

. - lo siento, no quería ser insensible –dijo Alejandro-.

. - la verdad no duele, aunque lo parezca. La leche de mi hijo es lo mejor que probarás en tu vida, ¿verdad, querida?

. - tú lo has dicho, querido. La mejor, sin discusión –dijo mamá acercándose a mí. -Nos besamos y papá fue detrás y también nos besamos-.

. - esto parece el metro –dije-.

. - sí, dúchate tú y papá. Yo lo haré con Alejandro en el otro cuarto de baño, que, aunque veo que se duchó, después de hacerlo contigo, tendrá que volver a meterse bajo la ducha.

. - es verdad. Toda la verdad. Tu hijo es algo fuera de serie dándome placer anal.

. - si lo sabré yo –dijo saliendo del baño del brazo de Alejandro. Allí todo el mundo estaba en pelotas-.

. - ¿Cómo estás, papá? –le pregunté dentro de la ducha-.

. - ya lo ves, disfrutando con tu madre del sable de Alejandro.

. - ¿qué pasó con mis tíos?, ¿aún los ves?

. - sí, pero menos. Apenas puedo con Alejandro dándome polla a todas horas. Es inagotable ese hombre.

. - ¿dónde lo encontraste y cómo mamá consintió?

. - un amigo común nos presentó. Nos dimos por culo y me gustó tanto que antes de hablar con tu madre, le dije que se viniera a vivir con nosotros un tiempo, pues había llegado hacía poco y aun no tenía donde dormir. Tu madre se convenció ella sola al verle el mandoble ondulado. Lo probó y hasta ahora no ha dejado de tenerlo dentro.

. - me alegro por ti y por mamá. Al menos habéis encontrado algo en común. Y cuando se vaya, papá. ¿Volverás a las andadas?

. - es posible, hijo. Eso no lo sé hasta que suceda.

. - es una pena que aún no sepas que mamá es la mejor esposa que podías haberte echado. Mira que eres tonto, papá. Te lo da todo y tú solo piensas con el pito.

. - hijo, no me atosigues.

. - no, no lo haré. Anda, dame por culo con esa polla tuya que no es manca.

. - gracias, hijo. Creí que estabas enfadado conmigo.

. - no puedo, papá. Te quiero como si fueras mi padre.

. - eres un cachondo, hijo. Anda, ponte en posición.

El tiempo pasó y el tercer y cuarto años pasaron que eran una exhalación. Pablo consiguió lo que quería, fama y dinero con sus fotos de pollas, vaginas, tetas y culos y un extra de miembros cercenados, sin contar las micro-fotos de interior. De vez en cuando veía su trabajo en revistas o televisión. Su andadura le llevo fuera del país y le perdí el rastro. Seguro que aparecería de nuevo cualquier día con sus fotos en alguna revista o televisión. Lo echaba de menos, la verdad, pues lo hice a mi imagen y semejanza y nunca me falló su culo y su boca.

El quinto y último año de universidad estaba a poco de comenzar. La licenciatura de empresariales ya la tenía en el bote, aun me faltaba la de arquitectura. Las enseñanzas de los diferentes arquitectos de la empresa por los que fui pasando como ayudante, me fueron de mucha ayuda. De hecho, solía hacer proyectos, que, por no tener los papeles de arquitecto, tenía otro que poner su nombre al pie de cada uno, pero eso no me preocupaba, pues yo sabía que eran míos y no lo digo porque la empresa fuera mía, sino que mis proyectos los había hecho yo y nadie más. Ellos solo ponían el nombre, yo el trabajo.

No era por nada, pero estaba bien considerado, menos por el mejor, que era algo capullo al respecto. Pero eso más adelante lo iba a arreglar yo. Ahora tocaba acabar la carrera y poner el diploma en la pared de mi propia oficina junto al resto de los arquitectos, pues no pensaba decirles que era el dueño, sino uno más de los arquitectos a las órdenes de la empresa constructora presidida por Diana, a la que visitaba de vez en cuando para no perder las buenas costumbres de comerme su almeja.

. - ¿eres limpio?

. - ¿perdona?

. - no quisiera compartir el piso con alguien que no sea limpio con su higiene personal.

. - acércate, por favor.

Cuando se acercó la chica, le di a oler mi cuerpo. Ella, no muy cerca, usó su nariz.

. - parece que no hueles nada mal. ¿Eres así siempre?

. - vete a la mierda –le dije en la cara y me di la vuelta.

. - espera, hombre. No seas tan impetuoso.

. - ¿tú que buscas?, ¿un compañero de piso o una lavadora?

. - bueno, si tuvieras las dos cosas sería el colmo, pero no pido tanto. Con que seas limpio, me conformo. Ya he tenido compañeros y compañeras que su higiene personal me tiraba para atrás y no quería pasar otro año igual.

. - bueno, ¿entonces tengo el visto bueno de la dama o no?

. - sí, lo tienes. Usarás esa habitación, la mía es la contigua. Los gastos serán a medias, todos los gastos.

. - ¿incluso tus tampones?

. - incluso mis tampones.

. - entonces tú también pagas la mitad de mis condones.

. - es lo legal. ¿Trato hecho, entonces? –extendió la mano-.

. - trato hecho –le di la mano- Salvador Morales.

. - Anika Huertas.

. - ¿Anita Huertas?

. - no, Anika, con k de kilo.

. - es inventado, ¿no?

. - sí, así me llamaban en casa y así quiero llamarme.

. - tú misma. A mí me puedes llamar Salvador.

. - muy gracioso.

La verdad es que aquella chica de mi edad no destacaba por nada a primera vista. Sí, tenía buen tipo y cada cosa en su sitio, pero no me atraía y no sabía por qué, cuando me había follado a engendros mecánicos que harían vomitar a una cabra montesa. Con mis maletas, esta vez tres, pues cada año la cosa engordaba, me fui a mi habitación. Olía a rosas. Seguro que la tal Anika, con k de kilo, había desparramado el perfume. Tendría que decirle que lo echara en su habitación y dejara en paz la mía. Las rosas acababan por intoxicarme la pituitaria y terminaba odiándolas. Terminado de colocar las cosas en su sitio, decidí darme una ducha.

. - la madre que lo parió.

Al salir de la habitación vi que la chica estaba zarandeando el portátil y soltando tacos a destajo, como si así arreglara algo.

. - ¿qué te pasa?, ¿te bajó la regla?

. - vete a la mierda. El puto ordenador, que se me olvidó la contraseña. La quise hacer tan segura, que ahora no me acuerdo.

. - ¿y pensabas arreglarlo zarandeándolo?, así lo que haces es cargarte el disco duro.

. - ¿entiendes de estos trastos?

. - algo. He lidiado con ellos durante años.

. - ¿me lo puedes arreglar?, hacer que pueda entrar. Tengo todos mis trabajos en él.

. - ¿y que gano yo con eso?

. - ¿me vas a cobrar?, ¿a tu compañera de piso?

. - no veo por qué no. No te conozco apenas. ¿Por cierto, echaste tú el perfume en mi habitación?

. - a que te gusta.

. - te equivocas. No lo eches más, ya me encargo yo de mi habitación.

. - serás desagradecido y yo que lo hice con la mejor intención de que oliera bien y no a pezuñas.

. - oye, que yo no tengo pezuñas. No lo eches más y todo irá como la seda entre nosotros.

. - como quieras. Bueno, ¿me lo vas a solucionar o no?

. - aún no me has dicho como me lo vas a pagar.

. - si estás pensando en sexo, estás listo. No soy de esas que se acuesta con cualquiera.

. - ¿y?

. - y nada. Te puedo hacer un cuadro a cambio de tu trabajo.

. - ¿sabes pintar?

. - a eso me dedico y a eso he venido a esta universidad. Los trabajos los tengo en el portátil.

. - bueno, me iría bien un cuadro mío para colocar junto con mi diploma cuando me lo den, claro. Lo quiero bien grande y que destaque.

. - no, si destacar, va destacar cantidad –dijo ella sonriendo, cuya sonrisa no me hizo mucha gracia, aun no sabía por qué-.

. - trato hecho entonces. Déjame que me dé una ducha y te lo soluciono.

. - vale, yo iré preparando el lienzo y las pinturas.

El baño era coqueto y estaba limpio y perfumado de rosas también. Hay que joderse. Me desnudé y me metí en el plato de ducha. Fue rápido, pues me había duchado nada más salir de casa esta mañana. Una vez limpio y seco, me puse la toalla alrededor de la cintura. Me eché algo de colonia y listo.   Ella ya lo tenía todo preparado. Solo faltaba el modelo, yo, pero antes tendría que solucionarle el problema.

. - oye, ¿eres uno de esos piratas del chip, un hacker?

. - no, ni mucho menos. Un manitas, nada más. Conozco un hacker, ese sí que es bueno, pero yo solo sé solucionar pequeños problemas, nada del otro mundo, como entrar en ordenadores con claves. Esto es fácil usando el programa adecuado.

. - ¿qué estudias en la universidad?

. - arquitectura, ya tengo empresariales. Lo saqué el año pasado.

. - vaya, un chico muy leído. Creí que eras del montón, un hijo de papá que venía a la universidad porque tus padres ya vinieron.

. - oye, por favor. Cállate, coño. Joder, como habla esta tía.

. - serás mamón. Me estás llamando…

. - Anika con k, si no me dejas trabajar, lo arreglas tú y me vuelvo a mi habitación.

. - vale, vale, me callo. Sera antipático este tío –puso en jarras los brazos-.

Con mi ordenador me conecté a internet y busqué un programa que le solucionaría el problema a esta tía. Una vez copiado a mi ordenador, metí un disco CD virgen en la grabadora y lo quemé, como se suele llamar a grabar algo en un disco desde el PC.

Con el disco en mis manos, me fui hacia el ordenador de Anika, con k de kilo. Le saqué la batería y lo conecté con el cable de corriente, por si acaso la batería estuviera baja. Lo encendí y según empezaba a arrancar, abrí la grabadora. Metí mi disco y lo cerré. Lo siguiente fue reiniciar el ordenador de nuevo.

Una vez el ordenador volvió a arrancar, vi que no trabajaba la grabadora. No problem , vuelta a reiniciar y entré en la BIOS y puse que arrancara en primer lugar la grabadora y listo.

Cuando el ordenador arrancó por enésima vez, ya se inició el programa neutralizador de contraseñas. Joder, claro, allí había una contraseña que hasta yo no la hubiese recordado ni, aunque me pusieran un cuchillo en la garganta. Allí había de todo, Asteriscos, interrogaciones, porcentajes y su nombre, Anika. Vaya contraseña de mierda. Complicada de sacar si era, pero también de recordar, aunque no para los programas como el que había metido. Le di a borrar contraseñas y listo. La siguiente vez que arrancó, no pidió contraseña y se inició el Sistema Operativo. La imagen de fondo era un autorretrato de la chica en pelotas. Estaba mona, no lo negaba.

. - ¿seguro que eres así? te has quitado las cartucheras y aumentado el pecho, ¿a qué sí?

. - mierda, el cuadro.

La chica corrió y arrancó el cable de la corriente para que no pudiera seguir viendo su cuadro que tenía según se encendía el sistema operativo.

. - ¿qué haces, chica?

. - se me había olvidado de que había puesto ahí mi autorretrato.

. - pues espero que no la hayas cagado y te hayas cargado el disco duro. Nunca se debe apagar de esa manera tan estúpida.

Me levanté y me separé de ella. Quería comprobar si arrancaba de nuevo.

Anika se giró y no me dejó ver la pantalla, mientras conectaba de nuevo el cable. Por su cara, no parecía que fueran las cosas muy bien.

. - será posible, ahora ni arranca.

. - te lo has cargado. Te dejo con el paquete.

Me levanté y me fui a mi habitación. Me vestí, iba a dar una vuelta por el campus.

. - ¿te vas?

. - ¿por qué no?

. - no puedes irte ahora.

. - oye, que yo te lo arreglé. Lo que has hecho no es culpa mía. Eres una negada, tía.

. - no puedes dejarme tirada. Intenta arreglármelo. Tengo en el ordenador todo mi trabajo.

. - ¿no tienes copias de tus trabajos?, si me dices que no, es para matarte.

. - ¿había que hacerlas?, creí que no se borrarían nunca.

. - ¿pero en qué mundo vives, tía?, hay que hacer copias siempre, siempre y siempre. Yo con el mío, hago una copia en una partición diferente, además hago copias en la Nube y también en discos DVD. Así, si se estropea el ordenador como en tu caso, con volver a copiar, no pierdo nada. Será mejor que te apuntes a un curso rápido de informática, ya que eres algo que no sabía que existía en este siglo nuestro.

. - no entiendo ni la mitad de las cosas que dices. ¿Me lo vas a arreglar o no?

. - ¿todavía no he cobrado el anterior trabajo y ya quieres que te haga otro?

. - ¿qué quieres a cambio?, ya te dije, que sexo no.

. - casi no me dejas ver el autorretrato, así que quiero ver a la modelo de la misma manera.

. - tú estás delirando. No voy a desnudarme para ti.

. - tú misma.

Me di la vuelta y me largué a la calle. Respiré hondo, hacía algo de frío y me abroché también el primer botón de la camisa.  Me encaminé a cierta casa donde una guarra iba a descargarme de la mala leche que tenía encima, la mujer del vicedirector, Manuela. Mujer a la que aun usaba para estas ocasiones en que no tenía nada mejor a mano y de eso, ya hacía tiempo.

Cuando estaba cerca de su vivienda, me la encontré dándole de mamar a un crío en un banco cercano a su casa. Vaya con Manuela. Me llegué hasta ella y se sorprendió al verme.

. - ah, eres tú. Hoy no puedo follar contigo.

. - ¿es tuyo el pequeñajo?

. - claro, si no, ¿de qué iba yo a darle el pecho?

. - yo también quiero teta.

. - no puedo, es para mi niño.

. - las tetas te han crecido cantidad por la lactancia, así que tienes más que de sobra con un pecho, a no ser que tengas dos críos.

. - no, solo a éste. Javier, se llama.

. - pues Javier va a ser muy generoso conmigo. ¿Y tú marido?

. - fuera del país. En una universidad de Inglaterra reciclándose.

. - pues entremos en tu casa. Aquí me da no sé qué ponerme a mamarte.

. - ya te dije que…

. – joder, cuando te interesaba, me buscabas y me dejabas seco, y ahora que soy yo quien quiere mamarte un poco y de paso descargar…

. - vale, vale. Está bien, pero solo un pecho, el otro es para mi Javier.

. - claro, no soy avaricioso…

Manuela se levantó y fue hacia su casa, yo fui detrás de ella. Una vez dentro, se sentó en el sofá y continuó amamantando al bebé. Me coloqué a su lado y abriéndole el corpiño, saqué su otra teta lechera, que de inmediato me puse a mamar. La leche calentita era lo mejor para la mala leche que traía encima.

. - ¿cuánto tiene el crío?

. - un mes y medio aproximadamente.

. - pues sí que llevamos tiempo tú y yo sin follar. El curso del año pasado no te dejaste ver, ¿dónde estabas metida?

. - al quedar embarazada, mi marido me envió con mi madre para que pariera.

. - porque no era suyo, ¿verdad?

. - ya sabes que su leche no tiene apenas espermatozoides.

. - ¿a cuántos te habrás follado en los años que te conozco, Manuela?, ¿10?, ¿20…?

. - ¿a dónde quieres ir a parar?

. - a que no es mío.

. - ya lo sé. Es de mi sobrino.

. - ¿dónde está ese sobrino?

. - en su casa, supongo.

. - ¿sabe el donante que es padre?

. - el padre es mi marido y de nadie más.

. - ¿pero no has dicho que no puede engendrar?

. - eso no importa, es como si lo hubiera parido. Además, mi sobrino solo tiene 14 años y no va a acarrear con un crío a esa edad.

. - tienes buenas tragaderas, ¿14 años y ya te lo follas?

. - fue un momento de debilidad. Estaba en el lugar, en el momento adecuado, solo eso.

Sonreí y mamé de su teta. El crío me miraba como si le estuviera usurpando la teta y así era.

Cuando le dejé el pecho bajo mínimos, dejé de mamarla.

. - sabes, me la has puesto dura.

. - no puedo follar, ya te lo dije.

. - en un mes y medio, ¿cuántos días hay?, no te rompas la cabecita, más que suficientes para poder follar de nuevo, aunque te voy a dar el gusto de no usar tu vagina, pero a tu culo no le pasa nada. Así que te follaré por ahí.

. - ya no follo con nadie, Salvador. No me violes, por favor.

. - tú y yo hemos follado la de dios…

. - eso era antes. Ahora que tengo a Javier, he cambiado.

. - ¿de verdad?, y ahora, ¿con quién follas?

. - no follo y punto.

. - vaya. Si no lo oigo de tus labios, no lo hubiese creído. Tú, una ninfómana empedernida…, en fin, no seré yo quien te viole. Te agradezco todos estos años de placer que me has dado.

. - tú también me diste mucho placer, Salvador. Pero he cambiado.

. - pues nada, suerte con tu nueva vida, Manuela. ¿Un beso de despedida?

. - claro -dijo sonriendo la mujer más fea del mundo mundial, pero que tenía un cuerpo…-.

Nos besamos largamente, luego que nos separamos, me di la vuelta. Ya no le pediría nunca más tener sexo con ella. Aunque si era ella la que me lo pedía a mí…

Me di la vuelta, para irme. En eso…

. - oye, Salvador.

. - dime, Manuela.

. - cómo va a ser… la última vez que tú y yo…

. - ¿en qué habías pensado?

. - si quieres, ¿te puedo hacer una última mamada?

. – pues ahora que lo dices… dije sonriendo y llegándome ante ella. Me la saqué y se me puso a mamármela, como solo ella sabía hacerlo, soberbiamente. Era fea, porque eso era una verdad como un templo, pero también tenía que decir que era un gran mamadora y tragadora de pollas-.

Cuando salí de allí, me había dejado seco, otra vez.

De camino al piso de soltero, recogí del suelo un papel publicitario de la universidad. Ponía que dentro de dos semanas habría una mini-maratón pro-beneficio del cáncer de mama. Sonreí, no había corrido nunca en una maratón, pues eran muchos kilómetros y no era yo de correr mucho, pero con una mini-maratón iba a probar para ver qué tal se me daba. Eso sí, tendría que practicar antes varios días y así no acabar con agujetas o con algún esguince o algo peor. Todo fuera por ayudar a seguir la investigación del cáncer de mama, que, si hubiera sido el de hígado, me hubiera dado igual. Hace falta dinero para investigar siempre. Al final, entregaría anónimamente cierta cantidad para ayuda extra, puesto que ya que lo tengo…

En eso pensé… ¿por qué no busco alguien que vaya a correr dicha carrera y me pego a él para que me ayude a prepararla?, sí. Sería lo mejor. Miré a mi alrededor y vi algunos que corrían por los diferentes caminos entre los jardines y buscando, buscando, ¿por qué no, una hembra de cuerpo curvilínea y mejores tetas?, le eché el ojo a un culo que me llamó poderosamente la atención. Se movían sus nalgas a un lado y a otro, que eran un primor.

Salí corriendo detrás de ella hasta ponerme a su altura.

. - disculpa, puedo hablar contigo un segundo.

. - ahora no puedo, necesito practicar.

. - solo es un momento.

Se paró y me miró de arriba abajo.

. - ¿qué quieres?, ¿ligar?

. - disculpa, me he equivocado de persona.

Me di la vuelta y continué al trote. La chica me salió detrás.

. - oye, ¿me haces parar y ahora me dices que no soy la persona que dices buscar?

. - busco una persona que me eche una mano para prepararme y correr la mini-maratón dentro de 15 días y tú no das el perfil. A la primera, ya estás presuponiendo cosas que no vienen a cuento –y seguí trotando, ella también-.

. - oye, perdona. ¿De verdad vas a correr esa mini-maratón?

. - desde luego para ligar no voy a matarme a correr. Para eso hay otros métodos menos cansados. Sí, voy a correr y nunca he corrido una, por eso quiero alguien que sepa de esto de correr y no pueda lesionarme por no hacer las cosas bien.         . - yo te podría ayudar. Pero tendría que cobrarte.

. - ¿tú que eres?, ¿profesora de mini-maratones para cobrar?, que es para una obra benéfica, leñe.

. - si no hay pasta, no hay entrenamiento. ¿Qué decides?

. - que no.

. - tú mismo. Abur –y se largó la tía-.

. - hay que joderse, ¿Dónde coño está la buena voluntad?

. - yo te ayudaré –oigo que dice alguien tras un banco. Lo que veo es una chica en zapatillas y ropa de correr-.

. - ¿tú también quieres cobrar?

. - sí, pero no.

. - explícate.

. - te ayudaré a llegar a tope a esa maratón.

. - mini-maratón.

. - lo sé, yo también correré ese día.

. - ¿tú que me vas a cobrar?

. - una mamada por cada día de entrenamiento.

. - ¿qué edad tienes?

. - ¿19?

. - ¿Por qué pides tal cosa, si cualquiera de los chicos de aquí se la dejarían mamar por la cara?

. - porque la tuya es más grande.

. - y claro, ya te has cansado de mamar pequeñas, ¿no es así?

. - eso es. ¿Hacemos trato?

. - no tan deprisa. Tú no estudias en la universidad. ¿verdad?

. - no lo hago. Vengo cuando me da la gana.

. - ¿y has corrido ya en alguna maratón o mini-maratón?

. - sí, la del año pasado y no me preguntes en que puesto acabé, pero acabé, eso sí.

. - ¿es eso verdad o es un cuento para chuparme la polla por nada?

. - es verdad y te lo puedo demostrar.

. - ¿sí?, ¿cómo?

. - mi nombre está en la lista de participantes del año pasado. La puedes mirar por internet si quieres.

. - de acuerdo. Si estás en esa lista y me ayudas a entrenar, conseguirás lo que quieres.

. - de puta madre. ¿Puedo mamártela ahora?

. - tú deliras. Primero confirmaré si es verdad eso de que estás en la lista. Y las mamadas serán cuando yo quiera y donde yo quiera, que no voy a ir por ahí enseñando la minga donde te dé la gana. Será al final de cada entrenamiento y debe ser cuando tenga un hueco o bien entrada la mañana, pues tengo una licenciatura que sacar.

. - yo prefiero por las mañanas. Tengo dicho en casa que salgo temprano para entrenar para la carrera. Me acompañas y matamos dos pájaros de un tiro.

. - me parece bien. ¿A qué hora te va bien a ti?

. - tiene que ser sobre las 6 de la mañana. Una hora de entrenamiento. Luego tengo que ducharme, desayunar e ir a clase.

. - me parece bien. A esa hora no hay mucha gente por las calles.

. - no hay nadie por las calles –recalcó la chica- entre las 06.30 a las 07.00 horas, que es cuando empieza a salir la gente.

. - como tú digas. Dame tu carnet para anotar tu nombre completo y mirarlo en internet.

. - no lo llevo encima, pero te lo puedo dar. Apunta…

. - no cuela. Quiero el carnet. Me puedes dar cualquier nombre que hayas visto en esa lista.

. - no estoy en esa lista.

. - ¿cómo dices?

. - que no estoy en esa lista, joder.

. - ¿y entonces para que toda esta historia?, me has hecho perder el tiempo.

. - necesito a alguien que corra junto a mí. Quiero correr esa mini-maratón, pero es muy temprano y tengo miedo de que me violen.

. - pues corre más tarde, cuando sea de día.

. - es igual de peligroso. Ya han violado a dos chicas que corrían solas y no quiero que me pase a mí.

. - ¿y eso de una mamada por sesión?

. - no lo iba a hacer. Solo era para que una vez corrieras conmigo, no te largaras. Se lo que os gusta una mamada a los tíos.

. - ¿y si te pidiera la mamada, que ibas a hacer?

. - salir corriendo –dijo sonriendo la muy mamona, nunca mejor dicho-.

. - eres de lo que no hay, tía. Mira, como me has caído bien, vamos a entrenar los dos juntos a esa hora. Te recojo y te dejo en tu casa, así no podrán violarte mientras estés conmigo.

. - ¿harías eso por mí?

. - no debería, pero lo haría. Al menos no tengo que pagarte nada, ni dinero, ni mamadas. Oye, ¿tampoco corriste el año pasado?

. - sí, pero no me apunté y solo llegué hasta la mitad. Se lo que hay que hacer para no tener agujetas. El año pasado compré un libro para novatos. Lo traeré y lo repasamos. Con hacer lo que dice allí, listo, ¿no te parece?

. - bueno, menos da una piedra. Empezamos mañana. Dame tu dirección. Ah, ¿cómo coño te llamas?

. - Carlota Bermúdez y vivo en…

Una vez me despedí de Carlota, me largué a casa. La barriga me estaba pidiendo algo sólido y estaba pensando en hacerme una tortilla de las mías, con papas, huevos, ajo y mucho perejil. En casa no estaba la colega pintora. Mejor que mejor. Miré si había algo de lo que necesitaba para hacer mi tortilla. Me faltaban varias cosas, por lo que volví a salir y comprarlo en la primera tienda que encontré. Una vez con la bolsa en la mano, regresé a la casa. La chica seguía sin llegar. Cuando la tortilla estaba casi hecha, oí la puerta, era ella. No dije nada y seguí con la tortilla. Venía con el portátil bajo el brazo. Se llegó a la cocina y lo puso sobre la mesa.

. - no ha habido manera.

. - ¿cómo dices?

. - ninguno de mis amigos ha podido ayudarme con el puto portátil.

. - lleváselo a una tienda de informática. Estarán encantados de arreglártelo.

. - y de cobrarme también. No estoy en disposición de gastar un dinero que no tengo. Estoy muy ajustada. ¿Aún sigues sin querer arreglármelo?

. - yo no dije eso, sino que, si querías que te lo arreglara, te despelotaras delante mío como estabas en el cuadro. Si lo haces, te meto mano.

. - ¿me metes mano?

. - al ordenador, mujer. Pero qué suspicaz estás.

. - ¿y me confirmas que lo podrás arreglar?

. - al ciento por ciento, no. Para eso, llévalo a profesionales.

. - ¿intentarás saltar sobre mí una vez desnuda?

. - no, otro día, tal vez, pero hoy ya he descargado en casa de una amiga. Me dejó seco.

. - no hace falta que des tantos detalles. Si es que es verdad.

. - no tengo por qué mentir. Simplemente he echado un polvo, no es nada del otro mundo, ¿no te parece?

. - de acuerdo, pero si me tocas un pelo, te denuncio y te llevarán esposados a chirona.

. - si sigues insultándome de esa manera, te lo va a arreglar tu padre, monina. Y para que veas que no soy tan malo, te pido perdón por mi comportamiento de esta mañana y te invito a comer de mi tortilla. No habrás probado ninguna como ésta en tu vida.

. - no tengo ganas de comer.

. - Si quieres que te arregle el ordenador de las pelotas, te comes la mitad de mi tortilla. Seguirás ahí sentada y nada de taparte, que me gusta mirar las cosas bonitas. ¿Hacemos trato o no?

. - vale, pero si intentas algo…

. - pero qué pesada. Que no eres mi tipo, mujer.

. - ¿no?

. - no.

Daba la puta casualidad de que la mesa de la cocina era de cristal transparente y claro, iba a ver maravillas desde enfrente. La tortilla ya estaba lista. La repartí entre dos platos. Le puse la mitad a ella y la otra para mí al otro lado de la mesa, con su cuchillo y tenedor correspondiente. Luego de la nevera saqué un par de refrescos y de la panera, un pan que repartí entre los dos. La chica se levantó y colocó el portátil en cierto lugar, recolocándolo más tarde. Luego se giró y comenzó a sacarse ropa, hasta quedar en sujetador y braguitas. Se giró hacia mí como si fuera a echarme atrás, pero yo, no dije ni pío y se giró de nuevo, sacándose el sujetador y las bragas. Corriendo, se sentó, tapándose los pechos y la vagina. Insufló aire a sus pulmones y respiró hondo. Apartó las manos y casi la vi sonreír, pues el chumino no podía vérselo al tener el portátil encima de la mesa de cristal.

Sonreí e intenté mirar, por un lado, pero no tuve tanta suerte, ella cerró aún más, de lo que las tenía, sus piernas.

. - no seas tonta. Ábrelas, que se vea bien.

. - serás…

. - mejor no lo digas y abre las piernas, coño.

Al final y cuando regresé a mi sitio, se sintió más segura con el portátil tapándole sus partes y lentamente, abrió las piernas. No veía una mierda, pero virtualmente, vislumbraba un mundo de pasiones allí abajo.

. - come mujer.

Yo ya tenía mi parte de la tortilla en mi estómago y estaba acabando con el refresco y el pan, luego me quedé mirándola. Sus pechos, antes vistos, y ahora ocultos por su mano izquierda, eran perfectos, pues miraban hacia arriba, algo inusual, pero bien hermosos. No había hecho trampas al hacerse su autorretrato, pues era tal cual, y no tenía cartucheras, ni se había agrandado los pechos. Sí, era buena pintora y aun me debía un cuadro. Poco a poco fue comiéndose la tortilla. Cuando dejó el plato limpio, respiró hondo.

. - ya he acabado, ¿puedo vestirme?

. - por supuesto, ya has cumplido. Solo queda por hacer una cosa, un cuadro de mi persona.

. - empezaré mañana, hoy no tengo muchas ganas, pues te odio por haberme hecho desnudarme y tengo ganas de arrancarte los ojos.

. - oye, que hicimos un trato. Ahora no me vengas con esas. Y lo de sacarme los ojos, mejor no lo hagas o seré yo quien te denuncie por violencia de compañera de piso.

No añadió más. Se tapó pechos y vagina, recogió la ropa y se fue a su habitación. Fregué los platos y demás utensilios y con el portátil bajo el brazo, cogí el cable de corriente y entré en mi habitación. Allí lo encendí y viendo lo que ocurría, supe por dónde podía entrarle al bicho aquel.

De nuevo entré en internet y bajé los programas adecuados, entre ellos, un Sistema Operativo nuevo y más actualizado. En casa tenía todos aquellos programas de hacker, pero como no iba a ir a casa a buscarlos, los bajaba de donde ya los había copiado antes. Sí, sabía lo mínimo de informática, pero no para meterme en otros ordenadores, para eso había que tener ganas de joder la marrana y yo no la tenía, mis intereses iban por otro lado.

Con los programas ya grabados, metí en el portátil de Anika, con k de kilo, el primero de ellos. Esta vez no había contraseñas que borrar, sino que el programa instalaría en la memoria RAM un nuevo Sistema Operativo bien pequeño, pero suficiente para poder trabajar con los archivos del disco duro. Cuando localicé la carpeta donde tenía los trabajos, los copié en un pendrive, pues eran bastantes y superaba al tamaño de los DVDs que tenía. Una vez copiados los trabajos y como buen aprendiz de hacker que era, le eché un vistazo al resto de archivos que tenía mi amiga Anika.

En la carpeta fotos había infinidad de ellas. Las había de su familia, supuse y de ella misma. Había una carpeta que ponía onrop, porno, al revés. Dentro estaba la foto del autorretrato y otras varias más. Se había hecho varias fotos estando desnuda, seguramente para usar la que mejor quedase en un cuadro. A fe mía que las había más calientes que aquella que había elegido. En el mismo pendrive copié la carpeta fotos y todo su contenido, así como el resto de carpetas que sabía que eran importantes para la dueña, pues iba a tener que formatear todo el disco duro para poder volver a instalarle un nuevo Sistema Operativo y empezar de cero con el portátil.

Para que no echara pestes de que lo había hecho en diez minutos, le iba a entregar el material rescatado al día siguiente y para confirmar que el material realmente no se había corrompido, copié el pendrive en mi portátil, comprobando que todo estaba okey, pues no es la primera vez que copio algo en un disco o pendrive, lo guardo y cuando lo quiero ver, dice que nanay de la china. Así que, con todo en orden, comencé a formatear el disco duro, haciéndole dos particiones. Uno para el sistema y otro para datos, sus trabajos.

El sistema que le metí fue el último que hay en el mercado. Pirata, claro. No iba a pagarles ni un duro a los yanquis. Una vez con el nuevo Sistema Operativo, operativo, valga la redundancia, le metí todo el material copiado en la partición datos en diferentes carpetas fáciles de identificar. Incluso le puse la que ponía onrop y que quería ocultar. Son las 5.45 de la mañana y estoy junto a la casa de Carlota. Hacía un frío que pelaba, pero, aun así, había ido en pantaloncito corto y camiseta blanca. Más abajo estaba Dámaso, mi escolta, dentro de su auto cuidando de mí, tan calentito él.

. - hola, llegas temprano –dijo la chica al asomar las narices por la ventana, pues era una casita terrera-.

. - mejor pronto que tarde. ¿Estás lista?

. - pasa, mi padre quiere hablar contigo.

Vaya, no me esperaba un sermón del padre de la chica. Carlota me abrió la puerta y entré. Me llevó a la cocina. El padre estaba tomándose un humeante café. Se puso de pie según me vio.

. - buenos días, joven.

. - buenos días, señor.

. - parece que va a correr la maratón de la universidad con mi hija.

. - sí, señor. Esa es la idea –no quise sacarle de su error diciéndole que era una mini-maratón, pues no venía al caso-.

. - ¿se va a comportar como un caballero con mi niña?

. - por supuesto, señor. Cuidaré de ella para que no le pase nada.

. - a estas horas de la mañana no la dejo salir nunca sola, tráigala a casa cuando terminen.

. - sí, señor. Eso ya lo íbamos a hacer.

. - bueno, ya está todo dicho. Puedes irte, hija.

. - gracias, papi –le dio un beso en la mejilla y salimos de la casa. El frío se me había quitado de golpe, ahora sudaba, aunque por poco tiempo, pues el frío pronto volvió a mi frente-.

Con un libro en las manos, trotamos hacia el parque, nuestra zona de entrenamientos. Cuando llegamos a uno de los bancos, nos sentamos muy juntitos y nos dimos calor el uno al otro sobándonos la espalda.

. - sí sé, que hacía tanto frío a esta hora, habría venido con pantalón largo y mejor abrigo.

. - y yo –dijo ella que iba en pantaloncito como yo y una camiseta verde, con algo de azul.

. - déjame el libro y veamos que pone.

. - ya lo estuve leyendo anoche. Tú has lo que yo.

Se puso de pie y se puso a hacer ejercicios de calentamiento. Yo copié sus movimientos y pronto empecé a entrar en calor. Cuando un rato después ya estábamos bien calentitos, corrimos sin prisa el uno al lado del otro. Cuando nos cansábamos, nos deteníamos y volvíamos a correr. En cada parada hacia ejercicios de estiramientos, según ponía en el libro de la chica. La hora pasó que ni me enteré y tuvimos que dar la vuelta. Cuando llegamos a su casa, descansé con una mano en la pared.

. - joder, otra como ésta y dejo las tripas por el camino.

. - la próxima vez verás que no te cansas tanto. Eso dice en el libro. Llévatelo y léelo, así te enteras de lo que dice.

. - sí, será lo mejor. Mañana a la misma hora, Carlota.

. - vale –la chica me dio un beso en una mejilla y entró en su casa sonriendo. Bufé por su atrevimiento, pero acabé sonriendo. Esta chica tenía unos ojos que me perdía en ellos si me despistaba. Marché al trote a casa, pues me había pasado de las siete y aún tenía que ducharme, desayunar e ir a clase.

Llegué a casa todo sudado, pese a que el aire aún estaba frío en la calle.

. - creí que ya te habías ido –dijo Anika en el lavabo limpiándose los dientes. Se había duchado y llevaba una toalla que le cubría todo el cuerpo-.

. - perdona, no sabía que estabas aquí. Espero fuera.

. - no hace falta. Ya me has visto desnuda, porque te vea yo ahora un poco, no te me vas a quejar.

. - hace tiempo que no me importa que me vean desnudo, aunque primero suelo echar un polvo con la que estaba delante.

. - una pena, porque lo que es conmigo, no vas a echar un polvo, ni nada parecido.

. - por suerte tengo donde echarlo y con quien echarlo, así que no te preocupes, conmigo en esta casa estarás más segura que en el Banco de España –cogí una toalla limpia y la colgué cerca de la mampara. Luego y sin darme la vuelta, me desnudé, entrando en el plato de ducha. Sin girarme, pasé la puerta y comencé a ducharme-.

Anika no había perdido detalle.

. - ¿sueles salir a correr tan temprano?

. - ¿cómo dices? –dije deslizando la puerta, dejando ver mis atributos masculinos-.

Ella tragó saliva y repitió.

. - ¿que si sueles salir a correr tan temprano?

Sin cerrar del todo la puerta y dándome la vuelta, le dejé ver mi trasero.

. - la verdad es que no, pero como voy a correr la mini-maratón de la universidad en pro de la investigación del cáncer de mama, estoy practicando, para al menos, acabar la carrera.

. - yo también corro en esa maratón.

. - mini-maratón.

. - sí, mini-maratón. Podemos correr juntos si quieres.

. - ¿ya no me odias como para sacarme los ojos por lo de ayer?

. - todavía quiero sacarte los ojos, pero menos.

. - me alegro de ello. Por cierto, el ordenador ya está reparado.

. - gracias. ¿Qué me dices de correr los dos juntos?

. - lo siento, pero ya medio contraté a una chica para que me ayudara, ella también corre ese maratón, mini-maratón.

. - donde corren dos, corren tres –insistió ella-.

. - no depende solo de mí, sino de que ella quiera también. Su padre me hizo prometer que cuidaría de su hija.

. - ¿qué edad tiene?

. – unos 19 años, y es una chica espabilada.

. - ¿y te deja su padre correr con ella a estas horas?

. - debo de tener cara de buen chico, pues me dio el visto bueno, no sin antes pasarme por la trituradora con un par de preguntas.

Una vez bien duchado, cogí la toalla y me sequé con ella. Luego me la puse en la cintura. Ella me hizo sitio en el lavabo. Cogí mi cepillo de dientes, eché dentífrico y ala, a limpiarme los dientes mientras la miraba de arriba abajo. Con la toalla parecía más apetecible que desnuda, cosas del morbo.

Ella se enjuagó la boca y me miró.

(Parte 15 de 30)

FIN