Soy un caballero y cumplo lo que prometo (12)

“Sólo tengo mis cojones y mi palabra, y no la rompo por nada.” Al Pacino, en El precio del poder, en 30 trozos.

SOY UN CABALLERO Y CUMPLO LO QUE PROMETO

(12-30)

ESCRITA POR:      SALVADOR MORALES

© Todos los derechos reservados

. - despierta, Pablo. Hora de levantarse, chico.

. - ¿eh?, ¿ya?, ¿tan pronto?

Quité la sábana y la puse a un lado. Ambos desnudos, esperé que dijera algo. Solo una sonrisa socarrona me dejó ver.

. - ¿qué coño haces en mi cama y en pelotas?

. - hacía frío y me dije, ¿por qué no calentarme un poco con Salvador?, luego me quedé dormido.

. - ¿y ya está?, tengo frio y me digo, me meto en la cama de mi colega y como yo estoy en pelotas, también se desnuda el tío. Oye, Pablo, ¿tú estás bien de la chaveta?, -el chico afirmó-. Pues no lo pareces.

. - me he enamorado de ti.

. - ¿de mí o de mi polla para hacerle fotos?

. - de los dos –dijo cogiéndomela con su mano izquierda-.

. - tú y yo tenemos que hablar muy seriamente. Suéltame la polla.

. - ¿puedo mamártela?

. - ¿en qué quedamos?, ¿Mamármela o fotografiármela?

. - ya te dije. Me he enamorado y quiero que me enseñes a mamártela como te gustaría que te la mamara y después, ya sabes…

. - no hables tanto y empieza, mamonazo.

. - gracias, gracias.

El tío se inclinó y se fue hacia mi polla. Comenzó a mamármela. Su polla veía que cogía consistencia y no podía tenerla tan abandonada, así que le cogí ambas piernas y abriéndoselas lo suficiente, comencé a comerme sus huevos primero, para después mamarle la polla. Con cada chupada de polla, crecía y crecía, como la mía misma.

. - dejemos de chuparnos las pollas y vayamos al baño ahora mismo –dije saliendo de la cama y cogiéndolo de la mano, hacia allí marchamos-.

Entramos en la ducha y lo primero que hice fue comerme su boca. El chico, novato el tío, apenas sabía besar, pero eso se aprende rápido. Luego le di una mamada que se la puse bien alta.

. - chico, ahora vas a meterme tu polla por el culo. Si te corres dentro, te tragas tu leche, sacándomela con la lengua, si no, me la das en la boca. Ahora disfruta, cabronazo.

Me di la vuelta y agachándome, me abrí de piernas. El tío, indeciso, no acababa de apuntar bien y no acertaba. Así que tuve que cogerle la polla y ponérmela en la entrada de mi ojete. Solo entonces me la enterró toda ella. No era una XXL, pero me servía perfectamente para disfrutarla.  Pablo se entregaba a joderme el culo y pronto los sudores perlaban su frente. Cuando la corrida estaba en camino, se salió y me invitó a tragar su polla, cosa que hice de inmediato, para luego sentir como me entregada la razón de sus huevos, su corrida. Cuando acabé con su polla ya no era ni eso, una polla, había quedado en nada. Después lo puse a mamarme la mía y cuando estuvo bien dura, Pablo se dio la vuelta y agachándose, hizo lo que yo, se abrió de piernas.

. - date la vuelta, anda. Aún no estás preparado para tragarte mi polla. Mámamela y trágate mi leche. En otro momento te romperé el culo, pero no ahora, ni aquí.

Pablo respiró hondo y volviéndose, me la mamó hasta que me corrí en su boca, tragando mi lechada no sin dificultad. Lo siguiente fue una comida de boca que lo dejé seco. Una ducha clásica a base de champú y salimos del baño bien secos de piel y de polla. Ya en mi habitación y mientras nos vestíamos, le hice una advertencia.

. - Pablo, una cosa que no debes olvidar.

. - ¿qué es ello?

. - ante los demás y me refiero ante todo el mundo, somos dos buenos amigos de cuarto y nada de amantes.

. - ¿será un secreto?

. - exacto. Si sabes guardar secretos, podrás seguir disfrutando de mi polla y yo de la tuya. Si sale de tu boca un desliz como mi amor, querido o esas sandeces cuando no estemos solos, en ese momento, cortaré contigo. ¿Lo tienes claro?

. - de mi boca no saldrá nada que diga que nos damos por culo.

. - bueno, de momento solo das por culo tú, pero todo llegará. Anda, dame esa boca tan rica que tienes.

Y me la dio. Fue una comida de boca que no tenía ganas de terminar nunca. Solo la hora que era fue el motivo que dejara de comérmela entera.

. - ahora vístete y desayunemos algo, que las clases no esperan por nadie.

. - ¿probaré esta noche tu polla en mi culo?

. - es posible. Depende si no he follado con nadie más.

. - ¿con quién?

. - ¿celos?, eso algo que no quiero ni oírte decir. Yo follo con mucha gente y cuando cualquiera de los dos quiera dejarlo, el otro no dirá nada, simplemente, se buscará a otro que se la meta por el culo y disfrute con ello. Así que déjate de celos y aprovecha cada momento. Con seguridad, pero aprovéchalo. Si te portas como un hombre, vas a hartarte a hacer fotos de culos, pollas, coños y tetas. Si te pones en plan celoso, te doy la patada y me quedo tan pancho, pues traeré a casa a amigos con los que follaré cuanto me dé la gana. ¿Lo tienes claro?, no quiero malentendidos y no quiero que te enamores de mí, simplemente disfruta de mí y conmigo, solo eso. Para enamorarte, hazlo de otro, no de mí, porque yo no lo haré de ti.

. - intentaré no tener celos de tus otras parejas, pero me será difícil, ya te dije que me había enamorado de ti.

. - igual que te enamoras de mí, desamórate de mí, también. Eso o lo vas a pasar mal. Ahora vístete, que me están entrando ganas de follarte aquí mismo.

Sonriente, se fue a su habitación. Una vez ya vestido, hice café, que tomamos los dos con un poco de leche.

La presentación del curso era como siempre, un coñazo. Pasamos toda la mañana de discursos en discurso. Vamos, que el director y su troupe se tiraban los pedos más grandes que sus culos con frases rimbombantes de futuros científicos, profesores de alto nivel, etc., etc. Vamos, una fábrica de parados, como siempre ha sido. Le salva la incertidumbre y ahí no entraba yo, pues tenía el futuro asegurado, sacara o no las carreras de arquitectura y empresariales, pues el dinero todo lo podía, pero si las sacaba, no sería por dinero, sino por mis cojónicos méritos.

Ella estaba allí, pero no intenté acercarme. Estaba con amigas y unos cuantos guaperas con pasta que se veía a la legua que no iban a estudiar precisamente. Algún que otro soborno aquí y allá y te daban el diploma como si tal. El dinero, siempre el puto dinero. Más de una vez nos cruzamos las miradas, pero tanto ella, como yo, desviábamos la vista del otro. Suerte que las presentaciones se hacían en el gimnasio y no íbamos a coincidir en ninguna de las clases, pues enfermería y arquitectura o empresariales, no tenían nada en común o eso esperaba.

. - necesitamos alumnos para incorporarse al equipo de rugby de la universidad, los que quieran presentarse, hablar conmigo y serán seleccionados para el equipo –dijo un alumno ante el micrófono. Se me heló la sangre, aquella voz no la iba a olvidar en mi puta vida. Era la del tipo aquel enmascarado que me apalizó junto con dos más, los enviados por el padre de Marisol. Ya tenía una voz a la que poner una cara. Ya te tengo, hijo de la gran puta-.

Una vez dejado el micrófono, lo seguí con la vista. Hablaba y reía junto con dos más, posiblemente los otros dos, pero de esos no estaba seguro, así que me centraría en el de la voz. Mira, por una vez me iba a hacer necesario la ayuda de mis escoltas, al cual vi entre la multitud de alumnos. Le hice una seña imperceptible y salí del gimnasio y me fui al baño. Revisé las diferentes cabinas y no había ni Dios. Al poco entró el escolta.

. - ¿me llamó, jefe?

. - no me llames de jefe aquí, hombre. Dime tío, colega u otra cosa.

. - sí, señor. Digo, tío.

. - dejemos eso de momento. ¿Has visto al alumno que pidió jugadores para el equipo de rugby?

. - sí, claro.

. - pues tengo una cuenta especial con ese mamón. Quiero su historial lo antes posible, sobre todo donde para fuera de la universidad. Quiero tener unas palabras a solas con ese cabronazo.

. - ¿quiere que le partamos una pierna?, ¿un brazo?, lo que sea, jefe, digo…

. - déjate de coñas. Cuando tengas la información que te he pedido, buscad un sitio tranquilo donde hablar a solas los dos, pero antes quiero que lo asustéis y se mee patas abajo, pero sin hacerle mucho daño, no quiero que le rompáis nada.

. - entiendo, un susto para que se mee encima.

. - más o menos. Necesito que pueda hablar para grabarlo, luego lo soltáis y que se busque la vida.

. - como quiera, colega.

. - eso, ahora sal de aquí a no ser que quieras echar una meada.

. - vengo meado de casa, señor, digo jefe, joder. Tío, eso es.

. - ¿a ti también te aburre el sermón de cada inicio de sesiones? –oigo que me dicen detrás de mí en pleno jardín, pues había salido a coger un poco de aire-.

Miré por encima de mi hombro y allí estaba una de las mujeres más feas que me había tirado a la cara. Debía de ser una profesora nueva, pues no recordaba haberla visto el curso anterior, aunque con lo grande que era la universidad, no me extrañaría que no fuera nueva.

. - sí, la verdad que sí. Siempre lo mismo. ¿Es profesora?

. - no, quita. Soy la esposa del vicedirector Corbacho.

. - ¿y qué hace aquí?

. - busco a alumnos que quieran…

. - ¿que quieran qué?

. - …una mascota con la que jugar.

. - ¿y usted es esa mascota?

. - así es. Soy fea, no voy a negarlo, ¿pero me has visto bien? –Se señaló el tetamen-.

. - desde luego, tiene un cuerpo cañón.

. - exactamente. ¿No te gustaría tenerme en exclusiva este año en tu cama?

. - ¿en exclusiva?, se olvida de su marido.

. - ¿por qué cree que busco chicos que me alimenten sexualmente? Mi marido no puede dármelo.

. - ¿y qué dice su marido al respecto?, eso de que le pongan los cuernos a uno, no debe sentarle nada bien.

. - tengo su permiso. Este año será el primero en que pruebe sangre joven y veremos si funciona. Si funciona, lo haremos cada año. Yo follo y mi marido, mira.

. - ah, ¿pero disfruta mirando como su mujer folla o se la follan?

. - así es. Ya que no puede por sus problemas de próstata, se conforma con mirar. ¿Te gustaría ser ese alumno que disfrutara de mi cuerpo?

. - y usted del mío, claro.

. - no lo niego, los dos disfrutaríamos.

. – sería con una condición.

. - ¿qué condición?

. - tengo un amigo, con el que convivo aquí en el campus. El chico es fotógrafo de penes y vaginas.

. - ¿penes y vaginas has dicho?

. - eso es. Si quiere que usted y yo follemos y, además, con mi amigo, si lo desea, deberá dejar a mi amigo que nos fotografíe nuestras partes nobles, mientras follamos.

. - no, que luego aparezco en internet.

. - solo aparecerán nuestros genitales. Los míos ya los tiene bien vistos, pero está buscando unos femeninos. ¿Hacemos trato?

. - ¿no aparecerá mi cara en ningún sitio?

. - por supuesto. Antes de que les meta mano a las fotos para editarlas, yo mismo, porque no me interesa que mi propia cara aparezca en internet, borraré las que no me gusten porque puedan identificarme. Así, que no, no aparecerá en ningún sitio nuestras caras. Solo le fotografiará sus genitales y las tetas, mientras nos damos gusto los dos.

La mujer se lo estuvo pensando unos segundos.

. - y dice que también me lo podré…

. - si le gusta al chico darle polla, sí. Eso depende de él. ¿La espero esta noche?

. - vale. Dame la dirección…

Le di la dirección y la anotó en su móvil. Luego…

. - me gustaría probar el género, si no le importa -le dije descaradamente-.

La mujer sonrió como lo que era, una jodida zorra ávida de polla joven.

. - hay un cuarto para las herramientas de jardinería. Allí, en aquella puerta.

. - ¿estará abierta la puerta?

. - mi marido me ha dado una llave universal y abre la mayoría de las puertas. Esa también la debe de abrir.

. - pues vaya allí. Cuando entre, iré yo. Y no le diga a su marido nada. Cuando tenga ganas de follármela con él al lado, ya quedaremos para ello.

. - sí, claro. ¿Entonces vamos a follar durante este año?

. - las veces que pueda, que no es la única con quien follo y de paso me voy a follar a su marido también, aunque eso aún el vicedirector no lo sabe y no le diga nada.

. - no, nada le diré. Le espero entonces.

Me senté de nuevo y con el rabillo del ojo la vi meter la llave en la cerradura y perderse allí dentro. Dejé pasar unos segundos y me levanté. Directamente me fui hacia el cuarto de las herramientas del jardín. Cerré tras de mí y me fui directamente hacia la mujer más fea del mundo. Botón a botón la dejé sin camisa. Luego abrí el broche del sujetador y allí estaban los pechos más blancos que me había echado a la boca nunca. Sonreí y metí mis labios en aquellos enormes pezones que me dio un gusto mamárselos. Luego y sin dejar de mamarla, le metí mano bajo sus bragas por delante. Estaba súper mojada y cuando mis dedos se le introdujeron en la chichi, gimió como una gatita.

. - bájese las bragas.

Obedeció al momento. Luego la hice inclinar y exponerme el culo. Le pasé la mano por su trasero, empezando por su vagina y terminando por su ojete anal, para luego meterle varios dedos en su culo. Ella gimió.

. - gírese y bájeme la bragueta y mámeme la polla. Luego se da la vuelta y se abre bien el culo, pues me la voy a follar ahora mismo.

. - sí, sí, por favor –fue lo que dijo la muy zorra-.

Con una mamada de una señora tan fea, pero muy profesional, me la dejó bien tiesa. Luego se dio la vuelta y abriéndose de nalgas, se la enterré y disfruté de mi nueva adquisición culera. La muy puta era insaciable y gemía con cada clavada. Sin duda había mentido y no era la primera vez que hacía aquello de coger un alumno y follárselo todo el año escolar, pero eso me importaba una mierda, solo esperaba que no me pegara nada. Cuando me harté, la puse a mamármela y en su boca, me corrí de puro gusto. Cuando me la dejó bien escurrida, me la guardé y agachándome, me tomé aquel zumo de zorra que sabía tan ricamente, para disfrute de mi puta particular.

. - ahora saldré yo, hágalo dentro de un minuto usted. Pero antes deme su teléfono, se me olvidó pedírselo.

. - de acuerdo, pero por favor, que no salga mi cara, ni mi nombre -dijo anotándome su número de móvil-.

. - eso se lo garantizo.

Le di una hora avanzada para que no la vieran deambular por el edificio. Cuando lo supiera Pablo, se pondría la mar de contento, o eso esperaba.

. - No la puedes tener guardada ni un segundo, ¿verdad?

. - la madre que te parió, vaya susto –dije al ver de repente a Isa aparecer junto a mí- joder, tío-.

. - hola Salvador, ¿qué haces con esa puta?

. - ¿la conoces?

. - me follo a su marido delante de ella.

. - la leche. ¿Sabes lo que quiere de mí?, lo mismo, pero follar con ella delante de su marido.

. - ya lo supuse y ya has empezado, pero sin su marido.

. - ¿son limpios esos dos?

. - sí, eso sí, no voy a negarlo. ¿Vas luego por casa?

. - no tenía pensado ir hoy. Oye, ¿qué te parecería follar en mi nueva casa y dejar que mi colega nos fotografíe?

. - ni loco. ¿Se te ha ido la olla?

. - el chico tiene una afición, fotografiar pollas, tetas, culos y coños. No saldrá ninguna cara de nadie.

. - vaya afición rara, la verdad. ¿Y eso da de comer?

. - algo dará. Si no, ¿quién habrá hecho las fotos de esas partes que hay en internet?, las hay a miles y nunca sabes a quién pertenecen. ¿Te apuntas?

. - ¿es marica tu amigo?

. - está aprendiendo el oficio.

. - ¿cual?

. - ése, el de marica. Ya me la ha clavado, yo a él aún no. A lo mejor quieres estrenarlo.

. - ¿me dejarías estrenarlo?

. - claro, ¿para qué son los amigos?

. - ¿y se dejará desflorar por un desconocido?

. - si se lo pido yo, seguro o se queda sin mi polla para seguir fotografiándola. Además, esta noche va a ir mi puta particular, la mujer del vice y allí el chico le fotografiará el coño cuantas veces quiera. Mi compañero sabe que conmigo se va a hinchar a hacer fotos de lo que le gusta.

. - Me apunto, entonces. ¿No irás a obligarme a follar con esa puta?, no lo hago en su casa y no quisiera hacerlo ahora en la tuya.

. - no harás nada que no quieras. Estaba pensando en ponerle una capucha en la cabeza.

. - ¿de qué te iba a valer?, ya sabe a lo que va. A follar y a que la fotografíen su coño.

. - te reconocerá.

. - también será una sorpresa para ella y quiero ver la cara que pone cuando me vea jodiendo contigo.

. - entonces no hay más que hablar, pásate a última hora por casa, que la vamos a liar parda.

. - ¿llevo a Clara?

. - ni se te ocurra, ya la llevarás otro día si se tercia, pues estoy pensando que el chico amplíe su temática a miembros cortados, como la misma Clara, pero no sé si colará. En fin, déjala de momento en casa.

. - ¿sabes que se me ha puesto dura por tu culpa?

. - pues dile a Clara que te la deje fina, pero ven esta noche bien cargado, ya sabes que no me canso de mamártela y tenerla en mi culo.

. - ¿y no podríamos ir a ese cuarto donde has estado recientemente con la puta de Manuela?

. - ¿se llama así?, no lo sabía. Pero no, la llave la trajo ella y yo no tengo una mierda.

. - una pena. Te dejo entonces. Un beso donde más te gusta.

. - otro para ti.

Tenía hambre y para ser el primer día, me iba a dar el gusto de comer en un restaurante cercano. Era coqueto y no muy grande. Cuando vi en el menú sopa de pollo con fideos y mariscos, quise probarla, pues con mariscos no la había probado en mi puta vida. Cuando llegó el humeante plato, olía que alimentaba. Casi me corro encima, de lo bien que olía aquel plato, sobre todo a mariscos, que, aunque no era un fan, me gustaba su olor tanto como el chumino de cierta hembra. Cuando iba por la mitad, ya había adoptado aquel restaurante y este plato en particular. Pero no todo iba a salir bien en mi comida y era una discusión un par de mesas más allá entre una joven entrada en carnes con ropa algo defectuosa en sus hombros y supuse yo, el dueño del restaurante.

. - haga el favor de abandonar el restaurante, señorita. No somos una ONG.

. - por favor, le pagaré fregando lo que coma.

. - no insista, por favor. Vaya dos calles más abajo. Allí está Cáritas dando comida a los sin techo.

. - ya he ido y está completo. Llevo dos días sin probar bocado.

Aquella conversación me estaba quitando el apetito y no quería, pues era la mejor sopa que me había comido en lustros. Así que le hice una señal al que hablaba con la chica.

. - disculpe señor que tenga que ver y oír esta discusión con la señorita -dijo el dueño, disculpándose-.

. - mire, es la mejor sopa que me he tomado nunca y quisiera seguir tomándomela. Mande a la chica a esta mesa y sírvale más de lo mismo. Así los dos podemos comer tranquilos. Yo le pago la suya.

. - como usted quiera señor. Pero es una mendiga que…

. - es igual, mándela, por favor.

El hombre asintió y le pasó mi petición a la chica, aunque no había que repetirla, pues la chica no era sorda, ya que estaba solo un par de mesas más allá. Ella se levantó y con algo de timidez natural, vino hacia mi mesa. Me levanté y muy galantemente, le moví la silla antes de sentarse.

. - gracias -dijo mirando a la sopa que tenía a medias-.

. - hola, guapa. Me llamo Salvador. ¿Y tú?

. - Patricia.

. - hola Patricia. Te he pedido lo mismo que yo, a no ser que quieras otra cosa.

. - no, está bien. Huele muy bien. Siento estropearte la comida.

. - más lo sentirá mi bolsillo, pero no te preocupes por eso ahora. ¿Es verdad que llevas dos días sin comer?

. - sí, es verdad.

. - pues con ese cuerpo serrano tuyo, no comer ni un día, debe ser la ostia de duro.

No llegó a responderme, pues la cara se le volvió oscura y corrió al baño. Iba a arrojar la chica. La comida llegó y se le puso en su lado, junto con lo demás, pan y refresco. La tal Patricia llegó con cara demacrada.

. - lo siento.

. - no te preocupes, es por la impresión de ver un plato tan sabroso como éste, seguro.

No dije nada más, pero cuando le vi la mano derecha sucia, no pude evitar frenarla en su intento de comenzar a comer.

. - perdona, ¿pero no deberías lavarte antes las manos?, te vas a intoxicar.

Se miró las palmas y volvió a poner esa cara de vergüenza que no podía con ella.

. - lo siento.

Se levantó de nuevo y se fue al baño, para salir un minuto después. Me enseñó las manos limpias y asentí.

. - es por tu bien.

. - lo sé. ¿Ya puedo…?

. - claro, mujer.

Y vaya si podía. Se tomó toda la sopa antes que yo y eso que iba por la mitad con la mía.

. - ¿otro plato?

. - ¿puedo?, ¿no será mucho para tu bolsillo?

. - a no ser que te comas toda la carta, podré pagarla. ¿Otra cosa diferente?

. - no, más de lo mismo. Está muy bueno.

. - eso es verdad –hice una señal y pedí otro de sopa de pollo con mariscos- ¿estás sola?

. - aquí en la ciudad, sí.

. - entonces tienes más familia.

. - sí, en mi tierra, Burgos.

. - ¿y cómo no estás con ellos?

. - allí no había trabajo para mí y por lo visto, tampoco aquí.

. - ¿dónde vives?

. - aquí, allá. Donde puedo.

. - ahora entiendo que no hayas comido en días. ¿Quieres que te ayude?

. - ayudar, ¿cómo?

. - aquí donde me ves, tengo contactos y puedo ayudarte a tener un empleo. ¿Qué sabes hacer?

. - Tengo el diploma de secretaria. No lo he usado aún, pero lo tengo.

. - perfecto –me callé pues había llegado el plato de la chica. Una vez se fue el camarero, proseguí- te ayudaré entonces-.

. - ¿a cambio de qué?, ¿sexo tal vez?, no soy una puta. Prefiero morirme de hambre.

. - ¿alguna vez has conocido a alguien que haga algo porque sí, sin esperar algo a cambio? –casi me meo de risa por lo que estaba diciendo-, pues ése, soy yo-.

. - no, nunca he conocido alguien así por la sencilla razón que no existe y seguro que quieres follarme por un plato de sopa.

. - es lamentable que digas eso sin conocerme. En fin. Yo ya he terminado, tú sigue con el plato. Pagaré tu consumición y me iré como he venido, solo.

Me levanté y fui hacia el mostrador. Pagué lo consumido por la mesa y salí del restaurante.

. - Espera, por favor –me frené. Patricia venía hacia mí. Su ondular de pechos me obnubiló la vista, hasta que la tuve a mi lado- perdona, he sido una desconsiderada al desconfiar de ti. ¿De verdad puedes darme un empleo?

. - al menos lo intentaré, pero creo que sí.

. - acepto.

. - has llegado tarde. Tenías que haber aceptado cuando te lo ofrecí. Ahora…

. - por favor. Tendremos sexo, si es lo que quieres.

. - ¿otra vez insultándome?, te dije que te ayudaría sin pedir nada a cambio.

. - perdona de nuevo.

Me la quedé mirando y ella a mí. Al final cedí, como siempre que me ponían aquella cara de no haber roto un plato.

. - está bien, pero deja de desconfiar con cada cosa que digo, joder. Anda, vuelve y termina el plato. Te espero en ese parque. No tengas prisa.

. - no, si ya no tengo más hambre –dijo ella más bien por si me largaba-.

. - no me hagas reír. Te comerías dos platos más si pudieras, entra y no digas más tonterías. Luego te darás una ducha, hueles que apestas.

Iba a decir algo, pero se abstuvo y entró. Yo me fui hacia el parque, ante la atenta mirada de la chica, que se había cambiado de sitio para verme ir hacia el parque. Se olió los sobacos y verdaderamente, olía a diablos endemoniados y se avergonzó de ello, pero poco podía hacer al respecto, pues no tenía ni donde caerse muerta. No tardó mucho. Seguro que comió a toda prisa. Bueno, era igual. Solo esperaba que no me arrojara encima la sopa.

. - ya estoy aquí.

. - sí, ya lo veo. ¿Cuándo te lavaste por última vez?

. - no me acuerdo. Sería…

. - déjalo, déjalo. Te vienes conmigo a mi cuarto de la universidad, pero antes pasamos por una boutique que esté abierta a estas horas del mediodía. No puedes volver a ponerte esos harapos después de ducharte como Dios manda. ¿Tienes ropa, aparte de la que llevas puesta?

. - me la robaron unos cabrones que querían violarme en el metro.

. - entiendo. Entonces tendré que comprarte ropa por partida doble. Pensaba prestarte algo mío, pero no te iba a caber y más con ese trasero y esos pechos tan… tan…

. - ¿grandes?

. - no, hermosos, iba a decir.

. - sí, ya. Las gorditas no tenemos nada hermoso.

. - que te crees tú eso. Tengo un par de amigas que…, bueno, dejémoslo. ¿Qué talla de sostén y bragas usas? ¿XXL?

. - no te pases, ni que pesara doscientos kilos. Solo tengo 20 kilos de sobrepeso. Oye, ¿tienes tanto dinero para pagarme la sopa y encima, ropa?, ¿quién eres?, ¿un rico que no quiere que se sepa?

. - no, un idiota al que le has caído bien, nada más. Me costará reorganizarme económicamente de nuevo, pero no importa, no todo va a ser dinero en esta vida. Mira, allí hay una tienda con trapos de mujeres. ¿Entras y lo compras tú?, me da no sé qué cosa comprar bragas y sostenes.

. - mejor no. Huelo que apesto, como has dicho antes. Será mejor que te apunte mis medidas, así irás a tiro hecho. Yo esperaré fuera.

Saqué un bolígrafo y en un cartón que encontré en una papelera, fui apuntando las medidas de sus ropas.

. - ¿no necesitas tampones, compresas y cosas de esas?

. - ya sería pedirte demasiado.

. - ya puestos... ¿Tendrán de eso ahí dentro?

. - no lo sé, pregúntales.

. - veamos, dame medidas de esas cosas.

. - vas a saber más de mí que mi madre.

. - solo me quedaría ducharte también. Suéltalo ya, que me estoy arrepintiendo de mi buena obra del día.

Patricia se dio prisa, no me diera la vuelta y desapareciera corriendo de allí. Una vez con el papel completo, entré. No vi a nadie por la tienda. No era muy grande, pero parecía tener de toda la metralla que se ponían las tías. Pulsé el timbre del mostrador y me llegó una voz que no me era desconocida.

. - ya voy, ya voy –se presentó ante mí y no fue capaz de abrir más la boca. Se había quedado muda de repente-.

. - mierda, ¿qué coño haces tú aquí?, te hacía con tu papá o en la clínica cosiendo heridas en los huevos.

. - el que faltaba…

. - ¿ahora te dedicas a vender trapos?

. - ayudo a una amiga que tuvo que ir al médico. Y tú qué haces aquí, no vendemos ropa de cabrones.

. - gracias por lo que me toca, no es para mí. Es para una amiga. ¿Me despachas o me voy a otra tienda?

. - ya que estás aquí, suéltalo.

. - es para una amiga rellenita. Necesito un par de conjuntos. Algo que hasta tú te pondrías, pero de medidas ajustadas a la tuya, claro. Quiero faldita, camiseta, sostén y braguitas de seda. Te dejo a elegir. Que esté preciosa, va a ejercer de secretaria en un elegante edificio y quiero que vaya bien guapa, vamos, como ahora vas tú.

. - ¿tienes pasta para ello?, te saldrá por un ojo y parte del otro y no puedo hacer regalos, esto no es mío.

. - ¿te vale con esta tarjeta?, es un regalo momentáneo de un amigo.

. - ¿tienes una tarjeta oro?, ¿la has robado, acaso?

. - tu sigue insultándome y me voy a otra tienda. Como verás está a mi nombre. No es que tenga mucho dinero, pero para pagar la ropa, habrá.

. - te la cogeré por mi amiga, que si no…

. - sí no, ¿qué?

. - no, nada. Necesito las medidas, ¿te las sabes?, claro que sí, te la habrás pasado por la piedra, supongo.

. - encima celosa. Fuiste tú quien eligió ponerse del lado de tu viejo y no del mío.

. - siempre me pondré del lado de papá antes que de un descerebrado como tú.

. - aún no he terminado con tu padre, un día se las verá conmigo y espero que tu estés delante ese día, verás lo que se aprende cuando a uno le dan patadas en los huevos. Bueno, dejemos el pasado en paz, ya nos veremos en el futuro. Las medidas son… -le di las medidas de Patricia- ah, también necesitaré esas cosas de higiene íntima si tienes, si no, iré a un súper-.

. - no te preocupes por eso. También tenemos. No mucha cantidad, pero algo encontraré. ¿Tienes los tamaños?

. - será mejor que tomes el papel, no voy a estar diciéndote el tamaño de tampones y demás cosas que os metéis las tías.

. - pero bien que nos queréis meter vuestras cositas.

. - serás cabrona. Devuélveme la tarjeta, que aún no he comprado nada –me la devolvió-, me sentaré en esa silla, no tengas prisa, tengo todo el día-.

. - tu padre –oí que decía bajito la tal Marisol-.

. - que te he oído –dije riendo-.

Marisol estuvo por toda la tienda recopilando la ropa pedida. Esperaba que no me hiciera una putada con alguna prenda. Una vez con todo dentro de varias bolsas, llegó la hora de pagar. Le entregué la tarjeta y pasó la maquinita. El importe no era moco de pavo.

. - ¿no habrás engordado la factura? –dije para joder-.

. - ¿por quién me has tomado?

. - aún no lo sé. Si alguna prenda no le sirve, vendrá ella a devolverla y espero que no la trates como a mí o me enfadaré.

. - ¿te vas a casar con ella?

. - no, no me voy a casar con ella. Me voy a casar contigo, aunque eso tú aún no lo sabes –y me largué, dejándola con la boca abierta y sin saber qué decir-.

Cuando Patricia me vio salir tan cargado, se sorprendió.

. - cuantas bolsas. Te habrás dejado una pasta ahí dentro.

. - pues así es. Espero que seas una buena secretaria, pues tendrás que hacerme un préstamo cuando cobres.

. - te daré la mitad cada mes y poco a poco te pagaré la ropa que me has comprado. Déjame ayudarte llevando algo.

Marchamos hacia la universidad y entramos en casa. Pablo estaba en su habitación editando unas fotos.

. - ¿eres tú, Salvador?

. - sí, vengo con una amiga.

Pablo se levantó de su asiento y se fue hacia el salón y vio a Patricia.

. - hola, soy Pablo.

. - hola, soy Patricia.

. - Patricia se va a quedar a ducharse. Tú sigue con lo tuyo.

. - vale –dijo mirando la ropa tan sucia y estropeada de Patricia-.

. - ¿algo más, Pablo?

. - no, nada más.

. - pues largo. Patricia, dejaremos las bolsas en mi habitación y la usarás para cambiarte, pero primero date una larga ducha y no tengas prisa. Nadie te molestará, ¿verdad, Pablo?

. - no, claro que no.

Una vez la ropa en mi habitación, acompañé a Patricia al baño.

. - aquí tienes toallas, algunas de ellas bien largas para cubrirte cuando salgas. De aquí sigues a mi habitación y listo. Solo te tengo que pedir un favor.

. - dalo por echo.

. - vas a quedarte con nosotros un par de días hasta que te encuentre un alojamiento, pero esta noche necesito que no estés en casa, pues no contaba contigo y tengo una reunión importante y no puedes estar.

. - entiendo. ¿A dónde puedo ir?

. - te dejaré algo de dinero para que vayas al cine o donde quieras. No podrás volver hasta digamos la una de la noche. ¿Puede ser?

. - claro, sin problema. ¿Dónde dormiré después?

. - en mi cama, claro.

. - ¿contigo?

. - no, yo dormiré con Pablo.

. - ah, entiendo. Entonces, si no te importa… -dijo como para que me largara y poderse desnudar y meterse en el baño-.

Salí y cerré tras de mí. Pablo seguía en la puerta de su habitación.

. - lo he oído todo. Primero, ¿quién es esa chica? y dos, ¿qué reunión es esa antes de la una de la noche?

. - entra, hablaremos dentro –lo llevé dentro y cerré la puerta tras de mí. Luego me senté en el borde de la cama- esa chica es una chica que he conocido no hace nada. Le estoy haciendo un favor, nada más. Lo de la reunión, era una sorpresa, pero voy a revelártela y no se la cuentes a la chica, ¿estamos?

. - sin problema. Suéltalo.

. - esta noche vendrán dos personas, una dama y un caballero. Con ambos voy a follar y a ambos les puedes sacar fotos de donde más te guste, menos de sus caras. Tienes su permiso. La mujer es fea de cojones, pero el resto de su cuerpo, lo tiene perfectamente, si lo sabré yo, que ya me la he follado. En cuanto al hombre, él y yo ya hemos follado cantidad y la tiene bien venosa, que te entra que es un primor. Será él quien te desflore esta noche.

. - ¿un desconocido me va a desvirgar?, ah, no. Eso no…

. - es un desconocido para ti, pero como te he dicho, no para mí. Es uno de los mejores enculadores con los que me he topado y te hará un hombre con delicadeza, pues es muy delicado. Verás que tiene una polla de lo más fotografiable. Hazme ese gusto, vamos, por favor. Le prometí tu culo.

. - Salvador, prefiero que seas tú quien me des polla y me desvirgues, y no un desconocido para mí.

. - Isaac, que así se llama, es un buen hombre e intentará no hacerte daño. ¿Qué más te da que polla te metas por el culo?

. - ¿y dices que tiene una polla muy venosa?

. - ya la verás. Es una maravilla mamársela.

. - vale, pero tú vigila, que no me haga mucho daño.

. - descuida. En cuanto a la mujer, es una jodida zorra que le gusta follarse a jóvenes como nosotros, y quiero que te la folles también.

. - ¿pero yo no era marica?

. - se puede ser de todo en esta vida. Vamos, como yo. ¿O no prefieres saber a qué sabe un culo de mujer?, si lo prefieres así, no te la folles.

. - ¿y si pruebo?, solo por probar un poco.

. - éste es mi chico –le dije acercándome su boca y besándosela-.

Un rato después y mientras veía televisión en el salón, Patricia pasó del baño a mi habitación en una toalla que la cubría todo el cuerpo. Continué viendo la televisión, hasta que me llamó Patricia desde dentro de la habitación.

. - Salvador, tengo un problema.

. - ¿qué sucede?

. - ¿puedes venir un momento, por favor?

Me levanté y entré en mi habitación. Ella seguía con la toalla alrededor de su cuerpo.

. - ¿puedes cerrar, por favor?

. – claro. Dime, ¿qué pasa?

. - esto –y se dejó caer la toalla al suelo-.

. - la ostia puta, pero qué coño…

. - ¿no es cosa tuya?

. - no, te lo juro. La madre que la parió.

. - ¿por qué lo dices?

Allí tenía a una Patricia en sujetador y bragas, pero con una pequeña diferencia a lo que habitualmente se supone que cubría estas prendas y era que no cubrían apenas, pues los sujetadores tenían círculos del tamaño de una naranja donde se suponía que tapaba los pezones y claro, se veían pero que muy bien. Algo similar en las bragas, tenía un gran boquete que dejaba ver el chumino en todo su esplendor.

. - será cabrona la tía. Lo siento, Patricia. La dependienta y yo ya nos conocíamos de antes, aunque no sabía que trabajase allí. Se ha vengado de mí dándome ropa con esos agujeros, como si fueras una masoquista de esas de látigo y capucha. Quítatelo todo y lo cambiaré ahora mismo.

. - ¿quieres que te acompañe?

. - prefiero que no oigas las palabras que pienso soltarle. Te espero fuera.

. - no es necesario. Ya te oí hacer el amor con tu amigo.

. - tienes buen oído, pues intentamos que no pasara de la puerta.

. - pues no lo conseguisteis. Ayúdame, por favor.

Se dio la vuelta y le desenganché el sujetador. Luego ella se lo sacó como si tal, ofreciéndome el panorama de sus grandes mamas que casi salto sobre ella. Luego se apoyó en mi hombro y se sacó las bragas. Respiré hondo y resé un padrenuestro o iba a caer en el infierno por follármela allí mismo.

. - tendré que ponerme la ropa sin sostén, ni bragas. ¿Te importa?

. - no, por favor, así estarás más fresquita.

. - gracias.

Una vez se puso la blusa y la faldita, se dio la vuelta.

. - ¿cómo me queda?

. - cómo los ángeles. Estás bien hermosa.

. - gracias de nuevo.

. - voy a la boutique de inmediato. Puedes ver la televisión, si quieres.

. - de acuerdo y gracias por lo que estás haciendo por mí.

. - de gracias, nada. Acuérdate que tendrás que hacerme un préstamo.

. - eso está hecho –dijo besándome en los labios y sonriendo- gracias, muchas gracias, Salvador.

. - vuelvo enseguida.

Con la bolsa con las dos bragas y los dos sostenes con agujeros, marché a la boutique. Ella seguía tras el mostrador. Esperé a que se fueran un par de hembras. Marisol me miraba y sonreía, la muy cabrona. Cuando al fin se fueron, puse la bolsa sobre la mesa.

. – a ver si tienes cojones de ponértelos tú –dije sacando las prendas- ¿te crees muy graciosa?

. - ¿no le gustaron a tu amiga?

. - prefiere estar si ropa interior, que ponerse esto. A ti te quedaría de miedo. Si no fuera un caballero, te las hacía poner y te haría correr por las calles como hacían con las brujas en la edad media. Cámbiamelas por las correctas y no me toques más los cojones, que, entre tú y tu padre, ya me tenéis harto. Y olvida lo de casarnos tú y yo.

. - no, olvídate tú. Nunca me casaría con alguien tan capullo como tú –dijo cogiendo las prendas y devolviéndolas al estante en que estaban, luego cogió dos juegos que no tenían agujero alguno y me las metió en la bolsa, que me tiró a la cara-.

. - ahora voy a divertirme con mi amiga. Tú vete con tus amigos y diviértete también –me di la vuelta y di un par de pasos-.

. - espera, Salvador. No te vayas, por favor.

Me giré y la vi con los ojos húmedos.

. - perdóname. Soy una estúpida.

. - Marisol, no vale la pena. Ni tú vas a dar tu brazo a torcer, ni yo el mío. Así que, dejémoslo así. Tú con tu vida y yo con la mía, será lo mejor para los dos.

. - ¿de verdad estás con esa chica?

. - no, lo dije para hacerte rabiar, aunque no soy un santo, ya lo sabes.

. - no puedo dejar de pensar en ti.

. - pues has de dejar de hacerlo, lo nuestro no va a ningún lado. Adiós, Marisol, fue bonito mientras duró.

Salí de allí sin mirar atrás. Si lo hubiese hecho, habría visto las lágrimas caer de los ojos de Marisol. Le di las prendas a Patricia cuando llegué. Su cara había cambiado.

. - habrás pensado que soy una puta.

. - ¿por qué lo dices?

. - Pablo y yo hemos estado hablando y no solo te gustan los hombres, sino también las mujeres y yo toda desnuda ante tus narices. Enseñándote carne pensando que serías como si tuviera a mi lado una compañera de piso

. - este Pablo habla demasiado. Sí, me gustan los dos mundos y tu exhibición fue muy elocuente. Toma dinero y haz lo que hablamos. No vuelvas antes de la una de esta noche.

. - ¿no estás molesto?

. - ¿molesto por disfrutar de la visión de tu exuberante cuerpo?, para nada. No se lo digas a nadie, pero me la pusiste como una piedra de dura. Anda, ahora termina de vestirte, lárgate y diviértete.

Se me acercó y me besó en la frente. Aquello había dado un retroceso de 180 grados. De los labios a la frente, cuando lo normal hubiera sido al revés, pero, en fin…

El primero que llegó fue Isaac. Las presentaciones fueron en el salón. Isa, como si nada, besó al chico en los labios, al igual que hizo conmigo según cerré la puerta. Estuvimos de charla y parecía que los dos se entendían, pues cada uno sonreía los chistes del otro. Cuando ya casi daba por fallida la llegada de Manuela, mi puta particular, tocaron en la puerta. Le hice una señal a los chicos para que pasaran un segundo a la habitación y salieran una vez estuviera en el salón y así no poder Manuela darse la vuelta cuando viera a Isaac, al que conocía tan bien por follarse a su marido delante de ella.

. - casi no llegas. ¿Se perdió por el camino?

. - he estado a punto de no venir.

. - pero está aquí. Te presentaré a un par de amigos. A uno ya lo conoces. Salid, chicos.

Cuando vio a Isaac, echó un pie hacia atrás.

. - hola Manuela. Qué pequeño es el mundo. ¿Captando adeptos para tu causa?

. - ¿qué haces aquí?

. - Salvador y yo somos viejos amigos de cama. Te presento a un nuevo amigo, Pablo, el fotógrafo del que te habló Salvador.

. - no sé si está bien eso de que me fotografíen mis…

. – ahora, no te me eches atrás, Manuela. Empecemos, tenemos que terminar antes de la una de esta noche. A esa hora han de estar los dos fuera de aquí, pues viene alguien a dormir. Así que…

Entre Isa y yo comenzamos a desnudar a Manuela. Como vencida por las circunstancias, se dejó hacer. Cuando estuvo en pelotas, Pablo comenzó a hacer fotos de las tetas y vagina de la mujer. Solo cuando vio la polla de Isaac, cambió de dirección la cámara y le sacó varias instantáneas. Mientras Pablo hacía su trabajo, yo ya tenía mi lengua en la vagina de Manuela, que gemía como lo que era, una soberana puta. Pablo no quería ser menos que el resto y también se desnudó y continuó con la cámara y para que la polla de Isa subiera un tanto, mamó a Isa unos segundos para después hacer la foto correspondiente.

Me aparté lo justo para que Pablo echara fotos del chumino de Manuela, para luego clavarle la polla en toda la vagina. Las fotos se sucedían, hasta que se acababa la tarjeta y la cambiaba por otra vacía. Luego invité a la polla de Pablo a guarecerse en el conejo de Manuela. Se la metió y folló durante un rato, luego le di la vuelta a la tía y se la folló por el culo. En eso, yo sé la metí por delante, teniendo dos pollas por el precio de una. Sin pedir permiso a su dueño, Manuela con dos pollas dentro de ella, le cogió la de Isa y se la merendó también. Al final, Isa se la sacó de la boca, para metérmela a mí por el culo. El hombre no estaba por la labor de que aquella zorrona de Manuela disfrutara de su portentosa polla.

Cuando Pablo me avisó que no iba a hacer más fotos del coño, las tetas y el culo de Manuela, le dije a la zorrona que se fuera a su casa, que la cosa ya había finiquitado.

. - pero… ¿y mi leche?, ¿dónde está mi leche?

Al final tuve que sacrificarme y ser yo quien sirviera la ración láctea a Manuela. Me la follé a todo meter por su culo, para luego follarme también su boca hasta que exploté, vaciándome en su garganta. Así se fue ella la mar de contenta con mi leche en su interior y sin que pudiera quedar preñada o si quedaba, sería por obra y gracia de Dios, como la Virgen María. Una vez los tres solos, Isa y yo nos dedicamos a comernos el culo de Pablo con nuestras lenguas. Poco a poco y ayudados por nuestros dedos, íbamos agrandándole el agujero. Al final Isa asintió y comprendí.

La polla de Isa se colocó en la entrada anal del chico y la mía, deslechada como estaba, se la metí en su boca, con alto riesgo de quedarme sin ella, pero esperaba que el chico fuera consecuente que lo que tenía en la boca era algo muy querido por mí y no me la iba a morder o peor aún, no me la cercenaría para siempre. Isaac comenzó el desfloramiento de Pablo y a fe mía, que lo hizo con una delicadeza que, aun sabiendo que Isa era la mar de delicado cuando quería, con Pablo se esmeró aún más si cabe. Mi polla, super empequeñecida a estas alturas, se le salió, sin remedio de su boca. Con ella, colgando y aun en su sitio, me fui al baño y me di una ducha.

Isaac terminó de desflorarlo, y cuando se salió de su culo, acabó en la boca de su follado, descargando allí y quedando, un rato después, hecha unos zorros de encogida.  Como se acercaba la hora límite, Isaac se duchó con su desflorado nuevo amigo y después de un morreo con los de la casa, se fue a la suya. Pablo y yo nos metimos en la cama juntos, donde nos comimos la boca interminablemente, con alguna que otra mamada a nuestras muertas pollas. Cuando sonó el timbre, me levanté con la toalla alrededor de mi cintura y abrí. Era Patricia, que sonreía.

. - ¿llego pronto?

. - no, a la hora que quedamos. ¿Has comido algo?, te puedo preparar alguna cosa.

. - no, comí roscas y refresco en cantidad y no tengo ganas de más, gracias.

. - entonces te dejo y vuelvo a la cama.

. - si quieres puedes dormir en tu cama. No me importa compartirla.

. - gracias, pero en otro momento, quizás.

. - sí, en otro momento. Hasta mañana.

. - hasta mañana, que será cuando pueda hablar con mi amigo para tu puesto de secretaria.

Durante la noche, Patricia tuvo que oír como mi polla entraba y salía una y otra vez en el culo de Pablo, pues el chico era muy elocuente con sus gritos de dolor-placer cada vez que se la clavaba. En cuando me levanté al día siguiente y pude salir de la casa, llamé a Diana a su móvil.

. - hola, querida.

. - hola, mi amor. ¿Cómo estás?

. - muy bien, gracias.

. - me ha dicho Clara que ya no estás en la misma vivienda.

. - así es. He cambiado de aires. Mira, te llamo para que me contrates a una chiquita como secretaria.

. - querido, no me hagas esto. Sabes que la contratación a dedo está muy mal vista.

. - Diana, todos sabemos que siempre la habrá y hoy no será una excepción. Dale un puesto intermedio, nada cerca de la dirección, más bien, lo contrario. Para empezar, estará bien. Otra cosa, ¿tenemos viviendas para empleados que no se la pueden permitir?

. - La empresa tiene un edificio de coste bajo para empleados sin recursos.

. - pues dale una a ella, que la vaya pagando con su primer sueldo. Llénale la despensa con lo habitual y dale dinero, digamos, un adelanto para que se compre ropa. Ah, la próxima vez que entre a trabajar el próximo verano, ponme de ayudante sin paga con uno de los arquitectos de la plantilla. Nada del mejor, sino…

. - no me lo digas, sino todo lo contrario –rio ella-.

. - ya me vas conociendo, Diana. Un beso entre las piernas, querida.

. - y otro para la punta de tu capullito.

. - cuídate. Ah, se me olvidaba, se llama Patricia Ramírez, la chica.

. - de acuerdo. Que se presente en recursos humanos. Adiós, mi amor.

. - adiós, querida –y corté la conversación desde mi móvil-.

Entré en casa y toqué en la puerta de mi habitación. Patricia no rezongó, por lo que abrí y entré. Pero qué cosa más bonita había allí. Había dormido desnuda y la sábana estaba casi en el suelo. Estaba como para tirarme encima de ella y directamente, clavársela y no dejar de hacerlo hasta correrme dentro de ella. Era gordita, sí, pero todo en su sitio y muy homogéneo, sobre todo aquellos pechos tipo chupete que se gastaba la muy jodida.

. - ¿te gusta lo que ves? –dijo ella mirándome y sin hacer por taparse-.

. - perdona, toqué en la puerta y como no abriste, entré para despertarte.

. - repito. ¿Te gusta lo que ves?

. - ya lo creo, estás para comerte.

. - ¿y a qué esperas para hacerlo?, no he pegado ojo pensando que ibas a entrar por esa puerta.

. - ni lo pensé siquiera. Nunca he violado a nadie y no voy a empezar ahora contigo.

. - pero ¿y si yo quiero que me violes ahora?

. - yo que tú no lo pediría, forastera.

. - ¿por qué?

. - porque luego querrás más y hoy nos vamos a despedir tú y yo.

. - entonces más a mi favor. Acércate y hazme el amor. Lo necesito, llevo mucho tiempo sin un poco de cariño.

. - pero después…

. - sí, nos despediremos.

Antes de terminar la frase, comencé a desnudarme. Cuando vio mi cipote por todo lo alto, sonrió, relamiéndose los labios y con algo de temor por lo grande que era. No era virgen, pero hacía tanto tiempo…

Caí entre sus brazos y comenzamos con un prolongado beso, mientras sobaba aquellas tetorras suyas, para luego bajar un poco y mamar de aquellos chupetes tan sabrosos. Cuando llegué a su felpudo, me perdí entre sus labios mayores y menores, mientras ella jadeaba contorsionándose. Dichos jadeos despertaron a Pablo que apareció en la puerta, para luego acercárseme por detrás y besar una de mis nalgas.

. - déjanos, por favor, Pablo –dije entre susurros-.

. - perdona –salió y se fue al baño. Allí se hizo una paja a toda velocidad hasta correrse de desesperación-.

Mientras tanto, mi polla ya estaba en un agujero calentito de Patricia, sin dejar de apretarle las tetas hasta dejarle marcas, pues yo también tenía ganas de follármela desde que la vi la primera vez, allá en el restaurante. El frenesí iba en aumento y ella corriéndose a mansalva, para de inmediato y para no correrme en su vagina, salirme y hacerla girar para colocarla en posición enculatoria. Se resistió un escaso segundo, pero cedió su ano para que mi polla siguiera disfrutando de su portentoso cuerpo serrano. Ahora sus gemidos se convirtieron en gritos ahogados por ella misma, así hasta que me salí y me corrí, repartiendo la lechada entre sus dos prodigiosas nalgas. Colocando mi polla cerca de su boca, me incliné y me tomé mi semen calentito aún. Una vez me dejó la polla sin gota, la volví a girar y me perdí de nuevo en su vagina para tomarme cuanto zumo había allí de sus corridas privadas. Una vez terminamos, me recosté junto a ella.

. - eres fabulosa, chica.

. - ¿y qué me dices de ti?, ya ni me acordaba lo que era disfrutar con un hombre, y aunque mi culo se va resentir durante un tiempo, no me importa. ¿Y dices que no vamos a vernos más?, sería una pena, al menos para mí.

. - he hablado con mi amigo como te dije y ya tienes trabajo.

. - ¿dónde voy a vivir?

. - por lo visto la empresa tiene un bloque de apartamentos para los empleados sin recursos. De momento tendrás una vivienda para ti sola, donde se te dará un dinero para ropa, la despensa la tendrás llena para un tiempo. Eso fue lo que me dijo mi amigo. Así que solo tienes que ponerte guapa y acercarte por el edificio de la empresa. En recursos humanos te dirán dónde te destinarán. Si tienes problemas, del que sea, me das un toque a mi móvil que te daré y lo hablo con mi amigo. Más no puedo hacer, Patricia.

. - ya más no se puede, Salvador. ¿Dónde estabas cuando buscaba comida en los contenedores?, solo recuerdo que cumplía esos días, 22 años. Fue un mal despertar de mis sueños cuando salí de casa.

. – lo siento, cariño. Seguro que, de ahora en adelante, las cosas cambiarán para ti. Anda démonos una ducha, que tú tienes que ir a trabajar y yo, seguir con mis cosas.

. - seguro que ayudando a alguien más, estoy segura. Gracias, te debo la vida y no lo digo por decir. Tendrás en mí una amiga siempre que quieras.

. - te lo agradezco, pero tú solo piensa en que te han dado una segunda oportunidad, aprovéchala.

. - lo haré. ¿Puedo venir a visitarte?

. - si pudieras evitarlo, sería un puntazo.

. - ¿por qué?, has dicho que has disfrutado.

. - porque no soy de una sola mujer u hombre y no quiero hacerte daño, Patricia. Fíjate en la chica de la boutique, por ejemplo, será la madre de mis hijos, pero aun ella no lo sabe y, sin embargo, disfruto con amigos y amigas hasta alcanzar mi objetivo.

. - mientras lo alcanzas, no me niegues a tu lado. Yo puedo hacerte más llevadera la espera. No soy celosa y se cuándo una cosa no puede ser. En ese momento, me alejaré sin mirar atrás.

. - te lo agradezco, pero es mejor que sigas tu vida aparte de mí. Hay por ahí fuera muchos chicos que sabrán apreciarte aún más que yo y con el que serás más feliz que pendiente de que yo consiga mi objetivo y tener que irte. Ni vivirías tú, ni yo, pensando en lo cabrón que soy. Eres una buena chica y no me ha importado ayudarte. Ahora será mejor que vayas a buscar tu destino, no sea que den las doce y la carroza se convierta en una calabaza gigante.

. - hasta eres un poeta, Salvador. Sí, haré lo que me dices, aunque no por mi gusto. Me hubiese gustado disfrutar un poco más, pero, en fin. Ya bastante has hecho por mí y no quiero abusar.

Nos besamos largamente. Hasta me dio tiempo de volver a comerme su chumino y ella mi polla flácida, para después y de la mano, meternos en el baño. Con un desayuno frugal, cada uno se fue a donde tenía que ir, ella a buscar trabajo y Pablo y yo a la universidad, al primer día de clase efectiva.

(Parte 12 de 30)

FIN