Soy tuya
Mis ojos rápidamente se chocaron metafóricamente con los suyos, al momento me hundí en ese mar verdoso que eran sus ojos, me recordaron a un mar embravecido, me quede inmóvil sin ser capaz de reaccionar, hasta que baje mis ojos a su boca carnosa que sonreía débilmente, una sonrisa de esa
Mi despertador me saco de la cama a la misma hora de siempre, a las siete y media su pitido me indicaba que mi día empezaba.
Salte de la cama y desperté a mi novio que dormía plácidamente a mi lado, sonríe al recordar la noche anterior, sus caricias, sus besos y la suavidad con la que me amaba.
Yo siempre había sido algo más activa que con él, pero me había adaptado a su tranquilidad, él siempre ponía paz a mi existencia y me enamore de eso.
Tras desayunar juntos en el bar de abajo, nos despedimos con un simple beso en los labios. Yo me dirigí como cada día al bus que me llevaría al trabajo, era camarera en un restaurante, llevaba un par de años y estaba satisfecha, tanto en lo profesional como en lo privado.
Quien no soñaba con algo más? No voy a engañaros siempre soñé con algo más, aunque no sé muy bien que más, por eso he decidido disfrutar de esto hasta que descubra que más espero, hay que disfrutar también del recorrido y el camino que n os lleva a nuestros sueños, así una vez conseguidos al menos has disfrutado el paseo en que convertimos nuestras vidas.
Entro en el cuartito y me cambio, me pongo mi anodina falda azul y mi camisa blanca, ambas perfectamente planchadas y salgo al comedor, donde ya están algunas de mis compañeras, empezamos la jornada preparando las mesas, los cubiertos, las copas y demás cosas, para que este todo a punto cuando se abran las puertas.
No sospechaba en esos momentos que ese día iba a cambiar mi vida. Nada me hizo sospechar cuando ese grupo de hombres trajeados se sentaron en una de mis mesas. Me encamine hacia allí con la mejor de mis sonrisas
-hola caballeros –les dije dándoles una carta a cada uno-
Mis ojos rápidamente se chocaron metafóricamente con los suyos, al momento me hundí en ese mar verdoso que eran sus ojos, me recordaron a un mar embravecido, me quede inmóvil sin ser capaz de reaccionar, hasta que baje mis ojos a su boca carnosa que sonreía débilmente, una sonrisa de esas que no llegan a los ojos y por eso precisamente son tan llamativas.
-gracias señorita
Me dijo cortando el contacto de mi mirada, como pude sonreí y me fui, desde las sombras mire de nuevo a ese hombre, destilaba seguridad en sí mismo, no era ningún niño, le calculaba unos cuarenta y muchos. Se notaba que cuidaba su aspecto y su pulcra manera de vestir, nada era por casualidad en él.
Pasados los min unos regrese a su mesa, ya era su mesa, nadie más existía en esa mesa, en ese restaurante, todo lo había eclipsado.
Me pidió el vino, su voz era ronca, sexi y seria al mismo tiempo, toda la piel de mi cuerpo se erizo. Luego hicieron todos la comanda y cuando recogía las cartas, sus dedos y los míos se tocaron y note como una descarga eléctrica recorrer mi brazo entero. De nuevo sonrió y de nuevo esa sonrisa no subió a sus ojos.
Comieron e incluso uno de los amigos bromeo conmigo, el no volvió a decirme nada, no volvió a mirarme y yo tuve mucho trabajo el resto del mediodía, al final de la comida, uno pago con una tarjeta, no era él.
Cuando paso por mi lado para salir del restaurante, volvió a sonreírme y me dijo:
-hasta pronto
Como tonta fui a su mesa y la recogí, bajo su plato descubrí un sobre negro, arriba ponía Maya como sabia como me llamaba? Lo metí en mi bolsillo y al final del mediodía en el baño estaba oliéndolo aún conservaba su masculino aroma, dentro había una tarjetita negra y en el centro en color dorado tan solo ponía Gabriel y un número de teléfono móvil, lo guarde en mi bolso y Salí, tenía dos horas antes de entrar para la cena.
Cuando a las doce de la noche volvía a casa, con una compañera pensé en él, cuando llegue llame a mi novio y me dijo que tenía trabajo, que nos veríamos al día siguiente y ya en la cama, solo daba vueltas a la tarjeta, a ese número, y no dejaba de recordar esos ojos, esa boca y sin poder evitarlo cogí el móvil y marque.
-hola Maya
-como sabes quién soy?
-solo esperaba tu llamada
Esa voz me volvía loca, para mi sonaba a mil promesas y mi cuerpo se tensaba solo con oírlo.
-sigues ahí, Maya?
-claro
-Maya llevo días observándote en el restaurante, hasta hoy no coincidimos, pero tenía muchas ganas de hablar contigo
-no te había visto antes de hoy
-dos noches y tres mediodías, aunque evitaba tus mesas, me gustaba mirarte de lejos.
-no sé qué decirte
-te parezco un viejo chiflado?
-no
-puedo ser totalmente sincero?
-si
-sabes que fue lo que me atrajo de ti, Maya?
-no
-tu piel, parece tan suave como el terciopelo y tu boca es fabulosa, está hecha para besar y ser besada, te incomodo?
-no
-me alegro, porque necesito que sepas lo que quiero de ti, lo que espero de ti Maya.
-que quieres Gabriel?
-poseerte
-follar?
-no Maya, no quiero follarte, quiero poseerte, no es lo mismos, casi ni se parece. Me llamaras mañana?
-si
-a esta hora Maya
Cuelga el teléfono y a mí me tiemblan hasta las manos, esa voz es enloquecedora, ese hombre me parece desconcertante, me pone en alerta y me atrae al mismo tiempo.
Al día siguiente al terminar mi jornada, mi novio viene a por mí, nos vamos a casa y hacemos el amor, mientras se la chupo pienso en como seria chupársela a Gabriel y para un momento para echarlo de mi mente y de mi polvo, a duras penas lo consigo y cuando mi novio se duerme, me levanto y le llamo a la misma hora en punto que ayer
-hola Maya, me gusta que seas puntual, puedo pedirte algo personal?
-si
-has follado hoy?
-si
-te has acordado de mi Maya?
-si
-que le hacías cuando me has recordado?
-se la estaba chupando
-me gustaría que me la chuparas Maya, esa boca tuya es puro pecado, seguro que la chupas de maravilla
Seguimos hablando más de media hora y al final de nuevo me pide que le llame al día siguiente a la misma hora.
Así pasamos una semana, solo hablamos de cosas sin sentido, hasta que de repente me pide algo muy sexual y yo no soy capaz de negarle ninguna respuesta, ni me planteo mentirle. Esa última noche tras hablar de diversas comidas de repente me pregunta:
-Maya te has tocado algún día después de hablar conmigo?
-si
-te ha gustado?
-si
-me encantaría ver cómo te tocas, lo harías para mí?
-para que me vieras?
-claro, me gustaría ver cómo te masturbas Maya
-sí, lo haría
Al día siguiente por la noche, la cosa estaba tranquila, ya de tarde entran tres hombres y mi sorpresa es mayúscula cuando le veo, es tal como le recordaba, al pasar por mi lado me sonríe.
Cuando les entrego las cartas, de nuevo roza mis dedos y se entretiene acariciando la punta de los mismos. Cuando cinco minutos después tomo la comanda, me entregan las cartas y veo que el mete un papel dentro. Me retiro un poco y leo.
-cuando puedas hazme una señal y te seguiré, quiero ver lo que ayer me prometiste.
Mis braguitas se mojan por completo, el espera que me toque para él, espero algo final de su cena y cuando le pongo a todos el café, ya no quedan más que dos mesas, mis compañeras están ocupadas y pido a una que me sustituya mientras voy al baño.
Desde el pasillo le hago una señal a Gabriel y espero a que casi llegue a mi altura, sigo hacia el baño de mujeres y el me sigue, sé que están vacíos y entro en uno, el me sigue, entra conmigo.
-Maya, hazlo ahora
Me subo despacio la falda y bajo mis braguitas, las saco y el me las coge, las huele y se las mete en el bolsillo de su americana, llevo mi mano entre mis piernas y toco mi sexo mojado ya, empiezo a pasar los dedos por mi rajita y esta se humedece más aun, el no aparta los ojos de mi mano.
-abre más las piernas quiero verte
Se pone en cuclillas y se acerca tanto a mí que puede oler mi sexo, ver lo mojado que esta y respira fuerte, siento su aliento allí abajo y froto mi clítoris
-quiero que te corras
Sus palabras son el trampolín para mi orgasmo que apenas puedo callar, me apoyo en las frías baldosas del baño hasta que calmo mi cuerpo.
-sécate y devuélvemelas
El me pasa las bragas y yo hago lo que él me pide, de nuevo se mete mis bragas en el bolsillo y sale del pequeño baño.
De nuevo solo su sonrisa al pasar por mi lado, aunque esta vez veo como mete la mano en el bolsillo donde sé que están mis bragas.
Esa noche le llamo y no contesta, al momento me llama el, descuelgo rápidamente, no me importa parecer impaciente lo estoy.
-est5aba ocupado
-lo siento
-con tus bragas Maya, me he frotado con ellas la polla hasta correrme, las he puesto9 perdidas con mi leche. Estoy muy cansado, hasta mañana Maya.
Ese mediodía de nuevo el vuelve a comer, de nuevo deja una nota en la carta:
-al final de mi comida quiero un cambio de bragas, yo te doy las que llevo en el bolsillo y tú me das las que llevas puestas.
De nuevo le aviso y él me sigue al baño, me bajo las bragas y se las doy
-no, frótalas por tu rajita, hueles de maravilla
Lo hace y se las paso, el me da las que lleva en el bolsillo y sale del baño, despliego las bragas y las huelo, sé que ayer él se corrió en ellas y las huelo y beso antes de esconderlas.
Salgo de lo más liada del trabajo y decido pasarme por el trabajo de mi novio, le daré una sorpresa, pero la sorpresa me la llevo yo, le veo salir de la mano de su ex. Él me ve y va hacia mí.
-lo siento Maya, iba a decírtelo, no ha pasado nada, pero hemos decidido intentarlo de nuevo
-no te preocupes lo superare
Me voy de allí, esa noche encima no trabajo, cojo el coche y voy a dar una vuelta, no quiero meterme en casa. Decido llamarle
-sé que no es la hora, necesitaba hablar contigo
-bien, no pasa nada
-tengo ganas de hablar contigo
-has tenido algún problema?
-sí, me he peleado con mi novio
-me alegro
-gracias –le digo con sarcasmo-
-no voy a mentirte y decir que lo siento, me alegro ahora eres solo mía.
-estas seguro?
-creo que sí. Maya quítate las bragas
-estoy en el coche
-bien, quítatelas, me encanta saber que vas sin bragas. Ahora mismo estoy tocando las tuyas, estoy aun en el trabajo. Cuando salga de aquí, he quedado con unos amigos, me harías el honor de dejarte ver por ahí?
-sí, dime donde
Él me dice dónde estará y yo no dudo en estar allí esperando a que llegue. El entra con un grupo, le veo entre todos, los hay más jóvenes, más altos y hasta más guapos, pero el destaca entre todos, su magnetismo es la leche, una camarera se les acerca y al momento tontea con Gabriel, solo con él. Me doy cuenta que no soy la única. Mi móvil suena y leo el mensaje
-Maya estoy muy cachondo porque sé que debajo de esa faldita vaquera no llevas bragas, abre un poco las piernas.
Yo le contesto diciendo que si abro más las piernas también su amigo sabrá que no llevo bragas
-no me importa Maya, tu haz lo que te pido, me da igual quien te mire, demuéstrame que eres mía
Cuando lo leo automáticamente abro las piernas, veo como su amigo más joven que Gabriel me mira y le dice algo a este.
Gabriel le sonríe y al momento se acerca a mí, me sonríe mientras llega a la barra.
-hola Maya, ellos no saben que te conozco, creen que estoy ligando contigo, ninguno cree que consiga nada, quiero demostrarles que se equivocan, abre las piernas y deja que meta mi mano en tu coño.
Yo no le contesto, no le miro, abro mis piernas y bajo la mirada de toda la mesa Gabriel me toca por primera vez, noto su mano caliente en mi rajita y me corro enseguida, él lo nota y se acerca a mi oído sin dejar de tocarme
-te has corrido muy deprisa, tenías ganas de que te tocara putita?
-si
El sigue tocándome, se gira un poco tan solo para que no le vea la camarera y la demás gente del bar, pero deja que toda su mesa vea como su mano toca mi coño. Con dos dedos agarra mi clítoris inflamado y lo fricciona hasta que me corro de nuevo. Mientras recupero la compostura él se limpia los dedos en mis muslos y saca su mano, me mira a los ojos y me da dos besos en las mejillas.
-luego te llamo –se va a su mesa-
Me quedo parada y cuando me levanto para irme, la mesa por completo me saluda, uno se acerca y me dice
-te unes a nosotros?
Miro a Gabriel y la niega con la cabeza, yo me excuso y salgo del local. Por la noche el me llama, estoy encendida, mis dos orgasmos solo han servido para animar mi deseo.
-Maya, eres maravillosa, tus ojos son preciosos, pero cuando te corres son majestuosos, en ese momento podría haberme corrido solo con mirarte y tocarte.
-gracias, a mí me ha encantado
-si te hubiera pedido que te unieras, lo hubieras hecho?
-si
-y si te hubiera pedido que te dejaras tocar por ellos, te hubieras dejado?
-si
-porque Maya?
-porque me excita la manera en la que me hablas, me pides o me ordenas las cosas.
-te apetece estar conmigo?
-mucho
Él sabe cómo jugar sus cartas, va tan lento que hace que desee el siguiente paso, no se muestra ansioso por tocarme, por follarme, por nada. Deseaba tanto que me tocara que me corrí nada más notar sus dedos, que sentiré al tenerle dentro de mí? Pensar en eso me enloquece, nunca había deseado tanto nada.
Al día siguiente de nuevo come en el restaurante y de nuevo una nota, mi cuerpo se escita al pensar en sus caricias pero no.
-demuéstrame que eres mía, quiero que vayas a este hotel y que hagas lo que allí se te indique.
Dudo aunque se que iré, llego a la hora señalada, cojo el sobre negro sobre la cama y leo lo que hay dentro.
-Maya ponte lo que encuentres en la caja y espera a mi amigo, complácelo y demuéstrame que eres mía.
En la caja hay un camisón negro y diez minutos después de ponérmelo, tocan a la puerta, le digo que pase y se enseguida que no es el. Un hombre de unos cuarenta años me saluda y me dice que Gabriel me ha recomendado.
-Gabriel quiere saber si vas a seguir adelante o te plantas aquí y promete no volver a molestarte. Dime
-nunca me he plantado
-me alegro
Me dice ese hombre mientras empieza a desnudarse, se quita la camisa, los zapatos, los pantalones y se queda completamente desnudo.
-siéntate ante mí en la cama, quítate las bragas y saca tus tetas por encima del camisón, así cógeme la polla y mastúrbame mientras miras hacia la derecha.
Hago todo lo que me pide, no le miro, solo meneo su gran polla, es larga aunque no muy gorda. Pienso en por qué hago esto y me contesto, lo hago porque deseo hacer feliz a Gabriel para que el me haga feliz a mí. Sigo con lo mío despacio, acelero y reduzco
-así, lo haces muy bien, me encantan tus tetas blancas, abre más las piernas.
Se las abro todo lo que puedo y acelero el meneo sin mirarle hasta que noto los chorros calientes de su semen gotear sobre mis pechos, echa tres y cuatro chorros espesos.
-no te muevas
Me dice mientras se pone de rodillas entre mis piernas y empieza a lamer su semen de mis tetas, hasta que no deja ni rastro de su esperma, me coloca el camisón y se levanta, mientras se viste me dice
-gracias eres preciosa, me ha encantado hacerlo sobre ti.
Cuando se va, me desnudo, me meto en la ducha y me enjabono bien, me aclaro y me lavo el pelo, de repente oigo un ruido y espero que no sea otro amigo de Gabriel.
-Hola Maya
Es el, mi piel se eriza mientras le miro con la cabeza enjabonada y el cuerpo también.
-gracias, quiero explicarte lo que acaba de pasar, me gustas mucho y por eso he querido meterte en este juego, aun puedes irte, pero si te quedas deberás hacer lo que te pida y cuando te lo pida.
-y que saco de esto?
-sexo bueno y seguro con gente con clase
-te quiero a ti Gabriel
-te quedas?
-me ves que vaya a alguna parte?
Gabriel me sorprende metiéndose en la bañera vestido y calzado, poniéndose bajo la ducha conmigo aclara mi pelo y mi cuerpo, se descalza y se desnuda completamente, se acerca a mí y casi me besa, acerca sus labios a los míos pero no llega a tocarlo, me saca de loa bañera y me lleva a la cama, me tira sobre ella boca abajo y noto la colcha frotando mis tetas, él se pone tras de mí y sube mi trasero poniéndolo en pompa, me da un azote mientras busca mi raja, su dedo patina y se mete en coño mojado, lo mete y lo saca hasta que jadeo con mi orgasmo. De repente noto su polla pugnando en la entrada a mí, de nuevo me azota y se mete dentro, empuja hasta el fondo, se agarra fuerte a mis caderas y bombea en mi coño como si quisiera perforarme, me vuelvo loca y muevo las caderas, el azota más mi culo, y empuja, empuja hasta que grito de nuevo.
-que buena esta Maya me moría por follarte, que estrecha y caliente estas putita mía
Ahora es suave pero contundente, me agarra las tetas y pellizca mis pezones con fuerza, en ese momento se hunde hasta el fondo y me provoca otro orgasmo, me la saca empujándome hacia el colchón y me da la vuelta, por primera vez veo su hermosa polla, se masturba entre mis piernas, sobre el pelito de mi coño, mientras con la otra mano me soba el coño, lo pellizca y mete un dedo, dos, tres, dentro y fuera, dentro y fuera, sin piedad, miro su polla que empieza a escupir chorros de semen, y de nuevo me corro con él.
Me pongo de rodillas y empiezo a limpiar su polla, chupo la puntita solo y la meto por completo en mi boca, le doy golpecitos en la punta con mi lengua mientras acaricio sus testículos.
-qué bueno Maya –me dice mientras se sienta en la silla y me llama, tras abrir bien las piernas-
Me arrodillo entre sus piernas y empiezo a lamer sus muslos, apenas tiene bello, paso mi lengua plana por el interior de los mismo, y subo hasta llegar a sus huevos, los lamo y meto en mi boca para succionarlos, mientras agarro su polla y la masturbo lentamente, dejo sus huevos y busco con mi lengua su ano, el abre más las piernas y lanza un gemido cuando nota mi lengua presionar el agujero de su ano, la empujo dentro y el mueve ligeramente las caderas, yo aligero la mano y llevo el mismo ritmo sobre su polla que mi lengua en su culo.
-Maya me matas
No hablo estoy concentrada, quiero darle placer, su ano esta de lo más relajado cuando vuelvo a los testículos, a la polla y le doy lengüetazos largos, me la meto en la boca y empiezo a follarmela entera, busco con un dedo su ano relajado y empiezo a penetrarlo, el jadea mientras chupo fuerte y meto otro dedo, entro y salgo de él mientras me llena la boca de leche, hasta casi atragantarme, me trago cada gota de su leche y el con su dedo mete en mi boca unas gotas que se me escapan por las comisuras
-trágatela toda muñeca me has hecho la mejor mamada de mi vida, esta leche te pertenece…
Nunca nada me había parecido más erótico, nunca había tenido tantos orgasmos juntos y sabía que era suya, haría cualquier cosa por volver a sentirme como en estos momentos, solo él me hacía sentirme en paz con el mundo.