Soy tu nena papi IV
Como en toda relación los celos y sospechas de traición pueden desencadenar una gran tormenta...
Los días siguientes conformaron parte de esa nueva rutina entre hacer el amor de una manera salvaje, insaciable, cada vez más adictivo, por mi parte descubrí que soy un ser muy sexual y con las simples caricias de mi padre mi libido volaba por los cielos. Los momentos de intimidad habían desviado un poco las atenciones a nuestras obligaciones pero no podíamos resistir la tentación.
Las horas en el instituto se hacían largas y trataba de concentrarme en mis estudios, para mantener el alto rendimiento, un día de entre muchos otros decidí darle una sorpresa a mi padre al visitarlo a la hora de la comida para ir por un sitio a entretenernos, si bien el sexo se había convertido en una parte importante de nuestra relación no lo era todo y disfrutaba mucho de su compañía.
Al ser la hija del jefe andaba con total libertad por su empresa, con seguridad iba sumamente coqueta para su placer, me dirigí a su oficina y entre…Mi sorpresa fue verlo demasiado cómodo con otra mujer la cual estaba acariciando su brazo cuando cruce la puerta. En ese momento mi mundo se vino abajo, sentí un dolor inmenso al ver a mi padre en dicha situación.
Su cara reflejo impresión al verme allí, mis ojos se llenaron de lágrimas pues me sentía traicionada antes de que dijera alguna palabra me fui corriendo de allí, si bien es mucho más ágil que yo corrí hasta el ascensor y antes de que llegara la puerta se cerró. Trate de resistir como pude, nunca creí encontrarlo al borde de un posible engaño en ese momento mi mente se llenó de dudas pensaba en si todo lo que me había dicho era verdad o era yo solo una manera de llevar sus perversiones.
Detuve un taxi mientras él corría hacia mí y ahí me desplome por completo. Llore con todas mis ganas a más no poder, le pedí al taxista me dejara en un lugar que sabía muy bien mi padre no me buscaría, hacia unos cuantos años que mis abuelos me habían dejado un pequeño departamento, era un sitio donde me escondía a ratos un sitio donde despejaba mi mente, pintaba y demás.
Vi mi cara en el espejo completamente demacrada. Muchos dirán que estaba exagerando, que dramatice demasiado la situación pero cualquier ser humano cuando ve a su pareja camino a un beso con otra persona ¿no se siente así? Apague el celular pues no me apetecía escucharlo, asi que dormí unas cuantas horas. Puede que suene ilógico pero en ese momento tuve un sueño erótico con nosotros como protagonistas…
Despertarme así, con esa necesidad de sentirlo, sentir su aroma en mi piel, su aliento sobre mí, la humedad de mi intimidad condujo mis dedos a mi rajita. Tan mojada por ese sueño que decidí apagar ese fuego interno, dedicarme tiempo a mí, darme placer entre tanto dolor. Me desnude por completo, aprecie mi cuerpo en el espejo tocando con detenimiento mis senos tan sensibles, duros como piedra el simple roce de mis dedos me hizo suspirar.
Mi mano bajando por mi plano abdomen hasta tocar mi intimidad, me tumbe con las piernas abiertas y presione mi clítoris solté un suave alarido, con mis dedos entrando en mi los saque note empapados y lleve ese sabor de mi néctar a mis labios, me encantaba besar a papá y sentir ese sabor. Continué mis caricias con una mano en mi rajita y la otra jugueteando con mis senos. En ese momento solo pensaba en la necesidad de sentir a mi padre haciéndome suya.
Seguí tocándome con ganas, con deseo, con necesidad, con mi respiración acelerada. Completamente entregada, gimiendo con mis dedos penetrando mi interior sin detenerme, y no lo hice hasta que me corrí. Pero después de eso rompí en llanto nuevamente pues me sentía vacía, lo necesitaba pero mi orgullo estaba herido, entre las sabanas con mi cuerpo desnudo, me sentía indefensa ante mis emociones, pero me repuse.
Pase el resto del día en ese que yo llamo mi estudio, comí poco y me quede dormida hasta el día siguiente con el televisor encendido. Me desperté a primera hora de la mañana, una ducha y me prepare para el colegio cogí el uniforme que llevaba del día anterior, me arregle un poco. Con mis ojos considerablemente hinchados, baje y compre un café en la panadería frente al edificio.
Me dispuse a ir a clases, tome un taxi y llegue a mi instituto, todos los chicos entrando y corrí a toda marcha antes de que cerraran la puerta de entrada, la mañana transcurrió lenta con las clases del día notaba todo tan ausente, estaba desconectada y desanimada, mis amigas tratando de sacarme conversación pero estaba demasiado sumida en mis pensamientos. En la hora del primer receso entre clases encendí mi celular, una cantidad interminable de mensajes y llamadas perdidas.
“No es lo que tú crees”, “Déjame explicarte”, “Todo es un mal entendido”, “Te amo mi niña”, “Contéstame”, “Estoy preocupado ¿Dónde estás?” Y asi una serie de mensajes que parecían no tener fin. Un número considerable de llamadas a mi móvil, suspire profundamente pues no sabía cómo iba a actuar. Mis sentimientos estaban contrariados, una foto de nosotros juntos apareció reluciendo en mi pantalla mientras vibraba una llamada entrante de mi padre… Dude en contestar y lo deje sonar un rato, me arme de valor y atendí.
- Hola… (Dije con la voz quebrada)
-Gracias a Dios, por fin me atiendes el maldito teléfono, me vas a matar Jennifer no he pegado el ojo en toda la noche, llame a todas tus amigas ninguna sabía nada de ti, pensé… (Trago saliva) Pensé que algo malo te había pasado…
-¿Por qué? ¿Por qué lo hiciste? Has jugado con mis sentimientos… Con mi amor…
-Jenny por Dios deja de decir esas cosas… Yo te amo… Más que a mi propia vida… Jamás, escúchame bien jamás te engañaría
-Y por eso casi estabas por besarte con esa mujer…
-Las cosas no sucedieron así, déjame explicarte ¿Dónde estás?
-En el colegio, sabes tengo que entrar a clases…
Colgué el teléfono antes de que pudiera decirme algo, sonó el timbre y nuevamente a estudiar, pero mi supuesta paz se vio interrumpida cuando me entregaron un pase de retirada, no podía excusarme, mi padre estaba viéndome mientras salía del colegio, intento abrazarme pero lo rechace. Ofreció abrirme la puerta del puesto de copiloto pero preferí sentarme en la parte de atrás.
Estuvo conduciendo durante largo rato, sin decir una sola palabra vi como el paisaje cambiaba salíamos de la ciudad pero a donde me llevaba, era una pregunta que pasaba por mi cabeza, nos fuimos alejando del ruido de la ciudad adentrándonos en paisaje campestre. Detuvo la camioneta frente a una linda cabaña con mucho estilo, el clima esos días había sido bastante fresco y en esa zona existía algo de frio que recorría todo el lugar. Baje de mala gana y lo seguí esperando que abriera la puerta y entrar al lugar que de hecho era muy hermoso.
-(Soltó un largo suspiro) A ver Jennifer, que niña más celosa eres, pareces un tren, no puedo creer que te parezcas tanto a mí, lamento desilusionarte pero yo no te estoy engañando
-¿A no? Pero que cómodo estabas con esa vieja…
-Ay niña, mi niña eres un caso… Esa “vieja” que tú dices se llama Elena, fuimos juntos en bachillerato y tiene una compañía de viajes y hospedajes, si estaba en la oficina era porque te estaba preparando esta sorpresa.
-Eso no te da motivo de que estuvieses tan a gusto con ella (dije muy cabreada)
-¡Que niña tan celosa! Lamento darte la mala noticia de que Elena es lesbiana y si no me crees ten. (Me paso su móvil y en el vi el Facebook de ella que comprobaba lo que me decía)
Rompí a llorar nuevamente, arrojándome a sus brazos, lo abrace muy fuerte aferrándome a su cuerpo. El me consolaba con mucha ternura, con todo ese amor de padre tan suyo que siempre me ha ofrecido.
-Jenny… Como me crees capaz de engañarte… Si tú eres mi vida… (Alzo mi mirada y lo vi fijamente sabía que no me mentiría pues me amaba tanto como yo a él)
Nos fundimos en un gran beso, lleno de dulzura, sus grandes manos secaban mis lágrimas, con detenimiento observaba cada detalle de mí, de mi cuerpo, el estar nuevamente entre sus brazos me hizo vibrar, con su aliento en mi cuello el cual relamía, mordiéndolo pero de una manera tan sutil. La sala de la cabaña estaba preparada de una manera muy romántica, sobretodo con una gran alfombra, parecía de película.
La tarde empezaba a caer y papá encendió la chimenea, besándome ¿a quién no le gustaría hacer el amor de esa manera? Papá lo tenía todo planeado. Cada pequeño detalle no lo podía creer, pues todo era mágico de ensueño e irreal, pero si era real, las manos de mi padre me recordaban que todo era verdad, que éramos presa de ese amor incestuoso, prohibido y mal visto, pero que eso nada importaba cuando estábamos en esos instantes en los cuales nos sentíamos al máximo, con desesperación y necesidad.
-¿Confías en mí?
-Siempre he confiado en ti papi…
-Entonces no temas Jenny, no soy el mejor hombre pero quiero ser el mejor a tus ojos. (Dijo mientras me besaba y besaba más fuerte con mucho deseo)
-Me hiciste mucha falta (exclame con un tono de voz sereno)
-No dormí en toda la noche, te busque y no estabas, te necesite y no sabes cuanta falta me hiciste niña impulsiva.
Sus manos bajaron entre mis piernas, todavía con mi uniforme colegial, busco con tranquilidad mi rajita y acariciaba con total calma esta se humedecía poco a poco y un beso mordelón en mi cuello me hizo suspirar y entrecerrar mis ojos. Nuestras respiraciones cada vez más profundas, sintiendo la necesidad, la lujuria en ellas. Su otra mano acariciando suavemente mi rostro tomando mi cabello entre sus dedos y dejándolo caer.
Mis manos sin prisa desabotonaron su camisa y toque su verga por encima del pantalón, los botones de mi camisa colegial también se fueron abriendo para él, podía sentir su aliento sobre mis senos, me incorpore un poco para dejar a un lado el sostén y mi camisa, dirigió sus manos a mis senos y los presiono, atrayéndolos juntos al centro. Paso su lengua por mis pezones y luego los succiono con fuerza, ambos y los mordió.
-¿Confías en mí? (pregunto nuevamente)
-Si… ¿Por qué insistes tanto en ello? (replique con un tono excitado)
-Instale varias cámaras, deseo grabarte, pero no lo hare si tú no quieres
-Hazlo (respondí mientras le daba un beso en los labios)
Su respiración cada vez más acelerada nos incorporamos de la alfombra, me tomo entre sus brazos abrazándome con mucha fuerza, me quito la poca ropa que me quedaba, ese aire que tenía con su camisa desabotonada me parecía tan sensual, tan atractivo. Levante mi pierna colocándola sobre el sofá, él se inclinó a besarme y sus dedos entraron con violencia en mi intimidad. Mis alaridos de placer no se hicieron esperar. Me senté con las piernas abiertas, se relamió sus labios, mirándome con mucho deseo.
Dio un gran chupetón a mi rajita y la contemplo, gemí como reacción y lo volvió a hacer. Llevo su mano a mi seno izquierdo, apretándolo bajándola por mis caderas, llevo sus manos a ella sujetándome con firmeza y hundiendo su lengua en mi interior. Mis manos apretaban su rostro contra mi intimidad, su experta lengua me daba placer con total maestría seguía sin detenerse y yo gemía con muchas ganas, en ese bello lugar solo nosotros dos sin preocuparnos del mundo, de estar cometiendo un acto prohibido, un hecho mal visto, solos nosotros dos.
Se ayudaba con sus dedos para darme placer, se detuvo un instante para quitarse la camisa, pero se dejó el pantalón puesto note como su erección trataba de salir de esa prisión de tela, se volvió a acomodar y siguió lamiéndome, chupándome dedicando mucho de sí para mi placer, eso me estaba enloqueciendo de placer, con mi cuerpo cediendo al placer y sin poder contenerme para nada, lo apreté con fuerza contra mi soltando todos mis jugos, los cuales se tomó por completo. Su boca busco la mía ese sabor de mis jugos en sus labios como me encanto, bajo el cierre de su pantalón y se sacó su miembro y asi tal cual lo dejo entrar en mí, sin darme tiempo a reponerme.
Le metió con ganas dentro de mi sin detenerse, abriendo mis piernas con sus varoniles manos, mis senos saltando con cada embestida, gimiendo mientras lo hacía, sus estocadas eran muy potentes sentía como abría mi rajita con cada una de ellas, taladrando mi interior. Sujetándome con firmeza, me volteo y me coloco en cuatro tomó mis senos entre sus manos y siguió su bombeo, mordiendo mi oreja y mi espalda. Continúo asi hasta que se corrió en mi interior. Quedamos jadeantes, enganchados en esa posición acariciándonos asi muy juntos, sus besos sobre mi piel, yo sosteniéndome con pocas fuerzas, nuestros cuerpos sudados unidos de la manera más incestuosa posible.
-Prométeme que nunca te volverás a ir asi, no vez que me destrozas el alma (susurrando en mi oído)
-Te lo prometo papi… Te amo…
-Y yo a ti mi niña…
Nos separamos para luego seguir besándonos, tome su camisa como siempre y la coloque sobre mi desnudez, él se dejó solo en boxers y su cuerpo busco el mío mientras caímos en la cama, esta era muy grande y espaciosa, era un lugar muy íntimo, secreto. Entre las sabanas pegados mi cuerpo aferrándose al suyo nos quedamos dormidos unas cuantas horas. Al despertar nos dimos una ducha y preparamos algo ligero para cenar.
Un buen vino acompañando esas veladas, esas noches en ese bello lugar fue un momento de mucha importancia entre nosotros, una especie de luna de miel, mezclada con una reconciliación, disfrutar de una intimidad tan nuestra que nadie podía perturbar, no fueron muchos días pero sí estuvieron cargados de deseo, amor, lujuria una necesidad que rozaba lo obsesivo. Regresar fue acoplarnos de nuevo a la realidad, a besarnos y sentirnos a escondidas.
Con unas ganas inmensas de gritarle al mundo que éramos del otro, pero teniendo que callar, guardando las apariencias pero amándonos con mucha pasión, algunos de los empleados sospechaban claro, pero nadie nunca dijo nada. Asi que a pesar de las ganas aguantábamos como podíamos, agregando situaciones picaronas a nuestra intimidad. Las vacaciones… Estas se acercaban y serian días plagados de aventuras y locuras muy lujuriosas, teníamos todo planeado para que fuesen inolvidables, para disfrutarlas serian nuestras primeras vacaciones como pareja y pensábamos sacarle el máximo provecho, unos días antes del viaje fuimos a comer en uno de nuestros restaurantes favoritos, al ser del mismo círculo social toparnos con mi madre y su nueva familia era algo común.
Entramos yo tomada de su brazo, con un vestido negro muy elegante, papá como siempre con un traje que combinara con mi vestimenta, vimos desde el principio a mi madre con todos los demás pero decidimos hacer como si nada. Nos sentamos y pedimos un buen vino blanco, para acompañar la velada. Discutíamos nuestros puntos de vista sobre el libro que estábamos leyendo, entre risas como si nada, mi hermano por lo que note no se encontraba con ellos, eran solo mi madre, mi padrastro y las hijas de este el pequeño tampoco se encontraba. Mientras la cena transcurría las miradas mutuas se hacían cada vez más tensas.
-Pfff y ¿esos que no van a dejar de mirarnos? Ya me estoy empezando a sentir incomoda…
-Vamos, no les des cuerda, actuemos como si nada, no sabes las ganas que tengo de besarte (dijo mi padre con un tono muy dulce)
-Ni se te ocurra que en cuanto aquellos nos pillen en una situación comprometedora estamos fritos.
-Ya, eso no me lo tienes que repetir…
Seguimos como si nada, hasta el momento en que ellos se retiraron que pasaron por nuestra mesa y nos saludaron, mi papá sin ser descortés les hablo en un tono frio y algo cortante. Al final todo paso como si nada, pero fue un momento tenso, ya de por si era difícil tratar de ocultar la realidad, estar cerca de mi madre despertaba mis celos y mis deseos de demostrarle que mi papá era solo mío.
Subimos a la camioneta y tenía una necesidad de marcar mi territorio, en cuanto llegamos a casa me abalance sobre mi padre, devore su boca con deseo y necesidad. Me escurrí entre sus piernas y le di una mamada con mucho deseo, no me detuve hasta tener toda su leche en mi boca, esa noche lo hicimos de una manera salvaje, yo tome el mando y papá se dejó hacer pues yo necesitaba sentirlo de esa manera.
-¡Vaya! Creo que tendremos que toparnos con tu madre más seguido
-No seas ridículo (dije dándole un suave golpe en el hombro) solo… es que cuando la veo deseo demostrarle que eres mío…
-Mmm nena hermosa… Si soy todo tuyo no sabes cómo me encantas cuando te pones explosiva…
Entre besos continuamos esa noche, más que nunca estaba dispuesta a demostrarle a cualquiera que mi padre era mi hombre y todas debían respetar eso…