Soy tu nena papi II
A partir de esas primeras noches se empezo a desarrollar este nuevo estilo de vida, el cuidar las apariencias y disfrutar del sexo prohibido
El nuevo día asomaba por la ventana, me desperté con el olor de su colonia sobre mí, su camisa a medio abotonar dejaba ver parte de mis senos, al ser tan larga debido a su altura cubría bastante bien mis partes íntimas, dormía tranquilamente me dedique a acariciar su suave cabello rubio, "su versión femenina" siempre decían eso de mí, el parecido innegable, abrió los ojos y ambos sonreímos, el señor muy listo dejo mi cepillo de dientes en su baño, fuimos al lavabo y nos aseamos un poco para bajar a desayunar. Mi papá actuaba igual que un adolescente enamorado, en la cama jugamos, me cargaba y besaba, entre risas y caricias pasamos buena parte de la mañana, como después descubriría podríamos decir que su fetiche es verme con sus camisas de vestir puestas, nunca he entendido porque pero le encanta y excita a la vez.
Jugábamos en la cama como dos niños cuando entre una de las chicas de limpieza, los domingos son día de cambiar sábanas, y bueno es fácil de imaginar lo que pasaba por su mente, todo demasiado obvio a decir verdad, la ropa regada por toda la habitación, mi papá solamente en boxer y bueno yo... Sin contar las manchas en la cama, sobretodo la de sangre, no hay que ser adivinos para ver lo que había sucedido en esa cama hacía apenas dos noches, y como para no ser suficiente el condón usado en la papelera al lado de la mesa de la computadora.
-Oye ¿vamos a desayunar? Me estoy muriendo de hambre ¡Después de anoche! Ufff! (dijo mi papá mientras se tiraba en la cama y acariciaba mi espalda suavemente y la chica de limpieza miraba de reojo la escena)
-Eres un exagerado, pero está bien vamos a comer ¡una carrera hasta la cocina! (salí corriendo y mi papá detrás de mí)
Bajamos con toda la rapidez las escaleras y llegamos al comedor, me senté en la mesa al estilo indio, la mano de mi papá sobre mi pierna, y sus ojos avellana mirando a los míos, no terminaba de creerme lo que estaba viviendo, ese hombre que estaba a mi lado, mi amante y mi padre, ya me estaba empezando a adaptar a esa idea de ser pareja, a la vista evidente de todos, ver las miradas de los empleados empañadas con un tono de horror por ver lo que estaba sucediendo entre papá y yo.
-¡Ay! Hoy descansamos, vemos unas películas, mañana al doctor y a seguir con nuestro juego de seducción (dijo mi papá guiñando su ojo)
-De verdad que a ti no te va el rollo de la discreción, ¿cierto? O sea imagínate que no fuese sido la empleada que nos encontrara en estas fachas, por ejemplo si fuese sido Michael, no se te olvide que viene el próximo fin...
-Michael... Tenemos que pensar cómo vamos a ser esos días, yo no sé si pueda resistirme a tocarte, tengo que comprar más condones para los primero días de las anticonceptivas... ¿Cuándo te viene tu período?
-Se supone que pasado mañana, ¿por qué?
-Yo quería descansar hoy, pero por lo que veo me vas a seguir ¡teniendo sequito mi amor! (sonreía de oreja a oreja)
-Hoy tengo que hacer mis deberes del colegio, por tu culpa estoy atrasada
-Mi culpa, pero si yo soy un hombre intachable, esa eres tú que eres toda una golosa. Jajaja
-A veces puedes ser un estúpido papá
A mitad de la comida me molesto mucho que me llamara así, enfadada me levante dejándolo solo y me dirigí con destino a mi habitación, pensé que vendría corriendo detrás de mí, cosa que no hizo, me quite su camisa y la tire sobre la cama, mi tanga al cesto de la ropa sucia, me metí a bañar, deseando que en cualquier momento mi papá irrumpiera en mi habitación y me hiciera suya otra vez, pero no... Hoy será un día aburrido pensé. Salí del baño, la puerta no tenía seguro, espere un poco y desistí de que entraría, unos cacheteros blancos, unos shorts de jean rasgados y una camisa sin mangas con rayas negras y naranjas y unas sandalias, abrí la puerta esperando verlo pasar pero nada... Prendí la computadora y comencé a hacer mis deberes estudiantiles, no por algo era la mejor estudiante de mi año.
Una hora después termine los problemas de física y bajé por algo de tomar, de camino a la cocina se debe pasar por el estudio de papá, bajaba por las escaleras sin muchas ganas, pasaba por su estudio y una mano me halo hacía adentro, quien más que mi padre, pegando su cuerpo al mío y besando mi cuello, ya necesitaba sentir el calor de su cuerpo, ya estaba vestido, un pantalón jean y una camisa de vestir manga larga blanca a medio abotonar, todo le queda bien, pensé.
-Ya estaba pensado que no me tocarías hoy (dije en un tono muy coqueto mientras recibía sus besos en mi cuello y soltaba un leve suspiro)
-Cómo crees mi niña, solo quería que se te pasara el enojo, perdóname no era mi intención ofenderte, sabes que eres lo más importante que tengo (me dijo haciendo una pausa y mirándome a los ojos) Tenemos la casa para nosotros dos, despache a todos temprano
-¿Y la comida? Ni tú ni yo sabemos cocinar
-No creo que no podamos hacer una pasta y unos sándwiches con eso sobreviviremos hasta mañana, ¿te puedo pedir una cosa?
-Si por supuesto, dime
-Nunca más me vuelvas a llamar "papá" yo soy tu papi, por favor, siempre dime así, por más molesta que estés conmigo de tu boca solo quiero oír esa palabra, mucho menos se te ocurra llamarme Jimmy, eres mi niña, mi hija, mi sol, mi todo.
-Papi, te lo prometo, te amo demasiado, de verdad no me importa todo lo que piensen los demás, porque sé que lo nuestro no es solo sexo, es amor lo que existe entre nosotros.
-Exacto mi niña, amor, solo contigo he hecho el amor, eres mi otra mitad, la que tanto busqué
Papá me dio un profundo beso, podía sentir lo fuerte del palpitar de su corazón, resonaba fuertemente, separándose de ese profundo beso, su actitud y sonrisa nerviosa, eran presagio de que algo se traía en mente, se apartó de mí y en la parte de la biblioteca buscaba un libro ansioso, lo consiguió y al abrirlo estaba adentro un llave, esa era la llave de su escritorio, trago saliva y saco dos cajitas de forro terciopelo vinotinto.
-Nunca he hecho esto, pero los compré hace varios meses pensando en este escenario (abrió la primera cajita y la volvió a cerrar tomo la otra e hizo lo mismo "esta es" murmuro, se acercó a mí) No sé en qué momento me enamore perdidamente de ti, siempre has sido la mujer que más he amado, primero por ser mi hija y después por cumplir mi sueño de ser mi enamorada, estoy loco de remate, soy obsesivo compulsivo, mandón y muchas veces gruñón, autoritario y algo clasista, y a pesar de eso tú me amas tanto como yo a ti, no te importan mis defectos y aprecias mis virtudes, soy tu padre, aquel que te dio la vida, pero eso no me resta que sea menos hombre, que muera de deseo por ti, no soy el mejor, pero esto es lo que soy y te ofrezco mi vida para amarte y respetarte, para cuidarte y celarte, para serte fiel y amarte más que hoy y menos que mañana.
Su discurso fue el causante de lágrimas en mis ojos, arrodillándose frente a mi "¿Quieres ser el amor de mi vida?" pregunto mientras abría esa cajita en la cual venia un hermoso anillo de diamante, su circunferencia una mezcla de oro y plata. Extendí mi mano y asintiendo con la cabeza, al colocarme el anillo tomo la otra cajita, unos anillos de matrimonio de oro, nos los colocamos mutuamente y me tomo de la mano hacia "nuestra habitación" pétalos de rosas en la cama. Entre beso y beso caímos a la cama, yo estaba sobre él, sus grandes y fuertes manos posadas sobre mis nalgas, sin nadie más en la casa no teníamos de que preocuparnos, solo él y yo, pocos encuentros, pero por escasos intensos, cargados de un gran deseo lujurioso, mi punto débil el cuello, papá explotándolo, mi camisa voló por los aires cayendo en el suelo, después le siguió mi sostén, su camisa a miedo abotonar quedo completamente desabotonada, otra prenda más que estorbaba y se quitó de nuestro camino.
Esa perfecta mezcla de amor y lujuria en su mirada, incorporándonos un poco quedamos sentados mientras sus manos bajaban el cierre de mi short y yo hacía lo mismo con su jean, no pude evitar morderme el labio inferior al sentir la dureza de su miembro rozando con mis manos, mis cacheteros estaban completamente empapados de mis jugos, sus manos no dejaban de tocar cada rincón de mi cuerpo, sus caricias ya necesarias para mí. Me levante y con un movimiento sensual me quite el short y el cachetero, papá me contemplaba con la boca abierta, la cual cerré suavemente con mi dedo índice izquierdo, se incorporó a mi lado quitándose el jean y el boxer, me fue llevando hasta arrinconarme a la pared, sentía su duro miembro palpitante tocando mi estómago, despejándome un poco de la pared levanto una de mis piernas y la puso sobre la silla del escritorio de la computadora, me beso con pasión y dos de sus dedos se introdujeron en mi interior haciéndome soltar un gemido, ya necesitaba sentirlo dentro de mí, aunque fueran sus dedos, eran causantes de un gran placer.
Su dedo pulgar presionaba sobre mi clítoris, y sus dedos entrando y saliendo del interior de mi rajita, su otra mano pellizcando levemente mis pezones y su boca con la mía, un placer inmenso recorría mi cuerpo, me tuve que sujetar a él pues como era evidente me corrí de una manera espectacular, mis piernas desfallecieron y esa magnífica electricidad recorrió todo mi ser. Me agarro con sus manos al verme así completamente indefensa y me llevó a la cama cargándome, mi respiración agitada y mi cara algo colorada pude ver en el espejo que reflejaba a la cama, un beso en la frente, otro en la nariz, un piquito en la boca, así fue bajando besando cada parte de mi cuerpo, beso cada una de mis piernas y su lengua comenzó a devorar mi intimidad, esa sonrisa pícara que me daba con cada lamida, me enloquecía, el rozar de su nariz con mi botoncito de placer y su lengua entrando y saliendo, prácticamente lo estaba besando.
Para que reprimirse si estábamos en completa soledad, mis gemidos inundaban la habitación, levanto la mirada paso sus dedos por mi rajita y se los llevo a la boca, su mirada lasciva solo hizo aumentar el deseo interno, coloco su verga en la entrada de mi intimidad y la pasaba de arriba a abajo sin penetrarme, cosa que me estaba enloqueciendo.
-¡Mételo de una buena vez! (dije en un tono exigente y muy excitado)
-Pídemela (dijo con ese tono de excitación en su voz que me encanta)
-Por favor papi, hazme tuya otra vez, te deseo, te necesito, mi cuerpo te pide a gritos.
-(se sentó a mi lado) Si tanto lo deseas vas a tener que clavártela tu solita mi amor
-Uy que malo eres jaja (reí suavemente)
Me incorpore y me coloque a horcajadas sobre él, tome su verga palpitante y me la fui clavando, cuando ya la tenía toda adentro ambos soltamos un alarido de placer, empecé a montarlo a mi ritmo para disfrutar al máximo, papá llevo dos de sus dedos a mi boca y los empecé a chupar como si fuesen una verga, los saco bastante llenos de saliva y se dirigieron a mi anito aun virgen. Poco a poco introdujo el primero como el otro día y después con un poco más de presión, "Pronto también te lo estrenare" comento entre besos y gemidos, sentirme ocupada por los dos lados me calentó aún más, "ponte en 4" ordeno, en esa posición su lengua paso desde mi rajita hasta mi anito, se entretuvo un rato con él, después le dio un beso a una de mis nalgas seguidas de una nalgada repitió la acción en mi otra nalga, alternando unas cuantas veces más. Con cada nalgada no podía contener un gemido como respuesta.
Clavándome su miembro tomo mi cabello haciendo como una cola sujeta por sus manos y embistiéndome y con la otra mano me daba nalgadas un poco fuertes pero nada que me lastimase, "cómetela chiquita por fa si" en ese momento recordé algo que una amiga me había comentado hacía tiempo "una cubana" en cuanto papá se sentó en el borde de la cama me coloque en medio y aprovechando lo grande de mis senos coloque su verga en medio de ellos y empecé a masturbarlo con ellos, mi lengua jugaba con su cabeza. Miraba la cara de placer de papá, sus gemidos iban en aumento y sin decir palabras sentí su verga estremecer y me detuve quería sentirla adentro, rápidamente entendió lo que yo quería me acosté y yo también estaba próxima al orgasmo, sus embestidas fueron salvajes y nuestros movimientos corporales eran la mera demostración de ese deseo descontrolado, nunca imagine sentí ese placer tan grande que fue corrernos al mismo tiempo, nuestros espasmos corporales mezclándose, su leche depositándose en mi interior y mis jugos bañando por completo su verga.
Cansados, decidimos de mutuo acuerdo descansar el resto del día, esa jornada maratónica de sexo ese fin de semana había sido agotadora, nos fuimos a bañar y me pidió claro está que utilizara su camisa de vestir blanca y eso hice, me bañe, me puse un cachetero marrón y su camisa, el unos short con camuflaje y una franelilla blanca, nos divertimos cocinando, una pareja la única diferencia ser padre e hija, una pasta para almorzar, pasamos el resto de la tarde viendo películas de terror que tanto nos gustan a los dos, hasta que nos quedamos dormidos en el sofá abrazados.
Resumiendo los días siguientes, fuimos al doctor y empecé a tomarme las anticonceptivas, me vino el período así que la acción se vio detenida por varios días donde no faltaron los besos subidos de tono, solo un detalle empañaba nuestro fin de semana de sexo... Michael, mi hermano mayor, como todos los meses nos visitaba un fin de semana, a pesar de las preferencias entre nuestros padres, Michael y yo crecimos siendo muy buenos hermanos, siempre me protegía en el colegio y era mi héroe, juntos enfrentábamos a los mounstros ocultos en nuestros cuartos y después que se fue a vivir con mamá no cambio para nada la relación.
Al llegar el viernes en la tarde llego con una gran sonrisa, alto 1.80 más o menos de cabello castaño ojos avellana como los míos y de nuestro padre, delgado pero de cuerpo formado, me dio un fuerte abrazo cargándome y dándome un sonoro beso en la mejilla, la cara de papá para que decirla su radar de celos se activaron, vio a mi hermano con cara de pocos amigos, Michael ansioso porque nos pusiéramos al día como siempre me tomo de la mano y fuimos a sentarnos en la sala, como era de costumbre entre risas, bromas y bobadas por parte de ambos.
-Oye y que le pasa a papá anda con cara de sicario jajaja
-No sé ya lo conoces, cuando las cosas no se dan como él quiere...
-Si es verdad ¿Y ese anillo está muy bonito? (dijo tomando mi mano)
-Me lo regalo papá de cumple
-Papá y sus cosas, dime ¿Todavía no te deja tener novio?
-Mmm… No... Pero no me molesta, si me llegase a gustar un chico hablaría con él
-A veces puede ser un ogro (como era nuestra costumbre tomaba mi mano y yo apoyaba mi cabeza en su hombro)
-Es buen padre y nos quiere mucho
-Si pero no por eso puede controlar tu vida...
-No te preocupes si necesito que me defienda ¡mi caballero de brillante armadura!
-Jajaja como no ¡mi princesa! Mamá se casa el mes que viene, no me dejes solo es día por favor...
-Si me aviso la semana pasada...
-El tipo me cae bien, es banquero y no hay rollo, mientras nos respetemos... ¿Quieres ir al cine?
-¡Claro me encantaría!
Le informamos a papá que iríamos al cine, no dijo una sola palabra, en el cine como había mucho frío me dio su chaqueta, cenamos afuera y llegamos sobre las 11 de la noche a la casa, estaba en completa oscuridad, nos fuimos a nuestras habitaciones, al cerrar la puerta de mi cuarto casi me da un infarto, papá estaba esperándome parecía un toro enardecido que me arrincono a la pared
-¿Qué hiciste con Michael? (dijo pausadamente y con un tono de ira)
-Papi fuimos al cine como te dijimos (respondí nerviosa por su actitud jamás lo había visto actuar de esa manera tan impredecible)
-(acerco su nariz a mi cuello) Hueles a él, no me mientas, que hiciste (su voz se quebraba y soltaba lágrimas de furia y dolor)
-Nada papi Michael es mi hermano
-Y yo soy tu padre, eso no evita que él te desee, vi cómo te tomaba de la mano y te abrazaba en la tarde, no me engañes.
-Papi en serio, siempre hemos actuado así.
-Pues no me gusta, él es muy poco hombre, no sabría complacerte como lo hago yo, eres mi mujer y no quiero verte cerca de él
-(lleve mi mano a su rostro) mírame, entre todos los hombres del planeta te escogí a ti, te prometí que sería solo tuya, que te amaría como tú lo haces, no puedes evitar mi trato con otros hombres, mucho menos con mi hermano, reacciona mi amor, mi padre, mi hombre, mi compañero, mi amante, mi enamorado, mi protector, eso eres y nadie te puede quitar ese derecho que tienes sobre mi cuerpo, que solo te pertenece a ti. Más calmado me comenzó a besar y decía "mía solo mía" ese fue el principio de una noche cargada de sexo
-Te deseo... Quiero hacerte mía esta noche (sus manos se escurrían debajo de mi camisa en busca de mis senos)
-Papi por favor, Michael nos puede escuchar...
Poco caso hizo a mis palabras, pegando su cuerpo al mío, la dureza de su miembro, su lengua jugando con la mía, sentía una fuerza, un deseo de recalcar que solo le pertenecía a él, que ningún otro podía tocar mi cuerpo, marcando su territorio como cualquier macho alfa, la interrupción llegó en esa preciso instante cuando sus dedos tocaban el botón de mi pantalón, mi hermano llamando a la puerta. El pánico me invadió, lo único que se me ocurrió fue decirle a mi papá que se metiera debajo de la cama, lo hizo de mala gana. Me senté rápido en el escritorio de la pc y abrí mi facebook, el escritorio queda frente a la cama.
-¡Pasa feo!
-¡Vaya princesa ya pensé que te había comido un dragón! Hermanita de my heart préstame el cargador que lo deje en lo de mamá.
-Tómalo está en la gaveta debajo de la lámpara (dije sin quitar la mirada del monitor)
-Jenny... Me puedes decir una cosa, ¿qué haces tú con esto? (me volteé y vi en sus manos una caja de preservativos que me había pasado papá en días anteriores, había olvidado que estaban ahí)
-E... Esos... Ah... Buenoo... Eso son condones.
-Yo sé lo que son Jennifer, pero no y que no tenías novio.
-(baje la mirada) Lo siento Michael, pero no podía decírtelo en la tarde, papá andaba por ahí y sabes cómo es...
Michael tomo la silla que estaba en la esquina, la arrastró a mi lado y se sentó justo frente a mí, me sentía fatal por tener que mentirle a mi hermano, quien siempre había sido mi mejor amigo, pero por nada del mundo se podía enterar de mi relación amorosa con nuestro padre.
-Comprendo (tomo mi mano y me dio un beso en la frente) Eres tan linda, obvio debes de tener novio, ¿es buen chico?
-El mejor, lo quiero mucho...
-¿Tienen mucho tiempo juntos?
-Si ya llevamos algo de tiempo... No le digas nada de esto a papá...
-Claro que no princesa, soy tu caballero de brillante armadura, mi deber es protegerla su majestad, salvo de las cosquillas.
Michael se levantó y me cargo tirándome en la cama y tal como lo dijo empezó a hacerme cosquillas y yo a él, agarramos las almohadas y empezamos una lucha igual que cuando éramos niños, por un momento se me olvido que debajo de nosotros estaba un volcán en erupción, todo era risas y juegos hasta que mi celular sonó, un mensaje "CORRELO YA" trate de disimularlo y mejor obedecía a mi padre.
-Mickey andante a dormir estoy cansada.
-¡Pero que malvada me corres de tu cuarto! (se levantó y se dirigió a la puerta) Pensándolo bien... (Riéndome le lance una de las almohadas)
-¡Chao! Jajaja
-Antes de irme ¿Has visto al ogro?
-No, seguramente salió con su novia de turno
-Ah claro, dale buenas noches princesa (hizo una reverencia y se fue)
Rápidamente me levante y le coloque el seguro a la puerta, suficiente susto en ese momento para acarrear más problemas, al mismo momento en que aseguraba la puerta papá como un rayo salió de la cama, su cara reflejaba celos, y su miembro una inminente excitación, nuevamente me pego a la pared y comenzó a besarme de una manera burda, fuerte y algo violenta.
-Es obvio que él te desea, ¿por qué te dejas tocar de él?
-Cálmate, Michael es mi hermano, sabes que siempre nos hemos comportado así, estas celoso y estas imaginando cosas donde no las hay, lo mejor será que te vayas a tu habitación.
-¡Ahora me corres eso es lo que faltaba, claro pero si yo no te mando ese mensaje aquí estarías riendo con ese imbécil!
-No voy a permitir que me separes de mi hermano papá, es mi mejor amigo.
- ¿Papá? En serio, que tiene ese que hace que lo defiendas a capa y espada, será que te lo hace mejor que yo.
-¿De que estas hablando? No voy a aceptar que digas esas estupideces (le di un empujón y me senté en mi cama)
-Te amo demasiado y me muero de celos al verte cerca de otro hombre, soy el perfecto ejemplo que la barrera genética no significa nada.
-Jamás tendría algo con Michael, y si él quisiera algo conmigo lo detendría... Porque estoy contigo tonto... No deberías dudar de mí...
Lentamente se acercó a mí, y tomo mis manos y me recostó en la cama. Mis manos quedaron inmovilizadas por las suyas, sin decir una sola palabra, quede en medio de sus piernas, su duro miembro rozando mi cuerpo, su boca apoderándose de la mía, con sus piernas a cada lado de mi cuerpo no podía hacer mucho, igual estaba muy excitada por verlo celoso y que deseara imponer su hombría y posesión. Se incorporó un poco levantando el torso y quitándose su camisa arrogándola al piso, su cara no se inmutaba, deseo y celos en su mirar.
-Sé que no debería celarte, pero muchos años me costó para poder hacerte mía y no pienso perderte jamás mi niña
-Papi te amo, pero hoy no podemos hacerlo, Michael nos puede escuchar
-Michael (dijo en tono despreciativo) controla tus gemidos entonces, yo haré lo mismo y así no nos descubrirá.
Ya resignada en que no lo haría cambiar de parecer y con la inmensa necesidad de sentirlo dentro de mí deje que me desnudara a su antojo, lo hizo con toda la tranquilidad del mundo, el buen sexo se tiene que disfrutar siempre afirma, él si se desvistió con más rapidez y volvió a colocarse en la misma posición
-Papi ahí están los condones
-No quiero usarlos, quiero venirme dentro de ti, son muchos días los que tengo aguantándome por tu período
-Estás loco, me puedo embarazar
-No sería mala idea, así todo el mundo sabría que tienes dueño y no te mirarían con ojos de deseo
-Tengo 15, no estoy lista para ser mamá
-Yo te ayudaría, un bebito nuestro, que hermoso seria, igualito a nosotros dos.
-¿Y mis estudios? Por favor entra en razón
-¿No quieres un hijo mío?
-Si quiero, pero no ahora, más adelante sí, entonces ¿para que fuimos al ginecólogo?
-Te amo mi niña y no comprendes los celos que me dan al verte con ese
-Ese es tu hijo y mi hermano. Por fa papi cálmate, soy solo tuya
Mis palabras parecieron tranquilizarlo y soltando una de mis manos posiciono su verga en mi rajita y la dejo ir de una, su cara de placer igual que la mía, el deseo de tantos días acumulados, me lo hizo con dureza, sus embestidas eran potentes.
-Quiero que te tomes mi leche mi niña
Sin más me baje hasta su verga y la mame con todas mis ganas hasta que sentí como sus chorros llenaban mi boca, estaba muy cargado no se había tocado todos esos días el sabor de su leche entrando con potencia en mí me satisfacía demasiado. Se acostó en la cama y acariciando mi cuerpo desnudo me miraba con ternura
-Jenny tu no entiendes que si te pierdo me muero del dolor
-Papi no seas tonto, nunca me perderás, mírame a los ojos soy tuya.
-Tienes razón mi vida, mi cielo, mi todo, eres mía solo yo tengo el derecho de hacerte mujer.
-Papi tienes que irte, si Michael te ve saliendo de mi habitación tendremos problemas…
-Michael… (Dijo en tono despectivo) Está bien mi niña
Me beso durante largo rato con mucha ternura, esa mezcla tan intensa me hacía amarlo cada vez más, su temor a perderme era algo que me cautivaba, pero despertaba en él lo celos más fuertes que alguien puede imaginar. Salió de mi habitación y al rato caí rendida, me desperté a primera hora un baño para despejarme, era sábado y como todo fin de semana tenía la costumbre de usar una de las camisas de papá como vestimenta con unos cacheteros debajo.
Al bajar al comedor papá leía el periódico y me lanzo una mirada con cara de satisfacción al verme con su camisa, Michael con un poco extrañado me miro, ambos me dieron los buenos días y comenzamos a comer, sentada cerca de mi padre podía notar como me comía con la mirada.
-Papá quería pedirte permiso para que dejes ir a Jenny a la boda de mi mamá, ¿si sabes que se casa no?
-Claro que se, pero tu hermana tiene cosas que hacer, sus estudios van primero y no puede estarse distrayendo con fiestas sin sentido (con cara de pocos amigos)
-¿Pero qué te pasa papá? Dale un respiro a Jenny, no todo en la vida es estudiar, mírame a mí no me la vivo con un cuaderno en las manos pero salgo bien y voy a fiestas, tengo amigos y novia
-¿Qué insinúas? (mi papá levanto la mirada directamente a Michael)
-Que debes entender que ya Jenny es toda una señorita y tiene derecho a más libertades, como tener novio.
-Tu hermana no necesita novio, está muy chica para eso
-No papá, te equivocas
-Tú te callas, no tienes derecho de opinar como crío a tu hermana y si vas a empezar a meterle pendejadas en la cabeza te prohibiré verla
-¿Cómo que me prohibirás verla? Ni que fueras su dueño
En ese instante ambos se levantaron de la mesa mi papá parecía un toro a punto de embestir a Michael y mi hermano lo esperaba con ansias, temí que mi fuese a comentarle toda la verdad así que en ese momento pensé que lo más sensato era intervenir, sabiendo claro que el motivo por el cual mi papá no me dejaría asistir era la presencia de Michael.
-¡Ambos cálmense ya! (dije en un acto de valentía)
-¿Pero es que no vez que quiere controlar tu vida en todo sentido?
-No ya basta, ambos que esto es una casa decente
-Pensándolo bien, tu hermano tiene razón, ve a la boda de tu madre, es un deber moral
Si bien me quede muy extrañada por el cambio tan errático en la actitud de mi padre, me alivio y a la vez me aterro. Más tarde fuimos al club todos juntos y no podía quitar los ojos de encima de mi papá su cuerpo tan trabajado le daba ese aire masculino e imponente que tanto me gustaba de él, los celos esta vez se apoderaron de mi cuando lo vi platicando con un par de mujeres muy a gusto me enfurecí no estaba para ver esa escena, antes de que Michael se diera cuenta me le escape y me fui a casa. Le escribí a mi hermano que una amiga me había llamado porque tenía un problema, me fui al centro comercial y ahí me senté durante mucho rato, fui por un helado y así me pase las horas perdida en pensamientos, me fui a ver una película al cine. Ya era de noche y en el taxi decidí encender el celular. Creí explotaría por la cantidad de mensajes en el whatsapp de papá y las llamadas perdidas.
Michael me escribió diciéndome que debía irse antes pues mamá lo necesitaba para el ensayo de boda y lamentaba no pasar más tiempo junto a mí, sin mucho ánimo me dirigí a la cocina y tome un vaso de agua, subí las escaleras tratando de no hacer mucho ruido, pero un brazo me halo y me atrapo.
-¿Por qué te fuiste? ¿Por qué no me contestaste? (su tono grave algo enfadado)
-Déjame que muy a gusto te encontrabas ahora hablando con esas
-¿Estas celosa? (Su tono irónico solo hizo que me molestara más y tratara de zafarme pero más fuerte me agarro)
-Mi vida yo no tengo más ojos para ti, solo quería comprobar si tanto me amas, ahora me entiendes, entiendes porque me pongo como loco fuera de mi cada que te veo cerca de otro hombre que no sea yo.
-Si papi se sintió horrible, no quiero verte cerca de otra mujer eso me puso muy celosa, eres mío (sus manos se metieron entre mi ropa y sus dedos apretaba mi rajita sacándome gemidos y mojándome toda)
-Si mi amor, soy tuyo, siempre tuyo. Tu eres mía me perteneces, nadie que no sea yo puede tocarte, eres mía naciste para mí.
Su duro miembro se pegaba entre mis nalgas y sus besos derretían mi cuello, ya necesitaba que me hiciera suya otra vez, nos dirigimos a nuestra habitación la ropa fue dejando un rastro de camino a ella, me agarro con fuerza sus manos recorrían todo mi cuerpo y yo no podía dejar de gemir.
Su respiración agitada mientras comenzó a bombearme y sus dedos entrando en mi anito, como siempre me tenía a su antojo haciendo de mi lo que quisiera. Cuantas posiciones hicimos, necesitábamos ese encuentro que se había aletargado por la presencia de mi hermano, cuando termino de dilatar mi anito me puso en cuatro y lentamente me introdujo su verga, si bien me dolió mucho al principio, su dulce trato hizo de ese dolor el más placentero, no paro hasta correrse en mi culito. Sintiendo su fuerza sobre mí me hizo estremecer, olvidándome por completo del pequeño dolor, con cada estocada mis senos saltando era la perfecta mezcla. Esa noche me puse su camisa sin nada debajo y él solo con su boxer, recogimos la ropa solo para dejarla tirada en el piso de la habitación. Su descaro y el mío iba en aumento, en ese momento nació en mí el deseo de dejarle a todas claro que él me pertenecía...