Soy tu amo.... eres mi esclava.

Ella es tu esclava, pero tú debes hacer lo posible para que sea feliz. Ella hará lo que haga falta para satisfacerte. Esta es la historia de como ser un buen amo.

CAPÍTULO 1.    “La morena”

Me gusta el sexo, es mi pasión, he tenido muchas relaciones pero ninguna satisfactoria y al final he entendido el porqué, no quiero mujeres, lo que necesito son esclavas sexuales... putas obedientes. Nunca más tendré una relación sexual convencional, no la quiero. Sé cómo domesticar a una mujer, lo sé, he estado con muchas pero nunca lo he intentado por respeto hacia ellas... pero que más grande respeto hay que hacer que saquen a esa puta que llevan dentro?

Está es la historia en la que me convierto en el amo de muchas mujeres.

Me gusta siempre ir a los mismos sitios, mismos bares, mismas tiendas, mismos supermercados, misma peluquería. Me gusta que me conozcan y me traten como alguien especial, es una buena sensación.

En el bar donde voy, sentado en la terraza, puedo ver casi todo los días a un grupo de chicas que se sientan en un portal, me gusta oírlas reír y ver lo lindas que son, en especial una morena con la que ya hemos intercambiado muchas veces las miradas. Se que hoy es el día, sé que es el día en que ella hará el paso, lo sé porque siento que ella tiene curiosidad hacia mi.

No me he equivocado, veo como se levanta y contoneándose se acerca a mi mesa.

Morena: -Tienes un cigarrillo?

Yo: -No eres muy amable pidiendo las cosas, hacemos una trato, te lo doy si te lo fumas sentada en mi mesa.

Morena: -Eres un puto viejo verde

Yo: -Solo quiero un poco de compañía, nada más y por cierto tú tampoco eres una niña que digamos.

Morena: -Pero bastante más joven que tú. Busca a alguien de tu edad, adiós.

Me gusta ver cómo se va, su culo es increíblemente lindo, perfecto para ser azotado, para ser palmeado duramente.

Es un buen principio, tiene carácter no será fácil domesticar a esta morena, mejor, me gusta el reto.

Hay varios pasos para conseguir que una mujer sea tu esclava, los más importantes son la paciencia y el tiempo, todo el que haga falta.

No se puede pretender que en primera cita ya le digas que eres mi puta y que ella no solo lo acepte que si no encima le excite. Imposible. Se tiene que preparar el terreno antes de estar desnudos en la misma habitación. Por suerte hoy hay internet y eso te facilita mucho las cosas.

Si creéis que esto será un relato corto donde un hombre en un día consigue tener a una esclava estáis muy equivocad@s, si es fantasía lo que buscais ya podéis dejar de leer. Esto es una historia verdadera, todos los hechos aquí contados son ciertos y si lo que queréis es saber cómo se hace, entonces encantado de que sigáis leyendo esta historia. Y tú, mujer, si deseas saber lo que es placer de verdad, lo que es darse a un hombre, saber hasta donde puedes llegar, sentirte cuidada y protegida como nunca antes lo has notado, llegar a un placer tan extremo que serías capaz de hacer cualquier cosa por tu amo, entonces a ti también te permito que sigas leyendo.

Esto no va solo de sexo, esto es mucho más... es la entrega ciega de una esclava hacia su amo y el esfuerzo titánico para que el amo haga llegar a su perra domesticada a placeres inexplicables.

Ya es por la tarde del día siguiente, me gustaría explicaros como me gano la vida y que hago por las mañanas, pero eso será más adelante, ahora estoy ansioso por volver a ver a la morena.

Creo que dejará al lado su orgullo, no tiene otra si me quiere conocer y bueno no es que me quiera echar flores, pero realmente soy muy atractivo y pensar que llevamos muchos y muchos días jugando a las miradas.

Uf, esto no me lo esperaba, ya está sentada en mi mesa y no veo a sus amigas cerca, osea que ha venido expresamente a verme.

Yo:  -Hola.

Morena:  -Hoy has venido más tarde.

Yo:  -Tengo una vida muy ocupada.

Morena:  -Pensaba que no trabajabas.

Yo:  –Y no lo hago, trabajan para mi.

Morena:  -Bueno y mi cigarro?

Me siento en la mesa y le tiro el paquete de tabaco.. ella lo abre se pilla uno y se lo pone en la boca de una manera muy sensual. Me mira a los ojos y me exige fuego, no quiero ser cortés y lo único que hago es sacar el mechero del bolsillo y simplemente se lo acerco a donde ella lo pueda coger.

Morena: - No eres muy detallista, pensé que me darías fuego no el mechero, creía que la gente de tu edad era atento.

Yo:  - Bueno, tú no estás siendo muy amable y eso no me gusta, debes aprender a ser servicial para que un hombre como yo te cuide.

Morena: - Y si no quiero que me cuiden?

Yo: - Pues entonces no necesitas que te encienda el cigarro.

Juan, el camarero se nos acerca a la mesa, le pido dos de lo mío y se va con una sonrisa pícara al ver lo extraordinariamente sexual que es mi acompañante.

Morena: - Que me has pedido?

Yo: - Un Gin Tònic

Morena: - Me quieres emborrachar?

Yo: - No creo que esté hoy tanto tiempo contigo para que lo pueda hacer.

Estamos teniendo varios minutos en el que no nos decimos nada. Yo no paro de mirarla y ella se muestra firme, segura de sí misma, nota que le miró varias veces sus pechos, pero eso no la incomoda, le gusta sentirse observada.

Esa manera de ser siempre es algo a nuestro favor, si queremos a una esclava de las buenas, es importante que tenga seguridad eso hace que luego no tenga tanto miedo a enfrentarse a los retos que le irán llegando.

Juan llega con los cubatas, nos lo sirve y le hace una mirada viciosa a nuestra morena, ella le pone cara de asco, sabe que no es una cualquiera y que esté sentada conmigo no le da derecho al camarero a ser un guarro. Eso me agrada ya que me siento un afortunado y más cuando veo que abre el bolso y descaradamente saca un paquete de tabaco a dejado al descubierto sus intenciones conmigo, lo abre y extrae un cigarrillo, me lo da suavemente a la boca y cogiendo el mechero de la mesa me da fuego... rápidamente me lo quita y se incorpora a la silla, le da una buena calada seguida de un sorbo del cubata mientras me mira con cara de mala.

Joder, esta chica sabe lo que se hace, sabe cómo provocar a un hombre, como tenerlo tensionado. Al menos sé que lo del tabaco fue una excusa y de que no hayan venido hoy amigas suyas es simplemente porque no quiere que lo sepan. Tiene novio, otro punto a nuestro favor.

Morena: - No se para que querías que me sentara contigo si no me das nada de conversación.

Yo:. – Bueno, es por tu pecho.

Morena: - Que le pasa a mi pecho?

Yo: - Que es increíblemente precioso, nunca me había fijado, me encantan las mujeres con grandes pechos.

Morena: - Osea para eso querías que me sentara contigo? Para ver mis pechos?

Yo: - No los estoy viendo, me los imagino, no es tan grande ese escote que me llevas.

Morena: - Siempre eres tan descarado?

Yo: - No, la verdad es que no, sólo me ha pasado contigo.

Quiero hacer un inciso en este punto; más normas, ella siempre es la primera en todo, nunca pero nunca antes has hecho esto con nadie. Es importante que las trates como si fuera única, lo son, siempre son únicas por muchas que conozcas. Ya iremos hablando de esto más adelante y piensa que las mentiras son una buena arma.

Morena: - Y que te hace ser tan descarado conmigo?

Yo: - Tú atractivo.. haces que me vuelva un hombre vulnerable, un hombre que se siente inseguro ante tanta sexualidad. Eres diferente.

Morena: - Diferente en que?

Yo: - Je.. en todo. Desde tu manera de reír, tu manera de andar, tu manera de hablar, tu atrevimiento, tu picardía, tu dominio de la situación, tu seguridad, tu impertinencia, tu descaro en mirar a los ojos... Quieres que continúe?

Morena: - No me importaría, la verdad.

Yo: - Me imagino que tu novio te ha dicho más de una vez lo especial que eres.

Morena: - Porque crees que tengo novio?

Yo: - No lo creo, lo sé.

Morena: - No, no me lo dice o al menos con estas palabras.

Yo: - Al menos te hará feliz en todo?

Morena: - Es buen chico.

Yo: - No te he preguntado eso.

Morena: - No se qué decir, supongo que sí, es muy atento y está mucho por mi

Yo : - Me alegro. No entiendo el porqué chicas de vuestra edad quedáis ahí, en una portería.

Morena : - Es tradición, desde pequeñas quedamos ahí y hemos seguido quedando.

Yo : - Siempre que venía aquí lo primero que hacía era ver si estabas... Me enloquecí el primer día que te vi. Nunca vi a mujer más hermosa. Y cuando me mirabas me volvía un enamoradizo.

Morena : - Bueno, una vez viniste con una mujer y me sentí algo celosa.

Yo : - Pero tienes pareja.

Morena : - Nada. No creo que tenga nada que ver aquí. Sólo estamos hablando, no va a pasar nada.

Yo:. - Sabes, ni siquiera sé cómo te llamas.

Merena :  - Tania, me llamo Tania

Yo : - De niño me enamoré de una chica que se llamaba igual que tú. Me volví loco por ella.

Me gusta oír su voz, es agradable. Me habla de su trabajo, de sus amigas, hasta de sus padres. Me comenta que tiene una hermana mayor que sigue soltera y que no le para de insistir que solo se vive una vez que debe disfrutar de la vida aunque tenga novio.

Yo: - Y según tu hermana que es disfrutar de la vida?

Tania: - Salir, conocer gente, tener nuevas experiencias. No se.. cosas así.

Yo: - Me cae bien tu hermana. Deberías hacer caso a sus consejos, sobretodo lo de las experiencias nuevas.

Tania: - Y a ti? Que te hace disfrutar de la vida?

Yo: - El sexo.

Se hizo un pequeño silencio. No creo que se esperase esa respuesta pero es la verdad. De ella depende querer seguir o despedirse con una excusa. Me mira y sonríe. Sonríe de una manera diferente a las veces que antes ha sonreído, una sonrisa mucha más pícara.

Tània: - Así de sencillo? Sólo el sexo?

Yo: - Bueno, no es el sexo convencional lo que me hace feliz, es el sexo con mayúsculas.

Tània: - Y eso significa?

Yo: - Buscar los límites de la otra persona. Conseguir llegar más allá de donde antes se ha llegado. Tener los mínimos tabús. Conseguir experiencias antes desconocidas. Tener una pareja que no juzgue y que no sea juzgada por sus deseos sexuales. Simplemente dejarse llevar.

Tània: - Bueno, eso parece algo difícil de conseguir.

Yo: - No. Sólo es encontrar la persona con la se quiere y se puede hacer.

Tània: - Dime, la tienes? Esa persona digo.

Yo: - No, pero se que un día alguien aparecerá pidiendo un cigarro y acabará sentada en mi mesa.

Se ha sentido incómoda, ahora sí que sí las cosas las he dejado claras. Veremos si es o no una futura candidata a mis nuevas relaciones. Está medio sería medio asustada, es normal, aún así hay que seguir con lo que uno quiere. Ya no me apetecen más juegos normales, quiero o mejor dicho, necesito nuevas relaciones y ojalá ella sea una candidata. La encuentro tan increíblemente atractiva que me dolería no poder estar con ella.

Tania: - Mis relaciones siempre han sido como dices tú más bien convencionales.

Yo: - Pues ojalá algún día puedas experimentar otro tipo de relaciones.

Tania: - Siempre he sido curiosa. Sabes, muchas veces las mujeres tenemos miedo de dejarnos ir, que crean que somos unas putas.

Yo: - A mí me encantan las mujeres que se dejan ir. Nunca he juzgado a nadie y menos por el sexo. Creo que tienes el derecho de poder hacer lo que te plazca, siempre que sea consentido por ambos. Insisto, sólo es encontrar la pareja ideal.

Tània: - Però no todos los hombres son como tú.

Eso está bien, que me considere diferente. A tenido varias oportunidades para poderse haber levando de la mesa, pero ha seguido conmigo. Sin duda quiere experimentar relaciones nuevas. Es importante conseguir que esto no acabe aquí y poder seguir hablando con ella cuando quiera.

Yo : - Me encantaría poder hablar a cualquier hora contigo, quiero tu Telegram.

Morena: - No tengo y aunque tuviera no creo que sea buena idea dártelo, me da pánico que mi pareja vea alguna conversación extraña.

Me levanto y me siento en la silla de al lado suyo. Le pido su móvil y después de unos segundos me lo da. Le indico que me lo desbloquee y voy a Play Store a descargar un aplicación, luego Telegram.

Le abro la aplicación le pongo un código sencillo y paso telegram al segundo sistema, la borro del principal y la vuelvo a mirar. Enseguida entiende lo que he hecho.

Yo: - Debo irme, tengo unos asuntos pendientes. Te escribo esta noche, no tengas miedo, será nuestro pequeño secreto, nuestro mundo. Nadie sabrá nada, estaremos tú y yo solos.

Tania: - No lo sé, espero que sea así, nunca había hecho algo igual, me encuentro estraña, pero sí, me gustará que me escribas.

Yo: - Lo sé.

Me acerco a ella y acaricio su cara, le doy un beso, largo, pero solo un beso. No le doy tiempo a que haga o diga nada, me voy... Simplemente me voy. Ya estamos conectados, ya podemos hablar cuando queramos, no se puede pedir mas.

Ahora viene la segunda parte, el juego en el telegram. Veremos hasta donde quiere llegar y si es o no lo que busco.

En la misma época en la que conozco a Tania, ya tengo dos relaciones en marcha:

Ingrid... Una mujer increíble que ya llevamos varias semanas escribiendo sin parar. Aún no está lista para el siguiente paso pero sin duda pronto lo estará.

Alba... Una chica simplemente espectacular, nacida para ser un perra obediente, deseosa de experimentar todo. Un diamante, y preparada ya para poder tener nuestro primer encuentro.

Las dos casadas e Ingrid con una hija, siempre es mejor que tengan pareja, así puedes marcar los tiempos.

FIN DEL CAPÍTULO 1.

Nota del autor:

No sé si os interesa seguir leyendo sobre esta etapa de mi vida, pero que sepáis que si lo deseáis y pedís la segunda parte no os va defraudar, ya que os pienso hablar del primer encuentro con Alba, algo que incluso a mi me sorprendió, como os he comentado ella ha nacido para esto, para dar placer, para ser la puta que cualquier amo desea.

La esclava perfecta.

Espero vuestros comentarios.