Soy sumisa?? 3

Una chica se adentra enel mundo de la sumisión... le gustará?

Escuchó como se quitaba el cinturón y ya se imaginó lo que le iba a pasar, se había portado mal... Le acariciaba las nalgas con el, jugando con ella, mientras esperaba recibir un golpe lo que notaba era le contacto del cuero con sus nalgas, sus piernas.... Se había quedado mas trankila hasta q un fuerte golpe en la nalga derecha le hizo gritar y levantarse de la mesa. El la volvió a sujetar por la correa y la acercó a su cara. En un tono fuerte pero bajo le dijo “shhhh , te lo has ganado, no quiero ni oirte gritar ni moverte de la mesa” Un escalofrío le recorrió tod el cuerpo, con ayuda de el se volvió a colocar en la mesa, esperando el golpe. El repitió la operación, siguió acariciando su espalda, muslos, entrepierna con el cinturón hasta que sin aviso le asestó otro golpe con el cinturón. Ella volvió a levantarse y aunq casi no gritó se llevaba las manos a donde le había golpeado. Esta vez el, con el cinturón le sujetó las manos a la espalda, volvió a tirar de la correa y la volvió a colocar en la mesa, pero sin estar inclinada , estaba de rodillas, con las piernas separada, sus nalgas reposando sobre sus talones y las manos sujetas a la espalda. Seguía expuesta y con las pulsaciones otra vez muy altas, estuvo así un par de minutos mientras el seguí cogiendo algo del cajón. La situación le seguía gustando, a pesar del dolor de los azotes estos no habían hecho mas q subirle el grado de excitación. Se colocó delante de ella y le levantó el antifaz. Ahí estaba el, con su pantalón y camisa negra, su máscara de tela y con un sospechoso estuche en las manos. Abrió la cremallera y le mostró lo q había dentro, diferentes agujas colocadas en sus envases plastificados. Sara se quedó helada, no se le movía ni un músculo del cuerpo.... Cogión una de las agujas y la retiró de su plástico, se la enseñó a Sara que no movía ni un párpado, dejó el resto encima de la mesa y con la punta de la aguja tocó un pezón. A pesar de todo ella ni se movía, sólo miraba la aguja, como acariciaba el pezón con el metal dándole a entender que se lo atravesaría con la aguja si no obedecía. Después de jugar con ella otro par de minutos por sus pechos y pezones... dejó la aguja en el estuche y volvió a ponerle el antifaz. Se llevó las agujas y volvió a inclinarla sobre la mesa, se esforzó en inclinarse lo mas posible, para estar mas expuesta para el. Se colocó a su espalda y volvió a jugar con el cinturón, los 4 correazos que le cayeron en cada nalga no consiguieron que Sara se moviera de su sitio. El le acarició la parte enrojecida con la mano, como dando su aprobación a la forma de recibir el castigo. Se puso de rodillas y sujetándola por los muslos empezó a pasar su lengua por su hendidura. Comenzaba por el final de la espalda, pasando por la entrada de su ano, como intentando penetrárselo con la lengua, aunque a ella esa puerta de su cuerpo no le había excitado nunca, en ese momento le provocaba mucho placer. Se encontrabaotra vez cerca del orgasmo, todas las sensaciones vividas no hacía otra cosa q excitarle. El seguía bajando y ahora le tocaba a la otra puerta, la delantera, el parecía recoger todos sus jugos con la lengua, introducía su lengua dentro de ella, jugaba con sus labios, los chupaba, los mordisqueaba ligeramente y tiraba de ellos... Sara comenzaba a jadear, la llegada de un nuevo orgasmo estaba cerca. El se detuvo de nuevo, le acariciaba las piernas, las nalgas aún marcadas por el cinturón, el abdomen y subía hasta sus pechos, apretándolos, jugando con sus pezones. Se acercó a a u oído y le dijo “no se te ocurra correrte sin mi permiso o tendré q castigarte de nuevo, si te quieres correr dime please, yo te diré cuando puedes hacerlo” Ella que estaba a punto de sucumbir a su segundo orgasmo no sabía como hacer, intentaba pensar en otra cosa pero la ávida lengua de David había llegado a su clítoris, con las manos separaba sus labios vaginales y con la lengua y sus gruesos labios hacía crecer su pequeño botón de juegos. La excitación era máxima y no le quedó otro remedio q decir la palabra mágica “please, please” decía como implorando. El paró, se levantó y la rodeaba, mirando para ella, de vez en cuando la acariciaba, la espalda, las nalgas, las piernas. Tenía la respiración como un corredor de fondo, los pulmones no daban cogido aire, pero el no se acercaba, estaba sentado en la cama mirando para ella. La dejó relajarse y se volvió a colocar a su espalda, volvió a empezar por el final de su espalda, a jugar con la entrada de su ano, siguió con su coño y … Sara ya estaba diciendo “please” de nuevo.... “si te quieres correr quiero que me digas que eres mía, que me obedecerás sin ningún tipo de límite, que podré hacer contigo lo que quiera, cuando y donde quiera...” “Si mi amo, seré suya, haga conmigo lo que quiera, donde quiera,... Soy suya para siempre....PLEASE, PLEASE” “Sabía que podía confiar en ti”, contestó David, colocándose otra vez a su espalda y usando su lengua para arrancarle el segundo orgasmo, ella se movía para todos los lados, parecía q tenía una descarga eléctrica, el continuaba lamiendo su coño, su cliti.... Parecía que no terminaba nunca hasta q se quedó quieta, cogiendo aire a bocanadas....

El la incorporó la puso de pié, la cogió en aire, en su regazo y la apoyó en la cama, le quitó el collar, el cinturón y la acarició, relajándola. Ella se puso en posición fetal y el la cubrió con un edredón, se fue al baño y ella notaba que manipulaba algún aparato. Hasta q volvió a junto de ella y le dijo,

“me voy, cuenta hasta 20 y levántate, te he dejado algo en la mesa y una nota, ya me dirás”

Le dió una caricia y escuchó q se iba, esperó un poco, se quitó la venda y fué a la mesa. Había una tarjeta de memoria y una nota.

“Hola Sara, he grabado nuestra sesión, será un buen recuerdo y la única copia que hay, si quieres continuar con nuestros juegos debes hacerme llegar una copia del video y cumplir con lo que me dijiste hoy en la sesión, ser mía. Espero tu respuesta”