Soy profesor (2)

Su vulva se había ajustado plenamente a mi grueso tamaño y mi inmenso tronco estaba entrando y saliendo suavemente de su húmeda grieta.

Soy profesor - 2

Les recomiendo leer la primera parte antes.

Ha transcurrido seis meses, me siento mas seguro en el trabajo y he comenzado a comerme con los ojos a las apoderadas que van en busca de sus hijos, doña Ester que a sus 46 años mira por el hombro a ver si algún macho se la saborea, esta que salta y mas aún ahora que su hombre anda de viaje por el Sur del país, esto hace como dos semanas, tiene sus años, pero creo que daría una buena lucha y con la experiencia a lo mejor es de primera la lucha.

Cito a la famosa Ester para conversar de su hijo que esta fallando en clases, esta dice que no puede venir en la mañana, pero si mas tarde, la cito a la hora de merienda y le digo tráigase unos picarones para tomar el té mientras conversamos, llega a la merienda y trae rosquitas para acompañar la taza de té, la recibo en la cocina, pero como es curiosa insiste en ver donde vivo, le doy en el gusto e ingresa a mi despacho dormitorio, preguntando por el computador , radio-tv, etc. por sobre su hombro le voy explicando y soplo su pelo pues me cosquillea la nariz, no hagas eso me dice que eres muy joven para mi y te puedo despedazar, cuidado le digo, no crea que soy muy niño varias se han rendido en esta cama, han consumado el acto ante este pecho, mucha propaganda y pocos hechos me dice…, mirándome a los ojos, picado en mi amor propio la tomo y comienzo a galantear, mírame como lo hacías al principio, quizás ahora me dediques una de tus sonrisas pícaras, de esas que hacen que me ponga nervioso.

Sí, lo he hecho. Pero por lo que veo eso no quiere decir que haya sido el final de nada, porque me conduces a la cama, recorriéndola con mis dedos sus sensibles zonas como son sus pechos y posaderas la empujo hacia la cama.

¿Quieres ponerte encima?

Si, déjame hacerte sentir el peso de mi cuerpo

Al cabo de unos minutos esta que se inflama por la loca pasión de su cuerpo, cae sobre la cama y manoseo sus piernas aprovechando de subir sus vestimentas al tiempo que saco mis ropas, mira mi campeón y lo agarra entre sus manos y le musita serás mío. Al sobarlo este crece y esta duro dispuesto a justificar su crecimiento, comienzo a recorrerla por sus piernas bajando su ropa interior, recojo su vestido y subo sobre su cintura; luego, mi duro miembro, lo ubico en su entrepiernas, estoy tratando de entrar, mientras ella sube sus muslos, y así penetrárselo hasta el fondo, resopla al sentir como este va trepanando su ingreso en su matriz.

Lo estás haciendo muy despacio, no me haces daño, todo lo contrario

. Suavemente y cuando estoy ya en el interior termino de adentrarte en ella con un fuerte golpe que la hace vibrar y consigue excitarme más aún.

Empiezo a bailar sobre ella. Su movimiento se va compenetrando con el mío. Pero esta vez es diferente, mi cuerpo se ha dejado llevar demasiado y no puedo controlarlo. Ella tampoco pareces tener el control del suyo. Se oyen gemidos, son el resultado del orgasmo que esta teniendo.

No pares ahora, dice.

Me hace caso, porque cada vez lo noto más adentro, noto como lo hago, ella fuerza contra mí, yo también la hago, porque quiero alcanzarla hasta lo más profundo. Una y otra vez, no puedo más voy a estallar, voy a estallar de placer. Estaba muy excitada, sólo gemía muy alto y se empujaba contra mí, mientras la cogía para hacerla venirse. Le dolía, pero era feliz, el dolor daba paso al placer, yo metía y sacaba mi pistón hundiéndolo cada vez más profundo con cada empujón hasta que finalmente toda mi herramienta estaba completamente dentro de ella. Su vulva se había ajustado plenamente a mi grueso tamaño y mi inmenso tronco estaba entrando y saliendo suavemente de su húmeda grieta. Media hora nos estremecemos uno sobre el otro, logrando un esplendoroso coito.

Cuando se retira amenaza con volver dentro de dos días por mas, te estaré esperando le digo. No volvió solo dos días después, sino que volvió por dos meses periódicamente, me creía un súper macho y también pensaba que sería de mí si seguía por ese camino, lógico nueva embarazada, yo era joven y no usaba ningún elemento de protección. Así transcurre este año, con mujeres casadas y por mi parte un potro salvaje. Luego llegan las vacaciones.

Comienzo mi segundo año en esta escuelita y no llevaba ni una semana de clases cuando se acerco a charlar la mujer del pastor de la iglesia protestante del lugar, quien era una recién llegada, que añoraba a la ciudad y hacia tres meses que estaba, según ella, prisionera en estos campos. Tenia dos hijos estudiando en el colegio y la menor de 9 años seria alumna mía, ella tenia 35 años

A los siguientes días, por casi un mes, por las tarde iba Ximena, así se llamaba la mujer del pastor, fue a conversar conmigo, necesitaba conversar con gente de la ciudad para no hablar como una campesina, me dijo. La hacia pasar a mi despacho dormitorio donde conversamos largo rato, mientras su esposo recorría la comarca en busca de los feligreses, me contaba las novedades del lugar, sabia toda las novedades del sector, que los viejos eran idiotas y no tenían amistades, que en el molino estaba Julia una mujer de 28 años casada con el molinero de 50, por que era coja y que nadie la tomaba en cuenta por ese detalle, los hombres de aquí son así, me dijo. Ximena no era fea ni tenia mal cuerpo, a pesar de tener dos hijos , pero vestía muy suelta su ropa la que no mostraba el modelado cuerpo que tenia, se lo hice saber…, es que mi marido me dice que vista así, respondió, que loco dije, al tiempo que tomando su vestido lo tire hacia atrás con ambas manos y casi la abrazaba, destacando sus contornos y modelando su cuerpo, …cuidado me dijo que soy casada…, yo soy soltero reí, en eso un botón de su bata se abrió y me mostró el comienzo de sus senos y su profundo valle, lo mire con malicia, ella solo respiró mas profundo, apreté con una sola mano la bata por detrás de ella y con la otra arregle sus cabello en un moño hacia atrás, levanto su cabeza y quedaron sus labios a la altura de mis labios, la mire y la bese…, estoy casada me repitió…, pero no se aparto, bese su cuello…, cuidado me dijo, que estos tres meses mi marido ni me mira por el trabajo y lo cansado que llega, bese el comienzo de sus valle entre sus pechos…, gimió y vibró su cuerpo, estoy casada balbució, no le hice caso y la arrime contra la cama, al chocar con ella cae sobre esta y yo encima de ella.., por favor me dijo…, soy casada…, pero no me apartó, metí mi mano entre sus piernas sobándolas hasta su entrepierna, se abrió mas de piernas y de nuevo me repitió…, soy casada…, tengo hijos…, acaricie su monte de Venus, aparte su calzoncito y sobe las carnes de sus labios vaginales…, se encogió y vibro todo su cuerpo, relajándose y llegando a un éxtasis que aproveché para sacar mis pantalones y dejar mi pene entre sus piernas, lo apretujó con sus muslos al tiempo que le llegaba a un orgasmo, como vibraba y se sacudía, logre ensamblarle la cabeza de mi miembro entre sus labios sexuales, elevo sus caderas introduciéndoselo adentro, llegando este a fondo por lo mojado que estaba esa matriz. Comenzó unos estremecimientos y oscilaciones que tuve solamente que preocuparme de no ser desmontado, a los diez minutos estaba pataleando, sollozando en medio de otro orgasmo, y me apretaba con sus piernas a la altura de mis caderas contra su sexo para que no retirara mi pene y saturarse hasta la enajenación de sus espasmos vaginales…, soy casada, repetía…, soy casada…, tengo hijos……Luego vacié mi semen en su interior llegando estos hasta lo mas profundo de su útero, a través de dos fuertes sacudidas que la dejaron perturbada en el éxtasis del goce de ser poseída por un recio órgano.

Al salirse este después de cumplir su rol, salía de su sexo borbotones de secreciones que chorreaban entre sus glúteos. Me confeso que su marido no la tomaba en cuenta por las noches desde hacia tres meses o mas. Hoy he sido satisfecha y créeme seré tuya cuantas veces lo desees.

A los siguientes meses Ximena, la señora del pastor, ha pasado por mi cama unas diez veces cada mes, me comunica que su marido va a curso por dos semanas a la capital, que se quedaría sola en esos días, a cargo de sus hijos. Que bien le contesto quince días para nosotros dos, trato de abrazarla y llevarla a mi despacho-dormitorio, pero se opone por que ayer le llegó la visita mensual, me dice, su marido se va este jueves y no vuelve hasta 16 o 17 días, tomo en cuenta lo que me dice su menstruación llegó hace dos días y marido ausente por mas de 15 días, hay que tener cuidado, dice, estaré como para quedar embarazada y sin que me de cuenta, mi mente se programa, la embarazo, no la embarazo, su marido en la capital y yo aprovechando, por que los días mas fértiles que tenia, para rociarla diariamente, queda ahí fecundada.

En esos días no hay día que Ximena no visite mi aposento, y algunas veces hasta la visito en las noches y duermo junto a ella, sin que sus hijos se den cuenta, pasan los días y vuelve el pastor, pasan dos meses y me comunicó Ximena que está esperando un hijo mío, dijo, "espero que calles que este hijo es tuyo", eso depende de ti, le contesto si sigues viniendo a verme yo siempre callare, por que no deseo hacerte uno, sino varios hijos.

Pasan los meses y ella me confirma que esta embarazada, pero también me informa que ella y su familia en un mes mas se van a la capital de la región, pues su marido le fue muy bien en el curso y asumirá la ayudantia de una iglesia grande en esa capital. Me pide que calle por siempre que el hijo que ella lleva en su vientre sea mío. Lo amare siempre, pero tú guardaras silencio por vida, me dice.

Al mes siguiente la perdí, por que parte a su nueva localidad acompañando a su esposo pastor.

Me enfermo por el clima del sur, al cual no estoy muy acostumbrado, y la única persona que verdaderamente se preocupa visitándome hasta cinco veces en el día, para ver mi situación de enfermo y me trae remedios caseros para mejorarme, es Julia la coja del molinero….Bueno esa es otra historia.