Soy prácticamente virgen

Relato mitad real, mitad ficción que viví con otra lectora deseosa de ser follada aun teniendo novio. Contiene sexo forzado y dominación.

Este “relato” nace de otra lectora que me escribió por lo mucho que le había gustado mi relato de lectora admiradora, le gustó tanto que quiso agradecerme lo mucho que lo había disfrutado; confesó que había perdido la cuenta de las veces que se había masturbado imaginándose ser la protagonista. Es una chica joven, 21 añitos, con poca experiencia, que nunca ha probado nada de bdsm y mucho menos del forced pero que no sabe por qué le excita muchísimo.

Le contesto agradeciendo sus palabras, a todo escritor le gusta conocer la opinión de nuestros lectores, cómo lo disfrutan, qué han sentido al discurrir por los viajes imaginarios de nuestras palabras. Le advierto que las fantasías son distintas en la cabeza que en la realidad, que hay cosas que es mejor seguir imaginándolas como fantasías.

Al final del mail de agradecimiento me pregunta si lo que escribo es fábula, o si de verdad he probado las cosas sobre las que escribo. Le contesto que también todo escritor cuando cuenta una historia está plasmando una parte de sí mismo, que sí, tengo ya varios años de experiencia en el bdsm…

Su siguiente correo es para expresar lo feliz que le hace saberlo, que sea real lo que cuento, que lleva tiempo masturbándose con páginas de relatos y vídeos sobre sexo forzado, ataduras, sometimiento, le encantaría sentirse así, aunque no sabe muy bien por dónde empezar.

“Dentro de mi cabeza es todo increíble pero sí me da miedo llevarlo a la práctica, espero poder seguir en contacto.”

Esta zorra se muere por tener un amo y que la sometan, así que le ordeno que si quiere mantener el contacto tendrá que dirigirse a mí como su amo o señor y dando las gracias por dedicarle mi valioso tiempo.

Ella accede gustosa, aunque es una chica tímida e insegura, no llega al metro sesenta, no se considera atractiva y tiene poca experiencia. Confiesa que sólo se ha acostado con dos chicos y uno de ellos es su novio, con el que vive, aunque ahora las cosas no van demasiado bien. Me cuenta que ni de coña se plantea proponerle fantasías raras, su novio es de los de sexo rápido, correrse y ya, que no le come el coño, que tiene el culito virgen y que muchas veces necesita terminar ella sola por su cuenta.

“Creo que se podría decir que casi soy virgen.”

Muy tímida pero está pidiendo guerra a gritos, así que aprovecho que coincide que el fin de semana había una exposición en su ciudad y decido ir… y acompañado por mi amigo Javier que también le gusta el mundillo. Un plan perfecto, vamos a la exposición y al acabar nos vamos a follar a mi nueva sumisa que se muere porque le estrene el culito.

El sábado en cuestión, su novio ha quedado para salir con sus amigos de borrachera así que no molestará, a ella le comento que ya que estaré por su ciudad por qué no tomarse un café, ¿qué puede pasar? No todos mis cafés acaban como los de mis relatos… A ella le cuesta mucho quedar, tiene demasiada inseguridad, que a su novio no le gustaría… pero al final quedamos, pero insistiéndome que un café y que se va a su casa.

El sábado, se pasa el día dudando de si quedar, le voy diciendo según estamos viendo la exposición que ya puede poner su puto culo en camino hacia el palacio de exposiciones o que se olvide de volver a saber de mí, sigue dudando; ya a eso de casi las 23 le digo que ya estoy acabando y que cuando salga o está allí cojo el coche y arranco. Me pide disculpas y que en veinte minutos llega hasta donde estoy.

Le doy la indicación de una cafetería cercana y le digo a Javier, del que no le he hablado a ella, que se siente en otra mesa, que espere a que yo le haga una señal para que se una a nuestra mesa.

La muy putita llega más tarde de los veinte minutos, llega acalorada y nerviosa, pequeñas gotas de sudor bajan por la frente y el cuello, ha venido corriendo desde su casa. El pelo recogido en una coleta, una sudadera, vaqueras y unas zapatillas deportivas; viene sin ningún detalle morboso, ni maquillaje siquiera.

Se disculpa por la tardanza, que no la mire, es evidente que la ropa amplia es para no mostrar su físico del que se avergüenza, es cierto que está un poco pasada de peso, pero es una chica mona que no sabe sacarse partido, un poco de ejercicio y vestirse con coquetería y podría conseguir al chico que quisiese.

Cuando por fin se relaja un poco, le hago la seña a Javier para que se siente a la mesa, la pobre niña casi le da un infarto, trato de tranquilizarla que es un amigo y que lo sabe todo de ella, que no se preocupe que también es un dom y que quien sabe algún día se la cedo para que la use.

La pobre chiquilla se pone roja, baja la cabeza y pide por favor irse que no quiere que su novio se entere de que ha estado allí, que alguien puede vernos. Le digo que vale, que se suba al coche que la llevamos hasta donde nos diga.

Al llegar al coche, mi amigo muy amable le abre la puerta del asiento del copiloto y él se sube detrás, una vez subidos todos al coche le digo que me indique por dónde ir. Todo va normal, pero al llegar a un cruce en lugar de girar a la derecha sigo de frente.

-Eh!! Qué te has equivocado, te dije a la derecha-

-Ah, perdona, es que iba distraído, es el camino que hago siempre para volver a Santiago y ya voy en automático. En donde pueda doy la vuelta-

Pero en lugar de eso, seguí recto hacia un mirador cercano en un bosque que rodea la ciudad, ya lo conozco de haber subido a alguna chica a follarmela en el coche, el clásico sitio de coches de parejitas.

-¿Qué haces? Ya podías haber dado la vuelta tres veces. ¡Para ya!- protesta.

-Tranquila, si hace una noche estupenda, ya que estamos podemos subir hasta el mirador que hace tiempo que no subo y de noche la vista es preciosa-

-No me apetece. Para el coche, id vosotros si queréis. Yo me vuelvo andando si hace falta-

Ante sus protestas, me metí a la derecha de la carretera, en un claro de una ruta peatonal para subir, paré el coche y Javier que estaba sentada detrás de ella le agarró los brazos y se los ató detrás del respaldo del coche.

-¡Qué haces! ¡Joder, no!- protestó intentando forcejear.

-¡Calla puta!- le di una bofetada. –Te vamos a follar, mi amigo lleva ya un mes sin mojar y necesita un chochito. Hoy vas a dejar de ser de virgen del todo.-

Ella estaba paralizada por el miedo y la sorpresa, esperé un par de segundos, seguía sin reaccionar ni gritar, le metí mano a la entrepierna y empecé a acariciarle el coño.

-Sabes lo que va a pasar zorra, lo estás deseando. Si quieres que no pase nada, tan solo has de decir la palabra mágica y tu sueño se acabará-

Le desabroché el vaquero y ya sin bajarle las bragas podía notar como se había mojado la muy guarra, la humedad empapaba el algodón y bajaba por sus muslos.

-Mira qué zorra eres. Piensa en tu novio, en que no sabe cómo tratarte, esta noche te van a dar polla de verdad, voy a estrenarte el culo.-

-Para por favor, no quiero esto, mi novio… no…- gimoteaba la muy puta

Le metí dos dedos por el coño, se los metí rectos, cerrar el puño con los dedos dentro del coño y con el pulgar pulsar la punta del rosadito clítoris, se lo masajeaba en pequeños círculos pulsándolo con fuerza. Gimió más fuete.

-¿Qué dices puta? No te oigo- y le metí un tercer dedo sin dificultad de lo lubricada que estaba, poniendo la mano de canto le metí el cuarto dedo, ella empujó la cadera hacia adelante para facilitarme el acceso, empujaba su cuerpo para sentirlos más hondos.

-No… no puedo… no debo… tengo nov…- sus gemidos lastimeros eran cada vez más inaudibles.

Javier desde atrás empezó a meterle las manos por debajo de la sudadera y sobarle los pechos, quité la mano de su coño, estaba empapada me la limpié contra la sudadera y su cara. Abrí la guantera allí llevaba un huevo vibrador con apéndice para clítoris bastante gordo y se metí debajo de las bragas. Al encenderlo se estremeció como si le hubiesen dado un aguijonazo, aquel juguetito tenía 20 formas distintas de vibración aleatorias, y volví a arrancar el coche.

Mientras conducía buscando un lugar menos indiscreto y más apartado, Javier le había levantado la sudadera y el sujetador dejando aquellos dos grandes pechos al aire, grandes y caídos, areolas grandes, redondas y oscuras, le pellizcaba los pezones estirándoselos hasta donde le alcanzaba el brazo.

Llegamos a un punto anterior al mirador donde estaban la mayoría de parejas, quería más discreción para lo que allí iba a pasar. Detuve el coche, apagué el motor y me bajé del coche mientras Javier le seguía sobando las tetas, cuando abro la puerta del copiloto Javier se estaba descojonando porque la muy puta se estaba corriendo, estaba con la boca abierta, los ojos cerrados temblando y soltando grititos.

-Me corro, ah cabrones, no puedo más- y se corrió soltando un chorro de líquido empapando el asiento.

-Serás hija de puta, ¡qué me manchas los asientos!-

La agarré del brazo tirando de su cuerpo para bajarla del coche, se dejó caer de lado como un peso muerto, entre los últimos palpitos del orgasmo y que tenía las manos atadas a la espalda.

-Lo siento amo, no quería- musitaba, mientras caía al suelo de rodillas.

-Pues vas a limpiarlo con la lengua- tal como estaba le empujé la cabeza contra el asiento quedando su gordo culo en pompa. Lo que aproveché para terminar de quitarle los pantalones y las bragas.

-Chupa zorra, prepárate para llevar la azotaina de tu vida por correrte sin permiso-

Javier se bajó del coche terminando de reírse y encenderse un cigarrillo, doblé el cinturón y sin quitarle el huevo vibrador empecé a azotarla. Ella trataba de lamer el sillón entre gemidos y los gritos por cada azote que le caía.

-Por favor señor… ahhhh… por favor… me voy a correr otra vez-

-Serás puta, de eso nada- la azoté más fuerte y más gritaba de gusto la muy zorra. Cuando empezaba a correrse otra vez, paré de azotarla y le quité de golpe el vibrador dejándole el orgasmo a medias.

-Ahhh… ¡¡NOOOOOO!!-

Se retorcía, girándose apretando y frotándose los muslos buscando terminar el orgasmo. Me bajé los pantalones y acerqué mi polla a su encharcado coño y se la restregué por el coño, lubricando mi polla, con las manos le separé los glúteos y le escupí en el culo y sin más preámbulo se la metí entre gritos de dolor. Protestaba la muy puta, pero no paré hasta clavársela entera y mis huevos chocar contra sus nalgas.

-Dije que te iba a estrenar el culo, puta- me quedó quieto esperando a que se relajase y el culo se hiciese a mi polla.

-Joder tío, has sido un poco bruto- dijo Javier tirando el cigarrillo.

Javier que estaba cachondo se subió al puesto de conductor, se sacó la polla, agarró la coleta de pelo de la zorra, tirando hasta llevar su cabeza hasta su polla.

-Chupa zorra. Que esto parece que tampoco te han dado mucho-

La putita se resistía, apretaba los labios, así que le pegué una embestida dentro del culo que le hizo abrir la boca como un pez y tragarse la polla de Javier. Ya se estaba acostumbrando a mi polla y empecé a meterla y sacársela lentamente. Cada vez iba más rápido y la muy zorra aún con la polla de Javier en su garganta podía oírla gemir de lo que estaba disfrutando.

De lo cachonda que estaba, le estaba viniendo otro orgasmo, podía notarlo en las contracciones que estrujaban mi polla y con lo estrechito de su culo, no pude aguantar más.

-Me voy a correr dentro de tu culo, puta-

Los dos empezamos a gemir, mientras nos corríamos a la vez, ella otra vez soltando chorros como una fuente y yo inundando su culo de lefa. Saqué la polla de su culo, viendo como una gota de mi semen se deslizaba por su culo.

La agarré por la coleta y la saqué del coche dejándola de rodillas apoyada contra la aleta del coche, entre los gritos de protesta tanto de ella como de Javier.

-Tío, que me dejas sin mamada-

La agarré del cuello le escupí en la cara y agarrándola de la mandíbula, le puse la polla llena de restos marrones de su culo y el pringue de mi corrida.

-Ahora me vas a limpiar la polla, vas comerte tu propia mierda-

Y le metí la polla en la boca, puso cara de asco y se la sacó de la boca girando la cabeza.

-¿Qué crees que haces zorra? Prefieres que me limpie la polla en tu ropa y ver como después se lo explicas al cornudo de tu novio.-

-Eres un hijo de puta- decía entre lágrimas, pero abriendo la boca y se la volví a meter para que me la chupase hasta dejármela limpia.

-Javier tu turno- dije cuando me di por satisfecho.

Javier la levantó y la tumbó sobre el capó quedando espatarrada de piernas y las tetas aplastadas como globos de agua sobre su torso, no se lo pensó dos veces y le metió media polla en el coño, ella aulló mientras Javier le levantó las piernas y se las puso sobre sus hombros, y se la fue metiendo centímetro a centímetro mientras la muy puta no dejaba de mojarse, apretaba la boca para no gritar de gusto. Cuando ya quedaba poco de un golpe de cadera se la clavó del todo.

-No parad, te habrás puesto un condón, que no tomo la píldora ni nada-  Yo desde el otro lado del capó le apreté las tetas y le escupí en la cara.

-De eso nada zorra, a pelo para que sientas una buena follada, y no se te ocurra correrte porque si no harás que Javier se corra dentro de tí y no quieres eso, ¿verdad?-

Javier seguía embistiéndola de forma cada vez más salvaje, los golpes de su cadera contra el empapado coño soñaba como un chof apagado, ella soltando entre gemidos que parásemos que no quería, que se iba a quedar embarazada. Saqué de la chaqueta unas pinzas regulables unidas por una cadena, que le coloqué en los pezones, y la cadena que las unía se la metí en la boca.

-Toma zorra, si ves que no puedes más muerde la cadena y tira de ella, a ver si el dolor en tus pezones te quita las ganas de correrte.-

Abrió la boca y mordió la cadena con fuerza, si no fuese de acero la habría partido, gemía y estiraba la cabeza hacia arriba para que le tirase de los pezones, pero seguía protestando, estaba a punto de correrse.

-Putita, si te corres, harás con las contracciones de tu coño que Javier también se corra. Piensa en lo que sería tener un niño con los genes de Javier que seguro es mucho más hombre y más guapo que el cornudo de tu novio.-

Ella asentía y escupió la cadena, empezó a gritar.

-Basta joder, ya no aguanto más, fóllame quiero sentirte dentro, fóllame, fóllame-

Javier aumentó el ritmo, y por un momento creí que se iba a correr dentro de ella, pero en el úlitmo momento se la sacó del coño, y con dos sacudidas se corrió como un búfalo, mientras la zorra tenía otro orgasmo. Javier se corrió a borbotones salpicándole todo el cuerpo, desde la ingle hasta la cara, el cuello, las tetas. Ella seguía corriéndose a cada golpe de lefa que le caía y temblaba. Al apartarse Javier, la zorra resbaló del capó para acabar otra vez en el suelo, lo que aprovechó mi colega para metersela en la boca y que le chupara los restos de lefa que le quedaban en la punta del capullo.

Yo recogí sus bragas y le limpiaba la cara con ellas a modo de pañuelo, pero solo le limpié la cara y el cuello, que ya poco podían limpiar de lo mojadas que estaban de su corrida y la lefa de Javier.

-Toma, ya puedes volver a ponértelas. Y vístete. Javier suéltale las manos-

Ella desconcertada, se pasó el dorso de la mano por la cara de lo pringosa que se sentía, me miraba con odio, ya fuese por el frío o por miedo a montar una escena, obedeció y se vistió. Una vez que terminó nos subimos todos al coche y emprendimos vuelta, con ella muy quieta, llevaba la cabeza agachada sin decir nada.

-Pobre novio, por ahí de juerga con los amigos creyendo que tiene novia fiel, mientras la muy puta se come las pollas a pares.- soltó Javier desde su asiento.

-Bien putita, no puedes lavarte hasta que haya vuelto el cornudo de tu novio y lo recibas como merece, que le beses con tu boca de chupapollas y el coño lleno de lefa de un macho de verdad-

Ni contestó, cuando llegamos al centro y paré el coche para que se bajase, abrió la puerta se quedó quieta indecisa, se giró y por fin dijo algo.

-¿Me volverá a llamar… señor? Me gustaría volver a quedar y si quiere… su amigo también.

Y nos fuimos.