¿Soy pacifista?
Mi reflexión acerca del pacifismo. Nada más que añadir.
Estos días he pensado mucho, es lo que tiene quedarse hasta las siete de la mañana o incluso no dormir para estudiar.
El objeto de mi pensamiento ha sido esta vez el hecho de que hace un tiempo atrás tomé una decision: Quiero entrar en el ejército, y a partir de ahí seguir un itinerario un tanto peculiar, peculiar o lioso como ya me han dicho algunos compañeros. Ya sabéis lo típico “Vas a salir con un título de una carrera que te va a abrir muchísimas puertas, vas a poder ganar un pastizal y ¿tú te vas a lo dificil?”.
En fin, dejando de lado esto, lo cual no dudéis someteré a debate más tarde. He estado planteándome la cuestión del título. ¿Soy pacifista?
Repasando brevemente la definición proporcionada por la RAE: El pacifismo, según la RAE, es el conjunto de doctrinas encaminadas a mantener la pazentre las naciones.1 Se opone a la guerra y a otras formas de violencia a través de un movimiento político, religioso, o como una ideología específica. Algunos de los medios de los que se vale el pacifismo en la búsqueda de sus fines son: La no violencia activa, la diplomacia, la desobediencia civil, el boicot, la objeción de conciencia, las campañas de divulgación y la educación por la paz.
Vale, hasta ahí está claro.
Comencemos pues. Claro que quiero que se mantenga la paz entre las naciones, porque desde luego la nacionalidad no debería ser un criterio para separar a nadie, es como si mataras a tu vecino por no vivir en tu casa.
También diría que me opongo a la guerra, sé que si quiero ser soldado es tirarme piedras a mi propio tejado, y que podría sonar algo ridículo, pero la guerra no es algo que desee, creo que mínimamente solucionaría algo si se tratasen de ‘guerras justas’. Pero una guerra afecta a tantos factores que resultaría imposible que fuera justa. O al menos muy dificil, entre otras cosas por la naturaleza humana, en lo cual estoy de acuerdo con la filosofía de Hobbes (pero solo en lo de que el hombre es malo por naturaleza, no en el absolutismo político). Hay quien defiende la guerra, por el motivo que sea, supongo que es una opinión tan aceptable como cualquiera.
Prosigamos pues, respecto a la no violencia activa, la cual propugna el logro de un cambio político, social y la cultural sin necesidad de violencia, he de decir que es algo que queda muy bonito. He participado en movimientos que han tenido esto como principio, me he plantado frente a policías y antidisturbios, junto a otras cientos y miles de personas, sin hacer nada, y la mayoría de las veces solo hemos podido correr para librarnos de los golpes, y no hemos causado ningún efecto.
Hay quien dice que es la solución a los problemas, demostrar que no somos como ellos. Que no somos unos monstruos, precisamente por eso no vamos a conseguir nada, porque son unos monstruos, y esos monstruos son incapaces de ver cualquier acto como una manifestación pacífica, por ejemplo. Esos monstruos solo darán un paso atrás cuando su integridad física o financiera se vea en peligro.
También estoy de acuerdo con la desobediencia civil, siempre y cuando esta sea coherente, no hay que desobedecer simplemente por que sí, sino hacerlo de acuerdo a razones lógicas. Es decir, no es lo mismo desobedecer una ley injusta que por ejemplo coarte la libertad de expresión, que desobedecer una ley por el mero hecho de ser lo que es: una norma.
De la misma forma, también estoy de acuerdo con el boikot, al menos en parte, ya que si bien es una medida que puede ser una medida efectiva, porque golpea a los grandes intereses donde más les duele, para ser efectiva tiene que contar con un gran respaldo.
Entramos en el terreno de la objeción de conciencia, la cual sobrepone los valores individuales a los colectivos, provocando en muchas ocasiones un conflicto ético.
En mi opinión, en bien es algo subjetivo, muy condicionado por la forma de pensar, la cultura, la experiencia etc.
Pongamos el siguiente ejemplo, la muerte, el matar a alguien, quizá sea algo que a priori podamos clasificar como algo malo, ya que de hecho es un delito.
Pero, ¿y si esa persona es potencialmente culpable de la muerte de otras tantas inocentes? Ahí la linea comienza a difuminarse, y se vuelve aún más tranlucida si por ejemplo planteásemos que por acabar con la vida de un inocente vamos a salvar la de otros tantos.
Por lo tanto, defiendo la existencia de la objeción de conciencia, pero la propia conciencia no debería estar aislada de la conciencia colectiva, si esto ocurrirera, lo que tendríamos sería una persona con una mente cerrada, y si solo atendiésemos a la conciencia colectiva, lo que tendríamos es lo comunmente conocido como un 'borrego’.
Podría extenderme más, pero supongo que es suficiente.
No estoy de acuerdo con la doctrina en su totalidad, y estoy segura que si sacara más subapartados encontraría más discrepancias, pero supongo que es algo normal, puesto que no es lo habitual estar de acuerdo al total con un movimiento (a menos que seas su creador, y ni siquiera), ya que nadie suele (y en mi opinión no debe) cambiar sus creencias para aplicarse un adjetivo.
Supongo que esto es todo, al fin y al cabo no era más que un intento de liberar mi mente, controlada estos días por tanta racionalidad. Necesito pensar algo que no sean fórmulas.
Antes de que alguien se eche las manos a la cabeza o me tache de algo determinado, quiero recordar que es una mera opinión. No una imposición, cada uno que piense lo que le de la gana.