Soy lo prohibido
Te deseo, me deseas aunque no deberiamos
Entro en el salón y estas ante la tele, como cada noche. En silencio como siempre me sigues con la mirada, miras e imaginas mi cuerpo bajo mi bata de raso roja, bajas la mirada por todo mi cuerpo hasta el borde de la bata, llega hasta mis tobillos y te quedas mirando mis pies desnudos, mis dedos de uñas rojas y tu mirada se oscurece. Hoy no voy a dejarlo pasar como siempre. Acerco el sillón y lo pongo frente a ti, que estás sentado en el sofá.
-hoy quiero que sepas lo que siento
-calla –me dices con rabia-
-no, quiero que sepas como me haces sentir, quiero que veas y huelas mi deseo, solo esta vez déjame enseñarte como siente mi cuerpo.
Me desabrocho el cinturón de mi bata y tu mirada sigue cada movimiento de mis dedos, la aflojo y abro un poco dejando uno de mis blancos pechos fuera.
Veo el deseo en tu mirada, sé que sientes lo mismo que yo, aunque me niegues tus caricias sé que deseas hacerlas.
-mira cómo se endurecen mis pezones bajo mis dedos, mientras los acaricio sueño que son tus dedos quien friccionan y pellizcan mis pezones.
Fricciono los mismos hasta que se endurecen, los retuerzo ante tu atenta mirada y noto como pasas nervioso la lengua por tus labios y deseo lamerla, sentirla jugar con la mía, pero no quieres.
-cada vez que el acaricia mis pechos así, cada vez que el los muerde, es tu boca la que sueño, no puedo evitar excitarme con tu recuerdo, siempre estás en mi pensamiento.
Abro las piernas y separo más mi bata, quiero que veas mi sexo anhelante, con dos dedos abro mi vulva ante tu atenta mirada, noto tu nerviosismo mientras el calor me invade, el deseo me insta a acariciarme lentamente, paso dos dedos por mi rajita y tu suspiras, tu frente se perla de sudor mientras miras como me masturbo para ti.
-sabes? Por más que intentes olvidar el deseo que sientes por poseerme en otros cuerpos, nunca te sentirás saciado, cada vez que acaricias otra piel, sé que es la mía la que deseas acariciar, lo sé porque siento lo mismo, cada vez que el me acaricia.
Solo siento algo más cuando me acaricio pensando en ti, como ahora a solas con mi cuerpo, imagino todo lo que soñaría con que me hicieras.
Llego a la entrada y me penetro con dos dedos, jadeo y bombeo mis dedos dentro de mí, abriéndome, mojándome.
-no te imaginas lo mojado y caliente que esta mi coño
Miro tu jugosa boca mientras juego con mi cuerpo y paso la lengua por mis labios secos, tú jadeas y yo miro el bulto en tus pantalones.
-no puedes obviar lo que sentimos, tarde o temprano terminaras cediendo a tus propios deseos
-no lo hare
-solo contéstame a una pregunta. Cuando te la follas a ella, piensas alguna vez que soy yo quien te follas?
Jadeas, no quieres contestarme, porque ambos sabemos la respuesta. Ahora me penetro con tres dedos excitadísima esperando tu respuesta.
-siempre, lo sabes. Por qué me obligas a admitirlo?
-porque esta noche quiero compartir mis orgasmos contigo, me he cansado de sentirlos sola, siendo tú el culpable.
-porque haces esto?
-no puedo evitarlo, te deseo y ese deseo es más fuerte que el resto de mis sentimientos
-no podemos hacerlo
-voy a correrme
Entro y salgo, fuerte, más, dentro, dentro y llega, arqueo la espalda y dejo que ese orgasmo crezca ante tus ojos, mis pechos se balancean ante ti y ves el brillo entre mis piernas mientras jadeo más dando rienda suelta a mi orgasmo.
Te levantas y yo también, huyes al baño y sin siquiera cerrar la puerta, bajas rápido tus pantalones y calzoncillos y empiezas a masturbarte, yo miro desde la puerta, estas descontrolado, tan solo piensas en aliviar la presión de tu polla, te la meneas con furia, rápido, fuerte, casi al instante dos chorros de semen se estrellan en el suelo. Te apoyas en la pared unos segundos y yo regreso a mi habitación, camino por el pasillo lentamente, pesadamente, tristemente. Mientras pienso en que jamás me darás lo que anhelo más que nada en el mundo, me paro un momento en la cocina y bebo agua, mi boca esta seca y pastosa.
Mientras el agua fría me alivia la garganta oigo tus pasos, te apoyas en la puerta y me miras, aun me deseas, acabas de correrte pero no sientes alivio, conozco esa sensación.
-para mí tampoco es fácil, he huido de este deseo desde que te conozco. –le digo-
Entonces me sorprendes, lanzas un juramento y vienes hacia mí, tu boca captura la mía, tu lengua penetra dentro y posees por completo mi boca. Ambos jadeamos como animales en celo mientras tu mano abre mi bata y tu boca deja la mía para descender a mis pechos.
Los muerdes sin piedad, con rabia y el dolor me excita tanto que noto la humedad bajar por mis muslos.
Tu mano busca entre mis piernas, y jadeas al notar la humedad que encuentra entre mis muslos.
-estas caliente y yo te deseo más de lo que deseo seguir respirando.
Me subo a la mesa, abro mis piernas y te colocas entre mis muslos, tu polla roza mi coño, tu cabeza empuja y un solo golpe de tus caderas nos lleva a la locura, te aferras a mí y yo abrazo tus caderas con mis piernas mientras te siento bien adentro.
-que placer me das, sigue por favor
-si cielo, hoy necesito que seas completamente mía
-soy tuya desde siempre
Jadeas y empujas llevándome al mejor orgasmo de mi vida, siento que me vas a partir en dos y cuando vuelvo del orgasmo tu aun sigues penetrándome con ahínco, tu piel esta brillante húmeda como la mía, lamo tu hombro, lo muerdo mientras araño tu espalda y tu profundizas más tu penetración.
-he soñado tanto con esto cielo, aunque la realidad supera a la ficción, tu coño es enloquecedor.
Su hablar soez me excita aún más y muevo las caderas, aprieto con mi vagina su polla y ahora es el quien muerde mi hombro, mientras llena mi coño de semen caliente, su semen que tanto tiempo desee.
Sale de mí y arrodillándose ante mí, mira mi sexo abierto y pringoso, acerca su boca y lame cada pliegue de mi carne, yo me agarro a su cabeza y le rodeo el cuello con las piernas mientras de nuevo el calor me invade y de nuevo llego a la cumbre, mientras el saborea mis jugos junto con los suyos.
Cuando dos minutos después me recupero, me arrodillo ante él y su polla acaricia mis labios, la dejo resbalar entre ellos y la meto lentamente y casi por completo en mi boca, la noto crecer de nuevo dentro, succiono, lamo y hasta mordisqueo el capullo rojo. Dos minutos después, me levanta con la polla de nuevo lista, me da la vuelta y apoyándome en la mesa, me sube la bata y apunta el capullo en la entrada de mi ano.
-no
-si
Me agarra de las caderas mientras empuja sin piedad, sin dilatarlo, le duele igual que a mí y es ese dolor lo que busca, empuja más partiéndome, el escozor es casi insoportable, lloro de dolor y el gime también de dolor, pero consigue penetrarme, se queda unos segundos quito y luego empieza a salir un poco y a penetrar de nuevo, dos minutos después ambos jadeamos ansiosos, me folla como un animal y me da un placer indescriptible.
-a pesar de lo que me ha dolido metértela jamás había sentido tanto placer como ahora, muévete puta.
Pasa la mano por delante y busca mi clítoris, lo mueve mientras con la otra mano me aprieta contra la mesa, noto de nuevo el calor, los espasmos y el empuja fuerte y pellizca igual de fuerte hasta que de nuevo otro orgasmo me dobla las rodillas, solo entonces sale de mi interior y yo me arrodillo a lamer su polla que tanto placer me ha dado, la deslizo entre mis labios y succiono fuerte, mientras desaparece casi por completo en mi boca. Acaricio sus testículos y el abre las piernas apoyándose en la mesa, me agarra del pelo y guía la mamada.
Tiro de sus testículos y noto su polla tensarse, la dejo y empiezo a lamerlos, los chupeteo bien mientras llevo un dedo a su culo, lo apoyo en la entrada y sin pensarlo lo penetro, el jadea y abre más las piernas, junto otro dedo y lo penetro viendo como su polla se endurece más, vuelvo a ella y succiono mientras le follo con mis dedos, noto como se tensa
-voy a correrme –me avisa-
Succiono más y empujo hasta el fondo de su culo, noto su tibio semen en mi garganta, en mi boca y trago todo el que puedo.
-te amo papa
-y yo a ti mi niña, aunque no deba