Soy la prima a la que se la arrimaron.

Mi experiencia con mis primos, creo que son los que muchos sueñan; pero que yo sí tuve la oportunidad de hacerlo realidad.

En 3º de secundaria, tuve una relación muy corta con uno de mis compañeros, pero antes quiero narrales de otras relaciones que tuve, pero se dieron después de lo que he narrado de mis experiencias con otros compañeros de la escuela. Soy hija mayor de una madre, que en su momento de mis primeros años de infancia era madre soltera, se unió con un hombre que es trabajador y respetuoso con nosotras (mi madre y yo), con él, tuve 3 hermanos (2 hermanas y un hermano), y de ahí, tuve primos “paternos” mayores que yo, y con ésto, tuve la suerte de tener buena relación con ellos. De ahí les contaré mis experiencias con ellos:

Con uno de ellos, recuerdo un juego llamado “el túnel del amor”, donde consistía que nos formáramos en pareja, uno frente de la otra, agarrados de las manos y los brazos alzados, y la cuestión que uno o una quedará sin pareja y de ahí, tendrá que entrar debajo de nuestros brazos alzados y entre nosotros. (Espero me haya entendido el juego). Entonces, durante el juego, yo quedé emparejada con uno de mis primos (José Luis) y otro primo (Patricio) quedó sólo. Y de ahí, le tocaba pasar y elegir a quien emparejarse, y en este caso, ¡me eligió! Y, entonces, J.L., hizo lo mismo, y así se fue repitiendo entre ellos, eligiéndome, y yo en mi pensamiento me sentía feliz, porque éstos dos primos que me gustaba me eligía, pero se estaba poniendo molesto para los demás, y fue así que tuvo que intervenir una amiga para que quedará emparejada con Patricio y yo quedará con José Luis.

Otra experiencia fue con el hermano de José Luis, Filiberto. Mi padre trabaja en la albañilería, y en este caso, tuvo que llevarse a Fili con él, como su chalán. (Yo ya, estaba en la Secundaria, si me ha leído, sabrán que ya sabía del sexo). En eso, tuve la oportunidad de visitar a donde trabajaban, con el pretexto de que ver a mi papá, pero lo que quería era ver a mi primito. Y mi primo, de inmediato, entendió el por que de mi visita. Y cuando se dió la oportunidad de estar sólos, en eso, me llevó a un lugar de la obra, a escondidas que no nos viera nadie. Yo me hice “la inocente” de que no sabía, porque me quería llevar ahí, en eso me dice: “te voy a enseñar algo que te va a gustar”, en eso se baja el cierre de su pantalón, lo saca su herramienta (la que le encanta mi entrepierna) y me dice, que “si quería tocarla, que lo hiciera con gusto”, en eso, me pongo enfrente de él, me pongo en cuclillas, para no ensuciarme con la suciedad de polvo en el piso, lo veo a la altura de mi cara, en frente de mí. Se me hace verla muy hermosa su herramienta, gordita y cabezona, como me encanta verlas así. Y en eso, me dispongo a hacerle una masturbación, placentera para él, aunque mi ritmo fue bastante cariñosa, lenta pero con buen ritmo. Y cuando eyaculó, fue hermoso verlo. Y ahí fue todo, ya que no podíamos darle más motivo para sospechar de lo nuestro.

Esta experiencia, fue con mi primo favorito, y a lo cual, he tenido más relaciones con él, entre mis primos. Por alguna extraña razón, me encariñé con él, no es guapo, no es brillante, pero sí, hay algo en él, que me enamoré. Su nombre es Enrique. Con él, tuve más que un primo, un amigo, y nos confesábamos muchas de nuestras cosas, e incluso de nuestros amores y desamores, por eso, decidir tener relaciones sin titubear, aun cuando anduviéramos en pareja, sabía que con él, lo iba a hacer.

En nuestras platicas privadas, me confesó que él todavía (en la época que yo iba ya en 3º de secu y él ya había terminado la secundaria) no había podido la fortuna de besar a alguien, en lo cual, le dije sinceramente, yo le podía enseñar con gusto, ya que había tenido todo tipo de relaciones, y fue así, que le empezé a enseñarle todo tipo de beso, me gustó. Y ya después, cuando podíamos, nos besábamos, y días después, me pidió, si le podía ser yo la primera la que la masturbaría a él, y como dije, no titubeé. Así que, le comentaba que no fuera tan notorio que primero, se lo sobaba con el pantalón puesto, y así, disimuladamente, y que cuando ya realmente, no podía mantenerlo dentro, yo misma, se lo sacará con mis manos, bajándole el cierre, y así, meter mis lindas manitas, ya usaba uñas largas, a lo cual me piropeó mi primo por éso. Y fue así, que saqué, lo jalaba con mayor velocidad y así, fue que eyaculó fuerte.

Fue tanto su gozo, que cada día quería que se lo masturbará. Y yo, ya quería lo mío, así, que no pasó mucho tiempo como fue el tiempo entre nuestros primeros besos, y su primera chaqueta por parte mía. Lo que le propusé, no me imagino lo que pensó, pero ví su reacción, y supongo que fue algo que no se lo iba a imaginar. Le dije, que “ahorita tengo ganas irrefrenable de mamársela a alguien”. En lo cual, cuando se la estaba ya jalándosela, me dispuse a hacerselo. Ambos estábamos sentados, uno de lado del otro, en una barda, dándole la espalda, quien podía vernos ahí, cuando se la jalaba para sospechar a nadie, que se viera que “nada más estuviéramos platicando”. En eso, me inclino hacia su pene, y comienzo a saborearselo. Muy lentamente, como si fuera una paleta deliciosa, lamiendo su puntita, lengüeteando todo su tronco, como si fuera una paleta de hielo. Chupándole su puntita, aprisionando su punta con mis labios, y al mismo tiempo masájeandola con mi lengua. Y hacía todo esto, una y otra vez, hasta que se vino, y la probé por primera vez, su nectar.

Ya nada más faltaba mis penetradas. Pero tardó tanto, que tuvimos la oportunidad, o más bien dicho, él tuvo la oportunidad de metermela. Cuando quedábamos sólos en su cuarto, para no sospechar, ya que dicho cuarto, se compartía con sus hermanos, o sea, mis otros primos, nos escóndimos debajo de la cama. Para así, no tener muchos problemas, yo tenía que llevar mis falditas, para así, que me la pudiera meter más rápidamente y sacarla, y disimular que no sospechen. Así, que nuestra primera vez, tuve que meterme primero debajo de la cama, yo boca abajo, luego, él, encima de mí, y cuando ya estábamos listo, en eso, ya sabía que él, estaba a full. En eso, siento sus manos, metérmela entre mi falda, bajar calzoncito, (o hacerlo a un lado, no recuerdo), y fue tanta su inexperiencia, que tuve que yo misma, agarrarle la verga, ponérmela en mi pussy. Y de ahí, su ansías de hacerme suya, es lo que más me gusta, ya que su ritmo fue a darle todo, hasta que se vino. Por primera vez, tuve mucha preocupación, al eyacular dentro de mí, porque ya sabía de las consecuencias del embarazo, y no me quedía quedar así. Y después, de las siguientes veces, le propuse que mejor, que me lo metiera por el culito, ya tenía experiencia en éso, y para él, no le desagradó la idea, (¿por qué será?).

Otra de mis experiencias, ya no fue con mis primos “paterno”, sino con un primo lejano, pero materno. Yo todavía vivía en la cercanía de la Ciudad de México. Uno de los padrinos de una de mis hermanas, vivía en Tlaxcala. Dicha pareja, tenía 2 hijas y un hijo. La mayor de ellos, era de mi edad, y el hijo era el menor de todos, su nombre es Rodolfo. En eso, mis padres nos llevaron con ellos, a convivir con ellos un fin de semana. A lo cual, al principio, dicho primo, pués lo ví, ni fu ni fa. Casi toda la convivencia fue casi de aburrimiento. Como vivía en una unidad, a la cual había una cancha de basquétbol a lo cual, les pedía mis primas, si tenía un balón, y ahí me fui a practicar unos tiros.

Mis primos se acercaron, a unirse al juego, hicimos una partida de parejas, yo quedé enfrentandome con mi primo, o sea, hice pareja con una de mis primas. En el encuentro, casi todo el tiempo, no había nada fuera de lo común, hasta que casi al final, mi primo, me marcaba algo peculiar. No sé, si fue con intención o no, pero al final era ya era una invitación. Me refiero, cuando yo tenía el balón, a dispuesto a atacar (deportivamente hablando), Rodolfo, se ponía detrás de mí, para impedirme avanzar, entre ese “forcejeo”, siento que me más de lo común, y yo “nada inocente”, me empinaba con fuerza, para así, empujarlo con mis gluteos para darme espacio para moverme, y así se repetía mucho. Terminamos ganando, mi equipo. Y mis primas, ya se sentía cansada, yo todavía tenía ganas de seguir, así que me dispuse a seguir practicando, y en eso, mi primo me ve, y me reta otro duelo, nada más que entre él y yo. Y ya era más notorio sus arrimones de esa forma, y yo seguía como que “no me daba cuenta de éso”, y seguí a lo del juego. Ya llegó un momento, que mis empujones con mis empinadas, era más cachondas, él se dispuso a abrazarme en la cintura, y darme mis arrimones, en eso me quedo quieta, mirándolo, como una expresión de mi cara, de seriedad, supongo que lo interpretó como un enojo, porque se puso cara de asustado, a lo cual tuve que romper el silencio y le dije literalmente así: “me quieres cojer”, y no respondió, y después continué “porque yo sí quiero que me cojas”. En eso cambió su cara, y me dijo que pudiéramos hacerlo en su cuarto, ya que su casa estaba en la planta baja de y su cuarto quedaba dando a la cancha, y su ventana ahí. Me propuso que me metiera a su cuarto, sin que importar que se entere, y ya dentro de ahí, abriera la ventana, para que él, pudiera entrar y no sospechar. Su ventana daba en la cama, lo cual, él pudo entrar sin problemas. Y ya ahí, nos besamos, y él sentó en la orilla de su cama, yo parada, al principio, después me dispuse a sentarme en su regazo, con las piernas a su lado de las suyas. Como llevaba falda, tan sólo me pude quitarme las bragas, y él, se la sacó del pantalón, a pesar de que era chaparrito, la tenía bastante gorda y grande, lo cuál, me puse feliz, y me puse a montarme en él, tanto de frente a frente como después a espalda de mí. Fue tanta mi alegría sentir su gorda verga, que brincaba y me sentaba en él con bastante vigor, hasta venirse. Y ahí, fue que comenzé a tomar preocupaciones, y ésa vez, compré por 1ª vez la pastilla del día después.