Soy exhibicionista
Si, soy exhibicionista desde siempre, este es un relato de mi vida hasta el día de hoy.
Soy exhibicionista
Si, el título es claro, soy exhibicionista y esto me ha dado muchas alegrías pero también me ha creado muchos problemas en la vida pero no puedo evitarlo.
Ahora tengo los 40 años largos pero a pesar de esto me mantengo muy bien cuidada, algo imprescindible si quiero disfrutar de mi principal pasión.
Mi vida es estable y asentada, tengo dos hijos y un marido maravilloso pero antes de llegar aquí me pasó cientos de anécdotas, la gran mayoría muy placenteras pero también algunas con resultados nada agradables.
No recuerdo exactamente como empezó todo pero según cuenta mi madre, de pequeña siempre quería ir desnuda, el primer recuerdo en este sentido lo tengo de muy jovencita pero con la mayoría de edad empecé a disfrutarlo.
Recuero perfectamente el día que hice 18 años, para celebrarlo había quedado con mis amigas y se me ocurrió ponerme una faldita corta sin bragas, estábamos todas en un bar y en la mesa de al lado había un grupito de chicos, evidentemente hice lo posible y mas para que me vieran el culo, la acción principal fue cuando se me cayó uno de los regalos y lo busqué debajo la mesa de cuatro patas y con el culo casi descubierto dirigido a la mesa de los chicos, convirtiéndome en el centro de atención y el cabreo de mis amigas por lo que había hecho.
Estas actividades las mantenía en secreto y me causó varios problemas, mi primer novio se cansó de mis distracciones, como yo las llamaba. Los primeros tiempos del noviazgo no podía hacer nada pero a medida que pasaba el tiempo me costaba reprimirme, el primer cabreo lo tuvo cuando estábamos comprando ropa, me probé una blusa pero "me olvidé" de cerrar la puerta y casualmente pasaban varios chicos por delante que me vieron en sujetador. Después cada día me hacía regresar a cambiarme o porque la blusa era demasiado transparente, la falda muy corta o mi escote más generoso de lo que el creía debido, llegó incluso a seguirme cuando iba a la escuela y me recriminaba mi vestimenta pero lo que hizo que cortara conmigo es porque me pilló que salí una noche con mis amigas con una falda corta y sin bragas.
Mi segundo novio tampoco le gustaba mis actividades ni mis vestidos pero lo soportaba, me vigilaba, cuando íbamos de compras él cerraba la puerta, si me ponía un vestido demasiado escotado traía siempre una chaquetita para que me tapara, si la falda era muy corta me daba otra, vamos, que lo asumía y lo intentaba corregir, tanto que llegó a convertirse en un juego pero lo que no pudo soportar es que un día que estábamos en su casa me sentara delante de su padre e hiciera lo posible para que viera mis bragas, pero ya se cabreó mucho cuando me fui al lavabo y regresé sin ellas, evidentemente en la misma postura su padre vio tanto como quiso mi coño.
Pero aparte de mis novios hay muchas cosas más, nunca me cambiaba con las ventanas cerradas, y como delante del piso que vivíamos con mis padres había un hotel, era perfecto porque mis admiradores cambiaban casi cada día. En la playa nunca iba a las nudistas, allí nadie mira a una mujer provocando, me gustaban las concurridas donde podía dejar escapar una teta al salir del agua, que se me bajara la braguita floja o tomar el sol con las piernas muy abiertas y la parte que tapa el coño mal puesta.
Cuando me ligaba a un tipo hacía lo posible para que me follara en un lugar más o menos público o visible, ya sea dentro del coche, en un parque .
En la universidad escandalicé a muchos compañeros y profesores, en especial los tímidos, recuerdo un día que teníamos examen, me había puesto, como casi siempre, una falda corta y me tocó sentarme a primera fila con un profesor que le sabía incapaz de dejarme de mirar, la primera parte del examen le dejé que viera mi braguita descaradamente pero en la segunda parte decidí dar un paso más y me la saqué, ya sin ningún disimulo me pasé el examen con las piernas abiertas y mi depilado coño ante sus ojos, no sé si me lo merecía pero obtuve un 9,95.
Pero el que sea así no significa que me deje tocar fácilmente, es más, cuando salgo con un chico soy totalmente fiel, claro que mis actividades me han permitido ligar bastante y lo aprovechaba.
Cuando empecé a trabajar tampoco oculté mis actividades, mis escotes generosos eran observados por mis compañeros y especialmente mi jefe que me hacía entrar en el despacho y que mirara cosas sobre su mesa, así tenía mejor panorámica de mis pechos.
El giro en mi vida se dio cuando conocí a Pedro, mi marido, y curiosamente ninguna de mis actividades tuvo nada que ver ya que fue en un bautizo donde me comporté de lo más normal, intercambiamos teléfonos y a la semana ya quedamos para cenar, me vestí de manera formal y no pasó nada que remarcar aparte de un beso en los labios al despedirnos y citarnos para una próxima semana.
Cuando empezaba a tener confianza comenzaron mis actividades, cada vez que nos veíamos llevaba una falda más corta y un escote más pronunciado sin que le importara, todo lo contrario, le encantaba que así fuera y yo contenta.
La prueba de fuego fue un día que habíamos quedado que le recogería en un bar donde jugaba a cartas con sus amigos, 10 o 12 tíos en una sala llena de humo, cuando entré con mi minifalda, una blusa bastante transparente y con gran escote oí los silbidos y comentarios subidos de tono de sus amigos sin que a él le importara en absoluto, es más, me dijo que estaba preciosa vestida tan sexy, le dije que aquellos tíos me desnudaban con su mirada (a mi me encantaba) y solo me dijo:
Déjalos que miren, solo toco yo
Cuando ya nos íbamos seguían gritando y diciendo palabras bastante fuertes, yo me giré y rápidamente me subí la blusa con el sujetador enseñándoles mis grandes tetas les dije:
Mirad, eso dentro de un rato estará en las manos y la boca de Pedro, además, no llevo bragas
Me lo volví a colocar bien, estaban absolutamente callados, nos fuimos y Pedro me preguntó:
Es verdad que no llevas bragas?
Si cariño
Parecía encantado con lo que había hecho, en este momento me di cuenta que era el hombre de mi vida.
Resultó que estaba encantado cuando le explicaba como mi jefe hacía lo posible para ver mis tetas, o como me cambiaba de ropa mientras en tres ventanas había tres tíos mirando, me casi prohibió que usara bragas y falda larga.
Cuantas más cosas hacía más contento y caliente estaba, y por tanto mejor era nuestro sexo.
Recuerdo que un día estaba tomando el sol en la terraza de su casa, en aquel tiempo el topless era algo bastante extraño pero evidentemente yo si lo hacía en su terraza cuando estábamos solos en su casa, los vecinos ya tenían mis tetas muy vistas así que me tocaba enseñarlas a mi suegro, un día que vino me hice la dormida y pudo recrearse con ellas sin problemas hasta que me desperté y seguí así con toda naturalidad, la verdad es que ni a él ni a mi suegra parecía importarles.
Nos casamos, evidentemente iba sin bragas porque de lo contrario casi de hubiese enfadado, aquella misma noche fuimos a una discoteca para celebrarlo, me cambié de ropa y me puse una de mis minis, me hicieron subir a un pódium a bailar con mi marido e hice lo posible para que los invitados vieran que no llevaba nada debajo y colocándose estratégicamente vieran mi coño, y ya lo creo que se dieron cuenta porque las zonas donde era más visible la gente se acumulaba, claro que el bailar con las piernas bastante abiertas ayuda.
Hicimos un crucero, lo bueno que tenía eran las escaleras, enseñé el culo a la mitad de la gente.
La primera travesura en casa la hice cuando invitamos a Juan, un amigo que no había vendo a la boda porque vivía fuera pero pudo pasar un par de días con nosotros, la primera noche ya se llevó a la cama unas buenas y generosas vistas de mis pechos, me puse una blusa que se abría mucho y sin sujetador pero lo fuerte fue la mañana siguiente, me levanté y me fui a la cocina totalmente desnuda y esperé que se despertara, allí me pilló en pelotas, evidentemente disimulé para que no viera que estaba preparado con la excusa de que me había olvidado que no estaba sola y la siguiente noche, que nos quedamos hablando hasta muy tarde, yo me acurruqué en el sofá y la cabeza en las piernas de mi marido haciendo como que dormía pero cuidando que mi vestido de una sola pieza se subiera hasta la cintura, dejándole ver mi culo primero y al girarme el coño, Pedro hizo como que no se daba cuenta así pudo mirar tanto como quiso, cuando ya nos fuimos a dormir llevaba más de una hora de exhibición y el vestido enrollado bajo los pechos, mi marido dijo:
Chica, a ver si te pones bragas de vez en cuando.
Ya sabes que me molestan, dije
Yo prefiero así, dijo Juan, todos reímos.
Otra locura que hice es aprovechar la partida de cartas de amigos en casa, cuando me enteré que el bar donde se reunían cerraban por obras una semana le propuse a Pedo que lo hicieran en casa, evidentemente él comprendió enseguida que algo pretendía hacer y así fue, primero les recibí como ya es normal con algo muy sexy, un vestido de una sola pieza muy corto, sujetado solo con dos tiras a los hombros, sin bragas ni sujetador y un gran escote. Se encerraron en el salón, yo les traje bebidas ante las atentas miradas de todos, que serían unos diez, mi marido les dijo:
No miréis tanto que os distaréis
Solo miramos lo que se nos ofrece, dijo uno riendo.
Ya os gustaría ver mas, dijo Pedro
Claro, repitieron todos
Si queréis, dije, al que gane le enseño todo.
Me salí, se oía gritos y risas, supongo que no estaban convencidos que lo decía en serio. Al cabo de una hora sale del salón uno de los amigos, yo estaba sentada leyendo y me dice:
He ganado
Muy bien, dije con una sonrisa de oreja a oreja, vienes a cobrarte el premio?
Si
Siéntate
Me puse de pié delante suyo, deslicé las tiras del vestido dejando que cayese al suelo y quedé totalmente desnuda, me miraba con ojos de excitación, me di la vuelta para que pudiera verme por todos los ángulos, no tenía ninguna prisa y le hice disfrutar de aquella visión tanto como quise y pude observar claramente que sus pantalones estaban muy abultados.
Cuando al fin dimos por acabado aquello me vestí y regresó con el resto, creo que algunos ni se lo creían por lo que volví a entrar y les dije lo que había hecho, entonces mi marido dijo:
Por qué no hacemos otra partida y el que gane le haces lo mismo?
Por mi, encantada, dije
Y no pasó ni un minuto cuando oigo que se abre la puerta, imposible que hubiesen tenido tiempo, todos delante de mí me dijo Pedro:
Hemos quedado empatados.
Entendí lo que quería y dije:
Si todos habéis ganado, habrá premio para todos
Me puse de pié y dejé caer el vestido, se hizo un gran silencio mientras me giraba para que me vieran bien, cuando ya me tuvieron bien vista por todas partes me vestí y se fueron.
Mis acciones se interrumpieron cuando se notaba mi embarazo pero recuperé enseguida mis actividades en cuanto pude.
Mi cuñado hasta el momento se había salvado de mis travesuras pero como le gustan mucho los críos empezó a venir mucho por casa y la tentación era enorme, un día, cuando ya había conseguido que la niña se durmiera quedamos los dos solos ya que Pedro estaba de viaje, él quiso irse pero le dije que se esperara a que me duchara ya que me daba miedo resbalar en la bañera, evidentemente se quedó, me fui al baño dejando la puerta abierta, desde su posición no podía verme pero si se levantaba sí, me saqué la ropa y entre, la mampara permitía que lo viera si se levantaba, y él a mí, claro, por mi desgracia no lo hizo y fue necesario algún argumento, dejé caer el bote de gel muy fuerte, inmediatamente gritó si me pasaba algo pero no respondí, enseguida estaba en la puerta del lavabo para ver si estaba bien, "curiosamente" coincidió cuando salía de la ducha y me pilló en pelotas, él intentó girase pero hice como que no pasaba nada y me puse el batín y le dije:
Gracias, eres un sol, no me gusta ducharme sola
Si quieres, el próximo día me ducho contigo
No creáis que no quisiera, pero ducharse juntos significaría que me tocaría y no es lo que quería en aquel momento por lo que lo tomé como una broma y ya está.
Pero entre mi primer hijo y el segundo pasé una época en que quería probar cosas nuevas, la primera que hice fue dejarme tocar, a Pedro le disgustó, pero sabe perfectamente que hago lo que quiero, le guste o no, resulta que estaba con un compañero de trabajo hablando y surgió el tema de los pechos y que con la edad se caían, yo le dije que a mí no se me pasaba, evidentemente su respuesta fue la que esperaba, "si no lo veo, no lo creo". Hice que me acompañara a los lavabos y nos encerramos en uno, me saqué la blusa y el sujetador ante la incredulidad de lo que sucedía le dije:
Ves como no se me caen
Es verdad, son preciosos, puedo tocarlos?
Claro, le dije después de dudarlo un momento
Puso las manos abiertas para abarcarlos, primero apreciaba el volumen y la dureza pero después me hizo un masaje que acabó con suaves pellizcos en los pezones que me pusieron muy caliente.
Se lo conté a Pedro y tal como os he dicho no le gustó, lo que provocó que me enfadara con él ya que sabe que hago lo que quiero siempre, por lo tanto no tiene ningún derecho a enfadarse y quise darle una lección. Mi jefe, el que siempre intentaba ver mis tetas por el escote, lo invité a cenar en casa, se acababa de separar por lo que vino solo, Pedro sabía que preparaba algo fuerte dado mi cabreo y así fue, me puse una de mis blusas mas escotadas sin sujetador, cuando fui a abrir la puerta sus ojos no buscaron mi cara sino mis pechos, durante la cena estuve provocando todo el rato, cierto es que hacía lo mismo que hago en su mesa pero sin sujetador, así que le di espléndidas vistas de mis tetas sin el obstáculo de esta pieza de ropa, procuré cargar de alcohol la cena y así conseguí que mi marido y mi jefe estuvieran muy desinhibidos, tanto que al final miraba descaradamente, incluso Pedro me separó el vestido cuando estaba curvada delante de los ojos de mi jefe para que lo viera mejor, yo dije:
Si la cena va a ser un intento de ver mis tetas, me saco la blusa y ya está.
Y ante su perplejidad me la desabroché y saqué para seguí cenando con las tetas al aire, claro que no evitó que los ojos siguieran clavados en ellas, me levanté poniéndome a su lado y le dije:
Si tanto te gustan, por qué no los tocas?
Mi marido me lanzó una mirada inquisidora, había conseguido lo que quería, que se diera cuenta que podía hacer lo que quisiera, mi jefe no se lo pensó y puso las manos encima para acariciarlos, lo hizo bastante bien y he de reconocer que estuve a punto de conseguir un orgasmo.
A partir de aquel día ya no se quejó de esta actividad.
Después de que varios hombres me tocaran las tetas vi que no me gustaba tanto como el exhibicionismo, pero en mi afán de probar cosas nuevas quería saber que sentía al sobarme con otro hombre y aproveche las vacaciones, estábamos en un pueblo de la costa y después de dejar al niño con la canguro salimos a cenar, mi vestimenta era la habitual, una blusa con gran escote sin sujetador y una falda ancha cortita sin bragas, después de intentar mostrarme a quien pudiera nos fuimos a un bar musical muy concurrido, dejé a mi marido en la mesa y me fui al lavabo pero al salir me dirigí sola a la barra, enseguida se acercaron a mi varios hombres, me fijé que Pedro ya me había localizado y no apartaba los ojos de mí, sabía que haría alguna de mis locuras, no sé si estaba sorprendido o no. Con el escogido empezamos a hablar de tonterías hasta que me propuso bailar, primero rápido, no dejé de provocarlo acercándome y poniendo mis tetas en su espalda y mi coño en su culo, o dejando que clavara su paquete en el mío, sus manos me cogían por la cintura y me dio más de un repaso a las tetas, cuando pusieron música lenta me agarró muy fuerte, su dura polla se clavaba en mi pubis y sus manos recorrían descaradamente mi culo mientras nuestros labios se juntaban, se dio cuenta que no llevaba bragas y me dijo que le gustaba mucho. Me propuso irnos a follar, le dije que no, que una buena sobada si podíamos tenerla pero que allí estaba mi marido y quería que lo viera, después de recuperarse de la sorpresa y agarrados por la cintura fuimos a buscarlo, los presenté y le dije:
Vamos fuera, al parquin en su coche, vienes?
Ni esperé su respuesta, nos seguía, la mano del tío ya estaba debajo de la falda y Pedro detrás tenía una vista perfecta, el tío abrió las puertas del coche, Pedro se puso delante y nosotros dos detrás, enseguida me tuvo desnuda y me comió todo el cuerpo, me chupó las tetas y me hizo correr varias veces con una maravillosa comida de coño, cuando ya no podía mas Pedro me dijo que no podía dejar aquel hombre así de caliente, le miré y vi que lo deseaba, le desabroché los pantalones y saqué su polla, después de acariciarla un buen rato me la puse en la boca y le hice una felación que recordará mucho tiempo y acabó cuando descargó toda la leche en mi boca.
Me temía que Pedro se volviera a cabrear, sé que no le gustó mucho pero calló.
También repetí esto con varios hombres, algunos desconocidos y otros amigos o compañeros de trabajo, pero enseguida me di cuenta que tampoco era lo que en el fondo deseaba.
Evidentemente seguía con mi exhibicionismo, una de las cosas nuevas que probé es ir a escoger calzado sin bragas, hay que ver qué cara se les queda a los dependientes cuando le muestras el coño mientras se arrodillan para ayudarte a poner los zapatos.
Cuando decidimos ir a la búsqueda del segundo hijo dejé de experimentar cosas nuevas, me quedaba probar follar con otros hombres y sabía que seguro Pedro no estaría nada de acuerdo y pensé dejarlo para más adelante, pero a veces las cosas se ponen de caras y no puedes evitarlo, y sucedió una tarde que vino mi cuñado a jugar con la niña, estaba sola, mi marido vendría tarde, estaba cubierta solo con una camiseta larga que a duras penas tapaba el culo y sin nada de ropa interior, mi cuñado era un objetivo fácil y casi se había convertido en un juego asumido por ambas partes, cuando el niño se durmió hice algunos gestos de estar acalorada y me dice:
Qué te pasa, que tienes calor?
No exactamente, esta tarde vi una película en la tele y me ha dejado muy caliente
Quedó muy sorprendido de mi comentario y no sabía que decir, continué.
Pedro regresará tarde, pensaba masturbarme pero has venido tú y no he podido.
Mas se sorprendió, incluso se puso colorado, después le dije:
Podrías calmarme tu?
Quieres que te masturbe?, dijo sorprendido
No!, que me folles.
Se lo pensó poco y en segundos estábamos desnudos en la cama, quedé gratamente impresionada con sus habilidades, claro que hacía tanto tiempo que no follaba con otro hombre que seguro cualquier cosa me hubiese gustado, por cierto que llegó Pedro en el momento justo en que su hermano llenaba mi coño de leche por segunda vez.
Mi marido se cabreó bastante, no solo porque me follara a otro hombre que además era su hermano, también porque había dejado que se corriera dentro sin tomar la píldora, pero más me cabreé yo por no dejarme hacer lo que quisiera y cuando quisiera, así que estuve enfadada con él casi una semana, por suerte me vino la regla con normalidad y no estaba embarazada de ninguno de los dos hermanos.
Al fin quedé embarazada y tuve que esperar casi un año para retomar mis actividades, ambos sabíamos que no me conformaría con follarme a su hermano, probaría si me gustaba con mas hombres y así fue, Pedro se lo tomaba con resignación porque sabía que si quería conservarme tenía que aguantar, así que soportó cuando me follé a su amigo del alma, un ex novio, varios compañeros de trabajo y a desconocidos, y casi siempre en nuestra cama, cuando íbamos a dormir y la encontraba desecha por mis folladas con otros hombre hacía mala cara, lo sé, pero es lo que yo había decidido.
Pero con el tiempo, y después de tirarme a más de cincuenta tíos en dos meses me di cuenta que tampoco me llenaba y lo de exhibicionismo si lo hacía, incluso me apunté en un concurso de camisetas mojadas en la discoteca donde íbamos nosotros y todos los amigos que evidentemente gané y acabé en el escenario completamente desnuda y con las piernas bien abiertas para que me vieran bien el coño en directo y por las muchas pantallas de televisión del local.
También hice una locura con mi suegro, aprovechando para ver a sus nietos vino a casa, estaba sola y pensé como podía enseñarle el coño, yo llevaba una camiseta corta sin nada debajo, como siempre, e hice varios gestos como que me picaba el coño, conseguí que me preguntara si me pasaba algo, y le dije:
Sí, me pica mucho aquí (señalando el coño), puedes murarme si ves algo?
Sin darle tiempo a reaccionar ya me había levantado la blusa, abierto las piernas y mostraba mi coño ante sus incrédulos ojos, con los dedos separé los labios y solo pudo decir:
No es que entienda mucho, pero aparte de que está bastante rojo, no veo nada mas
Será que me folla poco tu hijo, le respondí riendo
Espero que no sea verdad
Bueno, no te creas .., dije dejando la duda en el aire, lo que si le gusta es morderme los pezones, mira como los tengo
Me saqué acabé de subir la blusa para que viera mis tetas, solo asentía con la cabeza.
Quizás la más sonada que organicé fue una masturbada en público, lo preparé todo, escogí cuidadosamente los invitados, 15 hombres y 4 mujeres, algunos ni tan solo sabían mis tendencias exhibicionistas, ya os podéis imaginar su cara al recibir un correo que decía
"Os invito el día TAL a las XX horas, en mi casa, Calle ** para que asistáis como público a mi masturbación"
Recibí llamadas de todos creyendo que era una broma, nunca les dije si lo era o no pero que no faltó nadie.
Cuando llegaron se encontraron el comedor convertido en un teatro, con más de 20 sillas y solo un diván, les servimos unas copas y un tentempié hasta que todos habían llegado, después les dije que estaban allí para ver cómo me masturbaba, ante muchas incredulidades dejé caer el vestido y en pelotes me estiré, mi marido me trajo los consoladores y les di uno de los espectáculos más eróticos que seguramente habían visto.
En este momento mis hijos ya son mayores, la niña tiene 20 años y el niño 16, he de reconocer que no he podido resistirme a enseñar algo de mi cuerpo a los dos novios que ha tenido mi hija, en ambos casos he tenido la reprimenda suya, claro que siempre alegaba que no ha sido intencionado, al primero salí de la ducha con una toalla que curiosamente cayó cuando le daba un beso y al segundo y actual creo que se pasa tantas horas en casa porque intenta ver mis vestidos cortos sin ropa interior con los que me muevo por casa.
Como podéis ver mi vida ha sido bastante movida, y estoy en la flor de los años, me queda mucha guerra que dar.