Soy el feliz padre de mi hermano (2)

Hoy se cumplen 40 dias de que mi madre dio a luz a mi hermano.

SOY EL FELIZ PADRE DE MI HERMANO II.

Continuo con el relato que inicie, como ya recordaran se había cumplido la penosa cuarentena impuesta por el Ginecólogo de mi madre, aunque a ciencia cierta no estábamos tan en ayuno pues alguna que otra "cosita" si que nos permitimos hacer.

Bueno pues como les platicaba la ocasión anterior el día exacto que Marthita, mi madre, cumplió su periodo de abstinencia preparó las cosas de manera conveniente para reactivar nuestros encuentros sexuales. Por la mañana fue de compras al supermercado cercano y compro lo necesario para preparar un exquisita cena romántica, puso flores por toda la casa pero en especial en el comedor, donde un precioso arreglo floral de su propio negocio engalanaba el recinto, velas aromáticas daban un toque sensual en todos los rincones de nuestro "nido de amor". Me había llamado al móvil para decirme que me amaba y me envió un mensaje que decía: "amor no tardes en venir, te espero ansiosa". Mas elocuente no podría ser.

Por fortuna mi salida del trabajo fue a tiempo y devoré la distancia hasta mi casa en solo un suspiro, aparque el auto en el garage y a grandes zancadas llegue hasta la entrada de nuestro hogar, transpuse la puerta y no podía dar crédito a lo que mis ojos miraban: la casa parecía un bellísimo jardín, el aroma era embriagador y todo incitaba al sexo y a la lujuria. Mi madre me esperaba ataviada en un espectacular conjunto de lencería, obviamente de mi colección. El afortunado modelo era el denominado "Matador" con una delicada confección en vaporosa gasa de seda de color negro (cual debe de ser) un diminuto "bra" que no contenía de ninguna forma los espectaculares pechos lactantes de mi madre, la tanga de romboidea forma cubría parcialmente la pelambrera de mi adorada madre, si bien no alcanzaban aun la frondosidad de antes de su parto la mata era ya de respetable y apetecible abundancia, el hilo dental se incrustaba de manera deliciosa entre los gordezuelos labios de su coño y se perdían entre los cachetes de su culo de donde algunos pelillos se asomaban coquetamente atrayendo mi mirada.

Coqueta y sonriente mi madre acudió presurosa a recibir a su hijo-amante y se prendió a mi cuello ofreciendo sus pulposos labios.

-Bien venido a casa mi adorado hijo, ¿Cómo te fue de trabajo? – me pregunto amorosa.

  • Fenomenal madre, gracias cariño, tuve un día productivo y tranquilo, BUENO tranquilo lo que se dice tranquilo la verdad es que no, tu mensaje me inquieto muchísimo y esta desesperado por llegar a casa, ¿Cómo esta mi hijo? No te habra dado demasiados problemas ¿verdad madre?.

  • Que va mi amor nuestro hijo es un angelito ahora mismo esta dormido como un bendito, acabo de amantarlo y no despertara hasta de por lo menos 6 hrs, lo cual nos dará un tiempo suficiente para amarnos intensamente, porque te prevengo que hoy me pondrás al corriente de todo el sexo que tengo rezagado. Han sido 40 dias días de sequía amorosa y ya no puedo mas. Mi concha esta que arde de deseos por la verga de mi adorado hijo. He preparado una deliciosa cena a base de mariscos para levantarte el ánimo como debe de ser aunque creo que a tu edad no necesitas muchos artificios, los jóvenes como tu siempre traen los huevos repletos de leche y la verga más dura que un leño, así que amado mío ve a cambiarte esa ropa y demos inicio rápidamente a esta noche de amor y sexo entre madre e hijo, la gran noche de la "reinaguración" del coño de tu cachonda madre que te tiene muchas sorpresas.

_ Corrí presuroso a cambiarme una preciosa pijama tipo oriental que Marthita me había regalado en un ocasión de mi cumpleaños hacía 2 años y me puse una bata y zapatillas de casa (pantunflas) y me fui al encuentro con mi madre.

  • Siéntate amor ahora estoy contigo, ponte cómodo y relájate. – me dijo mi madre.

  • Me senté en mi sillón favorito y en seguida llegó mi madre con un par de bebidas exquisitas, me entrego la mía y se sentó en mis piernas quedando sus pechos preciosos a la altura de mi boca. Flexiono su cabeza y me entregó sus labios de fuego en un apasionado beso, nuestras lenguas se enroscaron en la danza del amor y la pasión, mis manos tomaron posesión de sus globosas tetorras y las aplaste con lujuria. Pequeños chorritos de leche brotaron por sus melones y salpicaron mi cara, algunas gotas pude degustar con placer infinito.

  • Calma mi amor, calma, son tuyas pero trátalas con cuidado recuerda que son el alimento de nuestro hijo, úsalas como y cuando quieras, mámalas si te place y tómate la leche de mis cántaros pero no las dañes que tienen mucho trabajo que hacer para alimentar a tu hermano.

  • Perdón mamá, me deje llevar por la calentura, tienes razón sin embargo no puedes negar que te gusta que te amase las tetas.

  • ¡¡ Claro que me gusta que me amases las tetas, no solo eso sino también las nalgas, que me muerdas los pezones y que me des caña hasta el fondo, todo eso me encanta pero se más gentil!!!

  • Ambos reímos ante su supuesta protesta que resultó ser más una declaración cachonda de sus preferencias en las caricias. Continuando con nuestra celebración de re-inaguración mi madre me invito a pasar a la mesa del comedor la cual lucia hermosamente preparada con un par de velas encendidas y aromáticas que llenaban de una atmósfera sensual todo el recinto. Me senté ante mi silla y mi madre se dirigió a la cocina para traer consigo las viandas preparadas. Cenamos de manera exquisita mientras charlábamos animadamente, mis ojos no dejaban de ver a los de mi madre y ella me devolvía la mirada con un brillo de pasión y amor. Terminada la cena me ofreció un café y que el postre lo tomaríamos en la sala. Hacia allá nos dirigimos tomados de la cintura y propinándonos besos y caricias bastante subidas de tono.

La mano de Martha se posesionó de mi mástil ya erecto y dándole y cariñoso apretón me susurró al oído: - "todo este camotón es mío y solamente mío, te lo presto solo para que mees pero cuidado con que pretendas darle otro uso porque soy capaz de cortártelo y dártelo a comer en rodajitas". –Me reí de su ocurrencia y le contesté: Marthita querida claro que mi cipote es tuyo de nadie más pero en ese caso también tu chumino tiene contrato de exclusividad y solo mi garrote puede anidarse en tu cuevita dulce y humedita.

  • No te quepa la menor duda mi amor, desde que el imbécil que me preño, al que no puedo ni siquiera llamar "tu padre", me abandonó a mi suerte ninguna verga se había vuelto a alojar en mi nido, de tal suerte que te corresponde el honor de decir que me has estrenado nuevamente ya que como sabes con el tiempo toda herida cierra y mi herida sexual ya había cerrado hace mucho tiempo. –Dijo mi madre apuntando hacia su coño.

  • Ja, ja,ja, me reí vamos pequeña celosilla, ¿acaso crees que puedo poner mis ojos en otra mujer que no sea mi adorada madre? No señora, mi ojos y mi corazón solo le pertenecen a la madre de mi hijo, ese lindo hermanito salido del mismo agujero por donde yo salí y al que muy pronto voy a volver a entrar, le dije a mi madre de manera amorosa pero también cachonda. Hablando en serio mi querida madre no hay nadie en el mundo que pueda competir contigo, tu cuerpo, tu cara, tus caricias y todo lo demás me vuelven loco, solo en ti puedo encontrar todo el amor y toda la pasión que me hacen falta y ahora que me has dado la dicha de ser el padre de tu nieto no podré jamás amar a nadie más que a ti. .Luego de esa declaración de amor mi madre me comió literalmente a besos y lamidas, pero de pronto se aparto de mi estrecho abrazo y me dijo:

  • Basta pequeño no tan de prisa, primero bebe tu café y disfruta de tu postre siéntate y voy a traerlo.

  • Me dejo en la sala y se dirigió a la cocina, estuve a punto de detenerle y decirle que no me apetecía el dichoso postre, que lo que deseaba en ese momento era tirarla en el piso y montarla con toda la ansiedad acumulada en todo este largísimo tiempo, pero no tuve el valor de hacerlo, no quería estropear los preparativos para nuestro encuentro que mi madre había dispuesto…….. y que bueno que no lo hice pues me hubiera arrepentido de por vida ya que el festín que a continuación vino fue de antología.

Salió mi madre de la cocina con una charola de plata adornada con un listón rojo y varias cosas encima que de momento no pude mirar, con una amplia y amorosa sonrisa se acercó coquetamente hasta mi sitio y luego de colocar las cosa en la mesilla de centro sin permitir que la viera me indico que cerrara los ojos hasta que ella lo indicara. Así lo hice y entonces ella me preguntó:

-¿Te apetece unos melones con leche y miel? – dicho lo cual me indicó que abriera los ojos y me percate que la batita que cubría sus pechos había desaparecido y se encontraba casi desnuda, solo un diminuto "cubre pelos" ocultaba parcialmente su coño con su pelambrera de negros vellos abundantes y ensortijados. En la mesa de centro la charola contenía diversos artículos para el más loco juego amoroso: mieles, aceites, crema chantilly y otras delicias. Se ordeño los cántaros plenos de sus grandiosos pechos y finos hilos de su leche brotaron de sus pezones, tomó un bote de miel de maple y dejo verter una pequeña cantidad de ella sobre "los melones" que me había ofrecido, sin dilación ninguna comí el delicioso postresillo de manera golosa. Me prendí a sus pezones como ternerillo y mamé la leche de sus pechos, de cuando en cuando otras gotas de miel aparecían en el valle de sus montañas y más pronto de lo que llegaban eran devoradas frugalmente a base de pura lengua:

  • ¡¡¡¡Muérdeme las chiches, sácame la leche de tu hijo, trágatela, disfrútala toda!!!!! – gritaba mi madre con gran calentura. – por espacio de algunos 10 minutos continuaba con la acción de mamar los pecho de mi madre. De pronto me pidió que parara por completo. El bulto de mi pito estaba en todo lo alto con la cabeza empapada en mi líquido lubricante que mojaba mis calzones abundantemente.

  • ¡¡¡ Basta mi amor, ahora vamos a continuar con nuestra celebración!!!! , te invito a disfrutar de una rica raja de papaya con su propia miel, esta repleta de jugos para que te la comas completita, estoy que parece que me he meado, tírate en el piso y abre bien la boca que voy a derramar medio litro de leche de pucha para que te lo comas.

  • Obedecí con premura la orden que diera mi madre y me tendí boca arriba en la mullida alfombra de la sala, mi madre se arrancó literalmente su tanguita y mostró su coñito abundantemente lubricado, gruesos goterones su leche perlaban sus lindos pelos, sin tardanza ninguna mi madre se subió a horcajadas sobre mi boca y se un solo sentón se metió hasta el fondo mi lengua que le esperaba ansiosa para lamer hasta la ultima gota de sus flujos deliciosos. Comencé a libar y sorber todo lo que de su coño salía y me lo tragaba tan pronto legaba a la boca, me prendí como un ternero a succionar su clítoris totalmente endurecido cual pequeño pene, lo mordisqueé causándole placer inenarrable y algo de dolor lo que aumento la catarata de jugos que encharcaban más y más su panochota. De pronto mi madre soltó un alarido que anunciaba la llegada avasalladora de un poderoso orgasmo que vació por completo sus entrañas en mi sedienta boca.

  • ¡¡¡¡¡AAAAAAGGGGGGGHHHHH ME VENGO, ME VEEEEEEEEENNNNNNGO, TE LA DOY, TE LA DOOOOOOOOOYYYYYYYY! UHHHHHH FFFFFFF QUE RICO ME MAMAS EL COÑO MI AMOR!!!!!!!!!!!!!!!!! - Y continuo talando su puchita contra mi boca. -.Sin apenas descansar un segundo con trémula voz quebrada por el jadeo producido por su portentosa venida me dijo:

  • ¡¡¡ Ahora te daré tu premio por tan rica mamada que me has dado, "un delicioso vino de riñón" abre bien la boca y disfruta de tu bebida favorita, el néctar ambarino con que quiero regalarte para calmar tu sed , fresco y oloroso para deleite de todos tu sentidos, goza mi amor, mi pequeño hijo, amante de cu cachonda madre, padre del hijo que duerme tranquilo mientras su abuela- madre y su padre- hermano disfrutan de una sabrosísima cogida!!!!

  • Abrí la boca y mi madre largo un chorro de tibia orina que lleno mi boca, lo paladee con exquisito éxtasis disfrutando de su rico sabor y su fascinante aroma, lo bebí hasta la ultima gota que salio del "hoyito de mear" de mi madre-amante, la meada seguía fluyendo y yo seguía tragando hasta la última gota que las entrañas de mi madre guardaban para mi. Limpie con infinito placer y amor todo el coño de mi madre, lengüetee también su prieto y peludo ano y con ansias locas le supliqué que me tirara algunos pedos para llenar con su delicioso aroma mis pulmones, metí 3 dedos a su ano para extraer un poco de mierda para masticarla y devorarla. Fuera de toda cordura con la boca llena del contenido de sus tripas la tiré de espaldas al piso y brinqué para quedar en medio de sus piernas, mi verga apuntando hacia el agujero del coño que 24 años atrás me había dado salida a la vida y que apenas hacía 40 días antes le dio paso a este mundo a nuestro hijo; introduje mi acero en lo profundo del encharcado túnel hasta tocar fondo en su goloso útero y fundí mis labios a los de mi madre. Compartí con ella la mierda que momentos antes había sacado con mis dedos de su recto, nuestras lenguas furiosas peleaban en lo profundo de nuestras bocas por poseer y saborear el último trozo marrón que sobraba. Al fin mi madre me suplico que le diera ese trozo para mascarlo y saborearlo prometiéndome que luego de que le llenara el coño con mi leche me daría a comer todo el festín que guardaba su recto para mi y directamente de la fábrica.

Ante tal promesa tan tentadora con mi lengua entregue el ya pequeño trofeo que quedaba, mi madre lo probo con infinito deleite y luego de masticarlo unos segundos se lo trago. Mientras tanto mi pene bombeaba el coño de mi madre tratando de llegar hasta dentro de su útero, mis huevos chocaron en la entrada de su hoyo y nuestros pelos se enredaron entre sí, loco de lujuria ante tan fiera lucha tomé las nalgas de Marthita y le atraje más hacia mi cuerpo para que la penetración fuera total y absoluta, el resultado no se hizo esperar: un fuerte orgasmo nos cegó por algunos instantes, todos los jugos de mi madre bañaron mi verga al momento que me venía en el fondo del coño de mi amante.

Caí desfallecido aplastando sus chiches llenas de leche al grado de que ésta salió de sus cántaros para mojar mi pecho con el tibio y blanquecino líquido.

Por algunos minutos continuamos en esa posición descansando para recuperar las energías perdidas y seguir en la jodienda, todavía tenia leche en mis cojones y necesitaba vaciarlos en el cuerpo de mi madre.

Fue ella la que recuperó primero sus sentidos dándome un rico apretón de verga con sus músculos vaginales y anunciando que tenía que cagar pues ya no aguantaba más tiempo la urgencia de vaciar sus tripas por lo que rápidamente me puse en la posición correcta y mi madre se montó a mi cara con el culo en pompa, separando con sus manos los cachetes de su culo para permitir que mis ojos miraran el sabroso agujero de su ano.

  • Hijito querido estoy por cumplir la promesa que te hice, disfruta tu platillo favorito, toda mi caquita es para mi amado machote, el padre de mi hijo.

  • Tres gruesos troncos me obsequió la cagona de Marthita, el delicioso aroma a caca materna enervo todos mis sentidos, mastiqué y tragué hasta el ínfimo fragmento de tan apetitoso manjar solo para aumentar el fuego que consumía mis entrañas. Mi verga pedía batalla , buscaba un sitio donde enterrarse y vaciar el contenido de los huevos duros, repletos de semen.

Empuje a mi madre hacia abajo hasta que su ano quedo sobre el cipote duro como piedra a tiro de movimiento de cadera. Muy sabía en esas lides mi madre capto de inmediato mi intención relajando el esfínter de su puerta trasera para permitir la invasión de su juguete preferido. Un solo sentón basto para que el garrote llegara a lo profundo de su recto iniciándose desde luego un frenético mete-saca que nos llenó de lujuria y de placer.

No pudimos contener por mucho tiempo la llegada del orgasmo y nos venimos juntos, el coño de mi madre manó abundantes líquidos y mi verga explotó llenando el culo de mi madre.

El éxtasis duró eternidades hasta que un llanto desperado nos volvió a la realidad, mi hijo, el hijo de mi madre, nuestro hijo clamaba por su alimento. Luego de lavar los pechos de mi amante nos dirigimos hasta la cuna del pequeño, lo gracioso es que todo el trayecto lo hicimos con mi verga metida en la vagina de Marthita. Mi madre amantó a nuestro hijo todo el tiempo con mi verga metida hasta su útero, 2 veces le llene con mi leche y otras tantas regó mi verga con sus orgasmo.

Desfallecidos de cansancio nos acostamos en nuestro lecho, por supuesto que mi verga estaba dentro del coño de mi madre, abrazados nos abandonamos a un sueño reparador de las necesarias energías para continuar con el nuevo día la deliciosa tarea de fornicarme a mi madre.

Espero les haya gustado esta entrega, muy pronto le contaré otras nuevas aventuras de Marthita mi madre y su servidor.

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