Soy cornudo ¿que hago? pues continuar con mi vida

Nuestro protagonista escribe un a misiva as su amigo

Querido  amigo Felipe:  hace ya más de cinco meses que te marchaste de nuestra Ciudad y como bien sabes tengo noticias tuyas a través de tu hermano, al que con frecuencia veo, pero  las cosas de las que charlamos son banalidades, y tal como me dijiste, lo que considerase importante debía de decírtelo por medio de una carta( o varias) que tu propio familiar te haría llegar, y hoy es uno de los días en que he creído oportuno hacerlo así, pues pienso que si hasta el momento él no sabe nada de mi situación con mi mujer e  hijo, no es tampoco el momento adecuado para hacerle saber  nuestras vivencias.

Antes de nada debo expresarte  que lo relatado por ti, con mi consentimiento, en esa página llamada Todorelatos, con el expresivo título de SOY CORNUDO ¿QUÉ HAGO?, publicada en 30 de Abril de este año de 2011( me ha extrañado mucho que tardase  tanto en salir publicada)  se ajusta casi fielmente a la realidad, excepto un  par de cosillas tales como que nuestra edad no es de 50 años, sino que yo he cumplido 39 años, que la zorrilla de mi esposa tiene 35 años y mi hijo( su amante) tiene 19 años, ya que como bien sabes nos casamos muy jóvenes, de “ penalti” como se decía entonces y poca cosa más, aunque tu ya vas por los 55. Así mismo debo advertir a aquellos lectores, sin ánimo de molestar, que te has limitado a contar todo lo que yo te he referido sin que en ningún momento esta narración pueda ser considerada como Pornográfica, hasta el momento, y que tal vez, si  tu lo crees conveniente pudiera redactarse de otro modo más … digamos escabrosa. Las críticas que se han publicado han sido por mi parte bien recibidas, pues cada persona tiene una manera de pensar  y de expresarse, siempre y cuando no sean ofensivas hacia la persona a la que se dirigen.

Hoy debo decirte, a través de estas líneas que tengo  TRES GRANDES NOTICIAS  que darte, todas ellas favorables para mis intereses, excepto una  que  ha sido luctuosa, ya que hace más de  cuatro meses que mis padres tuvieron un fatal accidente de circulación, y en el  que mi padre falleció en el acto y mi madre resultó con fracturas en  de ambos brazos y pelvis derecha, que le imposibilitó hacer una vida normal; por lo que decidí irme a su casa en Barcelona para cuidar de ella y allí contraté a una asistenta para que estuviese a su cargo durante la mayor parte del día, y yo poder tener algunas horas libres, que aproveché para visitar al doctor que me intervino quirúrgicamente y comentarle de que no tenía eyaculaciones normales sino retrógradas. Me  dijo que tenía eso actualmente tenía fácil solución mediante una  ligera operación, cosa que realicé sin demora, y en cuanto a la NO ERECCCION, me aconsejó  que visitase a un buen psicólogo, ya que eso era asunto de mi mente y no fisiológico. Así lo hice y parece que ha dado resultado ya que  ahora se me pone tiesa en cuanto veo una mujer algo sexi y me hago más pajas que un mono.

La tienda, aun cuando yo estaba en Barcelona, seguía  funcionando perfectamente y creo que vamos a ampliar el negocio.

Cuando mi madre se pudo valer con sus brazos, le propuse, mediante consejo familiar y médico de venirse a  nuestra Ciudad a reponerse de la pelvis y hacer rehabilitación  de los brazos, sin que hubiese objeción alguna por parte de mi mujer e hijo, y ni corto ni perezoso nos hemos venido a mi casa, que como bien sabes es amplia y allí he podido comprobar que ha hecho buena migas con su nuera y nieto; que ha empezado a arreglarse como una mujer en plenitud de edad , ya que tiene 63 años, y  sin que mi mente sea retorcida, me ha parecido ver que se conserva muy bien, que su cuerpo está firme y que su delantera presentan un par de  tetas pero que muy   turgentes, y… no  creas que no, pero alguna que otra gayola ha caído en su nombre. Además  me queda el  el consuelo de que tanto mi mujer como mi hijo están haciendo honor a su palabra dada y delante de mi no exteriorizan la pasión que les consume aunque alguna que otra vez, las menos, los he sorprendido morreándose, bien en la cocina o en el salón, pero al notar mi presencia, han cesado en sus caricias.

Como tengo gran confianza con mi madre,  me he atrevido a preguntarle  por esa plenitud de pechos y me ha dicho que ella siempre ha sido de senos grandes y firmes y que poco antes del accidente había ido a un cirujano esteticiente que se los había reafirmado tal como si fuese una mujer de  40 años. Eso me puso como un moto y yo creo que se dio cuenta de que mi polla se enderezaba y se abultaba tras la petrina del pantalón. Días después de esto, me hizo saber que  quería comentarme algo y   consultarme alguna cosilla con respecto a mi matrimonio así que quedamos en que uno de los días en que saldría a visitar clientes, ella me acompañaría, y estaríamos fuera dos o tres  jornadas, cosa que no desagradó a la  familia, es más pienso que les  ilusionó, pues así podrían dar rienda suelta a sus instintos sexuales más primitivos, sin que nadie impidiese el ejercicio de sus prácticas amatorias.

Dicho y hecho; a los pocos días salimos de visitas comerciales, advirtiendo que mi madre ya no llevaba escayola, y que solamente usaba un bastón como medida de precaución. En el Hotel en que teníamos pensado alojarnos, pensando tal vez que éramos matrimonio o como mínimo pareja de hecho, no asignaron una habitación con cama matrimonial de esas de dos metros de ancha y al ir  a intentar cambiarla por otra, mi madre me puso sus dedos sobre  los labios y me susurró que lo dejase así, que nos saldría más económica y  que de ese modo  podríamos hablar  con más tranquilidad y sosiego de nuestras cosas.

Como habíamos llegado en horario comercial, me dediqué a visitar a algunos clientes, quedando en que me reuniría con ella en el comedor del Hotel a la hora de la cena, sobre las 21 horas, y cuando llegué, estaba ya esperándome sentada en la mesa reservada al efecto, quedándome sorprendido por el aspecto que presentaba, ya que había ido a la peluquería, se había cortado el pelo al   tipo masculino, con tintes ligeramente rojizos, y su vestimenta era una blusa de color  negruzco, de una tela suave como si fuese de muselina , y casi tan traslúcida como una  red de pescadores,  de botones plateados, muy ceñida a su torso, y  que dejaba ver con toda nitidez el sujetador que llevaba, de color también negro y además hacía resaltar de un modo  descarado aquellos pechos que ya habían enderezado mi verga en alguna ocasión, acompañada con una súper minifalda del mismo color, que por poco que se agachase dejaba ver su  tanga (a juego con el sujetador). Me impresionó tanto que sé que ella  notó  mi erección  y me dijo que tomase asiento rápidamente antes de que el resto de comensales notase el abultamiento de mi entrepierna. Había dejado en el dormitorio el bastón, pues ya casi no lo necesitaba y menos esa noche en que contaba con el “apoyo” de su amantísimo hijo.

Tras la cena, frugal por cierto, fue ella la que me hizo saber su deseo de subir  pronto  a la habitación asignada, cosa que de buen grado acepté, sujetando su brazo derecho con mi mano izquierda,  pero ella me dijo que iría más segura si la tomaba por la cintura, y así lo hice y aquello…  ya era demasiado para el estado en que mi organismo se encontraba, pues sentía en la palma de mi mano la tersura de su piel poco cubierta por la ligereza de la  tela de su blusa, y o se como pude contenerme en el ascensor y le metí mano allí mismo, pero como no estaba seguro de su reacciónm me mantuve firme en mi posición de hijo, pero en en llegando a la habitación ( cosa curiosa, era la número 669), fue ella la que colgó  en el pomo de la puerta, en su parte exterior el cartelito de “DO NO DISTURB”, que en principio no me extrañó, pues sabía que quería comentarme algo sobre mi vida matrimonial, pero… aquí viene la OTRA GRAN NOTICIA , que te comentaré cuando regreses ya que  por tu hermano se que tu llegada es inminente y espero que en cuanto estés aquí me des un  toque telefónico para que charlemos de nuestras cosas y que lo que tengo que decirte te va a alegrar tanto como a mi, así que  hasta entonces un fuerte abrazo de tu amigo