Soy Ámbar (1)
No estaba definida sexualmente, hasta que...
Hola, soy Ámbar, una transexual activa y especialista en la dominación. Tengo 27 años y bajo mi yugo han caído hombres, mujeres y adolescentes. ¿Cómo comencé? Debo remontarme a mis años de infancia y preadolescencia. Tenía unos 12 años y sentía una terrible atracción por las cosas femeninas: pinturas, lencería, ropas, etc. A su vez, me sentía atraída por chicos y chicas, mis primeras pajas tuvieron como protagonistas a amigas y amigos, pero hasta ese momento no me cuestionaba asunto alguno relativo a mi sexualidad insipiente. Físicamente era alta, mido 1.90 m, delgada con una inclinación al deporte muy importante, fue esta habilidad la que me hizo debutar como dominante, como relataré luego.
Desde los 7 años practicaba Karate Do, por lo que a los 12 era una experta precoz en la especialidad. Mi cuerpo nunca fue voluminoso, sino armonioso sin llegar a la exuberancia. Mi mayor defecto lo constituía y lo constituye la gran población de vello corporal, pero en la época de mi iniciación, apenas se insinuaba. Siempre pensé que he dado de comer a más de un establecimiento de belleza y depilación, he sido, soy y seré una cliente crónica.
Por aquella época, mi padre tenía un amigo y organizaban fines de semanas en alguna de sus casas de campo. Este señor tenía un hijo, Tomás de unos 15 años. Un fin de semana de pascuas acordaron que lo pasaríamos en nuestra casa de campo y desde allí "los niños", es decir Tomás y yo, íbamos a pasar un día de supervivencia en el bosque, saldríamos al amanecer y regresaríamos al día siguiente. Llevábamos un equipo de VHF para comunicar cualquier emergencia. Nos preparamos y a las 4 AM nos dispusimos e llevar a cabo nuestra excursión. Debíamos caminar aproximadamente 10 Km cruzar un monte y llegar al río, lugar donde desayunaríamos. Tomas era un chico fornido, rubio de pelo corto cortado a lo militar. Cuando partimos, comenzamos a charlar de "bueyes perdidos", cosas como el fútbol, deporte, chicas, etc. Luego de caminar 2 horas aproximadamente, llegamos al río. Acomodamos nuestro campamento y me disponía a preparar el desayuno, cuando escuché a Tomás preguntarme por mi experiencia sexual. Le contesté que no había tenido oportunidad de intimar con alguna chica, a lo que me preguntó si me pajeaba. "Claro", le respondí.
¿No querés que nos pajeemos?- volvió a preguntar-
No tengo ganas, además eso lo hago solo-
Pero podemos probar, nos pajeamos mutuamente- insistió.
No, por favor, no me gusta- repliqué algo molesta.
Entonces, me voy a pajear solo- dijo secamente.
Allá vos- le espeté en la misma forma.
Acto seguido, se bajó los pantalones y comenzó a manosearse. La situación me estaba resultando embarazosa. Luego, me llamó.
Vení, necesito algo- dijo entre jadeos
¿Qué querés?- le pregunté bastante molesta
Que me chupes la pija
Que te cupe tu vieja, hijo de puta- le grité
Vení o va ser peor- amenazó
Andate a la puta madre que te parió, hijo de mil putas volví a gritarle
Se subió los pantalones y se me vino "al humo". Pensaba que iba a correr, pero me puse en guardia.
¡Dale, a ver si sos tan macho! Lo desafié
¡Vas a ver, puto, luego de chuparme la pija te voy a coger! Y se abalanzó sobre mí.
Como ya dije, de los 12 años de edad que tenía en ese momento, 5 los pasé en el doyo, por lo que para pelear, Tomás era un libro abierto, adivinaba sus movimientos, avanzaba sin guardia, etc. En síntesis, cuando intentó golpearme, lo paré en seco con una mae gueri (patada en punta) en la boca del estómago, eso lo dejó quieto, sin respiración, quedó a mi merced. Luego un Tsuki (golpe de puño)en el rostro e inmediatamente otro en la quijada, mientras caía. Ya en el piso, su cara era de estupor, casi inconsciente. Me invadió una rabia ciega, estuve a punto de aplicarle una kakato gueri (patada con el talón en la cara) que podría haberlo matado, me contuve y solo le di unos golpes que terminaron de desmayarlo.
Hasta ese momento, era una pelea normal, pero luego ocurrió algo dentro de mí. Mientras lo ataba por precaución, comencé a excitarme al tenerlo a mi merced, mi pene se puso erecto sin razón aparente. Ante esto, con el sobre techo de la carpa improvisé otra y allí arrastré a mi victimario transformado en víctima. Lo estaqué con las manos y piernas en cruz, a esta altura estaba que explotaba de deseo, mi verguita golpeaba en mi calzoncillo, me quité los pantalones y me dispuse a despertarlo con agua fresca. Se despertó sin saber donde se encontraba y trató de incorporarse, las ataduras se lo impidieron, cuando tomó conciencia de su estado, pude ver en su golpeado rostro una mueca de terror.
Hola, play boy dije
Q..que querés hacerme..- musitó.
Solo lo que vos no pudiste, putito, respondí riéndome
No seas así, fue una broma argumento suplicante.
Esto no dije y acto seguido me baje los calzoncillos.
No, por favor, te lo suplico - volvió a rogar.
Chupá, putito, chupá ordené mientras le ponía mi verga en los labios, sentándome a horcajadas sobre él.
Trató de resistirse, pero volví a golpearlo, una y otra vez hasta que quebré su resistencia y abrió su boquita. Era la primera vez que alguien chupaba mi verga, eso sólo existía en mi mente por alguna que otra revista o peli porno que caía en mis manos y que provocaban frondosas pajas. Al principio sentí una sensación extraña, pero rápidamente fue reemplazada por placer. Me vinieron a la mente unas escenas de una revista gay en la que un chico joven dominaba a un adulto y se hacía chupar las bolas y el culo. Inmediatamente saqué la pija de su boca y sin darle tiempo a nada, le puse los huevos en la cara. Le ordené que los besara, a lo que accedió, luego le puse el culo en la cara.
Chupame el orto- volví a mandar.
No me hagas esto- dijo llorando
Si no lo haces, será peor, puto marica- dije con tono sombrío.
Sin otra posibilidad, comenzó cumplir con mi orden. El placer que sentí en esos momentos fue indescriptible, tanto que comencé a pajearme con unas ganas terribles. Hasta ese momento no me salía leche, solo sentía la sensación de placer. Mi primer orgasmo ocurrió ese día, me invadió una sensación de gozo bestial y descargué mi verga por primera vez, a la vez que me sentaba en la cara de mi sometido. Luego él me contó que le tiré varios pedos, pero ni me di cuenta, la cosa fue que me vacié. Luego que me hube calmado, me levanté y fui a lavarme, dejando a mi amante atado. Al regresar, me senté frente suyo y le dije que iba a estar todo el día en esa posición, luego iba a ver que hacer con él y que si se me ocurría usarlo nuevamente, debía satisfacerme, solo recibí unos sollozos como única respuesta.
Me incorporé y amordacé a mí dominado, luego me preparé el desayuno y me puse a acomodar el desorden que quedó luego del incidente. Mientras la cabeza me daba vuelta por lo vivido minutos antes. Preparé mi caña para ir a pescar, pero comencé a "ratonearme" nuevamente. Mi verga entró en erección y comencé a buscar en el equipaje de Tomás algún material excitante, el muy hijo de puta tenía una revista gay en la cual dos jóvenes se cogían de mil maneras. La comencé a hojear y otra vez me quise servir de Tomás. Me incorporé y fui al lugar donde lo mantenía estaqueado, él se había dormido, todavía tenía dos lágrimas en sus mejillas, lo desperté y le mostré la revista. ¿Con qué esto era lo que planeabas?, le dije.
Ahora, yo voy a poner en práctica esto. Su mirada de terror no hizo más que excitarme. Mientras hojeaba la revista, me senté sobre su cara. Pase varias hojas, hasta que vi una posición interesante, la muy conocida "piernas al hombro", le saqué las estacas de las piernas previos golpes de advertencia para que no intentase nada raro. Le abrí las piernas y apunté mi verga en su agujero. Luego lo empalé de un solo golpe. Sus ojos se desorbitaron y la mordaza ahogó un grito que de haber salido, hubiese sido desgarrador. La penetración sin ningún tipo de lubricación se debía a mi inexperiencia y no a mi sadismo, pues hasta a mí me dolió la verga.
Cuando mi pija se acostumbró a su estrecho agujero, me invadió una sensación de gozo única, comencé a bombear cada vez más frenéticamente, mientras le decía cosa, como " así que me querías coger, ahora soy tu macho" y otras más. El pobre solo lloraba lo que lejos de inhibirme me excitaba cada vez más. Cuando acabé, vacié lo que me quedaba de mis espermatozoides en su recto. Me quedé unos minutos sobre él hasta que mi pija se redujo a sus dimensiones normales, e la saqué, vi que estaba sucia con sangre y excrementos, por lo que fui a lavarme al río. Debido a los dos polvos que había echado, me sentía muy débil y cansada. Puse especial esmero en limpiar mis genitales, armé l carpa y me acosté a dormir. Me desperté luego de 2 horas, me desperecé y fui a ver a mi víctima, estaba dormida y se la notaba muy friolenta, pues estaba tiritando. Recogí la revista porno con la que me había inspirado para violar a Tomás y una secuencia de fotos me comenzó a calentarme. Uno de los chicos le mamaba la verga al otro, luego de eycularle en la boca, sacó el instrumento y comenzó a orinarlo.
Desperté a Tomás, quité su mordaza le puse mi verga parada en su boca. No atinó a decir nada, solo comenzó a chuparla. Comencé a moverme cadenciosamente, lo cogía por su boca, una delicia. Nuevamente acaben su cavidad bucal, ¡ Limpiala bien, puto! Cuando hubo terminado, la saqué y comencé a orinarlo. Estaba quebrado el infeliz, no dijo palabra alguna. Luego de vaciar mi vejiga, me dieron ganas de defecar, me fui a hacerlo en unos pajonales. Se me ocurrió una idea: Que Tomás me limpiara el culo. Me levante y fui donde se hallaba estaqueado. Le dije que iba a ser mi papel higiénico. Sin más me senté en su cara poniéndole el culo sobre su boca. Comenzá, puto. Volví a ordenar. Hizo un amague de resistirse, pero le di un fuerte golpe en los genitales. Pegó un grito. ¡Callate y comenzá!, Otro golpe más. Terminé con su resistencia, quedó quebrado. Me lamió el culo por espacio de 10 minutos. Luego me levanté y vestí.
¿Qué vas a hacer conmigo?, Musitó.
No lo se, dije secamente.
Me duele todo, por favor desatame.
¿Estás loco? Eso nunca
¡Entonces vas a matarme! Exclamó.
No se. Quizá te ahogue en el río
¡Te lo suplico! Haré lo que digas, pero no me hagas más daño dijo llorando.
Que cosa ¿no?, Pensabas violarme y mirá como terminaste.
Perdóname, por favor
No te perdono un carajo. Dije alejándome.
Me fui y preparé algo de comer, mientras me bañé en el río. Salí y me dispuse a comer. Llevé un sándwich y un vaso de jugo donde estaba mi víctima.
Tengo sed, me dijo
Chupame la verga
Es en serio, tengo la garganta seca
Chupame la verga, repetí mientras bebía mi jugo
¿Qué más querés que haga?, suplicó
Que me chupes la verga, los huevos y el culo, mientras almuerzo, si lo haces bien, quizá te de un trago. ¿Querés?
Está bien, dijo con un hilo de voz
Puse mi verga en su boca, comenzó a chuparla, luego los huevos y finalmente el culo, me quedé sobre él por casi media hora. Luego me incorporé y le di un traguito de jugo. Se lo bebió con desesperación. Luego lo amordacé y me fui a caminar.
Cuando llegué eran las 4 de la tarde, fui donde lo había dejado. Estaba con los ojos abiertos, tiritando. Se había orinado. Me dio lástima, por lo que le saqué la mordaza y le dije que iba a sacarlo de la estaqueada, pero continuaría atado. Me miró con ojos de agradecimiento. Tuve especial cuidado en desatarlo pues temía que tratase de atacarme. Nada más alejado de la realidad. No tenía fuerzas ni para mover los brazos. Liberé sus piernas de las estacas pero inmediatamente volví a atarlo con una cadena asegurada con un candado. Luego desaté sus brazos, lo hice de manera muy cuidadosa y atenta, pero como dije, no tenía fuerzas para nada. Usé la misma cadena de los pies para atarlo. Una vez que estuvo "listo", lo ayudé a incorporarse y llegamos al río. Vas a darte un baño, le dije: No puedo solo, respondió, para que están los amigos, me burlé. La cosa fue que nos metimos en el agua y comencé a bañarlo. Le jaboné el pecho, bajé a los testículos y la verga.
En ese momento me volví a excitar, me puse detrás de él y mientras lo apoyaba con mi capullo, comencé a masturbarlo. ¿Esto querías que hiciera?,Dije socarronamente. Al principio no se excitaba, pero mis masajes lo hicieron despertar lentamente, ¿ves que sos una putita?,¡Serás mi putita mmm! ¡Si te resistes, te ahogo, Tomasa mmm! ¡Levanta el culito, así!! ¡Así! ¡ssssi!! Volví a penetrarlo mientras lo masturbaba le besaba el cuello y le decía cosas degeneradas al oído. Esto lo hizo calentar, al punto que acabó con un grito. Eso me hizo llegar al cuarto orgasmo. ¡Vaya manera de debutar! Solté su verga, mi mano estaba embarrada, la limpié y luego le ordené que chupase la mía para sacar los restos de la penetración, lo hizo muy obedientemente. Finalmente lo saqué del agua, lo llevé a la carpa y ayudé a que se secara. Una vez que estuvo seco, e di de come y beber, lo metí en mi bolsa de dormir y yo con él. ¿Vas a ser obediente?. Si contestó. Quiero que seas mi novia dije en un susurro. Pero soy varón No importa, será nuestro secreto. ¿Querés o no? Si, seré tu novia. ¿Harás lo que te ordene? Si, lo que me digas. Se acercó y me dio un besó. Yo nunca había besado por lo que tardé en abrir mi boca, me metió su lengua, y yo respondí. Estábamos exhaustos. Nos dormimos abrazados. Al día siguiente debíamos pegar la vuelta.
Continuará