Sospechas y certezas (22)
Cambio de rumbo, ¿si , no o tal vez?
(22) – Cambio de rumbo, ¿si…, no… o tal vez?
La cirugía de Brenda, que sería el lunes, se pasó para el miércoles. Todo salió bien y el día viernes por la tarde, le dieron el alta.
Mora me puso al tanto de todo por mensajes y audios, también hablé con Brenda por teléfono y por suerte, todo había salido bien.
El domingo por la mañana, aun estaba en la cama, cuando me llamó Mora, me preocupó la hora y al atender me dijo que habían tenido que llevar a Brenda al hospital, por una hemorragia. La noté preocupada y angustiada, y le dije si quería que fuera, que en unas horas podría estar ahí. Su respuesta fue que no era necesario. Me quedé preocupado por Brenda y por qué no decirlo, por su contestación.
Cerca del mediodía, me mandó un mensaje, diciéndome que la dejarían internada un par de días para estudiarla y ver que todo estuviera bien.
Durante la semana, me fue poniendo al tanto de todo lo que ocurría, pero sin hablar de nada más. Le dieron el alta el miércoles y volvió a casa de su padre.
Al no tener noticias en los días siguientes, supuse que todo estaba bien. El viernes crucé mensajes con Brenda, confirmándome que hasta ahora todo iba bien.
Me sentía raro, como intranquilo, como dudando, cuestionándome de lo que hacer de aquí en adelante.
El viernes cerca del mediodía, llamé al trabajo para hablar con Flavio, le dije que el lunes tendría que volver a trabajar, pero que tenía que resolver algunas cuestiones personales, y necesitaba tomarme vacaciones, las vacaciones que no me había podido tomar, y si era posible, treinta días. Flavio me dijo que no había problema y ahí mismo me decidí.
Me iría unos días a la costa. Empecé a buscar lugares, en esta altura del año, en pleno invierno, me resultaría fácil y barato conseguir algún buen lugar. Y así fue, encontré un departamento frente al mar en un complejo de cuatro unidades muy lindo. Paradójicamente, aquel complejo se llamaba “Mi destino”
Llamé por teléfono para pactar los días, necesitaba que tuviera conexión a Internet, por cualquier inconveniente en el trabajo, eso había arreglado con Flavio. El costo y al estar en todo de acuerdo, allí mismo, hice la reserva para dos semanas, con posibilidad a dos semanas más. La mujer que me atendió, me dijo que a partir del domingo a las doce del mediodía, ya lo podía ocupar.
El sábado almorzamos con Javi y le conté, que necesitaba cambiar un poco de aire, pensar como seguir con mi vida.
-JAVI: Está muy bien pa! Aprovechá para descansar, para cargar las pilas! Te va a hacer bien!
-GABRIEL: La verdad es que me hace falta, parar y pensar.
-JAVI: ¿Qué hacés con Lola? ¿Te la llevás? Si querés me la llevo a casa.
-GABRIEL: Si estaba pensando justo eso, ¿Qué hacer con la perra?
-JAVI: Más que nada para cuando vuelva Mora, pueda estar con ella.
-GABRIEL: Si, tenés razón. Llevátela vos.
Pasamos la tarde juntos, y antes de la hora de cenar, se fue para la casa de su novia, tenían el cumpleaños de una amiga.
Me puse a preparar el bolso, la ropa, nada de etiqueta, el calzado, decidí no llevar zapatos, solo zapatillas y todas las cosas de higiene. Ya tenía casi todo listo, fui al cajón de mi mesa de noche a buscar algunas cosas y ahí estaba el estuche del anillo, decidí llevarlo también, Mora tenía llave de casa y si en algún momento pasaba por acá, no quería que lo encontrara.
En una mochila, la compu y un par de libros que tenía empezados y que por una razón o por otra nunca había terminado de leer.
Pedí algo para comer y pasadas las diez de la noche me fui para la cama.
Antes de dormirme, estuve pensando si le avisaba a Mora de mi viaje, pero decidí que como habían sido las últimas comunicaciones, algo cortadas y de pocas palabras, no tenía sentido…, decidí ser y dejar ser…
Temprano salí a la ruta, a medio camino, paré para desayunar, el día estaba frio pero soleado. Casi a la una del mediodía, llegué a La Lucila del Mar, el complejo esta en las afueras, camino a Aguas Verdes, era un predio bastante grande, a ojo me parecía que tendría unos sesenta o setenta metros de frente. Una arcada de madera, con un portón y un portero eléctrico a la altura de la ventanilla del conductor, como para poder tocar sin tener que bajar del auto. Toqué el timbre y una voz de mujer, me dijo que entrara, el portón se abrió y recorrí con el auto el camino hacia una casa, de la cual cuando iba llegando, salió una mujer a recibirme. A primera vista me pareció una mujer de buen porte, algunos años más que yo, aunque no creí que llegara a los cincuenta.
Bajé del auto y con una sonrisa y estirando su mano, me dijo:
-GLORIA: Bienvenido Gabriel! Mi nombre es Gloria y estoy a cargo del complejo.
-GABRIEL: Muchas gracias Gloria! Un gusto conocerla.
-GLORIA: Bueno Gabriel, Los cuatro están desocupados, puede elegir el que usted prefiera! Los cuatro por dentro son iguales y tienen las mismas comodidades y servicios.
Dos de ellos, daban al mar, los otros dos, estaban un poco más atrás, decidí elegir uno de los que tenían vista al mar y señalándolo le dije:
-GABRIEL: Si no hay problema, elegiría aquel.
-GLORIA: Claro que no, vamos que se lo muestro.
Caminamos hasta el departamento por aquellos senderos cuidadosamente arreglados.
Me mostró todas las comodidades, me dejó la clave del wifi, el control remoto del portón de entrada y me dijo que todos los días, el desayuno era entre las ocho y las once de la mañana, y que entre las diez y las doce, una chica haría la limpieza del departamento.
-GLORIA: Cualquier cosa que necesite, solo me toca el timbre que está junto a la entrada del comedor, debajo del alero.
-GABRIEL: Perfecto Gloria, muchas gracias! Ah!, una cosa más! ¿Será posible tutearnos?
-GLORIA: Si, claro! Es mi costumbre con los huéspedes, pero no tengo problemas.
Volvimos caminando, subí al coche y lo dejé debajo del techo, pegado al departamento.
Bajé todas mis cosas, acomodé todo y me tiré en la cama a descansar un rato.
Me desperté y ya era de noche, miré la hora y eran las siete y media, tenía hambre y no había comprado nada antes de llegar.
Salí con el coche, por suerte, encontré un mercado abierto y me aprovisioné de varias cosas, entre ellas, un whisky y varias de mis amigas Imperial.
Llegué pasadas las ocho, me preparé algo de comer, mientras me tomaba una cerveza, la noche estaba fría y tuve que encender el calefactor.
El lunes me desperté muy temprano, solo, había desactivado las alarmas que me despertaban habitualmente. Recién había amanecido, me vestí y decidí salir a caminar por la playa. Por supuesto a esa altura del año y a esa hora, con ese frio, estaba yo solo. El viento frio me pegaba en la cara. Caminé cerca de una hora entre ida y vuelta, ya el sol empezaba a entibiar.
A llegar al complejo, vi a Gloria leyendo un libro, sentada al sol debajo del alero. Al verme llegar, me dijo:
-GLORIA: Buenos días Gabriel!
-GABRIEL: Buenos días Gloria, ¿cómo estás?
-GLORIA: ¿Que tal la noche? ¿Prendiste la estufa?
-GABRIEL: Si, la verdad es que hacía bastante frio anoche.
-GLORIA: El desayuno está preparado, ¿te lo llevo al departamento o desayunás acá?
-GABRIEL: Acá está bien!, así te ahorrás un viaje.
-GLORIA: Bárbaro, pasá y Sentate donde quieras, ya te lo traigo.
Trajo la bandeja con el desayuno, que mas que un desayuno era un almuerzo, café, leche, yogur, unas rodajas de budín, tostadas, manteca, mermelada, dulce de leche, jamón, queso, fruta y un jugo de naranjas.
-GABRIEL: Quien pudiera vivir de esto y en este lugar, creo que si pudiera, algún día lo intentaría…
Apenas si pude con la mitad de todo aquello, Gloria me dijo que me llevara lo que no había comido para más tarde.
Me volví al departamento, me sentía extraño, sin nada planeado para el día, sin horarios fijos, sin salidas, hacía tiempo que no disfrutaba de momentos de ocio, de no tener nada qué hacer.
Me senté a leer un poco uno de los libros al sol y después algunas noticias y cosas en la compu.
Al mediodía, mientras daba cuenta de lo que me había quedado del desayuno, me llamó Javi. Hablamos más de media hora, estaba en su descanso del trabajo en el estudio.
Estaba tranquilo, disfrutando de aquella paz, de aquella soledad, de aquel silencio, solo interrumpido por el sonido del mar y del viento.
Pasaron varios días, en que solo salía del complejo para hacer algunas compras. Todas las mañanas, desayunaba en el comedor, después de la caminata matinal que tan bien me hacía.
El jueves por la mañana, al volver al complejo para desayunar, entré al comedor y Gloria me preguntó:
-GLORIA: Perdón Gabriel, aun no tuve tiempo de desayunar, ¿te molesta si desayunamos juntos?
-GABRIEL: Por supuesto que no, por mí, encantado.
Me cambié a una de las mesas dobles y Gloria trajo primero mi bandeja y luego su desayuno.
Desayunamos charlando de varias cosas, la verdad que era muy interesante conversar con ella, se la veía culta y muy educada.
A partir de ese día, desayunábamos juntos todas las mañanas, charlábamos mucho, pero no fue hasta el sábado que se atrevió a preguntarme:
-GLORIA: Gabriel, ¿Te puedo hacer una pregunta?
-GABRIEL: Si Gloria, claro!
-GLORIA: No es que me quiera entrometer en tu vida, pero me sorprende un hombre solo, en esta época del año y pensando en quedarse tantos días.
-GABRIEL: En verdad, necesitaba parar un poco en mi vida y replantearme muchas cosas.
-GLORIA: Supongo que por algún sufrimiento…
-GABRIEL: En verdad sí, creía que todo venía bien, pero por varios hechos, terminé divorciándome de mi esposa, aunque, a pesar de todo, nunca la dejé de amar.
Se nos hizo el mediodía, hablando, contándole todo lo ocurrido, incluso lo que pasó en los últimos días y que había motivado el viaje.
Hablar con Gloria era realmente muy agradable, me escuchaba atentamente y yo a ella en cada opinión.
-GLORIA: Bueno Gabriel, creo que ya te he dado mucha charla por hoy, y te he quitado mucho tiempo.
-GABRIEL: Para nada Gloria!, ha sido un gusto esta charla con vos.
-GLORIA: Ahora me tendría que ir al banco antes de que cierre, ¿Necesitás algo del centro?
-GABRIEL: No gracias Gloria, por el momento no, a la tarde, voy a ir a ver si encuentro unos libros que quería leer y si me hace falta algo ya lo compraré.
Yo le había hecho un resumen de mi vida, aunque no conocía mucho de la suya, me había dado un poco de vergüenza preguntar, esperaría que ella lo dijera.
El domingo, durante el desayuno fue ella, quien decidió contarme:
-GLORIA: Te habrás dado cuenta que estoy sola, no es que no tenga familia, pero aún no decido que hacer con el complejo. Hace siete años que estamos acá. Con mi esposo y mis hijos, siempre vivimos en Mar del Plata, yo nací allí. Mi esposo era contador, en su estudio llevaba la contabilidad de una importante empresa y algunos otros clientes de hacía años. Trabajaba mucho, nunca nos faltó nada, nuestros hijos pudieron estudiar y conseguir buenos trabajos.
-GABRIEL: ¿Cuántos hijos tenés Gloria?
-GLORIA: Dos, Martina la más grande es profesora de inglés, se casó con Ignacio, que es ingeniero y viven en Holanda y soy abuela de Lina. Y Marcos, mi hijo más chico, es profesor de educación física y vive con su novio Sebastián, en Bahía Blanca. Antes que Martina se fuera a Holanda, Mi esposo ya quería hacer esto, estaba cansado de trabajar tanto, habíamos comprado algunas propiedades en Mar del Plata, que al día de hoy, siguen estando alquiladas y cómo un cliente suyo que tenía problemas en su empresa, Arnaldo, le había ayudado mucho y cuando vendió su empresa, saldó la deuda con mi esposo con estos dos terrenos. Un año después y ya con cierto respaldo económico y algunos ahorros, me propuso embarcarnos en este proyecto. Y te puedo asegurar, que fue la mejor decisión que pudimos tomar, fueron seis años maravillosos, el carácter de mi esposo dio un vuelco, a pesar de trabajar mucho, estaba alegre, con ganas, con entusiasmo, compartimos mucho más en estos seis años que en resto de nuestra vida juntos. Los inviernos era lo mejor, teníamos tanto tiempo para compartir, para salir, para charlar, para hacer el amor, te puedo asegurar que fueron los años más felices de mi vida.
-GABRIEL: Que bueno que se decidieron! A veces cuesta dar el salto
-GLORIA: Eso es cierto, la ventaja que teníamos era que si esto no funcionaba, podíamos volver a Mar del Plata y seguir viviendo sin problemas. Pero como nada es para siempre, ese maldito cáncer, tuvo que aparecer. A partir de saberlo, Arnaldo fue muy optimista, estaba seguro que no le iba a ganar, pero todo fue tan rápido, estuvo un par de veces internado, en la segunda vez, mi hija se vino de Holanda con mi nieta, quería que Arnaldo la conociera y Marcos venía todos los fines de semana. Llegado el momento en que ya no había posibilidad de operación o tratamiento, estábamos una tarde en el hospital y cuando pasó el médico a verlo, Arnaldo le dijo que era consciente de lo que le estaba pasando, sabía que se iba morir y le pidió al médico que le dejara venirse. Tan solo fueron once días, la morfina le mitigaba el dolor y aunque trataba de mostrarse entero, yo podía sentir su sufrimiento. Una tarde estábamos sentados en el sillón, mirando el atardecer en el mar por la ventana del estar y creo que ya lo presentía, me miró, me tomó la mano y me dijo: “Espero haber sido un buen hombre, un buen esposo para vos y un buen padre para los chicos, deciles por favor que no me recuerden con tristeza, y vos amor mío, no estés triste cuando me vaya, es solo un hasta luego. Fui feliz a tu lado, siempre te amé y siempre te voy a seguir amando. Se descaradamente feliz, el tiempo que te quede de vida, que sea donde sea que yo esté, tu felicidad, será la mía”. Se recostó sobre mi hombro y se quedó dormido, yo me quedé abrazándolo hasta que un rato después dio un suspiro para luego dejar de respirar.
Gloria me contaba todo aquello, y no pude sino llorar junto con ella, como instintivamente, me levanté y le di un abrazo, tan solo me salió.
Ese domingo me invitó a almorzar y yo acepté, se había abierto de esa manera y decidí hacerle compañía hasta casi las cinco de la tarde.
Cuando me fui al departamento, me dijo:
-GLORIA: Gracias Gabriel, es muy lindo hablar con vos!
-GABRIEL: Al contrario Gloria, el agradecido soy yo, escucharte me ha hecho muy bien, me hizo ver lo importante de la vida, eso que a veces, queda relegado detrás de lo diario y no nos damos cuenta que la vida se nos va a cada instante.
La tercera semana de mi estadía allí, iba como estos días, salía a caminar bien temprano para luego desayunar con Gloria, después me iba a leer, mirar alguna serie o película y a pensar.
El martes por la tarde, estaba leyendo al sol en el parque cuando a lo lejos, escuché sonar mi teléfono, al tomarlo, vi que la llamada era de Paula:
-PAULA: Hola Gabriel! ¿Por donde andás que hace días que no te veo?
-GABRIEL: Hola Paula ¿cómo estás? Me vine unos días a la costa, necesitaba despejarme un poco.
-PAULA: ¿En invierno a la costa? Debés estar vos solo!
-GABRIEL: Jaja, Tal cual! Estoy solo en el complejo!
-PAULA: Bueno, tus motivos tendrás, supongo que a ver chicas en bikini no has ido!
-GABRIEL: Seguro que no, ni te cuento el frio que hace!
-PAULA: Perdón que te llame, pero necesitaba comentarte algo.
-GABRIEL: ¿Algún problema con el departamento?
-PAULA: No, nada de eso. Ayer pasé por tu casa para dejarte las copias de contrato firmadas, vi luz y pensé que estabas, pero cuando toqué la puerta, me atendió tu ex.
-GABRIEL: ¿Sí?
-PAULA: Perdón que te lo diga, pero desde que la conocí, no me ha mirado con buena cara, y ayer igual, pero de todas formas, me invitó a pasar. Le pregunté por vos pero me dijo no sabía dónde estabas, que había vuelto de Córdoba y no te había visto aún. Estaba tomando mate, supongo que esperándote, entonces pensé en dejarte los papeles e irme para mi casa, pero me ofreció un mate y nos pusimos a charlar, viste que a mí no me cuesta mucho hablar. Hablamos un buen rato, me contó el por qué de su viaje a Córdoba y me terminó pidiendo disculpas por su actitud para conmigo, que en esos días estaba nerviosa y que incluso se había ido mal por cómo te había tratado y lo que te había dicho.
-GABRIEL: Yo lo entendí así, que estaba nerviosa.
-PAULA: Pero me dijo que fue una estúpida en pensar lo que había pensado, que se arrepintió ni bien se fue de tu casa, que le dijo a su amiga de volver, pero le dijo que si volvían iba a perder el micro. Y que después no quiso decir nada, que te quería pedir disculpas personalmente.
-GABRIEL: Te digo la verdad, vos sabés lo que tenía planeado hacer, pero su contestación de ese día me hizo replantear las cosas, vos y yo nos conocemos hace poco, aunque no me cabe duda que podamos llegar a serlo, por ahora no somos amigos, y por mi parte nunca te vi de otra manera, incluso después de que me dijeras que te podrías enamorar de mi.
-PAULA: Perdón Gabriel, ese día me salió decirte eso, pero como una especie de piropo, de valoración hacia vos como hombre, estando segura que cualquier mujer se podría enamorar de vos, no fue con ninguna otra intención, de hecho, ya tenía en la mira a Fabiana.
-GABRIEL: Así lo entendí, y creo no haber tenido ninguna actitud distinta para con vos, como para generar en ella ese sentimiento.
-PAULA: Claro que no, así lo entendí yo también. Pero si aceptas una apreciación, creo que el sentimiento entre ustedes, se merece la oportunidad, no lo dejes pasar, quizás después te arrepientas.
Bueno espero verte pronto, te mando un beso!
-GABRIEL: Un beso Paula, gracias por el llamado!
Por supuesto que esta conversación me dejó pensando, aunque sin entender.
Por la tarde salí a hacer algunas compras y al volver, me detuvo Gloria de camino al departamento y sin bajar del auto, me dijo:
-GLORIA: Gabriel, quisiera hablar con vos
-GABRIEL: Si Gloria! Decime
-GLORIA: Te quiero hacer una propuesta, si te parece bien, te espero a cenar a las nueve.
-GABRIEL: Perfecto, a las nueve estoy ahí.
Me fui para el departamento pensando, en que querría proponerme, esperaba que no fuera ningún tipo de propuesta sexual o algo por el estilo, no estaba en mis planes y no quería tener que pasar por la situación de rechazar algo así. Como menos, aquella invitación me inquietó.
A las nueve en punto, toque el timbre de su casa. Gloria me hizo pasar, la cena ya estaba lista. Cenamos hablando de un montón de cosas, y yo esperando el verdadero motivo de aquella cena.
Luego de un café en el comedor, me dijo de sentarnos en los sillones del estar y tomar una copa. Le acepté un whisky y ella tomó un ron con cola.
Nos sentamos y en ese momento me empezó a contar el motivo de aquella cena:
-GLORIA: Gabriel, después de las conversaciones que hemos tenido, me he quedado pensando y se me ocurrió proponerte algo.
-GABRIEL: Ansioso me tenés Gloria!
-GLORIA: Habiéndote escuchado y creyendo haber entendido los motivos que te han traído estos días, es que se me ocurrió hacerte esta propuesta. El complejo fue el sueño de Arnaldo, esto lo hizo feliz, y por supuesto a mí también, mientras estuvimos juntos. Recuerdo sus últimas palabras, que sea feliz, y si tengo que ser sincera, sería más feliz en Mar del Plata, ahí tuve toda mi vida, ahí tengo a mis hermanos y mis sobrinos. Mi situación económica no depende del complejo, las propiedades alquiladas y los locales comerciales, me permiten vivir cómodamente, y tengo mi casa allí. Es por esto que se me ocurrió proponerte que te hagas cargo del complejo.
-GABRIEL: Me sorprendés Gloria! Realmente me sorprendiste con tu propuesta, pero… ¿Cómo administrador o algo así?
-GLORIA: No Gabriel, que sea tuyo!
-GABRIEL: Gloria, no estoy en condiciones económicas de afrontar eso, ni siquiera tengo una casa.
-GLORIA: Ese no es problema Gabriel, me lo podía imaginar, pero la propuesta no es referente a lo económico, es a un cambio de vida, creo estar segura que el complejo estaría en buenas manos. Se los ingresos que genera el complejo hoy en día, y también sé, que con los otro cuatro departamentos proyectados, y la pileta climatizada que Arnaldo no alcanzó a construir, podría generar mucho más. Por eso es que pensé que podrías tener dos o tres años de gracia, para luego empezar a pagar el costo.
-GABRIEL: Gracias por la propuesta, pero me tomás por sorpresa, no sabría qué contestarte! Aunque me entusiasma la idea!
-GLORIA: Ya me lo imaginaba, pero no te pido ya una respuesta, pensalo, consultalo con quien creas necesario, incluso si querés poder ver vos o quien vos digas, los libros contables, las entradas y salidas, los costos fijos y todo lo demás.
GABRIEL: Si Gloria, definitivamente me lo tendría que pensar, sobre todo tendría que pensar, si estaría decidido a cambiar mi vida de esta forma, a cambiar de trabajo, de ciudad y de futuro.
-GLORIA: Soy consciente de eso, tomate el tiempo que necesites, lo que te pido que aceptes o no la propuesta, que por favor me lo hagas saber.
-GABRIEL: Si Gloria, claro que sí! Con el que primero tendría que hablar, sería con mi hijo, es lo único que me ata a La Plata, al menos de momento.
Pasadas las doce de la noche me fui para el departamento, me tiré en la cama, pero no para dormir, no podía, aquella propuesta, me hizo cuestionarme lo que realmente quiero para mi vida. Inevitablemente, comencé a pensar los pros y los contras de tomar esta decisión.
En primer lugar, el dejar la ciudad donde había vivido toda la vida, cualquiera diría que cambiar el asfalto y el tráfico, por un parque arbolado frente al mar, no daría mucho lugar a discusión. Pero no se trata solo de dejar la ciudad, también a los amigos, a los compañeros de trabajo, a los de pádel, y a otras tantas personas cercanas en estos años de vida. Que trescientos y pico de kilómetros tampoco es el otro lado del mundo, también es cierto, y que en caso de extrañar o querer ver a alguien, los podría recorrer.
Por otro lado, pensaba en Javi, ¿qué pensaría él de esto?, ¿cómo se tomaría que me mudase a la costa?
Si a él le gustara, le podría proponer que viniera a trabajar aquí, conmigo, pero también está su novia. Con él era con quién lo iba a hablar primero, y su opinión tendría mucho peso en esta decisión.
El miércoles después del mediodía, lo llamé a Javi:
-GABRIEL: Hola hijo! ¿cómo estás?
-JAVI: Yo muy bien pa, ¿y vos?
-GABRIEL: Yo también Javi, con ganas de verte!
-JAVI: Si, yo también!
-GABRIEL: ¿Tenés algún plan para el fin de semana?
-JAVI: No pa, seguramente estaré con Silvina.
-GABRIEL: ¿Les gustaría venirse con Silvina el viernes y quedarse hasta el domingo?
-JAVI: Me encantaría, pero el viernes trabajo, salgo a las cuatro, Silvina no cursa los viernes, pero tendría que hablarle para ver si puede.
-GABRIEL: Hablá con Silvina que yo le digo a Ruben que te dé libre el viernes.
-JAVI: Dale pa, me encantaría!
Cortamos y se me alegró la tarde. Hablé con Ruben un rato, y me dijo que no había problema. Media hora después, me dijo que estaba todo arreglado, que podían venir los dos.
Le pasé la ubicación del complejo y le dije que los esperaba para almorzar.
Le toqué el timbre a Gloria.
-GABRIEL: Hola Gloria, perdón que te molesto
-GLORIA: Hola Gabriel, no molestás!
-GABRIEL: Gloria el viernes viene mi hijo con la novia y se quedan hasta el domingo, por favor, necesito que le asignes otro de los departamentos y ahora cuando voy al centro te pago los días que me faltan del mío y estos días del otro.
-GLORIA: Solo lo tuyo Gabriel, el departamento de tu hijo no hace falta!
-GABRIEL: Por favor Gloria, no puedo aceptar eso!
-GLORIA: Si Gabriel, aceptalo, es un obsequio y me imagino los motivos por los que tu hijo viene, y me alegro, supongo que estás considerando la oferta y querés la opinión de tu hijo, ¿o me equivoco?
-GABRIEL: No te equivocás! Te agradezco.
-GLORIA: No hay nada que agradecer, quizás te tenga que agradecer yo!
-GABRIEL: dame unos días!
Estaba ansioso, creo que como hacía tiempo no estaba, un poco nervioso y por qué no decirlo algo ilusionado.
El viernes, pasada la una del mediodía, llegaron Javi con Silvina, nos saludamos con un abrazo y Javi, lo primero que dijo fue:
-JAVI: Pa, esto esta buenísimo, quien pudiera tener algo así!
-SILVINA: Es hermoso Gabriel!
-GABRIEL: La verdad que sí!, ustedes estarán en este departamento
Les dije señalando el que estaba más cerca del mío.
-JAVI: Pa, no hacía falta, podíamos dormir en el tuyo para que no tuvieras que gastar!
-GABRIEL: Así pueden estar tranquilos y hacer su vida!
Había cocinado una carne al horno con papas y una ensalada, nos sentamos a almorzar en mi departamento. Después de comer, salimos al deck de madera contiguo al departamento, nos sentamos en las sillas de jardín, para tomar un café mirando al mar, estaba fresco, pero el sol hacía soportable el estar allí.
-GABRIEL: Javi, Silvina, no solo quise que vengan estos días por que tenía ganas de verlos, quería que conocieran este lugar.
-SILVINA: Es una locura esto, el parque, el mar a un paso y los departamentos son bárbaros!
-JAVI: La verdad que sí pa! Es un lugar tremendo!
-GABRIEL: Después les voy a presentar a Gloria, la dueña, el complejo lo hicieron su esposo y ella. El falleció hace poco más de un año y ella quedó sola con todo esto, y quiere volver a Mar del Plata, ella es de allí, y allí tiene a toda su familia.
-JAVI: ¿Y como hace para mantener todo esto?
-GABRIEL: Tiene un muchacho que mantiene el parque y hace mantenimiento y una chica que hace la limpieza.
-JAVI: me imagino lo que debe laburar esto en temporada!
-GABRIEL: Mucho!, está siempre ocupado!
-SILVINA: Es hermoso!
-GABRIEL: La verdad que sí! Y el motivo por el que quise que vinieran es que Gloria me ofreció hacerme cargo del complejo.
-JAVI: ¿Qué vos lo manejes?
-GABRIEL: Que sea mío!
-JAVI: ¿Cómo tuyo?
-GABRIEL: Si, quiere volver a Mar del Plata y me ofreció que el compre el complejo!
-JAVI: Pero esto debe costar mucho pa! ¿Cómo harías para pagarle?
-GABRIEL: Yo le dije lo mismo a Gloria, pero me dijo que si aceptaba la propuesta, tendría dos o tres años de gracia, y después de eso, empezar a pagarle, ella tiene otros ingresos, no depende del complejo para vivir.
-JAVI: Ni lo pienses pa! Esto es bárbaro!
-GABRIEL: Ya lo sé, es una oportunidad que no se da todos los días. Pero eso implicaría dejar mi trabajo, dejar la ciudad y mudarme aquí, por eso quería la opinión de ustedes, por supuesto que me encantaría que se vinieran a trabajar conmigo, pero sé que en La Plata, está tu madre, tus amigos, tu trabajo y también la familia, los amigos y los estudios de Silvina, se que su vida está allá.
-JAVI: Eso lo tendríamos que pensar, pero creo que vos, si esto te ilusiona, tenés que aprovecharlo, si es lo que querés hacer, hacelo pa! Dale para adelante. No sea cosa que por no animarte a dar el salto, después te arrepientas. Pensalo así, con Silvina hemos hablado varias veces sobre qué haríamos si se nos presentaran oportunidades de trabajo en otra ciudad, y siempre hemos dicho que si la oportunidad lo valía, tomaríamos esa decisión, la distancia es solo física pa, podemos estar a dos cuadras y sin embargo vernos cada tanto.
-GABRIEL: Eso es verdad, y tampoco es tanta la distancia, son solo tres horas y pico.
-JAVI: Por supuesto, no es la otra punta del país.
-SILVINA: Si es lo que te nace hacer, hacelo! Si no te arriesgás quizás después te arrepientas.
-GABRIEL: Gracias chicos! Solo los quería escuchar, escuchar lo que pensaban!
-JAVI: ¿Y con Mora pa?
-GABRIEL: Ese es otro tema, cuando se fue a Córdoba esta última vez, las cosas no quedaron muy bien, y en este tiempo solo hemos hablado sobre Brenda, solo eso. No sé que irá a pasar con ella, yo la sigo queriendo, y creo que ella también, pero no se que nos puede deparar el futuro, y no sé si tendría que supeditar mi decisión a lo que pase con ella. Aún tengo mucho por pensar, antes de tomar la decisión.
Por la tarde, les presenté a Gloria, tuvieron la misma impresión que yo sobre ella, le pareció una mujer adorable.
Ese fin de semana, fue hermoso, estar todo ese tiempo con ellos me hizo muy feliz, desayunamos el sábado y el domingo con Gloria. Me encantaba escuchar a Javi, pensando en todo lo que se podría hacer para mejorar el complejo, creo que estaba más ilusionado que yo. Y eso me dio un empujoncito a favor de mi decisión.
El domingo después de almorzar se volvieron para La Plata, ambos me abrazaron y me dijeron que le diera para adelante, que me lo piense bien y que no lo deje pasar.
El lunes salí a caminar temprano y luego fui a desayunar con Gloria.
-GLORIA: Gabriel, no los conozco demasiado a los dos, pero creo que tu hijo es igual a vos, por momento al escucharlo hablar, me parecía que te escuchaba a vos, hasta en la voz, se parecen.
-GABRIEL: ¿Te parece? Lo que sí, estoy muy orgulloso de él, es un buen chico con las ideas claras, sabe lo que quiere y es muy responsable y educado.
-GLORIA: Se ve que sí! Y su novia también, me encantó como lo miraba!
-GABRIEL: Silvina es divina, espero que su relación prospere! Veo que se quieren mucho!
Toda la semana pensando, planeando, imaginando lo que podría ser, solo una cosa me quedaba por resolver. Sí…, el futuro con Mora, si es que habría uno, al volver a La Plata, iría a verla mentiría si dijera que no la extraño…, si que la extraño…