Sospechas y certezas (16)
¿Un nuevo comienzo?
(16) – ¿Un nuevo comienzo?
Necesitaba verla, tenía ganas de estar con ella, necesitaba un acercamiento, quizás queriendo confirmar algo, no me podía mentir, tenía tantas ganas de abrazarla, acariciarla y besarla….! Solo eso, mirarla a los ojos y besarla.
-GABRIEL: Hola Mora, ¿cómo estás?
-MORA: Hola Gabi!, justo estaba por llamarte!, ¿cómo estás?
-GABRIEL: Muy bien! Te quería preguntar si tenés planes para esta noche.
-MORA: No, ningún plan!
-GABRIEL: ¿Me puedo invitar a cenar a tu casa?
-MORA: Jaja!, claro que sí! ¿Qué querés que te cocine?
-GABRIEL: No cocines! Yo llevo algo para comer y para tomar, y otro Whisky, que la otra noche te lo vacié!
-MORA: Dale, ¿a qué hora venís?
-GABRIEL: A la que vos me digas!
-MORA: Dame tiempo a darme un baño y cambiarme, ¿tipo veinte treinta, te parece?
-GABRIEL: Perfecto a esa hora estoy ahí!
Me cambié y salí a comprar todo para la cena. En una confitería compré unos bocaditos, unos canapés, unos sándwich de miga y un postre de chocolate con frutillas. Compré un par de botellas de vino, una de whisky y una de champagne.
Y pensé también hacerle un regalo a ella, no se me ocurría qué, mirando algunas vidrieras hasta que lo vi y dije, ¿por qué no?
Entré en aquel negocio de ropa y le pedí a la vendedora, que me mostrara un vestido que había visto en la vidriera, la falda un poco más arriba de la rodilla, de color tostado claro, ceñido en la cintura, con un par de finos breteles en los hombros y la espalda casi toda descubierta. Me pareció hermoso y decidí comprárselo.
Llegué pasadas las veinte cuarenta, toqué timbre con todas aquellas bolsas, y Mora me abrió, caminé el pasillo y al verme llegar con todo aquello, me dijo:
-MORA: ¿Qué es todo esto?
-GABRIEL: La cena!
Le dije cuando faltaban unos metros para su puerta.
Extendió sus manos para ayudarme con los paquetes, y le entregué el de la comida y el postre, su regalo sería para después.
Entramos y de la bolsa de las bebidas, saqué el whisky y le dije:
-GABRIEL: Este es para reponer, la otra noche lo exprimimos.
Saqué la botella de champagne y le dije:
-GABRIEL: Este ponelo en el freezer, por favor!
-MORA: ¿Y todo esto? ¿Qué se festeja hoy?
-GABRIEL: Esperá y ya te cuento.
Terminamos de acomodar las cosas, me senté en el sillón, y con una palmada, le indiqué que se sentara a mi lado. Busqué en el teléfono el video que me había pasado Ruben y antes de darle play, le pregunté:
-GABRIEL: ¿Viste las noticias?
-MORA: No, ¿Qué pasó?
-GABRIEL: Me imaginé, sé que no te gusta ver noticias!
Y acercando el teléfono para que pudiera ver, le di play al video. Miró la noticia con cara sorprendida y cuando terminó me dijo:
-MORA: ¿Es este tipo?
-GABRIEL: Sí Mora, es este hijo de puta!
-MORA: ¿Y va a ir preso? ¿Vos tuviste algo que ver con eso? ¿Y si después se quiere vengar de vos?
-GABRIEL: No, tranquila, fue su dealer, lo enganchó haciendo su propio negocio con las pastillas, le plantó toda esa droga en el auto y lo entregó a la policía!
-MORA: Ay yo tenía miedo que vos hagas algo, porque ese tipo no te iba a dejar en paz!
-GABRIEL: Pará que no termina ahí, va a ir preso, según me dijo Ruben, entre cinco y diez años, y el dealer no lo mandó matar porque tiene hijos, pero cuando salga, tiene que desaparecer de la ciudad, porque amenazó con matarlo, si lo llega a encontrar acá. Así que cuando salga se va a tener que rajar!
-MORA: ¿Qué ya no va me va a joder más? ¿Eso quiere decir que se terminó?
-GABRIEL: Hay algo que no te conté, para no preocuparte, el tipo me dejó una amenaza en el auto mientras estaba en el Ministerio, le mostré aquel papel y a Mora se le cayeron unas lágrimas. Tranquila, ya terminó, ya podés estar tranquila!
Y la abracé, nunca soporté verla llorar.
Después del abrazo, traté de cambiar el clima.
-GABRIEL: Bueno vamos a comer, que tengo hambre!
-MORA: Vamos!
Abrimos los paquetes, pusimos todo aquello en unos platos, descorché un vino y volvimos al sillón.
-GABRIEL: Por los nuevos tiempos!
-MORA: Por buenos tiempos!
La cena fue maravillosa, todo estaba muy bien, yo estaba en el lugar y con la persona que deseaba estar.
Nos habíamos tomado las dos botellas de vino durante y después de la cena.
Me levanté del sillón para llevar los platos a la cocina y Mora me ayudó, tambaleábamos los dos y nos reíamos mucho.
Saqué el champagne del freezer y tomé dos copas del mueble, lo descorché y las llené. Nos volvimos a sentar en el sillón, nos costaba estar parados!.
-MORA: ¿Ahora por qué brindamos?
-GABRIEL: Porque tengamos la vida que nos merecemos!
-MORA: Por vos y por mí!
Dijo Mora chocando su copa con la mía, me recosté contra el respaldo y ella apoyó su cara en mi pecho, pasé mi brazo sobre su cuerpo y la tomé del hombro.
-MORA: Así me quiero quedar toda la vida!
-GABRIEL: Ah! Me estaba olvidando de algo!
Dije enderezándome y poniéndome de pie, Mora me miraba sin entender, después de tanto tiempo, estábamos abrazados y yo me levanté. Fui a buscar la bolsa del regalo y antes de sentarme estiré el brazo entregándoselo.
-GABRIEL: Esto es para vos!
-MORA: ¿Y esto?
-GABRIEL: Un pequeño presente!
Lo abrió con la felicidad en su cara, esa sonrisa que tanto me gusta desde siempre. Tomó el vestido y al verlo, me miró y me dijo:
-MORA: ¿Y esto por qué?
-GABRIEL: Porque cuando lo vi, supe que era para vos! ¿Por qué no regalártelo?
-MORA: Es hermoso! ¿Por qué te pusiste en gasto?
-GABRIEL: Solo porque tuve ganas de hacerte un regalo!
-MORA: Esperame acá! Me encanta!
Se fue caminado a los tumbos a su dormitorio y unos minutos después volvió con el vestido puesto y unas sandalias haciendo juego. Le quedaba realmente hermoso! Estaba realmente hermosa! Ella es realmente hermosa! En ese mismo momento la hubiera abrazado y le hubiera comido la boca de un beso, pero me contuve.
-MORA: ¿Cómo me queda? Me encanta!!
-GABRIEL: Perfecto! Estás hermosa!!
Dio un giro para que la viera de cuerpo entero y casi se cae sobre el sillón, nos reímos los dos, mientras yo la tomaba de la cintura para que no caiga.
La acerqué lentamente, hasta que quedamos uno frente al otro, nuestras caras a unos pocos centímetros y ahí sí, no me pude contener y la besé, suave, tierno. Ella pasó sus brazos alrededor de mi cuello y yo la tomé por la espalda. Ese beso tan hermoso, duró un largo rato, creo que en ese beso nos dijimos muchas.
Aun abrazados, me miró a los ojos y me dijo:
-MORA: Hoy no manejes!
-GABRIEL: ¿Tranquila, puedo manejar?
-MORA: Mi corazón desea que te quedes no solo esta noche, que te quedes todas las noches, te amo más que nunca y no puedo estar sin vos!
Y nos volvimos a besar, debajo del vestido no llevaba corpiño y acaricié su espalda en ese nuevo beso, está vez un poco más apasionado.
-GABRIEL: Estoy un poco borracho y no voy a poder hacer nada!
-MORA: No me importa lo que hagamos, lo único que quiero es despertarme y verte a mi lado!
Nos volvimos a sentar en el sillón, nos volvimos a abrazar y nos terminamos la botella de champagne.
Cómo pudimos, nos fuimos hasta su dormitorio, Mora fue al baño y volvió con una remera de esas que usa para dormir, yo ya me había sacado la ropa, quedando solo son el bóxer.
Nos abrazamos, nos dimos otro tierno beso y nos acostamos. Ella se apoyó sobre mi pecho y me lo acariciaba, yo pasé mi brazo por arriba de sus hombros y acariciaba su cabeza y su cabello suavemente.
Su respiración empezó a serenarse y se quedó dormida, yo tardé un poco más en dormirme, pensando en todo lo ocurrido, después de tantos meses me volvía a sentir de aquella manera que tanto me gustaba.
Me desperté, al abrir los ojos la veo a Mora sentada en chinito en la cama, mirándome, con esa mirada y esa sonrisa que siempre me han cautivado y una bandeja con el desayuno.
-MORA: Buenos días mi amor! Va! Buenas tardes!
-GABRIEL: Buenas tardes!, ¿qué hora es?
-MORA: Casi las tres de la tarde! ¿Tenías algo que hacer?
-GABRIEL: No, ningún plan! ¿y vos?
-MORA: Tampoco! Pero si es con vos, hago cualquier cosa! Si querés hasta vamos a la cancha a ver un partido de futbol!
-GABRIEL: No me tientes que esta noche juega River!
-MORA: Vamos si querés! Si es con vos voy a cualquier lado!
-GABRIEL: Lástima, ya no hay más entradas! Lo miraré por tele! ¿Hace calor?
-MORA: Bastante! Si querés yo te cocino algo y vos ves el partido! ¿Te parece?
-GABRIEL: Bueno, vemos! ¿Vamos a pasear un rato?
-MORA: Dale, vamos!
-GABRIEL: ¿Hace mucho que te despertaste?
-MORA: Hace más de una hora. No me pude aguantar y la llamé a Bren para contarle! El finde que viene, me dijo que si podía se venía! ¿No te molesta que le haya contado?
-GABRIEL: No, claro que no!
Terminamos ese desayuno, que fue un almuerzo, nos cambiamos y salimos a pasear. Mora preparó el mate y salimos con el auto, sin rumbo, en verdad no me importaba.
Terminamos tomando mate y charlando, a la sombre de un árbol, en el medio del campo, solo ella y yo, recordando buenos momentos, yo no quería apresurar las cosas, si algo fuera a surgir, el tiempo lo diría. Le saqué varias fotos y ella a mí. Charlamos mucho, nos reímos y como a las seis y media, le dije si quería que fuéramos a cenar.
Casi a las siete y media, llegamos a su casa, le dije que iría a bañarme y cambiarme, y que a las nueve la pasaba a buscar. Nos dimos un beso y me fui.
Me bañé, me cambié y a las nueve estaba en la puerta de su casa, le toqué timbre y me contestó:
-MORA: Ya estoy, le dejo la comida a Lola y salgo!
Abrió la puerta y se había puesto el vestido nuevo, estaba hermosa, cuando se dio vuelta para cerrar la puerta me di cuenta que no llevaba corpiño y me causó gracia, incluso pensé que como era relativamente corto, quizás no lo usaría para no mostrar sus rodillas. Llevaba el pelo de los costados recogido, unos aros argolla grandes, maquillada hermosamente y unas sandalias de taco blancas.
-GABRIEL: Estás hermosa!
-MORA: Gracias! Usted también caballero!
-GABRIEL: ¿Y sin corpiño?
-MORA: Ay sí, me lo probé con el corpiño y quedaba horrible! ¿No te gusta? Me pongo uno!
-GABRIEL: No tonta! Me encanta!
Nos reímos y salimos, había decidido cenar en Buenos Aires, le dije si le parecía bien y me dijo que bárbaro.
Casi una hora después, entramos a un hermoso restaurante en la costa del rio en Vicente López.
Su cara de felicidad, era mi felicidad. La cena estuvo estupenda y después de ahí, nos fuimos a un bar a tomar algo, uno de esos bares, donde la gente baila también. Nos tomamos un par de copas, bailamos algunas canciones y cerca de la una de la mañana, salimos de aquel bar.
-GABRIEL: ¿Qué te parece si nos quedamos en algún hotel de acá para no tener que volver manejando?
-MORA: Me encanta la idea!
Y con carita de pícara me dijo:
-MORA: Lo único que no traje ropa para dormir!
-GABRIEL: Yo tampoco!
Llegamos a un hotel de cuatro estrellas, allí pasaríamos la noche y toda mi intención en esa noche era reencontrarme con su cuerpo, en verdad lo estaba deseando.
Pedí en el hotel una botella de champagne para la habitación y subimos.
Era un piso quince, el balcón tenía una hermosa vista de la ciudad, charlamos un rato ahí hasta que llegara el champagne. Llegó, serví las dos copas y frente a frente brindamos
-GABRIEL: Por vos!
-MORA: Por nosotros!
Tomamos esa copa, la apoyamos en la mesita y nos abrazamos! Nos besamos apasionadamente, acaricié su espalda desnuda, y mi erección había comenzado, tanto deseaba ese cuerpo, tanto tiempo sin tocarlo, sin besarlo, sin recorrerlo, estaba ansioso.
Mora me llevó hasta el borde de la cama, me dijo que me sentara, se paró delante de mí y lentamente, se bajó los breteles del vestido, lo fue bajando lentamente, quedando sus pechos al descubierto. Al llegar a la cintura, lo tomó por los lados y lo fue bajando lentamente sin dejar de mirarme. Ahí tenía su cuerpo, con solo una diminuta tanga blanca, realmente diminuta, y sus sandalias de taco.
Caminó hasta la mesa lentamente moviendo las caderas volvió a llenar las copas y volvió dándome una hermosa visión de todo su cuerpo, por supuesto ya estaba con una tremenda erección!
Me entregó las dos copas y me empezó a desprender los botones de la camisa, todos, me acarició el pecho y luego tomó su copa. Volvimos a brindar
-MORA: Por esta noche que tanto esperé!
-GABRIEL: Por esta noche!
Dejamos las copas, me terminó de sacar la camisa. Me desprendió el cinturón, desprendió los botones del pantalón y lo empezó a bajar, levanté el cuerpo para facilitarle la tarea. Llegó a mis tobillos, sacó mis zapatos y terminó de sacar el pantalón. Apoyó sus manos en mis rodillas, separando mis piernas, se arrodilló delante de mí y mirándome a los ojos, sacó mi pija completamente erecta, la acarició lentamente y se agachó para introducirla en su boca, y me la empezó a chupar suavemente, acariciándola con la lengua, ya me tenía muy caliente, creo que le hubiera eyaculado en ese instante. Me terminó de sacar el bóxer y ya desnudo, me puso la mano en el pecho para que me recostara. Se subió encima mío y me besó apoyando sus tetas en mi pecho, acaricié su espalda y el culo.
-MORA: Amor mío, tengo que decirte algo, te habrás dado cuenta, que estoy depilada, estoy así desde un tiempo antes de que todo pasara, este era mi regalo de aniversario para vos. Por eso en esa oportunidad no hubo un regalo de mi parte, éste era mi regalo.
-GABRIEL: Siempre te lo pedí!
-MORA: Fue por es mi cielo, que te lo quería dar.
-GABRIEL: Y me encanta! Todo tu cuerpo me encanta! Y ahora me gusta mucho más que antes, si supieras lo que lo extrañé…!
-MORA: Ya no lo extrañes más!
Me paré, volvimos a brindar, nos volvimos a besar y a partir de ahí nos fundimos en abrazos, besos, caricias cada vez más apasionados. Nos acostamos y literalmente nos comimos, la besé completa, recorrí con la boca y la lengua todo su cuerpo hasta llegar a su conchita toda pelada y ya empapada, la recorrí por completo hasta sacarle el primer orgasmo, una delicia! No paraba de temblar!
Pero no me detuve y seguí lamiéndola toda, llegué hasta sus tetas, las lamí, las besé, chupé sus pezones, los mordí suavemente, mientras buscaba su conchita con mi glande. Llegué a su boca y la besé mientras iba entrando suavemente en su entrepierna, en su deseada conchita que tanto había extrañado. Las penetraciones eran suaves pero profundas, ella me tomaba del culo acompañando mis embestidas. Fui acelerando los embates, hasta que tuvo su segundo orgasmo.
-MORA: Cuanto lo necesitaba! Cuanto te necesitaba dentro mío!
-GABRIEL: No sabés cuanto lo deseaba!
Cambiamos de posición, me acosté boca arriba y ella se sentó sobre mí, introduciéndosela hasta el fondo, para luego cabalgarme marcando el ritmo. Se levantó y se dio vuelta, se volvió a sentar con mi pija en su interior, dándome la espalda y una hermosa visión de su culo que iba y venía.
En esa posición tuvo otro orgasmo, yo no sabía si iba a poder aguantar mucho más, tanta excitación, me tenía a borde de la eyaculación.
Se salió y se puso a cuatro patas para que la penetrara desde atrás. Entró con facilidad y acelerando las embestidas ya estaba a punto de acabar, pero quería acabarle mirándola a los ojos.
Me salí y la acosté boca arriba, la penetré mientras la besaba y aceleré para llegar por fin, mientras la miraba a los ojos y le decía que la amaba. Tuvo otro nuevo orgasmo que llegó junto con el mío. Fue algo maravilloso, nos quedamos un momento en esa posición, hasta que mi erección fue menguando. Me recosté a su lado besándola, mientras nos mirábamos a los ojos.
-GABRIEL: Cuanto extrañé esto!
-MORA: Yo también mi vida, te amo como nunca voy a amar a nadie!
Mora se dormitó y yo me quedé observándola y rememorando todo lo que había pasado en nuestras vidas hasta ese día, al poco rato, me quedé dormido también.
Sonó la alarma de mi teléfono, teníamos que dejar el hotel, nos bañamos, nos cambiamos y bajamos a desayunar antes de irnos.
Era casi el mediodía del domingo y decidimos dar unas vueltas por Buenos Aires antes de volver. Recorrimos un shopping, almorzamos ahí, hicimos algunas compras y volvimos para La Plata a eso de las cinco de la tarde.
Dejé a Mora en su casa cerca de las siete, me miró con una carita tierna diciéndome:
-MORA: ¿No querés quedarte en casa?
-GABRIEL: La verdad es que tengo varias cosas que hacer para el trabajo, y con vos no me podría concentrar!
-MORA: Qué lástima, te voy a extrañar tanto!
-GABRIEL: Yo también! Pero tengo que entregar esos trabajos mañana temprano!
-MORA: Está bien! Pero que sepas que hubiera deseado que te quedes conmigo esta noche también!
-GABRIEL: Ya lo sé! Pero no faltarán oportunidades!
Esto último pareció conformarla y dándome un beso hermoso, nos despedimos
¿Y Ahora qué? ¿Cómo sigue esto?…