Sospechas y certezas (10)

Brenda López Gastaldi, novedades que agitan mis días.

(10) – Brenda López Gastaldi, novedades que agitan mis días.

A comienzos de diciembre, estaba en la oficina hablando por teléfono, y veo parada en la puerta del sector a Brenda, la hija de Mora saludándome con la mano, le hice señas que me espere y cuando corté la llamada, salí.

Nos dimos un abrazo y un beso y le dije que me esperaba un momento que respondía un mail y ya me iba.

-GABRIEL: Qué alegría verte Bren!, ¿cómo estás?

-BRENDA: Muy bien Gabi, ¿vos?

-GABRIEL: Aquí ando!, ¿ya almorzaste? ¿Tenés tiempo?

-BRENDA: No, no almorcé, vengo de ver a una amiga y te quería saludar

Y tomándola del hombro, le dije:

-GABRIEL: Hiciste muy Bien! Vamos a comer algo!

Fuimos hasta el auto y de ahí a un restaurante a comer.

Nos sentamos y pedimos el almuerzo. Me alegraba verla y que me contara como le estaba yendo.

-GABRIEL: Bueno contame, como van las cosas en casa de tu padre, como vas con la facu y si ya tenés novio cordobés.

-BRENDA: Con papá bien, con la mujer, no tan bien, no es que me lleve mal, pero es bastante rompe cocos, sobre todo con los horarios y el orden. Ya estoy grande para que me controlen los horarios, pero bueno, estoy poco en casa. La facu bien, aprobé todas las cursadas y rendí tres finales, me quedó solo un final que es una entrega de un proyecto, pero se murió una compu que me prestó papá y la de él la puedo usar solo un rato, cuando el vuelve de trabajar. Pero bien, me gusta mucho y estoy re contenta!

-GABRIEL: Muy bien! Cuando querés acordar, ya sos ingeniera! ¿Y el novio?

-BRENDA: No, no hay novio, a principio de año había pegado onda con un compañero riojano, iba todo bien, nos veíamos seguido por temas de la facu y pensé que por ahí pintaba, pero no, a mitad de año, dejó y se volvió a La Rioja. Y después le puse pila al estudio.

-GABRIEL: ¿Y hasta cuando te quedás?

-BRENDA: Seguramente hasta fines de enero.

-GABRIEL: Ah! Pasás tu cumple y las fiestas acá!

-BRENDA: Si me quedo un par de meses con mamá! Me quiere festejar los veinte.

-GABRIEL: Está muy bien!

-BRENDA: Gabi, tengo que decirte algo.

-GABRIEL: Claro, dale!

-BRENDA: Cuando mamá me contó que se habían separado, no lo podía creer, pero cuando me dijo, por qué, me enojé mucho con los dos, no podía entender que se hubieran hecho eso. A mamá la cagué a puteadas, le dije de todo y estuve como dos meses sin hablarle ni contestarle las llamadas y a vos ni te quería llamar.

Como no la atendía, me mandó un mail contándome como habían sido las cosas y dándome detalles y un montón de cosas.

Pero después, hablando con mi amiga Guillermina, me hizo ver las cosas de otra manera, me hizo entender que ustedes eran dos personas grandes, nosotros ya no éramos chicos y que los problemas entre ustedes, no tenían que ser nuestros problemas y tampoco estaba bueno tomar partido por uno o por otro, queriéndolos a ambos.

Llamé a mamá y estuvimos hablando cerca de tres horas, traté de entenderla, también me sentí mal por darle la espalda en ese momento porque me di cuenta que estaba muy mal, y volvimos a conectarnos como antes.

En verdad me costaba entender como amándose, se habían sido infieles.

-GABRIEL: Bren, en ese punto, necesito aclararte algo, “no nos fuimos infieles”, yo nunca le fui infiel a tu madre! La última vez que hablamos, a los gritos me dijo de todo porque no le reconocí que había estado con otra, ¿cómo voy a reconocer algo que nunca hice? Me arrepiento de no haberle dejado en claro esto, pero bueno, en ese momento no pude seguir escuchándola.

-BRENDA: Pero mamá me dijo que le llegaron fotos tuyas con otra, y que eso la enojó mucho y que vos no le fuiste sincero, que no entendía y estaba re mal.

-GABRIEL: La enojó mucho pero no fue capaz de siquiera preguntarme que eran esas fotos! Ese día que me fui de casa, estaba tan mal, que no quise escuchar nada más y después ya no quise saber más nada, me daba igual. No sé de qué fotos hablaba. ¿Vos viste esas fotos?

-BRENDA: No, no las vi, solo me contó.

-GABRIEL: La verdad, es que es lo mismo, lo que ya pasó, no se puede cambiar. ¿Y ahora cómo está?

-BRENDA: La noto mejor, pero quizás es porque estoy yo, no sé.

-GABRIEL: Bueno, me alegra saber eso! Y supongo que estar saliendo con alguien, también le hará bien.

-BRENDA: No me dijo que estaba saliendo con alguien!

-GABRIEL: No sé, digo yo, porque hace un par de semanas, nos juntábamos con los compañeros de pádel a cenar, yo los estaba esperando en la esquina y justo la vi llegar a tu madre bastante animada y del brazo de un hombre.

-BRENDA: ¿Y se vieron?

-GABRIEL: Ella no me vio, me iba a resultar difícil cenar en el mismo lugar, así que con los muchachos fuimos a cenar a otro lado.

-BRENDA: No me contó nada de eso!

-GABRIEL: Quizás sea reciente y por eso no te contó, pero bueno está en su derecho, puede hacer lo que quiera de su vida.

-BRENDA: Pero por lo que hablamos, te sigue queriendo!

-GABRIEL: Pero eso no quita que pueda salir con otro hombre.

-BRENDA: La verdad no entiendo!

-GABRIEL: Bren, la vida es una sola, vos todavía tenés mucho por delante, pero nosotros ya somos viejos

-BRENDA: ¿La seguís amando?

-GABRIEL: Esto entre vos y yo!, no hay un día en que no piense en ella!

-BRENDA: ¿Y crees que algún día la puedas perdonar y volver a estar juntos?

-GABRIEL: Hace tiempo que la perdoné, no le deseo ningún mal, no puedo odiar a tu madre! Pero lo que pasó, rompió la confianza que nos teníamos, fijate que tu madre estaba segura que le había sido infiel y que le mentía, y yo estaba lleno de sospechas y también sabía que me mentía. ¿Cómo podríamos estar juntos con esas inseguridades y desconfianzas? No sería sano para ninguno de los dos.

-BRENDA: Bueno, pero quizás con el tiempo…

-GABRIEL: No lo sé Bren, hoy no te lo puedo decir.

Brenda volvía para su casa y la llevé en el auto, no quise ir hasta la puerta, la dejé en la esquina. Antes de bajar, le di mi nuevo número de teléfono, y le pedí que por el momento, no se lo diera a su madre.

Al día siguiente, pasado el mediodía, me llegó un mensaje de Brenda: “Hola Gabi, ¿hoy salís a las dos? Necesitaría verte”

Le dije que si, y me dijo que estaba cerca y me esperaba en la esquina del Ministerio.

Me inquietó un poco que quisiera volver a vernos, y minutos antes de las dos de la tarde, ya estaba en la esquina. Llegó caminando, nos saludamos y le pregunté:

-GABRIEL: ¿Almorzaste?

-BRENDA: Si, hace un rato en casa de Clarita.

-GABRIEL: ¿Tomamos un café?

-BRENDA: Si, dale

Caminamos hasta el bar de Cacho, al entrar saludé a María y las presenté:

-GABRIEL: Hola María, ¿cómo estás? Ella es Brenda, la hija de Mora.

-MARIA: Hola, mucho gusto

-BRENDA: Hola, igualmente

-MARIA: ¿Van a almorzar?

-GABRIEL: No María, solo un par de cafés y… ¿Querés comer algo Bren?

-BRENDA: No, gracias solo el café!

Al irse María, Brenda me miró con un gesto que no entendí

-BRENDA: ¿Qué onda con esta chica?

-GABRIEL: ¿Por? Somos amigos, nos conocemos hace un montón de años, y vengo aquí todos los días.

-BRENDA: No, por cómo se miraron.

-GABRIEL: ¿Y cómo nos miramos?

-BRENDA: No sé, con que se yo, como con onda.

Y de la galera, así, sin anestesia, me preguntó

-BRENDA ¿Te la cogiste?

-GABRIEL: Brenda! No voy a hablar estos temas con vos!

-BRENDA: Ah, entonces estuvieron juntos, picarón! Porque no me lo negaste!

Sus palabras me hicieron poner colorado, ¿cómo se dio cuenta? Pero no tenía intenciones de contarle con quien me acostaba, en verdad me daba vergüenza! Pero a pesar de eso, sería sincero con ella.

-GABRIEL: En verdad un tiempo después de la separación, yo andaba bastante bajón y hablamos mucho con María, fuera de acá por supuesto, y si, tuvimos relaciones un par de veces, no te voy a mentir.

-BRENDA: Tranquilo, igual, todo bien!

-GABRIEL: Bueno, contame!

-BRENDA: Ayer mamá se compró un teléfono nuevo porque el de ella se le cayó y se le rompió la pantalla y me pidió si le pasaba toda la información al nuevo, todavía tenía las fotos en el teléfono, y me las mandé al mío, mirá!

Y girando su teléfono, me mostró las dichosas fotos.

-GABRIEL: Si, ese soy yo, y esa chica es Verónica Madero, trabajó conmigo un par de años, hasta que se recibió de periodista y le di una mano para que pasara al departamento de Prensa. Esta es en una fiesta de fin de año del Ministerio en un salón, y estoy bailando con ella, esa foto es de hace unos cuatro años. En esta estamos cenando con un montón de compañeros al año siguiente que no hubo fiesta, esa foto la sacó Leandro. En esta vamos en el auto, si la llevé en el auto un montón de veces hasta la parada de su colectivo, incluso un par de veces que llovía, la llevé hasta su casa. Ésta entrando al hotel… a ver Permitime ampliarla, esta foto está armada, fijate que la parte del auto, está pegada. Y esta dentro del hotel,  dejame ver…. Mirá, si mirás bien el auto, te das cuenta que no es el Ford que tenía, es el mismo modelo y color, pero mirá las calcomanías que tiene en el vidrio, yo siempre odié las calcomanías en los vidrios, la única que tenía el Fiesta era una Virgencita de Luján que tu madre había puesto en al parabrisas, cuando hicimos el primer viaje al sur y  que la saqué cuando cambié el auto y volví a ponerla en el nuevo.

-BRENDA: ¿Entonces no son reales las fotos?

-GABRIEL: Claro que no!, te vuelvo a repetir, nunca le fui infiel a tu madre, esto lo hizo algún hijo de puta del Ministerio, porque esas fotos con Verónica, tuvieron que salir del Ministerio, ya voy a averiguar quién fue!

-BRENDA: También tengo el número desde donde se las mandaron!

-GABRIEL: Buenísimo!, ¿me lo pasas, a ver si puedo averiguar quién fue?

A partir de estos encuentros con Brenda, había vuelto a mi cabeza Mora y todo cuanto había ocurrido hace casi ocho meses, la paz que venía logrando, se me escapaba con cada pensamiento y volvían las preguntas, una tras otra. La puta madre!

Tenía que averiguar de quién era ese maldito número de teléfono antes de llamar!

¿Quién había mandado esas fotos? ¿Quién se había tomado el trabajo de armarlas? ¿Por qué?

Claro estaba, que el fin de esas fotos era crear problemas entre Mora y yo, pero ¿quién querría crear problemas entre nosotros? Sin duda era alguien del ministerio, de lo contrario no hubiera podido tener esas fotos. ¿Podría ser Verónica? No, decididamente no, hice mucho por ella y nunca hubo insinuación alguna hacia mí, y encima está embarazada de su novio con el que vive hace más de un año, no tiene sentido. ¿Quién más pudo haber sido? Lo tenía que averiguar.

Tendría que hablar con Diego, uno de los chicos de Recursos Humanos, el quizás me podría ayudar, el lunes hablaría con él.

El fin de semana fue una tortura, para colmo no nos veríamos con María, que me daba un poco de paz.

El lunes al llegar al Ministerio, decidí ir a verlo a Diego, quería saber si me podría averiguar si ese número de teléfono, era de algún empleado del ministerio, sin tener que llamar, para que no supieran quien soy y me bloquearan.

Desde hace tiempo, tengo mucha confianza con Dieguito, así le digo, desde que entró a trabajar hace unos años, tuvo problemas con varias personas por ser gay, incluido su jefe, quien lo desvalorizaba o lo desplazaba por sus preferencias. Tuvimos una vez una charla, donde me contó lo que venía padeciendo hacía tiempo, a pesar de ser un buen empleado, no llegar nunca tarde, no faltar y sobre todo muy dedicado a su trabajo, su jefe parecía ignorarlo. Y decidí poner cartas en el asunto. Un mediodía lo encuentro a Carlos, su jefe, yendo a almorzar, le dije de almorzar juntos y charlamos un rato. Cómo quién no quiere la cosa, lo fui llevando a cómo estaban las cosas en su oficina, hasta que salió el tema de Diego, le dije que lo conocía desde hacía tiempo, que era un pibe bárbaro, y le pregunté cómo andaba en el trabajo. Una cosa lleva a la otra y le terminé diciendo que dejara de lado sus prejuicios y que le diera alguna responsabilidad importante y que viera que el pibe era muy responsable.

Unos días después, me lo cruzo y me dijo que tenía razón, le había encargado un trabajo importante y Diego lo había hecho mejor y más rápido que él mismo.

Llamé a la oficina de Recursos Humanos y le dije a Dieguito que cuando saliera a fumar o a almorzar, me viera, que necesitaba hacerle una consulta.

Al rato pasó por mi oficina y salimos a fumar un cigarrillo.

-GABRIEL: Dieguito, necesito hacerte una consulta, pero si es complicado, lo entiendo y no pasa nada!

-DIEGO: Si, decime Gabi!

-GABRIEL: ¿Te acordás que te conté de mi divorcio y las razones?

-DIEGO: Si, claro!

-GEBRIEL: Bueno, una de las causas fue que a mi ex le enviaron unas fotos mías con una mujer, con Verónica Madero.

-DIEGO: ¿Con Verónica? ¿Y cómo?

-GABRIEL: Yo supe de esas fotos en la última discusión con ella, pero nunca las había visto hasta hace un par de días, que me las mostró Brenda, la hija de mi ex esposa. Son varias fotos mías con Verónica en fiestas del Ministerio, en salidas con los compañeros, en mi auto y un par de fotos trucadas entrando a un hotel.

-DIEGO: ¿Qué hijo de puta hizo eso?

-GABRIEL: Eso es lo que necesito averiguar y el favor que te quiero pedir. Esas fotos salieron del Ministerio, tiene que ser alguien de acá. Tengo el número de teléfono y quería saber si podés averiguar de quien es para no llamar y que se dé cuenta de quién soy.

-DIEGO: Si, claro, dame un rato y te averiguo.

Media hora después me dijo de ir a almorzar, fuimos al bufet y me dijo:

-DIEGO: Si Gabi, trabaja en Ministerio pero no acá, está en la subsecretaría.

-GABRIEL: ¿Quién es el hijo de puta?

-DIEGO: La hija de puta! Es María Lorena Moro.

-GABRIEL: ¿Quién es? ¿La conozco?

-DIEGO: No sé si la conoces, estaba en Prensa y no sé qué problema tuvo y se fue hace un tiempo a la Subsecretaría, está como secretaria. Es más para confirmar, la llamé a ese número, diciéndole que no me podía comunicar al fijo y era ella. Ahora ¿por qué le mandó esas fotos a tu ex?

-GABRIEL: Eso es lo que le voy a preguntar personalmente.

-DIEGO: Te traje la foto del documento y una que encontré de una fiesta para que sepas quien es.

Me mostró las fotos y la verdad no recordaba haber visto nunca a esa mujer, ¿por qué razón le había enviado esas fotos a Mora? Ya lo iba a averiguar

-GABRIEL: Muchas gracias Dieguito, sos un capo!  Yo pago el almuerzo! Y a ver cuando cenamos así me presentás a tu novio.

-DIEGO: Por nada Gabi, si por supuesto! Cuando quieras!

Otra vez, había empezado a llenarme la cabeza de preguntas, si alguien del ministerio había armado todo eso, ¿cuál había sido el fin? Claro está, que la intención fue lograr lo que terminó pasando, pero…, después del divorcio nadie se acercó a mí intentando nada ¿de dónde me conoce Lorena Moro? ¿Quién es María Lorena Moro…?