Sorpresas
Amaia y Aitor son una pareja consolidada pero quieren probar cosas nuevas y una noche de viernes acaban follando con Mauro y Paula una desinhibida pareja recién mudada a su vecindad
SORPRESAS
Aitor y Amaia eran una pareja que no llevaban mucho tiempo juntos, pero aún así se habían ido a vivir juntos. Se habían vuelto a reencontrar después de unos años y ahora recién entrados en la treintena habían decidido dar el paso de compartir casa. La casa pertenecía a ella. La había comprado hacía un año. Vivían cerca del trabajo de Amaia y Aitor no trabajaba tampoco muy lejos.
Era viernes por la noche. Habían cenado y se disponían a ver una película en la televisión. Pero había algo que Amaia había ocultado a su chico. Había conocido a una pareja que eran vecinos. Con la chica había hecho buenas migas porque había entrado en su misma empresa y el día que le había dicho que había tomado algo con una nueva compañera de trabajo era con Paula que así se llamaba la chica.
Descubrieron que tenían muchas cosas en común y eso hizo que cogieran mucha confianza. Así que el jueves Paula la había invitado a su casa a tomar algo mientras llegaba su chico. Había partido en la ciudad y tardaría un par de horas en llegar con lo que aceptó la invitación de Paula.
Llegó a su casa y le abrió el chico de Paula. Era un hombre de piel oscura, fibrado sin estar muy musculado y con una sonrisa preciosa. La hizo pasar a la cocina comedor. Se sentó en un taburete mientras Paula le preparaba algo de beber. Comenzaron a hablar. El chico de Paula besó a Paula y ella se entretuvo en un beso profundo a la vez que le acariciaba la polla por encima de los pantalones. Amaia, normalmente se hubiera sentido incomoda, pero en ese caso se excitó. No podía decirlo, pero se había excitado. Además, vió que el chico debía ir bien dotado porque los pantalones estaban bien abultados en la zona de los genitales cuando su chica lo sobó.
Mauro que así se llamaba se despidió y se marchó a trabajar. Tenía turno de noche en el hospital. Trabajaba de médico. Se quedaron las dos mujeres solas. Paula le enseñó la camilla donde en su tiempo libre aprendía a dar masajes relajantes. Amaia estaba alucinando. Un pasatiempo muy diferente al estresante trabajo que tenían. Paula le dijo si quería probar un masaje y Amaia aceptó. Paula la hizo quitarse la ropa y ponerse una toalla. Amaia fue al baño a quitarse la ropa negándose a hacerlo delante de su amiga.
Salió y se tumbó en la camilla boca abajo. Paula abrió la toalla y puso una toalla que cubriera el culo de Amaia. Le hizo el masaje y hablaron de todo. Cuando llegó al borde de la toalla introdujo ligeramente los pulgares por debajo de la toalla. Amaia se estaba relajando mucho y a su vez excitándose. Su amiga le hizo darse la vuelta para darla un masaje en los muslos. Amaia se dejó hacer. Los dedos se volvían a meter por debajo de la toalla. Amaia emitió algún pequeño suspiro y abrió ligeramente las piernas de forma instintiva.
Paula paró y le dijo que ya había terminado. Acompañó a su amiga a la ducha para que se quitase los restos de los aceites que había empleado. Paula entró decidida y Amaia primero se tapó, pero después se quitó las manos con las que se tapaba. Paula entró a la ducha con su amiga y comenzó a jabonarla la espalda. Amaia con otra hubiera estado incómoda, pero con Paula se sentía muy a gusto y no sabía por qué, pero se estaba excitando y en un momento que cerró los ojos para que no le entrase jabón Paula la besó y ella se retiró.
Perdona, creo que te estás equivocando---le paró los pies Amaia
Quizás sí, pero reconóceme que entre el masaje y la ducha y cuando me has visto meter mano a mi chico no te has puesto cachonda, aunque sea un poco.
Amaia no sabía que responder. Mentir sería lo adecuado pero su cuerpo le pedía dejarla hacer, aparte probar con otras personas incluidas mujeres era algo que ya había hablado con Aitor, incluso coincidían que a Aitor le apetecía ser penetrado tanto con mujer como con hombre.
Te voy a confesar algo. El otro día hablando con mi chico nos contamos nuestras fantasías. No quiero que malinterpretes esta confesión como que te doy permiso para nada, pero es un comienzo para que me conozcas mejor. Yo tengo ganas de probar con otras personas tanto hombres como mujeres y mi chico también. Los dos lo tenemos claro. En el sexo queremos probarlo para ver si nos gusta o no. El desea ser penetrado por hombre o mujer y yo también follar con mujeres, pero no sabemos si nos gusta. Antes cuando me has tocado me he excitado, pero no quiero que sea hoy porque el día que lo pruebe quiero que esté mi chico presente y que incluso el participe y si se puede que él pruebe también sus fantasías. Ahora que te he hecho ésta confidencia que para mí es importante no sé lo que pensarás de mí.
Pues ahora voy yo. Te habrás imaginado por mi atrevimiento que en el sexo soy muy abierta y estarás en lo cierto. También que soy muy discreta y con la cabeza en los hombros. La verdad lo de tu chico no había caído pero bueno Mauro y yo nos movemos en el mundo liberal y él no les hace ascos a los hombres sobre todo si tiene que penetrarlos así que si quieres podemos ser los culpables de que probéis los placeres prohibidos jijiji.
Pues ahora mismo tengo demasiada información como para decirte nada. Déjame un tiempo y te digo algo.
Terminaron en la ducha, se vistieron y Amaia se fue a casa a esperar a su novio. Esa noche folló con él con unas ganas enormes.
Al día siguiente se levantó dándole vueltas a como plasmar la cita a 4 que le había propuesto Paula y se le ocurrió una. Podía no pasar nada, pero era una oportunidad única. Cogió el teléfono y llamó a Paula para que fuera a su despacho para hablar.
Apareció Paula tras tocar la puerta.
Hola Paula. Después de despedirme de ti anoche esperé a mi chico y follamos como nunca lo habíamos hecho. No me malinterpretes. No es que antes no disfrutásemos, sino que ayer disfrutamos especialmente. He pensado cuando hacer y cómo hacer lo que hablamos y he pensado que hoy si vosotros podéis es un buen día para hacerlo. Sería a las 23 de la noche. En cuanto esté lista te mandaré un mensaje. Previamente habré llevado a mi chico al sofá y le habré dejado eligiendo una película y yo desapareceré unos minutos con la excusa de cerrar la puerta y hacer pis. Iré a la puerta para abriros con lo que en cuanto te mande el mensaje tenéis que bajar y esperarme en la puerta para que os abra y él no se dé cuenta. ¿Podéis hoy? Dime que sí porque estoy tan cachonda que me subo por las paredes.
Déjame que piense……Perfecto. Mauro esta noche libra así que perfecto, a las 23 estaremos listos.
Amaia preparó la cena para tener todo controlado y justo a las 22:55 llevó al sofá a su chico, se puso melosa y empezó a calentar el ambiente. Aitor, también se empezó a calentar. A las 23 le dijo:
Espera que voy a cerrar la puerta y a hacer pis y vengo ahora.
Fue hacia la puerta y la abrió para que entrase la parejita, les hizo señas para que la siguieran. Fue con ellos hasta el baño y les indicó que se escondieran en el dormitorio que estaba al lado. Cuando salió del baño les indicó que ella iba a calentar el ambiente y que cuando le tuviera al chico a cuatro patas aparecieran ellos.
Volvió a la sala. En el dormitorio la pareja había aprovechado para quitarse la ropa. Fueron de forma sigilosa hasta el salón y observaron sin ser vistos como Amaia besaba a su chico y lo iba desnudando hasta tenerle completamente desnudo. Entonces se tumbó en el suelo y lo invitó a ponerse entre las piernas y comenzar a comerle el coño. El chico obediente lo hizo y se colocó como ella esperaba a cuatro patas. Ella con las manos en su cabeza le iba guiando en la búsqueda de su placer. La pareja apareció, el chico se colocó tras Aitor y agachándose abría las nalgas del chico para empezar a lamer su ano, movía su lengua de arriba abajo por el espacio entre las nalgas. Paula se puso a su lado y untó su mano en un lubricante y comenzó a acariciárselo. Aitor se fue a girar, pero su chica sólo le susurraba:
Relájate y disfruta de todo lo que va a pasar.
Mauro que se untó la polla de lubricante y viendo que con su beso negro el chico había relajado el culo se levantó un poco e intentó penetrarlo. Al notar Aitor que iba a ser penetrado se contrajo impidiendo la penetración. Pero Paula introdujo un dedo en su ano y masajeo su próstata para relajarlo y sacando el dedo Mauro intentó penetrarlo de nuevo y esta vez en lugar de una estocada seca colocó la verga en la entrada y empujó muy suave, pero con toda la fuerza. Cada cm paraba. Aitor elevó la cara y las dos chicas pudieron ver su cara. Era dolor, pero un dolor que empezaba a mostrar placer.
Mauro lo penetró del todo y el chico entonces arqueó la espalda y emitió un quejido mezcla de dolor y del morbo que le había causado. Paula lo masajeaba en los huevos y la polla. Se la descapullaba con una mano y le masajeaba el glande lo mismo que movía la mano arriba abajo.
Luego se puso Paula sobre la boca de Amaia montando un dulce 69 lamiéndose las dos y acariciándose. Mauro se sentó Y levantó atrayendo hacia sí a Aitor y este botaba sobre la polla del hombre que lo había desvirgado. Las dos mujeres se colocaron a su lado y se besaban y acariciaban a la vez que también masturbaban a Aitor. Las dos chicas aceleraron sus caricias hasta estallar en un bello orgasmo abrazadas la una a la otra. Por su parte. Aitor se sentó en el sofá con el culo en el borde para que Mauro pudiera penetrarle. Ahora Mauro lo ensartó de una sola vez y vigorosamente lo fue follando hasta que sintió las ganas de eyacular entonces se la sacó y cogió a Amaia y la sodomizó y folló hasta correrse, lo mismo que hizo Aitor con Paula.
Fueron a la ducha los cuatro quedando para repetir la noche más veces.
Este relato es imaginario, pero me encantaría recibir vuestras opiniones. Hacerlo a:
Picante100@hotmail.com