Sorpresa y realidad...un sueño (final)

Mi verga libre del bañador, palpitaba alegre mirando hacia el cielo, puso su mano alrededor de mi verga y fue deslizando su lengua sobre el capullo y poco a poco se la fue tragando

SORPRESA Y REALIDAD...UN SUEÑO (FINAL)

Ya estamos en el mes de Junio y pronto los Exámenes Finales, tengo que reconocer, que mis amigos-alumnos, se esforzaron mucho y mejoraron bastante sus notas, mes a mes, el director del colegio estaba contento, los padres de ellos, contentos también, pero nuestros encuentros, llegaban a su fin.

Durante los meses siguientes a Semana Santa, yo iba a casa de los padres de Fernando, en la zona más cara de la ciudad, llegaba en autobús, Víctor que estaba más cerca, montando su bici, desde el primer día durante la primera hora les enseñaba la manera de estudiar las dos asignaturas, tan difíciles para ellos, no eran tontos, pero no ponían atención en clase, durante la segunda hora, hacíamos los deberes y al terminar nos metíamos mano y terminábamos soltando nuestro semen, bien en nuestras bocas, bien en el culo o solamente masturbándonos. En los últimos tiempos, dejaba que ellos se penetraran mutuamente y yo me corría viéndoles, realmente formaban una bonita pareja.

Sólo tuvimos un encontronazo, Fernando y yo, durante la primera semana, él como siempre muy fanfarrón soltó delante de nosotros: ¡A mí me gustan las tías, sus grandes pechos y su chochete, mirarlas me ponen palote! Entonces Víctor, se sintió despreciado, Fernando ni se había dado cuenta y no pude aguantar, respondí:   ¡Por eso cuando Víctor se acerca y te acaricia, se te pone dura, cuando te besa te abres de piernas sin pensarlo y tu boca se traga su corrida! ¿Me olvido de algo? ¡Eres tan fanfarrón, tan sobrado de ti, que las chicas te miran y te rehúyen! Él se puso colorado y viendo que me había pasado un poco, lo suavicé: ¡Tal vez si cambias de actitud, puedas salir con alguna chica, si eso te apetece y acostarte con ella, pero creo que a nosotros no puedes vendernos la moto! ¡Recuerda por un instante, que los tres empezamos esto, pero el final lo decide cada uno! Y entonces se calmó, miró a Víctor y le dijo: ¡Perdóname! Se acercó a él abrazándole y buscando su boca, de esa manera se perdonó todo, los días siguientes su manera de actuar fue mejorando progresivamente, ya no era tan engreído, era más normal, fue cambiando, tal vez había hablado con Víctor, no me lo dijeron, por eso dejaba que tuvieran sexo entre ellos, solo me unía, cuando me lo pedían y cada vez experimentábamos cosas nuevas...

El sábado anterior a los exámenes, me presenté a primera hora de la tarde, como todos los sábados, me abrió la madre de Fernando, una mujer de treinta y pocos, rubia, muy buen cuerpo y guapa, sabía que había sido modelo y ahora se dedicaba a la moda, viajaba mucho, se despidió de mí, dándome dos besos en la cara y subió a su coche. El padre rozaba los cuarenta y Fernando era una réplica de él, con menos años, subí al cuarto de Fernando y no encontré a nadie, bajé de nuevo y los busqué por el salón, tampoco estaban allí, miré hacia el jardín y tumbado, en una colchoneta dentro del agua se encontraba el padre, con un minúsculo bañador, salí y dije: ¡Don Mauricio, buenas tardes!

El sol apretaba un poco y él se cubrió la cara con el brazo y respondió: ¡Buenas tardes Jorge y no me llames Don, que me haces parecer un carroza! Añadió: ¡Veo, que se  olvidaron avisarte, que hoy ambos tenían competición, lo siento! ¿Porque no te das un chapuzón, con éste calor, apetece? Yo respondí: ¡No llevo bañador! ¡Coge uno de Fernando, sube y te lo pones! Añadió él, entré de nuevo y fui al cuarto de Fernando, abrí varios cajones y los encontré, cogí uno de color azul celeste claro, me quedaba muy bien y bajé dirigiéndome a la piscina. Me tiré al agua y nadé un buen rato, me pareció notar una mirada sobre mí, mientras nadaba.

Paré de nadar y de un impulso, sobre mis manos me senté en el borde de la piscina, con los pies en el agua, realmente era agradable el baño, miré en dirección de la colchoneta y crucé la mirada con Mauricio, entonces saltó de la colchoneta  se acercó nadando, muy buen estilo, apoyó su mano en el borde de la piscina y mirándome, soltó: ¡Tengo que darte las gracias, por todo lo que has hecho con Fernando, incluso ha cambiado su carácter! Mientras me ruborizaba, pensaba mentalmente- Sí supiera lo que hemos hecho con Fernando, tal vez no me daría las gracias- Entonces  puso su mano sobre mi muslo, diciendo: ¡nadas muy bien, tienes un bonito estilo y tu cuerpo está muy proporcionado, para la natación!

Ahora su dedo pulgar (El gordo), se iba moviendo y acariciaba mi muslo, la suavidad y la calidez de la mano, estaba provocando que mi entrepierna, comenzara a hincharse y para disimular me dejé caer, de pie, dentro del agua, al sacar la cabeza del agua, me encontré de frente con Mauricio, que ahora estaba casi rozando mi cuerpo con el suyo, no apartaba sus ojos de los míos, él seguía arrinconándome contra la pared de la piscina y nuestros cuerpos se rozaban del todo, entonces Mauricio, el padre de Fernando, comenzó diciendo: Tienes una voz, tan cálida, pero enérgica, pega muy bien con todo tu cuerpo, sabes alguna noche, me desperté oyendo tu voz, susurrándome al oído, alguna vez me acercaba a la puerta y escuchaba, como los regañabas, a veces los felicitabas, en otras ocasiones no os oía hablar, pero, sí gemir, claro que sabía lo que pasaba, yo también he sido joven y he tenido algún amigo especial, cuando salíais del cuarto, a pesar de abrir la ventana, se notaba el olor a sudor y semen.

Mauricio colocó sus manos sobre el borde de la piscina y sus piernas se enroscaron por detrás de las mías, fue acercando su boca a la mía y me besó con suavidad los labios, yo no salía de mi asombro, abrí ligeramente los labios y él atacó de nuevo, pero esta vez metió su lengua dentro de mi boca con urgencia, la fue pasando por todo el interior, en el paladar me hacía cosquillas y mi verga ya estaba apuntando fuerte, de tal manera, que el apretado bañador me molestaba, su abultada entrepierna se frotaba frenéticamente sobre la mía, bajó una de sus manos, aflojó el cordón de mi bañador y el suyo, fue metiendo su mano dentro del mío, agarrándome los huevos, los acariciaba, luego fue subiendo agarrándome la verga y fue moviendo su mano, masturbándome con suma suavidad, yo miraba sus ojos como hipnotizado, su cara era de placer, su boca devoraba la mía con insistencia, ahora los dos gemíamos dentro de nuestras bocas, mi lengua entraba en la suya, con tanta ansia, como la de él.

Mis manos, pasados los primeros momentos, los pasé por su espalda, deslizándolos hasta llegar al borde del bañador, entonces las introduje dentro del bañador agarrándole las nalgas, se las acariciaba y de vez en cuando mis dedos se deslizaban por su ano, frotándolo con insistencia, estaba bastante prieto, pero poco a poco, se iba abriendo. Separé mi boca y pregunté: ¿No hay nadie, y si llegan tus hijos? Él para calmarme respondió: ¡Estamos solos, Fernando, cenará en casa de Víctor y mi hijo mayor Marcos, no  volverá hasta muy tarde! ¿Te quedas más tranquilo? Asentí y tirando de mí, me llevó hacia la escalerilla, agarrándome por la cintura, me sentó en el peldaño más alto, sus manos fueron bajándome el bañador, lo sacó por los pies y dejándolo en el borde de la piscina, también se quitó el suyo, que fue a reunirse con el mío.

Mi verga libre del bañador, palpitaba alegre mirando hacia el cielo, puso su mano alrededor de mi verga y fue deslizando su lengua sobre el capullo y poco a poco se la fue tragando, mientras su otra mano acariciaba mis huevos, de vez en cuando uno de sus dedos acariciaba mi ano, yo acariciaba su cabeza, su pelo dorado bajo el sol, casi dañaba la vista, pero estaba en la gloria y su mamada era estupenda, deslizaba su lengua por todos los rincones, yo gemía de gozo, él continuaba chupando y lamiendo, de pronto, sus manos se colocaron detrás de mis rodillas y levantó mis piernas hacia arriba, tuve que sujetarme a la barandilla de la escalerilla, y su lengua fue pasando de mis huevos a mi agujero, cada vez con más insistencia, pasado un rato, ya solo se dedicaba a mi ano, que yo notaba palpitando.

Mauricio subió un peldaño, colocando mis piernas sobre sus hombros, entonces una de sus manos agarró su verga apuntando sobre el ansiado trofeo, mi ano, ahora sus dos manos estaban agarrando las barandillas y fue clavando su polla dentro de mi culo, era más grande que la de Fernando y más gruesa, dura como una piedra y yo hacía tiempo, que nadie me había penetrado, por eso estaba algo cerrado, pero ante la fuerza de ésa polla, fue cediendo, abriéndose para él. Cuando empujaba, toda la escalerilla se movía, parecía estar en los caballitos de una feria, era un gran placer, los gemidos de ambos morían en nuestras bocas, que continuábamos besándonos, cada vez con más fuerza, notaba su verga empalándome, como si me llegara al estómago, sus abultados huevos golpeaban mi trasero y me daba gran placer notarlos, cada vez sacaba más afuera su gran verga y la clavaba de nuevo, entonces gemíamos, ya iba acelerando el ritmo de sus embestidas, entonces girando su boca comenzó a meter su lengua en mi oído y no pude aguantar más, le dije: ¡Para, que me voy a correr! Pero él continuó, mi cuerpo respondía al gozo, que notaba y estallé soltando mi semen sobre mi cuerpo, salpicando también el suyo, mi culo, se apretó al correrme  y provocó, que él fuera soltando chorros de semen dentro de mi culo, seguía sacando y metiendo su verga, mientras derramaba su esperma  llenándome.

Los latidos de nuestros corazones iban a mil por hora, Mauricio, seguía penetrándome a pesar de haberse corrido, yo pasé mi mano sobre mi pecho, limpiando mi semen y lo fui chupando, luego sobre el cuerpo de él, que tenía también salpicaduras, cuando me lamía los dedos me besó en la boca, buscando mi semen o por lo menos el sabor, entonces sacó su verga de mi culo, le indiqué que subiera un poco más la escalerilla y agachando mi cuerpo fui chupándole la verga, casi no me cabía en la boca, pero poco a poco la fui dejando totalmente limpia, entonces agarrándose la verga, la apartó de mi boca y comenzó a soltar orina, sin pensarlo apenas, engullí su verga mientras continuaba meando, apenas daba abasto a tanto líquido, parte lo tragaba, parte salía por mis labios, pero en ningún momento dejé que la retirara de mi boca, cuando finalizó, seguí chupándola, pasado un poco, bajé mi culo  un peldaño más abajo y fui lamiendo sus huevos enormes y pasando mi cabeza entre sus piernas lamí su ano, ahora él sentaba su ano sobre mi boca, entonces, se levantó y mirándome, me empujó al agua, tirándose él detrás mío.

Nadamos un buen rato, salimos del agua y nos pusimos en unas tumbonas, Mauricio en la suya boca abajo, nos secamos rápido debido al sol, que calentaba fuerte, le pregunté si se ponía crema, me dijo, que nunca la usaba, entonces acercándome a la piscina, junté mis manos llenándolas de agua y se la solté sobre su espalda, él giró la cara, soltando un ligero grito ¡ Mal nacid....! se interrumpió riendo, entonces, le dije que lo iba a secar y me tumbé sobre su espalda, mi verga algo flácida descansaba sobre sus nalgas, sus brazos reposaban doblados hacia arriba por encima de su cabeza, coloqué mis manos sobre sus hombros y fui deslizando mis manos sobre sus poderosos brazos, llegando a sus bonitas mano, entonces entrelacé mis dedos con los suyos y fui besándole el cuello y su oreja, metiéndole mi lengua dentro, como él había hecho conmigo.

Fui descendiendo besando y lamiendo su perfecto cuerpo, cuando llegué a las nalgas, las separé y enterré mi cara dentro de ellas, mordisqueé y chupé su ano, él movía sus caderas, metí mi mano bajo sus piernas y agarrando su verga la dirigí hacia abajo, ahora la lamía, iba creciendo de nuevo, me encantaba chupar sus huevos, sabían a gloria y su ano dilataba, al poco palpitaba, mi lengua lo abría cada vez más, yo tenía mi verga a punto y colocándome encima de él se la clavé de golpe, gruñó: ¡Podías haberlo hecho despacio! Y yo contesté: ¡Así te acordaras de mí! Él añadió: ¡Cabrón! Pero lo silencie con mis labios, que ansiosamente fue besando, me fui retirando de su culo y me clavé de nuevo, repetí varias veces más, ya estaba dilatado, le di la vuelta, poniéndole boca arriba y levantando sus piernas me clavé de nuevo, ahora nos mirábamos, su expresión, era de asombro y placer, sus manos acariciaban mi cuerpo encendiéndome más todavía, bajé mi cuerpo y nos fundimos en un largo beso, mi pelvis continuaba empujando mi verga dentro de él, agarré con mis manos sus tobillos y separándole las piernas, fui acelerando el ritmo de mi follada y exploté dentro de su culo, soltando mi semen dentro, mientras continuaba entrando y saliendo.

Me retiré de su interior, dejándole un vacío, me agaché entre sus piernas y comencé a chupar su gran verga, mientras acariciaba sus huevos, sus manos apretaban mi cabeza sobre la gran verga, subí mi mano hasta su tetilla y la fui  acariciando, él gemía, entonces la fui pellizcando y no puso aguantar más explotando dentro de mi boca, llenándome de leche hasta la campanilla, soltaba bastante cantidad, que yo me fui tragando golosamente, cuando no salió más me dediqué a lamerle el ano que yo había taladrado, bebiéndome mi semen, al terminar me tumbé encima de él y nos besamos.

Mauricio miró la hora, y nos metimos en la ducha cerca de la piscina, nos lavamos bien uno al otro, nos secamos y subimos a vestirnos, poco después tomábamos unos bocadillos, eran más de las 7 de la tarde, bebimos unos refrescos y  al terminar nos sentamos en el salón, me dijo: ¡Lo que ha pasado hoy, hacía muchos años, que no disfrutaba tanto del sexo, sí lo hago con mi mujer, pero no es lo mismo! ¡Tienes tanta ternura, como pasión y parece que tengas más experiencia, para tu edad! Perdona por esta pregunta, si quieres no la contestes ¿Estás enamorado de mi hijo Fernando, tal vez tú y él...? Yo le respondí : ¡Fernando me gustaba mucho y hemos disfrutado los tres, pero él está por Víctor , se llevan la mar de bien, ahora a veces me uno a ellos, pero casi siempre los dejo a ellos solos y yo los miro! Continuamos hablando del colegio, los estudios y de cómo iban los exámenes, le aseguré que aprobarían sobradamente y se quedó más tranquilo.

Entonces oímos que se abría la puerta y aparecía Marcos, el hermano mayor de Fernando, de unos 20 años, más o menos, llevaba el casco de la moto puesto, nunca lo había visto, sólo en las fotos, que Fernando tenía en su cuarto, casi siempre llegaba, cuando yo me había marchado, después de las clases. Se levantó la visera y su padre le dijo: ¿Podrías acercar a Jorge a su casa? ¡Debe de estar harto de oírme hablar de la familia, me ha hecho compañía toda la tarde, ya que los chicos no lo avisaron de la competición! Marcos respondió: ¿Me iba a dar una ducha? Yo añadí: ¡No tengo prisa! ¡Eso, sí quieres acompañarme y no pasa nada puedo coger el autobús! Y sin decir nada, subió corriendo las escaleras, Mauricio soltó ¡Te llevará! ¡Es bastante más serio, que Fernando! Y mientras decía esto me abrazó y comenzó a besarme de nuevo con pasión, poco después de despedirnos formalmente, me subí a la Harley-Davidson de Marcos, con un casco de reserva y nos alejamos de la gran mansión.

Pasado un rato, mientras circulábamos por la carretera, se giró un poco y me dijo ¿Te importa, que hagamos una parada de camino? Yo respondí: ¡No hay problema! Entonces dijo que metiera mis dedos pulgares  dentro de su cinturón, el resto de las manos reposaban sobre su entrepierna, ésa imagen me calentaba y el contacto con su trasero me producía escalofríos de placer, apoyé mi cabeza sobre su espalda, salimos a las afueras, pero no demasiado lejos y me pareció que encendía el faro dos veces, aunque era de día y paró en el parking de una gasolinera, entonces me dijo: ¡No tardaré mucho, si te apetece, tómate algo dentro del bar, que te invito! Bajó de la moto y asomó la cabeza dentro del recinto (era, supermercado, bar y kiosco, también cobraban de la gasolinera) Volvió a salir y se dirigió hacia la parte trasera, los lavabos, a los pocos minutos de la tienda salió un joven con una ligera barba, moreno y con un mono de faena abierto hasta la mitad del pecho, dejando al descubierto el vello rizado del mismo, también se dirigió a los lavabos. Yo que estaba al lado de la moto, los seguí por pura curiosidad, entré en los lavabos pero no vi a nadie, habían varios urinarios de pie y tres cubículos con tazas de wáter, las puertas no llegaban al suelo, me agaché un poco y vi dos pares de pies en el último, sin hacer ruido, entré en el de al lado.

En ambos tabiques separadores habían unos agujeros del tamaño de una gran naranja, casi a 1,50 de altura, acerqué mi oído al lado donde estaban ellos, una voz extraña decía: ¡Marcos, te he echado de menos, cada día, que no te veo, se me hace interminable! Entonces la voz de Marcos respondía: ¡Sabes de sobra que te quiero mucho, pero no puedo escaparme a menudo! ¡Bésame, que lo estoy deseando y no tengo mucho tiempo! Me agaché y fui mirando a través del agujero, Marcos se había quitado el casco, su pelo largo y rubio, le caía sobre los hombros, el otro chico, le abrió la chaquetilla y le estaba chupando las tetillas, mientras que sus manos aflojaban el cinturón y bajaba la cremallera del pantalón y se quedaba frente a la entrepierna de Marcos, agarró su verga y se la metió en la boca, chupándola con fuerza, Marcos gemía, sus manos acariciaban el cabello del otro joven y acariciaba su barba, al poco Marcos se sacó la chaqueta dejándola sobre el casco y se bajó los pantalones hasta los tobillos.

Inclinó su cuerpo y fue bajando la cremallera del mono de trabajo del otro chico y fue deslizando la prenda hacía la espalda por encima de los hombros, dejando que la parte superior colgara por detrás del trasero del joven, la cara de Marcos era de puro vicio y placer, tenía su espalda apoyada en la pared, al otro joven no le había visto bien la cara, estaba frente a él y a mí me daba la espalda, muy musculosa, la cintura bastante estrecha, Marcos lo hizo levantar y se cambiaron de posición, ahora al joven lo tenía de cara y Marcos agachado delante chupándole la verga , pasado un buen rato lo levanto y se fundieron en un apasionado beso, mientras acariciaban sus cuerpos, entonces Marcos, le dijo a su compañero: ¡Lucas, fóllame, te quiero tener dentro! Lucas, el compañero lo colocó de espaldas a él, haciendo que apoyara sus manos en la madera de separación, donde yo espiaba, me había calentado mirándoles, que me había sacado la verga y me masturbaba silenciosamente, mientras continuaba mirando, sin darme cuenta apoyé dos dedos en el agujero, creo, que alguno de los dos los vio, porque a continuación, el cuerpo de Marcos se aplastaba contra esa pared y por el agujero apareció su verga endurecida y palpitante, ahora me agaché u comencé a chupar ésa magnífica verga, de unos 20 cm. y gruesa como la de su padre y hermano, que delicia chupar esa maravilla, ahora gemían los dos, Lucas le iba susurrando: ¡Cariño, te voy a partir en dos el culo y te preñaré con mi semen, para que me tengas más tiempo dentro de ti! A lo que Marcos respondía: ¡Sííí, quiero que te corras dentro de mí!

Y en el mismo momento comenzó Marcos a correrse dentro de mi boca, yo seguí chupándola con delirio, al poco Lucas debió explotar dentro del culo de Marcos, por los gemidos que soltaba, ahora se habían separado un poco de la pared y se besaban, entonces Lucas, apoyó sus dedos en el agujero y sin pensármelo dos veces metí mi polla por el mismo, el placer me recorría por todo el cuerpo, dos bocas se alternaban chupando mi verga, luego las dos una a cada lado, yo gemía, pero no cejaron de chuparla y estallé, no sabía en cuál de las dos bocas, porque continuaron alternándose chupándomela y pasado un buen rato pararon, la voz de Marcos decía: ¡Si nos viera mi padre, nos cortaba la polla a los dos! Continuó: ¡Lucas tengo que marcharme, hay in chico esperando, que lo lleve a su casa, he de darme prisa! Al oír esto, sin pensarlo, solté: ¡Ya te dije, que no tenía prisa!

Salí de mi habitáculo y ellos dos abrieron parte de la puerta del suyo, el joven de barba, llamado Lucas, agarró mi mano y tirando de mi me hizo entrar con ellos y cerró con el pasador, Marcos me miraba con asombro, mientras soltaba: ¡Tú estabas al otro lado! Yo asentí-continué: ¿Si quieres puedo demostrártelo? Mientras le decía esto le abría de nuevo la bragueta del pantalón, sacando su flácida verga y agachándome, la fui chupando de nuevo y fue creciendo y creciendo, cada vez más, mis manos abrieron el mono de faena de Lucas y agarrando su bonita verga la fui masturbando, hice que se acercaran ellos y fui alternando las dos pollas en mi boca, les fui deslizando las prendas hasta los tobillos, ellos se besaban y gemían, los coloqué uno frente al otro, sus cuerpos estaban unidos por delante y frotaban sus vergas entre sí, me coloqué detrás de Marcos y comencé a lamer y chuparle el ano, recién perforado, estaba bien dilatado y tenía restos del semen de Lucas, que se iban escapando al contacto de mi lengua, lo fui limpiando, cambié y me puse detrás de Lucas y éste tenía el ano muy cerrado, agarré sus nalgas, acariciándolas, mientras clavaba mi lengua en su prieto agujero, mi lengua y la saliva, lo fueron aflojando y poco a poco, se abría a mí.

Le di la vuelta a Lucas, apoyándose en la pared, fue empujando a Marcos y agarrando su verga la fui dirigiendo dentro del culo de su amigo, el resto lo hizo solo, se la clavó de un solo empujón, mientras le besaba la boca acallando su grito de dolor, y yo me clavé dentro del culo de Marcos, poco después estábamos follando acompasados, pasado un rato, saqué mi verga del culo de Marcos y me deslicé de espaldas delante de Lucas, éste agarró su verga y me la clavó de un solo golpe, volvimos a coger el ritmo marcado ahora por Marcos y después de un buen rato, se cambiaron, detrás mío, se colocó Marcos y Lucas lo penetraba de nuevo a él y los empujones eran más potentes y nos fuimos corriendo, yo solté mi semen contra la pared, Marcos en mi culo y Lucas en el de Marcos, después nos besamos los tres, nos terminamos de vestir y nos despedimos.

Subimos a la moto y me acompañó a casa, al bajarme, le comenté: Tal vez si hablas, con tu padre sinceramente, no creo, que le moleste tu relación, hablando ésta tarde con él, había descubierto, lo que ocurría en el cuarto de Fernando, al terminar las clases, pero él pensaba que yo era el elegido por tu hermano, le conté, que el elegido era Víctor, pero que yo a veces me unía a ellos. Él me contó, que cuando era más joven, también tuvo un amigo muy especial, su amistad nunca terminó y sospecho, que se encuentran de vez en cuando, pero es mi sospecha, nada más. ¡Creo que tendrías que hablarlo con él, sin miedo! Acaricié un poco su pecho y lo dejé montado en su gran moto.

Días después, me llamó a casa de mis padres y me dio las gracias, había hablado con su padre y había resuelto el dilema que lo corroía y que su padre, pensando que yo había contado algo, le estuvo dando explicaciones de lo que había ocurrido durante toda la tarde, entre él y yo, después de la sinceridad del padre, él le contó el regreso en moto a mi casa, al terminar de contarlo, los dos se echaron a reír, tanto que lloraban, mientras Mauricio soltaba: ¡El niño es inteligente, pero muy puta! Y volvieron a reír, Marcos añadió: ¡Y ha follado con todos los hombres de ésta casa, menos mal, que no estaba el perro, que estaba en la sesión de peluquería...!  Y siguieron riendo, mientras comentaban todo...

Mis compañeros aprobaron con notables y yo, matrícula de honor, nos felicitamos con unos abrazos.