Sorpresa Parte 8.

No se percato de la hora, ya era bastante tarde, así que se apresuro a irse a casa, cuando entro todo estaba en silencio hasta que subiendo escucho a alguien llorar, cuando entro se dio cuenta que Susana lloraba a un lado de la cama...

No se percato de la hora, ya era bastante tarde, así que se apresuro a irse a casa, cuando entro todo estaba en silencio hasta que subiendo escucho a alguien llorar, cuando entro se dio cuenta que Susana lloraba a un lado de la cama, se acerco por el otro lado recostada de tal manera que le hablaba al cuello de Susana.

Eidymar: ¿Por qué lloras?, no estés triste.

Sus

ana: No quiero perder a nuestra niña.

Eidymar se le partía el alma verla así e intento consolarla y la abrazo y le beso en la mejilla.

Eidymar: Hoy hable con los abogados, me dijeron que las posibilidades de que Carlos nos quite a la beba son mínimas, no llores, ¿si?, mírame - Susana se volteo y la miraba a los ojos - te prometo que no te la va a quitar no lo voy a permitir, aunque se me vaya la vida en ello, cálmate - se iba al sofá cama cuando Susana la detuvo.

Susana: Quédate, duerme conmigo, hoy me siento sola.

Eidymar: ¿No te molesta?

Susana: No, y me das un abrazo.

Eidymar: Bueno - Le dolía verla tan vulnerable, así que se puso su pijama y la abrazo en la cama y así despertaron juntas.

La primera en despertar fue Susana, cuando abrió los ojos vio a Eidymar dormida, pensó que hermosa es y aparto con su dedo el mechón de cabello que cubría su rostro, se quedo un rato contemplándola, tenerla cerca la tranquilizaba, seguía viéndola cuando Eidymar despertó y se encontró con sus ojos.

Eidymar: ¿Dormiste bien? – acariciándole el rostro - pudiste descansar, viste que no ronco

Sonrió tímidamente.

Susana: Si dormí bien, pero te mueves mucho pareces un gusano.

Eidymar: jajajaja lo que pasa es que no estoy acostumbrada a dormir con nadie.

Susana: ¿Y con tus novias?

Eidymar: Con ellas no duermo, lo que quiero decir es que no me quedo a dormir con ellas, deje de hacerlo hace mucho, de hecho en toda mi existencia sólo he dormido con dos, tú y Estela.

Susana: ¿Estela quién es ella? ¿Fue la mujer qué amaste tanto?

Eidymar: Si, ella, fue de hecho, la primera con la que anduve, duramos casi tres años viviendo juntas.

Susana: Vaya ¿y por qué terminaron? me dijiste la última vez que no habías sido suficiente.

Eidymar: Te voy a contar porque eres mi amiga, nada más, pero después de hoy no me preguntes más.

Susana: Está bien.

Eidymar: Estela fue el amor de mi vida, como decirte antes de ella yo había tenido relaciones esporádicas, cuando la conocí quede prendada de ella, me enamoré como una tonta, sólo tenía 19 cuando eso, nos fuimos a vivir juntas, mi papa la conoció, después de ella no le presente a nadie más que a ti. Como te decía, vivimos juntas como tres años o menos, yo era feliz, teníamos discrepancias y todo, ella, mayor tres años, pero íbamos superando los conflictos, yo creía que el amor que le tenía era suficiente para salir a delante, pero para ella no, un día cuando regresé a el depa donde vivíamos, la encontré con otra persona, me destrozó el alma, me dijo que no me quería, que el cariño que me tenía se había acabado, que había sido un error - paro para coger aíre, le dolían los recuerdos - irnos a vivir juntas, le rogué, que no sé fuera, que no me dejará, pero no le importo, me dejó, de ahí en adelante no creí más en el amor y me dediqué a cambiar de mujer como de camisa, me convertí en la persona que conociste, ya hace 8 años de eso, no la he vuelto a ver desde entonces.

Susana: De verdad, no quise hacerte recordar eso, no sabía que te lastimaba tanto, perdóname, ¿si?

Eidymar: No te afanes, creo ya lo superé, pero recordar duele.

Susana: Y si te la vuelves a encontrar, ¿qué harías, volverías con ella si te lo pidiera?

Eidymar: No sé, está entre matarla y abofetearla; y volver con ella, no, te dije que estoy interesada en otra persona, me gusta más, incluso de lo que me gusto ella.

Susana: Puedo saber ¿quién es?

Eidymar: No, no quieres saberlo.

Susana: Eso lo decido yo.

Eidymar: Ya te dije que no, deja de ser tan curiosa…

Después de esa conversación, la curiosidad de Susana iba en aumento, quería saber quién era esa mujer que a Eidymar le gustaba tanto, sentía celos, rabia, inseguridad. Con el tiempo que habían pasado juntas se había dado cuenta que era un ser humano valioso, no quería preguntarle para no descubrirse, le daba y le daba vueltas al asunto cuando sonó el teléfono.

Susana

: Alo, Buenas tardes.

Mónica: Hola Susana ¿cómo estás? Mira, llamaba para invitarte a ti y a Eidymar a una cena en mi casa esta noche.

Susana: Qué bueno, está bien, ¿A qué hora?

Mónica: A las 8 PM.

Susana: Listo, llamo a Eidymar para que venga a recogerme.

Mónica: Las espero, no falten. - Y colgó.

De inmediato Susana llamó a Eidymar quien quedo de pasar por ella a las 7 PM. Eidymar tan puntual como siempre, cuando llegaron, Mónica las recibió muy animada, eran una pareja muy compenetrada, se entendían muy bien, la cena estuvo genial y pudieron compartir con Mónica y su esposo, pero la noche era joven, así que se pusieron a escuchar música Roberto le dice a Eidymar.

Roberto: Me prestas a tu esposa para bailar con ella – a lo que Eidymar contestó

Eidymar: Si tú me prestas la tuya.

Roberto: De acuerdo

Y se pusieron a bailar los cuatro después de un tiempo, Roberto grito cambio de parejas y por primera vez, desde que se habían casado bailaron juntas, música suave, estaban embelesadas la una con la otra cuando de repente Susana, sufrió un dolor agudo en la barriga, Eidymar la miraba un tanto asustada, a lo que Susana pregunto.

Susana: Eidy ¿Qué pasa? es sólo un dolor en la barriga.

Eidymar: Susy no te asustes por lo que te voy a decir, has roto fuente

Susana: ¿Qué? pero si faltan dos meses.

Susana: Llama al ginecólogo.

Eidymar: Lo haré en el auto, vamos respira.

En todo el camino al hospital Eidymar estuvo a su lado intentando tranquilizarla, aún por encima de sus propios nervios, llamo al doctor, a su padre, a la tía de Susana, a Andrés diciéndoles que la bebé iba a nacer, cuando llegaron el doctor estaba allí.

Doctor: ¿Sra. Tholunoi cada cuánto son las contracciones?

Susana: Cada cuatro minutos, doctor, ¿dígame va estar bien, aún no es hora?

Doctor: Señora. No me extraña que el parto se haya adelantado, usted a tenido demasiadas complicaciones que estaba haciendo antes de romper fuente dirigiéndose a Eidymar.

Eidymar: Bailábamos música suave, ella se ha cuidado, muy bien desde la última amenaza.

Doctor: ¿No ha tenido sobresaltos algo que la preocupe?

Eidymar: La verdad, es que si, un altercado muy fuerte con un conocido, pero fue hace dos semanas.

Doctor: No importa, le dije nada de sobresaltos eso ha causado un estrés en la niña, por eso ha roto fuente, aunque no ha dilatado todavía del todo habrá que esperar, voy a hacerle una ecografía para ver el estado de la niña.

Mientras se la llevaban Susana grito: - Eidy ven, no me dejes sola.

Eidymar: ¿Puedo ir con ella, doctor?

Doctor: Si, claro, si quiere puede estar en el momento del parto.

Eidymar: ¿Quieres qué este?

Susana: Claro, por supuesto.

Las horas iban pasando y el parto se iba complicando el doctor consulto con Eidymar como proceder pues la bebé venia atravesada y había que hacer cesárea y no solo eso sino que Susana estaba sangrando mucho y eso complicaba aún más las cosas.

Doctor: solo quiero saber en caso tal que se llegue al extremo de tener que decidir quién se salva ¿a quien salvaría usted al bebé a su esposa?

Eidymar sorprendida solo dijo: - ¿Tan complicada es la situación?

Doctor: Si, su esposa sigue perdiendo sangre, si, piénselo consúltelo con ella y me dice.

¿Consultarlo con Susana?, la idea era de locos, no quería preocuparla más. Cuando entro a la habitación no le dijo nada de lo del doctor, quiso tranquilizarla, estar con ella, pero ella misma no podía con la situación así que se fue a la capilla.

Eidymar: Dios, quizás no estés de acuerdo con mi vida, pero sé que me amas, sólo quiero pedirte que no te lleves a mi esposa ni a mi hija, no quiero tomar una decisión de esta naturaleza – oraba llorando, derramando su alma - sé que he hecho cosas desagradables, que hecho sufrir a muchas con mi actitud, personas que no tenían nada que ver con la que me hizo daño y te pido perdón, pero esta situación no puedo con ella, no quiero perder Susana, la amo y aunque ella jamás me corresponda, no quiero perderla y la bebé es mi ilusión, mi alegría, quiero verla crecer y ver feliz a su madre, te lo pido, no te las lleves.

Y siguió allí llorando y orando... Después de orar y un poco más tranquila, se fue a la habitación con Susana, se paro en la puerta, ella estaba en compañía de Mónica, Susana le pregunto.

Susana: ¿Dónde has estado Eidy?

Eidymar: En la cafetería.

Susana: ¿Hablaste con el doctor?

Eidymar: Si, posiblemente te hagan cesárea, si no dilatas en las próximas horas.

Susana: ¿Y la bebé va estar bien?

Eidymar: Si, no hay complicaciones - mintió no quería preocuparla.

Mónica: Ya que llegaste, me voy, llamé a mi tío, le dije que era innecesario que viniera, que tú lo llamarías cuando naciera, lo mismo a tu tía Susana bueno, adiós cualquier cosa me llamas Eidymar.

Antes de irse.

Mónica: Eidymar me acompañas - sabia que algo ocultaba - vamos a la sala de estar.

Eidymar: Si, claro ya regreso Susy.

Mónica: ¿Qué te pasa? aunque intentas parecer tranquila, algo te preocupa.

Se deshizo en llanto no pudo contenerse.

Eidymar: El médico me dijo que si las cosas se complicaban y Susana no dilataba, habrá que hacerle cesárea, pero también existe la probabilidad que se produzca una hemorragia durante el procedimiento que pondría en peligro la vida de las dos, el médico me ha pedido que en ese caso debo decidir entre Susana y Lorena, dime ¿cómo voy hacer eso?, por un lado no me imagi

no criando la nena yo sola y por el otro no quiero perder a Susana, no quiero tomar una decisión así, son mi familia y las amo a las dos, no sé qué hacer.

Mónica quedó estupefacta y preocupada - ¿Y qué has decidido? – preguntó.

Eidymar: Nada, no voy a perder las dos mujeres que más amo, dejaré todo en manos de Dios, ahora sólo quiero estar a su lado. Vete tranquila yo te llamo por cualquier cosa.

Las horas pasaban y Susana no dilataba, y el dolor se hacía más insoportable. Eidymar estuvo con ella todo el tiempo dándole la mano que Susana apretaba con fuerza cada vez que había contracciones. Le dolía verla tan adolorida y no poder hacer nada para evitar ese dolor, estaba desencajada con ojeras por no dormir. Aunque se acercaba el tiempo estipulado por el doctor para hacer la cesárea. Aún así se notaba en su cara lo mal que la estaba pasando, así que entono de broma le dijo.

Susana: Recuérdame, no tener más hijos, no ha nacido y estoy horrenda.

Eidymar: Vas a dejar a Lore, sin hermanos, ¡ay como eres! y no estás tan fea sólo un poquito.

Susana: No me hagas reír que me duele.

Eidymar: ¿En serio no vas a tener más hijos?

Susana: No sé, esa pregunta te la contesto después de que Lore nazca, ahora en el momento te puedo decir que no, ¿y tú no piensas tener hijos?

Eidymar: No me emociona la idea, menos viéndote así.

Susana: Nada tiene que ver, dale hermanos tú.

Eidymar: ¿Yo? ja, no la verdad no me veo en esas – señalando Susana - tenlo tú.

Susana: ¿Tú quieres que tenga más hijos?

Eidymar: Si, ¿por qué no?

Susana quedo sorprendida iba contestar cuando le sobrevino otra contracción, esta vez más fuerte, se le salieron las lágrimas del dolor...

Continuará...