Sorpresa Parte 7.

Susana: No te preocupes, y si, podrías cortar estos tomates, por favor.

Susana: No te preocupes, y si, podrías cortar estos tomates, por favor.

Eidymar: Si, ¿como los quieres?

Susana: En cuadritos pequeños.

Eidymar: Bueno.

Y empezó Eidymar a picar con poca destreza, pues a la cocina no iba ni por accidente, sólo quería estar cerca, sentirla, pero por estar distraída se cortó, el dolor la hizo salir de sus pensamientos.

Eidymar: ¡Auch, mierda cómo duele!

Susana: A ver, muéstrame - Eidymar se negaba - Eidy muestra para ver, hay que desinfectarla.

Eidymar: No seas exagerada, no fue nada.

Susana: Eso lo decido yo, la mano - dijo visiblemente enojada y Eidymar se percató de ello.

Eidymar: Ya, toma es una cortada sin importancia mira - señalándole el dedo,

Susana: Estás sangrando, ¿tienes botiquín?

Eidymar: Si, esta allá.

Mientras iba por el, le decía a Eidymar.

Susana: Se nota que nunca cocinas, ¡Qué torpe eres!

Eidymar: Ves, eso me gano por amable.

Susana: No me malinterpretes, te agradezco la ayuda, pero no quiero que te lastimes, ven te va arder un poco – le decía mientras pasa el algodón con alcohol.

Eidymar: Arde – intentando librarse – Susy, no seas cruel

Susana: Cobarde.

Eidymar casi llorando, pues le dolía: - No te ayudo más.

Susana: No llores, mira ya termine - el dedo tenía una curita con carita feliz - si quieres, sólo me acompañas en la cocina y no te acercas a los cuchillos, vamos, no pongas esa cara de niña regañada - Susana pensaba para sí, que linda se ve - pero Eidymar estaba a punto de llorar, Susana intento consolarla acercándose a ella, más de lo conveniente y le decía.

Susana: ¿Qué puedo hacer para verte sonreír? – con su frente en la de ella- dime.

Eidymar un poco nerviosa por su cercanía, dejó de llorar, alzó la mirada desde su perspectiva, sus labios se veían provocativos, deseaba besarlos...

Pero se aguantó, no quería echar a perder el momento con un impulso, así que sólo atino a decir.

Eidymar: Más te vale que tu cena sea sabrosa.

Susana por su parte tenía que reconocer que la cercanía de Eidymar le era perturbadora.

Susana: Está bien, ¿Y qué más?

Eidymar se lanzó con una petición extraña, pero de verdad lo deseaba: - un beso aquí – señalando la herida en el dedo.

Susana: Está bien - le tomó el dedo y lo besó - ¿ya contenta?

Eidymar: Si, aunque eso no quita el dolor que me has causado.

Susana: jajajajaja dramática, siéntate, la cena ya está casi lista.

Así que Eidymar, se sentó a esperar como niña pequeña la cena. No pasó más de media hora cuando Susana le dice.

Susana: Eidy ¿sabes poner la mesa o eso tampoco se te da?

Eidymar: Chistosa, tampoco soy una inútil, si la sé poner.

Susana: Ponla para dos, ya está la cena.

Eidymar: Por fin, muero de hambre.

Pusó la mesa y se dispusieron a cenar. Susana le sirvió primero y después a ella, esperando que Eidymar empezará a comer después de dar gracias, se la quedo observando mientras comía para ver su reacción, tenía la necesidad de su aprobación, que le gustará, espero un largo tiempo, ambas comieron en silencio y al final Eidymar le dijo.

Eidymar: Debo reconocer que eres una cocinera fantástica, valió la pena, tanto dolor, cocinas mejor que cualquier chef de esta ciudad y del mundo entero ¡te quedó delicioso!

Susana dibujó una sonrisa de oreja a oreja y le dijo: - Gracias, me alegra que te haya gustado.

Eidymar: Gustado es poco, delicioso, manjar exquisito, mataría por comer otra vez uno de tus platos.

Susana: Exagerada, sólo son canelones.

Eidymar: Creo que a ti, hasta el agua hervida te queda bien.

Susana: jajajaja Si que eres chancera.

Eidymar: No, digo la verdad, no miento ¿cuándo cocinas de nuevo?

Susana: Cuándo quieras, ahora hay que lavar los platos.

Eidymar: Déjalo, yo lo hago es lo menos que puedo hacer después de tan fantástica cena, ve a dormir, te ves cansada.

Susana: ¿Estás segura?, bueno, hasta mañana.

Eidymar: Espera y me despido de Lore - se acercó, dejó al descubierto la barriga y le plantó un beso - Hasta mañana Lore, que duermas bien, hasta mañana Susy.

A Susana el contacto de sus labios le erizó la piel, se fue adormir cansada y a la vez satisfecha, pensando en el beso de Eidymar…

El tiempo iba pasando y el embarazo también. Se habían hecho muy buenas amigas, y Susana le cocinaba cada vez que podía, los días que Susana cocinaba, Eidymar no faltaba, de hecho había cambiado muchísimo con respecto a su modo de vida, casi no salía de parranda y estaba en casa temprano, si salía lo hacía con Susana para donde su padre y prima, su círculo de amigas no la conocía aún, pero tenía planeado presentarla después del parto, pero ahora tenía compromisos que cumplir como presidenta de las empresa de su padre, así que tenía que ir a un coctel preparado para honrar a su padre por su larga trayectoria estaban en casa preparándose para salir Eidymar le pregunta.

Eidymar: ¿Susy estás segura de ir?, yo puedo ir sola, recuerda ya es el séptimo mes ¿no quiero que te agites?

Susana: No te preocupes, el ginecólogo me dijo que todo está bien, que puedo hacer vida social sin sobresaltos y sin excesos, además me da mucho gusto acompañarte a ti y a tu padre.

Eidymar: Bueno, está bien, pero si te cansas me avisas para regresar.

Susana: Ok.

Eidymar: Bueno, vámonos, papá nos está esperando.

Cuando llegaron, una vez más fueron el centro de atención.

Eidymar no apartaba la vista de Susana, cuidándola toda la noche, se la paso cuidándola con la mirada, no quería que la maltrataran como la otra vez, Susana por su parte, se sintió cansada y fue al baño a refrescarse, pero esta vez Eidymar se dio cuenta, de cuando entró y de quién entró con ella y espero a verla salir. Cuando Susana salió se dio cuenta que un hombre,

la tomaba por el brazo hacia una parte alejada, no sabía quién era, pero si se dio cuenta que Susana no quería ir con él, así que fue a buscarla. Mientras tanto, Susana intentaba lidiar con el sujeto que era Carlos, el padre de Lore.

Susana: Carlos, déjame, qué haces aquí, me haces daño

Carlos: No sé por qué estás aquí, pero veo que no abortaste.

Susana: No, pero casi lo pierdo por tu culpa, así que déjame en paz o te acuso de intento de homicidio.

Carlos: ¡Ja! inténtalo, tú no eres nadie, sólo eres una pobretona, muerta de hambre aunque tengo que reconocer que eres la mejor amante que he tenido en mi cama, vamos recordemos viejos tiempos - poniéndola contra la pared.

Susana: Suéltame o grito.

Carlos: Todo el mundo está en sus asuntos, nadie vendrá en tu ayuda.

Cuando hablaba, no sé dio cuenta que Eidymar venia tras de él hecha una furia, lo hala del cuello de su camisa haciendo espacio para ponerse entre él y Susana.

Eidymar: Susy ¿Estás bien?

Susana: Si.

Carlos: ¿Por qué se mete?, esto no es asunto suyo.

Eidymar: Claro, que es mi asunto, yo a usted lo conozco, es uno de los proveedores de la empresa.

Carlos: Señorita Tholunoi este no es un asunto laboral, así que retírese, no tiene derecho a inmiscuirse entre esta ramera y yo - esto último hizo enfurecer más a Eidymar que levantando la mano le dio una bofetada.

Eidymar: Se lo merece por patán.

Susana: Cálmate Eidy no vale la pena.

Carlos: Si, cálmese, no tome como propia esta cruzada, pues esta que está allí no es nadie...

Eidymar: No será nadie para usted, pero para mí sí.

Carlos: ¿Esta perra que tiene que ver con usted?, yo al menos soy el padre de eso que lleva en su vientre.

Eidymar: Así con que usted es el irresponsable que la dejó, le pidió que abortará, daño su reputación y hace unos cuantos meses casi hace que pierda el bebe, el hombre que la engaño ocultándole que estaba casad

o vaya que figurita.

Carlos no sabía que decir, ignoraba el por que Eidymar conocía tanto de su persona, pero seguía insultando a Susana.

Carlos: Vaya que tienes quién te defienda, mosquita muerta.

Eidymar más enojada de lo normal, no iba permitir que la siguieran insultando, no en su presencia, Susana por su parte intentaba calmarse y calmarla a ella, nunca la había visto tan furiosa.

Susana: Eidy cálmate, me pones nerviosa.

Carlos: Si, cálmese Srta. Tholunoi, no tiene derecho a intervenir en esto.

Eidymar: Quizás, él que no tenga derecho a intervenir sea usted.

Carlos más furioso que nunca quitó de un empujón a Eidymar, se disponía a pegarle a Susana, cuando una vez más Eidymar se puso enfrente deteniendo con su mano la trayectoria de la de Carlos.

Eidymar: Cuidado con lo que hace, se va arrepentir toda su vida.

Carlos: Una vez más, no se meta en esto, no tiene derecho.

Eidymar: Claro, que lo tengo, es mi esposa y no permito que nadie la maltrate.

Carlos se alejo estupefacto, no podía creerlo, sabía lo que eso significaba, Susana tenía el poder para acabarlo financieramente, sabía del poder de la familia Tholunoi, no supo cómo reaccionar

Carlos: Su esposa, lo que me faltaba, ahora eres lesbiana.

Susana: ¡Qué te importa!

Carlos: Claro, que me importa, no voy a permitir que mi hijo crezca con unas lesbianas de mierda.

Susana: Ahora te preocupas por él, cuando no te importo pedir que lo abortara, no tienes derecho.

Carlos: Claro que lo tengo, voy a pedir la custodia, te lo voy a quitar.

Susana: No te la van a dar - Susana se asusto, no quería perder a la bebe - tú no eres más que un donador.

Carlos: Soy el padre.

Susana: ja esa palabra te queda grande, ella - agarrando a Eidymar – ha sido más “hombre” de lo que tú fuiste, asumió una responsabilidad que no era suya con creces, así que la bebé es legalmente suya, tú no, nos la puedes quitar.

Carlos: Veremos.

Eidymar: Lárguese antes que lo haga echar y ya hablaremos de negocios.

Carlos: Si, lo haremos y a ti, Susana no te confíes, ese bebé es mío y no voy a permitir que crezca a tu lado.

Eidymar: No la amenacé, tiene quien la defienda, quien intente quitarme a mi hija, se dará cuenta de lo que soy capaz.

Carlos se marchó furioso y cuando se fue, Eidymar le dijo Susana -Vámonos a casa, estás cansada.- Susana, no sólo estaba cansada, la idea de que Carlos le quitará la niña, la perturbaba, pero no dijo nada para no preocupar a Eidymar, sólo le dijo.

Susana: Gracias, por defenderme.

Eidymar: Lo haré cuantas veces sea necesario y tu por darme mi lugar - y se fueron a casa…

Habían pasado dos días desde el incidente, Eidymar se había puesto en contacto con sus abogados para saber qué posibilidades tendría Carlos de quitarle a la niña, ellos le dijeron que legalmente la niña era suya, por el matrimonio, pero iban a investigar más a fondo.

Un poco más tranquila, se dedicó a trabajar y a romper relaciones comerciales con Carlos, a buscar otro proveedor y aunque tuviera que pagar la cláusula de incumplimiento, lo iba hacer para su tranquilidad y la de Susana, quien la preocupaba, pues la había notado triste.

Continuará...