Sorpresa Parte 11.

Susana salió fuera echa una furia estaba lloviendo y fue en busca de un taxi, no entendía la reacción de Eidymar, ella no estaba coqueteando con la chica, camino hacia la calle.

Susana salió fuera echa una furia estaba lloviendo y fue en busca de un taxi, no entendía la reacción de Eidymar, ella no estaba coqueteando con la chica, camino hacia la calle. Mientras tanto Eidymar se despedía, alego que las habían llamado de parte de la niñera, así que tenían que irse y se despidió por Susana, cuando se dio cuenta de lo que hizo salió corriendo d

el bar en busca de Susana al no encontrarla en el estacionamiento, se subió al coche y la buscaba en medio de la lluvia se decía: ¿“Estúpida qué has hecho?” - y la buscaba con la mirada.

Susana caminaba por la acera hecha una furia ¿“por qué se pone así”? se decía “ni que le importara”.

Eidymar cruzo la calle, cuando la vio a lo lejos, acelero para alcanzarla y toco la bocina, Susana no escucho y solo se dio cuenta cuando el carro estaba a su lado.

Eidymar: Susana, sube por favor.

Susana: No, estoy furiosa, me culpas de algo de lo que no soy responsable.

Eidymar: Lo sé, discúlpame, sube, te vas a resfriar.

Susana: Está bien, pero no me hables.

Eidymar: Está bien, no te hablo.

Y se subió en el coche, no dijo nada en todo el camino, estaba furiosa. Llegaron a la casa y corrió a su cuarto, Eidymar mientras tanto guardo el coche.

Susana llego al cuarto, caminaba como león enjaulado de un lado a otro cuando entro Eidymar y fue directo al baño a buscarle unas toallas mientras le decía.

Eidymar: Lo siento.

Susana: Lo sientes, después de qué me culpas de algo de lo que no soy responsable.

Eidymar: Si, lo sé, no medí mis palabras, perdona, no debí ponerme así, me perdonas, poniendo cara de borrego herido.

Con esa mirada Susana estaba indefensa, pero no lo demostraba, seguía haciéndose la fuerte.

Susana: Tú eres la responsable por llevarme a ese sitio al que nunca había ido no sé como manejar hombres en una situación así mucho menos mujeres.

Eidymar ya no sabía qué hacer así que se le acerco con las toallas y le dijo.

Eidymar: Ven, siéntate aquí - en la cama- Susana obedeció al instante, El Eidymar se sienta frente a ella y empieza a secarle el cabello mientras le decía.

Eidymar: Sólo quería que mis amigas te conocieran, debí imaginar que siendo una mujer tan bonita, ibas a conseguir muchas admiradoras

y no supe manejar la situación.

Susana: Me dijiste que andaba de coqueta.

Eidymar: Lo que pasa es que tú no te das cuenta cuando coqueteas, te sale naturalmente – le decía mientras seguía secándola - y tengo que estar espantándote todo el que se te acerca, es muy difícil manejar la situación.

Susana: No tienes por qué hacerlo.

Eidymar: Si tengo, tú eres mi esposa.

Susana: Si, pero amas a otra, no tiene sentido que me cuides y te pongas celosa.

Eidymar: ¿Celosa yo?

Susana: O lo que sea, todavía no entiendo, porque te pusiste así, me hiciste sentir culpable, como si te estuviera engañando y desde que nos casamos no he tenido otra relación.

Eidymar no podía creer lo que escuchaba, ella si había seguido su vida por lo menos los primeros meses, después ya no, menos después de darse cuenta que la amaba.

Eidymar: ¿Por qué no lo has hecho? Ten, cámbiate o te resfríaras.

Susana empezó a desvestirse delante de ella sin pensarlo mientras le contestaba.

Susana: No sé, por principios, sea cuales fueran las condiciones de nuestra boda, estoy casada contigo, no podría haberte sido infiel, aunque en ese momento no sintiera nada por ti y ahora sí que menos.

Eidymar escuchaba atenta y absorta en su desnudez, pero cayó en la cuenta de lo último que dijo así que pregunto.

Eidymar: ¿Ahora qué ha cambiado?

Susana se dio cuenta que había cometido una imprudencia, se termino de cambiar e intento cambiar la conversación.

Susana: No me hagas caso, no tiene importancia.

Eidymar: Si la tiene, ¿qué ha cambiado?, dímelo.

Susana: Ya déjalo, no quieres escucharlo, ¿si?

Eidymar: Eso lo decido yo - dijo Eidymar visiblemente alterada.

Susana: Si, quizás, como yo también decido si te digo o no, así que déjalo no te lo voy a decir, voy a dormir.

Se iba del otro lado cuando Eidymar se interpuso y la agarro por la cintura con algo de violencia.

Eidymar: dímelo, intentando verla a los ojos, pues ella apartaba la mirada.

Susana no sabía que decir no iba a aguantar la presión así que contra ataco.

Susana: Lo haré si me contestas una pregunta.

Eidymar: ¿Cuál? Mírame cuando te hablo - consiguió que la mirará fijamente.

Susana: ¿Por qué te pusiste así en la disco?

Eidymar: Susy no te das cuenta todavía, te lo diré, porque no soporto que nadie más que yo te ponga una mano encima, me molesta, me enferma, me dan celos, por eso me puse así y más cuando “esa” intento besarte.

Susana: Eidy... - Iba continuar cuando Eidymar la interrumpió.

Eidymar: Porque siento que te apartaran de mi lado y te llevaran lejos y eso no podría soportarlo - se le quebró la voz - y más cuando recuerdo que te iras de mi lado en un año y siete meses.

Susana veía en sus ojos extrañada, intentaba comprender, sólo pensaba que estaría malinterpretando o sólo lo decía por Lorena, Eidymar seguía insistiendo. - Dime, ¿por qué ahora, no puedes serme infiel?

Susana: Ya basta, no quiero hablar de ello.

Eidymar: Susy déjate de rodeos, dímelo, yo te conteste, dímelo.

Susana: Déjame, no quiero salir lastimada.

Eidymar: Lastimada, ¿por qué? yo no te haría daño.

Susana: Si, porque ya me lo haces, me dueles, Eidymar y mucho.

Eidymar aún más extrañada, no deja que se suelte, consigue exasperar a Susana quien intenta inútilmente de zafarse de su abrazo.

Susana: Suéltame Eidy ya ¿sí?

Eidymar: Dime por qué te duelo tanto Susana, !DÍMELO¡ - grito.

El grito hizo desesperar a Susana que no pudo contener el llanto y se lo soltó...

Susana: ¡POR QUE TE AMO!

Hasta que por fin lo dijo, sintió un alivio y vergüenza al mismo tiempo, Eidymar abrió los ojos, sorprendida y la soltó por inercia, mientras se recuperaba del shock que le habían causado sus palabras, no sé lo esperaba, Susana siguió hablando.

Susana: Me enamoré después de conocer el gran ser humano que eras, cuando me di cuenta que toda la

imagen que tenía de ti era equivocada, me enamoré de tu manera de tratarme, incluso de la forma en que amas a mi hija, como nos defiendes, como has estado a mi lado en todo, siempre has estado cuando abro mis ojos, en un hospital, en ti encontré todo lo que busque por años de equivocaciones, pero también sé que aunque te ame, tu a mi no, decidí disfrutarte aunque sea a medias, se me rompe el alma al saber que me tendré que ir y dejarte. Amo cuando me besas, cuando me tocas, cuando me ves, amo todo lo que tú eres y me duele amarte porque se que tu amas a otra, solo fui al bar haber si conocía a esa que deseabas tanto y no podías tener, a esa que te hizo olvidar a Estela, me movían los celos, disfrute cada beso que me diste en la disco, disfruto cocinar para ti, me encanta despertar y ver tus ojos, me encanta cuando me besas debajo de la oreja - se detuvo a tomar aire - te amo y no puedo evitarlo - terminó de hablar y se iba de la habitación cuando Eidymar, quien la había estado escuchando la detiene.

Eidymar: ¿Adónde crees que vas?

Susana: Me voy… ya es demasiado vergonzoso tenerte en frente.

Eidymar: Ni creas que te voy a dejar ir después de lo que me dijiste.

Susana: No te sientas comprometida.

Eidymar: ¿Comprometida?- tomo su rostro en las manos – no, como se te ocurre, he esperado escuchártelo decir por meses.

Susana: No te burles

Eidymar: No lo hago.

Susana: Tú estás enamorada de otra.

Eidymar: Tonta, como no te diste cuenta, tu eres de la que hablaba, si, no me mires así, tu eres la que no podía tener, aunque quisiera, de la que me enamoré, ¿te imaginas? yo enamorada de una mujer que ni siquiera era homosexual y que aún siendo mi esposa, no podía hacerla mía porque ella no sentía lo mismo.

Susana: Mentirosa.

Eidymar: Te juro, que ni siquiera a Estela la amé más de lo que te amo a ti, cuando sentí que te perdía al momento de Lorena nacer, sentí que se me iba la vida, Susy te amo como a mí misma y es por eso que me muero de los celos cuando alguien se te acerca o intenta besarte.

Susana le escuchaba embelesada, era eso lo que quería escuchar desde hace tiempo.

Susana: ¿De

verdad, no me mientes? - dijo con voz de consentida.

Eidymar: ¡No! ven - y la abrazo - incluso cuando estamos en público me aprovecho para besarte más de la cuenta o cuando estas dormida - dijo picarona.

Susana se sonrió y le preguntó - ¿me besas cuando estoy dormida? - a lo que Eidymar le responde - sólo lo hice una vez.

Susana: ja, No sólo me espías cuando me cambio, si no que me robas besos, no lo recuerdo.

Eidymar: No lo recuerdas, ven, yo te haré recordar.

Y la beso como nunca lo había hecho, sintió como su corazón se aceleraba con cada movimiento de sus labios, como su cuerpo temblaba de nervios, he incluso como comenzaba a sudar por las ganas de sentir placer. Susana mientras se dejaba llevar por su ternura, su pasión, por todo el amor que le tenía, Eidymar se separo un momento para contemplarla mientras Susana le dice muy coqueta – aún no lo recuerdo.

Eidymar se ríe: ¿Si?, después de hoy no lo vas a olvidar nunca - la toma por la cintura y la besa, ya no con ternura, sino con pasión desenfrenada, la besa por todas partes y aparta de ella todo lo que le estorba, pijama, lo hace con tal desespero y agilidad, que no le importo rasgar esa pijama.

Susana le quita la ropa, un poco torpe, cuando Eidy le dice al oído - Déjate amar como yo sé hacerlo, déjame demostrarte todo cuanto te amo, déjame hacerte sentir mujer, una mujer amada y deseada - si - le dice Susana con la cabeza puesta hacia atrás sintiendo esos ricos escalofríos por su cuello y cuerpo.

Sus cuerpos poco a poco fueron complementándose, llevándose al éxtasis de placer, Susana solo se dejaba llevar por la boca y manos de Eidymar, era totalmente una experiencia nueva, jamás un hombre la había tocado como Eidymar lo estaba haciendo, logrando con poco esfuerzo que Susana llegara al clímax, su clítoris, senos y boca le suplicaban más.

Mientras Eidymar la h

acia suya, le gustaba su piel, aquella suavidad, su lengua pequeña pero tan dulce, su vagina tan mojada y rosada, su clítoris grande, duro y delicioso, solo pensaba en que por fin era suya.

Eidymar la amo toda la noche como nadie la había amado. Tanto tiempo buscando a un príncipe azul y lo que encontró fue una princesa rosada. Despertaron desnudas en la cama, Eidymar la veía dormir cuando ella despertó regalándole una sonrisa, ¿te quedaras conmigo? le pregunto Eidymar, a lo que ella le contesto hasta que me muera.

Hoy es su tercer aniversario, Eidymar llega a casa y la besa apasionadamente.

Eidymar: ¡Feliz aniversario preciosa!

Susana: Para ti, también encanto.

Eidymar: ¿Y Lore?

Susana: Lore, cariño, llegó mamá.

Salió la nena corriendo a abrazarla.

Lore: Hola mami te quero.

Eidymar: y yo a ti, mi sol.

Eidymar: Susana, hoy se suponía que debías dejarme, ¿te quieres ir?

Susana la abraza y le dice – No, si todo lo que quiero ya lo tengo y eso, eres tú y le da un beso - y te recuerdo sólo la muerte podrá separarme de ti.

Te amo Sra. Tholunoi hoy mañana y siempre.

...Fin...

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No olvides: "Los pies en la tierra, la mirada en lo alto y el corazón en amor")