Sorpresa para los dos
Esa era una noche especial para Manuel y para mi, nuestro aniversario de novios, quedamos en encontrarnos en un lugar nocturno donde tomar algo y bailar. Me puse un vestido negro, ajustado, sin sostén ya que el vestido los apretaba y los contenía bien alzándolos aun más...
SORPRESA PARA LOS DOS
Hola, algunos me conocerán de mis relatos anteriores, pero para los que no, les cuento que soy de Argentina, tengo 29 años mido 1.70 y mis medidas son 100 62 92 y les cuento una nueva historia.
Esa era una noche especial para Manuel y para mi, nuestro aniversario de novios, quedamos en encontrarnos en un lugar nocturno donde tomar algo y bailar. Me puse un vestido negro, ajustado, sin sostén ya que el vestido los apretaba y los contenía bien alzándolos aun más. Y debajo una tanguita negra de encaje, hilo dental que se metía toda entre mis nalgas, complementado con unos zapatos de tacón. Deje mi pelo largo, suelto, cayendo sobre mi espalda y por encima de todo me puse un tapado largo ya que fuera estaba algo fresco.
Llegué al boliche, vi a Manuel en la barra tomando algo, al acercarme note varias miradas contemplándome, al llegar junto a él lo besé con pasión en la boca, Manuel me saludó y se levantó para tomar mi tapado, al quitarlo quedó maravillado con mi vestido que se ajustaba a mi cuerpo, dejando notar mis curvas, me dijo que lo había sorprendido y estaba deliciosa, le dije que esa era una noche de sorpresas y solo era el comienzo. Quería bailar así que fuimos a la pista, empezamos separados, pero yo bailaba para él.
Me movía sensual con la música, tomaba mis vestidos por los costados y lo subía un poco, mostrando mis muslos, veía tus ojos como miraban mis piernas deliciosas, torneadas, largas. Aunque la de Manuel no era la única mirada sobre mí, yo solo me exhibía para él, me acercaba a él excitándolo, provocándolo, intentaba abrazarme y no lo dejaba, seguía bailando sensual donde muchos me veían pero solo dedicado a él. El baile y mis movimientos le hicieron notar que no llevaba sostén, mis pechos se movían libres y mis pezones excitados, asomaban duros a través de mi vestido. Noté como eso lo excitó al máximo, vi su erección bajo sus pantalones.
De pronto la música cambió y se puso lenta, entonces Manuel me tomó por los brazos y me atrajo hacia él, apretándome fuerte, su verga dura se pegó a mi sexo húmedo. Bailamos pegados, uniendo nuestros cuerpos, nos besamos con pasión, entrecruzando nuestras lenguas, mis pechos se clavaban contra Manuel, sus manos me recorrían por completo, apretaban mis nalgas sobre mi vestido, hundiéndome contra su verga. Entonces le dije tengo otra sorpresa, lo lleve de la mano, hasta otra parte del boliche donde había un sector de reservados, entramos en uno, había solo una luz tenue y se cerraban con una cortina. Seguimos besándonos, pero en un momento le dije que me esperara que volvía enseguida.
Fui hasta el baño y quite mi tanguita, regresé y Manuel estaba sentado, empecé a bailar frente a él, le dije que pusiera sus manos sobre mis piernas y subiera por ellas, mientras le bailaba eróticamente, sus manos se posaron por detrás de mis muslos y fueron subiendo, acariciándome, llegaron hasta mis nalgas, le dije que siguiera y al subir un poco mas, sus manos se encontraron con mi conchita mojada, toda desnuda. Entonces baje los tirantes de mi vestido, primero asomaron desnudos mis grandes pechos y luego mi vestido se deslizó por mi cuerpo, cayendo al piso, quedando frente a Manuel totalmente desnuda.
Me acerqué a él quedando mis tetas en su cara, empezó a besarlas, las lamía recorriéndolas enteras, chupó mis pezones duros y erectos, bajó lamiendo mi vientre, se detuvo jugando con su lengua en el piercing de mi ombligo y bajo hasta mi pubis. Lo besó, jugó con mi vello depiladito, entonces levanté una pierna y la apoye sobre el sillón, eso dejo mi conchita expuesta a su boca, su lengua no se hizo esperar y ser hundió profundo en mi sexo, jugaba adentro, lamiéndolo, excitándolo, yo gemía de placer.
Mis jugos corrían en su boca, entonces me arrodille entre sus piernas, desabroche su pantalón y empecé a besar su verga dura por sobre su slip, recorría su bulto todo a lo largo besándolo y excitándolo, tome su slip entre mis dientes y se lo fui bajando, su verga enorme y dura saltó fuerte golpeando mi cara, la tomé en mi mano pajeandola fuerte, lamía y chupaba sus huevos, mi lengua subió recorriendo toda su verga y la metí en mi boca, chupandola, cada vez mas profundo, hasta meterla entera en mi boca.
Chupaba entera su verga metiendola hasta mi garganta, succionándola fuerte con mi boca, la saque y la puse entre mis tetas, pajeandola con ellas, apretaba fuerte su verga que se desliza entre mis pechos excitados y duros, al salir de entre ellos la chupaba un poco, mojándola y saboreándola. Entonces me levanté y me senté sobre él. Fui bajando hasta clavarme en su verga y empecé a cabalgarlo fuerte y duro, Manuel chupaba mis tetas que saltaban con cada embestida, mi concha ardiente apretaba su verga subiendo y bajando por ella, la sentí hincharse en mi interior, mi cuerpo se convulsionó y ambos estallamos en un orgasmo intenso, sentí su verga escupir abundantes chorros de leche que me inundaban y golpeaban las paredes de mi concha que chorreaba jugos y no paraba de acabar fuerte.
Me baje de su verga y me volví a arrodillar lamiendo su verga ahora blanda, apague la luz y deje todo el lugar a oscuras, Manuel solo sentía mi boca chupando su verga que aun no reaccionaba después del orgasmo que había tenido, la fui limpiando despacio, lo oía gemir. En ese momento una nueva sorpresa apareció para él sin notarlo, otra lengua empezó a lamer su verga y las dos las recorrimos entera, obviamente lo notó y estiro sus manos, tanteando en la oscuridad, encontró mi cabeza y la de la otra mujer que ahora se comían su verga, tocó su cabellera rubia y abundante, su verga reaccionó de inmediato, poniéndose dura de nuevo, ambas se la comíamos toda, su verga siempre tenía una boca chupandola o lamiéndosela.
Entonces la rubia se montó en su verga y lo cabalgó fuerte, encendí la tenue luz y Manuel pudo verga esa preciosa rubia de larga cabellera, de grandes pechos que cabalgaba su verga dura, me pare sobre el sillón y me coloque sobre su boca, hundiendo mi concha sobre él, la rubia lamía mi culo y mis nalgas mientras estaba montada en Manuel y se devoraba su verga, sentir las dos lenguas lamiendo mis agujeros me hizo acabar fuerte, llenando la boca de Manuel y de la rubia con mis jugos que ambos se encargaron beber todos, al mismo tiempo que la rubia explotaba montada en su verga, termino de acabar sobre él y se levantó besándonos a ambos y salió del privado, entonces yo me volví a montar sobre Manuel aprovechando que él todavía no había acabado y lo empecé a cabalgar.
Entonces mientras lo cabalgaba, Manuel fue el que apagó la luz ahora y me dijo, es mi turno ahora de las sorpresas y entonces note como otra verga se deslizaba entre mis nalgas, apoyándose en la entrada de mi culito, me entregué totalmente y Manuel me clavó profundo por mi concha al tiempo que la otra verga se abría paso en mi culo, dilatándolo y entrando profundo, sentí algo de dolor pero el placer era mucho mayor y gozaba gimiendo fuerte. Noté las dos verga enterradas al fondo de cada uno de mis agujeros y empezaron a cogerme fuerte, profundo, con embestidas salvajes y duras, gritaba de placer, los dos macho me llevaron a acabar en un orgasmo infernal, intenso, fuerte, mi concha explotó en jugos y mi cuerpo se convulsionó.
Daba gritos de placer, gozando y disfrutando las dos vergas, que me seguían cogiendo duro y fuerte, sentí a los dos machos gemir y sus vergas hincharse dentro de mí, hasta estallar ambos llenando de leche caliente mi interior, sentía los chorros de leche golpear en mi interior, inundándome y llevándome a un nuevo orgasmo, tan intenso como el anterior. El otro macho se retiró, quede montada sobre Manuel, con su verga ahora blanda, pero aún dentro de mi concha caliente, nos quedamos así un rato, sintiéndonos, gozando el uno del otro, luego nos levantamos y nos vestimos, salimos del privado y al caminar sentía algo de la leche y de mis jugos correr por mi sexo y mis piernas, eran los rastros de una noche donde decidí dar algunas sorpresa, pero en la que también fui sorprendida y disfrute mucho con ambas cosas.
Hasta la proxima historia.