Sorpresa juvenil

No esperaba sacar tanto placer en las fiestas de una aldea.

SORPRESA JUVENIL

Esta es una historia verdadera que me ocurrió hace ya unos cuantos años, cuando yo solo contaba con 17 añitos y mis padres me llevaron a pasar unos días al pueblo donde vivía mi abuelo. Es una aldea muy pequeña donde por supuesto se conocen todos e incluso se conocen a los habitantes de las aldeas cercanas.

Por esas fechas eran las fiestas locales y había la costumbre de que los vecinos invitaban a toda la familia, entonces fue como conocí a varios chicos y chicas de más o menos mi edad y nos divertíamos como buenamente podíamos. El primer día fue una especie de toma de contacto de todos hasta que nos empezáramos a conocer, pero ya el segundo día empezábamos a fijarnos unos en otros a ver quien te gustaba o a quien gustabas.

Yo me fijé en una chica rubia de ojos verdes que por cierto estaba muy bien y tenía un par de años más que yo a la que por cierto yo también le gustaba, me di cuenta por unas miradas que me echaba, entonces fue cuando la noche del segundo día de fiestas le propuse dar un paseo por el pueblo, a lo que accedió gustosa. Estaba charlando con Eva que es como se llama y le dije que me gustaba mucho y que me gustaría darle un beso, ella sin mediar palabra me abrazó y nos fundimos en un largo beso. Nos fuimos calentando cada vez más yo tocándole las tetas y ella sobándome mi paquete, cuando le propuse el ir al pajar donde mi abuelo guardaba la paja para alimentar al ganado durante el invierno. Una vez allí me di cuenta de que no tenía ningún preservativo (menuda faena) diciéndome ella que no hacía falta que por esa noche no la penetraría por su vagina. Yo no era muy experto en las artes amatorias debido a mi corta edad, pero me moría de la excitación ya que la situación era muy erótica para mi.

Comenzamos a desnudarnos hasta quedarnos completamente en cueros, comiéndonos la boca como posesos y sobándonos hasta el último rincón de nuestro cuerpo. Comencé a acariciarle su entrepierna hasta que comenzó a jadear como una loca (cosa que me excitó aún más) comenzando a propinarle una buena comida de coño retorciéndose como una serpiente, diciéndome:

Me vuelves loca.

No pares, cómetelo todo hasta hacerme reventar de placer.

Soy tu perra y haré todo lo que tu me ordenes.

Acto seguido se corrió en mi boca convulsionándose increíblemente, entonces le dije:

Ponte de rodillas delante de mi como la buena perra que eres.

Chúpamela hasta que yo te diga.

Y mastúrbate con una mano.

Apenas terminé de decírselo ya se había tragado toda mi polla y me la estaba mamando como si se fuera a acabar el mundo, mientras que con la mano derecha se estaba masturbando al mismo ritmo. Debido a la superexcitación proferíamos palabras de lo mas obsceno como: soy tu semental y te llenare con toda mi leche, eres mi puta personal y yo tu follador etc., las cuales nos excitaban más.

Llevaba un buen rato chupándomela cuando sacándosela de la boca ella me dijo que quería que la follara por el culo, ya que su coño no podía ser follado por no tener preservativos. Lo que acepté gustoso, colocándola a cuatro patas apoyándola en unos de los paquetes de paja, empece a lamerle todo su culo y empecé a meterle primero un dedo luego dos para que de esa manera se dilatara un poco su agujero, confesándome Eva que no era la primera vez que tenía relaciones anales. Le coloque la punta de mi polla a la entrada de su culo comenzando a metérsela muy despacio, cuando no tenia metido nada más que la punta ella dio una fuerte culada clavándosela hasta el fondo, lo que a mi me hizo sentir un placer inusitado. Comencé a bombeársela como un loco jadeando los dos como nunca lo habíamos hecho, cuando ella me anuncia que se va a correr ... en ese mismo instante le solté dentro de su culo hasta la última gota de mi caliente leche.

Nos vestimos salimos del pajar dirigiéndonos a una fuente que había a las afueras para lavarme un poco la polla ya que estaba un poco sucia de su culo, Eva hizo lo mismo para así también refrescarse. Comenzándose a masturbar delante de mi, entonces mi polla comenzó a despertar de su "letargo" poniéndose muy dura otra vez, me la acaricié empezando a masturbarme yo también delante de ella. Eva se corrió y empezó a chupármela otra vez de una forma magistral, entre chupada y chupada me decía que quería tragarse mi leche que se la diera en su boca, cosa que obtuvo cuando mi excitación llegó al máximo, descargando toda mi corrida en su boca de la que no se escapó ni una sola gota.

Siendo ya las tres de la madrugada y como éramos unos chicos "muy buenos" nos fuimos para casa para que así ni sus padres ni los míos sospecharan nada.

Esos días que estuvimos en el pueblo fueron de lo más gratificantes sexualmente hablando. Pero no se acabaron hay los encuentros ya que siguieron.... pero esa historia la contaré en un próximo relato.