Sorpresa en las duchas de la piscina (P·2)
Finalmente ocurre aquello que tal vez podría haber sido evitable.
Primero
tendréis
que leer la parte anterior si
queréis
continuar con esta historia.
"Sorpresa en las duchas de la piscina (P·1)".
Y si ya lo
habéis
hecho. ¡Continuar leyendo!, si
queréis
saber lo que finalmente le ocurrió a Jorge con aquel hombre el cual solo era comparable con un toro. (En todos los sentidos).
Finalmente, me acabo poniendo de rodillas con una facilidad asombrosa, puesto que sabía
cómo
hacerlo sin ni siquiera pedirme
permiso
, por lo cual yo
deducí
que no era el primero que acababa cayendo en su “trampa”.
Después
, acabó
apuntándome
en la boca con aquel aparato,
donde posteriormente iba a meterlo, para así poder follarme la boca sin piedad, lo cual la primera vez que lo hizo, me lo metió tan de golpe que me dio una gran arcada, de la cual yo pensaba que iba a terminar
haciéndome
que vomitara; pero que conseguí controlar para que no sucediera.
Iván lo volvió a intentar un par de veces más pero cada vez
que lo
hacía acababa teniendo una arcada; lo cual hizo que Iván se enfadara
amenazándome
con
que,
si no me empezaba a controlar, lo
que me
iba a
hacer
iba a ser peor. Sus palabras me asustaron, a parte de su miembro que
también
lo hacía ya que alcanzaría unos 22 cm; pero como no me podía quejar puesto que el que saldría
perdiendo
soy yo;
tuve
que hacer de tripas de corazón; y así
conseguí
empezar a
metérmelo
en la boca sin tener ninguna arcada; incluso hasta empecé a
cogerle
el punto de placer; de manera que él lo notó y entonces
empezó a
acelerar el ritmo de la follada que estaba recibiendo. Aunque sus gemidos cada vez eran más audibles, por lo que en teoría yo no lo estaría haciendo tan mal.
Hasta que estuvo a punto
de correrse en mi boca, donde a partir ahí dejo de follarme la boca, para pasar a follarme algo más, algo de lo que me iba a acordar y de lo cual iba a rabiar de dolor, puesto que con semejante monstruo que le colgaba de entre las piernas lo mínimo que podría hacerme era partirme en dos.
Pero finalmente, ocurrió lo
inevitable
; me puso a cuatro patas debajo de uno de los chorros de una de las duchas ya que el agua y sus dedos iba a ayudar mucho a la faena que
él
tenía entre manos. Primero me metió un dedo; el cual yo lo sentí, sentí como poco a poco se abría paso en mi interior, lo cual me dolió algo. Por eso me dijo que si no
colaboraba
iba a ser peor. Así que me tocó apechugar con lo que parecía me iba a atravesar de un costado a otro.
Después me metió el segundo el cual me dolió un poco menos, gracias a que me había tenido que relajar
algo, si
no quería sufrir tanto y también gracias al agua. Poco después me metió el tercero el
cual,
sí
que me volvió a doler, como no me había dolido antes nada. Era como si me estuvieran atravesando con un palo de hierro al rojo vivo; pero al ver esta escena Iván solo se
rio,
con
una
pequeña
sonrisa que se dibujaba en su cara, provocada por
mi sufrimiento como si le gustara verme sufrir en aquella postura tan sumisa y entregada.
Y cuando ya me pensaba que no podría ir a peor cogió a su gran amigo y colocó su cabeza en mi agujero, el cual comparado con su grosor era
aún
demasiado pequeño para que pudiera entrar. Pero a él le dio igual, y paso directamente a ensartarme en todo aquel miembro.
El dolor era indescriptible, y con cada centímetro que
se
adentraba iba a peor. Pero al fin consiguió juntar sus huevos con mi culo, lo cual significaba que ya estaba totalmente dentro, lo que me proporcionó un gran alivio, durante un par de segundos. Hasta que Iván se puso en marcha y comenzó a embestirme lentamente, mientras poco a poco iba cogiendo velocidad; toda aquella sensación no me gustaba al principio, pero conforme me hacía al tamaño de su polla y al ritmo de sus embestidas. Me empezó a proporcionar algo de placer, el cual me sorprendió, puesto que después de todo lo que había sufrido, el pensar que pudiera tenerlo, y que cada vez se fuera aumentando; hasta el punto donde los gemidos
míos
y de Iván se
sincronizaron era indescriptible.
Lo
cual,
a Iván le gustó; tanto que le proporcionó un “plus” de ganas de romperme el culo, por lo que
empezó
a embestirme de una manera que yo nunca antes había visto ni mucho menos sentido. Era indescriptible, todo el placer me recorría por todo mi cuerpo, de manera que cada vez que sentía todo aquello saliendo de
mí
y luego nuevamente entrando, me hacía expulsar unos gemidos los cuales estaban desenfrenados.
Estuvimos alrededor de 30 minutos en aquella postura en la que Iván me tenía como su perra, y por desgracia para
mí
, eso me gustaba. Lo cual me proporcionaba la capacidad de haber estado allí arrodillado delante de él a su entera disposición, durante todo el día. Pero que finalmente no pudo ser, ya que poco tiempo
después
empezó a
vociferar que se corría.
Finalmente acabó soltando tres, cuatro, cinco,… hasta siete trallazos de aquella leche, la cual no paraba de
inundar
mis entrañas. Y que estas además de su palpitante polla hicieron que me corriera sin la necesidad de tocarme. Posteriormente Iván salió de
mí
,
dejándome
allí tirado en el suelo, donde solo podía notar aquel agujero que acababa de dejarme abierto, del que solo salía toda aquella leche de la que hace un momento me inundaba; a la par que yo seguía observando el techo con
una ligera sonrisa
, la cual hacía que se pudiera
vislumbrar
que estaba algo extasiado por lo sucedido.
Iván salió de allí sin dirigirme la palabra, casi porque me posiblemente me tire la mayor parte del tiempo tirado en el suelo puesto que estaba procesando todo lo sucedido. Hasta que me levanté, me
acabé
de duchar me puse la ropa; y fue cuando iba a salir de allí cuando me di cuenta de que Iván me había apuntado su número de teléfono.
Quien sabe a lo mejor era una señal divina.
Espero que os haya gustado y como siempre digo si
tenéis
algún consejo, ya sea para mejorar los relatos, o sobre que escriba sobre algún tema en concreto o que os ha gustado mucho
hacérmelo
saber.