Sorpresa

Ella lo dejaba entrever pero no daba el paso hasta que un día...

Esta es una historia normal. Aquí no se describen cuerpos exuberantes, ni pollas de 20 cm., ni ríos de semen. Es una historia con gente de la calle normal y corriente como la mayoría.

Todo empezó un día entre medio en broma medio en serio, mientras mi mujer y yo estábamos en la cama tocándonos y poniéndonos cachóndos, pues llevábamos unos días sin follar. A Elena le encanta inventarse historias en la cama, pues le excita muchísimo y a mí el continuarlas. Ese día ella interpretaba el papel de puta, a la cual yo había llamado por teléfono para que viniera a mi casa. En cuanto entro la cogi por detrás con violencia y le vende los ojos, atándole las muñecas a la espalda. Comencé a susurrarle al oído que de que seria capaz de hacer, a lo que me contesto que estaba dispuesta a todo con tal de darme placer. Así pues la lleve hasta la habitación robándola y diciéndole de todo, puta guarra, te vas a enterar de lo que es dar y recibir placer. Le subí la camiseta hasta el cuello y se la volví por detrás para que no se bajase.

En ese momento salio de otra habitación un buen amigo mío que permanecía escondido hasta que le hiciese la señal para que saliera, aunque desde su escondite podía ver todo lo que hacíamos, lo que le produjo una buena erección y un estado de excitación que yo nunca había visto en el. Ella al llevar los ojos tapados por la venda, no se percato de su presencia. Mientras Elena permanecía de pie con sus tetas al aire, y los pezones durísimos por la excitación. Alberto que así se llama mi amigo estaba inmóvil frente a ella sin saber que hacer, hasta que le hice un gesto para que rozara su lengua con los pezones de Elena, pues así ella no descubriría aun que era otra persona, y así lo hizo. Elena empezó a convulsionar de placer al rozarle los pezones.

Le hice para a Alberto y la cogi de la cintura poniéndola contra la pared., le desabroche los pantalones y la deje en tanga, poniendo su culo hacia fuera como mostrándome todo su bollo. Le indique a Alberto que pasara suavemente su dedo por encima del tanga a la altura del coño, y su sorpresa fue cuando al hacerlo noto que Elena estaba totalmente empapada pues me enseño el dedo y puede ver como brillaba. La dirigí hacia la cama y la senté al borde de ella, desatándole las manos aunque le dije que no las podría usar salvo para apoyarse. Entonces le acerque mi polla a su boca y de un solo golpe de la metió entera comenzando a hacerme una mamada que parecía la ultima que fuese a hacer. Alberto mientras no paraba de meneársela y la llevaba enorme. En ese momento le dije a Elena que se pusiera a cuatro patas en la cama pero que no dejara de chupar, y así lo hizo. Le pregunte como muchas otras veces que como le gustaría que otro le comiese bien el coño mientras ella mamaba y sacando un momento la polla de su boca me dijo, si y chapársela bien mientras me follas.

Así que le hice un gesto a Alberto para que le metiera mano por detrás. Se coloco si subirse a la cama para que no lo notara y comenzó a pasarle la mano por el bollo. Al principio hizo un gesto de retirarse, a lo cual yo le dije, tranquila zorra, que vas a gozar como nunca, y comenzó a mamarme la polla como una poseída mientras recibía el sobe de Alberto. Entonces ya se subió a la cama detrás de ella y la agarro de las tetas cogiendole los pezones, le quito el tanga y quedo sorprendido el coño tan rico que estaba viendo así como un ojete del culo que pedía a gritos su atención, con lo que comenzó a comérselo suavemente, respondiendo ella con empujones mas fuertes. Saque la polla de su boca y le pregunte, te gusta he puta? Estas bien cachonda zorra, esto no te lo esperabas tú. Ella gemía de placer e hice que Alberto se pusiera delante de ella, y le ordene que le comiera el rabo a mi amigo para que viera lo bien que lo hacia, y comenzó a mamarsela entre gemidos y contorneos de su cuerpo. Se la saco y me dijo, follame carbón quiero estar bien taladrada.

Me puse detrás suya le abrí bien el culo y me moje la punta de mi rabo, la puse contra su ano y empuje entrando de un solo golpe pero poco a poco ella se la iba clavando mas dentro. Yo estaba que me moría de excitación y mi amigo Alberto creo que se le habían vuelto hasta los ojos de gusto. Comencé a follarle el culo cada vez mas adentro y con las manos le agarraba bien la tetas amasándolas como si fueran globos, pellizcándole los pezones, pues le volvía loca. En ese momento le comencé a tocar el coño y lo tenia enorme completamente hinchado y empapado. En pocos segundos comenzó a gemir fuertemente sin sacarse el rabo de Alberto de la boca y a dar sacudidas con el culo contra mi rabo corriéndose como nunca lo había hecho.

Nosotros también estábamos casi a punto pero en ese momento se saco el rabo de Alberto de la boca y me dijo, quiero que me encule el un poco, yo le dije que se lo pidiera por favor a el, a lo que ella comenzó a suplicarle, por favor follame el culo, soy lustra zorra y quiero que me folleis los dos. Yo saque mi polla y le hice hueco a Alberto, poniéndome frente a Elena, pero hice que se tumbara boca arriba ella giro su cabeza y le metí la polla en la boca, Alberto comenzó levantándole las piernas hacia arriba y comiéndole un poco el coño, ella dijo excitadísima, follame ya cabron continuo mamandome la polla y Alberto le puso su capullo en el ano y de un pequeño empujón le metió toda la polla, la cual era un poco mas gruesa y larga que la mía y ella pareció volverse loca, Alberto le bombeaba con buen ritmo y ella comenzó a tocarse enérgicamente el coño que le chorreaba como nunca, al cabo de un par de minutos ella volvió a correrse y nosotros ya no podíamos mas.

Como ya tenia pactado con Alberto que no se correría dentro de ella si llegaba el caso, saco el rabo de su culo y se puso al otro lado del que estaba colocado yo, pajeandose y acercándole la polla a la cara. Ella nos cogio el rabo a los dos y comenzó a pajearnos metiéndose en la boca alternativamente nuestras pollas, hasta que nos corrimos casi al unísono, Alberto empezó primero sobre sus tetas y yo se lo lance a la boca.

Así acabamos, Alberto sin decir nada se levanto de la cama se vistió y se fue, tal y como habíamos acordado. Le quite la venda a Elena y le pregunté que le había parecido, me dijo estoy muerta pero he gozado como una perra. Le pregunte si le gustaría repetir otra vez y si no sentía curiosidad por saber quien era el otro, a lo primero me dijo que cuando quisiera y a lo segundo me dijo que solo le importaba que yo estuviese a su lado.