Sorpresa con el regalo de cumple a mi jefe
No sabíamos que regalarle a mi jefe y a un compañero se le ocurrió lo mejor
Como saben sigo trabajando de secretaria en el hospital, el mes pasado estábamos reunidas todas las chicas, cuarentonas la mayoría, y surgió el tema del cumple de nuestro jefe de piso, un tipo de lo más agradable y buen mozo, pero que es muy esquematizado, casi nunca sale con nosotros a comer en los mediodías, no va a casi ninguna fiesta y trata de no prenderse mucho en reuniones festivas.
No obstante es muy cariñoso con todos nosotros, y es de lo mas macanudo ante cualquier tipo de pedido que le hagamos, en definitiva no es de tomar la iniciativa pero cuando está en el baile, baila. El tema a tratar era el regalo, no teníamos ni idea de que fuera a necesitar, en la conversación estábamos Estela, Silvia, Norberto, Claudia su secretaria y Juancito el técnico, que pantalones no, que camisa no, ropa descartada, lapiceras, valijas todo fue dejándose de lado, llevábamos casi una hora y nada, hasta que Juan que tiene siempre alguna salida ocurrente comento que en reuniones de hombres, dos o tres veces había comentado que yo le parecía una mina que estaba muy fuerte por la edad y porque estoy todos los días de punta en blanco y hasta a veces muy sugestiva, pantalones ajustados minifalda ect.
Un poco en joda otro enserio Estela me dice, porque no le das una alegría, un toquecito de color a la relación y a su fantasía, el tema era como, no soy de irmeles encima, ni invitarlos a salir, eso no cuadra conmigo. Pero Juan tuvo una muy buena idea. El cumple de el es el Jueves le festejamos el cumple como corresponde y como es costumbre en el hospital, torta saludos regalos y todos a sus casas, el único comentario que surgió fue de Gustavo su amigo, y fue que le había parecido extraño el escueto regalo de sus compañeros, una lapicera, sabiendo él con los años que lleva en la unidad, que siempre los presentes son de mucho mas nivel.
Al día siguiente tenían guardia Francisco nuestro jefe, y Juan el técnico, hasta las 8 de la noche, menos cuarto para las 8 llega corriendo Estela buscando a Juan para que fuera a ver a Mercedes que soy yo, que había tenido un desmayo extraño, si la podía ir a ver, Juan accedió, ya terminaba la guardia, estábamos a solo 6 cuadras del departamento donde había sufrido la indisposición, y le pidió a Francisco que lo relevara con otro personal, no solo eso sino que conociendo a nuestro jefe sabíamos que lo acompañaría, se ofreció no solo a eso sino que los trajo al departamento no solo a Juan sino a Estelita también, ya en el lugar, Estela comienza el relato, estábamos tomando algo, y probándonos algo de ropa que habíamos comprado cuando me empecé a sentir mal, con mi celular y el de ella no conseguía comunicación y opto, por ir a buscarlos.
Yo estaba en la habitación cubierta con una manta, boca abajo, entran los tres Juan enseguida se arrima a la cama y comienza un largo interrogatorio de cómo me siento, que me duele, que síntomas tengo, todo muy apresurado pero sin rigor científico, ahi surge Pancho, y toma las riendas sabiendo que el otro es solo un técnico, cuando esta cerca de la cama Estela, me quita el cubre que tenia para que me pueda revisar bien, o sorpresa solo tenía puesta una tanguita celeste cola les, que realmente boca abajo dejaba ver un hermoso culo, yo tenía los brazos extendidos al borde de mi cuerpo y las piernitas un poco entreabiertas, Francisco explica que debe ocultarme de frente, Juan haciéndose el gentil se retira y le pide a Estela que lo ayude.
Yo ya estoy boca arriba, mi jefe sentado al borde de la cama, comienza a revisarme, Estela dice que va a comunicarse con su marido para avisarle que por este tema llegare más tarde, deja la habitación, cierra la puerta, cuando Francisco esta ocultándome el pecho comienza a notar mi excitación, mis pezones se endurecen y a cada roce de sus manos con mis pechos me estremezco y jadeo un poquito, le digo que me duele el bajo vientre, el comienza a presionar mi pancita, yo en un gesto para que trabaje más cómodo bajo mi tanguita dejando ver una concha muy bien depilada, cuando sus dedos acarician sin maldad tirito un poco, mi mano se posa sobre su entrepierna como si sintiera algún dolor, el me pregunta si realmente me duele, le digo un poquito, y a cada movimiento un poco más cerca de su pija, hasta que segundos más tarde, la tengo en mis manos y ahí noto una repentina excitación en el, se pone al palo en segundos, paso mi otro brazo por su cuello y lo traigo hacia mí, con un beso que lo estremeció por completo, FELIZ CUMPLE de digo, mira hacia la puerta que está cerrada, se incorpora, comienza a desvestirse, cuando solo le queda puesto el bóxer, me siento en la cama , el frente a mi paradito esperando busco su pija, la saco del bóxer, y comienzo una meme de aquellas, besito en la punta, pielcita para atrás otro besito en la punta descubierta, ahora una chupadita en los huevos, ahora el otro, trato de meterme un huevo en la boca, un mordisquito, vuelvo a su cabeza, ya está al repalo, tiene una cabeza como pocas, parece un hongo, me gusta es diferente, una pija muy gruesa, la introduzco en mi boca, la saco, ahora solo la cabeza entra y sale varias veces, y otra vez toda adentro, me toma de los hombros me recuesta sobre la cama, recorre mi cuerpo cien veces, con los ojos con las manos, con los dedos, los empieza a introducir en cada orificio que encuentra, muy dulcemente, me está excitando como nunca me había imaginado que lo podría hacer. Yo estoy con su pija en la mano intentando una paja, noto sus convulsiones a cada movimiento, freno lo dejo descansar, y disfruto de sus caricias y besos.
Hasta que con su mano separa mis piernas y comienza a subirse encima mío, yo no aguanto con una mano lo tomo de la nuca y dirijo para que me bese los pezones duros y excitados, con la otra mano tomo tu pija y trato de introducirla en mi concha rápidamente, él me toma de la mano y me dirige, lentamente hace que yo roce su pija con mis labios, entre los dos metemos su cabecita dentro de mi concha, y otra vez afuera, un poquito más y otra vez afuera, yo levanto en cada ocasión mi vientre para que el tiempo con esa pija adentro sea mayor, pero otra vez me la saca, hasta que de pronto, y de una vez al fondo con toda su fuerza, paso mis piernas por su cintura, y lo apreso como una tijera, trata de incorporarse como de escaparse, extiende los brazos, y me contempla, mira mis tetas, y parece que la visión de mis pezones como dos carozos de aceituna lo enloquecen, estoy casi en el aire, FELIZ CUMPLE, otra vez, y un gracias casi agónico entre mis jadeos fue la culminación un polvo magnifico sacado de la galera. Como comentario, digamos que mientras nos fumábamos un cigarrillo ya los dos relajados, escuchamos los gemidos de Estela y Juancito desde el living.