Sorpresa caminando por la playa

Sobresaltándome al sentir como sus manos magreaban mis nalgas, excitado, callas y dejas continuar, disfrutando de esas manos… uuummm!!. Manos que se deslizaban por la parte interna y entre mis glúteos, notando esté el efecto de sus caricias… uuuffff!!.

Sorpresa caminando por la playa

Mi relato… uno más, tan verídico como tantos, cuya lectura da tanto morbo relatarlas morbo como escribirla, pues me hace volver a acordarme y de paso vivirlas, dando nuevamente a un final feliz al menos por mí parte… aunque, espero que por vuestra parte lo sea también. Por eso mismo es mi deseo de hacérosla llegar, intentando plasmar cada minuto de cómo me ocurrió, donde se mezcla situaciones de todo tipo cuyo final no es otro que sexo. Como bien sabéis me inicie como hetero, no llegando yo durante mucho tiempo a tocar nada, sino simplemente me dejaba hacer, pues era eso precisamente lo que estos buscaban. No hay momento en que me estremezca con solo pensar en aquellos hombres, cuyas edades están entre mis padres y abuelos, aquellos que buscaban juventud de un cuerpo joven que mancillar y exprimir, disfrutándolo a su antojo y capricho. Aquí os plasmo mis experiencias y anécdotas, deseando que seáis tan participe como yo mismo, intentando involucraros lo máximo para que podáis disfrutar como yo disfrute. Teniendo que disculparme si a veces me dejo llevar… queriendo a veces plasmar las palabras a borbotones, cuyo sentido se pierde o cuesta entenderlo. Bueno dicho esto, comenzaré…

Mirad, mis padres son de aquellos de que veranean por la costa de Cádiz, aprovechando esas impresionantes playas, como Sanlúcar de Barrameda, Conil de la Frontera, Rota, Chipiona, Caños de Meca, Zahara de los Atunes, Tarifa, etc., pues son tantas que es difícil de mencionarlas. Pues mis padres tenían una casa comprada en un lugar de esto que claro está no voy a mencionar, lugar que desde aquí me gustaba caminar por las orillas ya sea en una dirección u otra. Donde me han ocurrido más de una cosa, cuyas experiencias como muchos suelen ocurrir, quizás más si caminas en dirección a Rota. Mirad, tendría diecisiete años de edad cuando me ocurrió, pues muchas son las experiencias que he tenido por dicha zona, zonas que depende más de los días siendo más factible de entre lunes y viernes y la hora. Os diré que está en concreto me ocurrió cierto día entre semana, día que tras realizar mis tareas domésticas y ayudar a mis padres me marchaba. Dejándome irme a la hora que sea pues saben que soy responsable, como tantas veces, solía coger mi mochila y echar esterilla, toalla, agua, crema solar, radio y auriculares, y pocas más. Comenzando a caminar hasta llegar a un acceso que da a la playa, acceso que hay muchos pero que este en concreto das por una pasarela a la misma playa.

Ese en concreto, cogí dirección hacia Punta del Candor, playa que está pasado Rota. iba caminando por la orilla de la playa, donde debo confesar que en más de una ocasión no llegaba a mi destino. No porque los kilómetros me lo impidieran, o por la misma marea al subir el agua, sino por ver hombres caminando por lo alto de las lomas. Personas que te miran y se tocan con descaro la entrepierna, gesto que es una manera de proclamar sus intenciones. Acabando por detenerme a un kilómetro de Rota, caminaba en dirección a la loma, deteniéndome y quedándome a los pies de está. Cogía mi esterilla y la colocaba sobre la arena, tumbándome sobre esta y me ponía a tomar el sol. Aprovechando la soledad de la zona para descansar, escuchar música y claro de tomar el sol, donde divisas no a muy lejos como hombres de todas las edades caminan hacia las lomas, subían por esta hasta acabar por desaparecer en las dunas.

Recuerdo una de tantas veces, recuerdo por el cual se originó, pues no paso en las dunas, sino a orilla de la loma de acceso, recuerdo que estaba tomando el sol cuando escuchas una voz…

  • “Te vas a achicharrar y no te pones algo”.

Abro los parpados y deslumbro una silueta de pie, apenas puedo ver quien era por el sol, pues me deslumbraba, acabando por decir…

  • “¿Cómo?”.

Replicando este…

  • “Te digo que te vas a quemar como te pongas algo”.

Te quedas un poco perplejo, pero le agradezco la advertencia, volviéndome este a decir…

  • “De nada, pero si no tienes crema solar te puedo prestar de la mía”.

Dude al principio, no dándome tiempo a contestarle, cuando coge y se puso en cuclillas delante de mí, mostrándome e ignoro si fue a propósito o no… su miembro erecto. Pues este se divisaba por uno de los perniles de su bañador, visión que me enrojeció, apartando la vista avergonzado, volviéndome este a decirme…

  • “E incluso si quieres te la podría echar yo mismo”.

Acabando por soltarle a este finalmente un ‘vale’ por mi parte, hombre al cual no conocía de nada, pero de una forma directa o indirecta me mostro sus atributos. Persona que no tardo demasiado en sacar el bote de leche hidratante de su bolsa, echarme sobre la espalda varios chorros de esa crema fría, comenzando a expandirlo a lo largo de cuello, hombros espaldas hasta el inicio del bañador, dando un salto por este y continuar por mis piernas. Sentía como mi corazón latía a mil por hora, nervioso y al mismo tiempo excitado, dándome cuenta la habilidad de este… ‘en esto de echar crema’.

Pero se le notaba que este tenía otras intenciones, sobre todo cuando descendió por mi espalda y en vez de detenerse en el bañador, cogió e introdujo las manos por debajo de este… uuummm!!. Sobresaltándome al sentir como sus manos magreaban mis nalgas, excitado… calle y le deje continuar, disfrutando de esas manos… uuummm!!. Manos que de vez en cuando se deslizaba entre mis glúteos, notando el efecto de sus caricias, sacándola finalmente ye continuar por mis piernas… uuuffff!!.

Comenzando a estar más tranquilo, pero poco me duro esa tranquilidad cuando este introdujo sus manos por el pernil de mi bañador, comenzando nuevamente a magrear mis nalgas… siendo ahora más contundente. Pues notas como su mano izquierda magrea mi miembro al tiempo que la derecha, ¡presiona mi orificio anal… aahhh!!, escuchándole decirme…

  • “Tú tranquilo… déjate hacer, ¡veras como vas a disfrutar… uuummm!!”.

Y claro esta me dejo, nervioso aunque no es mi primera vez, pero no entiendo porque motivo siempre me pongo igual, incluso tales es mi estado que llego a correrme sin necesidad de penetración… mmm!!. Pero cuando sentí como intento introducir uno de sus gruesos dedos en mi orificio, ¡emití un pequeño y bajo quejido de dolor… aaahhhyyy!!. Viendo este seguramente que aún no estaba listo, desistiendo en su empeño unos minutos sin dejar de pajearme con su mano izquierda, pues con la derecha acariciaba espalda y nalgas.

Observando cómo no deja de mirar de derecha a izquierda, mientras saca del interior de su bolsa algo, notando sus dedos entre la cinturilla de mi bañador y mis caderas y acabar por tirar de mi bañador hacia abajo. Mire hacia atrás sorprendido, viéndole como vertía el interior de un bote sobre varios de sus dedos, sintiendo al momento esos dedos sobre mi orificio anal… uuummm!!. Dedos que se ayudó para echarme un líquido viscoso entre mis glúteos, líquido que esparció entre mis glúteos, ¡sobre todo y haciendo hincapié en mi orificio… ooohhh!!. Dedos que inicialmente presionaba levemente, ¡sintiendo como poco a poco me fue entrando… ooohhh!!, primero uno y luego dos… uuuffff!!. Acabando por sacarlos y empujarme hacia un lado, acabando por colocarme de lado saliendo mi miembro como un resorte. ¡Tomándolo con una mano y comenzar a masturbarme… ooohhh!!, llegándole a escuchar…

  • “Uuuffff!!... qué bueno que estas cabron, anda recoge tus cosas y nos vamos arriba a las dunas, podremos estar más tranquilo”.

No haciéndole demasiado caso, pues no veía tan malo que me pajeara, no había gente a la que molestar, además las escasa personas eran más como nosotros. Volviendo a mirar de derecha a izquierda al tiempo que apartaba su mano de mi miembro, donde sin esperarlo inclino su cabeza hasta acabar por introducirse mi polla en la boca… uuuffff!!.

Joder me vi en la gloria, menuda boquita tenía ese cincuentón, buena edad que eche por su físico y cabellos plateados, hombre que me estaba haciendo ver estrellas, pero en esta ocasión de placer. Pues aquel dedo largo y grueso me hizo resoplar en más de una ocasión, no diciendo nada malo de aquella boca, cuya mamada me está proporcionando… aaahhh!!. Sacándose mi miembro de su boca, para volverle escuchar decirme…

  • “Venga… recoge tus cosas y nos vamos para arriba, te aseguro que estaremos más cómodo”.

Haciéndole en esta ocasión caso, recogí mis cuatro cosas y le seguí, subimos la loma hasta la zona de las dunas, donde se podía divisar a más personas, este se notaba que se conocía la zona. Pues nos adentramos unos metros, deteniéndonos a la sombra de un matorral, haciéndome ver que podría poner la toalla. Soltándome…

  • “Ya te puedes tender, vamos a continuar”.

Fui a echarme sobre la toalla, cuando me detuvo, cogiendo y soltarme…

  • “Espera unos minutos… esto te sobra, veras que ahora estaremos más cómodo”.

Dejándome todo cortado, cuando veo como sonriente me baja el bañador y acaba por quitármelo, dejándome totalmente desnudo. Me mira sonriente y comienza a acariciarme el pecho, diciéndome…

  • “Espera, no me he percatado en el pecho tan bonito que tienes, ¡y sobre todo ese culito tan blanco… uuummm!!”.

Comienza a acariciarme el vientre, pecho y pezones, descendiendo su boca hasta meterse uno en su boca, besa, chupa, lame y me da muerdos… ooohhh!!, al tiempo que magrea mis nalgas y comenzar dedearme… ooohhh!!. Tomar mi mano con la suya, tirar hacia su entrepierna, ‘obligándome’ a cogérsela y pajearle. Soltándome…

  • “Mira como la tengo, ¡cógela… no tengas miedo… uuuffff!!”.

De todas formas, no estaba tranquilo… no suelo estarlo, miraba a nuestro alrededor, descubriendo alguna cabeza de algún mirón, observando a no muy lejos alguno. No dando esté importancia a los mirones, quizás más por sentirse privilegiado al tener a un muchachito entre sus manos, muchachito que no era otra persona que yo. ¡Y que este me penetraba con uno de sus dedos hasta los nudillos… ooohhh!!, mientras disfrutaba de mi cuerpo joven y me ‘instruía’ en su masturbación. Acabando por decirme…

  • “Te atreverías a meterte mi polla en tu boca y darme una mamada”.

Acabado por aceptar al verme como me colocaba en cuclillas, tome las ‘indicaciones’ que este me decía, tome su miembro con una de mis manos y tímidamente comencé por lamidas a su glande… uuummm!!. ¡Continuando por lamer su miembro a lo largo de su tronco hasta los gentiles… uuummm!!, ascendiendo nuevamente hacia su glande, introducirme este una vez tras otra… aaahhh!!. Soltándole este…

  • “Creo que me has engañado, ¡tú de nuevo en esto como que poco… eeehhh!!”.

Teniéndole que explicar…

  • “Que va… me dejado llevar, te he visto como me la chupas tú y he recordado, como me lo hace mi novia”.

Mira el reloj de su muñeca, me la saca de la boca y me hace tumbarme, colocándome de lado, quedándose el de rodillas detrás, vuelve a coger el bote de antes, vierte un poco entre mis glúteos y con la ayuda de sus dedos, introduce ese líquido viscoso en el interior de mi orificio anal… aaahhh!!. ¡Mientras veo como desliza su otra mano por su tronco… uuummm!!, inclinándose y apuntando su glande hacia mi orificio, siento su glande entrar y presionar, entrando sin ningún tipo de problema hasta los genitales… aaahhh!!.

Avergonzado disfruto, digo avergonzado porque los mirones han aumentado, acabando por quedarse dos a escasos metros de nosotros, mirones cuyas pollas veo en sus manos… tallándolas, quizás con pretensiones de introducírmelas también… uuummm!!. El tío gime y suspira mientras me embiste, llegando a coger mi miembro en un momento dado, soltándome…

  • “Se te ha bajado completamente, vez… no vas a hacer una maricona, pues si estuvieras empalmado se podría decir que esto te gusta”.

No sabría precisar el tiempo que me estuvo follando de esa manera, pero yo juraría que llevaba casi media hora, cosa que después vez que no ha estado mucho más de diez minutos. Sacándola… me hace girarme, colocando de frente, cogiendo mis piernas y alojarlas sobre sus hombros, cogiendo su miembro y poner su glande en mi orificio, ¡empujándolo hasta sentir como me entra… aaahhh!!. Comenzando a follarme nuevamente e ir acelerando paulinamente hasta comenzar a gemir y soltar obscenidades, soltándome en un momento dado…

  • “Te voy a preñar… te voy a preñar… aaahhh!!”.

Momento en que caes en que este no se ha puesto preservativo, momentos que este no solo me lo hace saber sino sentirlo… ooohhh!!, chorros caliente que al menos dos o tres deja dentro de mí… aaahhh!!. ¡Echando el resto sobre mi vientre… uuummm!!, quedándose echado sobre mi… pecho contra pecho, sintiendo el peso de su cuerpo sobre el mío. Luego recuerdo que comenzó el interrogatorio, preguntándome…

  • “Estas de vacaciones aquí con tus padres”.

Responde tímidamente…

  • “Si”.

Volviéndome el a decir…

  • “Pues si vienes en esta dirección, quizás podamos coincidimos alguna vez si es sobre esta hora, volviendo a repetirlo… ¿Qué opinas?”.

Volviéndole a responder tímidamente…

  • “Vale”.

Dejando caer la coletilla…

  • “Y si vemos, podemos invitar a algún de estos… dos pollas para ti”.

Luego, tras darme el bañador y ayudarme a recoger, me acompaño a salir de la zona de las dunas, bajando loma a bajo y recomendarme darme antes un baño, recomendación que no era para otra cosa que quitarme el olor a macho y los restos de semen. Y luego tras la despedida y de camino a casa, caes que no se su nombre… aunque la verdad poco importa, piensas en la gran experiencia que he tenido… deseando repetirla nuevamente, acabando por dudar ante la propuesta de invitar a algún que otro. Idea que la verdad no soy muy receptivo, pues pone tanto al que lo propone como el que lo recibe, tener una polla en la boca al tiempo que otra por el culo… uuummm!!.

Bueno es hora de despedirse, puedo deciros y constatar que tuve dos encuentros más con esta persona, persona que no supe su nombre, pero el bien que me cato a su gusto. Hombre que acabo por traerse en el tercer encuentro un amigo suyo, amigo que no era otro que un militar americano de la base militar americana de Rota. Experiencia que no deseaba dejar escapar, por eso siempre he dicho que soy de esos que aprovecho en la manera de lo posible las oportunidades, oportunidades que claro está me refiero a una posible experiencia, no llamándola relación pues no busco tal sino el disfrute del momento. Bueno espero que les haya gustado y que hayáis disfrutado, espero vuestros comentarios, ya sea animándome a continuar, como críticas. Claro está, mi email es: jhosua 1974 @ gmail. com (obviamente… todo junto).