Sorpresa al regresar al hotel después de una boda
Venimos mi mujer y yo de un banquete de bodas, de madrugada. Pero en el hotel donde nos alojamos nos espera una sorpresa que nos mantendrá despejados el resto de la noche. Mi mujer sale corriendo desnuda del ascensor, un hombre desnudo la persigue hasta nuestra habitación y se mete dentro ¿Que hago?
Empezaré presentándome y presentando a mi mujer.
Tengo unos 46 años y mi mujer cuatro menos, es decir, 42.
No estoy precisamente delgado, pero soy bastante más fuerte de lo que aparento. Pelo castaño, con algunas canas y de un metro setenta y seis de altura.
Mi mujer tiene buenas tetas, nada caídas, buen culo y piernas. Pelo castaño y un metro sesenta y dos de altura.
Llevamos casados casi dieciséis años y tenemos dos hijos, la chica de quince y el chico de once.
Después de las presentaciones comenzaré a contar un hecho que nos ocurrió el pasado otoño.
Vengo con mi mujer de una boda.
Son las 4 de la madrugada, vengo cansado y algo borracho, he bebido más que de costumbre.
Hace meses que no follo con mi mujer, siempre tiene alguna excusa para no follar.
Llegamos al hotel, subimos en ascensor a nuestro piso.
Me doy cuenta que no llevo la tarjeta de entrada a la habitación, la habremos dejado dentro.
Estoy cansado y no me apetece bajar a recepción, por lo que ella malhumorada me da el abrigo y me dice que baja a por la tarjeta.
La digo que me siento en un sofá que hay a la otra parte del piso.
Voy hacia el sofá, desde allí veo todo el piso y los ascensores.
Me siento, adormilado.
La veo en el piso bajo, ya debe tener la tarjeta.
Llama al ascensor y lo espera.
Un hombre con traje entra de la calle, se acerca al ascensor donde ella espera.
Lleva la chaqueta en la mano, con el brazo doblado hacia atrás sobre el hombro.
Recuerdo vagamente haberle visto, aunque no recuerdo donde.
La puerta del ascensor se abre, primero entra ella, luego él, se cierra la puerta.
Al rato veo que se abre la puerta del ascensor de nuestro piso.
Veo que dentro hay movimiento, forcejeo, no sale nadie, la puerta del ascensor se cierra.
Me quedo estupefacto, entre sorprendido y dormido, esperando que se abra la puerta otra vez.
La puerta, veo que alguien sale corriendo del ascensor, desnudo, es una mujer, es ella.
Sale corriendo por el pasillo hacia nuestra habitación, lleva solamente las medias negras.
Me quedo atónito.
Veo que intenta abrir con la tarjeta que lleva en la mano, se cae la tarjeta al suelo, se agacha, la coje-
Veo al hombre salir corriendo del ascensor, desnudo, corre hacia ella.
Ella logra abrir la puerta de la habitación, entra, él corre detrás.
Antes de que ella acabe de cerrar la puerta, llega él, empuja la puerta, cede, se abre.
El hombre se mete corriendo dentro, la empuja a ella, sobre la cama.
Ella cae boca arriba sobre la cama, él encima.
La puerta se cierra, dejo de verlos.
Estoy atónito, paralizado, no me creo lo que he visto, reacciono.
Me levanto del sofá y voy hacia la habitación, cada vez más deprisa, corro.
Llego a las puertas, no recuerdo cual era la puerta.
Estoy aturdido, no se cual es la puerta.
Intento escuchar algo, no percibo nada claro.
Me acerco a una puerta, no oigo nada claro, luego a otra, nada, así a varias.
No se que hacer.
Estoy un rato paralizado, pensando que se están follando a mi mujer.
Reacciono, voy a pedir a recepción otra tarjeta para poder entrar a la habitación.
Me acerco al ascensor, sin parar de mirar hacia las puertas donde se están follando a mi mujer.
Llamo al ascensor.
Se abre la puerta del ascensor,
Allí están las ropas de mi mujer y del hombre.
Me quedo paralizado, es verdad lo que he visto: mi mujer desnuda corriendo por el pasillo y un hombre también desnudo corriendo detrás de ella para follársela.
Y ahora está follándosela.
La puerta del ascensor se cierra, y yo no he entrado al ascensor.
Toco otra vez el botón, la puerta del ascensor vuelve a abrirse.
Allí continúa la ropa, tirada en el suelo, en varios ovillos.
Entro en el ascensor.
Me quedo mirando las ropas de ella, sus zapatos de tacón, su vestido negro, su sostén y sus bragas.
La vuelvo a imaginar desnuda corriendo por el pasillo, solo con las medias negras.
Veo la ropa de él, su traje, zapatos, camisa, calzoncillos, botones.
Son los botones de la camisa de él, que se soltaron cuando se arranco rápidamente la camisa para que ella no escapara y poder follársela-
La puerta del ascensor está cerrada, yo dentro.
Recojo del suelo las bragas de ella, están rotas.
Se las debió arrancar cuando la desnudaba para follársela.
Me entra un ataque de rabia.
Toco el botón del ascensor para que se abra la puerta, se abre.
Salgo al pasillo, camino rápido hacia las puertas donde están follándose a mi mujer-
No se cual es, escucho, no oigo nada, ¿como es posible?-
Me doy cuenta que hay dos puertas que aíslan las habitaciones, una que da al pasillo y otra al hall de entrada a la habitación, y las puertas son gordas dificultando oír lo que ocurre dentro o fuera de la habitación.
Me dan ganas de chillar, de golpear las puertas, pero ¿cual es la de mi habitación?
Me doy la vuelta, camino otra vez hacia el ascensor.
Toco el botón, se abre la puerta del ascensor.
Allí continúa la ropa.
Entro en el ascensor, cojo la ropa de ella.
No quiero que nadie la vea, que sepa que la han desnudado y que la están follando.
Salgo del ascensor con ella, no se que hacer con ella, donde ponerla.
Veo la puerta que da a la escalera.
La abro, entro.
Dejo allí la ropa, en el suelo, en una esquina, hecha un ovillo.
Ahora ¿que?.
Pienso bajar a pedir la llave de la habitación, vuelvo a tocar el botón del ascensor, se abre la puerta.
Allí sigue la ropa de él, en el suelo.
La cojo con rabia, rápido, también sus zapatos.
La saco del ascensor, no se que hacer con ella, tirarla por el hueco del pasillo, caería en recepción.
Me doy cuenta que alguien puede estar mirándome, observándome desde otros pisos, estoy paralizado.
Miro a ver si hay alguien vigilándome, no veo a nadie.
Pienso llevar la ropa de él también a la escalera para que nadie la vea, que sepan que se están follando a mi mujer.
Voy otra vez a la puerta de la escalera, la abro.
Entro con la ropa de él en la mano, no se donde ponerla, que hacer con ella.
Voy a dejar la ropa de él en el suelo sobre la de ella.
Me imagino al hombre sobre mi mujer follándosela, una y otra vez, las tetas de ella moviéndose.
Me entra un ataque de rabia.
Tiro la ropa de él al suelo, la pisoteo, la pateo, la tiro por el hueco de la escalera.
Oigo el ruido de los zapatos cayéndose.
Me da vergüenza que alguien lo haya oído, me quedo quieto, escuchando, no oigo nada, quizá nadie me ha oído.
Me doy cuenta que tengo una erección descomunal, me da mucha vergüenza, ¿me gusta pensar que se están follando a mi mujer?, ¿me gustaría ver como se la está follando?.
Pienso que en la chaqueta estará el DNI del hombre que se la está follando.
Bajo rápido las escaleras, veo la chaqueta en el suelo, la recojo, miro en los bolsillos.
Encuentro la cartera del hombre, lo cojo, la voy a abrir, me doy cuenta que si alguien me ve pensará que estoy robando, me acusarían, pegarían y detendrían, mientras el hombre se folla a mi mujer.
Me quedo quieto escucho, nada, miro a ver si hay alguien observándome, nada.
Abro la cartera del hombre, veo su DNI, "José Reina", su foto, rubio con el pelo algo largo, el hombre que perseguía a mi mujer es rubio, pero su pelo ahora es corto, no se lo habrá cortado.
Es el hombre que se está follando a mi mujer.
Hay también dinero en la cartera, varios billetes de 50, 20 y de otro color, los cojo, pienso que soy un chulo, que cobro porque se follen a mi mujer.
Me da vergüenza, ¿que hago?, ¿dejo el dinero? ¿lo cojo?.
¡A la mierda!, ¡que se joda!, ¡no está jodiendo a mi mujer, pues yo le jodo a él como puedo!, ¡me quedo con el dinero!.
Dejo caer su carta al suelo y guardo el dinero en mi cartera.
Pienso en su DNI, lo cojo del suelo, vive también en Madrid, su calle, me guardo su DNI también en mi cartera.
Cojo su cartera otra vez para ver que más puedo joderle.
Veo tarjetas y demás, pienso en utilizarlas.
Imposible, soy muy torpe.
Las cojo paras tirarlas y romperlas.
Veo la tarjeta de una habitación, pero no se de que piso es.
Debe ser su habitación, pienso en ir allí, y romper todo lo suyo, destruirlo, y ¿si hay alguien allí?, ¿una mujer durmiendo en la cama?, entraría y me la follaría una y otra vez, unos polvos por otros.
Pero no se de que habitación es.
Recuerdo que se está follando a mi mujer y tengo que hacer por evitarlo.
¿Evitarlo?, pero si ya se la habrá follado un montón de veces, quizá ya se ha cansado de follársela y sale de la habitación.
Subo deprisa los escalones, llego a mi piso, abro la puerta, pero no hay nadie en el pasillo y no oigo nada, nada más que mi propia respiración.
Pienso otra vez en bajar a por la tarjeta de mi habitación, pero me figuro la cara del hombre de recepción cuando me vea sudando, con la ropa arrugada, la camisa por fuera, desencajado.
Intento colocarme la ropa, peinarme.
Voy a coger el ascensor para ver como estoy en el espejo, si se nota mucho como me encuentro.
Toco el botón del ascensor, se abre la puerta y entro, me veo en el espejo.
Intento arreglarme pero todo me delata, la cara, todo, pero si descanso, si espero más, a ella se la follarán aún más, ¿aún más?, pero si en este momento debe estar follada y más que follada, por todas partes, sobada, follada, enculada.
Ya no tendrá el hombre más esperma que soltar.
Doy al botón para bajar a recepción.
Bajo, se abre la puerta, no hay nadie, camino, me acerco a recepción.
No veo al hombre, no hay nadie en recepción, ¿estará dentro?.
Espero, no oigo nada, "Oiga", "¿Hay alguien que me pueda atender?", nada.
Espero un rato, habrá ido a mear, pasa el tiempo, no oigo nada, el hombre no viene, ¿estará cagando?, ¿durmiendo?.
Me acerco al baño, entro, no hay nadie.
Saco las tarjetas del hombre, menos su DNI y la tarjeta de su supuesta habitación.
Las retuerzo para meterlas en el wáter.
Pienso en mis huellas digitales.
Se follan a su mujer y le meten en la cárcel por ladrón y chulo que vende el cuerpo de su mujer.
Limpio las tarjetas retorcidas con papel del baño.
Luego las meto a presión en el water, hasta el fondo y tiro de la cadena, una y otra vez.
El inodoro se atasca, sale agua, me mojo los zapatos y los bajos del pantalón, me seco con papel como puedo.
Salgo del baño, voy a recepción, sigue sin haber nadie.
Voy detrás del mostrador, no hay nadie en la habitación de dentro, nadie, ¿que hago?, ¿esperar?.
En algún sitio pondrá cual es el número de mi habitación, ¿pero como entro si no tengo tarjeta ni se como conseguirla? , miro encima de las mesas, del mostrador, no veo nada que me de lo que quiero.
El ordenador está apagado, no hay nadie.
El hombre se ha ido y no vendrá hasta dentro de varias horas, y mientras tanto no puedo parar al hombre mientras se folla a mi mujer.
No se que hacer, subo otra vez en ascensor a mi piso.
Me acerco a las puertas donde se la están follando, no oigo nada, ni veo nada, espero, ¿que hago?.
Me voy al sofá desde donde vi como corría mi mujer desnuda, me siento y espero a que el hombre salga, ¿habrá salido ya mientras yo estaba en otra parte, en recepción, en el baño ...?
Tengo yo su tarjeta, quizá tiene él otra, o no es suya.
Me siento en el sofá, mirando hacia las puertas, me quedo adormilado.
De pronto oigo algo, me he dormido, abro los ojos.
Veo a un hombre que sale de una de las puertas, lleva un albornoz blanco, el del hotel y las zapatillas blancas del hotel.
Es él, el que se ha follado a mi mujer.
Ya se el número de mi habitación, la 416.
El hombre va hacia el ascensor, lo llama, la puerta se abre y el hombre se queda parado viendo que no está su ropa, entra en el ascensor, la puerta se cierra, lo he perdido, pero ¿que iba a hacerle?.
La puerta del ascensor se abre en el piso bajo y el hombre sale, ¿va a recepción a por su tarjeta?.
Así es, llega y no hay nadie más.
Yo voy hacia el ascensor, sin parar de ver al hombre, llamo al ascensor, viene, me subo y bajo, ¿que voy a hacer?.
La puerta se abre, salgo, no hay nadie en recepción, el hombre ha desaparecido, ¿se habrá ido a la calle?.
Creo que le oigo dentro del baño, voy hacia allí, deprisa, abro la puerta.
Allí está, reclinado sobre el inodoro, de espaldas, tiene las manos dentro del inodoro, está sacando sus tarjetas retorcidas, comienza a darse la vuelta hacia donde estoy yo.
Le pego una patada en la cabeza, le doy de lleno fuerte, pega contra el inodoro, salpica sangre.
Le pego más patadas, en la cabeza, en la espalda, en la cara.
Le piso las manos, la cabeza, paro, me falta el aliento, el hombre está en el suelo, retorcido, su sangre se mezcla con el agua, está quieto, ¿inconsciente¿?, ¿muerto?, ¿que he hecho?.
Estoy aterrorizado, le he matado, iré a la cárcel, ¿que hago?.
Hay una tarjeta de una habitación en el suelo, ¿se me ha caído a mi?, ¿es la de mi habitación?.
Miro en mis bolsillos, ahí está una tarjeta, hay dos, una es la de mi habitación, la cojo.
Veo arañazos en el cuello del hombre, esto no lo he hecho yo, ha sido ella para evitar que se la follara, abro más el albornoz, le veo la espalda, tiene un montón de arañazos sanguinolentos, hasta el culo, también ahí tiene.
Veo el cepillo para limpiar el inodoro, lo cojo, le abro los cachetes del culo y se lo meto por el agujero.
Gime, se agita, está vivo. ¡Hijoputa!.
Se lo meto y saco varias veces, como si estuviera follándomelo, lo estoy violando, es lo menos que se merece.
Está otra vez inmóvil, ¿inconsciente?, ¿disimulando?.
Cojo el albornoz y le tapo el culo y la espalda con él.
Salgo de allí, le dejo al hombre en el suelo, sodomizado.
Sigue sin haber nadie en recepción, no me detengo.
Subo a mi piso en ascensor, no hay nadie en el pasillo ni veo a nadie que me observe.
Me acerco a mi habitación, paso la tarjeta y la puerta se abre, empujo.
Hay luz en el dormitorio, una lámpara.
Hay alguien en la ducha, la puerta del baño cerrada.
Entro en la habitación, la puerta se cierra a mis espaldas, la oigo a ella en la ducha, "¿Has visto al cornudo durmiendo la borrachera en el sofá?".
Me quedo paralizado, ¿que ha dicho?, ¿cornudo, borrachera?.
Miro en el dormitorio, está todo desordenado, el colchón de matrimonio movido de su sitio, la cama deshecha totalmente, arrugada, almohadas en el suelo, un olor dulzón y a sudor, aquí se la han follado y bien follado.
Hay manchas de esperma en la cama, en el suelo, en todas partes.
Veo una de sus medias en el suelo, rota, con manchas de esperma.
La otra más lejos.
¡Y llevaba sin follar conmigo desde hace meses, la de pajas que me he hecho en este tiempo mientras esperaba follármela, a esperar que me dejara que me la follara!. ¡La muy puta!. Y ahora me llama cornudo borracho.
La oigo salir de la ducha, dice algo.
Estoy empalmado, totalmente empalmado.
El hombre llevaba la tarjeta de la habitación en el bolsillo del albornoz porque iba a seguir follándosela.
De pronto me doy cuenta que al hombre le he visto antes, ¿que hacía con traje viniendo por la noche al hotel?, venía de la boda, de la boda donde nosotros estuvimos.
¿Se conocían ya? ¿estaba todo preparado?.
No creo que estuviera todo preparado por los arañazos de la espalda de él, aunque ya mi mujer aprovecho para que se la follara bien, con la excusa de que la estaban forzando.
Me he quitado la ropa, estoy totalmente desnudo.
Ella se debe estar secando.
Me escondo para que no me vea nada más salir.
La oigo salir, entra en el dormitorio, me ve, se queda paralizada, pone los ojos como platos, la boca abierta, ¿sorprendida?.
Está totalmente desnuda, no la recuerdo con esas tetazas tan enormes y tan sabrosonas.
La agarro, la tiro sobre la cama, me pongo sobre ella.
La veo el conejito, abierto de par en par, dispuesto a recibir más polvos.
Me quedo sorprendido al ver que no tiene casi pelos, depilación brasileña, la muy puta, pero ¿para quien? ¿cuando se lo ha hecho?, ¿cuanto tiempo hace que no la veo el conejito?.
La sorpresa dura poco, la meto el rabo en el conejito, entra con una facilidad nunca vista, y empiezo el clásico baile del mete-saca, una y otra vez, con fuerza, ella se retuerce, quiere arañarme, pero la sujeto las manos, chilla pero da igual, si se la han follado durante horas y nadie ha dicho nada, ¿por qué va a ser distinto ahora?.
Intenta patearme, descabalgarme.
La subo una pierna sobre la cabeza, ahora las tiene las dos juntas a un lado.
La veo las nalgas, prietas, duras.
No paro de follármela.
La veo el otro agujero también dilatado, también por ahí se lo han metido, no voy a ser yo menos.
La saco del conejito y ¡ahí voy!, entro con todo, se agita pero aguanta y me la follo con ganas, hasta que exploto en un enorme orgasmo lleno de esperma y placer.
Pero que maravilla, ha merecido la pena tanta angustia, tanta espera. ¡Vaya señor polvazo!
Ya más tarde, duchados, salimos de la habitación.
Nos cruzamos con otra pareja, parecen muy cansados.
El hombre nos mira con odio, y comenta "¡Vaya noche que nos han dado, los muy hijos de puta!, ¡no han parado de gritar y follar desde las 4 de la madrugada!".
Así que nos hemos estado follando a mi mujercita toda la noche. Y extrañamente me siento feliz y orgulloso.
Pagamos en el hotel y salimos sin problemas.
Nunca volví a tener noticias del follador de mi mujer.