Sorprendido con la familia

Como cambia el concepto de tu familia cuando los ves en plena acción.

Casi todos los fines de semana, mi mujer (María) y yo (Carlos), acostumbramos a quedar para comer y jugar a las cartas o solamente charlar con la hermana de María (Carmen) y su marido (Oscar) con los que tenemos muy buena relación. Son mas mayores que nosotros, ella tiene 37 años y el 40, mi mujer 31 y yo 29.

La mayoría de las veces nos juntamos en su casa, pero la historia que os voy a contar ocurrió en la nuestra.

Un sábado primaveral nos llamaron a media mañana porque venían a comer. Como hacia tan buen día le comente a María que mejor comiéramos en el jardín y a ella le pareció genial, incluso comento que iba a cocinar algo mas sofisticado. Yo como siempre aproveché que María estaba en la cocina para conectarme un rato a páginas de relatos eróticos y estuve viendo algunos de intercambio de parejas (mi fantasía desde hacia algún tiempo), todo esto sin que mi mujer se enterara porque ella y en general toda su familia es muy puritana y no aceptarían nada de ese tipo (por lo menos eso pensaba yo).

Cuando ya tenia un calentón que me iba estallar el pantalón, salí de la habitación para que me diera un poco el aire y al pasar por la puerta de la cocina vi a María muy atareada con la comida. Sin que se percatara de mi presencia, me acerqué por detrás abrazándola y acariciándole los pechos por encima del delantal que llevaba y le dije que porque no hacíamos guarrerías antes de que llegara su hermana.

Ella me separó con el codo y dijo:

Joder Carlos, déjame terminar que tengo todavía mucha tarea y además siempre estas pensando en lo mismo.

En ese momento sonó el timbre y de mala gana fui a abrir disimulando mi erección. Era Carmen y Oscar, me quede un poco asombrado al ver a ella porque traía un top y un pantalón de licra ajustadísimo y con el cuerpazo que tiene deja sin aliento a cualquiera.

Que tal estáis. Acerté a decir mientras Carmen me abrazaba y me daba un par de besos.

Muy bien, espero que comamos en el jardín porque vengo preparada con el biquini para tomar el sol.

Saludé a Oscar y me fui con él al jardín para preparar un par de martinis.

Chicas queréis algún aperitivo. Dijo Oscar.

Hacednos un par de martinis, porfa.

Mientras Oscar preparaba las copas, me quite la camiseta quedando en bañador y me tumbé boca arriba en una hamaca disfrutando de los rayos del sol. Empecé a recordar los relatos que había leído en Internet y me imaginaba todas esas escenas pero cambiando los personajes por nosotros. Estaba quedándome dormido con aquella imagen cuando...

Paco, sé un poco discreto. Dijo María con cara de enfado y mirando a mis partes bajas.

Yo, saliendo del trance en el que me encontraba miré hacia abajo y mi bañador parecía una tienda de campaña, incluso tenia levantado un poco el elástico del bañador de la presión que hacia mi instrumento. Rápidamente me tapé con las manos y mire a los tres que estaban riendo y murmurando.

Perdonad pero es que me estaba quedando dormido y no me he dado cuenta.

Todos rieron mas fuerte. Carmen se acerco sin quitar la vista de mi paquete y me trajo mi copa.

Toma para que te enfríes un poco. Se giró mirando a María y dijo: Pero como le tienes así.

Calla que si por él fuera estaríamos todo el día enganchados como los conejos. Contesto en tono de burla.

Pues que suerte, porque a Oscar hay que pedírselo por favor, jajjaja

Oscar se acerco a Carmen la abrazó por detrás y le dijo:

Si me lo pides ahora no voy a decir que no

Pobre Carlos, solo faltaba que lo calentaras más

Se rieron los dos y se fueron a dar un baño en la piscina. Yo no podía quitar la vista de Carmen mientras se quitaba la ropa, quedando con un mini biquini que a duras penas tapaba sus pezones y su matita de pelo.

María se sentó a mi lado y también se puso a observar.

Esta parece una historia de las que lees en el ordenador

Yo me quede paralizado.

¿Cómo?

No te hagas el tonto, que he visto las páginas a las que te conectas.

Solo era por curiosidad. Respondí esquivando la situación.

Y con esta escenita que nos están regalando mi hermana, ¿se te pone dura?

Pues si te soy sincero si, la tengo durísima

María riendo acercó la mano y empezó a masajearme la polla por encima del bañador y mirándome con cara de viciosa dijo:

Quieres que haga una paja delante de ellos.

Yo no conteste y la dejé hacer para ver hasta donde era capaz de llegar con su hermana y su cuñado mirando. María sin cortarse metió la mano dentro del bañador y empezó a subir y a bajar muy despacio.

Cuidado que me roza con el elástico. Dije al notar el pellizco en el prepucio

Ella sin decir nada bajo el bañador hasta las rodillas y continuó con el masaje muy despacio.

Solté un gemido que oyeron mis cuñados perfectamente y al girarse vieron la escena que le estabamos regalando. Se acercaron los dos al borde de la piscina y se pusieron a observar como María me daba placer.

Carmen dijo: - Ahora soy yo la que se ha puesto cachonda, Oscar ¿Quieres que te masturbe también?

¿Pero delante de ellos?.

No me digas que ahora te va a dar vergüenza.

Salieron de la piscina y se sentaron en la hamaca de al lado sin quitar la vista de la tremenda paja que me estaba haciendo mi mujer. Oscar se tumbó boca arriba ya sin bañador y Carmen sentándose en las rodillas de él bajó la cabeza hasta su polla que era gigantesca no muy gorda pero por lo menos media 27 o 28 cm. Empezó a jugar con la lengua en la punta de la polla y de golpe se la metió toda en la garganta, le debía llegar hasta el esófago. María miraba a su hermana alucinada y dijo:

pero ¿cómo puede entrarte entera? Eso no lo había visto nunca.

Hermanita ¿Quieres que te enseñe?, Mira tienes que abrir la garganta todo lo que puedas ayudándote con la punta de la polla.

¿no te dan arcadas?

Un poco al principio pero te acostumbras, mira ven, prueba con la de Oscar que es mas fina y te entrará mejor.

María escandalizada me miró para ver que decía yo, pero viendo la oportunidad la empuje un poco para que pusiera la cara delante de la polla de Oscar. Solo acertó a decir:

Nos vamos a arrepentir de esto. Y acto seguido abrió la boca todo lo que pudo y se la metió hasta la mitad. Se notaba como le hacia tope en la garganta, su hermana la agarro por la cabeza y empujo mas hacia adentro provocándole varias arcadas.

Venga así, ahhhh María un poco mas adentro, hasta que llegue a los huevos. Que boca más rica tienes, uhhhhh. Jadeaba Oscar.

María empezó a coger ritmo y cada vez introducía un poco más aquella enorme verga, las tetazas le balanceaban de un lado a otro.

Carmen con una mano empujaba su cabeza y con la otra le retiró a un lado el biquini que estaba empapado y empezó a acariciarle el clítoris. María no puso ninguna resistencia pensando que era yo el que la estaba pajeando, gemía como una perra en celo.

Yo no me podía creer lo que estaba viendo, María comiéndose literalmente la polla de Oscar y su hermana haciéndole un dedo de campeonato mientras yo me pajeaba delante de ellos.

Mientras masturbaba a María, Carmen me miró con cara de viciosa y dijo:

Que pasa Carlos, ¿no me vas a comer el coño?, Deja ese rabo para mí y méteme la lengua hasta el fondo, cabrón.

Salte como un resorte hacia ella, y de un tirón le arranque la parte de abajo del biquini. Tenia el coño totalmente depilado, con unos labios tan grandes que le colgaban, los separé y me puse a jugar con la punta de la lengua en su clítoris.

Así, así, ábreme más el coño. – Ahhh que rico. – Mi hermana tiene que estar encantada contigo.

María levantó la cabeza para mirarme y al darse cuenta que su hermana la estaba metiendo los dedos en el coño, suspiro.

Ay zorra, encima eres bollera.

¿Es que no te gusta?. Dijo mientras empujaba los dedos mas adentro.

Si, sigue. Ahhhhh, no pares que me muero de gusto, ummm

¿Te gusta como te come el coño mi marido?

Me encanta, pero me apetece que me lo comas tu también.

María ya sin ningún tipo de pudor se tumbó boca arriba en el suelo y llamó a Carmen para que se pusiera encima de ella.

Ven aquí hermanita, siéntate en mi cara que te voy a limpiar ese flujo que tienes entre las piernas.

Carmen se colocó encima de ella en la postura del 69, mientras que le comía el coño, acariciaba con un dedo la entrada del culo que al poco empezó a dilatarse permitiéndole meter tres dedos. María empezó a convulsionar y gemir que se corría.

Oscar y yo observábamos masturbándonos sentados en la hamaca, cuando noto la mano de Oscar que me agarra la polla y empieza a subir y a bajar. No fui capaz de decir nada porque estaba a punto de correrme y me daba mucho placer. Cuando noto que me corría, se hincó de rodillas y se la metió en la boca. Cerré los ojos y me tumbé, un dedo de Oscar me buscaba la entrada de mi ano y al encontrarlo fue empujando poco a poco hasta meter la primera falange. Era un placer que nunca había experimentado. No pude aguantar más, me corrí en su boca con un dedo metido en el culo y gritando con cada espasmo.

Miré hacia las chicas y estaban con las piernas entrecruzadas, rozándose sus coños, sin perderse detalle de mi corrida, aceleraron el ritmo hasta que explotaron en un orgasmo simultaneo.

Oscar, todavía con restos de mi semen en la boca, dijo:

Que pasa, que nadie va a hacer que me corra.

Propongo que Carlos te coma la polla. Dijo María. Que quiero ver a mi marido comiéndose un buen pollón. Eso me pone muy cachonda.

Ni de coña, lo siento Oscar pero no voy a meterme tu rabo en la boca.

Pues si no lo haces, no te dejo que te folles a mi hermana. Y mientras decía eso le abrió las piernas a Carmen, le metió un dedo por el culo y otro por el coño, los sacó y se los metió en su boca para saborearlos.

Mira cariño que dos agujeros te vas a perder, con lo ricos que están.

Viendo esa escena se me puso dura otra vez, con resignación me arrodille ante Oscar, con una mano agarre su polla y con la otra le masajeaba los huevos, le pasé la lengua por la punta para comprobar a que sabia. No estaba malo, era un sabor un poco salado pero agradable. Me la fui metiendo poco a poco para darle el mismo placer que él me había regalado. Fui acelerando el ritmo acompañando sus caderas como si me estuviera follando la boca.

Ahhhhh me corro, cómeme el culo mientras me corro.

Abrí sus nalgas y metí mi lengua en ese agujerito. Estaba caliente y sabia muy raro pero me encantaba darle placer, empujaba hasta meterle toda la lengua y cuando estaba dentro la movía todo lo rápido que podía.

Las chicas viendo la escenita, habían cogido dos plátanos que había en la mesa para el postre y se lo metían la una a la otra a un ritmo increíble. No se veía casi las manos. María con la cara casi desencajada dijo.

Carlos, límpiale la polla y la barriga con la lengua y así probaras lo que es una buena corrida.

Te gusta verme comiéndome una polla, eh zorra, mira como limpio todo su cuerpo. Esta rica, ven a probarla. Yo mismo me sorprendía de las palabras que salían de mi boca.

María se acercó sin sacarse el plátano del coño, se arrodilló y se puso a chupar los restos de semen que tenia Oscar en la barriga, le baje mas la cabeza para que ella también le comiera un poco el culo y la muy viciosa lo devoraba. Oscar no paraba de gemir y su polla empezaba otra vez a ponerse dura.

Me fui hacia Carmen, que estaba sentada en una silla con las piernas totalmente abiertas y metiéndose el plátano hasta el fondo, me agarré la polla y apuntándole a la entrada del culo se la metí de un tirón. Soltó un grito de placer que me estremeció:

AHHHHHHH, cabrón como he deseado este rabo en mi culo.

Pues tómalo todo zorra y disfruta.

Agarraba sus pezones tirando hacia mí, cosa que le encantaba y ella se metió el plátano hasta que desapareció. De pronto note una lengua en mi culo. Mire y era mi mujer que me la metía desesperadamente mientras Oscar se la follaba a cuatro patas.

Carmen empezó a correrse con movimientos como poseída y quedo casi desmayada con el plátano dentro. Yo me coloqué debajo de María y mientras Oscar le perforaba el culo yo me follaba su coño. Los dos nos corrimos dentro de ella y al notar la leche como le ardía en las entrañas tuvo el mejor orgasmo de su vida.

Una vez recuperados, nos vestimos y estuvimos hablando de lo bien que nos lo habíamos pasado. Acordamos no decírselo a nadie porque no lo entenderían. En la conversación salió a relucir lo buena que estaba Isabel otra cuñada nuestra y que tendríamos que hacer para convencerla a que se uniera a nuestras fiestecitas privadas. Pero eso es otra historia...

Espero que os haya gustado y excitado o por lo menos que os haya servido para disfrutar de una buena paja. Si es así votadme y os contaré alguna que otra cosa que nos ha pasado.

Saludos a todos.