Sor... presa

Sara.-Me voy a correr otra vez, sobrino. No te corras dentro, por favor.

Delfín, un joven de 20 años 1.82 de estatura, moreno, de ojos azules, con cuerpo de culturista, y su tía Sara, 1.75 de estatura, 34 años, morena, de ojos negros y muy guapa, estaban en la sala en el mismo sillón mirando la televisión.

Sara.-¿A que hora llegaban tus padres a Londres?

Delfín.-A las ocho y media.

Sara.-Ya son las diez de la noche y aún no han llamado.

Delfín.-Se retrasaría el avión, o se olvidarían de llamar. ¿Sabes una cosa, tía?

Sara.-No, dime.

Delfín.-Me muero por saber que hay debajo de tus ropas.

Sara.-¡Un respeto, Delfín!

Delfín.-¿Sabías que hace años que me hago pajas pensando en ti?

Sara.-Lo que sé es que me voy para mi habitación.

Sara se levantó del sillón. Se oyó el trueno de una tormenta de verano. El fogonazo del rayo iluminó la sala décimas de segundo para pasar a la más completa oscuridad al irse la luz.

Delfín.-Voy a coger una vela a la cocina.

Usando la linterna del teléfono móvil fue a buscar la vela a la cocina. Al volver colocó la vela en un portalamparas y la puso encima de la mesita de la sala.

Delfín.-¿Quieres saber como me gano la vida, tía?

Sara.-Lo tuyo son las relaciones públicas, ¿no?

Delfín se sentó al lado de su tía y puso un video en el móvil. Era obvio que ya volviera la luz, ya que la televisión se volviera a encender. En el video salía Delfín haciendo un streap tease para unas chicas. Su tía vio su cuerpo diez, y al final del video su polla.

Sara.-¡¿Eres un puto?!

Delfín.-Play boy.

Sara.-Mi sobrino es un puto, ¡No me lo puedo creer! ¡¡Qué vergüenza!!

Delfín.-A mí me encanta mi trabajo. Mira esto.

Delfín puso otro video. Su video promocional. En el video se veía en cuestión de dos minutos, a seis chicas corriéndose mientras Delfín les comía el coño. A otras seis corriéndose mientras lo cabalgaban, a dos corriéndose al darle por el culo, y a una docena corriéndose debajo de él. El cámara enfocara bien las caras de las jóvenes al correrse y los dos coños al correrse mientras follaba a las chicas por el culo. Sara hizo la señal de la cruz.

Sara.-¡Eres el diablo! ¡¡Tenemos al diablo en la familia!!

Delfín.-¡Qué diablo ni que hostias! ¿Echamos un polvo?

Sara.-¡No, degenerado!

Delfín.-No se iba a enterar nadie.

Sara.-¡Dios lo ve todo!

Delfín-Entonces también verá que estás buenísima.

Delfín se echó encima de su tía. Buscó su boca. Sara le hizo la cobra. Le dio empujones para quitarlo de encima. La respiración de Sara, fuera con el miedo o con la excitación, estaba acelerada.

Sara.-¡Detente, diablo!

Delfín le levantó la ropa y forcejeando le quitó las bragas.

Delfín.-Estan empapadas. Te voy a comer el coño.  Abre las piernas.

Sara.-¡Jamás!

Delfín se arrodilló delante de su tía. Con las dos manos hizo fuerza para que abriera las piernas. No había manera de hacer que las abriese. Pero Delfín, era perro viejo. Puso música de Abba en el teléfono móvil.( Comenzó con la canción Mamma Mia) Delfín le quitó una de las zapatillas y comenzó a masajearle, besarle y lamerle los dedos de los pies, las plantas...

Sara.-No vas a conseguir nada, enfermo.

Después de besar, lamer y chupar cada centímetro del pie izquierdo, pasó al derecho. Sara ya tenía la voz entrecortada. Era evidente que le estaba gustando lo que le hacía su sobrino.

Sara.-No vas a conseguir nada.

Se oía Knowing Me Kmowing you, cuando Delfín subió besando el interior de sus piernas. Sara, recostada hacia atrás en el sofá, ya no lo intentaba separar de ella.

Sara.-No vas a conseguir que me entregue a ti.

Delfín, al llegar a las rodillas, quiso abrir las piernas de su tía. Sólo consiguió que las abriese un poquito. Metió su cabeza entre las piernas con mucha dificultad.

Sara.-No vas a conseguir que me rinda.

A Delfín ya no lo paraba ni un rayo cruzando la habitación.

Delfín.-Te vas a correr en mi boca aunque no quieras.

Sara abrió la piernas algo más. Delfín fue besando y lamiendo el interior de los muslos hasta cerca del coño. Le echó el aliento. Las piernas de Sara se abrieron de par en par. Ahora fue Delfín el que la hizo sufrir. Besó y lamió alrededor del coño peludo. Se levantó. Buscó la boca de su tía, mientras sonaba Chiquitita en el móvil. La encontró y se fundieron en un beso largó, muy largo. Le quitó la ropa y el sujetador. Le comío sus grandes tetas con areolas marrones y pequeños pezones. Sacó la polla y se la metió en la boca.

Sara.-Me estoy perdiendo.

Delfín.-No, te estás encontrando contigo misma.

Era la primera polla que veía y no sabía ni como cogerla. Hizo lo que pudo. Después, Delfín, se volvió a arrodillar. Lamió su coño empapado. Sara comenzó a gemir.

Sara.-Eres el diablo.

Delfín.-Eso dicen, que soy un diablo en la cama.

Delfín lamió el clítoris de Sara de abajo arriba. Fue acelerando los movimientos.

Sara.-¡Me voy a correr, Delfín!

Delfín.-Lo sé.

Sara, entre gemidos y convulsiones llenó la boca de su sobrino con el jugo de de su corrida.

Al acabar Sara de correrse, Delfín, la dejó descansar.

Delfín,-¿Te gustó?

Sara.-Lo precaminoso es lo que tiene, que gusta.

Delfín-¿Arrepentida?

Sara.-En caliente, te digo que no, pero sé que en frió lo voy a lamentar.

Delfín.-Entonces mientras las cosas están calientes te voy a hacer el completo.

Sara.-¿Y eso qué es?

Delfín.-Oral, vaginal y anal.

Sara.-No, Delfín, me dolerá.

Delfín.-Si te duele paramos. Voy a buscar crema.

Volvió Delfín con la crema para follarle el culo a su tía.

Delfín.-Ponte a cuatro patas en la alfombra, tía.

Sara se puso a cuatro patas. David puso su polla en la entrada del coño, que goteaba jugo. Empujó y no entraba. Untó su polla con la crema. Tuvo que ir muy despacito. Le metió el glande. Sara se quejaba con el dolor. Le metió la polla hasta la mitad. Al sacarla vio sangre en su polla. Había desvirgado a su tía. No era el primer virgo que quitaba. La folló suavemente durante más de veinte minutos hasta qiue el dolor dio paso al placer.

Sara.-Me voy a correr otra vez, sobrino. No te corras dentro, por favor.

Sara, al correrse, tembló como un árbol azotado por un temporal. Delfín, esperó a que acabase, quitó la polla del coño. La volvió a untar de crema, que al mezclarse con el jugo de la corrida de Sara, hizo un lubricante excelente. Le metió el glande en el culo a su tía y se corrio dentro. A Sara, le gustó.

Sara.-Métela más... más... más...

Delfín, mucho después, acabo dándo caña al culo de su tía, ya que ella se lo pedía.

Sara.-¡Más fuerte! Maaa. ¡¡Se me va la vida!! ¡¡¡Ooooooooo!!!

Sara tuvo un orgasmo anal con el que sintió un placer tan fuerte que se derrumbó sobre la alfombra y se desmayó.

Al volver en sí, Sara, se volvió a poner el hábito y la toca, porque sor.. presa. Sara, era sor Sara.

Se agradecen los comentarios buenos y malos.