SONIA (Las perversiones de Sonia 8)

Sonia y sus invitados siguen divirtiéndose con sus criados cada vez con más sadismo.

SONIA (Las perversiones de Sonia 8)

Los esclavos se esforzaban en arrastrar con todas sus fuerzas, y muy a pesar del dolor que les debía producir, los 12Kg de cemento amarrados a sus testículos y fustigados constantemente por Sonia, Olga, Adriana, Luisa Mari y Richard.

Las pesas que colgaban de sus anillados pezones no hacían más que aumentar su prolongado sufrimiento.

Con sus pollas y coños  al aire, en el otro extremo de la sala, les esperaban las Amas y Amos que deseaban ser estimulados oralmente por ellos.

-         ¡Vamos!. ¡Gandules!. ¡Parecéis tortugas!. Vociferaba Adri, la bellísima mulata, azotando con saña la espalda de los criados.

-         ¡Jajajajajajajajajajaja!!!!!!. Olga reía locamente mientras golpeaba con furia a los siervos y pataleaba de vez en cuando sus traseros.

Los entregados criados, sumisos vocacionales, intentaban no defraudar a sus Dueñas y Dueños compitiendo duramente entre ellos para ser los primeros en alcanzar los órganos sexuales de sus Señores y Señoras, hacer que se corran en sus bocas y así recibir el preciado premio que suponían las sobras de la comida de sus Divinas Diosas/es.

-         ¡Zas!.¡Zas!.¡Zas!. ¡Jajajajajajajajajajajajaja!!!!. Se tronchaba Sonia mientras fustigaba sádicamente a los sufridos esclavos. Alguno de ellos con las pelotas completamente amoratadas e hinchadas por el enorme esfuerzo que realizaban con ellas, tirando de la cadena que les unía al pesado bloque de cemento.

-         ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!. Chillo dolorido un pobre sumiso que marchaba decidido hacia su objetivo cuando la malvada Olga descargo su peso encima de la pieza que arrastraba provocando una repentina frenada con un fuerte tirón en sus huevos.

-          ¡Zas!. ¡Zas!. ¡Zas!. ¿Que te ocurre?. ¿Porque te paras?. ¡Perro!. ¡Jajajajajajajajajaja!!!. Descargo divirtiéndose su fusta en las nalgas del esclavo.

Costo tremendo esfuerzo, sudor y alguna que otra lagrima, pero el primer esclavo llego a pegar su extenuada boca en la polla de Javier, que animado mostraba una tremenda erección.

-         ¡Chupa!. ¡Gusano!. Grito Sonia amarrando al esclavo por la cabeza y obligándolo a tragar la gruesa polla del apuesto Amo.

La lengua del sumiso recorría frenéticamente el tieso miembro para lograr que su Amo alcanzara cuanto antes un feliz orgasmo.

-         ¡UUUUUaaaaaaaaaaa!!!!!!. Bramo dolorosamente el sumiso.

Sonia follo al esclavo introduciendo uno de sus afilados tacones en el agujero de su culo.

-         ¡Por favor!. ¡Ama!. ¡Se lo suplico!. ¡Piedad!. Imploro el criado desamparando por unos instantes el pene de Javier.

-         ¡Paf!!!. ¡Paf!!!. ¡Quien te has creído que eres!. ¡Basura inmunda!. Chillo Javier al ver desatendida su magnifica polla dando un par de bofetones al criado

-         ¡Jajajajajajajajajajaja!!!!!. ¿No te gusta que te de por el culo?. Sonia seguía desgarrando con su tacó metálico de fina aguja el sensible tejido de la mucosa anal del esclavo, produciéndole intencionadamente importantes y dolorosas heridas.

Javier no tardo en vaciar su leche en la cavidad bucal del criado. Tras suyo, Sara, la hermosa rubia de ojos verdosos, soltó sus flujos vaginales en la boca de otro sumiso en medio de fuertes alaridos de placer mientras era azotado sin parar por la cruel Olga.


-         ¡Una vez seleccionados los cinco machos!. ¡Pasemos a las hembras!. Apunto Sonia bastante animada y visiblemente excitada.

El siguiente juego consistía en montar a lomos de las criadas, fustigándolas para hacerlas correr al máximo hasta la meta, donde les esperaban otros selectos coños y pollas que debían animar hasta hacerlos eyacular.

Los esbirros prepararon a las jamelgos con sillas de montar, correajes e introduciéndoles por el ano unas gruesas pollas de silicona a modo de cola.

-         ¡Al capado también!. Ordeno Sonia burlándose de su aspecto con grandes carcajadas.

Las esclavas estaban ya listas y puestas en línea. Sonia, montando a caballo de la sufrida asiática, dio la señal para empezar la prueba.

-         ¡Zas!. ¡Zas!. ¡Zas!. Rosalí, la impresionante chica morena de rasgos mestizos de origen cubano, se ensañaba con su fusta azotando y clavado las espuelas en las posaderas de una de sus particulares sumisas. ¡Galopa!. ¡Burra!. ¡Jajajajajajajajajajaja!!!!!.

Al igual que los criados eran también enormemente molestas y dolorosas las pesas colgadas en los anillados pezones de las esclavas.

Cada una de las sumisas intentaba llegar primera a la meta, por dos importantes razones:

Acabar con los azotes y encontrarse entre las cinco afortunadas finalistas en dar placer a sus Diosas/es y recibir como premio  la tan deseada comida.

El delicioso coño de Mistress Torres esperaba deleitoso la lengua de una esclava para ser adorado. Cuando ante Ella llego la china montada por Sonia.

-         ¡Veo que tienes el coño listo!. ¿Verdad?. ¡Querida!. Sonia largo su lengua hasta rozarse con la de la diabólica Mistress Torres.

-         ¡Lo tengo mojadísimo!. Contesto la rubia punki tirando de las riendas de la esclava hasta pegarle la cara a su encantador sexo.

La lengua de la sumisa batallaba para ser de las agraciadas elegidas que podrían probar bocado después de largas horas en ayunas.

Desgraciadamente para ella, la asiática no logro hacer eyacular a la punki.

-         ¡Sonia!. ¡Esta vieja paralítica no sirve ni para lamer coños con eficacia!. Dijo la punki visiblemente enojada. ¡Creo que tendríamos que darle su merecido castigo!. Continúo Mistress Torres.

-         ¿Que clase de castigo le aplicamos?. Apunto con picardía la hermosa Sonia.

-         ¡Que tal si le amputamos la lengua!. Propuso con gran crueldad y salvajismo la rubia Mistress.

-         ¡Jajajajajajajajajajajajajajaja!!!!. ¡Me parece perfecto!. Contesto efusiva Divina Sonia.

La Señorita Blanco llamo entonces a dos de sus esbirros.

-         ¡Fijar la boca a esta vieja inútil con una mordaza!. Ordeno la imperiosa Sonia.

-         ¡No!. ¡No!. ¡No!. A  la asiática tan solo se le acudía articular con sus labios la negativa, acompañada de bruscos movimientos de su cabeza para impedir que los forzudos matones lograran insertar la mordaza en su boca.

-         ¡Jajajajajajajajajajajajajaja!!!!. ¡Jajajajajajajajajajajajajaja!!!!.  Reían divertidas contemplando sus maldades las dos bellas Damas que seguidamente se les unieron a Ellas la mayoría de invitadas/os para ver in situ la aplicación de tan bárbaro castigo.

-         ¡Divina Majestad!. ¡La mordaza esta lista!. Se dirigió a Sonia postrándose de rodillas a sus pies uno de sus fieles lacayos mientras el otro amarraba con fuerza a la china por los brazos.

-         ¡Bien!. ¡Cari!. ¡El placer es tuyo!. Comento Sonia a su amiga punki mientras que con unas tenazas tiraba forzando la lengua de su esclava hacia al exterior de la boca dejándola a merced de la afilada navaja que empuñaba la sádica Mistress Torres.

Con el beneplácito de Sonia, la guapa rubia dio un tajo en la lengua de la china quedando una parte sujeta a las tenazas que sujetaba la no menos sádica Señorita Blanco.

-         ¡Sublime!. ¡Ha sido Sublime!. Gritaba la punki con una cruel expresión en su linda cara y secundada por Sonia que también se carcajeaba de su maldad.

-         ¡Aaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!. Chillaba o aullaba la china sangrando a borbotones por el trozo de lengua que aun le quedaba, hasta que el insoportable dolor hizo que se desvaneciera.

-         ¡Como chilla!. ¡Parece un cerdo!. ¡Jajajajajajajajajaja!!!!. Apunto Sonia seguido de grandes risotadas.

-         ¡Magnifico!!!!. Aplaudieron el resto de perversos espectadores.


Rosalí empezó a esparcir por los brillantes suelos de parqué los restos de comida que aun se encontraban encima de la mesa.

-         ¡Jajajajajajajajajajajaja!!!. Jovial y divertida se reía desenfrenadamente la escultural cubana de media melena negra, enseñando unos perfectos y blancos dientes realzados por sus labios granates. ¡Que lo coman directamente del piso como perros que son!!!!!. Grito muy alterada.

A Ella se unieron, derramando comida por los suelos, Robert, Sonia, Adri y Olga.

-         ¡Comer!. ¡Comer!. ¡Cerdos!. Gritaban obligando fusta en mano a un grupo de sumisos y sumisas a succionar con sus bocas los restos de la suculenta comida desparramada por el ahora mugriento suelo de la sala.

-         ¡Zas!. ¡Zas!. ¡Con la boca!. ¡Perro estupido!. Grito Olga, que se encontraba ahora entre ellos, azotando y  pataleando a su sumiso que pretendía llevarse con las manos un cacho a la boca.

-         ¡Lame mis suelas!. ¡Perra!. Vociferaba la linda mestiza cubana a una de sus esclavas metiéndole en la boca la suela de sus mules pringada de restos de comida. ¡Jajajajajajajajajajajaja!!!!!!.

Luisa Mari, la glamorosa Dama de cabellos rojizos y ojos atigretados, cabalgaba a lomos de una de sus particulares esclavas espoleando y azotando sus nalgas.

-         ¡Galopa!. ¡Jamelgo!. ¡Galopa!. ¡Jajajajajajajajajaja!!!!. Vociferaba y se carcajeaba a la vez.

La esclava, a la cual no se le había permitido comer absolutamente nada, era fustigada con dureza por su cruel Amazona obligándola a recorrer a cuatro patas de un lado a otro del inmenso salón todavía sucio de restos de comida.

Sus rodillas se mostraban amoratadas, empezando a brotar sangre de ellas, debido a las lesiones producidas por el roce de su frágil piel con el suelo.

-         ¡Relincha!. ¡Relincha!. ¡Potranca!. ¡Relincha!. ¡Zas!.¡Zas!.¡Zas!!!!. ¡Jajajajajajajajaja!!!.

-          ¡Iiiiiiiiiiiiiiii!!!!!. Procuraba la sumisa complacer a su Dueña.

-         ¡Mas fuerte!. ¡Relincha mas fuerte!. ¡Jamelgo!. ¡Zas!. ¡Zas!. ¡Zas!.

-         ¡IIIIIIIIIIIIIIIIIiiiiiiiii!!!!!!!.

La Amatiraba con fuerza de las riendas de su montura, sujetas con unos garfios a ambos costados del interior de sus mejillas, causándole sangrantes y dolorosas heridas en la boca.

-         ¡Zas!. ¡Zas!. ¡Jajajajajajajajajajajaja!!!!!!. ¡Vamos jamelgo!. ¡Galopa!. Gritaba Luisa Mari clavando las espuelas que llevaba fijadas en sus altas botas de cuero negro en las carnes de la infeliz sumisa y riéndose placenteramente sin parar.

-         ¡Relincha!. ¡potranca!. ¡Relincha!!!!. ¡Zas!.¡Zas!.¡Zas!. ¡Jajajajajajaja!!!!!.

La bella Dama monto a la esclava hasta agotarla físicamente, quedando tirada en la superficie y extenuada completamente.

-         ¡Levanta!. ¡Jamelgo!. ¡Levanta!. Chillaba Luisa Mari fustigando y dando puntapiés con sus formidables botas de caña alta a su fiel esclava.

-         ¡No sirves para nada!. ¡Inútil!. Clavo entonces sus afilados tacos en los pechos de la sierva.

-         ¡Ah!. ¡Aaaaaaaaaaa!. ¡Por favor!. ¡Basta!. ¡Se lo suplico!. ¡Ama!. ¡Tenga piedad!.

Luisa Mari ando unos pasos y se acuclillo encima de los finos tacos de aguja de sus relucientes botas.

De su culo empezó a brotar unas largas tiras de oscuros y pastosos excrementos y de su vulva un largo chorro de amarillenta orina impregnando aun mas el ya sucio y grasiento suelo.

Luisa Mari lucia desnuda su esplendido cuerpazo, adornado con un brazalete en el antebrazo a juego con un pomposo collar de brillantes, se alzo y contemplo risueña la marranada que groseramente acababa de cometer.

El pequeño brillante que embellecía su hermosa cara, estratégicamente situado encima de sus carnosos y rojizos labios y ligeramente desplazado hacia la derecha, destellaba trazos de fina luz al son de las grandes risotadas que alocadamente radiaba la escultural Señora.

La fusta que sujetaba con sus finos dedos acabados en largas uñas grana y lujosamente adornados de anillos impacto nuevamente en las nalgas de su esclava.

-         ¡A que esperas en limpiar mis desechos!. ¡Asquerosa potranca!. ¡Zas!. ¡Zas!. ¡Zas!. ¡Zas!.

La sierva aun cargando con la silla de montar y demás utensilios, se lanzo impulsivamente a lamer las heces y chupar con su boca la orina de su Ama.

-         ¡Jajajajajajajajajajajajaja!!!!!!. ¡Parece que tienes hambre!. ¿Verdad?. Dijo burlona la perversa Luisa Mari.

-         ¡Querida!. Intervino Sonia también sonriente. ¡Aquí te mando a una especialista en limpieza!. ¡Jajajajajajajajajajaja!.

-         ¡Como gustes!. ¡Sonia!. Contestola Damade cabello rojizo.

Sonia despojo la capucha que ocultaba el rostro a la esclava que se desplazaba de rodillas pegada siempre a su lado, teniendo que aguantar en sus manos la bandeja con su copa de licor y unas rallas de fino polvo blanco.

Mi asombro fue enorme. ¡Era Felisa!.

-         ¡Vamos!. ¡Chacha!. ¡Limpia tu también!. Grito Sonia señalando los excrementos a la vez que le propinaba un empujón en la espalda con sus altísimos stilettos.

La bandeja rodó por los suelos esparciéndose el licor de la copa y la coca que había en ella.

-         ¡Perra inútil!!!. Grito nuevamentela SeñoritaBlanco, esta vez azotando aun con más saña a mi “ex”.

Felisa, que también debía hacer horas que no probaba bocado, se tiro de lleno a competir con la otra esclava comiendo y chupando los desechos de la guapa Luisa Mari.

-         ¡Jajajajajajajajajajajajaja!!!!. Reían divertidas Sonia y Luisa Mari junto a las demás Damas y Caballeros observando la indignidad, la infamia y degradación a que sometían a sus serviles esclavas.

-         ¡Limpio!. ¡Lo quiero totalmente limpio!. Les decía Sonia entre burlas y risas.

-         ¡Zas!. ¡Zas!. ¡Zas!. Luisa Mari se empleaba para divertirse fustigando las nalgas a las dos sumisas.

Mis ojos no daban crédito a lo que estaban viendo. Felisa completamente dominada, denigrada y humillada convertida en esclava de mi Señora.

Increíblemente la atractiva mulata tenía otra vez su polla erguida y buscaba desesperadamente un agujero para saciar su apetito sexual y ello lo encontró en el mojado coño de Luisa Mari, muy excitada después de ensañarse cruelmente con su sumisa.

Las dos viciosas zorras follaban mientras la esclava, antes castigada y finalmente despojada del capuchón, chupaba el fino tacó aguja como si de una polla se tratará y lamía y relamía las botas de su Ama.

-         ¡Quiero que dejes mis botas completamente resplandecientes!. ¡Desperdicio!!. Grito Luisa Mari a su sumisa.

-         ¡Déjala!!!!. ¡Si no cumple la torturaremos!. ¡Jajajajajajajajajajajaja!!!. Dijo entre risas y gemidos la despiadada trans.

Luisa Mari ponía una morbosa cara de guarra depravada mientras Adri bombeaba con su enorme rabo negro el delicioso y rasurado coño de la Dama de cabellos rojizos.

Sus tetas se movían en cada embestida, sus lenguas recorrían sus lindos cuerpos. La trans se corrió en el interior del coño de Luisa Mari que gritaba de enorme placer.

-         ¡Abre la boca!. ¡Esclava!. Luisa Mari forzó a su sumisa a limpiar de su coño la leche de la bella mulata.


En un rincón de la amplia sala, Sonia había hecho construir una pequeña pista de baile rodeada de anchos y cómodos sofás de piel negra y repleta de grandes espejos encuadrados en unos recargados marcos dorados.

Del techo colgaban grandes bolas cristalinas que emitían rayos de múltiples colores de luz según el foco que las alumbraba.

Por unos potentes bafles de la sala sonaba “Rabiosa”,  al son de esta sensual melodía Rosalí y Sara bailaban lascivamente pegadas.  Sus coños se rozaban con fogosidad; sus pezones, firmes y erectos, se friccionaban al ritmo de sus obscenos movimientos. Con las manos se manoseaban lentamente sus estupendas y voluptuosas nalgas.

Las dos bellezas se acariciaban con las puntas de sus lenguas y se morreaban lujuriosamente.  Sus hermosos ojos permanecían clavados mirándose la una a la otra con pasión, hasta que al final, en medio de la pista de baile, terminaron por hacerse el amor.

Javier, el amante de Olga, vistiendo unos ajustadísimos pantalones de cuero negro y gorra de plato como la de Sonia y Sara. Se lo montaba con Richard, el sádico y fibroso rubio varón que lucia torso desnudo y totalmente depilado, un diminuto tanga de cuero negro tapaba su enorme rabo y calzaba unas altas botas de montar.

Juntos se daban los picos sentados en los confortables y mullidos sillones del lujoso rincón.

Javier se puso en pie y Richard fue en busca de su sumiso capado que arrastro como un perro atado a una cadena, al cual obligo violentamente con sus potentes y musculosos brazos a lamer la suave piel de los pantalones de cuero que cubrían el paquete que marcaba la gruesa polla de su querido galán.

-         ¡No sigas!. ¡Que me voy…..aaaaaa…..!.  La polla de Javier estaba a reventar.

-         ¡Javier!. ¡Estas imponente!. Dijo Richard pasando su lengua por los pezones del presumido Javier.

Los dos pibonazos se morrearon mientras la mano de Richard masajeaba la dura polla de su apuesto amante, sus tórridos y sedosos cuerpazos se enlazaron en un sin fin de carantoñas y manoseos.

-         ¡Lubrica el culo de mi chulazo!. Vociferó Richard forzando la cabeza de su sumiso hacia el ano de Javier obligándolo a lamerle su atractivo agujerito.

-         ¡Mete tu asquerosa lengua en el culo y chupa!. ¡Chupa!. ¡Perro!.

Los fibrosos machos se manoseaban sus duras pollas hasta tenerlas completamente duras. La lengua de Javier recorría el lóbulo derecho de Richard adornado con un pendiente de aro dorado.

Richard dio por el culo a Javier y Javier ensarto su miembro en la boca del esclavo que tenia arrodillado frente suyo.

Javier bombeaba con fuerza la boca del sumiso al ritmo que Richard lo hacia en su culo.

-         ¡Así se folla, con vicio, con fuerza, sin noñerias!. Dijo con la voz entrecortada por los espasmos de placer el libertino Amo gay.

Javier se corrió en la boca del esclavo y Richard en el interior del ano de Javier.

-         ¡Jajajajajajajajajajaja!!!!. ¡Maravilloso Richard!. Exclamo Javier visiblemente extenuado dando un calido beso en la boca de su amante.

-         ¡Chupa!. ¡Perro!. ¡Chupa!. ¡Nuestras pollas!. Gritaba Amo Richard fustigando al fiel sumiso que permanecía arrodillado a sus pies.

-         ¡Ahora limpia con tu mugrienta lengua el culo de mi chulo!. ¡Escoria de mierda!. Ordeno chillando el musculoso Amo gay al pobre esclavo capado.


Sonia ordeno liberarme de las argollas que me mantenían sujeto a la mesa de tortura. El escozor de mis nalgas y espalda debido a los múltiples azotes, no era nada comparado con el daño que me hacia mi brutalmente violado ano.

Mi “esposa”me condujo a cuatro grapas hasta el rincón de los sofás, donde Ella se acomodo en un ancho canapé cruzando sus maravillosas piernas.

-         ¡Adórame!. ¡Esclavo!. Yo permanecía postrado a sus pies y cumpliendo sus deseos empecé besando y lamiendo sus pomposos stilettos.

Una encapuchada esclava se acerco andando sobre sus rodillas portando una bandeja con una copa de wisky, situándose a un costado de mi Ama.

Sonia saboreaba lentamente y relajada la copa de licor. Cuando un joven de porte latino, moreno, con el pelo engominado se acerco a Ella llevando a su lado encadenada por el cuello a una perrita sumisa de rasgos aborígenes.

-         ¡Señorita Blanco!. Sonia estaba con uno de sus enguantados brazos estirados reposando encima del respaldo del mueble, levanto su linda cabeza hacia él y sonrió.

-         ¡Vázquez!. Expreso Sonia sonriente y sorprendida .¡Que bueno que vino!. ¡Celebro que aceptará mi invitación!.

-         ¡Siéntese!. ¡Señor Vázquez!. Hablo Sonia en un tono muy cariñoso.

-         ¡Por favor!. ¡Señorita!. ¡Permítame!. Antes de tomar asiento el dandi en cuestión hizo un gesto o lo que Sonia respondió estirando su enguantada y anillada mano. El joven rindió caballerosos respetos ala SeñoritaBlancobesando gentilmente el anverso de la mano. Sonia acepto risueña tal demostración de cortesía.

El Señor Vázquez se sentó al lado de la bella Señorita Blanco. Sin decir palabra, su esclava, empezó a lamer los zapatos de su Amo.

-         ¿Va a tomar algo?. ¡Caballero!. Pregunto mi hermosa Diosa.

-         ¡Lo mismo que Usted!. ¡Bella Señorita!. Respondió Vázquez

-         ¡Has oído!. ¡Muévete!. ¡Inútil!. Grito Sonia a la esclava que le servia de reposa vasos postrada a su lado.

-         ¡El servicio esta cada vez peor!. ¡Jajajajajajajajajajaja!!!!. Comento Sonia irónicamente a su galante acompañante que se unió carcajeando al cruel comentario.

La sumisa, desplazándose siempre sobre sus rodillas, volvió casi al instante portando en su bandeja una nueva copa de licor con hielo para el bello latino.

-         ¡Señorita Blanco!. ¡Que tal si cerramos el trato del que tanto le he hablado por teléfono!.

-         ¡Jajajajajajajajajaja!!!!. Y… ¿Cual ganancia obtengo?. Pregunto Ella.

-         ¡Bien!. ¡Que le perece un treinta!.

-         ¡Demasiado poco!. Contesto Sonia.

Yo seguía aun besando y lamiendo sus zapatos y escuchando atentamente, pero sin intervenir en la conversación que Sonia mantenía con su apuesto interlocutor.

Todo y ser el administrador de los múltiples negocios dela Divina, no sabia en aquellos momentos de que tipo de transacción estaban hablando, ya que a veces era la misma Señorita quien personalmente negociaba por cuenta propia. Casi siempre transacciones poco claras relacionadas con drogas u otras ilegalidades que proporcionaban a Sonia importantes ganancias.

-         ¿Un cuarenta?.

-         ¡Esto esta mas bien!. ¡Señor Vázquez!.

-         ¿De acuerdo?. ¿Entonces?.

-         ¡Digamos que……!. En cuanto a beneficio económico ¡Sí!.Dijo Ella sonriente.

-

¡

Entonces!. ¿Que desea?. ¿Puedo complacerla en algo mas?. ¡Señorita Blanco!.Hablo Vázquez con el fin de convencerla y cerrar definitivamente el acuerdo.

Sonia miro de reojo y con malévola sonrisa al apuesto chulazo mejicano y dando un pequeño sorbo a su copa de wisky replico:

-         ¡Quiero que sacrifique a su esclava en mi honor!. Expreso con linda cara de viciosa pervertida frunciendo la nariz y señalando a la sumisa que en aquellos momentos estaba postrada a los pies del galante latino.

Me estremecí ante tan cruel exigencia por parte de mi Divina Ama. Vázquez quedo blanco, mudo, sin saber que decir.

-         ¡NOOOOOOO!!!!. ¡Mi Amo!. ¡Se lo suplico!. ¡Esto NOOOOO!. Imploro la sumisa al oír semejante proposición besando al Caballero impetuosamente sus brillantes zapatos.

-         ¿No estará hablando en serio?. ¿Verdad Señorita?.

-         ¡Jajajajajajajajajajaja!!!!!. ¡Claro que hablo en serio!. Dijo Sonia estrictamente.

-         ¿Acaso no cree Usted que mi endiosada y augusta persona merece que se le honore con un sacrificio?. Añadió vanidosa i engreída la esbelta Señorita Blanco.

Vázquez quedo silencioso por unos instantes, supongo que en aquellos momentos paso por su cabeza la transacción que estaba a punto de cerrar y que debía de reportarle grandes sumas de dinero.

-         Si con esta condición….., cerramos el trato.¡Acepto!.

Sonia maliciosamente sonriendo movió afirmativamente la cabeza.

-         ¡Trato hecho!. Contesto el latino golpeando su copa con la de Sonia.

Sonia vislumbraba satisfacción por todo su sensual cuerpo. Sus bellos ojos, sombreados por la visera de la temible gorra de las SS junto a sus eróticos labios expresaban complacencia sin límites.

-         ¡Y que mejor manera de cerrar el trato!. ¿No cree?. ¡Latino!. ¡Chin!. ¡Chin!. Ahora fue la bella Señorita Blanco quien golpeo su copa con la del atractivo morenazo.

Al verse perdida y abandonada por su Amo, la infeliz esclava no le quedo otro recurso que suplicar clemencia.

-         ¡NOOOOOOOO!!!!!!!. ¡Mi Amo!!!!!!. ¡NOOOOOO!. ¡Se lo suplico!!!!. ¡NO quiero morir!. ¡Tenga piedad de mi!.  ¡No quiero morir!. Los ojos de la esclava se llenaron de angustiadas lágrimas.

Sonia descruzo las piernas dejando a la vista su depilado y mojado clítoris.

-         ¡Cornudo!. ¡Chupame el coño!. Ordeno imperativamente mi Divina Ama.

Así que con la lengua recorrí sus excelentes piernas hasta alcanzar su divino monte de Venus.

Lamí y bese su entrepierna antes de dedicarme de lleno a su excitante órgano genital.

-         ¿Pensaste en algo?. Pregunto el galán a Mi preciosa Diosa.

Con semblante pensativo, Sonia reposo su barbilla en la palma de su enguantada mano e introdujo su anillado dedo meñique en la boca y graciosamente sonriendo se acerco al oído del elegante latino y le susurro algo en la oreja, al instante el chico también sonrió placenteramente.

-         ¿Sabes?. ¡Tus crueles deseos me gustan!. ¡Hay que ver lo cachondo que me ponen las chicas malas y perversas!. Manifestó Vázquez.

-          ¡Jajajajajajajajajajajaja!!!!!!. ¡Jajajajajajajajajajajajajajaja!!!!!!. Arrancaron a reír los dos jóvenes bellezones.

A indicación del atractivo latino, dos fornidos sicarios que le acompañaban, se acercaron y se llevaron, no sin antes forcejear, a la pobre esclava.

-         ¡Mi Amo!. ¡Clemencia!!!!. ¡No me dejes!!!. ¡NO quiero morir!!!!!. ¡Te lo suplicoooo!. ¡No me dejes!.

-         ¡Me juraste fidelidad eterna!. ¡NO!.  ¡Paf!. ¡Paf!. Dos bofetadas impactaron en sus  mejillas. ¡Así que obedece!. ¡Perra!. Dijo el Amo a su sumisa.

Su angustiada y llorosa voz fue alejándose de la sala a medida que los dos guardaespaldas se la llevaban a rastras.

Los confortables sofás de cuero negro fueron llenándose de invitados que tomaban asiento para saborear sus copas y fumarse relajadamente un cigarrillo.

Siempre asistidos por sus sumisos y sumisas que arrodillados a un costado servían como reposa vasos, cenicero o para estimular oralmente el sexo de sus dueñas y dueños.

No tardaron mucho en volver los dos rústicos matones llevando agarrada en medio de los dos a la desdichada sumisa.

Un ceñidísimo collar que oprimía desmesuradamente su garganta era la única pieza que cubría un pedazo de su piel.

La cabeza totalmente rasurada acrecentaba aun más la humillación a la que estaba siendo sometida la esclava aborigen.  Las manos esposadas a la espalda y los tobillos encadenados tocándose el uno contra el otro.

Los esbirros la arrodillaron a los pies de Sonia.

-         ¡NO quiero morir!. ¡Mi Amo!. ¡Tenga clemencia!. ¡Se lo suplico!. Seguía implorando terriblemente angustiada la joven nativa.

Agarrandola por la cabeza el guapo joven la levanto del suelo.

-         ¡Chupa mi polla por ultima vez!. ¡Perra!. El latino desenbragueto su tieso miembro y lo introdujo con fuerza en el interior de la boca de la temerosa sumisa, que chupaba la polla de su Amo como si de un helado se tratara.

-         ¡Jajajajajajajajajajajaja!!!!!!. Reía pérfidamente la Señorita Blanco.

Antes de eyacular, el latino retiro la polla de la boca de su esclava.

-         ¡Amordazarla!!!. Con un seco grito ordeno a sus esbirros.

-         ¡Espera!!!!. Intervino Sonia decididamente.

Un dorado chorrito de orina emanaba del deleitoso coño de Divina Sonia llenando una  larga copa de fino cristal que la arrodillada esclava sujetaba pegada a la vulva de la Señorita Blanco.

Sonia, levantándose de su aposento, obligo, taponando la nariz con sus enguantadas manos, a beber a la condenada.

-         ¡ Bebe mis meados!!!!!. ¡Perra esclava!!!. ¡Jajajajajajajajajaja!!!!. ¡Será lo ultimo que degustarás antes de morir!!!!.

-         ¡Jajajajajajajajaja!!!!!!. Se burlaban los comensales congregados a su alrededor con la humillante gracia dela SeñoritaBlanco.

Entre sollozos de desespero la infeliz esclava se vio obligada a tragar el caliente líquido que Sonia frívolamente vertía en su boca.

-         ¡Amordazarla!!!!!. Ordeno ahora Ella con posado severo e impiadoso.

Con el ácido y saladito sabor de la deliciosa orina de mi Ama en sus paladares, los sicarios taponaron con una bola de castigo la boca de la esclava que no dejaba de derramar lágrimas expresando con su mirada un miedo atroz.

Los dos matones subieron a pulso a la chica encima de una mesilla sobre de la cual había depositado un bloque de hielo de unos veinte centímetros de grosor por unos cuarenta de ancho.

La obligaron a reposar sus descalzos pies encima de él, ataron la cadena que unía el ajustadísimo collar asfixiante que aprisionaba su garganta a otra que colgaba del techo, tensándola hasta forzar a la reo a permanecer aparatosamente erguida, pero con los pies completamente planos sobre el bloque de hielo.

La dorada argolla en el techo, la reluciente cadena que colgaba de ella, el bloque de hielo, nada parecía improvisado y es que más tarde me entere que Divina Sonia tenía previsto ejecutar a la China por su inutilidad, pero el repentino desvanecimiento de la asiática después de la amputación de la lengua hizo que finalmente tuviera que cambiar sus planes.

Pero el mojado y Divino coño de la Señorita Blanco no estaba dispuesto a dejar pasar la oportunidad de poner en práctica una fantasía que hacia tiempo venia estimulando su libido y opto por realizarla con la joven esclava propiedad del Señor Vázquez.

Toda la operación era seguida con sumo interés por las sádicas/os Damas y Caballeros asistentes. Sobre todo por Sonia, que se deleitaba realizando semejante suplicio, que antes había visto y excitado con ello en una película de cine, en donde “Ilsa” una cruel comandante nazi practica como diversión este método de tortura a una de sus prisioneras.

-         ¡Sublime!. ¡Soberbio!. ¡Sonia!. ¡Esto es insuperable!. Expreso Adriana risueña y divertida.

La bellísima mulata acerco sus carnosos labios a la boca de Sonia y le dio un suave morreo que Sonia respondió dándole también su calida lengua.

Un potente foco de luz alumbraba como una espeluznante escultura a la torturada esclava  obra dela SeñoritaBlanco.

Golpeando suavemente la fusta contra una de sus enguantadas manos, Sonia contemplaba ufana como el rostro de la condenada reflejaba angustia y desconsuelo por el terror que le producía enfrentarse a una muerte cada vez mas cerca.

-         ¡Zas!. ¡Zas!. ¡Zas!. ¡Zas!!!!. Los azotes de Sonia golpearon con dureza las nalgas de la desgraciada esclava.

-         ¡Jajajajajajajajajaja!!!!. La despiadada y hedonista Olga se unió a Ella azotándola también con otra temible fusta.

-         ¡Zas!. ¡Zas!. ¡Zas!. ¡Zas!!!!. Un severo azote de Sonia y seguidamente otro de Olga y así hasta hacer enrojecer las posaderas de la esclava.

De vez encunado, debido a la virulencia de los golpes, los pies de la condenada resbalaban de la superficie helada quedando por unos momentos colgada en el aire. Cuando esto ocurría, dos sicarios se apresuraban a colocar de nuevo a la esclava en su lugar para evitar una muerte prematura.

La Señorita Blanco quería prolongar al máximo el sufrimiento y la tortura a la desdichada sumisa.

-         ¡Aaaaaaaaaaa!!!. Unos acallados lamentos salieron de la amordazada boca de la esclava cuando Sonia apago en sus nalgas repletas de trazos ensangrentados una cigarrita que se fumo mientras contemplaba a Olga castigarla sádicamente.

Engreída y orgullosa, con una hermosa expresión de tigresa excitada, Sonia se acerco al atractivo y moreno latino, que vestía camisa blanca transparentando un sugerente y fibroso torso depilado y unos ajustados finos pantalones que marcaban glúteos y un potente paquete en su pene.

Sonia y Vázquez se miraron con pasión. Ella coloco su mano tras la nuca del latino y lo acerco hacia sus encantadores morritos, momento en que se besaron y ensalivaron ardientemente los labios.

El joven mejicano se dejo llevar por la pasión que emanaba del sensual cuerpo de la hermosa Señorita Blanco, envolvió con sus manos el culito de Sonia masajeando las divinas nalgas de la preciosa Dama.

Enardecidos, ambos se comían a chupetones el uno al otro. La fina piel de napa de los ajustados guantes de Sonia, adornados con gruesos anillos y de un selecto brazalete, acariciaba la erecta polla y la sedosa dermis completamente rasurada de los testículos del guapo latino.

-         ¡Cariño!. Con dulce voz Sonia se dirigió a mí. ¿Te gustan las sorpresas que he preparado para nuestra noche de bodas?. ¡Jajajajajajajajajajajajaja!!!!!!!. ¡Lastima que tuviera que castigarte por tu mal comportamiento y no puedas gozar de ello!. Dijo burlescamente refiriéndose a la funda metálica que oprime dolorosamente mi pene. ¡Jajajajajajajajajajaja!!!!!!!!!.

Sonia disfrutaba jocosamente de mi humillación y entrega sin límites.

-         ¡Quizás!…. ¡Sí te portas bien!……¡Te permita luego hacerte una paja lamiéndome los pies!. ¡Jajajajajajajajajajajajajaja!!!!!.

(Continuará)