SONIA (Las perversiones de Sonia 11)

La hermosa y tiránica Sonia disfruta lujuriosamente del placer carnal con sus amantes y ricachonas e impúdicas amigas humillando a la vez a sus adictos esclavos.

SONIA (Las perversiones de Sonia 11)

Me apresure a levantarme del suelo y andar ante Ella para abrir las puertas que se encontraban a su majestuoso paso. Ya en la habitación, el fibroso machote yacía tumbado boca abajo y medio cubría su musculoso cuerpazo con unas lujosas sabanas de raso negro.

La Señorita Blanco avanzó deprisa, y sin despojarse de su batín ni de las altas zapatillas, se subió a la ancha cama de mullido colchón de silicona y perfilada con una fabulosa cabecera de figuras doradas.

Sonia se sentó sobre la espalda de su chulazo inclinándose hacia adelante hasta que sus erectos pezones, acompañados de un largo collar de brillantes, entraron en contacto con la suave piel del fornido muchacho, empezó entonces con ellos unos lentos masajes de arriba hacia abajo que hicieron electrizar al apuesto varón.

Yo me situé al lado de la puerta, firme y con las manos enguantadas frente a mis genitales.

La refinada Señorita Blanco acerco lentamente su deliciosa boca a la oreja del chulazo valentón, adornada con un pequeño pendiente brillante, y le lamió pausadamente el lóbulo. Paso luego la punta de su calida lengua por la tórrida  piel de su cuello, mordisqueándolo suavemente con sus sensitivos labios y marcándole un lindo chupeton.

Felisa entro en la habitación empujando un carrito de metal dorado, con una botella de champagne Cristal colocada en el interior de una cubitera y acompañada de dos largas copas de fino cristal y de una bandeja con las ostras que había requerido la disoluta Señorita Blanco.

-         ¡Gracias Felisa!. ¡Puedes retirarte a llorar tu amargura!. ¡Jajajajajajajajajajajajaja!!!!. ¡Oh a masturbarte fantaseando con mis pies!. ¡Jajajajajajajajajajajajajajaj!!!. ¡El mayordomo nos servirá!. Se expreso Sonia con suave voz, pero burlona y risueña.

Su presumido amante se sentó con la espalda pegada al cabezal de la cama y Ella, delante de él, entrecruzando sus maravillosas piernas y despojándose definitivamente de sus zapatillas.

El negro batín, algo caído por la espalda, dejaba al descubierto parte de los bronceados hombros de la bella Dama donde ahora lucia tatuado la sexy figura de una pin-up diablesa, como símbolo de la personificación del vicio, la lujuria y de traviesa y malvada personalidad.

Debajo del cual, en letras góticas, se lee el nombre de ASTORETH poderosa Diosa Demonio.

Acerque el carrito hacia un lado de la ancha cama, abrí la botella del frió champagne y llene sus cristalinas copas con el carísimo y burbujeante liquido.

Los finos y cuidados deditos de la sensual Sonia, adornados de lujosos anillos y terminados en largas uñas rojas, cogieron una concha y la acercaron a sus brillantes labios carmesí. Con su lengua enzarzo entonces el molusco de su interior para adentrárselo en su bonita cavidad bucal.

El atlético Caballero imito a su hermosa amante y los dos alargaron las manos para llevarse a sus bocas un sorbito de dorado champagne.

-         ¡Chin!. ¡Chin!. Dijo Sonia con cara alegre y divertida.

-         ¡Chin!. ¡Chin!. Contesto él.

-         ¡Tienes unos maravillosos piececitos!. Manifestó el presumido chulazo a su amante.

-         ¿Te gustan?. Siguió entonces Sonia descruzando sus piernas para acercar el pie en el que luce el pequeño aro de brillantes a los labios de su engreído matón.

El galante varón alcanzo el suave pie entre sus fuertes manos y bañándolo con el caro champagne lo lamió y relamió pasando su lengua entre los delicados deditos de la bella Dama que observaba la acción con una suave y morbosa sonrisa en su preciosa cara.

Sonia agarro entonces una nueva concha, pero esta vez la acerco a su macho.

-         ¡Qué te gusta mas!. ¿Comer esta ostra?. O. ¿La mía……?. Interrogo Sonia risueña a su bello amante con seductora voz y mirada libidinosa.

-         ¡La tuya!. ¡Sin duda!. Contesto él sin dudarlo.

Sonia avanzo su esbelto cuerpo encima del atractivo chico hasta situar su depilado clítoris encima de su boca.

-         ¡Entonces!. ¡Cómemeloooo!!!!!. Dijo excitada la Señorita Blanco frunciendo la nariz y abriendo lujuriosamente su seductora boca.

El chulazo saco su lengua y empezó a lamer con ella la sedosa piel de la entrepierna de la soberbia Dama, para luego hundirla en el interior de su coño moviendo y chupando con frenesí.

Sonia, entre placenteros gemidos, tomo la botella de Cristal y empezó a vaciar parte de su contenido encima de sus firmes pezoncitos, resbalando el dorado champagne por su esbelto abdomen e inundando su ombligo adornado con un piercing de pendiente y de allí a la boca de su galante lamedor.

Sin mediar palabra, la Señorita Blanco retiro su mojado clítoris de la boca de su amante, para sentarse seguidamente encima de la rasurada y fibrosa panza del guapetón, rozando suavemente con la rajita de su depilado culito la punta del glande del erecto pollon del apuesto chuleta.

-         ¡Ooh!. ¡Cariñoooo!. ¡Tienes un moradito en el hombro!. Exclamo Sonia, sorprendida y con melosa voz.

-         ¡Aaay!. Grito suavemente el forzudo perdonavidas.

-          ¿Dueeele?. Pregunto Sonia presionando algo el cárdeno.

-         ¡Sííí!.¡Un poco!. Contesto él.

-         ¡Oooooh!. ¡A sido culpa míaaaa!!!!. ¿Verdad?. ¡Cariño!. Expreso Ella culpándose mordazmente de la señal que exhibía el corpulento varón en su piel.

-         ¡No es nada!!!. ¡Querida!!!. Respondió él, sin darle más importancia.

-         ¿Así….., crees…, que ha merecido la pena…., luchar por mi…..?. Pregunto dulcemente dichosa la pérfida Dama.

-         ¡Indiscutiblemente!!!!. Exteriorizo impulsivamente el altanero fardón.

-         ¡Jajajajajajajajajajajajajajaja!!!!. ¡Jajajajajajajajajajajaja!!!. Sonia se carcajeo a gusto, aquella repentina respuesta indicaba como de corrompido y enviciado estaba aquel musculoso hombre fascinado por su atractivo y estupendo cuerpazo.

-         ¿Que te pareció la pelea?. Pregunto él con ánimo de sentirse alabado por su bella amante.

-         ¡Formidable!!!!. Dijo Sonia malévola y rotundamente. ¡Estuviste sublime!. ¡Cariño!. ¡Sobre todo cuando le asestaste aquel terrible puñetazo en la cara que le partió la mandíbula y empezó a sangrar por la boca!. ¡Jajajajajajajajajaja!!!.

Sonia movía lentamente su culito masajeando con su sedosa piel el tieso miembro que exhibía el apuesto galán, mientras se inclinaba hacia adelante y le comía la boca pausadamente con sus ardientes labios, susurrándole con melosa y seductora voz de boquita de piñón.

-         ¡Y sin darle respiro, le pegaste otro tremendo golpe en la cabeza que cayo fulminado al suelo!. ¡Pero lo mas divertido….!. ¡Lo mas divertido fue cuando una vez tumbado en el pavimento no le diste tregua y empezaste a patalearlo con toda tu furia por todas partes. ¡Jajajajajajajajajaja!!!. ¡Lastima que te separaron!. ¡Tan solo faltaba darle un puntapié en la cabeza para dejarlo listo!!!. ¡Jajajajajajajajajajajajaja!!!!!.¡Y todo por Mi!!!!. ¿Verdad?. ¡Cariño!!!. Se jactaba cruel y risueña la Señorita Blanco.

-         ¡Me voy a ir!!!!!. ¡Me corro!!!!!. ¡Sonia!. ¡Me corro!.  Exclamo gimiendo el chulazo.

-         ¡Nooo!!!!. ¡Espera!!!!!. Sonia saco de un cajón de su mesilla una anilla que inserto en la base del empinado pollon de su corpulento amante con la finalidad de retardar al máximo la eyaculación.

La fascinante Señorita Blanco se levanto unos centímetros para sentarse de nuevo encima del tieso pene de su apuesto amante introduciéndolo en su excitado coño y cabalgando como una posesa encima de él.

-         ¡Aa!. ¡Aa!. ¡Aa!. ¡Uf!. ¡Uf!. ¡UHF!!!!. Sonia gemía y jadeaba deleitosamente moviéndose encima del grueso miembro de su valiente adorador.

-         ¿Y si hubiera sido yo el vencido?. Pregunto él.

-         ¡Ooooh!. ¡Amooooor!. Exclamo Sonia entre gritos de placer porreando al chulazo en la boca. ¡Seria…!. ¡Seria…!. ¡Una….. lastima!.¡Ahora habría otro en mi cama!. Dijo Sonia frunciendo lujuriosamente el ceño y con la voz entrecortada por los espasmos de placer.

-         ¡A mi…. Me….. gustan los triunfadores!. Dijo la Señorita Blanco. ¡Y sobre todo ……los que no demuestran piedad alguna por los vencidos!. ¡Jajajajajajajajajajaja!!!!!!.

-         ¡Aa!. ¡Aa!. ¡Uf!. ¡UHF!!.  ¡Pero eres tú!. ¡Cariño!. ¡Quien esta!. Prosiguió excitada y gimiendo la bella Dama.

-         ¡Aaaaaaa!!!. ¡UHF!. Ahora era él el que gritaba y aullaba de placer.

Sonia enderezo su esplendido cuerpo echando su peso hacia atrás y colocando las manos a ambos lados de los potentes muslos del atractivo joven, de tal manera que su grueso pollon, quedaba fuertemente aprisionado entre los músculos vaginales de la concupiscente Señorita Blanco.

-         ¡Uaaa!!!. Uaaaaa!!!. ¡Uaf!. ¡Sí!. ¡Sí!. ¡Síííí!!. ¡Sigue!. ¡Sigue!. ¡Sigue!. El chulazo se contorsionaba y jadeaba. Respiraba a fondo mirando fijamente los excitantes y expresivos guiños de gozo y placer de su bella amante, cerrando luego sus negros ojos como queriendo contener infinitamente en su cerebro aquella hermosa y divina imagen.

-         ¡AAAhh!!!!!. ¡Aaaahhhh!!!. ¡AaaaaaHHH!!!!!!. ¡Mas!. ¡MAs!. ¡MAS!. ¡Aprieta mas tu polla contra mi coño!. ¡Querido!!!. Gritaba y suspiraba con frenesí la voluptuosa Sonia.

Agarro entonces una vela que perfumaba agradablemente el ambiente y derramo la licuada cera sobre el terso pecho del guapo varón.

-         ¡Ay!. Grito tenuemente él, mostrando un ligero dolor y empujando con fuerza, en un reflejo movimiento, su empinado miembro hacia el interior del coño de la Señorita Blanco.

-         ¡Así!. ¡Cariño!. ¡Así!. ¡Así!.¡Azúzame con fuerza!. Chillo Sonia vertiendo de nuevo más cera sobre el pecho del chulazo.

Sonia se manoseaba con sus lindas manos los firmes pezones atrapados entre su lujoso collar y sus finos deditos de largas uñas escarlatas, zarandeándose agitadamente sobre la endurecida polla que tenía clavada en su coñito y mirando libidinosa y viciosa a su vigoroso gallardo que yacía debajo de Ella.

Tanto Ella como su fornido amante lo estaban pasando en grande, estaba claro que en aquellas artes, Sonia, es toda una experta.

Unos sonoros y escandalosos alaridos anunciaron la llegada del momento deseado, del clímax final, del orgasmo simultáneo, de la explosión de placer sin límites.

Exhausta, Sonia se ladeo y beso lentamente en la boca a su atlético follador, retirando su coñito de la ya flácida polla que tanto gozo le había proporcionado. Cayendo de él, una gran cantidad de espeso liquido seminal.

-         ¿Te ha gustado?. ¡Amooor!. Dijo Sonia dulce y cariñosamente, encendiendo un rubio pitillo y recostando su cabecita sobre los musculosos hombros del corpulento galante.

La bella Dama aspiro y paso la cigarrita a su bizarro camarada que yacía agotado a su lado, mientras Ella prendía de nuevo lumbre a otro pitillo y calaba de él.

-         ¡Sonia!. ¿Y si me trincan por la zurra que aticé a aquel estupido monigote?. Expreso con preocupación el osado bribón, temiendo a las consecuencias de la severa paliza que aplico al pobre infeliz.

-         ¡Jajajajajajajajajajajaja!!!!!. ¡No te preocupes!. ¡Cariño!!!!. ¡Voy a pagar la fianza y pondré a mis abogados en tu  defensa!. Respondió Sonia despreocupada y carialegre mirándome de reojo.

Así fue, tuve que defender al chulazo de mi esposa ante un juzgado que lo proceso por los daños irreversibles que infligió al infeliz pretendiente de la preciosa y libertina Señorita Blanco.

-         ¡Pero no has respondido a mi pregunta!. ¡Cariñito!!!!. ¿Te ha gustado follar conmigo?. Insistió Sonia con dulce y seductora voz.

Silenciosamente y para demostrar a la bella Dama su inmensa satisfacción, el vigoroso varón paso su lengua por el encantador ombligo dela SeñoritaBlanco, bajando entonces hasta su maravilloso clítoris, el cual beso y chupo. Para terminar besándole, como muestra de absoluta  adoración, su encantador pie en el que luce tatuado sobre su tórrida piel el soberbio escorpión, en contraste con las rojas uñas de sus dedos y de la dorada cadenita junto al anillo de brillantes

-         ¡Jajajajajajajajaja!!!!!. ¡Jajajajajajajaja!!!!. ¡Me haces cosquillas!!!!. Exclamo sonriendo alegre y divertida  la encantadora Sonia al sentirse gratamente halagada, mientras que el exuberante bizarro recorría con su rosada lengua la planta de su pie y hurgaba con ella en medio de sus delicados deditos.

-         ¡Mayordomo!!!. Grito entonces complacida. ¡Limpie todo el semen de mi coño y de la polla de mi amante!. Se carcajeo seguidamente graciosa al ver la cara de asombro que ponía su machote.

-         ¡Jajajajajajajajajajaja!!!!. ¡No te extrañes!. ¡Querido!. ¡Mi mayordomo esta acostumbrado!. ¡Jajajajajajajajaja!. ¿Verdad?. ¿Verdad que te gusta que te humille…..?. ¡Jajajajajajajajaja!!!!.

-         ¡Sí!. ¡Divina Majestad!. ¡Gracias!. Conteste sumisamente arrodillándome para limpiar su extraordinario coñito.

Mi polla endurecida  se clavaba en las agudas punzas de la funda de castigo que aprisionaba mi miembro.

Sonia pillo de nuevo una concha y se la comió graciosa y exquisitamente como tan solo Ella sabe hacer.

-         ¡Tengo hambre!. Añadió entonces sonriendo.

-         ¡A mi también se me abierto el apetito!. Exclamo el matón.

La SeñoritaBlancome agarro la cabeza con furia y pegando mi cara a la polla de su chulazo vocifero.

-         ¡Límpiala!!!!!. ¡Perro!!!!!. ¡Que tenemos prisa!. Ordeno tajantemente.

Así que engullí la flácida, pero gruesa polla del musculoso chulo, y absorbí los restos de semen que quedaban en ella.

-         ¡Cariñooooo!. Hablo otra vez Sonia dulce y melosa. ¿Te quedas a comer conmigo?.

-         ¡Por supuesto!. Contesto el disoluto joven.

-         ¡Mayordomo!. ¡Mientras nos aseamos encargue a un restaurante que nos sirvan una mariscada!.

Sonia y su amante pasaron al lujoso y amplio baño de sanitarios negros y dorados grifos contiguo a la suite de la Señorita Blanco, donde tomaron un placido baño en la inmensa bañera de hidromasaje.

Los dos bellos cuerpazos se personaron luego en el comedor, llevando como únicas prendas unos blancos albornoces de talla corta hasta los muslos.

Sonia calzaba sus encantadores zuecos blancos ribeteados de adornos dorados con alto y fino tacón aguja.

Una prohibitiva botella de Dom Perignon sirvió para acompañar la suculenta mariscada que Felisa, abatida pero fiel y sumisa a su Ama, se vio obligada a servir muy a pesar del dolor que aquel día saturaba su alma.

-         ¡Chin!. ¡Chin!. Brindaron de nuevo los amantes.

Sonia se mostró durante toda la comida feliz, pletorita y frívola, dirigiendo de vez en cuando su bella y sarcástica mirada hacia una entristecida Felisa, demostrando desvergonzadamente y con orgullo toda su altivez.

-         ¡Divina Sonia!. ¿Le ruego que me preste una de sus zapatillas par beber champagne en ella?.  Rogó el muy fetichista hercúleo.

-         ¡Jajajajajajajajajajaja!!!!. ¡Jajajajajajajajajajaja!!!. ¡Aquí la tienes querido!. Levantando la pierna y arqueando el pie acerco el zueco a su viril amante.

El presumido musculoso agarro con la boca el fino taco y lo retiro del sutil pie de la bella Dama.

-         ¡Mayordomo!. Grito entonces él con imperativo tono. ¡Llene este zueco de champagne!.

-         ¡Jajajajajajajajajaja!. Se carcajeo Sonia con ganas. ¡Puedes llamarle cornudo!. ¡Oficialmente, es mi marido!. ¡Jajajajajajajajajajajajajaja!. ¡Pero también es mi esclavo!!!!. Continúo la Señorita Blanco con ánimo de humillarme.

-         ¡Entonces!. ¡Cornudo!. ¡Estupido!. ¡A que esperas en cumplir mis ordenes!. Grito el chulazo.

Con cara avergonzada pero a la vez muy excitado, llene la zapatilla y el apuesto joven bebió el costoso champagne saboreándolo placenteramente ante la complaciente y vanidosa mirada de la hermosa Señorita Blanco, que sonreía orgullosa ante la idolatría del atractivo chulazo y de mi total vejación.

-         ¿A que empleas tus musculitos?. ¿Tío Bueno?. Interrogo la despampanante Dama al apuesto varón.

-         ¡Soy patrón de barco!.  ¡Querida!. Contesto él.

-         ¡Uaaaauuuuu!. ¡Te imagino vistiendo de uniforme y con gorra de plato!. ¡Me encantan los hombretones uniformados!. Hablaba Sonia dulce, con pasión y fogoso deseo.

-         ¡Perfecto!.. ¡Voy a adquirir un yate y necesitaré a un capitán!.  Dijo libidinosa y sensual la Señorita Blanco!. ¿Que te parece si te contrato para que trabajes para Mí?. Prosiguió la encantadora Sonia preguntando con lasciva y sensual voz.

-         ¡No habría nada mas dichoso!. Respondió desenfrenado joven patrón de barco.

-         ¡Jajajajajajajajajajajajaja!!!!!. ¡No se hable mas!!!. Expreso Sonia con deseo de incorporar en la máxima brevedad al fibroso valentón a su plantilla de fieles servidores.

Las dos encantadoras bellezas brindaron y se besuquearon de nuevo. Sonia cerró el trato con el musculoso chulazo de espectacular físico que pasaba ahora a estar a su entera disposición las veinte cuatro horas al día, ya fuera como patrón de barco o como guardaespaldas.


La Señorita Blanco paso el resto del verano, excepto tres semanas que se marco un crucero por el mediterráneo, en la residencia de la playa. Una construcción de estilo colonial que habían adquirido mis papas en los tiempos dorados de la economía familiar y que incluye en sus dominios una preciosa cala privada, donde Sonia hizo construir un amarradero para su lujoso yate con el cual sale a menudo a navegar, sola, o con sus amigas y amigos, acompañada siempre de su galante y apuesto capitán y de sus incondicionales criadas que obligatoriamente, haga o no calor, deben vestir uniforme de doncella.

Como en las demás posesiones,la SeñoritaBlancoretoco el chalet a su antojo e hizo levantar alrededor de la propiedad un alto muro para aislarla o protegerla de intromisiones ajenas.

Luisa Mari, la glamorosa Dama de ojos felinos y cabellos caoba de corte asimétrico junto a Rosalí,la Divinamestiza cubana, fueron invitadas por la encantadora y erótica Sonia a pasar unos días de playa, mar y fiesta en su suntuosa propiedad.

Como no podía ser de otra manera, las dos distinguidas bellezas, llegaron en sendos lujosos automóviles conducidos por sus impecables chóferes y acompañadas de una de sus particulares doncellas.

-         ¡Buenos días!. ¡Sonia!. Dijo Luisa Mari besándole en la boca al ser ella la primera en llegar a la residencia.

La escultural Señora, que ostenta el nobiliario titulo de Baronesa, lucia esplendorosamente una muy bronceada piel, sobre el hombro de la cual resalta tatuada la figura de una linda flor.

Embellecía su redondeada cara un perfecto maquillaje de ojos y labios, su escultural figura embutía en un traslucido vestido negro con un gran escote trasero y calzaba unos altos stilettos de color negro.

Como es costumbre entre las ricas, refinadas y vanidosas amigas dela SeñoritaBlanco, Luisa Mari exhibía en su cuerpo hermosas y lujosas joyas.

-         ¡Bien venida!. ¡Querida!. Respondió la bella Sonia dándole lengua a Luisa Mari. ¡Estas deslumbrante!. ¡Cariño!. Añadióla SeñoritaBlanco que a la vez cubría su encantadora figura con una blanca camisa escotada que llegaba hasta las nalgas debajo de la cual llevaba puesto un slip negro, calzando sus pies con unas altísimas mules blancas.

-         ¡Gracias!. ¡Sonia!. ¡Tu extremada belleza también deslumbra!. Siguió la Baronesa echando flores a su anfitriona.

No tardo en hacer acto de presencia la veintiañera cubanita, montada en un espectacular auto mercedes de color blanco conducido por un chofer negro.

El uniformado negro de cabellos canos se postro sobre sus rodillas y abrió la puerta trasera del lujoso automóvil para que la joven Rosalí se apeara de él.

-         ¡Buenos días!. ¡Esplendidas amigas!. Se expreso la cubanita dirigiéndose a Sonia y a  Luisa Mari que la esperaban al pie de la puerta del chalet.

-         ¡Mua!. ¡Mua!. Se morreo primero conla SeñoritaBlancoy luego con Luisa Mari.

-         ¡Estábamos admirando nuestra colosal belleza!. Dijo Sonia orgullosa y engreída.

-         ¡Jajajajajajajajajaja!!!!. ¡Perfecto!. ¡Estáis Divinas las dos!. Contesto Rosalí que vestía leggins negros y una muy escotada blusa blanca, resaltando su también natural tórrida piel.

-         ¡Pero….!. ¡Este negro….!. ¡No…. Es……….!. Hablo Sonia con asombro cuando se percato que el chofer no era otro que el dócil sumiso millonario que tanta devoción demostró hacia la hermosa mestiza el día de mi singular boda.

-         ¡Okey!!!!. Expreso entusiasmada la veinteañera mestiza antes de que Sonia pudiera terminar la frase. ¡Este asqueroso viejo me complace en todos mis caprichos!. ¡Jajajajajajajajajaja!!!!!. ¡Tan solo tengo que maltratarlo, insultarlo y azotarlo para que se le ponga dura y me suplique que lo deje terminar!. ¡Jajajajajajajajajaja!!!!. Sonrió Rosalí con cara de malvada viciosilla.¡Cosa que a mi también me complace inmensamente!.

Añadió luego la hermosa cubana.

-         ¡Jajajajajajajajaja!!!!!. ¡No paro de buscarme hasta que al final lo tome como esclavo!. ¡En fin!. ¡Ahora es mío!. Dijo Rosalí encogiendo los hombros y carcajeándose de nuevo.

La glamorosa Baronesa asentó una fuerte patada con la aguda puntera de su stiletto en los genitales de su fornido chofer.

-         ¡Has visto como se debe de abrir la puerta del auto a una Real Dama como yo!. ¡Imbecil!. Grito la tiránica Luisa Mari refiriéndose a la humillante posición que adopto el negro cuando se apeo Rosalí de su lujoso mercedes.

Instintivamente, el musculoso chofer de la Baronesa, se llevo sus manos a los doloridos testículos, cayendo al suelo sobre sus rodillas a la vez que con la punta de la lengua lamía la afilada puntera del zapato de Luisa Mari con el que le había impactado en los cojones.

-         ¡Perdón!. ¡Perdón!. ¡Mi adorada Ama!. Suplico humillándose el conductor. ¡No volverá a pasar!. ¡Se lo juro Mi Ama!.

-         ¡Así lo espero!. ¡Inútil!. ¡Porque en caso contrario te arranco los cojones a patadas!. ¡Jajajajajajajajajaja!!!!. Se carcajeo animadamente la bella Luisa Mari.

Como mayordomo acompañe al entregado chofer y su particular criada hasta la habitación en la que se instalo la distinguida Baronesa.

-         ¡Por favor!!!!. Rogué a la esbelta mestiza para que también me acompañara con su sequito hasta la suite que Sonia había reservado para Ella.


La despótica Señorita Blanco había hecho reunir en el chalet de veraneo a todo su servicio. La adolescente esclava era su nueva doncella personal, Felisa por su parte, se encargaba de la cocina y de la limpieza general. Yo, como mayordomo, revisaba los trabajos de mi “ex”  a parte de servir de criado y chofer.

La asiática había sido definitivamente degradada a niveles infrahumanos, deambulaba por la casa totalmente desnuda, con el consolador insertado en su boca y desplazándose obligatoriamente a cuatro patas como los perros, llevando como ellos un collar con correa incluida.

-         ¡Ven aquí perra!. Exigió severamentela Baronesatumbando a la china boca arriba para sentarse en su cara introduciéndose el consolador en su coño.

-         ¡Has tenido una magnifica idea!. ¡Sonia!. ¡Al insertar este pollon en la boca de esta perra para que cuando a una le vengan ganas pueda sofocar sus calenturas!. ¡Jajajajajajajajajajajaja!. Dijo la glamorosa Baronesa moviendo agitadamente su precioso culo encima de la cara de la asiática para estimular su clítoris con el consolador.

Sonia se acerco por detrás de la desnuda y muy bronceada espalda de Luisa Mari, encima de la cual resaltaba un sofisticado collar de brillantes a juego con unos finos y largos pendientes y de un brazalete igual de brillante en su antebrazo derecho.

Las anilladas manos dela SeñoritaBlancose deslizaron suavemente por encima de los perfectos senos dela Damade cabellos caobas, juntándose y confundiéndose con las también enjoyadas de la bella Baronesa.

-         ¡Aaig!. ¡Aaig!!!. Unos suaves y placenteros lamentos salieron de la boca de Luisa Mari, alzando sus maquillados ojos de largas pestañas para mirar con deseo a su hermosa anfitriona.

-         ¿Gozas?. ¿Querida?. Preguntola SeñoritaBlancoexhibiendo desnuda su dorado y esbelto cuerpo y  luciendo sobre su sedosa piel una fina cadenita alrededor de su estrecha cintura, junto al largo collar de brillantes y sus ya fijos piercings del ombligo y la nariz.

Sonia recibió como única respuesta otros leves jadeos de gozo, mientras las cuatro lujuriosas manos de largas uñas púrpuras, manoseaban con frenesí los estupendos pechos dela Baronesa.

Luisa Mari se movía exaltada y apasionada, sentada encima de la cara de la china y con todo el extenso consolador metido en su hermoso coño.

Encajaba la nariz de la asiática en el ajuero de su delicioso culito, la esclava apenas si podía respirar, cosa que poco importaba a las perversas Damas absortas totalmente en la búsqueda del sumo placer.

Los rojos y brillantes labios de Sonia se acercaron a los carnosos de la Baronesa, encima del cual relucía un pequeño piercing brillante, fusionándose los dos en un largo morreo para separarse luego dándose lengua a tope.

-         ¡Esclava!. Llamo resolutala SeñoritaBlancoa su adolescente perrita. ¡Vamos!. ¡A que esperas en adorarme el coño!. ¿Perra?.

La joven criada, suficientemente educada para tal fin, se acuclillo debajo de las firmes y estilizadas piernas de Sonia que se sustentaban encima de los finos tacones de sus puntiagudos stilettos, alcanzando con su lengua el soberbio clítoris de su Ama.

-         ¡Aaig!. ¡Aaig!. ¡Uaf!. ¡Uaf!!!!. Ahora las dos estupendas Damas jadeaban y bramaban de dicha y placer al unísono, hasta que les llego simultáneamente un explosivo orgasmo.

-         ¡Ha sido maravilloso!. ¡Sonia!. Dijo la Baronesa retirando elegantemente y cargando su sutil peso sobre los altísimos tacos de sus mules su bello culito de encima de la cara de la infeliz asiática, que por fin, podía aspirar algo de aire.

-         ¡Jajajajajajajajajajaja!!!!!. Se carcajeo Sonia viendo las dificultades que para respirar evidenciaba su esclava china. ¡Luisa Mari!. ¡Casi la matas!. ¡Jajajajajajajajajaja!!!!!. Sonrieron diabólicamente las dos bellezas.

-         ¡Todo sea por el placer!. ¿Verdad?. ¡Sonia!. Añadió la fascinante Baronesa.

-         ¡De que os reís tan alocadamente!. Pregunto la linda cubanita que se acababa de incorporar a la reunión.

-         ¡Luisa Mari!.... ¡Que casi acaba con mi esclava!. ¡Jajajajajajajajaja!. Replico Sonia todavía muerta de risa y explicando el acontecimiento a Rosalí.

-         ¡Yo también vengo calenturienta!. Dijo frívolamente la mestiza.

-         ¡Ya has oído!. ¡Perra!. ¡Satisface a mi amiga!. ¡Rápido!. ¡Paralítica!. Ordeno Sonia a la china dándole puntapiés y clavando sus afilados tacos aguja en las palmas de las manos de la asiática.

-         ¡Des de que le aplique el castigo bajo el sol con el mono de goma, esta perra es mas subnormal que antes!. Se expreso Sonia orgullosa y altanera con punzantes palabras con ánimo de vejar y humillar a su esclava.

-         ¡Vamos!. ¡Ven aquí!. ¡Estupida!. Grito Rosalí tirando de la reluciente cadena que lleva la china atada a su collar y haciéndole colocar la cabeza recostada sobre la nuca encima de un taburete.

La linda cubanita, sentada también sobre la cara de la asiática, ensarto su precioso coñito en el grueso pollon de goma. Colocando sus calzados pies con las altísimas mules, encima de los pechos de la china para torturarlos mientras ella recibía placer.

-         ¡Muévete!. ¡Perra!. ¡Muévete!. Gritaba la viciosilla mestiza clavando sádicamente los afilados tacos de sus preciosas mules en los pechos de la esclava, provocando así, que la china diera unos fuertes embates con su cabeza empujando el consolador hacia el interior del sexo de la cubanita.

-         ¡Aaaaaaaa!. ¡Aaaaaaaaaa!!!!!!. Movía ahora Rosalí sus finas caderas de un lado a otro aprisionado con fuerza el pollon de goma.

Sonia y Luisa Mari se acercaron para colaborar con sus libidinosas lenguas a que la guapa mestiza alcanzara supremo gozo.

Sonia lamía el erecto pezón derecho de la excitada cubanita de melena azabache, mientras quela Baronesalo hacia en el izquierdo.

Los tres carnosos labios se juntaron dándose el pico y entrelazándose sus rosadas y ensalivadas lenguas.

La Señorita Blanco dejo a sus hermosas amigas que continuaran con el erótico y sexy juego de lenguas, mientras que Ella, firme y en pie ante el cuerpo de la china que yacía en el suelo, le estimulaba el clítoris pisándolo y penetrándolo con las agudas punteras de su zapato.

La esclava empezó a excitarse y contonearse de tal manera que el consolador se movía todavía más aprisa.

-         ¡SÍ!. ¡Sí!. ¡Sigue!. ¡Sigue!. ¡Así!. ¡Así!. ¡Sigue así!. ¡Sonia!. Gritaba y gemía la bella mestiza.

Sonia penetraba cada vez con más fuerza la puntera de su stiletto, justo el sensual pie en el que luce el escorpión y la fina cadenita dorada.

La china daba fogosas muestras de excitación.

-         ¿Te gusta?. ¡Puta!. ¿Te gusta como tu Ama te da gozo?. Decía con malicia la perversa Sonia clavando con fuerza el fino tacón aguja en el interior del coño de la esclava.

La acometida producida por el agudo  dolor de tal cruel acción, hizo que el pollon de goma penetrara hacia el interior del coñito de Rosalí.

-         ¡Uaaaa!. ¡Uaaaa!!!!!!. Unos excepcionales gritos y guiños de dicha se dibujaron en la morena cara de la hermosa cubana cuando alcanzo su preciado clímax.

-         ¡Soniaaaa!. Exclamo Rosalí extenuada. ¿Ha comido ya esta hija de perra?. Pregunto animada pero con la voz aun entrecortada.

-         ¡Mayordomo!. Me llamo mi adorada Diosa. ¿Has oído?.

-         ¡Sí!. ¡Divina Majestad!. ¡La china no ha comido nada todavía hoy!. Conteste inmediatamente.

-         ¡Jajajajajajajajajajaja!!!. Sonrió malévolamente Rosalí. ¡Entonces!. ¿Me dejas que le de yo de comer?.

-         ¡Excepto ejecutarla, que es un placer reservado tan solo para Mi, puedes hacer con ella lo que te plazca!. Le respondió perversamente la cruel Señorita Blanco.

Rosalí me hizo desabrochar las apretadas correas que fijaban el consolador en la cara de la asiática y sentándose de nuevo sobre su rostro, empezó a defecar en el interior de su boca.

-         ¡Jajajajajajajajajaja!!!!!!. ¡Jajajajajajajaja!!!!. Se tronchaban Sonia y Luisa Mari. ¡Hoy si que puedes estar contenta!. ¡Perra!. ¡Con este delicioso manjar que te esta dando Rosalí!. Manifestó malévola y divertidala Señorita Blanco.

-         ¡Traga!. ¡Esclava!. ¡Traga!. ¡Que no te voy a dar otra oportunidad!. ¡Jajajajajajajajajaja!!!. Grito bromista y cachonda la linda mestiza fusta en mano.

La asiática, más muerta de hambre que otra cosa, no se hizo rogar demasiado y engullo con ganas todos los pastosos excrementos que Rosalí deposito en su boca y cara.

-         ¡Agradece a mi amiga el haberte dado de comer!. ¡Imbecil!. Exigió gritando airadamente la preciosa Sonia pataleando con sus stilettos los costados de la esclava.

-         ¡Ni se te ocurra tocarme con tu sucia boca llena de mierda!. ¡Asquerosa!. Amenazo fusta en mano la morena cubanita, erguida en pie sobre sus altos tacos.

-         ¡He ordenado que agradezcas a mi amiga que te haya dado de comer!. ¡Necia!. ¡Zas!. ¡Zas!. ¡Zas!. El látigo de Sonia caía sobre la espalda de la china que no sabia como agradecer a la linda cubana el haberse cagado en su boca.

Finalmente y después de recibir una dolorosa tanda de azotes, la asiática pego la frente en el suelo ante la Real figura de la bella mestiza y esta dio por bueno el agradecimiento.

(Continuará)