Sonia la sumisa
Sonia, dándole la espalda a su hijo, fue metiendo aquella inmensa polla. Cuando la tenía toda dentro se le escapó un gemido -¡¡¡Ni se te ocurra corrererte, hija del pecado!!! -No sé si podré aguantarme, amo.
Sonia, una ama de casa, de 38 años., morena, atractiva, con grandes tetas... Una mujer que despertaba pasiones ente muchos de sus vecinos y vecinas, estaba en su habitación frente al ordenador, sentada en una silla giratoria con las bragas en los tobillos, la falda subida, y las tetas al aire... Miraba un video porno de sumisión con dos mujeres de protagonistas... Benito, su hijastro, que tenía 22 años y un cuerpo trabajado en el gimnasio, sintió los gemidos que salían del ordenador... Entró en la habitación, sin hacer ruido, y se puso detrás de la silla giratoria donde su madre se masturbaba... Sacó la polla... Una polla grande de unos 24 centímetros y comenzó a masturbarse mirando para las tetas y las manos de su madre... Una mano acariciaba las tetas y la otra jugaba con el chochito,
Sonia metió y sacó los dedos de su chochito acelerando cada vez más... Benito sintió un ruidoso chapoteo (no venía del ordenador)... Sonia, al empezar a correrse, exclamó:
-¡Gracias, ama!
Benito quiso aguantar su corrida pero no pudo.
-¡Jooooooooder! ¡¡Pedazo de corrida echaste, maaaaaaaamá!!
Sonia, al sentir a su hijo, se llevó un susto terrible... Mirando como salía la leche de su polla, se subió las bragas, bajó la falda y se tapó las tetas con las manos, después se levantó, y le preguntó a Benito:
-¿Cuánto tiempo llevabas ahí, hijo?
-El suficiente. ¡Quién iba a imaginar que te gusta ser sumisa!
-Tengo mis fantasías, ¿Se lo vas a decir a tu padre?
-No, pero si te interesa se lo diré a mi novia. Es bisexual y tú le gustas, bueno, nos gustas a los dos.
-¿Me estás proponiendo hacer un trío? ¿Sería ella mi ama?
-¿Te interesa?
-Mucho. Bella como es... Si fuera mi ama...
Benito quiso saber hasta donde podría llegar su madre.
-¡Tu amo soy yo, perra!
-¿Quieres que juguemos?
-¡Quítate la ropa, cerda!
-¿Toda?
-¡¡¡Qué te quites la ropa, coño!!!
Sonia se quedó en pelotas.
-¡¡Desnúdame, carroña!!
Sonia, ya asumió su rol.
-Sí, amo.
Sonia le quitó la camisa a su hijo.
-¡Chúpame las tetillas!
-Sí, amo.
Sonia hizo lo que le había dicho su hijo.
-¡Acaba de desnudarme, lame chochos!
-Si, amo.
Sonia le quitó el resto de la ropa a Benito, y al verlo desnudo, vio al hombre de sus sueños... Un Adonis, Todo músculo y belleza.
-¡Arrodíllate y chúpame la polla, sin manos, guarrindonga!
-Sí, amo.
Sonia se arrodilló... Buscó con su boca el glande de la polla morcillona de Benito... Le llenaba la boca... Lo chupó hasta que se puso erecta.
Benito cogió a su madre por los pelos y la llevó hasta la silla gitatoria en la que había estado sentada... Benito se sentó en la silla, y le dijo:
-¡Mete mi polla entre tus tetas y mastúrbala.
Sonia, masturbó las tetas de su hijo con aquellas preciosas tetas de grandes areolas negras y con pezones erectos.
-¡Chúpame la polla y lame mis huevos, apestosa!
-Sí, amo.
Sonia le chupó y le lamió los huevos a su hijo... Estaba ardiendo... De su chochito ya caían gotas de flujo.
-¡Dame las tetas a chupar, viciosa!
-Sí, amo.
Sonia cogió las tetas con su manos y las llevó a la boca de su hijo... Benito, lamió, chupó, mamó, mordisqueó, pellizcó y abofeteó las tetas y los pezones de su madre. Después se agachó y le dijo:
-¡Te voy a comer el coño! ¡¡Ni se te ocurra correrte, perdida!!
-No, amo.
Con la lengua de su hijo lamiendo los labios de su chochito, prenetrándola y lamiendo sú clítoris, Sonia se iba a correr como una bendita, pero Benito también sabía que su madre iba a llegar al orgasmo. Cuando la tenía a punto, apartó la lengua de su chochito, le dio dos besos en el clítoris, y le dijo:
-¡Siéntate en mi polla y fóllame, guarra!
-Sí, amo.
Sonia, dándole la espalda a su hijo, fue metiendo aquella inmensa polla. Cuando la tenía toda dentro se le escapó un gemido.
-¡¡¡Ni se te ocurra correrte, hija del pecado!!!
-No sé si me podré aguantar, amo.
-¡¡¡No te corras hasta que me corra yo, puta!!!
-No, amo.
-¡Fóllame, cabronaza!
-Si, ¡aaaaaamo!
Sonia comenzó a follar a su hijo... Benito la azotaba con fuerza en las nalgas... le pellizcaba los pezones... La estaba castigando, y a ella le encantaba, pero ya no aguantaba más.
-¿Puedo correrme amo?
-Sí, putilla, puedes correrte.
Benito, corriéndose dentro del chochito de su madre, sintió como el flujo de su vagina inundaba su polla... Le giró con la mano la cabeza y la besó con lengua... Sintió como sus paredes vaginales apretaban su polla... Su madre, mirádole a los ojos, le dijo:
-¡!Me corro, amo!! -cerró los ojos- ¡¡¡Me cooooooooooooorro!!!
Muy pronto la segunda parte.
Se agradecen los comentarios, buenos y malos,