Sonia
Ella fue la mujer que llenó mi vida durante algún tiempo.
Sonia
Enseguida de haber tomado el papel en sus manos se dirigió al cuarto de baño más cercano, sin mucha atención por la charla de mi conversador, la seguí con la mirada y supe lo que ocurriría, salí de la sala de donde nos encontrábamos y me senté en una silla junto con la demás gente donde se desarrollaba la fiesta en la cual me encontraba, segundos después salió por la misma puerta de donde yo lo había hecho momentos antes y con la mirada me buscó ansiosamente hasta dar con mis ojos, no hubo palabras, no gestos, no señales, parecía como si el tiempo se hubiera detenido entre nosotros y la gente se hubiera esfumado, pasaron sólo segundos pero éstos bastaron para decirnos con el alma, lo que ambos sentíamos.
Al término del festejo anuncié mi partida argumentando que era tarde y debíamos descansar todos, su padre nos acompañó hasta la salida y con abrazos y saludos se concluyó la visita.
Sin esperarlo siquiera, al menos no en ese momento y con un sobre salto que me puso el pulso sumamente acelerado tomé el celular y miré quién llamaba, tel. público... en fin segundos después contesto y no lo podía creer era ella, quién después de tomar mi recado aquella noche en el papel que yo mismo le había puesto sobre la mesa para que ella lo leyera, había surgido efecto, con temblorosa voz, y los nervios destrozados apenas pude articular palabra, si bien es cierto que durante muchos años esperaba esa llamada, en ese momento las ideas se habían ido, las palabras no salían y los nervios me habían traicionado, tartamudeando atiné a decir un " cómo estás" bien recibí tu recado y te llamé, así que tu dirás...
Sabía que no podía retenerla tanto en el teléfono, también que era la oportunidad deseada después de casi diez años, armándome de valor y tratando de hilar una conversación, le dije que gracias por haberse molestado por la llamada, pero que eso sólo había sido con el fin de conseguir verla de forma personal y en un lugar adecuado, la respuesta no se hizo esperar y tomando el mando de la conversación me replicó, que por que ahora y no antes, por que después de tantos años, por que ahora que estaba casada y con hijos, por que ahora que yo también tenía hijos y una esposa, la dejé hablar y reprocharme hasta que un sollozo sustituyó la voz, se hizo un silencio y por fin hablé con más decisión; tal vez tengas razón en todo lo que me estás reclamando, de hecho yo mismo me los he hecho todos estos años, pero precisamente para eso quiero que hablemos personalmente y de una forma más calmada, que dices, puedo pedirte que nos veamos, no importa que sean sólo unos minutos... Está bien dime dónde.
Hasta ahí todo iba viento en popa pues ya había logrado que aceptara que nos viéramos a solas, fijamos fecha y el encuentro se dio, no abundaré más en los reclamos que desde luego me hizo la mayor parte del tiempo de nuestro encuentro, pero por supuesto les diré lo que después de los reclamos hubo.
Para entonces nos encontrábamos en mi auto, ya mucho más calmada y con una disposición a más que una charla, le tomé de la mano y llevándola mis labios le posé un tierno beso, con el que le saqué un levé suspiro de aprobación, ¡¡¡bingo!!! le di al clavo, le gustó y eso me dio pie para seguir en la conquista de su cuerpo, sin tiempo que perder me acerqué a su cara y volví a besar, esta vez sólo la mejilla, pero con una pausa muy marcada, casi desesperante dejando incluso una humedad en su piel que desde luego notó, suerte que tengo pensé, pasé mi mano por su nuca haciendo a un lado su rubia cabellera, me acerqué mucho más que antes y dispuesto a seguir la colmé de besos por todo su rostro, dediqué mucha atención para no dejar ni un solo centímetro de su piel sin mis besos, esto logró el efecto deseado, hubo más entrega de su parte y correspondió también, tomó mi mano y dándole un leve apretón me decía que si, que si le gustaba aquello, loco de gusto le besé con más dedicación, con más ternura, hasta que llegué a su cuello y dando pequeños besos le puse muy caliente, lo supe por que en un momento miré sus mejillas y estaban muy coloradas, síntoma inequívoco de su deseo, sus manos recorrían mi nuca y parte de mi espalda, al tiempo que yo hacía lo mismo, sólo que de una forma más atrevida, mis manos llegando al termino de su espalda, buscaban llegar más, el ritmo se aceleraba, los besos eran mas cálidos y con más intención, hasta que llegué a un punto en el que me detuvo, mi mano completa tenía aferradas sus nalgas, y la otra acariciaba sus tetas, esto podía salirse de control y ella no lo permitiría, así que me soltó y aún con la respiración agitada me dijo que eso no podía seguir que aún tenía coraje conmigo por el pasado, la miré fijamente, la tome de las manos y le pedí perdón por todo el daño que le hiera causado aún sin querer, yo creo que la conmoví pues bajó el tono de su reclamo y me dijo, compréndeme vamos muy rápido recuerda que soy casada, mis hijos, calla, no sigas, ya habrá momento para hablar del tema; le dije, no podía dejar escapar esa oportunidad, la tenía a punto y no debía dejarla ir, así pues me tuve que aplicar nuevamente y seguí con los besos y partir de ese momento decidía atacar su punto débil, las tetas, sabía perfectamente que la mataba con eso, sin pensarlo mucho me di a esa linda tarea, poco a poco metí mi mano por debajo del suéter que traía y pasando mi mano por sus pezones fui tanteando el terreno aunque sabía que eso la ponía frenética y me aprovecha, no tardó mucho en empezar a dar visos de abandonar su voluntad, se retorcía en el asiento del auto me apretaba contra su cuerpo, la besaba le acariciaba, le rozaba las nalgas al tiempo que mi tarea de sobarle las tetas era mas agudo, llegó el momento que de plano se abandonó, recostándose sobre el respaldo del asiento, me dejó completamente su cuerpo a mi entera disposición, acepté la invitación, subí poco a poco su sostén dejando al descubierto su pezón, que lindo, que calentura provocaba, verlo de tan cerca como invitándote a ser chupado, con delicadeza lo puse entre mis dientes y con ligeros mordisques acentué el movimiento, tanto ella como yo estábamos gozando pues de solo mirarla a mí ya me provocaba mucho placer, y que decir de ella que solo daba pequeños gemidos al sentirse poseída por mis lengua y mis manos, al poco rato de lamer sus tetas y de manosearle todo el trasero, las piernas y todo o que estaba a mi alcance, pensé en que yo también podría recibir algo de caricias, pues ella ensimismada no había reparado en regresarme algo de placer, por lo que jalé su mano a mi entrepierna guiándola a mi instrumento, sabedora de lo que yo quería se dejó conducir, llegando a la punta de mi palo, se detuvo un momento abrió despacio los ojos y me lanzó una mirada de complicidad, sus labios se abrieron para sólo pronunciar, aquí no, mierda pensé, por qué no, si no nos mira nadie, volviendo en si después del largo cachondeo me dijo que así no es como ella lo había imaginado, se refería al auto, en la calle , más bien deseaba estar a solas conmigo en un ambiente mas acogedor, entendí el mensaje, por hoy había avanzado mucho terreno, después de haber dejado de vernos por casi diez años creo que era más de lo que yo había pensado, acepté la invitación de acercarla su casa y sin muchas palabras acabó por ese día la aventura.
Mirando el techo de mi habitación y con los pensamientos enardecidos, me sorprendí en la madrugada, no dejaba de recordar lo vivido horas antes, pensaba en como podía ser estar en la cama con ella, saborear su cuerpo al desnudo, sin prisas ni gente a nuestro alrededor, no podía conciliar el sueño, me fue muy difícil esa noche poder conseguirlo, así pues se llegó el día de volver a vernos, esta vez yo iba con la intención de hacerle el amor sin ningún remordimiento, era más fuerte mi deseo por ella que todas las pendejadas que había pensado en cuestión moral y con respecto a mi hogar, así que llegué puntual a la cita.
Una falda larga de color morada, blusa negra entallada y zapatillas muy altas, bella sin duda, le saludé dándole un beso en sus labios que se abrieron al percibir el contacto con los míos, y bien en que has pensado me dijo, sorpresa, no esperaba esa pregunta, reaccioné de inmediato, y contesté sereno, sin apresuramientos, sabes.... espacio de unos segundos para dar tiempo al tiempo, he pensado que nuestro reencuentro ha sido muy especial, pues nunca pensé que al igual que yo, todavía guardases en el corazón este sentimiento, no dijo nada su mirada se fue al piso, agachada sin decir palabra escuchaba lo que le decía, sabes dije, levantando su barbilla, " quiero estar sólo a tu lado, pase lo que pase, no me importa tu condición, ni tus hijos mucho menos el que estés casada, "sólo déjame recomenzar lo que algún día inició" -silencio nuevamente- mira mi amor, eso que me pides es algo que no esperaba, además no te entiendo, que quieres decir con recomenzar, bomba nuevamente me agarró en curva, no sabía ni yo mismo el que significaba lo que le había pedido, me saqué de la manga la respuesta y casi al vuelo le contesté, continuar lo que en el tiempo se quedó detenido si se puede claro, si tu quieres sólo amigos, aunque de antemano sabes perfectamente que me gustas, y que hoy que te encuentro quisiera revivir lo que hace muchos años comenzamos.
Callados durante mucho tiempo recorrimos gran distancia en el auto, pasaron varios minutos antes de volver a escuchar su voz, está bien acepto lo que me pides pero antes quiero preguntarte algo....
Su mirada no era nada normal, el brillo dejaba entrever que había maldad, sus manos se tocaron las piernas, ¿y que si quiero hacer el amor contigo? Hacia mis adentros deseaba escuchar eso pero no podía demostrar alegría desbordada, así que lo más sereno que pude le contesté.
Sabes, el hacer el amor contigo ha sido por varios años mi sueño, aunque no lo creas te lo he hecho muchas veces, has sido mía docenas de veces te he besado he recorrido tu cuerpo desnudo, he tomado tu aliento, por lo que si ahora lo hacemos sería materializar lo que tantas veces he imaginado, esas palabras tal vez no las esperaba, pero su reacción fue inmediata, se acercó dándome un beso, me dijo llévame...
Sus pies bellos, las manos suaves, la piel de ella no tiene igual, es tan suave, los ojos que tiene de verdad que son bellos, antes no había visto iguales, las caderas que se carga son de miedo, anchas, firmes, poderosas, esas piernas largas que tiene me han dejado casi al borde del orgasmo, pues son materia de mucho tiempo de mi lengua le encanta que las recorra con mi boca, que mi lengua recorra cada centímetro, los dedos de los pies son en demasía sensibles, cada que los tomo entre mis labios le causa escalofrío y se estremece toda, ese par de nalgas, son su mejor atractivo, duras, grandes desafiantes y de recordar el tiempo que les he dedicado a sido de considerar, pues me he vuelto devoto de ese culo perfecto que tiene.
Sin dejar de besarla le arrancaba prácticamente las ropas, le mordía el cuello, me hartaba masajeando sus nalgas, sin descuidar ese punto que débil que me ha abierto las puertas de muchos rincones de su cuerpo, lamía su pezón a varios ritmos, despacio parsimoniosamente, desesperantemente, a ratos parecía que se lo quisiera arrancar, le dedicaba el tiempo suficiente para calentarla y tenerla a punto, sabía que una vez que se abandonaba, podía disponer de su cuerpo a mi antojo, la recosté suave sobre la cama , admirando su figura deseando probar cada espacio de su cuerpo, toque su triángulo por encima, como explorando su selva, hundía levemente mi dedo para corroborar su calentura, sus líquidos ya eran evidentes, sus gemidos no tardaron al sentir como enterraba mi índice por su cueva, separé sus piernas para poder observar cu cavidad, aspire su aroma, sustituí el dedo por mi lengua y le di un ligero masaje, acompasado, lento de arriba abajo, sin pausas sin prisas sabedor de que si seguía ahí en cualquier momento se correría en mi boca, cosa que desde luego me encantaba y más con ella pues al hacerlo emanaba cualquier cantidad de líquidos que varias veces me cortaban la respiración, sin dejar de pensar en lo que vendría después me dispuse a recibir sus mieles, sus gemidos y movimientos eran cada vez más continuos y mas escandalosos, me descansé en su entrada y abriendo la boca al máximo hundí mi lengua en su interior, sin dejar escapar ni una sola gota, arremetí con más fuerza mis movimientos de lengua hasta que la escuché gritar, me pedía que parara que no siguiera más , que por favor me detuviera que se moría, no sólo no hice caso a su reclamos, al contrario me separé un momento de su monte para dar paso a clavarle mi verga que sin ningún tipo de resistencia se fue hasta el fondo de su ser, sin miramientos arrecié mis entradas con un ritmo endemoniado le dejaba ir cada vez más adentro mi estaca, suaves y a veces lentos se arqueaba por enésima vez, se desvanecía nuevamente, dejaba su cuerpo sin voluntad, y eso lo aprovechaba con mucha alegría, con decisión y fuerza la giré para poner su culo en pompa, y admirar desde otro ángulo, lo que tantas veces había soñado, lo admiré con mucha pausa, cada pliegue cada centímetro, lo besé tiernamente sacándole un respingo, -no amor por ahí no- en mi interior moría por tenerlo, por hacer mío ese trasero, pero pensándolo bien creo que no era el mejor momento, bese nuevamente ese pequeño hoyito dando pequeños lametazos y recorriendo de arriba abajo pasando por su vulva y terminado en el hoyo, la tomé firme por sus caderas y la jalé hacia mí, sin miramientos se la volvía hundir este vez despacio, muy despacio, dando tiempo a que la disfrutara y al tiempo yo también, una y otra vez lo hice adentro y afuera en el clásico movimiento de dos cuerpos amándose, no hubo más palabras, los gemidos de ambos anunciaron un orgasmo simultáneo, los movimientos fueron más salvajes de ambas partes , entre chasquidos , quejidos sudores, besos olores y alguna que otra palabreja nos tumbamos en la cama presos de choques eléctricos por la llegada del orgasmo logrado, mi semen inundaba su cueva, mi falo bañado en sus líquidos no cesaba de palpitar al unísono con su sexo.
Apenas retomé el aliento bajé a su entrepierna para observarla, chorreaba de ambos líquidos, le metí mi dedo hasta el fondo, sacándole nuevamente otro gemido, lo paseaba por su interior busqué su clítoris y con suaves círculos lo dibujé, tracé todos sus pliegues mis dedos ya tenían los resultados del encuentro amoroso apenas unos minutos antes, acomodé mi cuerpo a su lado y dando a probar mi dedo abrí su boca para que lo chupara, al principio lo rechazó, pero conforme le tomaba sabor fue cediendo poco a poco, si ustedes hubieran estado ahí compartirían este que les digo, jamás he tenido una visión más erótica que esa, de verdad se los digo si algún día tienen la oportunidad y la chica con la que se encuentren lo acepta, inténtelo, no se arrepentirán, así pues habiendo lamido mi dedo, y tomado jugos de ella y míos seguí al punto débil de mi amante, como antes he dicho las tetas de Sonia han sido la puerta de cualquier antojo que he tenido para con ella, sin haber descansado lo suficiente pero ya con nuevos deseos, tomé su cuerpo nuevamente, esta vez solo besé muy poco sus senos, ya que me dediqué más a sus pies, esto hasta ahora ha sido muy lindo en nuestra relación, pues verán para mí no representa ningún problema, ya que en charlas con otros amigos si les causa reparo, y en algunos caso hasta asco, cosa que para mí no, en fin una vez que tomé la posición adecuada me dediqué a chupar uno por uno sus dedos, mi lengua ha sabido hacer su tarea con ella en esta parte de su cuerpo pues de cada lamida que le daba, hacía estremecer su cuerpo, sudaba a cada segundo en el que yo me mantenía en y a su pies, se retorcía entre las sábanas y balbuceaba palabras sin razón, su chucha emanaba líquido, e inconscientemente iba abriendo las piernas como invitándome a pasar a su interior, una vez que la tenía en ese punto comenzaba mi recorrido pasando por sus rodillas lamiendo de a poco su entrepierna y caminando en un transitar sin miramientos hacia su peluda vagina, no pasaba mucho tiempo de que comenzaba besar su entrepierna, cuando sentía el temblor de su cuerpo anunciando su descarga, me aplicaba como muchas veces antes para darle un rico dedo, también le gustaba a la muy guarra, el dedo trabajando en su interior le gustaba, pues cada que se lo hacía , ella misma lo guiaba, lo dirigía con mucha destreza, esto me daba pié a pensar que la muy cabrona se daba dedo muy a menudo, pues en cuanto comenzaba mi labor y apenas unos segundos después la ingrata ya daba respingos anunciándome su orgasmo, a estas alturas ya estaba yo también medio caliente y aprovechando su calidez y sus movimientos la volví a montar sustituyendo el dedo por mi tranca, le gustó sin duda, pues al sentirlo abrió tremendos ojos y me atrapó entre sus piernas, se la empujaba hasta el fondo al tiempo que me jalaba, ¡que ritmo madre mía que ritmo!, si bien no habíamos tenido muchas horas de entrenamiento, parecía que de toda la vida nos hubiéramos amado, el acoplamiento era perfecto, el ritmo, los besos, las caricias parecíamos amantes de años y sólo habíamos pasado minutos entre las sábanas.
El ritmo fue frenético le golpeaba con fuerza las nalgas con mis bolas, mi tolete le perforaba las entrañas al tiempo que anunciaba mi venida, al sentirlo, mi linda amante me aprisionaba con su cuerpo para recibir mi descarga, cerraba los ojos y me atraía hacia ella, no tardé mucho más tiempo cuando ocurrió, me vine en varios tiempos, parecía eterno, ella me gritaba incoherencias, me maldecía por haberla cogido tan lindo, no hubo más palabras me tumbé sobre ella, aún con la respiración al tope, acaricié su cabello y agradecido deposité un beso en su mejilla tracé su cuerpo con mis manos y dejamos que el tiempo transcurriera y así continuar con lo que un día comenzamos.
Al paso del tiempo nuestro encuentros fueron menos continuos, ya que la relación con su esposo cambió, dicen por ahí que el macho puede percibir si otro pretende asaltar su territorio, disculpen la analogía, no quiero sonar peyorativo con este ejemplo, pero en este caso creo que este acontecimiento sirvió para su relación matrimonial mejorara ya que a partir de nuestra relación en la de ella cambió todo para bien, aunque no conmigo pero eso no importa si ella está bien yo también lo estoy.
Qué me deja esta página en mi vida cuál es el aprendizaje de todo esto, sin duda el de haber motivado a una mujer casada con hijos con una familia hecha a que se deje arrebatar por el deseo, por la lujuria, podemos decir también que por el amor, tal vez será juzgada por ustedes ya que si analizamos su conducta podemos hablar de traición.
La traición, esta palabra suena muy fuerte implica muchas cosas, que involucra valores, principios y cuando la traición se presenta, se parten éstos, se quebranta la dignidad del ser humano, se deja de pensar en los demás para dejarse arrastrar por el malsano camino del pecado.
Pecado, qué es el pecado, quién lo determina, con que se mide, ¿hay pecado cuando se ama? de qué hablamos cuando decimos eres un pecador a quién le estamos faltando, si bien el pecado del que estamos hablando es el de la lujuria, el del adulterio o la falta a un sacramento eclesiástico, no se puede determinar culpa cuando una mujer se entrega al amor, debemos saber diferenciar entre amor y sólo pasión, en verdad les digo, hubo amor.
Amor, esta palabra tan dicha, tan escuchada, pues si, en efecto hubo amor y mucho a pesar de darse a oscuras, a escondidas pero eso no indica que no haya sido sincero o que le haya faltado algo, les aseguro que no le faltó nada hubo ternura, dulzura, carne, sentimientos, emociones y eso no puede llamarse de otra forma, simplemente amor, y el amor hoy y siempre ha sido el móvil de todo en este mundo, así que no se puede juzgar, no se puede calificar de malo, no se puede decir que traicionamos, no, no aceptaría nunca ese término, porque la amé, a mi forma si ustedes quieren pero de verdad que lo hice, fue un amor fugaz pero intenso, pude cerrar ese círculo que por muchos años no tuvo conclusión y que al hacerlo pude mirarla con otros ojos, puede sentir en su mirada lo que nunca pensé encontrar y hoy en día podemos mirarnos de frente sin rubores, sin debernos nada, porque dejamos todo lo nos debíamos todo lo que el destino nos tenía reservado.
¿Quién es ella?, es la mujer que por mucho tiempo llenó mis espacio y a quien hoy le hago un homenaje con estas líneas, tal vez nunca las lea, tal vez nunca se entere que es ella la protagonista de este capítulo, pero ustedes si lo saben, si conocieron de nuestra historia y con eso me doy por bien servido.