Sonia: ahora el padre me rompió el culo

Sigo la historia de cuando el padre me devirgó el ano.

Como están, soy Sonia otra vez, espero que les haya gustado el relato que les envié contándoles mi primera vez cuando el padre me desvirgo, tengo algunas cosas mas que relatarles, ya que como ustedes comprenderán después de esa ocasión mi inocencia se había acabado , ya conocía el placer del sexo así que lo quería seguir disfrutando.

Al salir de la iglesia ya no me importaba nada, ni siquiera la forma en que había sucedido, y con quien había sucedido lo que para mi era importante era el hecho de que ya había conocido los placeres de la carne.

Todo eso era lo que iba pensando camino a mi casa, mientras caminaba sentía aun las molestias en mi cosita de la cogida que me había puesto el padre, y sentía como si la gente se diera cuenta de lo sucedido cuando me miraba aunque ellos no tenían ni idea de lo que había vivido.

Mi casa se encuentra a unos 15 minutos caminando de la iglesia, mire mi reloj y vi que eran las 10 de la noche, todo había pasado en menos de una hora y media, había salido virgen de mi casa y regresaba hecha una mujer.

Todos esos pensamientos me causaban emociones que yo no entendía, me hacia gracia el pensar que todos creían que el padre era muy bueno y me decía: si supieran lo que hace con la monja y lo que me había hecho a mi, recordaba a la monja y me causaba mas risa el hecho de que todos la trataban como si fuera una santa por cuidar a los enfermos y llevar un habito, si el pueblo la hubiera visto con el trozo de carne del padre atravesado en la garganta su opinión cambiaria radicalmente.

Por otro lado, había algunos sentimientos de culpa en mi mente que me decían que aun era muy joven para hacer lo que había hecho, recuerdos de lo que mi madre siempre me había dicho de que debía de conservar mi virginidad, el no haber permitido nunca que mi novio siquiera me tocara las nalgas por mucho que insistiera y yo le decía que no estaba bien. Eso me hacia sentir culpable… pero también me hacia sentir diferente.

Iba completamente ensimismada en mis pensamientos, cuando me di cuenta que estaba a solo media calle de mi casa, no tarde mas de 5 minutos en llegar, esperaba que como ya era un poco tarde estuviesen todos durmiendo, pero no era así, sentada en la sala estaba mi madre costurando algunas ropas de mi padre, al verme llegar sonrió y pregunto:

Como te fue en la iglesia, Sonia?

Al escuchar la pregunta, nuevamente llego a mi mente todo lo que había pasado, y le respondí:

Bien mama, bien, estoy cansada voy a dormir.

Te ves rara muchacha, que tienes? Pregunto nuevamente.

Nada madre, ha de ser por la bendición que me dio el padre que me ves así, y sonreí para mis adentros, en ese momento decidí dejar las culpas.

Antes de dormir decidí darme un baño.

Entre al baño y deje la llave del agua caliente abierta en lo que me quitaba la ropa, conforme me fui desnudando fui viendo con mas detenimiento mi cuerpo, me quite la blusa y al quitarme el brasier acaricie mis pechos blancos y volví a sentir el hormigueo en los pezones, me solté el cabello, la imagen que el espejo de la pared me devolvía me gusto y mientras continuaba desnudándome me gustaba mas, hoy entiendo que el cambio mas que físico fue en mi actitud y en como veía las cosas, yo nunca me había fijado tanto en mi misma, y ahora quería saber por que había sentido tantas cosas, al quitarme la falda vi mis piernas delgadas pero bien formadas y si pensarlo pase la yema de mis dedos por mis muslos, un ligero estremecimiento me recorrió, mi piel se puso chinita y mis pezones se pararon.

Me fui bajando el calzoncito y al quitármelo me quede viendo como hipnotizada la parte del medio donde se había formado una mancha entre amarillenta y rojiza, pude percibir el olor que había sentido cuando miraba al padre con la hermana Camila, y sin pensarlo me la lleve hacia la nariz y aspire el aroma a mi sexo.

Deje la panteleta y continué viendo mi cuerpo, los vellos de mi pubis estaban enmarañados debido a los jugos resecos que se habían corrido en los momentos en que el padre profanaba mi sexo.

Pase mi mano por mi rajita adolorida y la sentí todavía húmeda, comencé a tallarla de arriba abajo tratando de mitigar un poco el ardor que sentía, al hacerlo llegaron a mi nuevas sensaciones, otra vez la humedad que se hacia mas fuerte y el aroma que se presentaba una vez mas.

Continué tallándome y al llegar a mi clítoris, un espasmo me sacudió al volver a sentir la sensación de cuando el padre me había pasado la lengua, y como si mis dedos tuvieran vida propia comenzaron a moverse rítmicamente sobre el.

Lleve mi otra mano a mis senos y los acaricie como hubiera deseado que lo hiciera el, apretándolos y sobandolos suavemente mientras de tanto en tanto me jalaba los pezones.

El dolorcillo aunque presente fue disminuyendo a medida que mi excitación aumentaba y los jugos de mi vagina comenzaban a mojar mi mano, sin pensarlo, introduje mi dedo medio en mi rajita con un mete y saca exacto a mis necesidades, sin lastimarme.

Mi mente comenzó a volar, me imaginaba que el grueso miembro del padre estaba nuevamente dentro de mi, y que bombeada nuevamente mis entrañas, deje mis senos y dirigí mi mano hacia mi clítoris que continué jugando con mis dedos mientras penetraba mi cuevita de adolescente con dos de mis dedos.

La imagen que me devolvió el espejo frente al que aun continuaba parada fue impactante y bestial, nunca imagine verme así:

Parada con las piernas abiertas con mi sexo siendo poseído por mis propias manos, a un ritmo que yo misma me imponía y que para esos momentos me acercaban a un nuevo orgasmo.

Sin embargo no era suficiente lo que hacia para lograrlo, no conseguía el ansiado placer que había sentido con la verga del padre, y me di cuenta de que el grosor y la inexperiencia de mis dedos no ayudaban a alcanzarlo, sin medir las consecuencias tome uno de los frascos de desodorante que había junto al espejo y lo lleve a la entrada de mi sexo, lo introduje dentro mi sin pensarlo y aunque volví a sentir dolor en mi vagina lastimada, nuevamente me sentí llena, abierta por segunda vez en menos de dos horas, y entonces si, al mismo ritmo que me daba con los dedos me di con ese bote que en esos momentos sustituía al precioso trozo de carne del macho que me había vuelto una perdida del sexo.

Apreté la boca lo más que pude para evitar dejar salir un grito de satisfacción cuando sentí como mis entrañas se volcaban en una cantidad de líquido proveniente de mi vagina y que mojaban completamente mis manos.

Jadeando lo mas bajo que podía para que no me escucharan, fui sacando con mucha suavidad el bote de desodorante de mi vaginita cuando estuvo completamente fuera lo arroje al lavabo, cerré los ojos y me apoye con las dos manos en el. Así estuve por unos segundos tratando de recuperar el aliento, al abrir lo ojos vi el bote brilloso por mis jugos y con hilillos de sangre alrededor.

Mi cabeza daba vueltas mientras se formaba un hueco en mi estomago, al levantar la vista y ver mi rostro en el espejo completamente trasfigurado, bañado en sudor por el calor de mi cuerpo y el vapor del agua caliente, mis ojos enrojecidos con algunas lagrimas que se me escaparon al momento de mi venida, mis labios resecos tal como sentía la boca y la garganta.

No pude reconocer a la Sonia que había salido de su casa horas antes, la que estaba frente al espejo era otra, una Sonia nueva con un brillo nuevo en los ojos, una Sonia que ya conocía de lo que era capaz con tal de sentir placer.

Voltee y note el agua que seguía cayendo de la regadera, ya un poco mas repuesta la ajuste con el agua fría y me metí a bañar, el agua poco a poco me relajo y sentí un cansancio hasta ese momento desconocido, me jabone, y me lave bien.

Me vestí con una ropa que tenía para dormir, y me puse una toalla por que aun tenía un poco de sangrado, me recosté, recordé lo que había hecho, sonreí y me quede dormida.

A la mañana siguiente al despertar me sentía con un cansancio raro en mi, quería quedarme tirada en la cama sin levantarme en todo el día, escuche a mi madre hablar con mi hermano que ya se iba a clase y mire el reloj, eran las 07:30 de la mañana.

Me levante aun medio dormida y sentí un dolorcito grato en las piernas que me hizo despertar del todo y recordar mis ultimas horas.

En eso mi madre entro al cuarto y me pregunto si desayunaría algo antes de irme a la escuela, le conteste que si, tenia mucha hambre, y me dirigí al baño.

Entre al baño y me mire en el espejo, mi cara ya se encontraba descansada y me veía bien, mis ojos continuaban con ese brillo nuevo que ahora parecía era permanente.

Comencé a quitarme la ropa junto con la toalla que me había puesto para no manchar la ropa de cama y la avente al bote de la basura, y entre a la regadera que ya estaba lista, pues mi hermano se había bañado antes y el agua caliente no tardo en salir.

No tarde bañándome pues se me hacia tarde, al salir del baño, encontré junto a la puerta la pantaletita manchada que me había quitado la noche anterior, la recogí y decidí guardarla tal y como estaba, seria el recuerdo de mi primera vez y la conserve por muchos años hasta que me case.

Desayune junto a mi hermano que se me quedaba viendo insistentemente, sin dejar su cara seria e inquisitiva, -te ves rara- me dijo.

Yo no conteste y seguí desayunando, termine y me dirigí a la escuela.

Pasaron varios días, yo continué con mi vida normal, en los primeros días el recuerdo constante de lo que había pasado continuamente me asaltaba, con lo que solo conseguía excitarme y pensar mas en el padre, yo asistía normalmente al catecismo y la misa del domingo para no despertar sospechas mi conducta con el padre no cambio, siguió siendo amable y cordial, el miraba de vez en vez y yo correspondía sus miradas con una ligera sonrisa de complicidad.

Así transcurrieron dos semanas, hasta que el día que tenia catecismo se me acerco y me dijo:

como estas Sonia?

Volteando le dije:

  • esperándolo padre

esperándome?

Si le sorprende? Pregunte

No, no me sorprende, ven conmigo por favor.

Mi sexo palpito al escuchar esas palabras, lo mire sonriendo y le seguía hacia la sacristía.

Me hizo pasar a la oficina, entro el y cerro la puerta.

Se me acerco directamente sin mediar palabra y coloco sus manos sobre mis pechos sobandolos suavemente, sentí sus manos fuertes sobre mi vestido acariciándome firmemente, me miro con sus ojos llenos de lascivia mientras acercaba su boca a mi cuello y me empezaba a besar, sin ningún rastro de pudor coloque mi mano sobre su miembro y lo sentí duro, largo, mi estomago sintió una sensación que nacía en mi sexo, continué tallando su verga por encima de la sotana y su pantalón.

El ya me besaba metiendo su lengua en lo mas profundo de mi garganta mientras sus manos recorrían mi cuerpo, al tiempo que iba despojándome de mis ropas, me saco la blusa por encima de la cabeza y me quito el brasier dejando mis chiches libres, volvió a masajearlas jalándome los pezones mientras me miraba a los ojos, metió uno de ellos a su boca y comenzó a lamerlo y succionarlo firmemente, yo en tanto le seguía sobando la verga. Alternaba una pezón con el otro, yo emitía fuertes gemidos y suspiros que pensé que se escucharan en la misma iglesia.

Sin poder esperar mas, se quito la sotana y yo sin dudarlo le abrí el pantalón y le saque ese tronco de verga que me tenia vuelta loca en menos de 24 horas, al sentir la suave pero dura verga en mi mano me arrodille abriendo las piernas y mirándolo a los ojos con mi carita de niña, abrí mi adolescente boca de 16 años y me la fui tragando lentamente hasta que topo con mi garganta, cuando la tuve ahí, me detuve unos segundos mientras trataba de respirar por la nariz sin atragantarme, mis manos acariciaban los muslos del padre, mientras mis labios subían y bajaban alrededor de su verga.

El padre coloco su mano sobre mi cabeza y acariciando mi cabello tiernamente marcaba el ritmo de mi mamada.

La sensación de tener mi boca llena de su carne no la puedo describir, como se siente la piel suave y a vez dura de ese inmenso trozo de carne era algo que no había nunca imaginado, pasar la lengua sobre las venas, sobre la cabeza, era magnifico, sin dejar de mencionar el sabor, ese jugo baboso que tenia confundiéndose con mi saliva, tenia un sabor semisalado, al principio note un ligero sabor a orín , pero fue muy rápido ya que al revolverse con mi saliva me lo tuve que tragar.

Seguí mamando la verga del padre como si de esa dependiera mi vida, como si fuera una fuente de alimento, sin poder evitarlo, empecé a dejar salir mi saliva y los jugos de la verga del padre sin sacármela de la boca, eso provoca que yo emitiera sonidos que a mi me parecieron excitantes.

El padre me sacaba la verga llena de baba y me la pasaba por la cara, me la volvía a meter y me la sacaba de golpe, lo que provocaba un sonido chistoso, se la tomaba con la mano y me daba ligeros golpes en los labios, mi saliva revuelta con los jugos de su verga me caían sobre los pechos. Era una total locura.

No se cuanto tiempo estuve así con su reata cogiendome por la boca, por que si he de ser honesta, lo que hice dejo de ser una mamada para convertirse en una cogida oral.

Mi sexo latía como si mi corazón estuviera, ahí en mi raja.

De un solo golpe el me la saco y levantando de los brazos me puso de pie, sin que me dijera nada me saque la falda que traía junto con los calzones y lo vi. desesperado quitándose el pantalón, al lograrlo se acerco a mi que estaba parada sin decir una sola palabra, me tomo del brazo y me llevo a un sofá que tenia en la oficina, se sentó y abrió la piernas, su verga apuntaba al techo en todo su esplendor, recta, dura, lubricada con mi saliva.

No tuvo que decirme que es lo que tenia hacer, me coloque frente a el y subí mi rodilla derecha junto a su muslo, y me puse ahorcajas sobre el, tome su verga y fui descendiendo lentamente sobre ella, al sentir la cabeza en la entrada de mi raja, un ligero ardor me hizo estremecer pero no le hice el menor caso, despacio, gozando cada centímetro de esa religiosa verga, me la fui devorando.

el se quedo quieto, con sus manos sobre mis caderas me indico que subiera y bajara, comencé el movimiento ritual de empalarme rítmicamente en el, sin dejar de mirarlo a los ojos, el sonreía extasiado con el placer que le estaba proporcionando.

Fui acelerando mis movimientos tratando de alcanzar mi orgasmo, lo que logre en pocos minutos por la excitación que tenia, sentí claramente como algo caliente me salio de dentro de mi bañando su verga ricamente.

Cuando todo eso dejo de salirme, me fui quedando quieta completamente sofocada y agitada por la venida.

El me tomo de la cara, me hizo verlo y me dijo:

Eres la mejor, no creí que te fuera a gustar tanto, y aprendieras tan pronto.

No lo creo – le respondí-

-Por que lo dices –

-por que no me dio su leche-

-Ah mi pequeña, no te preocupes te la voy a dar, pero hoy sentirás algo nuevo-

Tomándome de la cintura me coloco a un lado en el sofá, me recostó sobre mi espalda y abriéndome las piernas las levanto, se hecho para atrás y colocándose boca abajo, dirigió su lengua a mi ano que se encontraba totalmente expuesto por la posición en que me encontraba.

Sentí su lengua rasposa y húmeda pasar por mi culo de arriba abajo, una sensación completamente nueva me invadió, el comenzó a chupar y a succionar mi ano de una manera encantadora, de pronto sentí que algo entraba en mi recto dándome una placer infinito aunque raro, en un momento me di cuenta que era su lengua que tenia metida en mis entrañas, mientras hacia todo esto no había dejado de acariciarme el clítoris con sus dedos. Estaba en el quinto cielo.

Sentí su lengua subir por mi culo hasta mi rajita, que también succiono para seguir directamente a mi clítoris, que comenzó a chupar deliciosamente, de pronto volví a sentir algo que pugnaba por entrar en mi puertita trasera, sin ningún problema el la abrió con su dedo por lo lubricada que me había dejado con su saliva, sentí su dedo que entraba y salía sin molestias y si con un nuevo placer completamente desconocido.

El siguió chupando mi clítoris, cuando sentí que algo más quería meterse y solté un ligero gritito de dolor, el dejo de chuparme, diciéndome que no me preocupara que pronto pasaría, tenia razón la molestia paso y el continuo metiéndome ya tres dedos en el culo y yo sin sentir ningún dolor.

Después de algunos minutos mas, el separo su boca de mi cosita y sin sacarme los dedos del culo se arrodillo frente a mi que continuaba con las piernas abiertas con las rodilla en el pecho.

Me vio de una manera lasciva y sentí que iba sacando lentamente los dedos, sentí una sensación de ligereza y un gas se me escapo, el sonrió tiernamente y coloco la cabeza de su verga en mi ano.

Yo trague saliva, por que sabía perfectamente el tamaño que tenia esa tranca, pero no me importaba.

El empujo con firmeza contra la entrada de mi culo, y el esfínter cedió ligeramente por la dilatación que tenia debido a la dedeada que me había dado, pero no era lo mismo tres dedos que su verga, por lo que ofrecía resistencia.

El impávido continuo tratando de metérmela, cuando la cabeza de ese fierro entro, solté un alarido que tuvo que haberse escuchado, el me tapo la boca con una mano, mientras detenía mis piernas con la otra, por que yo estaba tratando de empujarlo con las mías: se quedo quieto ya que había logrado meterme la cabeza.

Quédate quieta –me dijo- si te mueves te dolerá mas, tienes que acostumbrarte pequeña, poco a poco.

Yo lo miraba con los ojos desorbitados y me corrían unas lagrimas, el dolor era intenso, parecía que me estaban partiendo en dos, el dolor llegaba hasta mi estomago.

El coloco su mano sobre mi clítoris y lo empezó a tallar, poco a poco el dolor fue cediendo, yo deje de empujarlo y le quite la mano de mi boca.

Inhale y le dije con voz quebrada:

Ya, creo que ya.

Muy bien mi pequeña.

Y lentamente fue metiendo el resto de su miembro, a cada centímetro que me metía sentía que abría mas el ano, una sensación de querer defecar me invadió y se lo dije, me contesto que no pasaría nada, y siguió metiéndola hasta que lo sentí topar con mis nalgas.

Comenzó el mete y saca casi imposible, lentamente me bombeaba mientras continuaba acariciándome el clítoris.

Su bombeo se fue haciendo cada vez mas rápido y fuerte, me tomo la mano y la llevo a mi cosita y me dijo que me masturbara, el me agarro de las dos piernas e intensifico el bombeo.

De la molestia inicial y del dolor no quedaba nada, sentía un placer indescriptible tanto en el culo como en el sexo, no tarde en comenzar a meterme los dedos en la cosita acompasándome con la verga del padre que tenia metida en el culo y que casi me llegaba al estomago.

La venida que me arremetió fue intenso, mis dedos se llenaron de jugos como la noche anterior,

Sentí al padre poner mas fuerza en mis piernas y aumentar la rapidez de sus movimientos, su cara se desfiguro y lanzo un grito, sentí la leche caliente del padre llenándome los intestinos. Sentí su verga vibrar en mi interior, dándome unas ultimas estocadas termino de exprimirse la verga con mi ano, y me la fue sacando lentamente.

Me soltó las piernas y se dejo caer pesadamente en el sofá, baje las piernas que ya tenia un poco entumidas, me acerque a el y le dije:

Padre –quiero seguir siendo bendecida siempre por usted – le di un beso y me levante.

Lentamente me vestí, mientras el me miraba, al salir de la sacristía ya era tarde los niños se habían ida ya, el culo me dolía un poco y tenia ganas de ir al baño, sentí como se fue corriendo la leche del padre de adentro de mi ano, iba feliz.