Sonetos
Dos miradas que se cruzan ardientes
LESBOS
Dos miradas que se cruzan ardientes
de deseos prohibidos. Dos nerviosas
manos que desabrochan presurosas
los vestidos. Dos lenguas impacientes
que se buscan torpes entre los dientes.
Dos bocas rojas, abiertas, jugosas;
se unen en caricias lujuriosas
sobre cuerpos que fueron inocentes.
Dos pechos femeninos que se rozan.
Pezones que se yerguen excitados.
Dos vulvas que se inflaman y se gozan
y se abren y se besan y se mojan.
Suaves cuerpos de mujer enlazados
que en manos del sáfico amor se arrojan.
BESO TU INTIMIDAD
Mis dedos recorren tu piel nerviosos,
de tus pechos rozan la suavidad
sedosa. Tú muestras pasividad
mientras te besan mis labios gozosos
todo el cuerpo. Brotan de tus hermosos
ojos lágrimas de felicidad
cuando, al llegar a tu feminidad
los labios, su néctar liban golosos.
Tus manos se aferran a mi cabello.
Tu vientre se crispa con un espasmo
que asciende por la espalda hasta tu cuello.
Te sumerges gozosa en un marasmo
de gemidos leves, que son el sello
que anuncia la llegada del orgasmo.
TUS PECHOS
T e veo si cierro fuerte mis ojos,
veo tu cuerpo desnudo y abierto,
y lánguido, y abandonado, y yerto;
entregándote toda a mis antojos,
y sonriéndome con tus labios rojos,
que invitan a descansar en tu puerto
a mis manos, que con vagar incierto
te recorren toda. Puesto de hinojos
adoro tus pechos que, generosos,
se ofrecen a mis caricias, temblando
bajo mis labios que juegan golosos
con su turgencia. Gozo contemplando
mis dedos, en los anillos sedosos
del pubis, como se van enredando.
MASTURBACIÓN
En la penumbra de la habitación
te veo tendida sobre mi lecho,
acaricias tu lujurioso pecho
jugando los dedos sobre el pezón
rosado. En tus ojos una pasión
desbordante hace que a cada trecho
tu mano tiemble sobre el estrecho
canal del sexo, donde ese botón
de carne roja y dura, inflamado
de deseo, fuente de los placeres
carnales, se insinúa descarado
entre esos dos labios que las mujeres
tienen. Y tu cuerpo se arquea agitado
cuando tu mano logra lo que quieres.