Sonetos anatómico-forenses
¿Qué tendrá el cuerpo humano -en sus dos posibilidades, mujer y hombre- que lo hace tan interesante? Loa a algunas zonas erógenas.
SONETOS ANATÓMICO-FORENSES
I
¡Oh falo, viril cetro poderoso,
bella verga que en la bella te hundes,
duro vigor que huye si te hundes
en sexo ajeno, mojado y pringoso!
¡Oh nabo humano, altivo y glorioso,
pepino masculino que confundes
cuando el vello aledaño te tundes
luciendo aún más altivo y lustroso!
A ti, pene flácido, rindo honores
cuando abandonas todos tus temores
mereciendo por ello ser loado,
cuando te hinchas repleto de humores
y, en ausencia de quien te eche flores,
te corres tras haberte masturbado.
II
Potorro, chichi, coño o conejo,
parrusa, seta, figa o almeja...
en tanta alternativa se refleja
que lo sencillo puede ser complejo.
Si es verdad que el diablo sabe por viejo,
de vulvas sólo sabe si se deja
orientar si la vagina aconseja
y es capaz de seguir el tal consejo.
De coños sólo saben las mujeres,
que el olor, la textura o el sabor
de un coño no es saber en absoluto.
(Me aprenderé el tuyo si tú quieres
enseñarme a quemarme en su calor,
que en tu disfrute es donde yo disfruto).
III
Secundarios de lujo, siempre fuera
del lugar donde se monta el cotarro...
Lo intentáis y nunca subís al carro:
que entrar ahí no entráis aunque se quiera.
Me vais a permitir que yo prefiera
al mariachi que sois frente a ese charro
que os acompaña -aunque con pies de barro,
de vuestro concurso siempre a la espera-.
Esfera testicular, fiel escroto
que aunque el coño os es ignoto
estáis ahí, cual fiel infantería:
sin vosotros, al entrar a ese coto
que es de la mujer el virgo roto,
al nabo le falta la artillería.
IV
¡Siempre tan alejados de la acción,
medio cuerpo tarde al llegar a meta,
con más vibraciones que una Lambretta
cuando ya se ha iniciado el revolcón...!
(Dos reclusos huyen de esa prisión
tratando de asomar fuera la jeta,
surgiendo de la nada, cual la seta,
aparece un pezón y otro pezón).
¡Tetas que os movéis a ritmo marcado,
vosotras sois descanso del guerrero
cuando corriéndose cae derrotado!
Cierto es que nunca os han penetrado,
mas vuestro marcador sexual no es cero:
¡mil veces más que al coño os han besado!