Somos primas y amantes
Mi prima me ayudo a salir de mi decepción amorosa... y de que manera.
SOMOS PRIMAS Y AMANTES.
Como en el relato anterior les dejo mi nombre a la imaginación, soy una encantadora Zuliana, trigueña con lindo cuerpo. Desde hace dos años tengo una hermosa relación sexual y sentimental con mi prima Belkys y entre nosotras jamás se ha tratado de dominación, sino de placer, disfrute.
Todo empezó cuando yo tuve una gran decepción sentimental con un ex novio. Yo estaba tan deprimida que hasta quería acabar con mi vida. Necesitaba hablar con alguien, entonces llamé a Belkys que vive en caracas y le conté mi fracaso amoroso. Sin vacilar ella me propuso que me pasara unos días en su casa. Tome el aeroejecutivo y me fui a verla a caracas. Hacía 5 largos años que no nos habíamos visto y ella había cambiado mucho, ya no era más una adolescente, bueno también ella dijo lo mismo de mi.
Resulta que todas las noches salíamos a bailar, de verdad mi prima me fue de gran ayuda y en ningún momento pude imaginarme que ella era lesbiana, hasta el fin de semana que mis tíos se fueron a margarita. El sábado en la tarde, estábamos tomando el sol, desnuditas en la terraza de su casa cuando en medio de una charla, inesperadamente Belkys me confesó que yo le gustaba mucho y de paso también me confesó que nunca había tenido una relación con un hombre. " Pero conchale somos primas"... traté de decirle pero de pronto ella se pegó a mi, luego agarro mis manos y me las puso en sus tetas. " Que importa si somos primas, ambas necesitamos cariño y vamos a pasarlo chévere". Me dijo y volteándose me dio un sublime beso en la boca. " Verás prima es mucho más rico entre chicas". Agregó acariciando mis meloncitos.
Para que los vecinos de enfrente no nos vieran, nos sentamos en el piso, enseguida me abrió las piernas y pegó sus labios en mi cuca. " Conchale prima que estás haciendo, esto se llama incesto". Pero sin hacerme caso comenzó a lamerme la pepa. Esto fue tan rico que me puse a chillar más y más, los roces de su lengua en mi clítoris me llevaban al clímax. Viendo que yo lo gozaba entonces ella se puso de pie y me penetró la cuca con sus dedos. " Te gusta primita? Dime que te gusta...". Me preguntaba dándome la lengua mientras movía sus dedos en todos los sentidos dentro de mi coño.
" Sé que no deberíamos hacerlo pero, ay coño, que rico se sienten tus deditos por ahí mi amor no te pares por favor". Susurré con el aliento entrecortado por la gozadera. " No te muevas de aquí". Dijo Belkys y se fue a su cuarto y regreso con un largo consolador rosado que yo solo había visto en películas xxx. " Te presento mi juguete favorito". Bromeo mi prima pues lo lubricó con su saliva luego me lo puso bien despacito por el vientre.
Centímetro por centímetro lo sentí metiendose lentamente en mi carne, dilatando mi vagina, tuve una sensación riquísima de estar bien rellenita. Por ver que yo lo disfrutaba mucho comenzó a cogerme con el aparato, haciéndolo ir y venir miles de veces entre mis labios vaginales. Ella se chupaba la otra extremidad, como si se trataba de un guevo, mientras me signaba más y más profundamente, lo que me hizo acabar como loca.
" Yo también quiero sentirlo dentro de mi". Murmuró salivando sobre la otra cabeza del guevo artificial, pues se montó sobre mi y se la puso por su cosita. En seguida juntas nos pusimos a mover las caderas, de forma que el bicho se metiera cada vez más dentro de las dos.
Esto fue una comunión total y este aparato es toda una maravilla en el sentido que permite a dos chicas cogerse mutuamente. De más es bien largo, entonces alcanza para probar varias posiciones y eso fue lo que hicimos. Muy pronto, juntas fuimos estremecidas por un tremendo orgasmo que nos dejó sin fuerzas.
Nos quedamos un buen rato descansando, acostadas en el piso, acariciándonos, besándonos ya enamoradísimas. Hicimos el amor toda la noche en su cuarto. Al día siguiente decidí llevar las cosas a mi manera. Mientras Belkys estaba dormida, agarré la verga de goma, primero la desperté con una divina mamada luego la doble con los pies hasta su cabeza pues la alboroté con el bicho bien metido en su cuquita. Finalmente, a mi turno me subí encima de ella y me la cogí bien rico.