Somos cuatro (2)

Descripción del inicio de una nueva vida.

Somos cuatro (2)

Para ver la primera parte ir a:

http://www.todorelatos.com/relato/35773/

Así inicio nuestra relación, durante algunos meses nos veíamos 4 o 5 veces a la semana para coger, en esos meses aprendí a sentarme en su pene (su posición favorita, sobre todo cuando le daba la espalda), me hice experta en apretar su verga con mi culo y él hizo músculo cuando me la metía yo abajo y mis piernas en sus hombros (mi posición favorita). También recorrimos toda la casa haciendo el amor, me hizo suya en el comedor, en el patio, en salita y hasta en el jardín.

Y todo continuo normal hasta que un día, exactamente a cinco meses de habernos conocido, en el trabajo recibí una flor; todos en la oficina se reían y me decían que una admiradora anónima me la enviaba, pero yo sabía muy bien de quien se trataba, era Roberto, era mi hombre, en la tarjeta solo venía apuntada la siguiente leyenda "9:00 PM, en el lugar de siempre, te tengo una sorpresa"

Esa noche llegue ala casa y me acicale muy bien para él, yo sabía que a Roberto le encantaba que usará ropa intima de mujer muy sexy, pero hasta ese momento no había tenido los medios para adquirirla y como mi hermana estaba en casa no le podía pedir nada "prestado", así que medio triste me seguí arreglando, pero con la ilusión de sentir una buena verga esa noche.

"El lugar de siempre" sabía que era su casa, él me había dado unas llaves así que puntualita llegue y abrí. Me sorprendió que todo estuviera oscuro, así que prendí la luz y me encuentro con la más maravillosa sorpresa que haya recibido hasta ese entonces: toda la sala estaba cubierta por pétalos de rosas y sobre un sillón estaba un conjunto de bra y bikini maravilloso, azules de encaje y además un baby-doll del mismo color y una nota que decía: "Gaby, en estos meses que llevamos juntos me has hecho el hombre más dichoso sobre la tierra, este es un pequeño regalo para realzar tu belleza, espero lo podamos estrenar esta misma noche, de una manera muy especial. PD. Mira el sobre adjunto" Y entonces observe, sobresaliendo bajo el bikini otro sobre, lo abrí y lo que mire me dejo de lo más emocionada y caliente: se trataba de dos hojas en las que se detallaban de manera muy específica que tanto Roberto como yo nos encontrábamos muy sanos y libres de cualquier enfermedad venérea; y es que casi al comenzar a andar juntos nos hicimos exámenes pero yo casi ni me acordaba y ahora con esos resultados se podía cumplir otro de mis sueños: estar en contacto directo con una verga.

Presurosa y emocionada me quite la ropa que traía y me fui al baño con mi lencería nueva. Primero me puse el bikini y me encantó, sin embargo puede notar que bastantes vellos escapaban de él, así que buscando con que recortar esos vellos me encontré con otro paquete que decía mi nombre, lo abrí y casi me emociono hasta las lagrimas, en el paquete se encontraba un kit completo para depilación y unos senos de goma que había visto anunciados en la televisión y que alguna vez le había comentado que me gustaban.

Así que me puse manos a la obra: con las tijeras me recorte el vello pubico y le comencé a dar forma de triangulo invertido y con un rastrillo rosita que venía en el estuche le di los últimos toques. También me quite todo el vello de los testículos y de la ingle, además de dejar sin un solo pelo todo mi culito. Entonces me volví a poner el bikini, esta vez estaba perfecto, pero algo me molestaba de nuevo, eran mis piernas, aunque estaban bonitas estaban muy peludas y en ese momento quería sentirme más mujer y tome la decisión de depilarlas. En la caja que me había dejado, había de todo: tijeras, ceras, depiladora, peinecitos, lociones, en fin, mi hombre había pensado en todo. Me decidí por la depiladora: primero recorte mis vellos con las tijeritas, después me coloque una loción para debilitar el vello y posteriormente inicie con la depilación que fue bastante dolorosa, pero que la ver los resultados sentí que realmente valió la pena: mis piernas estaban súper suaves y se miraban estupendas y más con una crema que venía en el paquetito. Después metí los senos postizos al bra y me lo puse. Cuando me mire al espejo me miraba diferente, me miraba hermosa.

Mi cabello corto estilo honguito y mis facciones un poco femeninas ayudaban a dar el aspecto que quien estaba en ese espejo era una mujer real, una mujer de verdad. Mis pechos postizos tamaño 36b se miraban de infarto en ese sostén de encaje, sin vello en mi pancita y con un bikini muy sexy y mis piernas largas, torneaditas y muy suaves al tacto estaba segura que Roberto iba a caer rendido a mis pies.

Seguía admirándome al espejo cuando escucho ruidos de la puerta, entonces salgo corriendo y me meto al cuarto de Roberto que para esa ocasión estaba lleno de flores por todos lados y la cama con sábanas de satín rojo que me fascinaron. Me metí bajo las sabanas y me tape hasta el cuello cuando él entro.

-Hola preciosa, ¿te gustaron tus regalos?, me pregunto

-Yo, bajando las sabanas y mostrándole mi cuerpo, le digo –Me encantaron, ¿te gusta como los utilice?

-Él solo exclamó: -¡Mamacita!, estas para comerte, te voy a dar la mejor cogida de tu vida

-Y sin condón, le complete

-Si chiquita, al natural, vas a sentir mi leche calientita muy dentro de ti.

Sin más se acerco y me comenzó a besar, me besaba con mucha pasión metiendo su lengua muy dentro de mí, jugando en el interior de mi boca y acariciándome el cuerpo. Cuando sus caricias llegaron a mis piernas, se despego de mí y me dijo: -Que suavecita, que delicia de piernas. Él siguió besándome y fue hasta mi cuello, mis orejas y mientras me besaba me decía cosas como: -Quiero meterte la verga hasta el fondo, -Eres una mujer de verdad, -Me gustas mucho, -Eres solo mía. Fue bajando por mis nuevos pechos y me los estrujaba, -Se sienten riquísimos, me decía. Me besaba el espacio entre estos y mientras seguía estrujándolos bajaba su boca hasta mi ombligo y con su legua jugaba con él; entonces me levanto las caderas y me saco el bikini, cuando volví a poner las nalgas en la cama guarde mi pene, que ya estaba bien duro, detrás de mis piernas, dando el efecto de no tenerlo. Cuando vio mi vello rasurado y en forma de triangulo invertido exclamo: -¡Que rica nenita! Y me beso toda el área del vello, bajando por mis piernas cerradas, acariciándolas con sus manos hasta llegar a mis pies. Después me volteo y fue subiendo con sus besos por mis piernas hasta llegar a mi culito, cuando llegó a él me dijo: -Que delicia de culito, en un rato más lo voy a llenar de lechita, y entonces hizo algo que hasta ese momento nunca me había hecho, metió su cara entre mis nalgas, con sus manos las abrió mucho y comenzó a meter la lengua dentro de mi hoyito. La verdad nunca había sentido nada igual, su lengua jugaba con mi culito y me transmitía mil sensaciones por segundo, yo solo gemía como loca y le decía: -Más, más por favor. Él seguía lamiendo y chupando y comenzó a meter un dedo bien mojado por su saliva que me supo a gloria. Estuvo buen rato dedeandome, cuando entre gemidos y suspiros le dije:- Quiero mamarte la verga y sentirte dentro. Entonces él se paro y yo me levante de la cama y lo comencé a besar, le desabroche la camisa y bese su pecho, sus tetillas y baje por ese rico caminito de vellos hasta su pantalón, el cual desabroche y baje, para quedarme viendo un precioso slip negro muy varonil que me dejo jadeando y deseando ver dentro del él.

–Es la primera vez que saborearé tu verga de verdad, le dije.

–La primera de muchas, me contesto.

Saqué su verga que se me hacía más linda que nunca y pase lentamente mi lengua por su cabeza que exhumaba ricos jugos preseminales. Cuando puse mi lengua por primera vez en su verga la sensación fue extraordinaria, la textura, el sabor y el olor no tenía comparación, así que comencé a pasar mi lengua por toda su cabecita, a disfrutar la textura del tronco, de los huevos y por ultimo a meterme casi toda su verga en la boca y seguir acariciándola con la lengua mientras la sacaba y la volvía a meter; también la chupaba como un caramelo y eso le encantaba. Al rato de estar chupando, me dice:

-Ya te la quiero meter, acuéstate boca arriba.

Yo me tire a la cama súper contenta pues me encanta que me la meta así. Él tomo un poco de lubricante y se lo unto en la verga y otro poco en mi culito aprovechando para meterme hasta dos dedos. Después, lo que me encanta, subí mis dos piernas en sus hombros y el se fue acercando poco a poco a mi, paseo su verga por la entrada de mi ano y lentamente, muy lentamente me la fue metiendo. Creo que mi cara reflejaba felicidad pura y mis gritos y jadeos le demostraban que estaba gozando al máximo. Sentir una verga al natural era simplemente increíble y cuando la sentí dentro completa fue un clímax maravilloso para mí. Entonces comenzó a sacarla y meterla muy despacio, disfrutando ambos del momento, mirar su cara con los ojos cerrados disfrutándome, sentir su verga en el interior y escuchar nuestros jadeos mezclados me enloquecía. Y fue ese momento cuando el aceleró el ritmo y con ello nuestra respiración, al poco tiempo sentí en mi culito la más tremenda de las sensaciones, sentía como la verga de Roberto se ensanchaba y claramente percibía los chorros de semen que me inundaban y hacían sentir plena.

Cuando termino de darme tanta felicidad Roberto se dejo caer sobre mí y me besaba muy tiernamente, me decía:

-Me encantas, eres fabulosa, y yo le respondía: -

Y tú a mí, eres mi macho, me excitas muchísimo.

Poniendo cara de serio me fue sacando la verga muy lentamente y sentí como un chorro de semen salía de mi culito, -Haaaaaaaa, suspiramos los dos al mismo tiempo.

–Te tengo una propuesta, me dijo.

–¿Qué?, le conteste

-Vamos a la otra recamara

Cuando entre a la otra recamara, que según yo estaba abandonada, me la encontré con su cama, su tocador, alfombrado, en fin, listo para habitarse. Me pregunto:

-¿Quieres venirte a vivir conmigo?

-Yo solamente lo abrace, lo bese y le gritaba emocionada que si, que sería maravilloso y que nos divertiríamos muchísimo.

Esa noche por supuesto que estrenamos mi habitación, por supuesto que probé su belicoso semen, esa noche cogimos como desesperados, en espera de los nuevos tiempos.

Continuara

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