Somnolencia
Un joven se despierta de su siesta cuando dos mujeres llaman a su puerta para charlar sobre religión. Pero al final termina enseñándoles él los placeres del sexo.
Encontrábame yo en mis aposentos descansando un fin de semana después de una larga semana de problemas sentimentales y laborales, eran por ahí eso de las 2 de las tarde, estaba durmiendo la siesta en mi apartamento, oí el timbre de mi puerta, me levanté medio dormido sin saber quién era ni por qué timbraba, sólo me levanté como un zombie, y vi un par de mujeres en la puerta que me decían unas cosas que no comprendía debido a mi estado de somnolencia, este par de chicas me mostraban unos textos y poco a poco fui despertando y comprendiendo lo que este par de hembras quería, estaba muy cansado y decidí hacerlas pasar.
Las invité a seguir dentro de mi apartamento, les dije que me esperaran, fui al lavabo y me lavé la cara, me desperté, salí al hall y vi quiénes eran estas mujeres, un par de "SeñoritaS", si así como lo oye un par de "SeñoritaS", todas tapadas de pies a cabeza, con una Biblia en la mano y un rosario con un Cristo al final, eran un par de aspirantes a monjas que vieron hace unos años en la urbanización donde estaba ubicado mi hogar, y por eso habían podido ingresar y timbrar en varios apartamentos para buscar adeptos a su iglesia, eso era lo que querían venderme un par de guías para la vida y convencerme de ir a la iglesia hoy en la noche.
Qué rabia, me había despertado por nada, me había hecho perder la tarde, ahora el sueño que tenía se había ido y quién sabe cuándo regresaría.
Me hablaron de sus cosas me preguntaron unas cosas ahí, mientras me hablaban, noté que una de las "SeñoritaS" se fijaba en mi entrepierna mientras la otra hablaba y de vez en cuando le susurraba algo al oído de la otra, después de un rato, me di cuenta del por qué de esto, yo como estaba durmiendo en ropa interior llevaba un par de boxers y una camiseta vieja, al sentarme a oírlas platicar me senté patiabierto y se me salían las güevas por un lado y la verga por otro, eso era lo que veía la cuasi monja, y le comentaba a la otra, ella no perdía oportunidad de ver mi arma cada que podía, la otra miraba de reojo se hacía la que no tenía curiosidad, esta curiosidad y el imaginarme ese par de hímenes me comenzó a excitar, mi pene tomó dureza y estaba a medio de una total y completa erección cuando se despidieron. Antes de irse la más penosa de las dos me pidió prestado el baño, accedí gustoso a prestárselo estaba decidido a conquistar a la que me estaba viendo las huevas por un buen rato, me le acerqué y conversamos:
Hola, quería disculparme por el espectáculo bochornoso que di y por la indiscreción de mis genitales que se me desparraman por los interiores, sé que esto es muy molesto para ustedes.
Tranquilo joven, nosotras entendemos de esto, para que usted pueda controlar esos impulsos animales usted debería escucharnos e ir a la iglesia a encontrase con Dios
¿Usted puede controlarlos?
Claro que sí, joven.
Vi que no me volteaba la cara mientras decía esto, y vi que sus manos estaban sudando y trataba de secarlas con sus faldas, además tenía un movimiento nervioso de su pierna, como desesperada.
Y cómo hace usted para controlarlos y no ponerse nerviosa o excitada ante la presencia de alguien que sexualmente la desea y usted le corresponde pero no debe hacerlo.
Me entrego a Dios y rezo porque nos perdone por esas actitudes
¿Y ahora esta rezando por nosotros dos?
¿Qué insinúa ?
Usted me agrada mucho y tengo deseos animales hacia usted y su compañera, dígame usted hasta antes de hoy había visto un órgano reproductor masculino
Sí claro, en la iglesia nos enseñan todo eso
Y la había tenido alguna vez en la mano
No cómo se le ocurre usted si es muy ocurrente
Al decirme esto se puso cacheti colorada y su pierna se movía más rápido, sus manos sudaban más, me tomé la verga parada totalmente a este momento y la puse muy cerca de sus manos
Vamos tómelo, siéntalo véalo
Se volteó, no quería verlo
Tómelo antes que salga su compañera del baño y nos vea en estas, tal vez sea la ultima vez en su vida que pueda sentir un pene en sus manos, por qué no aprovecha, si no le gusta si se pude contener , le prometo que lo guardamos en su sitio y nada de esto ha pasado, yo sé que usted no resistirá la curiosidad de sentirlo en su manos.
No me miró estiró la mano hacia atrás, me volteé un poco y pude ver su cara tenía los ojos cerrados fuertemente mientras buscaba mi pene con su mano, la guíe y lo sintió, lo tomó primero lo palpó como esos ciegos cuando están conociendo a alguien y con la yema de los dedos palpan toda la cara de alguien y se la imaginan, pues así palpó ella mi pene, con la yema de sus dedos me recorrió todo el miembro, lo detalló muy bien cuando fue a retirar la mano la llevé a mis güevas, las tomó y tocó recorrió y sintió, parecía que la fuera a pesar, ahora sus ojos no estaban tan cerrados.
Vamos mírala por ultima vez y después esto termina
Tomó aire profundamente, se volteó la miró
Ya le veo ¿qué más quiere?
Que me hagas la paja
Se quedó pálida, sorprendida, y quieta, yo tomé su mano y la llevé a mi pija, no tuve que indicarle que empezara, ella con mucho cariño delicadeza y cuidado, me empezó a recorrer la verga estaba vez apretando el miembro, me recorría el miembro de arriba abajo, me tenía a mil, me sentía a gusto, mi pene estaba ya rojo sentía sus manos suaves, me acerqué a su oído y empecé a besarlo, le metí la lengua dentro de la oreja, le lamí sus lóbulo para después chuparlo y mordisquearlo suavemente, seguí por su cuello, mis manos ahora tomaron sus senos, los tomé firmemente y los apreté sentí su sostén.
Qué bien me haces la paja, no te puedo creer que se la primera vez que haces esto
En la iglesia he visto varias veces a los hermanos hacerlo, me da curiosidad el saber por qué lo hacen y me quedo viéndolos, creo que lo hacen así, ¿está bien?
Bien? Es la mejor pajiada del mundo, tienes unas suaves manos y una delicadeza que me permite sentir todos los músculos y poros de mi pene al máximo.
A este punto de arrechera lo que me llenaba de curiosidad era saber cómo tendría esta "SeñoritA", la cuca estaría húmeda, estaría virgen, estaría esperándome o me haría la paja y ya, pues bien, mis manos bajaron y empecé a subir su falda, tenía unas largas medias que cubrían la totalidad de sus piernas, pero logré llegar al tesoro, corrí con dificultad sus pantaletas y le metí el dedo, estaba húmeda, estaba mojada, mi boca le besaba el cuello cuando:
HERMANA
Se oyó un grito ensordecedor, que nos dejó quietos, su hermana de religión había salido del baño y nos había pillado en medio de nuestra aventura sexual.
La hermana se acercó y le quitó la mano de mi miembro, ésta se acercó a ella no sé qué le estaba diciendo pero yo me acerqué a ella, me arrodillé ante ella y me metí entre sus faldas, busqué el tesoro liquido que había piernas arriba, su hermana me empujó suavemente al comienzo para que me alejara, no sabía qué pasaba afuera de sus faldas, pero adentro las presión que me impedía que le chupara el gallo, había terminado y era hora de empezar a retribuirle a esta futura sor la pajiada que me estaba dando. Corrí lo que pude sus calzones, que eran unos grandotes y conservadores interiores, con la incomodidad de la falda, y de los interiores me dediqué a chuparle el gallo, le lamí todo su extensión, alcancé a tocar con mi lengua su ano, y sentí que le gustaba, a mi oídos empezaron a llegar los sonidos propios de una mujer que esta siendo lamida en la vulva, encontré su clítoris y me dediqué un rato a besarlo, a chuparlo, su clítoris estaba en mi poder, pero después de un buen rato no oía más los gemidos de "SeñoritA", no podía más, necesitaba clavarla porque mi pija ya lo necesitaba, me salí de su interior y oh sorpresa las hermanitas, se estaban besando en la boca y se acariciaban las tetas mientras tanto, yo juraría que la futura sor, no se dio cuenta que yo había dejado su interior, para proceder a la hora del ensarte, este par de hembras se besaban en forma, se tocaban como si llevaran meses sin culiar, la hermana que acababa de salir del baño, se volteó y empezó a desnudarse, me acerqué a ella y le ayudé a quitarse la ropa, con razón esta mujer se demoró tanto en el baño, si tenía puesta mucha ropa encima, tenía ataduras por la espalda por el frente, por los lados por abajo y por encima, mejor dicho ataduras por todos lados, por fin quedo desnuda, pude apreciar su cuerpo desnudo y bello, es una mujer con un hermoso cuerpo, senos medios, con la aureola de los pezones grande, de esas aureolas que cubren la mitad del seno, y los pezones gruesos, de esos pezones que son tan gruesos que parecen chupos de teteros de bebes, pues así son los pezones de esta hembra, su vulva, descuidada, peluda, y grandota, con unos colgantes e inmensos labios superiores, grandísimos parecían un par de güevas, que hembra pa' estar tan buena, sin más ni más, apunté mi glande hacia el hoyo y se fue de una, sin más ni más, ella gimió, me agarró fuertemente de los hombros , cuando se la saqué para mandarle el segundo envión, se me corrió y se me voltió se me puso de espaldas y así fue, la cogí por los pechos y la clave, cuando empecé a coger el ritmo y a satisfacer a esta hembra, sentí algo en mi güevas, pues si, la otra mujer estaba de rodillas debajo de mí y me estaba lamiendo las güevas mientras se daba dedo en la cuca, cuando yo sacaba la verga de su hermana, ella me la lamía toda y cuando la tenia dentro me lamía las güevas, era un placer que nunca había tenido, me estaba culiando dos viejas, guauu, después de esto sentí que la sor de abajo ya no me lamía más, estaba lamiendo a su hermana, quien se retorcía como si tuviera ataques, sus senos estaban parados y su culo tensionado, me venía, le apreté las tetas fuertemente y le saqué la verga y le empecé a disparar chorros de semen por toda la espalda, en el culo se unían todos los ríos de semen que había dejado sobre su espalda, me alejé vi cómo su hermana le lamía la cuca hasta venirse segundos después de yo retirarme, su hermana salió de debajo de ella y le restregó parte del semen en la espalda y parte del semen se lo restregó en la cara, sin mediar palabra se fueron las dos al baño, después de un largo rato salieron vestidas, limpias, y se fueron. No volví a saber de ellas aunque fui y aún voy de vez en cuando a la iglesia a ver si sé algo de ellas, ya averigüe sus nombres, pero nadie me da razón de ellas.