Sometiendo a un matrimonio (2)

Segunda parte de como me encontré sometiendo a un matrimonio.

Sometiendo a un matrimonio 2

Son las 10 de la mañana y el trabajo en la oficina está bastante relajado, ya he contestado todos los correos que tenía y al parecer hoy no me van a dar demasiado la lata, todo el mundo sabe lo que tiene que hacer (ó eso cree) y no me agobian con reuniones y demás zarandajas que lo único que sirven es para disolver responsabilidades. En fin, tengo tiempo para analizar lo que ocurrió ayer con Ana y Juan, bueno no, ana y Juana. Aunque me da la sensación de que una vez terminado el efecto de las copas todo se disolverá, ¿o no? No se, la verdad es que se me hace difícil analizar como pudimos llegar a lo que llegamos, como alguien puede aceptar la humillación como lo aceptaron esos dos ¡¡¡esas dos!!! (tengo que acostumbrarme). Nunca me podía imaginar que me podría ocurrir una cosa de estas. Bueno ya veremos

-¡¡¡Clinn!!!

¡¡¡Vaya!!! ¡Era muy bonito pensar que me iban a dejar tranquilo! ¿A ver de quien es este correo-e? jrodriguez@.... ¿Y quien coño es jrodriguez? ¡Veamos!

Amo:

¡¡¡Leches!!! ¡Si es de Juan! ¡Parece que este (¡Mierda! esta) quiere seguir con el juego! Desde luego si no es con Ana que ni se lo imagine. ¿A ver que dice?

Amo:

Mi Ama me ha dicho que le cuente lo que nos pasó ayer en casa, pero antes de nada quiero explicarle mis sentimientos de ayer. La verdad es que yo estoy muy enamorado de mi mujer pero siempre me ha gustado mucho la ropa de mujer y como coincido en sus tallas, aprovecho cuando ella no está para vestirme con su ropa. Me excita muchísimo cuando estoy vestido de mujer sobre todo cuando me subo a los zapatos de tacón. Suelo usar unos de 12 cm. de tacón que ella nunca se pone y la verdad es que me encantan. Suelo andar por casa vestida así durante horas y me cambio cuando creo que va a volver y al llegar ella, suelo tener unas sesiones de sexo fantásticas y claro ella no sabe bien por que. La verdad es que me faltaría el follar vestido de mujer y sobre todo el someterme a ella pero aun y todo suelen ser unos maratones de sexo fantásticas.

Si. Porque, como se imaginará usted después de lo de ayer, mi gran fantasía siempre a sido el ser esclavo de mi mujer y que me obligara vestirme como una puta. Pero mi gran sorpresa fue el otro día, cuando usted me mandó callar y traerle un güisqui. Algo se revolvió en mí y aparte de que tuve una erección bárbara tuve el deseo de arrodillarme ante usted y llamarle AMO pero en vez de eso me levante muy nervioso a cumplir sus órdenes. Cuando volví seguía muy excitado pero decidí estar callado. Y ayer cuando Ana contaba como me había vestido de mujer para una fiesta y como había reaccionado, yo no sabía si estaba en el cielo o en el infierno. La humillación era enorme pero la excitación le podía. Estaba dispuesto a hacer todo lo que se me ordenara tanto por parte de Ana como de usted. Quería sentirme humillado y dominado y por eso cuando usted me ordeno que contara la historia de Ana, lo hice. Por cierto, no se puede imaginar ese día como me sentí, quería ser Ana e ir vestida como ella y humillarme ante aquella pareja como Ana o hizo ¡¡¡Dios!!! ¿Cuantas veces me he hecho pajas imaginando que yo era Ana y me arrodillaba ante esa pareja? Así es que como podrá imaginar mi excitación con lo que estaba ocurriendo y cuando ví que Ana cedía ante usted y le entregaba su ropa interior, yo ya era totalmente suyo, solo me quedaba la incógnita de si tendría yo la suerte que había tenido Ana. Por eso cuando me entregó usted las bragas y el sujetador de Ana no lo podía creer y cuando después me dijo que me iba a convertir en su puta y la puta de Ana mi erección era brutal. ¡Por fin se iban a hacer realidad mis sueños!

Ahora voy a contarle lo que pasó en casa: El trayecto del bar a casa fue bastante tenso, no nos dijimos nada. En el ascensor y al llegar a casa los dos íbamos callados. Creo que lo que nos pasaba era que habíamos sido humillados uno delante del otro y habíamos aceptado esa humillación ante Usted pero no ante nosotros mismos como pareja. El caso es que nos desnudamos y solo hablamos para darle yo su ropa interior y darme ella las gracias. El caso es que nos metimos en la cama, pero yo no podía dormir, estuve dándole vueltas a lo que nos había ocurrido durante mucho tiempo. Al principio oía como Ana daba vueltas en su cama pero al cabo de un rato noté que se había dormido y pasados unos minutos me levanté. Fui al vestidor que tenemos, donde están todos los armarios de ropa y abrí el armario de Ana. Miré la ropa como si fuera la primera vez que la veía. Ahora no pensaba que estaba haciendo algo mal sino que esa ropa podía ser la mía, es más, era la mía.

En un momento determinado empecé a seleccionar ropa, cogí la más sexi que encontré y comencé a ponérmela. Lo iba haciendo con cuidado y lujuriosamente, quería disfrutar de cada momento, sentir el placer del roce de la tela contra mi piel, las medias, el liguero, las bragas, el sujetador, me agache para coger los zapatos de tacón que tanto me gustaban. Cuando los tuve me arrodillé y empecé a besarlos y a lamer su suela y sus inmensos tacones imaginando que cumplía Sus órdenes y que los llevaba Ana.

Estaba yo en estás cuando de repente, entró Ana en el cuartito.

¿Tienes prisa? ¡eh! – me pregunto – ¿tienes prisa en transformarte en una puta?

No……es que….. – intenté responder yo.

Pues no te preocupes que vamos a empezar. Que conste que hago esto, no por ti, sino por que mi Amo me lo ha pedido, así es que ya puedes esmerarte en hacer que mi vida sea una delicia por que sino voy a convertir la tuya en un autentico infierno. –Dijo ella dándome un azote con un cinturón de cuero que había aparecido en su mano.

A pesar de que el azote no lo dio bien y fue flojito, yo no podía más de excitación. Me daba la impresión que mi polla iba a estallar y no pude por menos que agachar la cabeza y besarle los pies.

Si mi Señora- le dije – así lo haré

Dame toda la ropa que llevas puesta – Me ordenó.

Me quité la ropa que me había puesto y se la pasé y ella empezó a ponérsela mientras me decía:

¡Date una ducha! – me ordenó saliendo del baño

Al terminar de ducharme esperé a que volviera y cuando apareció llevaba un recipiente con cera de depilar en él.

Ahora vas a empezar a saber lo que es ser mujer, maricón de mierda – me dijo con una sonrisa sádica en la boca. –

Ella se sentó en una butaquita de mimbre que hay en el vestidor y me dijo:

Arrodíllate aquí delante, y lame los tacones de mis zapatos

Para mi fue como un sueño y me lancé a lamérselos y en esas estaba cuando ella dio una fuerte patada y me metió el tacón hasta el fondo de la garganta dándome una arcada.

¡¡¡Ni se te ocurra cerdo!!! – Me dijo muy seria

¡Levántate y ponte enfrente mía! - Me ordenó.

Me puse enfrente suya y me empezó a ponerme la cera caliente por todo el cuerpo y a tirar con saña cuando se iba enfriando cada parte. A mí se me saltaban las lágrimas de dolor:

Por favor Ama pare un momento. – supliqué

Calla zorra. Esto es lo que tenemos que hacer las mujeres para estar guapas ¿Qué pasa? ¿Creías que esto de estar guapa no cuesta trabajo y sufrimiento imbécil?

¡No, Ama! ¡Si solo le pido un respiro!

Ella siguió impasible, me depilo todo el cuerpo sin dejar absolutamente ninguna parte, desde la punta de los dedos de los pies hasta el entrecejo, desde los dedos de las manos hasta el culo. Tenía todo la piel enrojecida y me picaba pero ella seguía a lo suyo.

¡Esto ya está! – dijo en un momento dado - Ahora vamos a vestirte.

Yo estaba como si me hubieran dado una paliza, pero aguanté de pie mientras ella se levantó a coger todo lo que necesitaba. Cuando volvió empezó a vestirme, había elegido una ropa muy parecida a la que había elegido yo y que ahora ella llevaba. Esta parte del proceso me resultó más divertida y se me empezaron a olvidar los picores de la depilación. Hubiera preferido que me vistiera más despacio y hubiera podido disfrutar más, pero aun y todo disfruté mucho. Después me maquilló y me puso una peluca rubia que yo había utilizado cuando me disfracé en carnavales y cuando hubo terminado me llevó al espejo y me dijo:

¿Que te parece, so puta?

Yo estaba anonadado y según me iba fijando, menos podía creer que fuera yo. Ella no dejo que me recreara en la visión y metiéndome dos dedos por los agujeros de la nariz me llevó hasta el salón.

¡Arrodíllate! - Me ordenó y lo hice en el centro del cuarto

¡Pon la cabeza en el suelo y levanta ese culo todo lo que puedas! – y yo obedecí inmediatamente.

Ella levanto la falda dejándome el culo al aire y me bajó el tanga. Por un momento se quedó quieta, pero de repente sentí un azote en el culo, se notaba que no tenía práctica y aunque intentaba dar los azotes fuerte no era ese el resultado, pero eso duró poco. Cuando llevaba 10 ó 12 cada vez los sentía con más fuerza y al llegar a 20 yo diría que era una experta. El culo me ardía y ella seguía pegando. De repente comenzó a decir:

¡Eres un gilipollas! ¿A ti quien te manda contar nada mío? ¿ No ves en lo que nos has metido?

¡Perdón señora! - Grite yo – Si quiere le decimos al Amo que lo dejamos.

Durante un rato ella siguió pegando sin decir nada. De repente paró y salió del salón. A mi se me saltaban las lágrimas del dolor y de la desesperación por creer que esto se terminaba, pero no estaba dispuesto a perderla y haría lo que ella quisiera. Al cabo de un rato, cuando yo creía que ella lo había dejado y me iba a levantar, apareció y puso delante de mis ojos un consolador de unos 15 cm. que yo no había visto nunca.

Te presento a Gustavo, un amigo mío de hace muchos años. Quiero que lo beses y lo lamas hasta que yo termine con tu culo.

Yo cogí aquel pene de caucho y me quedé mirándolo aterrorizado. Aunque era de un tamaño muy normal, como era la primera vez que yo veía una polla tan cerca me pareció inmenso y entonces caí en la cruda realidad: A mi me encantaba vestirme de mujer y fantaseaba con follarme a mi Ama pero esto era muy diferente, estaba vestido de mujer y ella me iba a tratar como una verdadera mujer y me iba a meter esa polla por todos los agujeros que cupiera y tenia que empezar por lamerlo. Empecé a sentir otra vez los azotes y el pánico empezó a invadirme. Respiré hondo e intente tranquilizarme, pensé que no tendría que hacer nada que no me gustaba y entonces me dí cuenta de la cruda realidad: mi polla estaba más dura que nunca en mi vida. Me excitaba estar vestido de mujer, arrodillado y con el culo en pompa, con mi mujer azotándome y también me excitaba pensar que me iban a dar por el culo. Miré otra vez el consolador y me lo metí en la boca comenzando a lamerlo cada vez con más pasión. Sería la zorra más puta que hubiera.

Ella había vuelto a coger el cinturón y ya más tranquila había empezado a darme más azotes y empezó a decirme:

¡No entiendes nada, so idiota! ¡Ya no hay posibilidad de decir que no a nada! ¡Al contarle a nuestro Amo que a mi me gustaba la sumisión has roto todas mis barreras, so anormal! ¡Has destapado la caja de Pandora y ya no podremos cerrarla porque la llave la tiene él! ¡Ruega para que se aburra de nosotros y nos deje ir sin hacernos un daño irreparable, por que yo voy a hacer todo lo que me ordene y te obligaré a ti a hacer lo mismo!

Mientras decía esto me iba azotando cada vez con más fuerza y yo ya no podía más de dolor. Debía de tener el culo en carne viva o al menos eso me parecía, pero seguía lamiendo el consolador mientras me daba cuenta en la que nos habíamos metido por mi calentura.

De repente, Ana paró y acercándose a mi cara me cogió la polla de caucho y poniéndola a la entrada de mi culo la movió un poco como haciéndose sitio y apretó con todas sus fuerzas y yo creí que me moría del dolor. En ese momento curiosamente solo me fijé que mi polla estaba cada vez mas dura y eso me avergonzó muchísimo.

Mi Ama metió y saco el consolador un par de veces pero enseguida me hizo tumbarme en el suelo de espaldas y se sentó encima mía clavándose mi polla en su coño, lo que más me extrañó fue lo empapada que estaba. Ella a la que siempre le costaba mucho humedecerse, estaba totalmente empapada y eso me alegró por que quería decir que estaba disfrutando tanto como yo. Ella subía y bajaba encima mía con absoluta pasión pellizcándose, retorciéndose y estirándose los pezones con los ojos cerrados y una cara de absoluta lujuria Note que se estremecía en 2 ocasiones seguidas antes de que yo también terminara.

Ella se dejó caer a un lado y estuvimos un rato tumbados hasta que se levantó y se fue hacia nuestro cuarto mientras decía:

¡Duerme con uno de mis tacones dentro de tu boca, cerda!

No sabía bien que había querido decir. Cuando me levante fui al baño a refrescarme un poco y al volver al cuarto la vi durmiendo con las medias, el liguero y los zapatos puestos así que yo totalmente vestida me puse en los pies de su cama y me metí su tacón en mi boca y dormí como un angelito que en ese momento si tenia sexo: femenino.

A sus pies su esclava

Juana

¡¡¡ Señor, Señor!!! ¿Pero estos tíos de que van? Si yo solo estaba jugando un poco al tema de la dominación y ahora tengo 2 esclavas totalmente entregadas? Este tema se me está yendo de las manos, pero bueno, seguiremos a ver que pasa.

Continuará

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Luis4718@hotmail.com