Sometiendo a mi nueva puta
Como convertí a mi ex en mi perra
Eran las nueve de la noche en un día cualquiera, me encontraba solo en mi casa y de repente suena mi celular.
Hola. - Dije esperando saber quién estaba del otro lado del teléfono.
Cariño, sé que me equivoqué, pero no puedo seguir así, te extraño mucho y la estoy pasando realmente mal, por favor perdóname. - Dijo ella bastante desesperada y con su voz casi quebrada.
Se trataba de Fernanda, una chica que había sido mi novia hace poco, pero a la que descubrí engañándome con otro tipo, lo que provocó que terminara inmediatamente con ella después de decirle todo lo que se merecía y no volverla a determinar más, al comienzo parecía que no le había importado tanto, pero parece ser que la vida y sus relaciones no le habían salido del todo bien y ahora había comprendido la magnitud de su error, y lo que estaba perdiendo. No quiero decir que conmigo haya estado en el paraíso, pero si la trataba bastante bien y nunca la había lastimado, ni le había hecho nada parecido a lo que me hizo ella.
Ya te he dicho que no quiero saber de ti, vete a hacer lo que mejor sabes y déjame en paz. – Continué la conversación.
Dame una oportunidad, haré lo que sea.
En ese momento se me ocurrió que podía intentar hacer algo con ella.
- Si de verdad quieres que lo piense espero en diez minutos una foto en mi WhatsApp de tus nalgas con el siguiente mensaje escrito en ellas: “Soy tu puta, perdóname amo”, si no lo haces, no te molestes en ponerte en contacto conmigo nunca más. – Y le colgué.
Ella ya sabía que me llamaba la atención la dominación, sin embargo, nunca habíamos hecho algo demasiado serio, pero ahora ya no era mi novia, y si quería una oportunidad la iba a tratar como a una puta, al fin y al cabo, eso era, y a lo mejor le terminaba encantando.
No sabía si iba aceptar la propuesta, y si tenia la facilidad de hacer lo que le pedía en ese momento, pero las cosas no iban a ser tan fáciles; aunque ya nos habíamos tomado fotos antes, el mensaje tenía su implicación y tendría que aceptarla.
Al momento me llegó un mensaje, ella me preguntaba ¿si estaba loco?, yo simplemente no le respondí nada.
Transcurrió una hora cuando llegó una notificación, efectivamente había llegado lo que había pedido antes, supongo que no lo vio muy grave, que sería una foto más, que las cosas iban a volver a ser como antes, y que el mensaje no tendría mucha importancia.
La foto me encantó para ser sincero; debo decir que ella es una chica atractiva, 22 años, una cara bonita, ojos cafés, labios delgados, pero que sabe utilizar para mamar penes, largo cabello negro; unos 165 cm de altura, los senos no son grandes, pero tampoco demasiado pequeños, flaca, y un trasero redondo que mueve delicioso y en el que ahora tenía el mensaje solicitado.
Simplemente le escribí: Me gusta la foto, pero estás pasada de tiempo, adiós, y apagué el teléfono.
Fui a la cama, quería dejar que pensará, que dudará si hizo lo correcto al mandarme esa foto, que se diera cuenta que la podía humillar y que estaba bajo mi control, que se sintiera como una puta que no tenía mucho valor.
Al día siguiente desperté y al ver el celular claramente tenía varios mensajes suyos, primero decía que no había podido mandar la foto antes, que había sido muy difícil escribirse eso, que estaba viajando para su casa cuando me llamó y que, además no estaba sola, que había tenido que ingeniárselas para poder tomársela. También me decía que valorara lo que estaba haciendo y que fuera claro con ella de una vez.
Le respondí que no me importaban sus excusas, que le pedí algo y no lo cumplió como le ordené, y que si quería que fuera claro con ella la esperaba en mi casa a las 7 de la noche, sin ropa interior ya que no la iba a necesitar, un vestido y el mensaje escrito en su trasero todavía, que la pasaría muy bien pero debía estar dispuesta a obedecer y no iba a tolerar sus tonterías, si obedecía iba a ser mi puta, y si no lo hacía debía olvidarse de mí. Además, le dije que no se molestará en escribirme en todo el día ya que iba a estar ocupado trabajando y la iba a bloquear, y que a las 7 definiría su futuro, y se lo pensara bien.
Estuve todo el día ocupado, pero no puedo negar que me preguntaba si iba a aceptar o no, me excitaba lo que podría pasar, pero también era consciente que no iba a ser fácil para ella aceptar eso, sin embargo, sé que no estaba en sus mejores días y que con lo puta que es podía estarse excitando de imaginar ser devorada esa noche, por esa razón decidí confiar en que sucedería y antes de regresar a la casa pase comprando algunos artículos que podría necesitar para los próximos días, realmente quería someterla.
Al fin llego la hora y a las 7 estaba ella tocando a mi puerta, estaba hermosa, llevaba un vestido como le había pedido, aunque también se había puesto un abrigo, estaba muy bien maquillada, y parece que estaba algo nerviosa, pero ya estaba allí y eso me hacía pensar que estaba decidida a someterse a mis deseos.
- Hola puta, pasa. - Le dije con naturalidad.
- Hola amor, ¿cómo estás?
- Dirígete a mi como amo, ¿sabes lo que va a pasar de ahora en adelante?
- Eso creo, aa… amo.
- ¿Qué es lo que crees?
- Creo que voy a ser tu puta, y eso me interesa.
- Así es, eso vas a hacer si te portas bien, si me decepcionas te vas y me dejas en paz, ¿entendido?
- Si
- Si ¿qué?
- Si amo.
- Viniste ¿cómo te ordené?
- Sii amo. – Y se quitó el vestido
Efectivamente se encontraba sin ropa interior y con el mensaje escrito en sus nalgas.
- Buena puta. – Le dije satisfecho.
- Gracias amo. – Respondió con una sonrisa
- Te tengo un regalo. - Le dije tomando una bolsa que tenía cerca y de la cual saqué un collar para perros – Este collar lo vas a llevar siempre que estés aquí, es un símbolo de que eres mi perra, ¿entendido?
- Si amo. – Y se lo colocó.
- Sígueme. - Le dije mientras caminaba hacía la habitación, lugar donde tantas veces habíamos hecho el amor, y que hoy iba a ser el inicio de una relación muy diferente. Ella me siguió caminando.
- ¿Cómo andan las perras?
- En cuatro patas amo. – Dijo mientras empezaba a gatear.
Llegamos a mi habitación y recordé que dejé los condones en el comedor.
-Perra, olvidé los condones en la mesa, ve por ellos, no quiero que esta puta me pase una enfermedad.
-Oye, yo no tengo ninguna enfermedad. – Dijo algo molesta y afectada.
-Eso lo veremos después, por ahora obedece, si no te gusta como te trato allí está la puerta.
Gateando salió por el objeto, y regresó con ellos en la boca, parece que la puta estaba entendiendo bien. Cuando se me acercó, me paré de inmediato y le metí mi pene en su boca, lo hice muy rápidamente, y con fuerza, siempre sujetándole la cabeza.
-Te gusta puta, ¿Es esto lo que esperabas? Obviamente no podía responder ya que tenía su boca llena, y nunca la deje liberarse, por lo que le toque su concha, y justo como lo pensaba estaba muy mojada, evidentemente la chica disfrutaba estar así.
Después de un rato en el que la atragantaba con mi miembro y que la insultaba sin parar, decidí ponerla en cuatro y empezar a penetrarla.
- ¿Deseas que te la meta de una vez puta?
-Si amo. - Respondió excitada.
¿La quieres por tu culo o por tu vagina?
Por mi vagina.
Entonces prepara ese culo. – Le dije.
-Amo por favor no, soy virgen por ahí. – Dijo asustada.
-Cállate perra, ya sabes cómo funcionan las cosas. - Le dije mientras la nalgueaba.
Realmente no quería lastimarla así que agarré lubricante que había comprado esa tarde y empecé a meterle mi dedo meñique mientras dirigí su mano a su vagina para que se masturbara, empezaba a gozar , su respiración se aceleraba y no paraba de gemir, después de un momento así, cambié el dedo por mi dedo más grueso y lentamente empecé a meterlo hasta meterlo en su totalidad, mientras ella no dejaba de manosearse, sin dejar de hacer esto comenzamos un pequeño dialogo.
- ¿Te gusta perra?
- Si amo. - Dijo como pudo
- ¿Quieres que te lo meta ya?
- Sii amo, por favor.
- Pídelo como se debe.
- Amo, por favor, esta perra no aguanta mas y necesita de su pene por su culo
Apenas terminó de decirlo y le metí con muchas ganas mi miembro por su pequeño agujero, que según ella no había sido visitado antes, ella no dejaba de acariciar su encharcada vulva, y yo fui poco a poco metiendo mi pene hasta meterlo casi en su totalidad, al principio le estaba costando, pero se noto que luego paso a disfrutarlo a tal punto que empezó a pedir que lo hiciera más rápido, cosa que hice sin dudar, después de unos minutos de mete y saca, gritos de ella respondiendo a mis preguntas y diciendo lo puta que era, nalgadas, y metidas de sus dedos por su vagina una y otra vez, finalmente alcanzamos el orgasmo, arrojé toda mi leche dentro de su agujero, la cual se chorreo por el piso.
- Limpia lo que has dejado puta, con la boca.
Ella me miró con asombro y asco, pero entendió que debía hacerlo, y sacando fuerzas de lo mas profundo lo hizo y se lo trago.
- Buena chica, ve a tu casa, pronto me comunicaré contigo - Le dije.
- ¿Me vas a usar así no más?
- Exacto, te repito que eres mi puta no mi novia, pero por ahora estoy orgulloso de ti, ve a tu casa y no me hagas molestar, llévate el collar, es tuyo.
Quebrantada cogió sus cosas y se vistió para irse y cuando salía por la puerta, le di una nalgada y le dije:
- Buena putita, te necesitará muy pronto, le di un beso en el cuello y cerré la puerta.