Sometido por mis caseros
Como mi casera me sorprendió masturbándome y eso termino en una tarde de desenfreno sexual
Sometido por mis caseros:
Era época de exámenes en la facultad así que ese fin de semana no volví a mi ciudad me quede en Zaragoza donde cursaba mis estudios universitarios, a diferencia de otros jóvenes que suelen alojarse en un colegio mayor o en pisos de estudiantes, yo tenia una habitación alquilada en casa de un matrimonio, era una pareja normal, de mediana edad, ambos sobre la cincuentena, el mas cerca de los 60 y ella mas cerca de los 50. María que así de llamaba ella, aun conservaba parte de su atractivo, aunque ya se le notaban los años en su figura que mostraba unas curvas generosas, no estaba ni mucho menos gorda, pero sus pechos ya notaban el efecto de la gravedad y se parte trasera era generosa, por su parte Luís, su marido era un tipo normal, de mi misma estatura con algo de barriga y el pelo ya bastante canoso.
Esa mañana de sábado mi intención era ponerme a estudiar nada mas levantarme, pero ya sabéis lo que pasa por las mañanas, nada mas despertarme mi pene me dio los buenos días con una erección matutina, como la casa estaba en silencio, supuse que Luis y María no se habrían levantado, así que decidí empezar la mañana con una buena paja, con esto de los exámenes no tenia tiempo para nada y mucho menos salir de fiesta para intentar ligar, así que andaba bastante caliente, mi polla recibió con agrado las caricias que le estaba dedicando, cuando de repente se abrió la puerta de mi habitación, era María.
- Uy perdona
Dijo ella sorprendida al encontrarme en la habitación.
-Creí que te habías marchado a tu casa como casi todos los fines de semana, entraba para cambiarte las sabanas, pero luego lo haré cunado te levantes.
Yo estaba rojo como un tomate porque aunque en cuanto oí como se abría la puerta me tape como pude, no sabia si María me había pillado en plena faena, ella no dijo nada y se comportaba con toda normalidad.
- No te preocupes ayer me acosté tarde y no os dije nada de que este finde me quedaba, enseguida me levanto y me doy una ducha antes de desayunar.
Dije yo intentando guardar la compostura.
-Perfecto dijo ella, así me acompañas en el desayuno, que Luis se marcho temprano.
La mañana transcurrió como si nada, tomándonos el café, María me pregunto si comería en casa, a lo que respondí afirmativamente, siempre que ellos no tuvieran planes, a lo que María me contesto:
-Algo tenemos pero para después de comer, cuando venga Luis le cuento mis planes.
Yo no entendí nada, pero tampoco quise preguntar, normalmente, yo no me metía en su vida ni ellos en la miá.
Después de pasarme la mañana estudiando, llego la hora de comer, la verdad es que agradecí la compañía pues tenia la cabeza como un bombo de tanto estudiar, ya en la sobremesa y de sopetón y sin venir a cuento María le dice a Luís:
-Sabes a quien he pillado esta mañana con la polla en la mano
Casi se me para el corazón, pues de verdad creía que no había sido pillado por María.
-No me lo digas, le respondió Luis.
-Creo que se a quien, dijo riendo.
-¿Pero que haces pajeandote en vez de estar comiéndote el chochete de alguna compañera de la facultad?
A lo que bastante azorado conteste:
-Ya me gustaría a mi, pero no es tan fácil echar un polvo.
-Anda vete a ver un rato la tele, que ahora llevo el café. Dijo María
Como me pareció una buena forma de escapar de esa conversación, así lo hice. Mientras yo buscaba alguna película en la televisión, ellos dos se quedaron en la cocina, donde los podía oír hablar pero no entendía lo que decían.
Al momento paso Luis por la sala de estar y me dijo que iba a darse una ducha, detrás apareció María con los cafés, los dejo en la mesita que estaba justo enfrente de la tele y desapareció en su cuarto sin decir ni una palabra, pero dedicándome una mirada perversa.
Yo mientras empece a tomarme mi café, una vez que había decidido que canal dejar puesto, estaba sentado en un sillón que formaba una especie de l junto con el sofá en torno a la mesita del centro.
En eso apareció María y que aparición, se había cambiado de ropa y llevaba una camiseta de esas de estar por casa bien amplia y con bastante escote, con lo que mi vista fue directa al hermoso canalillo que formaban sus tetas y que era perfectamente visible, yo me estaba poniendo bastante nervioso, porque nunca la había visto así vestid, pero lo mejor fue cuando se puso enfrente de mi, justo de lado para coger su café, la camiseta tenia las aberturas de las mangas enormes y pude contemplar en todo su esplendor aquel par de tetas, no exageradamente grandes, pero sin duda mas grandes que cualquiera que hubiera tenido la suerte de disfrutar, mi polla se pudo durisima al instante, y se marcaba en mi pantalón luchando por se liberada, de manera instintiva me puse un cojín encima de la entrepierna para intentar disimularlo, pero eso hizo que María se percatara y me dijo al instante:
-Me has cogido mi cojín favorito, te lo cambio…
Yo avergonzado y sin saber como reaccionar lo levante y se lo ofrecí, dejando a la vista mi mas que patente erección, la reacción de ella fue sonreírse mientras se mordía el labio inferior.
-¿Aún estas así? No me digas que después de que te pillara esta mañana, no terminaste…
-No, me dio mucho corte y no pude terminar, dije yo
De repente y sin previo aviso me dijo, anda ven aquí y levantándose la camiseta hasta la cintura pude apreciar que no llevaba ropa interior, la visión de su sexo me hechizo, lo llevaba depilado menos un pequeño triangulito de vello que lo llevaba muy cortito, yo no daba crédito a lo que estaba viendo, se acariciaba suavemente su rajita, abriéndola y dejándome verla en todo su esplendor.
Deja de mirar y arrodillate, pon tu cabeza entre mis piernas, me ordeno, yo hice al instante lo que me ordeno, cualquiera se resiste a una orden como esa, me arrodille y entere mi cabeza entre sus piernas, disfrutando de un olor maravilloso que emanaba de su sexo, empece a comerle su rajita, como solía hacer con mis ligues, pero ella agarro fuertemente mi cabeza y empezó a frotarse contra mi cara, a mi me costaba respirar e intentaba seguir chupando, pero estaba claro que ella era lo que controlaba la situación, siguió un buen rato restregando su coño sobre mi cara, para de repente detenerse, me dijo que me pusiera en pie, cosa que hice y ella rápida y habilidosa mente me bajo los pantalones y libero a mi pene, todo erecto, pero aun cubierto pues no estoy operado de fimosis, se apodero de el y empezó un moviente de sube y baja, hasta que asomo mi capullo, me estaba haciendo algo de daño al bajar hasta la base, pero me estaba haciendo disfrutar mucho mas, ella se dio cuenta y me dijo:
-No se si sabes que a Luis y a mi nos va la dominación y tu parece que disfrutas siendo un poco sumiso, me he fijado en que te hacia algo de daño al pajearte pero no te has quejado, lo vamos a pasar muy bien….
Yo era incapaz de pronunciar palabra, así que me limite a asentir con la cabeza.
-Perfecto, dijo ella, ponte con el vientre sobre mis rodillas, como cuando se azota a un niño.
Sin poder negarme, pues la calentura me tenia nublada la mente, la obedecí, me puso sobre su regazo, apoderándose de mi rabo y mis pelotas con sus rodillas, estaba a su merced, en eso apareció Luis que salia de la ducha solo con una toalla, y viendo la escena se acerco.
-¿Estas disfrutando? Me pregunto, mientra María había empezado a darme azotes en mis nalgas, mientras apretaba mi miembro entre sus rodillas, yo notaba la polla como nunca de dura, ella alternaba de un cachete a otro aumentando la fuerza que iba imprimiendo a cada azote, yo estaba cachondisimo, tanto que de mi polla empezaba a gotear liquido preseminal, Luis que tenia una visión privilegiado de la escena se dio cuenta y lo recogió con su mano, acariciándome el capullo y casi consiguiendo que me corriera, deje escapar un gemidito, que sonó como el de una chica.
-Como estas gozando, me decía Luis que ya se había quitado la toalla y mostraba su polla tiesa en toda su grandeza, era algo mas pequeña que la mio pero bastante gorda.
De repente María me dijo, deja de mirarle la polla y abre la boca, como me tenia inmovilizado y yo no reaccionaba me dio un fuerte apretón con las rodillas a mi miembro, lo que hizo que abriera la boca, lo que aprovecho Luis para meterme todo su rabo en la boca.
-Chupa, chupa, me decía María sin soltar su presa, pero dejando de azotar mi ya enrojecido culo.
Yo era la primera vez que chupaba una polla, pero no me importaba, estaba tan excitado, que iba chupando aquel capullo bien hinchado, que Luis me iba metiendo cada vez mas al fondo de mi garganta, no me lo podía creer me estaban follado la boca, porque con los movimientos restringidos por la presa de mantenía María sobre mi polla, eso era lo que estaba haciendo Luis.
Mientras tanto Maria había empezado a jugar con mi ano, lo había lubricado espudiendome en el, y describió círculos alrededor de mi agujero trasero con uno de sus dedos, Luis al verlo incremento su follada a mi boca, la visión de como su mujer empezaba a introducirme un dedo en el culo, seguido de un segundo y un tercero sin mucho miramiento, lo estaba volviendo loco, note como su pene se ponia mas caliente si cabe y como se hinchaba, parecía que me iba a reventar a boca, cuando con un gemido brutal, empezó a llenarme la boca con su leche, María me ordeno que no me la tragara, mientras aceleraba el metesaca de ya cuatro dedos en mi culo, era increible como me lo había dilatado sin yo casi darme cuenta mientras chupaba la polla de su marido.
- Incorporate y deja chorrear la leche de Luis por tu boca, ¿ves como estas disfrutando?, me pregunto.
Yo le dije que si, mientras la leche de su marido mezclado con mi silaba corría por mi cara y mi pecho.
Ahora me toca disfrutar a mi dijo, ponte a cuatro patas que me vas a comer el culo, me ordeno, poniéndome su hermoso trasero a la altura de mi cara, separo sus nalgas y yo sin poder resistirme empece a degustar aquel delicioso agujero, jugaba con mi lengua describiendo círculos he intentando meter la lengua por su agujero cada vez mas profundamente, simulando que le follaba el culo con mi lengua, María no paraba de gemir y notaba como su ano se dilataba para dejar entrar mi lengua mas en su interior, mientras tanto notaba mi polla a punto de estallar, cuando note la boca caliente de Luis empezaba a chupar a su vez mi ano como yo le hacia a su mujer, mi polla no parba de chorrear, Luis volvió a recoger mis jugos y los restregó por mi agujerito, lubricado ya perfectamente, supuse lo que vendría después pero, la verdad es que no me importaba, estaba super cachondo y solo quería disfrutar de aquella inesperada tarde.
Mientras María volvía a obligarme a que ahora le comiera el coño, Luis restregaba su gordo capullo por mi ano, empujando cada vez que pasaba justo por el centro, mi culo se abría cada vez mas, deseoso de ser poseído, al final la cabeza de la polla de Luis se abrió paso en mi estrecho agujero, no podía mas y María tampoco, se estaba corriendo como una posesa en mi boca, mientras veia como su marido me desvirgaba el culo, una vez que mi culo acogió el capullo sin problemas, Luis empezó a metérmela cada vez mas hasta el fondo, me agarraba de las caderas y me movía de adelante atrás, follandome a tope el culo, yo ya no sabia ni donde estaba, como me estaba haciendo disfrutar esa polla dentro de mi culo, notaba unas ganas increíbles de correme, sin ni siquiera tocarme la polla cuando Luís empezó a bombearme el culo con mucha mas fuerza, podía notar crecer su polla como cuando de corrió en mi boca, pero esta vez en mi culo, mientras tanto María anuncio que de tonta comida de coño tenia ganas de orinar, así que me ordeno abrir la boca y empezó a derramar su meada sobre mi boca, yo tragaba todo lo que podía de ese néctar.
Esto hizo que Luis que estallara dentro de mi culo, con una ultima clavada tan profunda como pudo, lo que hizo que mi prostata no aguantara mas y mi polla empezó a derramar leche, con los últimos vaivenes de Luis en mi culo.
Los tres estovamos exhaustos, en el suelo estaba mi corrida, la meada de María y la leche de Luis que caía de mi culo, al verlo María me dijo:
- Luis y yo vamos a la ducha que aun me tiene que follar, tu mientras tanto lame el suelo y dejalo bien limpio, ya se me ocurrirá algo para que hagas después.
Se marcharon a la ducha y allí me quede yo bebiendo esa mezcla de jugos tan deliciosos, pensando en que me alegraba de haberme quedado ese fin de semana y que a partir de ahora lo haría siempre que pudiera para ser un buen inquilino y satisfacer a mis caseros.