Sometido a mi Diosa
sin darme me cuenta me integré en un selecto Club donde se buscaban los nuevos placeres del sexo. Increible pero cierto, ni en los sueños mas humedos me hubiera imaginado que se podría hacer algo así y en mi propia ciudad!
SOMETIDO A MI DIOSA
Naiara es era una ejecutiva diseñadora que en vez de valorar los muchos proyectos que poblaban su despacho de hojas se dedicaba a organizar auténticas orgías clandestinas, así como lo oís. Parecían unas raves eróticas donde todo estaba muy cuidado y ni el más mínimo detalle se le pasaba por alto a ésta ninfa o Diosa, como quiere que la llame. A mi y a otros muchos nos ha enseñado el verdadero sentido del sexo, el llegar ha conseguir lo que nunca habríamos imaginado con los ojos abiertos, es decir, el placer total.
Yo soy informático y la conocí en junio cuando fui a hacer una actualización de software al ordenador que tenía en el despachote su empresa. Allí mismo me quedé perplejo cuando por curiosidad entré en su correo y leí los mail que le habían dejado y también los enviados. Era tan morboso el contenido que apunté su mail por si algún dia sonaban las campanas. Yo siempre he intentado ser previsor y ésta vez sonó y no ésta vez valió la pena de verdad.
El caso es que Naiara se tiraba todo el día en contacto con personas de un supuesto Club promiscuo dónde todo vale, eso si desde la más absoluta seriedad. Habían coincidido allí gente de todas las edades, clases y hasta nacionalidades.
Tienen todo muy organizado y disponen de un local dónde echar el café, compartir ideas y ponerlas en escena, nunca mejor dicho. Ella era una de las promotoras de estos encuentros sexuales aunque nunca me quiso hablar los responsables, ya que las identidades siempre se ocultaban por miedo supongo a ser descubiertos. Las fiestas eran brutales y nunca faltaban drogas -opcionales, no todos se ponían- y perversión.
Cuando otros se contentaban con hacer intercambios de pareja, Naiara iba más allá y juntaba a gente que ni se conocía y los unía a su disposición y bajo el mismo lema, disfrutad como si fuese vuestra última noche decía. Tenían una red que funcionaba por internet y en la que solo tenían acceso personas con mismas inquietudes. A parte también funcionaba el boca a boca, que según me dijo mi Diosa era el causante de muchas desavenencias a la hora de la verdad; esto era debido a que terceras personas que eran invitadas ocasionalmente no se comprometían demasiado con la causa y solo pensaban en su particular disfrute no entendiendo el fin de las fiestas.
Hay que decir que su posición de soltera vivalavida y su bonanza económica la hacían de disponer de todo lo necesario para hacer lo que se le antojase.
Contacté con ella de la manera más tonta agregándola en el messenger. Un dia que coincidimos mantuvimos una conversación en la que ella desconocía quien era yo y yo conocía parte de sus gustos por el sexo. Así que, la piqué camelándola con palabras morbosas durante casi una noche entera provocando en ella mucho morbo y excitación. La conexión que tuvimos fue tal que nos pasamos toda la noche tecleando e imaginando a la otra persona. Los sucesivos dias los pasamos también frente del ordenador - me compre una cam - viéndonos, intercambiándonos material y masturbándonos.
Otro día, ni corta ni perezosa y ante mi negativa de decirle quien era me agregó a una conversación con tres colegas más. Con eso me demostró que quería imniscuirme en su mundo, en su ambiente lujurioso. La charla a cinco bandas estuvo bien y por fin me decidí a contarle como conseguí su correo y tal. Ella no cabía en su asombro porque siempre hacia todo muy sigilosamente.
Llevaba una doble vida y pocos los sabían, unos afortunados vamos. Yo era uno de ellos al ser invitado a una de sus orgías múltiples que jamás olvidaré, ni en otras vidas.
Naiara es joven y atractiva. Tiene el pelo teñido rubio acorde a su tez. Sus piernas estilizaban sus 168 cm de estatura. Lo que más destacaba era su mirada salvaje, cuando te clava sus verdes ojos se denota el instinto felino en primera persona. No tengo palabras para explicar lo que surge en mis adentros al contemplarla o simplemente imaginarla.
Hablando de sus curvas resaltar que tenía poco pecho y más bien separado, aunque siempre bien juntitas gracias a sostenes apropiados que también le marcaban sus preciosos y grandes pezones. Siendo una mujer a la que más que faltar le sobraban unos kilitos cabe decir que no se apreciaba en su cuerpo ese sobrepeso. Su trasero, blandito pero jugoso pedía a gritos ser devorado. Y no hablemos de su pubis siempre tan coqueto como si fuese asiduo de la alta peluquería estética.
Explotaba sus ventajas al máximo y toda ella era un pack rebosante sensualidad y sexualidad.
Ya llevábamos unos dias hablando cuando me invitó al selecto club dónde se solían juntar l@s cabecillas. Era un local céntrico situado en una antigua zona industrial pero escondido en una calle sin salida, un verdadero agujero elegido con mucho mimo. Por dentro era otro mundo, se notaba la mano de Naiara en la decoración llamando la atención el abundante cuero rojo utilizado para forrar la barra, decorar paredes, mesas y sillas; era muy oscuro solo había luz en la barra y las velas de las mesas le daban un rollo muy íntimo. Habia muchos espejos también para lograr un ambiente desinhibido.
Estaba muy nervioso ante el encuentro con aquella mujer tan morbosa para mi.
Yo soy un chico extrovertido al que le cuestan los inicios a no ser que haya una química especial y con ella la hubo desde el primer momento. Soy rubito de estatura media, dicen que delgado aunque yo me veo normal. Aunque no es de mi agrado decirlo soy resultón tanto para hombres - no de mi gusto - como para mujeres, cosa que no evita que me sonroje al conocer a una chica que me atraiga.
Antes de darle el primer beso ya estaba excitado pero todo vino rodado. Me hizo sentirme uno más presentándome a su entorno como si fuera amigo suyo de toda la vida. No veais, me presento a cuatro o cinco chicas y todas me metieron la boca para darnos un pico; los hombres que me presento también me besaron en la mejilla, costumbre normal en paises extranjeros pero no por aquí. Todo esto supuso mi rápida adaptación y es que yo cuando me abro me abro.
Esta charla derivó en una invitación a una fiesta esa misma noche que yo pensaba que iba a ser normal. Pero nada más lejos de la realidad; comprobé con mis ojos que había cosas que no solo salían en las películas. Las palabras celos y vergüenza no las conocían por esos lares. El lugar elegido era un ático donde continuamente se servía bebida y rulaban bandejas con rayas en todo momento. En cuanto a sexo, de todo. En los espejos se reflejaban todos los actos sexuales porque allí no habían reservados, todo se hacía en mismo ambiente.
Pero lo mejor quedaba por llegar. Naiara llevaba tiempo queriendo organizar una orgía haciendo una gran selección y dando invitaciones a sus más allegados. Era la fiesta de fin de verano. Nos reunió a todos en un chalet que tiene en una urbanización que está enclavada en un bosque de las afueras de una gran ciudad. Todos llegamos en unos mini-autobuses que ella misma fletó para no levantar sospechas. La casa era preciosa y en un lugar muy adecuado para la ocasión. La decoración era increíble con jarrones chinos y abundantes elementos asiáticos como tanto le gustaba a Naiara.
Todo estaba perfumado con incienso y la iluminación la formaban unas enormes y estrechas velas distribuidas por todos lados. Había muchos ventiladores también.
Como colofón sonaban de fondo sitares, tablas y flautas para darle ese toque tantra que da la música hindú. De ello se encargaba una banda de músicos que amenizarían toda la noche la velada con sus instrumentos tradicionales.
Fuera había un gran jardín con una bonita piscina para bajar los calentones y para subirlos, según en que casos.
La condición que puso era el ir con ropa transparente o ajustada para que la provocación se palpara desde el primer instante. Era pleno verano y los invitados fueron muy frescos. Algun@s incluso dejaban ver gran parte de su cuerpo. Ellas llegaron muy preparadas, algunas con pantys de rejilla, otras con leggins, vestidos escotadísimos, bodys con encaje que desataron las delicias del personal. Ellos no se quedaron atrás marcando paquete y pectorales con ropa bien justita; alguna oveja negra ya había como un viejete que apareció en chanclas y bermudas. Pero claro no todo el mundo se conserva igual.
Ante todo quiero recalcar que siendo una fiesta bastante elitista no era exclusivamente para guapos.
Una vez dentro nos reunimos en un salón gigante. Aquello parecía un harén puesto que estábamos más de cincuenta personas. Allí nos esperaba la Diosa junto a una gran estatua de Osiris que por si no lo sabeis simboliza fertilidad y resurrección, dos de los valores principales promovidos por el Club. Micro en la mano nos dijo la ya célebre frase "disfrutad como si fuera vuestra última noche" y algunas normas de cumplimiento recalcadas para los nuevos participantes. Llevaba un traje rojo que le tapaba justo su sexo y le hacía resaltar los pechos con su encaje. La espalda le quedaba semidescubierta apreciándose la falta del sostén; se podía la parte superior su trasero. Unas mallas rojas de rejillas con liguero cubrían sus preciosas piernas. Llevaba unos zapatos rojos de charol con una aguja muy pronunciada para elevarle sobre sus esclavos. Era todo provocación. Una diva a nuestro alcance.
Acto seguido nos hizo pasar a un vestidor donde sirvient@s nos vendaban los ojos y no podíamos quitarnosla hasta que ella lo dijese.
El objetivo era que nos mezclásemos todos sin importar físico, edad ni ningún otro factor. Y así lo hicimos; aquello era un vaivén de tocamientos, recuerdo como nos tocábamos entre nosotros sin vergüenza. Pronto empezó a volar la ropa. Lo único para mi desagradable era el cruzarte con algún hombre dada mi condición de heterosexual, pero ojos que no ven corazón que no sienten y a lo mio.
Mientras tanto, Naiara disfrutaba tocándose desde su trono mientras bebía un gin tonic, su bebida favorita. Tenía al instante todo cuanto quería y solo tenía que hacer un gesto para que dos sirvientes vendrían ha abanicarle o a traerle cualquier cosa.
De vez en cuando se mezclaba con los demás: Como ella podía ver se metía donde quería originando situaciones de película porno. Le gustaba colocar su vágina en las caras de la gente para que se la lamiesen, seducir a hombres para dejar lo que hacen y dedicarse enteramente a ella, succionar miembros de gente que se está masturbando, hacer frotamientos
Solía tener como costumbre decir a l@s sirvient@s que harían lo mismo para crear situaciones inesperadas por los participantes. Dejaba al personal con la miel en los labios abandonándoles en cuanto menos se lo esperaban, alargando el placer hasta llegar a la agonía. Todo esto que os cuento tenía su resultado ya que se veían escenas de gente involucradísima en dar y recibir placer.
Después de más de dos horas de placer compartido dio el alto y mandó que nos quitáramos la cinta. El semén era uno más inundando cuerpos y mobiliario. Las caras eran un poema, de cansancio y bienestar por igual. Unos se avergonzaban más que otros, es normal.
Su intención era llevar la música a otra parte y nunca mejor dicho porque nos llevo a todos al jardín, incluida la banda. Todos desnudos claro.
Muchos ni nos conocíamos pero acabamos juntándonos para compartir nuestras experiencias. Todos coincidíamos en la sensación de placer máximo vivida.
Seguimos un buen rato bebiendo y nos fuimos entonando al ritmo que la banda nos imprimió con su música percusiva. Empezamos a bailar y a tocarnos al libre albedrío. Todo era buen rollo, la gente se tiraba a la piscina y pasaba de todo.
De repente Naiara ordenó que nos pusieramos la cinta otra vez. Todo fue muy rápido y nadie esperaba para empezar.
Recuerdo como coincidí con una mujer madura en la piscina: Estaba jugando con más gente cuando rocé sus pechos: Me hizo dejar lo que estaba haciendo par continuar con ella. Por la voz y el cuerpo diría que tendría unos cuarenta y muchos. Nunca me había sentido así de atraido por nadie tan mayor pero ella era especial. Me susurró al oido que me iba a hacer un hombre cogiéndome fuertemente de la mano para sacarme de la piscina. Nos alejamos de la piscina y buscamos un sitio un poco más discreto. Lo hicimos con mucha pasión durante un buen tiempo. Que manera de follar!!! Eso si que era un curso intensivo de experiencia sexual! Estaba lamiendome el pene cuando aparecieron l@s sirvient@s para llevarme con ell@s ya que había sido requerido por mi Diosa.
No sabía lo que me esperaba hasta que me plantó en el centro del jardín y me ató a un par de postes de madera con las piernas abiertas y una cinta en los ojos. Cuando me acabaron de atar dio el alto a los demás para que vinieran a contemplar el espectáculo. Se hizo un corro y todo el mundo observaba boquiabierto como Naiara se ponía detrás de mi y empezaba a succionar todo el cuerpo mientras nos abanicaban. Empezó por los pies y siguió por mis piernas hasta llegar a la rajita y pararse durante un buen rato para lamer y relamer mientras me escupía. Mi pene estaba muy erecto ya para el asombro del público que me rodeaba sin evitar que me desconcentrase. Prosiguió chupando todo mi cuerpo por detrás rindiéndole culto a su manera. Llegó a mi cuello y después de humedecérmelo con su lengua comenzó a besarme y a soplarme, cosa que provocó mucha excitación en mi. Ya estaba bastante muy mojado. Se puso frente a mi y comenzó a chuparme pero en sentido contrario esta vez. Me chupó toda la cara y besaba mis labios intermitentemente. Me escupió para que me sintiera humillado y sometido a ella y de veras que lo consiguió. Bajó por mi pecho besándolo y acariciándome mis partes a la vez. Sentí un cosquilleo muy placentero en ese momento. Al llegar al pene hizo un estacionamiento más que una parada porque no se el tiempo que se pasó allí: Primeramente me chupaba el glande y pasaba la lengua por todo el miembro y una vez consiguió el estado que quería se la introdujo enterita y comenzó a chuparla suavemente. Cambiaba los movimientos y me tocaba los huevos con otra mano, se perdía en ellos hasta llegar al perineo, acariciaba mi rajita hasta alcanzar el ano; se chupaba los dedos y los iba metiendo en el ano mientras incrementaba el ritmo.
Lo siguiente fue hacer un streptease que dejó anonadado al personal por el estilo con que lo hizo; mientras se desvestía lentamente iba tirando al público cada prenda mirandoles fijamente como si les estría obsequiando.
Ya desnuda se coloco de espaldas a mi, contra mi cuerpo acariciándose el clítoris. Mi pene estaba ya en su rajita. Veía como el público presente se había empezado a masturbar como si estarían en sus casas.
Se fue posicionando hasta que mi pene entró en su vagina y empezó a moverse dejando que solo entrase la puntita en un principio. Le excitaba de sobremanera verme con las ganas, contenido y atado sin poder tocarla.
Hizo un lapsus y pidio a l@s sirvient@s que traerían cico botellas de vino rosado para esparcirnoslas por el cuerpo. También pidió entre el público una mujer cuya función sería lamernos nuestros sexos mientras nos lo montábamos. Naiara no era bisexual pero tenía esa fantasía pendiente desde hace mucho y me enorgullezco de que la llevara a cabo conmigo.
Entonces, empezamos nuestra última función. Naiara se acercó a mi y me susurró al oido: ¡soy tu Diosa y tu eres mi esclavo, nadie te follará mejor cabrón! Me puso a mil y antes de darme cuenta ya estaba dentro de mi cabalgando como una loca mientras me insultaba y escupía de vez en cuando. Al mismo tiempo nos rociaban el cuerpo con vino lo que hacía que nos sentiríamos más guarros todavía. En ese instante me arrancó de un fuerte tirón la venda y llamó a una chica para que entrara en acción. Le miré fijamente y seguimos follando como locos. Sentía un cosquilleo en los huevos y en el pene al entrar y salir; era algo extraño pero placentero y a los dos nos encantó, bueno a los tres diría yo. Fue una galopada salvaje de unos diez minutos que desembocó en la corrida del siglo. Y la complicidad que hizo que llegáramos al orgasmo prácticamente al mismo tiempo fue increíble. Después de estar abrazados un rato accedió a desatarme y casi me caigo al suelo del esfuerzo realizado. Ahí terminó la fiesta ante un entusiasmado público que no paraba de aplaudir. Al final nos dimos un baño todos en la piscina brindando por lo vivido.
Y como último mandato mi Diosa me ordenó publicar nuestra historia en ésta pagina para que nuevos alumnos se unan al Club en un futuro.